Familia Granger (MM B: 86794)

[Joaquín Granger]

Estaba sobre mi cama con doseles hojeando un libro el cual había leído muchas veces y ya hasta podía recitarlo. Todo estaba muy tranquilo como siempre y mi rutina no salía de lo normal ya que solía encerrarme en mi habitación y no salía más que para conseguir sangre cuando me cansaba de la que me traía mi elfo, que ahora estaba sacudiendo el polvo de mis muebles.

 

Cerré los ojos para ver si me quedaba dormido así al menos mataba el tiempo, pero luego de estar como 30 minutos con los ojos cerrados sin conseguir dormirme abandoné todos mis intentos y me levanté dispuesto a salir de aquel lugar del que tan aburrido estaba aunque muchas veces me servía de refugio.

 

Salí de la habitación por el arco custodiado por la estatua del hipogrifo, con bastante pereza como siempre que se trataba de mí, y me dirigí hacia las escaleras, las cuales las bajé con pesadumbre y me tentaba la idea de volver a subir las escaleras e ir a la cama nuevamente, pero ya había ido hasta ahí y no las subiría ahora.

 

Ya al pie de la escalera el nuevo desafío era a donde iría el comedor me resultaba un buen lugar, pero no tenía hambre, y ahora que lo pensaba no hay mucha diferencia en estar tumbado en una cama o sentado en un mesa. Decidí caminar sin rumbo por la casa hasta encontrar un lugar de mi agrado.

 

Al pasar por la sala me paré frente a la gran ventana y divisé el jardín, aquel amplio lugar repleto de plantas era el lugar al que necesitaba ir para cambiar de ambiente. Comprobé que mi atuendo fuera apropiado para el clima y me dispuse a salir y recostarme en un árbol contemplando el horizonte.

 

Pero cuando llegué otra decisión mas, ahora tocaba elegir un árbol en el cual recostarme y había muchos, esparcido por todos lados. Afortunadamente divisé un gran árbol a lo lejos, al que fui sin pensarlo 2 veces y me recosté sobre su tronco respirando profundamente.

Editado 16 de Mayo del 2011 por Joacoo Lestrange

[Valeskya Granger]

No supo cuánto tiempo había permanecido en su habitación, solo había escuchado unos cuantos ruidos sin animarse a salir y averiguar qué era lo que había sucedido. Observó su aspecto en el espejo: su rostro, aunque joven y bello (?), traía marcadas unas ojeras; su negro cabello estaba recogido en una coleta, con un flequillo cubriendo parte de su frente; sus jeans, los tenis y una playera con la imagen de un pollito al frente, completaban su atuendo. ”Lista para salir a la luz” dijo la joven para sus adentros, mientras sonreía levemente.

 

Salió de su habitación, no sin antes echar un vistazo a un montón de pergaminos que había amontonado desde hacía varios días. Esos ataques de depresión, era algo que no le ocurrían muy a menudo; para fortuna del resto de la familia, la ojivioleta había hecho lo posible para pasar desapercibida, cosa que creía haber logrado exitosamente. ”Seguro nadie se enteró”, pensó con jovialidad, mientras bajaba las escaleras de dos en dos, hasta toparse con una elfina de ojos marrones.

 

- Buenos días Breena.- Saludó alegremente la Granger.- ¿Has visto a… alguien?- Inquirió, mientras su mirada se desviaba a todos los rincones de la planta baja de la mansión, ignorando por completo los últimos acontecimientos sucedidos en días anteriores. En la mesita del vestíbulo, pudo observar un objeto que llamó su atención: se trataba de un distintivo de un lugar que ella conocía a la perfección.

 

- ¿The Hunters? ¿Cuándo trajeron esto? – Comenzó a examinar con interés el distintivo, mientras pensaba en el mejor lugar para colgarlo. - Junto al cartel de apoyo a la Orden… offio.- Sentenció la fenixiana, mientras comenzaba a caminar hacia la cocina.

