Jump to content

Ficha de Claudia Crowley


 Compartir

Publicaciones recomendadas

http://magicmall.harrylatino.org/imagenes/2nkuqo5.png

 

El Concilio de Mercaderes informa que Claudia Rambaldi Crowley es cliente frecuente del Magic Mall, ubicado en el Callejón Diagón, y por tanto, se le ha asignado un perfil de comprador con el objetivo de hacer más transparentes sus transacciones.

 

A este perfil, se agregarán pronto todas las pertenencias de esta usuaria y cualquier irregularidad deberá corregirse en nuestras oficinas.

 

El número designado a
Claudia Rambaldi Crowley
es:

 

 

 

Atte.

Gitax Weasley

Miembro del Concilio de Mercaderes

http://i.imgur.com/Der3nnj.jpg
*~*~* Eres una Gatita mentirosa *~*~* | |*~*~* Pero aún así, mía *~*~*

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

  • 5 semanas más tarde...
Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

  • 4 semanas más tarde...

Buenas... noches, días, madrugadas o lo que sea. Vengo a molestar con unos pequeños cambios okey no, es toda la ficha XD espero no den problemas (?) :blush:

 

Gracias de antemano al Mode que los haga *Le dejo una botella de Tequila y Whiskey, y una caja de galletas* ºº

 

 

http://oi49.tinypic.com/2crvxxi.jpg

 

http://oi50.tinypic.com/2rzq6o2.jpg

 

http://oi47.tinypic.com/2dm88pw.jpg

 

Nombre del Personaje:

Claudia Rambaldi Crowley

 

Sexo:

Femenino

 

Edad:

Adulta joven. Aparenta 19 años.

 

Nacionalidad:

Italiana

 

Familia(s):

* Familia 1: Familia Crowley - Matriarca

* Familia 2: Familia Rambaldi

 

 

Padre(s) Sanguíneo:

Macalister ** & Alessandra ** Crowley

 

Padre(s) Adoptivos:

Galedra Anprina Ravenclaw Rambaldi

 

Trabajo:

--

 

http://oi47.tinypic.com/2epsmjs.jpg

 

Rango Social:

Aprendiz

 

Bando:

Neutral

 

Rango dentro del Bando:

--

 

Nivel de Poder Mágico:

1

 

Puntos de poder en objetos: 20

 

Hechizos adicionales:

 

 

Puntos de poder en criaturas: 20

 

Criaturas controlables en asaltos y duelos:

 

 

Habilidades Mágicas:

--

 

Conocimientos Especiales:

--

 

http://oi48.tinypic.com/67sjuw.jpg

 

Raza:

Vampiro

 

Aspecto Físico:

 

De mediana altura y 50 kilogramos, forman una figura curvilínea pero delgada. A pesar de lo anterior, no hay centímetro en el cuerpo de la joven que no posea la firmeza que denota en cada paso que da, esa que coexiste contradictoriamente con la delicadeza de sus detalles, la fineza de sus hombros, la redondez de las caderas y el colorido tenue de cada vena repasada por la piel pálida que le envuelve de pies a cabeza, de alborotados y largos cabellos castaños casi negros. Estos se desplazan de lado a lado con cada movimiento que realiza, y en el liso sedoso le abrazan los hombros provocando hondas caprichosas.

 

Sus orbes son de color cambiante, la mayor parte del tiempo de un negro azabache, a veces carmesí, otras más azules, otras casi de un rojo turbio, otras brillantes, la verdad es que aquellos ojos versátiles no tienen un pigmento determinado. Sentimentales, furiosos, felinos, seductores, muy claros, o muy oscuros, son ventanas al alma tormentosa de su portadora, aunque prevalece en ellos el aire melancólico de quien espera por alguien o algo.

 

Más abajo, su nariz es mediana y fina, con los labios entreabiertos, gruesos y que nunca tienen nada agradable que decir. Sus mejillas están repletas de pecas que solo se notan a la luz del sol.

 

Cualidades Psicológicas:

 

Claudia es una mujer sumamente compleja, ya que aparte de poseer un carácter fuerte, padece de una enfermedad psicológica llamada: "trastorno de personalidad disociativo", lo que quiere decir que tiene otra dentro de ella totalmente diferente a su verdadera forma, solamente si la conoces lo podrás notar sus múltiples personalidades aunque es algo difícil, ni siquiera las personas cercanas a ella saben exactamente cuando es otra de sus personalidades.

 

En sí, Claudia es una chica dura y orgullosa, prepotente, hasta se puede a llegar a ser muy narcisista. Claro está que como todos, también tiene buenos sentimientos pero ella solo se muestra cariñosa con algunas personas.

 

Es difícil de encontrar, pero buena cuando la encuentras, claro que aunque se comporte amena y hasta amable contigo no quiere decir que te estime o te tenga confianza. Prefiere pasar desapercibida ante todos, ya que ama la soledad. No toma enserio a cualquiera pero, cuando decide amar a alguien lo hace con entrega y sinceridad; solo que debes tener cuidado, ella no otorga demasiadas oportunidades, decepciónala y la abras perdido.

 

No toma a todos como sus iguales, es muy elitista, por enseñanza de su tutor, aunque muchas veces deja eso de lado, lo que le importa es la esencia de las personas, cataloga las cosas con mucha facilidad.

 

Es bastante controladora, por culpa de su trastorno en sí. La realidad es que carácter le viene en las venas, si es una gruñona pero más que nada las circunstancias la volvieron así.

Inteligente, siempre que le entra la curiosidad no para hasta saber la respuesta. Es sumamente obstinada cuando tiene una idea nadie se la quita de la cabeza así que no trates de hacerla cambiar de opinión pues es una pérdida de tu tiempo. Tiene aquella facilidad para encerrarse en su imaginación, abstraerse de la realidad, simplemente quedándose con aquella mirada perdida, pensando quién-sabe-qué.

 

Historia:

 

 

Bosque de Iliria, Italia - Verano de 1498

 

Un rayo de sol, firme y contundente se colaba por entre las altas hojas de uno de los muchos Robles Húngaros que conformaban el bosque de Iliria. La marea de la costa oriental del Adriartico estaba bastante alta y el golpe de las olas contra las rocas se podía escuchar varios kilómetros bosque adentro. El sonido de las aves que aprovechaban el clima generoso del lugar, alegraba al oído. El aroma a tierra húmeda y la brisa que llegaba del mar era una mezcla inolvidable.

