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Ficha Sirano De Lioncourt


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Publicado
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Nombre del Personaje (Nick): Sirano / Darwind

Rango Social: Aprendiz

Sexo: Masculino

Edad: Joven

Nacionalidad: Egipcio

Padre(s) Sanguíneo:

Familia Sanguínea: De Lioncourt

Patriarca/Matriaca: no

Padre(s) Adoptivos: Datura y Vera. B. E

Familia Adoptiva: Dumbledore

Raza: Demonio

Trabajo en el Ministerio de Magia: --

Bando: Neutral

Rango dentro del Bando:


Habilidades Mágicas: Ninguna

Conocimientos Especiales: Ninguna

Objeto Magico Legendario: Ninguno

Objetos Magicos: Cayado (Cumple la función de varita, solo que más apropiado para mi personaje por el lugar de donde es o la nacionalidad.), escoba

Licencia de Aparicion: No

Licencia de Vuelo de Escoba: No

Mascotas:

Aspecto Físico: Alto, joven, cuerpo atlético, ojos color miel, de piel blanca, cabello (negro, liso y corto le llega hasta los hombros), nariz perfilada y labios (fino de de una tonalidad como a de los muertos)

Cualidades Psicológicas: Calculador, romántico, siniestro, divertido, se toma las cosas con calma y posee un temple en batalla.

Historia de Personaje:

Hacía una tormentosa mañana de primavera cuando se ve a un joven demonio hincado de rodillas en un cementerio. En su rostro se notaba como le corrían lágrimas de sangre provenientes de sus ojos color miel, cuyos párpados cerraba con algo de sutileza. Sus manos se apoyaban en dos lápidas negras, algo malditas por los maleficios que habían recibido para que nadie pudiera despertar o sacar lo que allí se encontraba

-¡Ah!-

Grito de dolor mientras recordaba su triste pasado, el cual le atormentaba a cada instante y lo separaba de los que le rodeaban. Algunos de los que por allí pasaban lo miraban con lástima, sin embargo nadie se preocupaba realmente por él ya que no era alguien tan importante para los miembros de la comunidad mágica

-Malditos sean…-

Suspiro con gran fatiga.

-Aquellos que han matado brutalmente a mis padres y me dejaron a la derivada a un mundo que me odia por ser quien soy.-

Se comenzó a levantar.

-Es hora que mueran los impuros.-

Se rio un poco.

-Mejor aun, que mueran los que se dicen llamar magos tenebrosos.-

Paso su mano por el rostro. Y sintió un poco de calidez.

-A pesar que ahora deba estar bajo la protección del ministerio. Seguro esto me servirá en algún futuro para el cargo que deseo optar en el. Ya que pronto o un futuro seré parte del departamento de espíritus para al menos poder ver nuevamente a mis padres, los que aquí descansan en paz.-

Camino algunos pasos arrastrando su capa oscura.

-¡Van a morir!-

Bajo bruscamente la mirada.

-Lo juro por la tumba de mis padres!-

Se ríe nuevamente, mientras que gira a su alrededor.

- Mataré a los que destruyeron mi vida.-

Subiendo la mirada al cielo cayó desmayado. El custodio del cementerio lo llevó al hospital, donde fue descubierto su trágico pasado. Así fue enviado a un orfanato, donde empezó lentamente a odiar a los muggles. Al cumplir edad suficiente se integró a la escuela de magia, escapando de aquel lugar que odiaba y jura destruir.
****************

Mis orbes de tonalidad miel y penetrantes estaban clavados para deleitarse en observar a la mayor obra jamás creada por alguien, era un lienzo de color opaco el cual se visualizaba una gran variedad de punto blanco pero luminoso. A lo cual si se unía correctamente se formaba una figura tan bella a la que sin duda marcaria la historia para futuras generación, no obstante un misterio del cual poco sabían se comenzarían revelar antes mis ojos. Solo a mí, y no sabía porque. Pero en si mi estudio sobre aquello que pensaba que podía pasar fuera realidad, o algo que solamente por mis vagos pensamientos podía andar. En realidad no deseaba que aquello pasara, aunque si note algo en ese día. Con lo cual solo pude pronunciar algunas palabras que apenas en ese momento no fueron las correctas.

-¡Es aquello!, solo eso…-

Fue como si mi alma hablara por primera vez, la que intentaba salir de mí ser. O era acaso lo que tenía que hacer, dudaba en realidad lo que observada, era imposible que mis sueños comenzaran a volverse realidad. En cierta manera tenía miedo que eso pasara y más aun cuando comprendía que las riendas del futuro estarían en mis manos. Qué gran carga seria esa labor para una persona, que nunca había sobresalido del motón. No lloraba, no sentía nada por la humanidad. Era como si realmente no me importaba nada, sin embargo si estaba en lo correcto yo era el que tendría que hacer algo, por aquello que nunca me importo. No era algo irónico, solté una carcajada al viento.

Ya que en cerrado en mismo, me había alejado de lo que era la realidad, en mi mundo todo era posible, nada me pudiera detener. Solo estaba clavado a un cuerpo inútil, sin valor. Ni nada que fuera de gran importancia, de aquello que nos hace realmente vivir. Que nos impulsa a superar cualquier obstác*** y barrera en nuestro camino. A pesar que diré que en mis pensamiento viajaba la ilusión de encontrar mi verdadero sentido en la vida.

-Nada más, nada más.-

Volvía a pronunciar solo que esta vez me encontraba con la mirada baja. Y caminando por un camino al cual llamaba mi cárcel, era una lugar oscuro, frio. Todo lo que pudiera significar esa palabra. Eran cuatro paredes solo eso, nada en ella se encontraba vivo. Nada en absoluto me hacia compañía. Yo me perdía y nadie le importaba, a caso era ese mi castigo por haber hecho al mundo al lado de mi persona. O más bien era mi beneficio en aislarme de los que pudieron lastimarme.

-¿Por qué?-

Pronuncie con voz baja y casi en murmullos aquella pregunta que revoleteaba en el ambiente y nadie decía alguna respuesta para la interrogante que había formulado, que silencio tan abrupto se escucho. Algo que me cegó en lo mas profundó y abrió aquella yaga de dolor que se encontraba en mi alma. La cual no era sanada por nada, ya que lo había intentado todo. En borrar ese dolor con los mejores sabores que se había existido en receta alguna, en toda medicina creada por el hombre, toda cura explicativa para sanar ese dolor. Sin embargo nada era suficiente, cada vez crecía y crecía como un algo que tuviera vida. Yo moría de una forma que no puedo explicar. De una forma que no quisiera que le pasara a mi peor enemigo.

Mi lenta respiración se apagaba, era definitivamente mis últimas horas en este mundo ingrato al cual había brindado todo en mi y este había pagado con desprecios, insultos, burlas y sobre todo el peor castigo jamás creado antes, el cual su nombre era la soledad. Algunos la deseaban, pero a caso sabe lo que esto realmente significa, un silencio que nunca cesa. Un grito de auxilio que clama el alma, para romperse en pedazo por no sentirse útil. Sin duda alguna cualquiera que me comprenda, sabrá que esto sería vivir como si estuviera muerto, ya que nada sirve realmente si eso no posee utilidad alguna en el mundo, todo cosa obsoleta es olvida con el tiempo.

Lagrimas que pudiera expresarse en mi rostro pálido, no podía sentirse. Porque carecía de lo más valioso y menos apreciado por el mundo, lo cual no era el dinero, fama, prestigió, honor, gloria, salivación o perdón. Si no algo tan simplemente y aparentemente incensario que pudiera pasar por alto pero que es vital para que puedas vivir realmente. Lo cual consistía en aquello que realmente te importaba, no era objeto material o cosas que pudieras guardar en tu mente, si no las personas que realmente aparecías. Las cuales sin saber tu mismo, el porqué lo haces. Son el sentido de tu vida, solo una mirada de ello, te puede hacer alcanzar todo en este mundo y más allá de este. No abra barreara para quienes lo tenga y si obstáculos para que carece de eso. Porque no será humano, alguien que no tenga eso en el mundo, ¿porque luchar por eso?, me pude preguntar o intentar en responder, y la única solución fue que ese el verdadero objetivo en la vida de la humanidad, de sacrificar todo lo que posee para proteger a ese ser querido. Y fue así como comprendía lo que tenía que hacer

“¡Calla!”