 

- ¡A DONDE SE HAN METIDO TODOSSSS! – Gritó a pleno pulmón.

 

Off:

 

Rol ***ido, lo se xD. Solo para avisar que he vuelto e.e y que me parece bien seguir con la plaga de cosos que Gabee dijo. Mañana vendrá la inspiración (?)

[Coyo-t de Monter Westrong]

Finalmente la joven había decidido acostarse,el tiempo parecía ir más lento de lo habitual, pero realmente no tenía idea de cuántotiempo llevábamos en su cuarto, estaba disfrutando de su compañía, lo cual me hacíamucho bien, sin embargo sentía que la joven no estaba del todo a gusto con mi presencia.

Aun así una vez que se había metido en su cama,pude ver como se movía delicadamente entre su ropa de cama, hasta quefinalmente la vi sacar su hermoso brazo descubierto y tirar su prenda al suelo,me pregunte si usaría algún tipo de ropa interior, y al hacerlo no pude evitar que una pícarasonrisa apareciera en mi rostro.

S. –"¿Realmente piensas quedarte despierto vigilándome?... Sinceramente jamás dejaría a nadie hacer algoasí..."

Su pregunta me distrajo de mispensamientos lo suficiente como para quedarme callado unos instantes, tras loscuales por fin pude decir.

-"Bueno realmente puedo pasarmucho tiempo sin dormir... realmente no es algo que necesite hacer... y bueno... tal vez no dejarías a nadie haceralgo así... pero yo soy diferente a los demás..."

Al terminar de decir eso, me dicuenta que realmente había sonado demasiado arrogante así que continúe.

-"A lo que me refiero es queno entro dentro del común de las demás personas y supongo que tú ya te loimaginas, pues por algo habíamos hecho algo juntos... Pero bueno bella señoritapor lo que veo usted ya esta preparada para dormirse y no quiero ser yo el quele quite el sueño... duerma tranquila pues yo estaré aquí velando por usted"

A propósito había obviado su comentario sobre las relaciones pues noera un tema el cual fuera bueno mencionar... y antes de que pudiera reaccionar, me había acercado a ella y le habíadado un tierno beso en su frente mientras le murmuraba.

 

-"Ten dulces sueños..."

 

Antes de alejarme me agache para tomar la prenda que había dejado caeral suelo y con mucho cariño la coloque sobre la mesita a un lado de la cama.Con calma regrese al sillón mientras veía como la joven respiraba pausadamente,mientras poco a poco su conciencia se iba esfumando al tiempo que caía rendidaa los brazos de Morfeo.

 

En eso un coyote plateado entro en la habitación, un patronus mío quese había quedado en la Orden para avisarme sobre los acontecimientos, aunque yo ya sabía de varios... y finalmente sabía que mi final dentro de ella estaba más y más cerca.

 

Rápidamente hice que el patronus regresara a la Orden para seguir manteniéndomeinformado... después de los últimos acontecimientos, poco a poco iba dejándolos de lado, la misión que tenía para con ellos, había perdido el sentido parami... por ahora y por curioso que fuera, solo podía preocuparme por el estadode salud de la joven en la cama.

 

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off.- perdona la demora Sil...

Editado 17 de Mayo del 2011 por Coyo-t

[Rose Riddle Granger]

Off: No te preocupes Coyo, nada que no se pueda arreglar mandandote a Nurm ¬¬

Luna camiseta con un poshito? jajajaja no veas como me he reido con eso.

 

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Una mañana mas abría los ojos ante la luz molesta que llegaba desde la ventana. Últimamente dormía demasiado profundo y en ocasiones necesitaba varios minutos para recordar donde me encontraba. Sabia que todo era producto de inyectarme aquel extraño liquido antes de irme a dormir, me dejaba demasiado debilitada. Me senté sobre la cama y suspiré aliviada al ver que me encontraba sola allí, nada de molestos elfos ni otro tipo de visitas.