 

-¿No pretenderás que atrape a ese ciervo mientras tú hablas verdad Orión? -se escuchó una voz entre los matorrales.

 

La joven figura de una esbelta mujer, piel perlada y cabellos tan rubios como los labios del sol. Sus labios eran de una color rosa como el más hermoso de los tulipanes, y lisos como la superficie de un lago congelado. Tenía un movimiento fluido, casi que flotaba por entre las raíces de los secoyas enormes que se proyectaban infinitos hacía la segadora luz proveniente del cielo.

 

-Por supuesto que no Artemisa, pero si no te digo no lo vas a ver nunca. -respondió un moreno joven que respondía al nombre de Orión.

 

El muchacho de tés bronceada y brazos fuertes, caminada juntos a la rubia despacio y sigiloso. Su sonrisa era blanca como la nieve y sus ojos eran de un color oscuro, un negro profundo que fácilmente podría compararse con la roca fundida. Sus pies descalzos no parecían flotar como los de Artemisa. Eran pasos firmes, dignos de una persona con carácter y decisión.

 

-Cállate, allá está el ciervo.

 

Los ojos del joven se postraron en el rostro de la mujer que miraba con atención un claro en el bosque por el cual se filtraba una línea blanca de luz solar. En aquel claro, una ciervo de no mucha edad, se había detenido y tenía la cabeza agachada, olfateando algo entre un matorral. Artemisa era la diosa de la caza, una deidad griega que salía de sus terrenos acompañada de Orión para divertirse más allá de donde debía.

 

La mano de la mujer, se deslizó suavemente por el costado derecho de su cuerpo, pasando por sus hombros hasta la parte superior de su espalda. De una camuflada bolsa sacó un arco de roble negro y una flecha con punta plateada. La ágil mujer arqueó su arma apuntando la brillante punta hacía el ciervo. Haló de la parte trasera de la flecha, dispuesta a disparar, al tiempo que Orión golpeó su brazo para arriba. La flecha varió su trayectoria y se perdió en la inmensidad de las hojas. El ciervo, escuchó el golpe y corrió, perdiéndose de vista.

 

-¿¡Que estás demente!!? - gritó la mujer dejando ver la rabia en sus ojos.

 

-Shhh escucha.

 

Proveniente de un lugar cercano al ciervo, suave pero audible, un sollozo se lograba oír. Un llanto leve y entrecortado guió a los cazadores hasta el matorral que desordenado yacía junto al claro.

 

-Eso es...

 

-Oh sí, eso es sin duda.

 

En el suelo, envuelta en una manta negra, una bebé hermosa de ojos negros como la manta, cabello oscuro y una piel cetrina se movía inquieta. Sus manita pequeñas y suaves se movían a todo lado, buscando desesperadamente algo a que aferrarse. Sus pies se movían velozmente de un lado a otro. Sus orbes giraban en muchas direcciones hasta detenerse en los cazadores. Artemisa se acercó y la tomó en brazos.

 

-Es una hija del hombre. Déjala ahí.

 

-¿Cómo crees que la voy a dejar acá?, ¡Morirá!

 

-No es asunto nuestro. Apolo se enojará.

 

-Mi hermano poco me importa no dejaré a esta pequeña a la deriva de la Madre naturaleza -terminó Artemisa con la mano de la bebé rodeando su dedo índice.-Te llamaras Claudia.

 

Ambos cazadores dieron la vuelta y caminaron en la nada desvaneciéndose.

 

Grecia - 1517

A Claudia nunca le habían gustado las nubes grises. Esas nubes grises que se cernían bruscamente sobre ella y que amenazaban con dañar su tarde perfecta. Claudia jugaba con algunos animales cerca a su casa en Grecia, en los alrededores del templo de Artemisa. Tenía la facilidad innata de atraer a los animales hacia ella y que estos se sintieran cómodos acercándose a la niña. El cielo se tornó gris y los conejos con los que jugaba huyeron. Uno de ellos sin querer se llevó su pañoleta enredada en los pies al interior del no muy grande bosque contra el que quedaba la casa de los Natkios, su casa.

 

Tenía una belleza sin igual. A pesar de contar con recién cumplidos 19 años, su cuerpo era de una femme fatale de 25 mientras su rostro conservaba la tierna edad de 15 años. Su cuerpo era una obra de arte de la madre naturaleza. Sus orbes eran negros como la noche y su cabello negro y lacio precioso. En sus venas corría la magia que su padre había inculcado. Poseía una varita de espino blanco como la dulce joven, de piel blanca como la nieve, ingresó en el bosque siguiendo la criatura de pelo blanco que corría como huyendo de algo, a pesar de las suplicas de la niña por que frenara.

 

La niña, al mejor estilo de los cuentos muggle, siguió el conejo blanco por un buen trecho, avanzando en el oscuro bosque. En un momento ya no pudo seguir el blanco de su pelaje ni el negro de su pañoleta. Una pañoleta que había tenido por mucho tiempo y que tenía una C enorme grabada en hilo dorado. Cuando Claudia intentó volver sobre sus pasos, ya se había perdido. Su padre, Lathion Matkios, siempre le había dicho que si se llegaba a perder, buscara la luz del Cinturón de Orión en el cielo estrellado, y que siguiera el curso que colindaba con La Osa Mayor o "el sartén" como ella la llamaba.

 

Levantó su vista al cielo y a pesar de que apenas comenzaba a anochecer y los puntos blancos comenzaban a ser visibles encontró su ruta rápidamente. Comenzó a avanzar girando su cabeza ocasionalmente hacia el cielo. Las hojas de los arboles ocasionalmente se cruzaban para impedir que viera su guía. Siempre le había gustado mirar las estrellas de noche. Pensaba que los enamorados se dejaban mensajes uniendo los puntos brillantes. De repente su caminar se vio interrumpido. Sus pies deslizaron por el suelo y casi cae de espaldas al suelo. Se aferró con fuerza de un árbol. La creciente oscuridad que se apoderaba del pequeño bosque le impidió ver con claridad lo que la había hecho perder el equilibrio.