Escuche decir, en mi mente. A caso era la voz de mi yo, aquel me hacía perder en un rumbo para alejar de lo que realmente era. El cual me obligaba usar una máscara tan falsa de algo que no era, por temor a los demás, que no pudieran valorar, entender y comprender. Porque todos necesitamos la aprobación de otra persona, para saber que realmente existimos, no es patético eso. Como nuestro propio enemigo se encuentra en nosotros, oculto en la duda, la soberbia y la ignorancia. Es gracioso saber cuánto perdemos cada vez que nos reímos de alguien por expresar su pensamiento libre, ya que en ese momento estamos matando sus sueños, y como soñadores que somos matamos a los de nosotros. Porque es algo tan simple, que al intentar alcanzar una meta sin importar lo que realmente importa, olvidamos que estamos perdiendo nuestra identidad, lo que somos y nos hace distinguir del resto de los que ahí habitan. No llore por lo que ha pasado y no se pudo evitar. Si no por aquello que ignore en el momento de mover a la cosa más sencilla, para que esto afectara el futuro de mi semejante. Ya que con eso destruí el futuro que con tanto ahincó había luchado por muchos años.

“No, lo permitiré”

Nuevamente en mi pensamiento se escucho la voz del egoísmo. Aquel que una vez me engaño para poder manipular lo que realmente importaba, lamento ese día, como si lo estuviera viviendo todos los días, ya que no perdono como mi error causo la agonía de alguien que apreciaba y esto ocasionaría como me alejaría de la realidad, de lo que realmente importa, no lloro por el pasado. Si no por lo que hice en este.

-¡Ah!-

Grito de dolor, para caer hincado y lastimarme las rodillas. Sentir en el más mínimo de expresión todo el sufrimiento que cause. De mi rostro se vio como mis ojos se terminaban colocar húmedos, y con cada cerrar de mis parpados. Estos derramaban la apreciada lágrima, el mayor acto de pureza jamás vista. Porque me había despertar de lo que ocasionada mi larga pena, que era solamente la ilusión de encontrar ese algo que me hiciera sentir vivo. Sin embargo habiendo logrado la fama y el prestigio me encontraba en un mundo repleto de ilusiones.

-¡No!, lo permitiré-

Con ira y dolor. En mi ser, no actué con mi sensatez. Ya que apunte con firmeza mi cayado al lugar que tanto odiaba en mi niñez. Sin dudar una sonrisa se dibujo en mi semblante rostro, tan macabro en aquella noche como nada jamás ha sido visto. No era extraño como de me imaginaba, porque por todo mi ser emanaba algo tenebroso y espectral que se hacía visible a mí alrededor. Era misma aura, que se hacía visible ante los ojos de los muggles. Y mi voz se comenzaba a quebrase y mostrar lo que realmente sentía.

-Únicamente, es el deseo de mi alma verlos morir. Ya que solo con he descubierto mi objetivo en la vida.-

Un rayo oscuro salió de la punta de mi cayado con dirección al orfanato. Del cual tenía desagradables recuerdos ya que había sido enviado a la edad de siete años y salido cuando cumplía los once. Ya que fue el mismo director del colegio de magia y hechicería Hogwarts el que me busco en asqueroso lugar, para así consolar mi desgarrada alma. De la cual solo diré que se me apaciguó por algunos años, ya que entrando a la casa de Ravenclaw para así graduarme con grandes éxitos y en ese mismo día que tendría que sentir gran felicidad, sentía aun gran vacío, ya que me pareció percibir que a nadie le importaba. Entonces por soberbia seguí en el siguiente paso, que era el registro de la academia, en la cual era par perfeccioné mi arte, para así tramar un plan y poder vengarme de todos los que me lastimaron. Ya que graduando con gran satisfacción de ese lugar que apenas me contiene algunos meses, puedo ingresar al ministerio. Para ocultar mis verdaderas intenciones con una cara que mostraría los que demás desharían ver, ya que esa será la gran mascara que portare en toda mi vida.

Aunque, en el instante que tantos recuerdos me invadían, el rayo que había lanzado impacta en el orfanato, cerrando con magia cada puerta ventana, de cada habitación que se encontraba en aquel lugar. Solo pase mi lengua viscosa por mi labio inferior para humedecerlo y tener fuerza para lo que estaba pasando en mi macabra mente en aquellos momentos. Porque seguido de eso camine con mucha calma hasta ese sitio, para volver apuntar mi cayado e invocar una magia tenebrosa para que el lugar ardiera con las personas que se encontraba en ese lugar, que eran niños, y el personal que se encontraba laborando.

No obstante el cielo se ilumino con un gran brillo plateado y con eso noto el deceso de un mago. Cuyo nombre era Darwind, de la misma altura de mi persona, joven. De piel blanca, unos ojos castaño oscuro. Un brillo en su largo cabello gris azulado y de vestimenta clara la cual cubría gran parte de su cuerpo. El cual pronuncia con gran fervor.

-¿Era esto necesario?-

Sin dudar conteste. Con malicia en mis ojos, ya que observaba como este sostenía su varita blanca en la mano derecha con el mismo temple que yo lo hacía con mi cayado. En excepción que nuestros pensamientos estaba en rumbos contrarios.

-Es hora que el mundo muera, ya que solo he nacido para matar a mis enemigos. Y matar a la humanidad.-

El cual baja su mirada con gran desilusión y me apunta con su objeto mágico. Mientras contesta

-¡Sabes que no te lo permitiré!-

Al cual con aquellas palabras solté una carcajada. Y volteaba a su persona, y en ese instante mi rostro se comenzó a cubrir por una máscara espectral creada por mi aura.

-No dudo, que motivos tendrás. Pero matar inocentes…-

Interrumpía abruptamente su parlamento.

-¡Calla!, el mundo deberá agradecerme por deshacerme de tanta escoria, esto lo hago para sentirme vivo, matar es mi objetivo en la vida, y tu serás mi siguiente víctima…-

Hice una pausa.

-Avada Kedavra-

Después de lanzar la maldición acecina y prohibida este muere. Y lo último que ve en su mirada es como el local muggle era devastado por mi poder tenebroso. Sin embargo su cuerpo cae desplomado al suelo y logra deslizar de su ropa una máscara blanca y como los rumores decía aquella mascara era la llamada “mascara de ilusiones”. Así acercándome a este pronuncio.

-Así que los rumores eran cierto, maldito intentaste darme un discurso barato de moral. Si vos atrás de esta mascara mataste a cada uno de mis miserables padres. A lo que llamaba, porque he descubierto como vivía una mentira, porque en realidad estos no eran.-

Pase mirada hacia atrás.

-Ya que como estas muerto y conociste a los que fueron mis padres te lo diré con gusto. Mi padre biológico es Datura Dumbledore, que como sabrás es un ex miembro de los llamado magos tenebroso los mortifagos, porque al torpe le he visto su símbolo en su cuerpo, no sé como el despistado ministerio no se ha dado cuenta. Aunque para que tu miserable alama este feliz, los rumores dicen que es alguien que sigue los ideales del mediocre de Albus, el fallecido mago. Para proteger sus ideales con aquello creado la orden del fénix. Que no es ni sombra de lo que pudo haber sido en manos de su creador. Ya que con el tonto de Potter todo paso a un mundo de incoherencia y deslealtad entre sus miembros. Si solo los viera, te reirías en sus caras.-

Me agache para tomar la máscara de las ilusiones.

