Douce Tentation & Straripante Passione (MM B: 90090)

[Hilary J. Gryffindor.]

Al fin llegaba, no solo al lugar sino el día tan esperado. Por días había planificado esa estadía, estaba cansada de los papeleos, de los magos imprudentes y de todo lo que cargaba en casa. Necesitaba un descansó y por eso ahí estaba, pero esta vez no iba a disfrutarlo sola. Para comenzar había arrastrado a su prima y mejor amiga a prepararse y salir con ella. Y cuando decía arrastrar era literal.

 

En una mano tenia una de las maletas de rueditas, la cual llevaba todo su equipaje y en la otra estaba el brazo de la otra matriarca Currington. Little estaba un poco despeinada, algo que me hizo reír en voz baja, en su rostro se podía notar que pronto me daría una reprimenda por lo que le sonreí de lado. -Ya estamos aquí Lit y tendremos los 2 días más maravillosos que podamos imaginar. Tenemos que hacer un programa y así visitar todo, leí que tienen un Spa. Esto es algo que ambas necesitamos, después de haberle visto la cara nauseabunda a ese McGruiffer.-

 

No extendí mas esa conversación, no quería recordar los sucesos que habían sucedido con ese hombre. Me adentré mas al Lobby volviendo a tomar el brazo de la bruja, el cual ya había soltado. Con la mirada busqué a alguien que pudiera ayudarme sin exactamente saber qué hacer. -Espero que lleguen pronto las demás. ¿Te imaginas? 2 días solo para mujeres. Espero que Aime pueda zafarse de sus compromisos y alcanzarnos al menos. Y a tu madre le dará algo cuando se entere que estamos aquí sin ella.-

 

Me acomodé un poco el cabello hacia atrás y era que lo tenía suelto y descansaba hasta la mitad de la espada, cayendo con sus suaves curvas. Parecía toda una turista y eso me causó gracia. Una camisa holgada con diseños rojizos y rosáceos, unos jeans y unas sandalias doradas sin tacón. A pesar del estilo de la camisa se podía notar claramente mi vientre de más de 5 meses, el cual acaricie soltando finalmente el brazo de mi prima.

[Little G.]

Little bufó por décima vez consecutiva en el día y se dejó arrastrar por su prima hacia el interior del hotel. Su cabello se encontraba ligeramente despinado, lo que contribuía a su mal humor. Tenía el brazo agarrado al de su prima, mientras su mano libre arrastraba una maleta de rueditas semejante a la que la Gryffindor cargaba. ¿Cómo había terminado allí? La respuesta era sencilla: Hilary era una embarazada que sabía conseguir lo que deseaba, aún si esto implicaba llevarla a la fuerza. Literalmente.

 

-Un programa -. Repitió con fastidio la Rowle, mientras buscaba, junto a la otra bruja, a alguien que pudiera atenderlas en el Lobby -. Conociéndote, en vez de descansar, haremos un tour. No me dejarás sentarme ni dos segundos. -. Sintió como el brazo de su prima la abandonaba para acariciar su abultado vientre.

 

La castaña tuvo que sonreír ligeramente ante el gesto, pero se negó a dejárselo ver a su prima. Dirigió su vista a todo el recinto, en busca de Aime, Kassandra o alguna de las chicas. La idea de pasar dos días de aquí para allá con Hilary y ambos bebés adentro le daba escalofríos. No, ella necesitaba alguien que la ayudara a lidiar con la emoción de la oji gris.

 

-Espero que Ai venga… -. Musitó con un suspiro. -. O Kassandra. Morgana no puede ser tan cruel con nosotros, baby -. Añadió hablándole a su propio vientre con cierta diversión, esperando que la segunda matriarca no se lo tomara mal.

 

Estaba usando un corto vestido azul cielo, que dejaba sus hombros al descubierto y mantenía oculto su vientre. A juego tenía un bolso blanco con flores estampadas y unas sandalias rosas. Pasó distraídamente sus manos por su cabello ondulado, que caía en cascada hasta el final de su espalda, a la par que se giraba nuevamente hacia Hilary.

 

-Ojalá, por tu bien, que ese Spa nos sirva para olvidar a Doloteo. Mi espalda pide a gritos un masaje.