 

Como un espejo, el suelo reflejaba la única luz, proveniente de la enorme luna que abarcaba todo el bosque. La niña, acercó su mano con cuidado al suelo para palpar la sustancia. Su mano tocó el suelo y la llevó a la altura de sus ojos. El reflejo de la luna le dejó ver el tono escarlata del fluido que se deslizaba por uno de sus dedos. Asustado su rostro se fue de para atrás hasta chocar con un árbol. El golpe le hizo comprender mejor lo que pasaba. A su alrededor, los ciervos, conejos, erizos y demás criaturas con los que hace algún tiempo había estado jugando, yacían inmóviles en el suelo junto a un respectivo charco de aquel fluido escarlata, viscoso y escandaloso. UN cuerpo por allí, otro por allá un ciervo casi seco un poco más allá. Los cuerpos se extendían por la zona alrededor de ella como parte de ajedrez mágico en torno al derrotado rey. Las patas del ciervo, pequeño aún se movían.

 

-Jamás se igualará a la sangre humana. -dijo una voz en algún sitio.

 

Claudia, con sus manos congeladas giró su cabeza a donde creía había salido la voz. No había nada.

 

-Pareces asustada... Quien lo diría la hija de Macalister con miedo. -retumbó de nuevo la voz, haciendo que la niña girara su cabeza.

 

-¡¿Quien anda ahí?! -indagó la niña con una voz entre cortada. -Mi papá no se llama Macalister!

 

-Oh Claro que si se llama Macalister. No sabes quién eres ¿Verdad? -repitió la lúgubre voz. Sus palabras retumbaban cada vez más cerca. La niña se aferraba al árbol con fuerza.

 

-Sal de ahí, quien quiera que seas.

 

Como si las exigencias de la jovencita, hubieran sido ordenes, una oscura silueta salió de detrás de un árbol.

 

Un hombre de imperiosa belleza salió de su escondite, con elegante andar, su ropa era fina y su aspecto no dejaba lugar a duda de su linaje y educación. Sus labios aun mostraban restos de la fresca sangre que acaba de succionar de aquellas inocentes criaturas del bosque. Esbozó una lasciva sonrisa fijando sus ojos de rubí en la consternada joven que comenzaba a sentir temor, ante lo que sus oscuros ojos le revelaban, el instinto de supervivencia le indicaba correr pero su curiosidad la mantenía con los pies clavados en aquel campo cubierto de sangre.

 

-Finalmente veo que si tienes el valor de tu padre. -afirmó aquel ser oscuro que se recargo con aire casual en uno de los arboles cercanos. Del bolsillo de su pantalón saco un pañuelo negro el cual se llevo a los labios para limpiar de ellos cualquier resto de “alimento” que pudiese quedar.

 

-¿Quién eres y que haces aquí? -pregunto Claudia levantando la cabeza con valentía, la adrenalina que corría por sus venas la inspiraba a ser sincera y externar sus inquietudes.

 

-Veo que no tienes recuerdos de tu pasado, era de esperarse apenas eras una bebé cuando todo ocurrió -el hombre se encogió de hombros y su piel de aspecto marmoleado lanzo un reflejo en medio de aquella oscuridad.

 

-No sé de qué me estás hablando. -confirmo la joven bruja algo desesperada por el cinismo de aquel hombre que le hablaba con extrema confianza haciéndole dudad de que sus palabras fueran mentira.- Déjate de rodeos y dime lo que tengo que saber -exigió con voz severa.

 

-Puedo ayudarte a recordar -murmuró con voz melodiosa mientras daba un paso firme hacia la joven mujer que permanecía inmóvil, esperando información. El vampiro sonrió triunfante y se acercó más hasta que su fría mano pudo rozar la mejilla de Claudia, que no parecía tener intención de escapar.

 

-¿Que tengo que hacer? -preguntó de forma decidida ante el acoso del cual era víctima.

 

-Bueno, solo conozco un método para que tu mente despierte y para tu fortuna es más sencillo de lo que puedes imaginar -murmuró relamiéndose los labios libidinosamente mientras caminaba en torno a Claudia, admirando su belleza en todos los ángulos posibles.- Sera todo un placer ayudarte.

 

Sin dar mayores explicaciones, aquel ser lóbrego se lanzó sobre el cuerpo la frágil mujer, haciéndola caer en aquel campo cubierto de hojas secas que crujió al sentir su peso. Sus ojos oscuros brillaban con intensidad sin apartarlos de los carmesí de su atacante. El peso del hombre le dificultaba la respiración, su pecho subía y bajaba con esfuerzo. Pero poco duro aquella opresión. Los afilados dientes del vampiro se clavaron en su cuello dejando que un fino hilo acuoso y escarlata se deslizara por su cuello. Un segundo de dolor, un ahogado gemido y el bosque se disolvió.

 

Escenas indescriptibles comenzaron a aparecer en su mente, imágenes confusas, visiones borrosas. Gritos, movimiento, todo parecía inestable desde aquel ángulo, apenas comprendía lo que pasaba. Era como estar dentro de una escena dantesca. Sangre, aquel aroma desagradable, aquel ruido metálico. Entre cerró los ojos para poder comprender que era lo que sucedía, el dolor y desesperación eran palpables en aquella habitación, ya no estaba más en el bosque, el escenario había cambiado. Intento dar un paso y un cuerpo rodo a sus pies haciéndola retroceder. Se llevo las manos al pecho y ahogo un grito.

 

El rostro de aquel inerte cuerpo detonaba dolor y sufrimiento, sus ojos oscuros le provocaron un escalofrió, se arrodillo a su lado para descubrir que en su cuello pendía un dije con una letra C adornada con pequeños brillantes. Los gritos volvieron a escucharse y Claudia se puso de pie. Las preguntas comenzaron a agolparse en su mente confundida ¿Donde estaba? ¿Quiénes eran aquellas personas? ¿Porque todo le era tan familiar? Una mujer entro corriendo, miraba por encima de su hombro asustada, cerrando la puerta tras de sí.

 

La mujer se arrodillo al lado del lánguido cuerpo sin vida y negó con la cabeza cerrando los ojos con visible consternación, sin perder tiempo se puso de pie y corrió hasta el extremo de la habitación donde una cuna de latón dorado formaba parte de la fina decoración. En una de las paredes un escudo de armas. Solo una palabra “Crowley” completaba dicha imagen.

 

Su vista volvió a la mujer que tomaba en brazos a aquel pequeño ser que por su quietud parecía dormir pese al ruido que reinaba en torno a ellos. Sin más preámbulo salió por otra puerta que daba hacia el exterior dejándola abierta perdiéndose en la espesura de aquel oscuro bosque. Un par de segundos después una figura con túnica negra con la cabeza cubierta por la capucha entró vociferando, miro el cuerpo en la alfombra que yacía en un tibio charco de sangre que vertía desde donde una fina daga de plata cintilaba en el pecho de la dama. La extrajo de un fluido movimiento y se abalanzó sobre la cuna.