-Por otra párate se encuentra mi madre, Vera. B. E a la cual nunca conocí y puedo intuir que mi vida no le importa, ya que regalarme o dejarme en el mundo de los muggles sabiendo que mi destino era el mundo mágico, es algo que no puedo perdonar. Pero no te preocupes mi querido Darwind, el gran mago de la confusión, yo seguiré tu trabajo y con esta mascara matare a cada miserable mago que piense que puede existir un mundo lleno de paz.-

Solté una carcajada. Y tome la máscara, ya teniendo en mis manos. La guarda en mi ropaje negro, para así acercarme al rostro del cadáver del mago.

-Sabes. Es una lástima que dejaras a los mortifagos, ya que me es conveniente unir fuerza con ellos, para cumplir mis objetivos. No lo tomes a mal, tu muerte. Mira que si es verdad que dicen, que cuando muere alguien inútil, alguien valioso nace, pues creo que le hecho un gran favor a la humanidad. Y aquí entre nosotros.-

Le acaricie el cabello al cadáver.

-Seré aquel maldito demonio, que destruirá definitivamente el legado de Albus. No abra nadie que se compare con el poder, que les daré a la marca. Es hora que los rostros de los miserables muggles, miren al único mago de la legión de la confusión, al cual pertenecemos en cumplir la profecía antigua la cual trata la oscuridad absorberá por completo el mundo, y una nueva de seres renazca en el mundo. Pero no tengas lástima porque sin duda tu alma será mía, por el resto de la eternidad.-

Apunte mi cayado a su pecho y tome su varita blanca. En la cual se vio destruir e incorporar a mi objeto mágico. Fue una completa fusión de poder, ahora aquel objeto mágico que poseía era considerado como las armas más letales existentes en el mundo mágico. Sin embargo tenia pensando en seguir con la imagen falsa que daba al mundo, para que así nadie sospechara mi persona, hasta que sea demasiado tarde y estos miserable vean morir a sus seres queridos al frente de sus ojos. Lo bueno es que no dura mucho, ya que sin duda estos pronto le acompañaran.

-¡Así!-

Bese la frente de Darwind. Para argumentar.

-Les dejare claro, lo que realmente quisiste decir aquellos que nunca te valoraron. O quizás a tus pobres hijos que negaste, sin duda tu muerte no será llorada por nadie, porque simplemente nunca sabrá que moriste, el mismo instante que te culparan de la muerte de aquellos miserable muggles.-

Me levantaba y carga en hombros el cuerpo de aquel mago de cabellos gris azulado.

-¿Qué lástima, ver tanto humo?-

Soltaba una carcajada y me desvanecía del lugar a un rincón tan alejado. Para desaparecer todo rastro de existencia de Darwind Hooch. Aquel ex Mortifago, ex miembro de la orden del fénix que conoció el mundo mágico. Ya que ahora, existía un nuevo caballero de la confusión. Del cual su ideal siempre será apoyar a la Marca tenebrosa, y tener en su cuerpo mas especifico en su lado derecho del cuello aquel símbolo tenebroso.

Otros Datos:

Link de las bóvedas de negocios que posea el personaje: Bóveda del Teatro De Lioncourt

Link del tópico de registro de su familia sanguínea: Registro familia De Lioncourt

Link a la bóveda de su familia sanguínea: Bovedad de la familia De Lioncourt

Link a la bóveda: Bovedad de Sirano De Lioncourt

*-*-*-*-*

Árbol Genealógico



Vera. B. E (Madre)

Datura (Padre)

Herman@s: Adriano Wallace , Annie Zoe Hale L.X , Etel Malfoy

Prim@s: Lucifer De Lioncourt, With ,nenita_black,Liz Dumbledore ,Artheón Dumbledore ,profesora_mcgonagall ,~ Ariel Dûbóis ~
,Lily_Marie_Granger, Gandalf Greyhame, O.o ,.Aberforth Dumbledore.

Ti@s: Kris Malfoy , Flinter_Mcfly

Hij@s: Ezio Auditore di Firenze, brisingr, Siriaaa

Tío Abuelo: Will Jack Triviani

http://i429.photobucket.com/albums/qq18/d4rw1nd/Sirano_Especial-1.gif
Activo el domingo. / Un fantasma del duelo que jamás entrara a un bando
http://i429.photobucket.com/albums/qq18/d4rw1nd/Morti/Sirano_Firma.gif
Ex Darwind, Ex Prophet Des Mondes / http://i38.tinypic.com/34rtz4o.jpg / Ex de los bandos
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0, el más curioso será a donde dice Nick deseo que aparezca de esta manera: (sin embargo esto no afectara mi rango social actual, ya que deseo completar la academia y hacer los exámenes correspondientes.)

 

Sirano / Darwind

 

1 Cambio a solicitar: colocar debajo de la historia de personaje, ya que es su continuación. Pero separado de la otra, ya que esto pasado algunos años de pues. Del anterior relato.

 

Mis orbes de tonalidad miel y penetrantes estaban clavados para deleitarse en observar a la mayor obra jamás creada por alguien, era un lienzo de color opaco el cual se visualizaba una gran variedad de punto blanco pero luminoso. A lo cual si se unía correctamente se formaba una figura tan bella a la que sin duda marcaria la historia para futuras generación, no obstante un misterio del cual poco sabían se comenzarían revelar antes mis ojos. Solo a mí, y no sabía porque. Pero en si mi estudio sobre aquello que pensaba que podía pasar fuera realidad, o algo que solamente por mis vagos pensamientos podía andar. En realidad no deseaba que aquello pasara, aunque si note algo en ese día. Con lo cual solo pude pronunciar algunas palabras que apenas en ese momento no fueron las correctas.

 

-¡Es aquello!, solo eso…-

 

Fue como si mi alma hablara por primera vez, la que intentaba salir de mí ser. O era acaso lo que tenía que hacer, dudaba en realidad lo que observada, era imposible que mis sueños comenzaran a volverse realidad. En cierta manera tenía miedo que eso pasara y más aun cuando comprendía que las riendas del futuro estarían en mis manos. Qué gran carga seria esa labor para una persona, que nunca había sobresalido del motón. No lloraba, no sentía nada por la humanidad. Era como si realmente no me importaba nada, sin embargo si estaba en lo correcto yo era el que tendría que hacer algo, por aquello que nunca me importo. No era algo irónico, solté una carcajada al viento.

 

Ya que en cerrado en mismo, me había alejado de lo que era la realidad, en mi mundo todo era posible, nada me pudiera detener. Solo estaba clavado a un cuerpo inútil, sin valor. Ni nada que fuera de gran importancia, de aquello que nos hace realmente vivir. Que nos impulsa a superar cualquier obstác*** y barrera en nuestro camino. A pesar que diré que en mis pensamiento viajaba la ilusión de encontrar mi verdadero sentido en la vida.

 

-Nada más, nada más.-

 

Volvía a pronunciar solo que esta vez me encontraba con la mirada baja. Y caminando por un camino al cual llamaba mi cárcel, era una lugar oscuro, frio. Todo lo que pudiera significar esa palabra. Eran cuatro paredes solo eso, nada en ella se encontraba vivo. Nada en absoluto me hacia compañía. Yo me perdía y nadie le importaba, a caso era ese mi castigo por haber hecho al mundo al lado de mi persona. O más bien era mi beneficio en aislarme de los que pudieron lastimarme.