[Lainë Marie]

--No corras, no te dolerá.— sonreí abriendo mi hermosa boca finamente pintada de carmesí, que comenzaba a temblar al imaginarse simplemente el rico sabor a la sangre de aquel mago que se había encontrado por el camino. No estaba acostumbrada a cenar magos o brujas, pero ese día el chico la había tentando bastante.

 

La luna era hermosa, al igual que el cielo que esa noche permanecía despejado con enormes y expresivos luceros que destellaban su brillo con tal inocencia, que cualquier ser mágico se dejaría embrujar con facilidad. Pero aun así esa noche por más perfecta que era, me seguía haciendo falta algo para ser feliz.

 

--Vete…--cerré mi boca con rapidez alejándome con reselo y hasta asco del cuello de aquel mago.—cuidate, y ya olvídate de ser un vampiro.—lo mire fijamente.—esto no es vida.—comente casi quejándome, parecia que ya mi cuerpo frio estaba cansado de vivir siglos, y no es que estaba deprimida, si no que empezaba a cansarme de solo sentir eso… frio.

 

Aquel mago salió casi arrastras, el miedo se apoderaba de su cuerpo haciéndolo presa de el mismo. Sonreí mientras lo dejaba atrás, lo había logrado, había dejado atrás la posibilidad de volver a probar la exquisitez de una sangre fresca, pero valía la pena.

 

—Hotel… hoy te necesito más que nunca.—dije entre susurros dejando que mis pies me guiaran hasta las puertas del Hotel en donde Hilary me había invitado, en aquel plan de liberar el estrés por una semana o el tiempo que fuese necesario para volver a ser felices.

 

--Buenas…--salude a los presentes.—Little, espero que aquí no solo el Spa sirva, si no todo lo que esta en su oferta.—bromee sin sentido, no sabía si Kasssandra vendria con nosotras, pero la verdad estaba esperando por ella, para pasarla mejor.

 

--¿Todo bien?... ¿llegaron las demas?.

[Gomita Haughton Westrong]

GOMITA Y MIKAEL HAUGHTON M. WESTRONG

 

Había tenido mucho tiempo de tensión y demasiado estrés durante los últimos meeses del año pasado gracias a la culminación de un proyecto muy importante, por lo que realmente necesitaba unas buenas vacaciones. Lamentablemente siempre me ponía obstáculos yo misma, ya que terminaba ocupando mi tiempo en otras labores que yo creía que eran mucho más importantes y dejaba el descanso para otro día.

 

- Hoy sí me voy - dije en voz un poco alta cuando estaba en mi dormitorio.

 

- ¿Otra vez hablando sola? - me dijo mi hermano Mikael.

 

Lo miré haciéndome la molesta y luego sonreí. Él se encontraba dentro de mi habitación, sentado en el escritorio leyendo uno de los libros que tanto le gustaban e invadiendo mi habitación al igual que a veces yo lo hacía con la suya. Éramos tan parecidos y nos acoplábamos tan bien que nunca nos molestaban esos pequeños detalles, así que esta no fue la excepción y logré empacar sin problema al tenerlo presente.

 

- Bueno te cuidas - lo miré darle una galleta a Edy - cuida a mi pequeño.

 

- Descuida, soy bueno en esto - posó su mirada verde en mí - y tú por favor, por lo que más quieras no te pierdas - lo vi aguantarse la risa - no tengo tiempo de ir a buscarte - por cierto, hoy visitaré el bar de un amigo.

 

- Si te atreves iré por ti a sacarte de las orejas.

 

- En tus sueños- y siguió con su lectura.

 

Esta vez le lancé un cojín y cerré la puerta rápidamente, bajé las escaleras casi corriendo llevando mi maleta con rueditas y después de atravesar toda la casa por fin salí a la calle en dirección al hotel donde me quedaría en compañía de algunas amigas.

 

~ * ~

 

GOMITA HAUGHTON M. WESTRONG

 

- Tendría que llorar por ti, y me río como un loooooco - canté - tendría que llorar por ti y no tengo ni una láaaagrimaa.