 

-¡Maldita sea! -gritó al darse cuenta que estaba vacía.

 

Las imágenes en su cabeza se convirtieron pronto en un torbellino de colores y formas grises imposibles de identificar. Todo se fue oscureciendo. Todo fue callando. Al fondo como un susurro lograba escuchar la lúgubre voz de aquel que se había aparecido en el bosque unos instantes atrás.

 

-Busca tu origen. -y todo fue oscuridad.

 

 

 

Un cuerpo femenino en medio del bosque se removió un agudo dolor en el cuello la obligo a soltar un profundo lamento, de forma inmediata su pequeña mano fue al sitio, toco suavemente aquella herida y gimió nuevamente. La luz del sol mañanero se filtraba ya entre las copa de aquellos enormes arboles, sin que aquella joven tuviera ni idea de quién era y mucho menos en donde estaba. Sus ojos oscuros recorrieron el lugar conforme poco a poco se incorporaba hasta quedar sentada en medio de aquella masacre, rodeada de animales muertos.

 

De un solo movimiento se puso de pie aterrada por lo que miraba a su alrededor, y peor aun cuando descubrió que su propia ropa estaba bañada en sangre. Cerró los ojos intentando serenarse y algunas imágenes no más alentadoras le llenaron el cerebro. Recuerdos borrosos. Dio un paso, dos y siguió andando hasta perderse dentro del espeso bosque sin tener idea de hacia dónde ir. Solo con un pañuelo negro y una varita en la mano.

 

Londres - Junio de 2011

 

A Claudia nunca le habían gustado las nubes grises. Esas nubes que se cernían bruscamente sobre ella, de pie frente al Ministerio de Magia de Londres. Ya no era la misma mujer inocente que había caído en los colmillos de un desconocido. Era una Femme Fatale completa. Su cuerpo había sido moldeado a fuego t rabia por ella misma. Su temperamento era único y no había mujer con su tenacidad y agallas. La vida le había jugado una mala pasada.

 

El mundo había recorrido buscando su origen. Su historia. La misma que la había traído a Londres a buscar su pasado.

 

-Crowley

-murmuró e ingresó en el edificio.

 

http://oi50.tinypic.com/11gr703.jpg

 

Objeto Mágico Legendario:

--

 

Objetos Mágicos:

 

Objeto 1: Varita mágica.

❥ Madera de Espino. Blanca

❥ 30 cm

❥ Pluma de Fénix; bastante buena para Encantamientos

Clasificación: AA

Puntos de poder: 20

 

Mascotas y Criaturas:

 

Criatura: Gato (Angora blanco). Responde al nombre de Cerbero.

Clasificación: X

Puntos de poder: 10

 

Criatura: Boa (Constrictor). Responde al nombre de Medusa.

Clasificación: X

Puntos por unidad: 10

 

 

Criaturas en la Reserva:

Criatura 1: --

Clasificación: --

Puntos de poder: --

 

Elfos:

 

Elfo 1: Hades. ❥ Pequeño, de grandes ojos amarillos y saltones que muestran a su ama un respeto y admiración indudables; de voz dulce y chillona que a veces resulta irritable.

 

http://oi48.tinypic.com/4ind47.jpg

 

Licencia de Aparición:

Aprobada

 

Licencia de Vuelo de Escoba:

--

 

Registro de XXX:

--

 

http://oi45.tinypic.com/hx573p.jpg

 

Otros datos:

❥ Hábil con el Arco y la Lanza.

❥ Se alimenta de sangre humana AB y animal.

❥ Habla Francés, Italiano y Latín.

❥ Le teme a la muerte, tal vez porque la desea más que nada.

 

Cronología de cargos:

❥ Cazadora de los Chudley Cannons ~ Octubre (2011) - Enero (2012)

 

Premios y reconocimientos:

❥ Premio del Público Concurso de Dibujos ~ Gala de Navidad 2011

 

http://oi45.tinypic.com/5dqgj8.jpg

 

Link al Perfil de Comprador MM: 121

 

Link a Bóveda Personal: B. 92822

 

Link a Bóveda Trastera: --

 

Link a Bóveda de Negocio: --

 

Link a Bóveda Familiar 1: Bóveda 96477 ~ Familia Crowley

 

Link a Bóveda Familiar 2: Bóveda 92259 ~ Familia Rambaldi

 

 

 

[center][img=http://oi49.tinypic.com/2crvxxi.jpg][/center]



[center][img=http://oi50.tinypic.com/2rzq6o2.jpg][/center]


[img=http://oi47.tinypic.com/2dm88pw.jpg]

[color="#8B0000"][b]Nombre del Personaje: [/b][/color]
Claudia Rambaldi Crowley 

[color="#8B0000"][b]Sexo: [/b][/color]
Femenino

[color="#8B0000"][b]Edad:[/b][/color]
Adulta joven. Aparenta 19 años. 

[color="#8B0000"][b]Nacionalidad: [/b][/color]
Italiana

[color="#8B0000"][b]Familia(s):[/b][/color] 
[i]* Familia 1:[/i] Familia Crowley - Matriarca
[i]* Familia 2:[/i] Familia Rambaldi


[color="#8B0000"][b]Padre(s) Sanguíneo: [/b][/color]
Macalister ** & Alessandra ** Crowley

[color="#8B0000"][b]Padre(s) Adoptivos:[/b][/color]
Galedra Anprina Ravenclaw Rambaldi

[color="#8B0000"][b]Trabajo:[/b][/color]
--

[img=http://oi47.tinypic.com/2epsmjs.jpg]

[color="#8B0000"][b]Rango Social:[/b][/color] 
Aprendiz 

[color="#8B0000"][b]Bando:[/b][/color] 
Neutral

[color="#8B0000"][b]Rango dentro del Bando:[/b][/color]
--

[color="#8B0000"][b]Nivel de Poder Mágico:[/b][/color]
1

[color="#8B0000"][b]Puntos de poder en objetos:[/b][/color] 20

[quote]Hechizos adicionales:[/quote]


[color="#8B0000"][b]Puntos de poder en criaturas:[/b][/color] 20

[quote]Criaturas controlables en asaltos y duelos:[/quote]


[color="#8B0000"][b]Habilidades Mágicas:[/b][/color]
--

[color="#8B0000"][b]Conocimientos Especiales:[/b][/color]
--

[img=http://oi48.tinypic.com/67sjuw.jpg]

[color="#8B0000"][b]Raza: [/b][/color]
Vampiro 

[color="#8B0000"][b]Aspecto Físico:[/b][/color]

De mediana altura y 50 kilogramos, forman una figura curvilínea pero delgada. A pesar de lo anterior, no hay centímetro en el cuerpo de la joven que no posea la firmeza que denota en cada paso que da, esa que coexiste contradictoriamente con la delicadeza de sus detalles, la fineza de sus hombros, la redondez de las caderas y el colorido tenue de cada vena repasada por la piel pálida que le envuelve de pies a cabeza, de alborotados y largos cabellos castaños casi negros. Estos se desplazan de lado a lado con cada movimiento que realiza, y en el liso sedoso le abrazan los hombros provocando hondas caprichosas.