 

-¿Por qué?-

 

Pronuncie con voz baja y casi en murmullos aquella pregunta que revoleteaba en el ambiente y nadie decía alguna respuesta para la interrogante que había formulado, que silencio tan abrupto se escucho. Algo que me cegó en lo mas profundó y abrió aquella yaga de dolor que se encontraba en mi alma. La cual no era sanada por nada, ya que lo había intentado todo. En borrar ese dolor con los mejores sabores que se había existido en receta alguna, en toda medicina creada por el hombre, toda cura explicativa para sanar ese dolor. Sin embargo nada era suficiente, cada vez crecía y crecía como un algo que tuviera vida. Yo moría de una forma que no puedo explicar. De una forma que no quisiera que le pasara a mi peor enemigo.

 

Mi lenta respiración se apagaba, era definitivamente mis últimas horas en este mundo ingrato al cual había brindado todo en mi y este había pagado con desprecios, insultos, burlas y sobre todo el peor castigo jamás creado antes, el cual su nombre era la soledad. Algunos la deseaban, pero a caso sabe lo que esto realmente significa, un silencio que nunca cesa. Un grito de auxilio que clama el alma, para romperse en pedazo por no sentirse útil. Sin duda alguna cualquiera que me comprenda, sabrá que esto sería vivir como si estuviera muerto, ya que nada sirve realmente si eso no posee utilidad alguna en el mundo, todo cosa obsoleta es olvida con el tiempo.

 

Lagrimas que pudiera expresarse en mi rostro pálido, no podía sentirse. Porque carecía de lo más valioso y menos apreciado por el mundo, lo cual no era el dinero, fama, prestigió, honor, gloria, salivación o perdón. Si no algo tan simplemente y aparentemente incensario que pudiera pasar por alto pero que es vital para que puedas vivir realmente. Lo cual consistía en aquello que realmente te importaba, no era objeto material o cosas que pudieras guardar en tu mente, si no las personas que realmente aparecías. Las cuales sin saber tu mismo, el porqué lo haces. Son el sentido de tu vida, solo una mirada de ello, te puede hacer alcanzar todo en este mundo y más allá de este. No abra barreara para quienes lo tenga y si obstáculos para que carece de eso. Porque no será humano, alguien que no tenga eso en el mundo, ¿porque luchar por eso?, me pude preguntar o intentar en responder, y la única solución fue que ese el verdadero objetivo en la vida de la humanidad, de sacrificar todo lo que posee para proteger a ese ser querido. Y fue así como comprendía lo que tenía que hacer

 

“¡Calla!”

 

Escuche decir, en mi mente. A caso era la voz de mi yo, aquel me hacía perder en un rumbo para alejar de lo que realmente era. El cual me obligaba usar una máscara tan falsa de algo que no era, por temor a los demás, que no pudieran valorar, entender y comprender. Porque todos necesitamos la aprobación de otra persona, para saber que realmente existimos, no es patético eso. Como nuestro propio enemigo se encuentra en nosotros, oculto en la duda, la soberbia y la ignorancia. Es gracioso saber cuánto perdemos cada vez que nos reímos de alguien por expresar su pensamiento libre, ya que en ese momento estamos matando sus sueños, y como soñadores que somos matamos a los de nosotros. Porque es algo tan simple, que al intentar alcanzar una meta sin importar lo que realmente importa, olvidamos que estamos perdiendo nuestra identidad, lo que somos y nos hace distinguir del resto de los que ahí habitan. No llore por lo que ha pasado y no se pudo evitar. Si no por aquello que ignore en el momento de mover a la cosa más sencilla, para que esto afectara el futuro de mi semejante. Ya que con eso destruí el futuro que con tanto ahincó había luchado por mucho años.

 

“No, lo permitiré”

 

Nuevamente en mi pensamiento se escucho la voz del egoísmo. Aquel que una vez me engaño para poder manipular lo que realmente importaba, lamento ese día, como si lo estuviera viviendo todos los días, ya que no perdono como mi error causo la agonía de alguien que apreciaba y esto ocasionaría como me alejaría de la realidad, de lo que realmente importa, no lloro por el pasado. Si no por lo que hice en este.

 

-¡Ah!-

 

Grito de dolor, para caer hincado y lastimarme las rodillas. Sentir en el más mínimo de expresión todo el sufrimiento que cause. De mi rostro se vio como mis ojos se terminaban colocar húmedos, y con cada cerrar de mis parpados. Estos derramaban la apreciada lágrima, el mayor acto de pureza jamás vista. Porque me había despertar de lo que ocasionada mi larga pena, que era solamente la ilusión de encontrar ese algo que me hiciera sentir vivo. Sin embargo habiendo logrado la fama y el prestigio me encontraba en un mundo repleto de ilusiones.

 

-¡No!, lo permitiré-

 

Con ira y dolor. En mi ser, no actué con mi sensatez. Ya que apunte con firmeza mi cayado al lugar que tanto odiaba en mi niñez. Sin dudar una sonrisa se dibujo en mi semblante rostro, tan macabro en aquella noche como nada jamás ha sido visto. No era extraño como de me imaginaba, porque por todo mi ser emanaba algo tenebroso y espectral que se hacía visible a mí alrededor. Era misma aura, que se hacía visible ante los ojos de los muggles. Y mi voz se comenzaba a quebrase y mostrar lo que realmente sentía.

 

-Únicamente, es el deseo de mi alma verlos morir. Ya que solo con he descubierto mi objetivo en la vida.-

 

Un rayo oscuro salió de la punta de mi cayado con dirección al orfanato. Del cual tenía desagradables recuerdos ya que había sido enviado a la edad de siete años y salido cuando cumplía los once. Ya que fue el mismo director del colegio de magia y hechicería Hogwarts el que me busco en asqueroso lugar, para así consolar mi desgarrada alma. De la cual solo diré que se me apaciguó por algunos años, ya que entrando a la casa de Ravenclaw para así graduarme con grandes éxitos y en ese mismo día que tendría que sentir gran felicidad, sentía aun gran vacío, ya que me pareció percibir que a nadie le importaba. Entonces por soberbia seguí en el siguiente paso, que era el registro de la academia, en la cual era par perfeccioné mi arte, para así tramar un plan y poder vengarme de todos los que me lastimaron. Ya que graduando con gran satisfacción de ese lugar que apenas me contiene algunos meses, puedo ingresar al ministerio. Para ocultar mis verdaderas intenciones con una cara que mostraría los que demás desharían ver, ya que esa será la gran mascara que portare en toda mi vida.

 

Aunque, en el instante que tantos recuerdos me invadían, el rayo que había lanzado impacta en el orfanato, cerrando con magia cada puerta ventana, de cada habitación que se encontraba en aquel lugar. Solo pase mi lengua viscosa por mi labio inferior para humedecerlo y tener fuerza para lo que estaba pasando en mi macabra mente en aquellos momentos. Porque seguido de eso camine con mucha calma hasta ese sitio, para volver apuntar mi cayado e invocar una magia tenebrosa para que el lugar ardiera con las personas que se encontraba en ese lugar, que eran niños, y el personal que se encontraba laborando.

 

No obstante el cielo se ilumino con un gran brillo plateado y con eso noto el deceso de un mago. Cuyo nombre era Darwind, de la misma altura de mi persona, joven. De piel blanca, unos ojos castaño oscuro. Un brillo en su largo cabello gris azulado y de vestimenta clara la cual cubría gran parte de su cuerpo. El cual pronuncia con gran fervor.

 

-¿Era esto necesario?-

 

Sin dudar conteste. Con malicia en mis ojos, ya que observaba como este sostenía su varita blanca en la mano derecha con el mismo temple que yo lo hacía con mi cayado. En excepción que nuestros pensamientos estaba en rumbos contrarios.

 

-Es hora que el mundo muera, ya que solo he nacido para matar a mis enemigos. Y matar a la humanidad.-

 

El cual baja su mirada con gran desilusión y me apunta con su objeto mágico. Mientras contesta

 

-¡Sabes que no te lo permitiré!-

 

Al cual con aquellas palabras solté una carcajada. Y volteaba a su persona, y en ese instante mi rostro se comenzó a cubrir por una máscara espectral creada por mi aura.