 

En realidad iba muy contenta recorriendo las calles del pueblo, era la primera vez que tendría unas vacaciones y sentía que me las merecía con todo el sentido de la palabra. Además valdrían muchísimo la pena ya que podría ver de nuevo a algunas amigas a quienes había dejado de frecuentar gracias a ciertas dificultades que me habían impedido salir durante un tiempo.

 

- ¿Hola? - entré al hotel - ¿Quién vive?

 

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Me alisé mi falda amplia y larga, sacudí mi suéter que llevaba ese día y la que había llenado con restos de papas fritas. Mis zapatillas resonaron cuando atravesé el lobby del hotel y miré a mi alrededor con la boca abierta, jamás había visto un hotel como ese y me estaba sintiendo un poco intimidada. Luego de un rato de calmarme, entré arrastrando la maleta y miré a algunas chicas que habían llegado antes que yo.

 

- Hola - saludé y sonreí.

[Helene Eloise Bellerose]

La Weasley sonrió, al fin había terminado de empacar las maletas que llevaría al hotel donde quedó con sus amigas, la verdad era que lo necesitaba, un viaje solo de chicas se le antojaba excelente. Así pues llamó a Windy, su elfina y le pidió con amabilidad que bajara sus maletas.

 

Al bajar las escaleras Camila su hija la miró con sospecha, la chica no había dado explicaciones a nadie sobre lo que haría o no, así pues tras darle un breve beso en la frente a la pequeña salió dispuesta a relajarse, y a deshacerse de todas las tensiones que la embargaban, comenzando por el trabajo que ya la estaba volviendo loca. Así pues bajó las escaleras con paso lento, no tenía prisa. Al salir de la gran mansión sostuvo su equipaje, y tras agradecer a su elfina, giró sobre si misma enfocando sus pensamientos al paradisíaco lugar que le aguardaba.

 

Lo primero que hizo al llegar fue respirar profundamente, estaba resuelta a liberar todas las tensiones y sabía que tras una sesión de spa y la compañía de sus amigas estaría perfecta después de aquellas breves vacaciones. Por lo que buscó a sus amigas con la mirada y le encantó encontrar ya a varias allí. Se acercó lentamente a donde se encontraban ya y las saludó con una abrazo a cada una.

 

-¡Lit!¡Hila! se ven tan bellas con el embarazo… ¡Divi! -abrazó a su amiga mientras la tomaba por el brazo se giró para saludar a Gomita también.

 

-Y bueno –Continuó la Weasley- ¿Dónde está la fiesta? –Miró a Divinidad con complicidad.

[Hilary J. Gryffindor.]

-Un programa .Conociéndote, en vez de descansar, haremos un tour. No me dejarás sentarme ni dos segundos. – Miré con el ceño fruncido a mi prima mientras soltaba mi maleta y es que no era para menos, si que andaba de mal humor esta chica. - No seas exagerada, un programa donde tenemos Spa, piscina y playa no nos agotará, además pensaba a ver si todas nos encontrábamos en alguna habitación a hacer algo juntas.- Seria un poco absurdo pues estaríamos todas juntas en todo.

 

Mis ojos rodaron hacia arriba sin poder evitarlo, que dramática, nunca cambiaria estaba segura. -Eres una exagerada.- Mi prima siguió quejándose, pero cuando iba a responderle mi hermana apareció comentando con ella. -Aky… qué bueno que has llegado.- Le dije mientras le abrazaba, un recordaba las peleas que me hacía por llamarla así. Desde pequeña lo hacía aun sabiendo que la vampira lo odiaba. Sonreí al recordar ese detalle de nuestra niñez, sabía que en algún momento tendríamos que hablarlo. -Solo nosotras y en espera.-

 

-Buenas noches. mi nombre es Stefan, soy empleado del hotel. ¿En qué les puedo ayudar?- Me voltee al joven que nos hablaba y es que como organizadora era responsable de que todas tuviéramos todos los servicios. -Si claro, nos quedaremos unos días en el hotel he reservado las habitaciones, pero aun no estamos todas.- Pareció se r que el mago entendió a la perfección, pues asintió con la cabeza para luego hablar. -Entonces cuando guste y estén preparadas pueden pasar al mostrador para registrarse y que le entreguemos sus llaves.-

 

Después de darle las gracias se retiró y yo me voltee dándome cuenta que Gomita ya había llegado. -Hola Gomy, que bueno verte. ¿Cómo están tus hermanos?- Le decía mientras le abrazaba y le besaba en la mejilla. Una voz hiperactiva y muy reconocible para mi hizo que me sobresaltara, pero al girar mi rostro sonreí. -Gracias sobrina bella.- Le besé en la mejilla al abrazarla y me separé luego para hablar con todas.