Sus orbes son de color cambiante, la mayor parte del tiempo de un negro azabache, a veces carmesí, otras más azules, otras casi de un rojo turbio, otras brillantes, la verdad es que aquellos ojos versátiles no tienen un pigmento determinado. Sentimentales, furiosos, felinos, seductores, muy claros, o muy oscuros, son ventanas al alma tormentosa de su portadora, aunque prevalece en ellos el aire melancólico de quien espera por alguien o algo. 

Más abajo, su nariz es mediana y fina, con los labios entreabiertos, gruesos y que nunca tienen nada agradable que decir. Sus mejillas están repletas de pecas que solo se notan a la luz del sol.

[color="#8B0000"][b]Cualidades Psicológicas:[/b][/color]

Claudia es una mujer sumamente compleja, ya que aparte de poseer un carácter fuerte, padece de una enfermedad psicológica llamada: "trastorno de personalidad disociativo", lo que quiere decir que tiene otra dentro de ella totalmente diferente a su verdadera forma, solamente si la conoces lo podrás notar sus múltiples personalidades aunque es algo difícil, ni siquiera las personas cercanas a ella saben exactamente cuando es otra de sus personalidades. 

En sí, Claudia es una chica dura y orgullosa, prepotente, hasta se puede a llegar a ser muy narcisista. Claro está que como todos, también tiene buenos sentimientos pero ella solo se muestra cariñosa con algunas personas. 

Es difícil de encontrar, pero buena cuando la encuentras, claro que aunque se comporte amena y hasta amable contigo no quiere decir que te estime o te tenga confianza. Prefiere pasar desapercibida ante todos, ya que ama la soledad. No toma enserio a cualquiera pero, cuando decide amar a alguien lo hace con entrega y sinceridad; solo que debes tener cuidado, ella no otorga demasiadas oportunidades, decepciónala y la abras perdido.

No toma a todos como sus iguales, es muy elitista, por enseñanza de su tutor, aunque muchas veces deja eso de lado, lo que le importa es la esencia de las personas, cataloga las cosas con mucha facilidad.

Es bastante controladora, por culpa de su trastorno en sí. La realidad es que carácter le viene en las venas, si es una gruñona pero más que nada las circunstancias la volvieron así.
Inteligente, siempre que le entra la curiosidad no para hasta saber la respuesta. Es sumamente obstinada cuando tiene una idea nadie se la quita de la cabeza así que no trates de hacerla cambiar de opinión pues es una pérdida de tu tiempo. Tiene aquella facilidad para encerrarse en su imaginación, abstraerse de la realidad, simplemente quedándose con aquella mirada perdida, pensando quién-sabe-qué. 

[color="#8B0000"][b]Historia: [/b][/color]



[right]Bosque de Iliria, Italia - Verano de 1498[/right]


Un rayo de sol, firme y contundente se colaba por entre las altas hojas de uno de los muchos Robles Húngaros que conformaban el bosque de Iliria. La marea de la costa oriental del Adriartico estaba bastante alta y el golpe de las olas contra las rocas se podía escuchar varios kilómetros bosque adentro. El sonido de las aves que aprovechaban el clima generoso del lugar, alegraba al oído. El aroma a tierra húmeda y la brisa que llegaba del mar era una mezcla inolvidable.

[i]-¿No pretenderás que atrape a ese ciervo mientras tú hablas verdad Orión?[/i] -se escuchó una voz entre los matorrales.

La joven figura de una esbelta mujer, piel perlada y cabellos tan rubios como los labios del sol. Sus labios eran de una color rosa como el más hermoso de los tulipanes, y lisos como la superficie de un lago congelado. Tenía un movimiento fluido, casi que flotaba por entre las raíces de los secoyas enormes que se proyectaban infinitos hacía la segadora luz proveniente del cielo.

[i]-Por supuesto que no Artemisa, pero si no te digo no lo vas a ver nunca.[/i] -respondió un moreno joven que respondía al nombre de Orión.

El muchacho de tés bronceada y brazos fuertes, caminada juntos a la rubia despacio y sigiloso. Su sonrisa era blanca como la nieve y sus ojos eran de un color oscuro, un negro profundo que fácilmente podría compararse con la roca fundida. Sus pies descalzos no parecían flotar como los de Artemisa. Eran pasos firmes, dignos de una persona con carácter y decisión.

[i]-Cállate, allá está el ciervo.[/i]

Los ojos del joven se postraron en el rostro de la mujer que miraba con atención un claro en el bosque por el cual se filtraba una línea blanca de luz solar. En aquel claro, una ciervo de no mucha edad, se había detenido y tenía la cabeza agachada, olfateando algo entre un matorral. Artemisa era la diosa de la caza, una deidad griega que salía de sus terrenos acompañada de Orión para divertirse más allá de donde debía.

La mano de la mujer, se deslizó suavemente por el costado derecho de su cuerpo, pasando por sus hombros hasta la parte superior de su espalda. De una camuflada bolsa sacó un arco de roble negro y una flecha con punta plateada. La ágil mujer arqueó su arma apuntando la brillante punta hacía el ciervo. Haló de la parte trasera de la flecha, dispuesta a disparar, al tiempo que Orión golpeó su brazo para arriba. La flecha varió su trayectoria y se perdió en la inmensidad de las hojas. El ciervo, escuchó el golpe y corrió, perdiéndose de vista.

[i]-¿¡Que estás demente!!? -[/i] gritó la mujer dejando ver la rabia en sus ojos.

[i]-Shhh escucha.[/i]

Proveniente de un lugar cercano al ciervo, suave pero audible, un sollozo se lograba oír. Un llanto leve y entrecortado guió a los cazadores hasta el matorral que desordenado yacía junto al claro.