 

-No dudo, que motivos tendrás. Pero matar inocentes…-

 

Interrumpía abruptamente su parlamento.

 

-¡Calla!, el mundo deberá agradecerme por deshacerme de tanta escoria, esto lo hago para sentirme vivo, matar es mi objetivo en la vida, y tu serás mi siguiente víctima…-

 

Hice una pausa.

 

-Avada Kedavra-

 

Después de lanzar la maldición acecina y prohibida este muere. Y lo último que ve en su mirada es como el local muggle era devastado por mi poder tenebroso. Sin embargo su cuerpo cae desplomado al suelo y logra deslizar de su ropa una máscara blanca y como los rumores decía aquella mascara era la llamada “mascara de ilusiones”. Así acercándome a este pronuncio.

 

-Así que los rumores eran cierto, maldito intentaste darme un discurso barato de moral. Si vos atrás de esta mascara mataste a cada uno de mis miserables padres. A lo que llamaba, porque he descubierto como vivía una mentira, porque en realidad estos no eran.-

 

Pase mirada hacia atrás.

 

-Ya que como estas muerto y conociste a los que fueron mis padres te lo diré con gusto. Mi padre biológico es Datura Dumbledore, que como sabrás es un ex miembro de los llamado magos tenebroso los mortifagos, porque al torpe le he visto su símbolo en su cuerpo, no sé como el despistado ministerio no se ha dado cuenta. Aunque para que tu miserable alama este feliz, los rumores dicen que es alguien que sigue los ideales del mediocre de Albus, el fallecido mago. Para proteger sus ideales con aquello creado la orden del fénix. Que no es ni sombra de lo que pudo haber sido en manos de su creador. Ya que con el tonto de Potter todo paso a un mundo de incoherencia y deslealtad entre sus miembros. Si solo los viera, te reirías en sus caras.-

 

Me agache para tomar la máscara de las ilusiones.

 

-Por otra párate se encuentra mi madre, Vera. B. E a la cual nunca conocí y puedo intuir que mi vida no le importa, ya que regalarme o dejarme en el mundo de los muggles sabiendo que mi destino era el mundo mágico, es algo que no puedo perdonar. Pero no te preocupes mi querido Darwind, el gran mago de la confusión, yo seguiré tu trabajo y con esta mascara matare a cada miserable mago que piense que puede existir un mundo lleno de paz.-

 

Solté una carcajada. Y tome la máscara, ya teniendo en mis manos. La guarda en mi ropaje negro, para así acercarme al rostro del cadáver del mago.

 

-Sabes. Es una lástima que dejaras a los mortifagos, ya que me es conveniente unir fuerza con ellos, para cumplir mis objetivos. No lo tomes a mal, tu muerte. Mira que si es verdad que dicen, que cuando muere alguien inútil, alguien valioso nace, pues creo que le hecho un gran favor a la humanidad. Y aquí entre nosotros.-

 

Le acaricie el cabello al cadáver.

 

-Seré aquel maldito demonio, que destruirá definitivamente el legado de Albus. No abra nadie que se compare con el poder, que les daré a la marca. Es hora que los rostros de los miserables muggles, miren al único mago de la legión de la confusión, al cual pertenecemos en cumplir la profecía antigua la cual trata la oscuridad absorberá por completo el mundo, y una nueva de seres renazca en el mundo. Pero no tengas lástima porque sin duda tu alma será mía, por el resto de la eternidad.-

 

Apunte mi cayado a su pecho y tome su varita blanca. En la cual se vio destruir e incorporar a mi objeto mágico. Fue una completa fusión de poder, ahora aquel objeto mágico que poseía era considerado como las armas más letales existentes en el mundo mágico. Sin embargo tenia pensando en seguir con la imagen falsa que daba al mundo, para que así nadie sospechara mi persona, hasta que sea demasiado tarde y estos miserable vean morir a sus seres queridos al frente de sus ojos. Lo bueno es que no dura mucho, ya que sin duda estos pronto le acompañaran.

 

-¡Así!-

 

Bese la frente de Darwind. Para argumentar.

 

-Les dejare claro, lo que realmente quisiste decir aquellos que nunca te valoraron. O quizás a tus pobres hijos que negaste, sin duda tu muerte no será llorada por nadie, porque simplemente nunca sabrá que moriste, el mismo instante que te culparan de la muerte de aquellos miserable muggles.-

 

Me levantaba y carga en hombros el cuerpo de aquel mago de cabellos gris azulado.

 

-¿Qué lástima, ver tanto humo?-

 

Soltaba una carcajada y me desvanecía del lugar a un rincón tan alejado. Para desaparecer todo rastro de existencia de Darwind Hooch. Aquel ex Mortifago, ex miembro de la orden del fénix que conoció el mundo mágico. Ya que ahora, existía un nuevo caballero de la confusión. Del cual su ideal siempre será apoyar a la Marca tenebrosa, y tener en su cuerpo mas especifico en su lado derecho del cuello aquel símbolo tenebroso.

 

*-*-*-*-*-*

 

2 Agregar este negocio

 

Teatro De Lioncourt

 

Bóveda del Teatro De Lioncourt

 

3 Modificación. Dejar el árbol familiar de esta manera.

 

Árbol Genealógico

 

Vera. B. E (Madre)

 

Datura (Padre)

 

Herman@s: Adriano Wallace , Annie Zoe Hale L.X , Etel Malfoy

 

Prim@s: Lucifer De Lioncourt, With ,nenita_black,Liz Dumbledore ,Artheón Dumbledore ,profesora_mcgonagall ,~ Ariel Dûbóis ~

,Lily_Marie_Granger, Gandalf Greyhame, O.o ,.Aberforth Dumbledore.

 

Ti@s: Kris Rider , Flinter_Mcfly

 

Hij@s: Ezio Auditore di Firenze

 

---

 

 

Pido amablemente después de realizar los cambios que se han visibilizado todos los post. Después de la ficha, para que solo se vea la ficha de mi personaje.

Activo el domingo. / Un fantasma del duelo que jamás entrara a un bando
http://i429.photobucket.com/albums/qq18/d4rw1nd/Morti/Sirano_Firma.gif
Ex Darwind, Ex Prophet Des Mondes / http://i38.tinypic.com/34rtz4o.jpg / Ex de los bandos
  • 1 mes más tarde...
Publicado

[center][IMG=http://i429.photobucket.com/albums/qq18/d4rw1nd/Sirano_Ficha.gif][/center]

[color=red]Nombre del Personaje (Nick): [/color] Sirano / [url=http://index.php?showuser=35407] Darwind[/url]

[color=red]Rango Social: [/color]Aprendiz

[color=red]Trabajo en el Ministerio de Magia: [/color]Aprendiz de la oficina de Seres y Espíritus

[color=red]Sexo: [/color]Masculino

[color=red]Edad: [/color] Joven

[color=red]Nacionalidad: [/color]Egipcio

[color=red]Padre(s) Sanguíneo: [/color]

[color=red]Familia Sanguínea: [/color] De Lioncourt

[color=red]Patriarca/Matriaca: [/color]no

[color=red]Padre(s) Adoptivos: [/color]Datura y Vera. B. E

[color=red]Familia Adoptiva: [/color]Dumbledore

[color=red]Raza: [/color]Demonio

[color=red]Bando: [/color] Neutral

[color=red]Rango dentro del Bando: [/color]


[color=red]Habilidades Mágicas: [/color] Ninguna

[color=red]Conocimientos Especiales: [/color]Ninguna

[color=red]Objeto Magico Legendario: [/color]Ninguno

[color=red]Objetos Magicos:[/color] Cayado (Cumple la función de varita, solo que más apropiado para mi personaje por el lugar de donde es o la nacionalidad.), escoba

[color=red]Licencia de Aparicion: [/color]No

[color=red]Licencia de Vuelo de Escoba: [/color]No

[color=red]Mascotas: [/color]

*-* Silver (propiedad de Sirano): Un lobo negro adulto, el cual su mirada resplandecía a la luz de la luna. Y mostraba con elegancia sus colmillos al caminar. Entre todos este poseía un pelaje brillante y liso que se mueve a su Andar. Poseyendo garras filosas plateada este sin dificultad podía correr por donde este quisiera estar. Además de desgarrar la carne con gran facilidad.