 

Me puse en pie y fui hasta el armario buscando algo que ponerme el día de hoy. Después de rebuscar opté por un vestidito blanco con bordado de flores, el cual al ponérmelo me pregunté de donde lo había sacado. No solía llevar vestidos que apenas llegasen a tapar mis rodillas, pero tras mirarme al espejo comprobé que tampoco me quedaba mal, asique me lo dejé.

 

Durante los días siguientes a lo sucedido, apenas había salido de mi habitación, solo lo necesario. A diferencia de antes, ahora mi vida empezaba a tomar cierto rumbo, tenia mas responsabilidades, hecho que me extrañaba. Pero gracias a todo eso, me había mantenido mas activa y no tanto tiempo encerrada en la habitación. Ademas necesitaba distraer mi mente y no seguir pensando en algo que ya no tenia remedio.

 

Caminé hacia la ventana y la abrí, quedándome rato contemplando el jardín. Me sentía algo confundida, en poco tiempo mi mundo había dado otro cambio radical, y esperaba por una vez que este camino fuese el definitivo. Me preguntaba que pensaría Luna al respecto, no podía obviar el hecho de que parecía que no le caían nada bien los mortifagos y parecía que era algo reciproco, ya que en mas de una ocasión habian hecho acto de presencia aquí.

 

De ahora en adelante debería ir con cuidado, y al primero que tendría en la mira seria a Coyo-t. Sin embargo al mismo tiempo no quería volverle a ver, desde aquella noche no podía dejar de pensar en él. “¡Maldición!” pensé para mis adentros mientras apretaba con fuerza el alfeizar de la ventana. Aunque quería creer que era por el hecho de pensar que seguía teniendo en posesión mis armas, sabia que el tema iba mas allá de eso. Sabia que tenia que volverle a ver tarde o temprano, era inevitable y debería prepararme.

 

Aquel día no salí de la habitación, había pedido a Sniblit que me trajese de comer en un par de ocasiones. Necesitaba meditar mis pasos a seguir hacia el futuro, algo me decía que ahora ya no necesitaba vivir aquí, pero sin embargo tampoco sabia a donde ir. Ademas a pesar de todo aquel lugar me gustaba, se estaba relativamente tranquilo. Durante las horas que pase mirando al exterior no había sucedido anda de mi interés, hasta pasado ya un largo rato en el que vi aparecer a Joacoo.

 

Me puse en pie y sin pensármelo salí de la habitación, dándole ante un ultimo sorbo a mi té de frutas que estaba delicioso. Mientras bajaba las escaleras a toda velocidad comprobé que realmente aquel vestido era cómodo, debería comprarme mas de aquel estilo. Al llegar al vestíbulo estudié con mis grises ojos el lugar, observado que por suerte no había nadie. Viendo que todo estaba despejado salí hacia afuera rumbo a los jardines.

 

Tras andar le divisé, se encontraba extrañamente tumbado sobre el tronco de un árbol. Una sonrisa surcó mis labios ya que no era nada propio de él verle así. Siempre le había tenido como un chico elegante y algo creído, no alguien que se pasase en los arboles al aire libre. A pesar de que no hacia ruido al andar sobre la fresca hierba, el vampiro notó mi presencia y me observó con sus zafiros ojos.

 

-Jamas pensé que te encontraría así, ¿Acaso ya no te parece cómoda tu cama?- le pregunté con sorna, dándome cuenta que nunca saludaba a las personas, siempre debía comenzar dando algunos de mis típicos comentarios.

[Annick McKinnon]

―¡Hola familia!

 

Tales fueron las palabras que Annick expresó a voz de cuello en cuanto ella y Sophie entraron a la mansión Granger luego de haber pasado varias horas en el Hospital San Mungo.

 

―En serio, comienzo a sospechar que sólo usan esta casa para venir a dormir –murmuró al aire, como si hablara consigo misma.