[i]-Eso es...

-Oh sí, eso es sin duda.[/i]

En el suelo, envuelta en una manta negra, una bebé hermosa de ojos negros como la manta, cabello oscuro y una piel cetrina se movía inquieta. Sus manita pequeñas y suaves se movían a todo lado, buscando desesperadamente algo a que aferrarse. Sus pies se movían velozmente de un lado a otro. Sus orbes giraban en muchas direcciones hasta detenerse en los cazadores. Artemisa se acercó y la tomó en brazos.

[i]-Es una hija del hombre. Déjala ahí.

-¿Cómo crees que la voy a dejar acá?, ¡Morirá!

-No es asunto nuestro. Apolo se enojará.

-Mi hermano poco me importa no dejaré a esta pequeña a la deriva de la Madre naturaleza [/i] -terminó Artemisa con la mano de la bebé rodeando su dedo índice.[i]-Te llamaras Claudia.[/i]

Ambos cazadores dieron la vuelta y caminaron en la nada desvaneciéndose.


[right]Grecia - 1517[/right]

A Claudia nunca le habían gustado las nubes grises. Esas nubes grises que se cernían bruscamente sobre ella y que amenazaban con dañar su tarde perfecta. Claudia jugaba con algunos animales cerca a su casa en Grecia, en los alrededores del templo de Artemisa. Tenía la facilidad innata de atraer a los animales hacia ella y que estos se sintieran cómodos acercándose a la niña. El cielo se tornó gris y los conejos con los que jugaba huyeron. Uno de ellos sin querer se llevó su pañoleta enredada en los pies al interior del no muy grande bosque contra el que quedaba la casa de los Natkios, su casa.

Tenía una belleza sin igual. A pesar de contar con recién cumplidos 19 años, su cuerpo era de una femme fatale de 25 mientras su rostro conservaba la tierna edad de 15 años. Su cuerpo era una obra de arte de la madre naturaleza. Sus orbes eran negros como la noche y su cabello negro y lacio precioso. En sus venas corría la magia que su padre había inculcado. Poseía una varita de espino blanco como la dulce joven, de piel blanca como la nieve, ingresó en el bosque siguiendo la criatura de pelo blanco que corría como huyendo de algo, a pesar de las suplicas de la niña por que frenara.

La niña, al mejor estilo de los cuentos muggle, siguió el conejo blanco por un buen trecho, avanzando en el oscuro bosque. En un momento ya no pudo seguir el blanco de su pelaje ni el negro de su pañoleta. Una pañoleta que había tenido por mucho tiempo y que tenía una C enorme grabada en hilo dorado. Cuando Claudia intentó volver sobre sus pasos, ya se había perdido. Su padre, Lathion Matkios, siempre le había dicho que si se llegaba a perder, buscara la luz del Cinturón de Orión en el cielo estrellado, y que siguiera el curso que colindaba con La Osa Mayor o "el sartén" como ella la llamaba.

Levantó su vista al cielo y a pesar de que apenas comenzaba a anochecer y los puntos blancos comenzaban a ser visibles encontró su ruta rápidamente. Comenzó a avanzar girando su cabeza ocasionalmente hacia el cielo. Las hojas de los arboles ocasionalmente se cruzaban para impedir que viera su guía. Siempre le había gustado mirar las estrellas de noche. Pensaba que los enamorados se dejaban mensajes uniendo los puntos brillantes. De repente su caminar se vio interrumpido. Sus pies deslizaron por el suelo y casi cae de espaldas al suelo. Se aferró con fuerza de un árbol. La creciente oscuridad que se apoderaba del pequeño bosque le impidió ver con claridad lo que la había hecho perder el equilibrio.

Como un espejo, el suelo reflejaba la única luz, proveniente de la enorme luna que abarcaba todo el bosque. La niña, acercó su mano con cuidado al suelo para palpar la sustancia. Su mano tocó el suelo y la llevó a la altura de sus ojos. El reflejo de la luna le dejó ver el tono escarlata del fluido que se deslizaba por uno de sus dedos. Asustado su rostro se fue de para atrás hasta chocar con un árbol. El golpe le hizo comprender mejor lo que pasaba. A su alrededor, los ciervos, conejos, erizos y demás criaturas con los que hace algún tiempo había estado jugando, yacían inmóviles en el suelo junto a un respectivo charco de aquel fluido escarlata, viscoso y escandaloso. UN cuerpo por allí, otro por allá un ciervo casi seco un poco más allá. Los cuerpos se extendían por la zona alrededor de ella como parte de ajedrez mágico en torno al derrotado rey. Las patas del ciervo, pequeño aún se movían.

[i]-Jamás se igualará a la sangre humana.[/i] -dijo una voz en algún sitio.

Claudia, con sus manos congeladas giró su cabeza a donde creía había salido la voz. No había nada.

[i]-Pareces asustada... Quien lo diría la hija de Macalister con miedo.[/i] -retumbó de nuevo la voz, haciendo que la niña girara su cabeza.

[i]-¡¿Quien anda ahí?![/i] -indagó la niña con una voz entre cortada.[i] -Mi papá no se llama Macalister!

-Oh Claro que si se llama Macalister. No sabes quién eres ¿Verdad? [/i] -repitió la lúgubre voz. Sus palabras retumbaban cada vez más cerca. La niña se aferraba al árbol con fuerza.

[i]-Sal de ahí, quien quiera que seas.[/i]

Como si las exigencias de la jovencita, hubieran sido ordenes, una oscura silueta salió de detrás de un árbol.

Un hombre de imperiosa belleza salió de su escondite, con elegante andar, su ropa era fina y su aspecto no dejaba lugar a duda de su linaje y educación. Sus labios aun mostraban restos de la fresca sangre que acaba de succionar de aquellas inocentes criaturas del bosque. Esbozó una lasciva sonrisa fijando sus ojos de rubí en la consternada joven que comenzaba a sentir temor, ante lo que sus oscuros ojos le revelaban, el instinto de supervivencia le indicaba correr pero su curiosidad la mantenía con los pies clavados en aquel campo cubierto de sangre.

[i]-Finalmente veo que si tienes el valor de tu padre.[/i] -afirmó aquel ser oscuro que se recargo con aire casual en uno de los arboles cercanos. Del bolsillo de su pantalón saco un pañuelo negro el cual se llevo a los labios para limpiar de ellos cualquier resto de “alimento” que pudiese quedar.