*-* Raiquer (Propiedad de Sirano): Un águila plateada de mirada penetrante. La cual posee unos mirada orbes negros. A pesar que sus garras son cortas son capases desgarrar la carne con gran facilidad debido a su filo.

[color=red]Aspecto Físico: [/color] Alto, joven, cuerpo atlético, ojos color miel, de piel blanca, cabello (negro, liso y corto le llega hasta los hombros), nariz perfilada y labios (fino de de una tonalidad como a de los muertos) 

[color=red] Cualidades Psicológicas: [/color] Calculador, romántico, siniestro, divertido, se toma las cosas con calma y posee un temple en batalla.

[color=red]Historia de Personaje: [/color]

Hacía una tormentosa mañana de primavera cuando se ve a un joven demonio hincado de rodillas en un cementerio. En su rostro se notaba como le corrían lágrimas de sangre provenientes de sus ojos color miel, cuyos párpados cerraba con algo de sutileza. Sus manos se apoyaban en dos lápidas negras, algo malditas por los maleficios que habían recibido para que nadie pudiera despertar o sacar lo que allí se encontraba

-¡Ah!-

Grito de dolor mientras recordaba su triste pasado, el cual le atormentaba a cada instante y lo separaba de los que le rodeaban. Algunos de los que por allí pasaban lo miraban con lástima, sin embargo nadie se preocupaba realmente por él ya que no era alguien tan importante para los miembros de la comunidad mágica

-Malditos sean…-

Suspiro con gran fatiga.

-Aquellos que han matado brutalmente a mis padres y me dejaron a la derivada a un mundo que me odia por ser quien soy.-

Se comenzó a levantar.

-Es hora que mueran los impuros.-

Se rio un poco.

-Mejor aun, que mueran los que se dicen llamar magos tenebrosos.-

Paso su mano por el rostro. Y sintió un poco de calidez.

-A pesar que ahora deba estar bajo la protección del ministerio. Seguro esto me servirá en algún futuro para el cargo que deseo optar en el. Ya que pronto o un futuro seré parte del departamento de espíritus para al menos poder ver nuevamente a mis padres, los que aquí descansan en paz.-

Camino algunos pasos arrastrando su capa oscura.

-¡Van a morir!-

Bajo bruscamente la mirada.

-Lo juro por la tumba de mis padres!-

Se ríe nuevamente, mientras que gira a su alrededor.

- Mataré a los que destruyeron mi vida.-

Subiendo la mirada al cielo cayó desmayado. El custodio del cementerio lo llevó al hospital, donde fue descubierto su trágico pasado. Así fue enviado a un orfanato, donde empezó lentamente a odiar a los muggles. Al cumplir edad suficiente se integró a la escuela de magia, escapando de aquel lugar que odiaba y jura destruir.
****************

Mis orbes de tonalidad miel y penetrantes estaban clavados para deleitarse en observar a la mayor obra jamás creada por alguien, era un lienzo de color opaco el cual se visualizaba una gran variedad de punto blanco pero luminoso. A lo cual si se unía correctamente se formaba una figura tan bella a la que sin duda marcaria la historia para futuras generación, no obstante un misterio del cual poco sabían se comenzarían revelar antes mis ojos. Solo a mí, y no sabía porque. Pero en si mi estudio sobre aquello que pensaba que podía pasar fuera realidad, o algo que solamente por mis vagos pensamientos podía andar. En realidad no deseaba que aquello pasara, aunque si note algo en ese día. Con lo cual solo pude pronunciar algunas palabras que apenas en ese momento no fueron las correctas.

-¡Es aquello!, solo eso…-

Fue como si mi alma hablara por primera vez, la que intentaba salir de mí ser. O era acaso lo que tenía que hacer, dudaba en realidad lo que observada, era imposible que mis sueños comenzaran a volverse realidad. En cierta manera tenía miedo que eso pasara y más aun cuando comprendía que las riendas del futuro estarían en mis manos. Qué gran carga seria esa labor para una persona, que nunca había sobresalido del motón. No lloraba, no sentía nada por la humanidad. Era como si realmente no me importaba nada, sin embargo si estaba en lo correcto yo era el que tendría que hacer algo, por aquello que nunca me importo. No era algo irónico, solté una carcajada al viento.

Ya que en cerrado en mismo, me había alejado de lo que era la realidad, en mi mundo todo era posible, nada me pudiera detener. Solo estaba clavado a un cuerpo inútil, sin valor. Ni nada que fuera de gran importancia, de aquello que nos hace realmente vivir. Que nos impulsa a superar cualquier obstác*** y barrera en nuestro camino. A pesar que diré que en mis pensamiento viajaba la ilusión de encontrar mi verdadero sentido en la vida.

-Nada más, nada más.-

Volvía a pronunciar solo que esta vez me encontraba con la mirada baja. Y caminando por un camino al cual llamaba mi cárcel, era una lugar oscuro, frio. Todo lo que pudiera significar esa palabra. Eran cuatro paredes solo eso, nada en ella se encontraba vivo. Nada en absoluto me hacia compañía. Yo me perdía y nadie le importaba, a caso era ese mi castigo por haber hecho al mundo al lado de mi persona. O más bien era mi beneficio en aislarme de los que pudieron lastimarme. 

-¿Por qué?-

Pronuncie con voz baja y casi en murmullos aquella pregunta que revoleteaba en el ambiente y nadie decía alguna respuesta para la interrogante que había formulado, que silencio tan abrupto se escucho. Algo que me cegó en lo mas profundó y abrió aquella yaga de dolor que se encontraba en mi alma. La cual no era sanada por nada, ya que lo había intentado todo. En borrar ese dolor con los mejores sabores que se había existido en receta alguna, en toda medicina creada por el hombre, toda cura explicativa para sanar ese dolor. Sin embargo nada era suficiente, cada vez crecía y crecía como un algo que tuviera vida. Yo moría de una forma que no puedo explicar. De una forma que no quisiera que le pasara a mi peor enemigo. 

Mi lenta respiración se apagaba, era definitivamente mis últimas horas en este mundo ingrato al cual había brindado todo en mi y este había pagado con desprecios, insultos, burlas y sobre todo el peor castigo jamás creado antes, el cual su nombre era la soledad. Algunos la deseaban, pero a caso sabe lo que esto realmente significa, un silencio que nunca cesa. Un grito de auxilio que clama el alma, para romperse en pedazo por no sentirse útil. Sin duda alguna cualquiera que me comprenda, sabrá que esto sería vivir como si estuviera muerto, ya que nada sirve realmente si eso no posee utilidad alguna en el mundo, todo cosa obsoleta es olvida con el tiempo.

Lagrimas que pudiera expresarse en mi rostro pálido, no podía sentirse. Porque carecía de lo más valioso y menos apreciado por el mundo, lo cual no era el dinero, fama, prestigió, honor, gloria, salivación o perdón. Si no algo tan simplemente y aparentemente incensario que pudiera pasar por alto pero que es vital para que puedas vivir realmente. Lo cual consistía en aquello que realmente te importaba, no era objeto material o cosas que pudieras guardar en tu mente, si no las personas que realmente aparecías. Las cuales sin saber tu mismo, el porqué lo haces. Son el sentido de tu vida, solo una mirada de ello, te puede hacer alcanzar todo en este mundo y más allá de este. No abra barreara para quienes lo tenga y si obstáculos para que carece de eso. Porque no será humano, alguien que no tenga eso en el mundo, ¿porque luchar por eso?, me pude preguntar o intentar en responder, y la única solución fue que ese el verdadero objetivo en la vida de la humanidad, de sacrificar todo lo que posee para proteger a ese ser querido. Y fue así como comprendía lo que tenía que hacer

“¡Calla!”