 

Pidió a uno de los elfos que le llevara un vaso con agua mientras ella subía corriendo a su habitación para ponerse unos zapatos más cómodos. Una vez que se deshizo de los tacones bajó nuevamente para reencontrarse con la rubia, quien lucía tan lozana como siempre, como si nada hubiera ocurrido.

 

―Qué dices prima, ¿quieres ver ahora mismo lo que hay en el sótano o esperamos a que Luna aparezca para enviarla por delante? (?)

 

Aún seguía sin saber qué podían ser aquellos animalillos que al parecer habían hecho del sótano de la mansión su nuevo hogar, pero algo le decía que no sería nada bueno. Lo mejor era bajar e investigar. Llamó a Eneas, su elfo personal, para preguntarle si había visto a la ojivioleta o algún otro Granger, y éste le informó dónde se encontraba la fenixiana.

 

―Ah, ahí estás –comentó asomando la cabeza hacia el interior de la cocina– ¿Qué haces hermanita? Mírate, nosotras muriendo y tú comiendo.

 

Mientras decía esas palabras movió la cabeza negativamente. Aquello por supuesto era tergiversar un poco las cosas (?) ya que la única que había estado convaleciente había sido Sophie. Pero eso era algo que la ojivioleta no sabía. ()

 

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Off: No sabía cómo regresar.

Editado 18 de Mayo del 2011 por Annick Black

[Joaquín Granger]

Raramente disfrutaba de la sombra de aquel peculiar árbol aunque no supiera que árbol era, pero estaba seguro de que no era ningún sauce boxeador, ya que, seguramente ahora estaría en San Mungo, seguramente con una gran astilla clavada en un ojo y cubierto de profundas heridas sangrantes que me dejarían medio inconsciente por tanta perdida de sangre. Me estremecí con ese extraño pensamiento y me distraje con un pasto, que arranqué y ahora destrozaba con mis dedos.

 

Seguí por un rato más arrancando pastos y atándolos unos con otros para formar una especie de cuerda que la rompí. Nunca pensé entretenerme tanto rompiendo esa hierba tumbado en un árbol, pero ya veía que me equivocaba esa infantil actividad se me hacía divertida, no era nada complicada, y no se me agotarían nunca, o al menos no antes de que me aburriera de hacer ese hobbie tan peculiarmente raro, y aún mas raro siendo un engreído como lo era yo.

 

Cuando ya iba atando el quinto pasto a una nueva serie divisé una alta figura femenina con cabello platinado que se dirigía hacia mí. Sonreí al verle ya que se trataba de Sil que venía hacía mí y como de costumbre no saludaba, se limitaba a hacer un comentario elocuente, aunque tratándose de ella era como si dijera "hola" volví a sonreír dejando la cadena de hierbas y correspondí a su comentario.

 

-Mi cama sigue tan cómoda como siempre- afirmé con jovialidad -Pero soy propenso a aburrirme y mi habitación ya me tenía aburrido, como imaginarás, así que decidí cambiar de aire un poco. y... ¿A ti que te trae por aquí?- Le pregunté con curiosidad, mientras retomaba mi fina actividad de unir pastos y la invitaba a sentarse bajo la sombra de aquel lindo árbol

 

http://i.imgur.com/WB47D.png

Editado 28 de Diciembre del 2012 por Mónica Malfoy Haughton

[Rose Riddle Granger]

Enarqué una ceja al verle realizar tan entretenida tarea de formar una especie de cadena o cuerda con la hierba. Me llevé una mano a los labios impidiendo así formular uno mas de mis comentarios. Le di la espalda y me senté en el suelo recostando mi espalda en el tranco del árbol, para luego dirigir mi gris mirada hacia la edificación de la mansión.

 

-Supongo que al igual que a ti, mi habitación se me hizo aburrida.- respondí distraidamente -A esta mansión le falta una sala de torturas. Sabes, se haría mas ameno así el paso de la tarde.- aunque el tono de mi comentario iba en broma, sabia muy bien que en el fondo realmente era algo que deseaba, sonreí de solo imaginarlo.