[i]-¿Quién eres y que haces aquí? [/i] -pregunto Claudia levantando la cabeza con valentía, la adrenalina que corría por sus venas la inspiraba a ser sincera y externar sus inquietudes.

[i]-Veo que no tienes recuerdos de tu pasado, era de esperarse apenas eras una bebé cuando todo ocurrió [/i] -el hombre se encogió de hombros y su piel de aspecto marmoleado lanzo un reflejo en medio de aquella oscuridad.

[i]-No sé de qué me estás hablando. [/i] -confirmo la joven bruja algo desesperada por el cinismo de aquel hombre que le hablaba con extrema confianza haciéndole dudad de que sus palabras fueran mentira.- [i] Déjate de rodeos y dime lo que tengo que saber[/i] -exigió con voz severa.

[i]-Puedo ayudarte a recordar [/i] -murmuró con voz melodiosa mientras daba un paso firme hacia la joven mujer que permanecía inmóvil, esperando información. El vampiro sonrió triunfante y se acercó más hasta que su fría mano pudo rozar la mejilla de Claudia, que no parecía tener intención de escapar.

[i]-¿Que tengo que hacer?[/i] -preguntó de forma decidida ante el acoso del cual era víctima.

[i]-Bueno, solo conozco un método para que tu mente despierte y para tu fortuna es más sencillo de lo que  puedes imaginar [/i] -murmuró relamiéndose los labios libidinosamente mientras caminaba en torno a Claudia, admirando su belleza en todos los ángulos posibles.- [i] Sera todo un placer ayudarte.[/i]

Sin dar mayores explicaciones, aquel ser lóbrego se lanzó sobre el cuerpo la frágil mujer, haciéndola caer en aquel campo cubierto de hojas secas que crujió al sentir su peso. Sus ojos oscuros brillaban con intensidad sin apartarlos de los carmesí de su atacante. El peso del hombre le dificultaba la respiración, su pecho subía y bajaba con esfuerzo. Pero poco duro aquella opresión. Los afilados  dientes del vampiro se clavaron en su cuello dejando que un fino hilo acuoso y escarlata se deslizara por su cuello. Un segundo de dolor, un ahogado gemido y el bosque se disolvió.

Escenas indescriptibles comenzaron a aparecer en su mente, imágenes confusas, visiones borrosas. Gritos, movimiento, todo parecía inestable desde aquel ángulo, apenas comprendía lo que pasaba. Era como estar dentro de una escena dantesca. Sangre, aquel aroma desagradable, aquel ruido metálico. Entre cerró los ojos para poder comprender que era lo que sucedía, el dolor y desesperación eran palpables en aquella habitación, ya no estaba más en el bosque, el escenario había cambiado. Intento dar un paso y un cuerpo rodo  a sus pies haciéndola retroceder. Se llevo las manos al pecho y ahogo un grito.

El rostro de aquel inerte cuerpo detonaba dolor y sufrimiento, sus ojos oscuros le provocaron un escalofrió, se arrodillo a su lado para descubrir que en su cuello pendía un dije con una letra C adornada con pequeños brillantes. Los gritos volvieron a escucharse y Claudia se puso de pie. Las preguntas comenzaron a agolparse en su mente confundida ¿Donde estaba? ¿Quiénes eran aquellas personas? ¿Porque todo le era tan familiar?  Una mujer entro corriendo, miraba por encima de su hombro asustada, cerrando la puerta tras de sí.

La mujer se arrodillo al lado del lánguido cuerpo sin vida y negó  con la cabeza cerrando los ojos con visible consternación, sin perder tiempo se puso de pie y corrió hasta el extremo de la habitación donde una cuna de latón dorado formaba parte de la fina decoración. En una de las paredes un escudo de armas. Solo una palabra “Crowley”  completaba dicha imagen.

Su vista volvió a la mujer que tomaba en brazos a aquel pequeño ser que por su quietud parecía dormir pese al ruido que reinaba en torno a ellos. Sin más preámbulo salió por otra puerta que daba hacia el exterior dejándola abierta perdiéndose en la espesura de aquel oscuro bosque. Un par de segundos después una figura con túnica negra con la cabeza cubierta por la capucha entró vociferando, miro el cuerpo  en la alfombra que yacía en un tibio charco de sangre que vertía desde donde una fina daga de plata cintilaba en el pecho de la dama. La extrajo de un fluido movimiento y se abalanzó sobre la cuna.

[i]-¡Maldita sea![/i] -gritó al darse cuenta que estaba vacía.

Las imágenes en su cabeza se convirtieron pronto en un torbellino de colores y formas grises imposibles de identificar. Todo se fue oscureciendo. Todo fue callando. Al fondo como un susurro lograba escuchar la lúgubre voz de aquel que se había aparecido en el bosque unos instantes atrás.

[i]-Busca tu origen.[/i] -y todo fue oscuridad.



Un cuerpo femenino en medio del bosque se removió un agudo dolor en el cuello la obligo a soltar un profundo lamento, de forma inmediata su pequeña mano fue al sitio, toco suavemente aquella herida y gimió nuevamente. La luz del sol mañanero se filtraba ya entre las copa de aquellos enormes arboles, sin que aquella joven tuviera ni idea de quién era y mucho menos en donde estaba. Sus ojos oscuros recorrieron el lugar conforme poco a poco se incorporaba hasta quedar sentada en medio de aquella masacre, rodeada de animales muertos.

De un solo movimiento se puso de pie aterrada por lo que miraba a su alrededor, y peor aun cuando descubrió que su propia ropa estaba bañada en sangre. Cerró los ojos intentando serenarse y algunas imágenes no más alentadoras le llenaron el cerebro. Recuerdos borrosos. Dio un paso, dos y siguió andando hasta perderse dentro del espeso bosque sin  tener idea de  hacia dónde ir. Solo con un pañuelo negro y una varita en la mano.


[right]Londres - Junio de 2011[/right]


A Claudia nunca le habían gustado las nubes grises. Esas nubes que se cernían bruscamente sobre ella, de pie frente al Ministerio de Magia de Londres. Ya no era la misma mujer inocente que había caído en los colmillos de un desconocido. Era una Femme Fatale completa. Su cuerpo había sido moldeado a fuego t rabia por ella misma. Su temperamento era único y no había mujer con su tenacidad y agallas. La vida le había jugado una mala pasada.

El mundo había recorrido buscando su origen. Su historia. La misma que la había traído a Londres a buscar su pasado. 