 

-Chicas gracias por aceptar esta loquera mía, sé que es un poco extraño, pero no tendremos razones para quejarnos. Entre todas planificamos que hacer, por lo pronto lo que haremos esta noche.- Las miré a todas con mis nuevos orbes plateados, un color del cual aun no me acostumbraba. -Yo iré ahora a pedir las habitaciones, aun faltan, pero ya me habían enviado lechuzas que nos alcanzarían luego.- Caminé despacio hacia el mostrador para que Stefan me diera lo correspondiente a la estadía.

[Little G.]

La Rowle pudo continuar balbuceando palabras e insultos en contra de su prima, pero sabía que no tenía caso. La verdad era que Hilary estaba brotando alegría por los poros, mientras la otra bruja intentaba no ahorcarla. Trató de concentrarse en el bonito decorado del lobby, mas no tuvo que buscar distracciones, porque Divinidad apareció a los pocos minutos. Le sonrió ampliamente, feliz de no verse sola en la locura de su prima.

 

-Merlín escuche tus plegarias -. Le siguió el juego mientras veía a un apuesto joven acercarse a ellas. Little no pudo evitar que sus facciones se llenaran de cierta malicia, que se encargó de esconder ante la llegada de Gomita y Kassandra. -. ¡Chicas! Gracias, Kass, pero sabes que yo siempre me he visto hermosa. Con el embarazo mis dotes solo se realzan -. Añadió guiñándole un ojo.

 

Los ojos de Little se pasearon por el recinto en busca de Aime, Poly o Looney. Parecía ser que ninguna aparecería. La voz de Hilary la regresó a la realidad. Se dio cuenta de que la morena se encaminaba hasta el mostrador, donde Stefan aguardaba. Miró con picardía a las demás.

 

-Creo que he encontrado un juguete -.Comentó con diversión y perfidia antes de seguir a su mejor amiga y plantarse frente al atractivo joven. Debía tener unos diecisiete años. La sonrisa de la castaña se volvió centellante, logrando que el moreno se sonrojara notablemente. No dejó que la oji gris hablara -. ¿Stefan, verdad? Bueno, como ves, todas estamos aquí… ¿Serías tan amable de llevarnos a nuestras habitaciones, cielo?

 

Torpemente el muchacho asintió y dio media vuelta a la mesa, tropezando con sus propios pies, para llevarlas directamente hacia dos muchachos más que se encargaron de coger las maletas de las brujas y colocarlas en un carrito. Stefan, amablemente, las guió hasta el área de las suites.

 

-¿De casualidad te quedarás por aquí cerca? -. Inquirió Little hacia el moreno con un gesto cargado de coquetería. El aludido carraspeó, enrojeciendo nuevamente -. Por si necesitamos cualquier cosa.

 

La oji café miró a sus amigas con una sonrisa divertida, esperando que alguna le siguiera el juego. La verdad es que el joven, aún siendo cinco años menor, era atractivo. Y había logrado algo importante: Hacer que Little empezara a divertirse con todo aquel viaje, mejorando su humor de forma notable.

 

Off:

Espero que Juve no me mate por usar a Stefan de juguete xDD

¿Quién me ayuda a acosarlo? *O*

[Gomita Haughton Westrong]

GOMITA HAUGHTON M. WESTRONG

 

Hacía un minuto de haber llegado al hotel cuando me di cuenta que las chicas ya estaban ahí, jalé mi maleta con cuidado para no tropezar y entré atravesando hasta llegar a donde estaban ellas. Una vez cerca las saludé y sonreí. Me sentía de muy buen humor al saber que descansaría.