Escuche decir, en mi mente. A caso era la voz de mi yo, aquel me hacía perder en un rumbo para alejar de lo que realmente era. El cual me obligaba usar una máscara tan falsa de algo que no era, por temor a los demás, que no pudieran valorar, entender y comprender. Porque todos necesitamos la aprobación de otra persona, para saber que realmente existimos, no es patético eso. Como nuestro propio enemigo se encuentra en nosotros, oculto en la duda, la soberbia y la ignorancia. Es gracioso saber cuánto perdemos cada vez que nos reímos de alguien por expresar su pensamiento libre, ya que en ese momento estamos matando sus sueños, y como soñadores que somos matamos a los de nosotros. Porque es algo tan simple, que al intentar alcanzar una meta sin importar lo que realmente importa, olvidamos que estamos perdiendo nuestra identidad, lo que somos y nos hace distinguir del resto de los que ahí habitan. No llore por lo que ha pasado y no se pudo evitar. Si no por aquello que ignore en el momento de mover a la cosa más sencilla, para que esto afectara el futuro de mi semejante. Ya que con eso destruí el futuro que con tanto ahincó había luchado por muchos años.

“No, lo permitiré”

Nuevamente en mi pensamiento se escucho la voz del egoísmo. Aquel que una vez me engaño para poder manipular lo que realmente importaba, lamento ese día, como si lo estuviera viviendo todos los días, ya que no perdono como mi error causo la agonía de alguien que apreciaba y esto ocasionaría como me alejaría de la realidad, de lo que realmente importa, no lloro por el pasado. Si no por lo que hice en este.

-¡Ah!-

Grito de dolor, para caer hincado y lastimarme las rodillas. Sentir en el más mínimo de expresión todo el sufrimiento que cause. De mi rostro se vio como mis ojos se terminaban colocar húmedos, y con cada cerrar de mis parpados. Estos derramaban la apreciada lágrima, el mayor acto de pureza jamás vista. Porque me había despertar de lo que ocasionada mi larga pena, que era solamente la ilusión de encontrar ese algo que me hiciera sentir vivo. Sin embargo habiendo logrado la fama y el prestigio me encontraba en un mundo repleto de ilusiones.

-¡No!, lo permitiré-

Con ira y dolor. En mi ser, no actué con mi sensatez. Ya que apunte con firmeza mi cayado al lugar que tanto odiaba en mi niñez. Sin dudar una sonrisa se dibujo en mi semblante rostro, tan macabro en aquella noche como nada jamás ha sido visto. No era extraño como de me imaginaba, porque por todo mi ser emanaba algo tenebroso y espectral que se hacía visible a mí alrededor. Era misma aura, que se hacía visible ante los ojos de los muggles. Y mi voz se comenzaba a quebrase y mostrar lo que realmente sentía.

-Únicamente, es el deseo de mi alma verlos morir. Ya que solo con he descubierto mi objetivo en la vida.-

Un rayo oscuro salió de la punta de mi cayado con dirección al orfanato. Del cual tenía desagradables recuerdos ya que había sido enviado a la edad de siete años y salido cuando cumplía los once. Ya que fue el mismo director del colegio de magia y hechicería Hogwarts el que me busco en asqueroso lugar, para así consolar mi desgarrada alma. De la cual solo diré que se me apaciguó por algunos años, ya que entrando a la casa de Ravenclaw para así graduarme con grandes éxitos y en ese mismo día que tendría que sentir gran felicidad, sentía aun gran vacío, ya que me pareció percibir que a nadie le importaba. Entonces por soberbia seguí en el siguiente paso, que era el registro de la academia, en la cual era par perfeccioné mi arte, para así tramar un plan y poder vengarme de todos los que me lastimaron. Ya que graduando con gran satisfacción de ese lugar que apenas me contiene algunos meses, puedo ingresar al ministerio. Para ocultar mis verdaderas intenciones con una cara que mostraría los que demás desharían ver, ya que esa será la gran mascara que portare en toda mi vida.

Aunque, en el instante que tantos recuerdos me invadían, el rayo que había lanzado impacta en el orfanato, cerrando con magia cada puerta ventana, de cada habitación que se encontraba en aquel lugar. Solo pase mi lengua viscosa por mi labio inferior para humedecerlo y tener fuerza para lo que estaba pasando en mi macabra mente en aquellos momentos. Porque seguido de eso camine con mucha calma hasta ese sitio, para volver apuntar mi cayado e invocar una magia tenebrosa para que el lugar ardiera con las personas que se encontraba en ese lugar, que eran niños, y el personal que se encontraba laborando.

No obstante el cielo se ilumino con un gran brillo plateado y con eso noto el deceso de un mago. Cuyo nombre era Darwind, de la misma altura de mi persona, joven. De piel blanca, unos ojos castaño oscuro. Un brillo en su largo cabello gris azulado y de vestimenta clara la cual cubría gran parte de su cuerpo. El cual pronuncia con gran fervor.

-¿Era esto necesario?-

Sin dudar conteste. Con malicia en mis ojos, ya que observaba como este sostenía su varita blanca en la mano derecha con el mismo temple que yo lo hacía con mi cayado. En excepción que nuestros pensamientos estaba en rumbos contrarios.

-Es hora que el mundo muera, ya que solo he nacido para matar a mis enemigos. Y matar a la humanidad.-

El cual baja su mirada con gran desilusión y me apunta con su objeto mágico. Mientras contesta

-¡Sabes que no te lo permitiré!-

Al cual con aquellas palabras solté una carcajada. Y volteaba a su persona, y en ese instante mi rostro se comenzó a cubrir por una máscara espectral creada por mi aura.

-No dudo, que motivos tendrás. Pero matar inocentes…-

Interrumpía abruptamente su parlamento.

-¡Calla!, el mundo deberá agradecerme por deshacerme de tanta escoria, esto lo hago para sentirme vivo, matar es mi objetivo en la vida, y tu serás mi siguiente víctima…-

Hice una pausa.

-Avada Kedavra-

Después de lanzar la maldición acecina y prohibida este muere. Y lo último que ve en su mirada es como el local muggle era devastado por mi poder tenebroso. Sin embargo su cuerpo cae desplomado al suelo y logra deslizar de su ropa una máscara blanca y como los rumores decía aquella mascara era la llamada “mascara de ilusiones”. Así acercándome a este pronuncio.

-Así que los rumores eran cierto, maldito intentaste darme un discurso barato de moral. Si vos atrás de esta mascara mataste a cada uno de mis miserables padres. A lo que llamaba, porque he descubierto como vivía una mentira, porque en realidad estos no eran.-

Pase mirada hacia atrás.

-Ya que como estas muerto y conociste a los que fueron mis padres te lo diré con gusto. Mi padre biológico es Datura Dumbledore, que como sabrás es un ex miembro de los llamado magos tenebroso los mortifagos, porque al torpe le he visto su símbolo en su cuerpo, no sé como el despistado ministerio no se ha dado cuenta. Aunque para que tu miserable alama este feliz, los rumores dicen que es alguien que sigue los ideales del mediocre de Albus, el fallecido mago. Para proteger sus ideales con aquello creado la orden del fénix. Que no es ni sombra de lo que pudo haber sido en manos de su creador. Ya que con el tonto de Potter todo paso a un mundo de incoherencia y deslealtad entre sus miembros. Si solo los viera, te reirías en sus caras.-

Me agache para tomar la máscara de las ilusiones.