 

Estiré el vestido, se me hacia algo incomodo llevar prenda tan corta, no era costumbre en mi, ver tanto de mis largas piernas se me hacia extraño. Mientras el vampiro se entretenía con sus hierbajos, yo comencé a formar una trenza con mis rubios cabellos, de manera automática sin prestar demasiada atención. A poco me había quedado en silencio dando lugar a que mi mente se volviese a llenar de recuerdos desagradables, como siempre.

 

-Por cierto, gracias a ti sigo sin varita.- comenté saliendo de mi silencio, mientras miraba las ventanas de la planta superior -No puedo ir por la vida desarmada, ademas si quiero suicidarme ¿Como lo hago? Esta mansión no tiene la suficiente altura, tirarme desde una segunda planta no es la gran cosa.

 

Al haber dado ese comentario mis ojos se quedaron fijos en una de las ventanas. Lo que se me acababa de ocurrir era algo descabellado y desesperado. Sin embargo la antigua varita la había conseguido de una manera similar, asique tampoco seria ya nada extraño en mi, el ser honrada no era parte de mi ser. Mientras trazaba un plan seguí jugando con mis cabellos ahora formandolos en rizos.

 

-Tengo que conseguirme un arma nueva, y tu tendrás que ayudarme.

Editado 19 de Mayo del 2011 por Silverlyn

[Joaquín Granger]

-Una sala de torturas sería una gran idea, pero creo que en las mazmorras no hay lugar para una, que lastima- Comenté bromeando también, continuando con mi cadena de pastos.

 

Los zapatos me estaban molestando, era algo realmente tonto salir al jardín con traje y zapatos, así que abandonando toda decencia me quité los zapatos y calcetas quedando con mis pies al aire y pisando la mullida hierba verde y continué con mi cadena de hierbas, que ya llevaba 8 trozos de hierba atados y tenía como meta que fuera la cadena mas larga que hubiera hecho en la tarde.

 

Quedamos en silencio por un tiempo, hasta que la joven volvió a tomar la palabra, con un tema de conversación que no me esperaba oír. Pero ya veía que la joven había quedado bastante resentida desde que la desarmé y la dejé sin su varita, pero no me arrepentía en nada estaba convencido de que lo que yo hice había sido lo correcto.

 

-Si lo recuerdo muy bien, parece que Coyo-t está cumpliendo con mi cometido, y no me arrepiento de nada- Comenté con toda serenidad -Eres mas peligrosa con una varita que un niño de 4 años. Suicidarse no está bien y haré todo lo que me sea posible para evitar que te suicides, así me toque convertir todo el suelo de los jardines en trampolines por si se te ocurre tirarte de la ventana- Finalicé añadiendo una 15ª hierba a mi cadena.

 

Mientras yo continuaba con mi artístico labor y movía alegremente los pies, como si disfrutara de alguna linda melodía, la joven tenía la vista fija en una de las ventanas de aquella monumental mansión, quien sabe pensando quien sabe que cosa, tal vez alguna idea para matarse o algo así.

 

Continué con mi actividad hasta que la joven habló y me ahogué al escuchar aquella petición tan descabellada. Miré a la joven con desconcierto no podía creer que me pidiera aquello justo a mi que impedía que tuviera algún medio con el cual pudiera suicidarse, y cuando bajé la cabeza comprobé que me había causado la destrucción de mi cadena de hierbas. Suspiré para no gritarle y tomé la palabra.

 

-¿Me estas hablando enserio? ¿O solo es una broma de muy mal gusto que me ha hecho romper mi trabajosa labor- le pregunté algo enfadado, y añadí -Si no es una broma, que te quede claro que no te ayudaré a conseguir ninguna varita.

 

A continuación saqué mi varita le di unos toquecitos con ella a mi cadenita de hierbas, pronuncié la palabra mágica y la cadenita volvió a quedar como nueva, para así continuar con mi trabajo.