- Hola Kass, hola Hil - sonreí - hola Little - mis hermanos están bien Hil, descansan por ahí... - la abracé y suspiré al recordar que de uno de ellos no tenía noticias desde hace mucho.

 

Las tres chicas se encontraban listas para recibir sus habitaciones dentro del hotel así que yo no sería la excepción. De repente miré que un joven alto y moreno se acercaba para ayudarnos con ésto y al ver su rostro me pareció un poco familiar.

 

- Por Merlín... - dije al escuchar a Little y ver cómo trataba al muchacho.

 

La chica no estaba enterada de que ese hombre era ni más ni menos que uno de los demonios escoltas de Juve, así que al verlo palidecí un poco. No tenía idea de lo que podría pasar si el chico se llegara a enojar por algo que mis amigas se les ocurriera hacer.

- Mucho gusto Stefan... - sólo lo había visto una vez y realmente no recordaba dónde.

 

Mientras seguíamos al muchacho sentí un escalofrío recorriendo mi cuerpo, él realmente me daba un poquito de miedo...

 

OFF:

 

Jajajajaja Little yo nada más te veo o.O

Editado 22 de Febrero del 2012 por Gomita Potter Black Haugran

[Addison Evanik Haughton]

El callejón Diagon era uno de los lugares más concurridos por los habitantes del mundo mágico, la mayoría de los magos y brujas iba ahí en busca de todo tipo de artículos. Segundos antes había aparecido ahí con la más firme intención de encontrar lo que parecía ser un complejo hotelero de gran renombre. Lo primero que se le vino a la mente al ver que tenía que visitar aquel lugar fue que sería una experiencia interesante, más hubiera preferido mil veces dirigirse ahí para tomarse unas merecidas vacaciones pero no, iba ahí más por cuestiones laborales más no todo estaba tan mal, sólo esperaba que Alessandro pudiera acudir en aquella ocasión.

 

Su capa purpúrea rozaba ligeramente el suelo con cada paso que daba, le tomó algunos minutos llegar al hotel pero finalmente lo encontró. "Douce Tentation & Straripante Passione", leyó en su mente el letrero que le había indicado que había llegado al sitio correcto. Se dirigió con decisión hasta las puertas, el sitió por fuera resultaba ser imponente, pero al atravesar las puertas se quedó anonadada por unos segundos.

 

Le costó desviar la mirada del sitio, era un hotel en el que se denotaba el lujo y el derroche y esque aunque resultaba bastante futurista para su gusto, no podía evitar pensar en que quería ser una huésped de ese hotel en algún momento. Caminó con paso lento hasta la recepción y sin fijarse en si alguien se encontraba ahí dijo.

 

-¿Hola? -se encontraba mirando más a su alrededor, sus ojos no alcanzaban a abarcar todo pero debía concentrarse, estaba ahí como guardiana y no como una huésped.

[Kahlan Blackthorn]

Tras acabar de revisar los últimos recibos de su local, estaba lista para salir de ahí rumbo a la mansión Malfoy. Inesperadamente la aparición de uno de sus elfos personales, había tomado por sorpresa a la Ángel Caído.

 

-Ama, lamento molestarle…-entrelazó sus alargados dedos-Pero, tiene visitas-siseó entre dientes, esperando no incomodarla.

 

Entornando sus ojos hacia la criatura, asintiendo ligeramente con la cabeza. Enfilando sus pasos hacia la parte principal del Hotel, ahí era donde se ubicaba la recepción y podría atender a su visita, sin tener que ser molestadas por los mirones o gente entrometida. Tomado un profundo respiró, recorrió aquel largo pasillo, desviando de cuando en cuando su vista hacia los lados, percatándose de que todo estaba en perfecto orden.

 

-Bien, veamos quien desea verme-sentenció altiva, tras divisar a lo lejos la figura de su nieta Addison. Dibujándose en su rostro una mueca de sorpresa en el acto, dado que no tenía ni la más remota idea del porqué de su presencia en el lugar. –Addison, que gusto verte-esbozó una media sonrisa en sus labios-¿A que debo el honor de tu visita?-inquirió mirando fijamente a la joven Evanik, esperando alguna respuesta de su parte.