-Por otra párate se encuentra mi madre, Vera. B. E a la cual nunca conocí y puedo intuir que mi vida no le importa, ya que regalarme o dejarme en el mundo de los muggles sabiendo que mi destino era el mundo mágico, es algo que no puedo perdonar. Pero no te preocupes mi querido Darwind, el gran mago de la confusión, yo seguiré tu trabajo y con esta mascara matare a cada miserable mago que piense que puede existir un mundo lleno de paz.-

Solté una carcajada. Y tome la máscara, ya teniendo en mis manos. La guarda en mi ropaje negro, para así acercarme al rostro del cadáver del mago.

-Sabes. Es una lástima que dejaras a los mortifagos, ya que me es conveniente unir fuerza con ellos, para cumplir mis objetivos. No lo tomes a mal, tu muerte. Mira que si es verdad que dicen, que cuando muere alguien inútil, alguien valioso nace, pues creo que le hecho un gran favor a la humanidad. Y aquí entre nosotros.-

Le acaricie el cabello al cadáver.

-Seré aquel maldito demonio, que destruirá definitivamente el legado de Albus. No abra nadie que se compare con el poder, que les daré a la marca. Es hora que los rostros de los miserables muggles, miren al único mago de la legión de la confusión, al cual pertenecemos en cumplir la profecía antigua la cual trata la oscuridad absorberá por completo el mundo, y una nueva de seres renazca en el mundo. Pero no tengas lástima porque sin duda tu alma será mía, por el resto de la eternidad.-

Apunte mi cayado a su pecho y tome su varita blanca. En la cual se vio destruir e incorporar a mi objeto mágico. Fue una completa fusión de poder, ahora aquel objeto mágico que poseía era considerado como las armas más letales existentes en el mundo mágico. Sin embargo tenia pensando en seguir con la imagen falsa que daba al mundo, para que así nadie sospechara mi persona, hasta que sea demasiado tarde y estos miserable vean morir a sus seres queridos al frente de sus ojos. Lo bueno es que no dura mucho, ya que sin duda estos pronto le acompañaran.

-¡Así!-

Bese la frente de Darwind. Para argumentar. 

-Les dejare claro, lo que realmente quisiste decir aquellos que nunca te valoraron. O quizás a tus pobres hijos que negaste, sin duda tu muerte no será llorada por nadie, porque simplemente nunca sabrá que moriste, el mismo instante que te culparan de la muerte de aquellos miserable muggles.-

Me levantaba y carga en hombros el cuerpo de aquel mago de cabellos gris azulado. 

-¿Qué lástima, ver tanto humo?-

Soltaba una carcajada y me desvanecía del lugar a un rincón tan alejado. Para desaparecer todo rastro de existencia de Darwind Hooch. Aquel ex Mortifago, ex miembro de la orden del fénix que conoció el mundo mágico. Ya que ahora, existía un nuevo caballero de la confusión. Del cual su ideal siempre será apoyar a la Marca tenebrosa, y tener en su cuerpo mas especifico en su lado derecho del cuello aquel símbolo tenebroso. 

[color=red]Otros Datos: [/color]

Link de las bóvedas de negocios que posea el personaje: [url=http://index.php?showtopic=81150]Bóveda del Teatro De Lioncourt[/url]

Link del tópico de registro de su familia sanguínea:[url=http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=69855] Registro familia De Lioncourt [/url]

Link a la bóveda de su familia sanguínea: [url=http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=80737]  Bovedad de la familia De Lioncourt [/url]

Link a la bóveda: [url=http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=80027]  Bovedad de Sirano De Lioncourt [/url]

*-*-*-*-*

[center][color=red]Árbol Genealógico [/color][/center]


Vera. B. E (Madre)

Datura (Padre)

Herman@s: Adriano Wallace , Annie Zoe Hale L.X , Etel Malfoy

Prim@s: Lucifer De Lioncourt, With ,nenita_black,Liz Dumbledore ,Artheón Dumbledore ,profesora_mcgonagall ,~ Ariel Dûbóis ~
,Lily_Marie_Granger, Gandalf Greyhame, O.o ,.Aberforth Dumbledore.

Ti@s: Kris Malfoy , Flinter_Mcfly

Hij@s: Ezio Auditore di Firenze, brisingr, Siriaaa

Tío Abuelo: Will Jack Triviani

[center][IMG=http://i429.photobucket.com/albums/qq18/d4rw1nd/Sirano_Especial-1.gif][/center]

 

Nuevamente pido. Que solo se deje ver mi ficha. O_O Espero ver lo antes posibles los cambios. Y ver ahora que si diga en mi perfil Aprendiz de la Oficina de Seres y Espíritus

 

Activo el domingo. / Un fantasma del duelo que jamás entrara a un bando
http://i429.photobucket.com/albums/qq18/d4rw1nd/Morti/Sirano_Firma.gif
Ex Darwind, Ex Prophet Des Mondes / http://i38.tinypic.com/34rtz4o.jpg / Ex de los bandos
  • 2 semanas más tarde...
Publicado

Hola por falta de tiempo. No puedo seguir siendo Sirano. Pido que esta ficha y todo lo que tenga que ver aparesca en esta cuenta. O no se como se tome. Pero como ya había colocado que era yo en la otra cuenta pues me da un poco de flojera mandar a que solicitar que me re abran mi antigua ficha. Asi que espero que todo este en orden. Y claro que con esta mas tarde mandare a colocar mis conocimientos.

 

Conocimientos.

 

Cuidado de Criaturas Mágicas

 

Herbología

 

Y las licencia ya las aprobé. Tanto la de Vuelo y aparición.

http://i429.photobucket.com/albums/qq18/d4rw1nd/corni_zpsyrgf1n9n.png


http://i113.photobucket.com/albums/n221/andretti386/yoapoyord.gifhttp://i.imgur.com/pxs5f.gifhttp://i113.photobucket.com/albums/n221/andretti386/yoapoyord.gif


  • 1 mes más tarde...
Publicado

Cerrado a pedido del creador.

||http://i.imgur.com/pxs5f.gif||
http://i713.photobucket.com/albums/ww131/animaga/2010_firma.jpg
|| http://i33.photobucket.com/albums/d73/ASpinnet/Ped/miss.gif||


http://i.imgur.com/VRuNS.png
Shekh ma shieraki anni

  • 11 meses más tarde...
Publicado
Imagen IPB

Estimado Sirano de Lioncourt

Han pasado tres meses desde la publicación del tópico Atención a los habitantes de Ottery, por lo que es nuestro deber como moderador, realizar lo siguiente:


- Si pasados tres meses, desde la publicación de este topic, no hubieses pagado el importe de las criaturas que debes, o bien no hubieses regularizado lo indicado en la lista, los moderadores editarán tu ficha para eliminar todas las criaturas.


No has realizado los trámites correspondientes, por lo que se te retiran las siguientes criaturas:

- Silver (propiedad de Sirano): Un lobo negro adulto, el cual su mirada resplandecía a la luz de la luna. Y mostraba con elegancia sus colmillos al caminar. Entre todos este poseía un pelaje brillante y liso que se mueve a su Andar. Poseyendo garras filosas plateada este sin dificultad podía correr por donde este quisiera estar. Además de desgarrar la carne con gran facilidad.

- Raiquer (Propiedad de Sirano): Un águila plateada de mirada penetrante. La cual posee unos mirada orbes negros. A pesar que sus garras son cortas son capases desgarrar la carne con gran facilidad debido a su filo.

Se te recuerda que una vez realizada esta acción, no puedes pedir que te las pongan de nuevo. Si quieres una criatura, deberás comprarla en el Magic Mall, una vez que se empiecen a vender.

Agradecemos tu atención.
Atentamente Niko Uzumaki
Moderador de Harrylatino.org.

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