Editado 19 de Mayo del 2011 por Joacoo Lestrange

[Rose Riddle Granger]

Me puse en pie limpiándome el vestido de cualquier rastro de hierba y me di la vuelta. El vampiro se encontraba tan entretenido en su “laboriosa tarea” de enhebrar pastos, que estuve apunto de quitarle de las manos aquello solo para fastidiarle. Al verde aquella manera tumbado, descalzo y jugando con pastitos, me hacia pensar en donde se habría quedado el galán que antes había conocido.

 

-Disculpa que interrumpa tan importante trabajo.- dije cruzándome de brazos -Pero tu me has dejado indefensa ante el mundo, necesito un arma. Ademas tanto que quieres protegerme, ¿no te has parado a pensar que sucedería si alguien intenta hacerme daño? ¿Como me defendería?

 

Ante ello a mi mente llegaron los recuerdos de aquel desconocido que me había protegido en dos ocasiones. Volví a mirar hacia la mansión, aun tenia eso pendiente por averiguar ¿Y si esa persona vivía aquí? Eso me facilitaría enormemente las cosas teniendo en cuenta que hasta la fecha conocía apenas dos hombres que viviesen aquí, aunque tal vez hubiese al menos un tercero mas.

 

Regresé mi atención al Lestrange que seguía inmutable, prosiguiendo su divertida tarea. Sabia bien que se iba a mostrar reticente ante la petición, pero estaba segura que si me llegaba a pasar algo por culpa de no tener con que defenderme, los remordimientos caerían sobre él, si era cierto que aun en su interior albergaba sentimientos por mi.

 

-Tu te vienes conmigo.- le ordené mientras le sujetaba uno de sus brazos y le hacia bajarse del tronco. -Vas a ayudarme te guste o no.

 

Le solté y me puse en marcha rumbo a la mansión, dudaba enormemente de que realmente me acompañase pero eso no importaba. Solo necesitaba plantarle la semilla de la culpabilidad, eso era todo cuanto quería, ya que nunca había esperado que me ayudase. No volví a mirar atrás, estaba decidida a cometer esa locura, solo esperaba no encontrarme con cierto individuo tan oportuno.

[Joaquín Granger]

Continué escuchando a la joven mientras mi cadenita de pastos continuaba creciendo más y mas. Vi como la joven se levantaba y se sacudía las hierbas pero poco me importó, cuando comenzó con su sermón no le presté atención, hasta que me hizo razonar con su lógica y logró que le prestara atención, aunque lo disimulaba agregando mas pasto a la cadena.

 

Durante ese momento me quedé pensando en aquellas palabras que lograron hacer que me sintiera un poco culpable y confundido. ¿Si le salvé la vida desarmándola como logré también ponerla en peligro?. Esa pregunta resonaba en mi mente mientras agregaba mas pasto a la cadena automáticamente y sin prestar atención a nada más que a mi pensamiento.

 

Cuando la joven volvió a tomar la palabra el enigma seguía sin resolver y la joven no me ayudaba en nada a resolverlo, sino todo lo contrario me hacía sentir más culpable y recordar que yo aún la amaba y si algo le pasaba sería culpa mía, además, le debía una por haberme hecho un favor. Tendría que ayudarla aunque fuera contra mi voluntad pero tenía que quedar a mano con la joven.

 

-¡Está bien Sil!- grité mientras la alcanzaba corriendo dificultosamente ya que me intentaba calzar en ese ínterin -te ayudaré, solo porque te debo una- agregué descartando lo otro como si nunca lo hubiera pensado -¿Que tengo que hacer?- le pregunté con indiferencia.

 

Si bien esa diferencia salió convincente era falsa, la idea de robar no era de mi agrado, y menos sin saber quien era la victima, me sentía sucio con eso, pero tenía que hacerlo después de todo la joven estaría mas protegida con un arma, y al mantenerla vigilada no tendría muchas oportunidades de suicidarse. Quedé ahí de pie esperando la respuesta de la joven con cierto nerviosismo.