[i]-Crowley[/i]
-murmuró e ingresó en el edificio.

[img=http://oi50.tinypic.com/11gr703.jpg]

[color="#8B0000"][b]Objeto Mágico Legendario: [/b][/color]
--

[color="#8B0000"][b]Objetos Mágicos:[/b][/color]

[b]Objeto 1:[/b] Varita mágica. 
❥ Madera de Espino. Blanca
❥ 30 cm
❥ Pluma de Fénix; bastante buena para Encantamientos 
[b]Clasificación:[/b] AA
[b]Puntos de poder:[/b] 20

[color="#8B0000"][b]Mascotas y Criaturas: [/b][/color]

[b]Criatura:[/b] Gato (Angora blanco). Responde al nombre de [i]Cerbero.[/i]
[b]Clasificación:[/b] X
[b]Puntos de poder:[/b] 10 

[b]Criatura:[/b] Boa (Constrictor). Responde al nombre de [i]Medusa.[/i]
[b]Clasificación:[/b] X
[b]Puntos por unidad:[/b] 10


[color="#8B0000"][b]Criaturas en la Reserva:[/b][/color]
[b]Criatura 1:[/b] --
[b]Clasificación: [/b]--
[b]Puntos de poder:[/b] --

[color="#8B0000"][b]Elfos:[/b][/color]

Elfo 1: Hades. ❥ Pequeño, de grandes ojos amarillos y saltones que muestran a su ama un respeto y admiración indudables; de voz dulce y chillona que a veces resulta irritable.

[img=http://oi48.tinypic.com/4ind47.jpg]

[color="#8B0000"][b]Licencia de Aparición: [/b][/color]
[url="http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=92802&view=findpost&p=4069376"]Aprobada[/url]

[color="#8B0000"][b]Licencia de Vuelo de Escoba: [/b][/color]
--

[color="#8B0000"][b]Registro de XXX:[/b][/color] 
--

[img=http://oi45.tinypic.com/hx573p.jpg]

[color="#8B0000"][b]Otros datos:[/b][/color]
❥ Hábil con el Arco y la Lanza.
❥ Se alimenta de sangre humana AB y animal.
❥ Habla Francés, Italiano y Latín. 
❥ Le teme a la muerte, tal vez porque la desea más que nada.

[color="#8B0000"][b]Cronología de cargos:[/b][/color]
❥ Cazadora de los Chudley Cannons ~ Octubre (2011) - Enero (2012)

[color="#8B0000"][b]Premios y reconocimientos:[/b][/color]
❥ Premio del Público Concurso de Dibujos ~ Gala de Navidad 2011 

[img=http://oi45.tinypic.com/5dqgj8.jpg]

[color="#8B0000"][b]Link al Perfil de Comprador MM:[/b][/color] [u][url="http://magicmall.harrylatino.org/mago_detalle.php?buscar_mago=110084&button=Ir"]121[/url][/u]

[color="#8B0000"][b]Link a Bóveda Personal:[/b][/color] [url="http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=92822"]B. 92822[/url]

[color="#8B0000"][b]Link a Bóveda Trastera:[/b][/color] --

[color="#8B0000"][b]Link a Bóveda de Negocio:[/b][/color] --

[color="#8B0000"][b]Link a Bóveda Familiar 1: [/b][/color] [url="http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=96477"]Bóveda 96477 ~ Familia Crowley[/url]

[color="#8B0000"][b]Link a Bóveda Familiar 2:[/b][/color] [url="http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=92259"]Bóveda 92259 ~ Familia Rambaldi[/url]

 

Editado por Claudia Rambaldi Crowley

But she said, where'd you want to go? How much you want to risk?

qoP9y5J.png

| Semper Fidelis |

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

  • 8 meses más tarde...

Luego de casi un año sin actualización, he decidido "sacarle" el polvo y todas las arañas a mi ficha. Espero no haya problemas con los datos o los códigos. Gracias de antemano al moderador que los haga.

 

http://i.imgur.com/2uAdU.png

 

http://i.imgur.com/T8Msk.jpg

 

• Datos Personales •

 

Nombre del Personaje:

Claudia Alessandra Rambaldi Crowley Natkios

 

Sexo:

Femenino

 

Edad:

517 años. Nació el 13 de Abril de 1496, aparenta 19 años.

 

Nacionalidad:

Italiana

 

Familia(s):

* Familia 1: Familia Crowley - Matriarca

* Familia 2: Familia Rambaldi

 

 

Padre(s) Sanguíneo:

Macalister ** & Alessandra ** Crowley

 

Padre(s) Adoptivos:

Galedra Arcadia Rambaldi Myrddin

 

Trabajo:

--

 

• Poderes Mágicos •

 

Rango Social:

Aprendiz

 

Bando:

Neutral

 

Rango dentro del Bando:

--

 

Nivel de Poder Mágico:

1

 

Puntos de poder en objetos: 20

 

Hechizos adicionales:

 

Puntos de poder en criaturas: 20

 

Criaturas controlables en asaltos y duelos:

 

Habilidades Mágicas:

--

 

Conocimientos Especiales:

--

 

 

• Perfil de Personaje •

 

http://i.imgur.com/DWFs92B.png

 

Raza:

Vampiro

 

Aspecto Físico:

De mediana altura y 50 kilogramos, forman una figura curvilínea pero delgada. A pesar de lo anterior, no hay centímetro en el cuerpo de la joven que no posea la firmeza que denota en cada paso que da, esa que coexiste contradictoriamente con la delicadeza de sus detalles, la fineza de sus hombros, la redondez de las caderas y el colorido tenue de cada vena repasada por la piel pálida que le envuelve de pies a cabeza, de alborotados y largos cabellos negros. Estos se desplazan de lado a lado con cada movimiento que realiza, y en el liso sedoso le abrazan los hombros provocando ondas caprichosas.

 

Sus orbes son de color cambiante, la mayor parte del tiempo de un negro azabache, a veces carmesí, otras más azules, otras casi de un rojo turbio, otras brillantes, la verdad es que aquellos ojos versátiles no tienen un pigmento determinado. Sentimentales, furiosos, felinos, seductores, muy claros, o muy oscuros, son ventanas al alma tormentosa de su portadora, aunque prevalece en ellos el aire melancólico de quien espera por alguien o algo.

 

Más abajo, su nariz es mediana y fina, con los labios entreabiertos, gruesos y que nunca tienen nada agradable que decir. A la hora de la cacería sus caninos se alargan, mostrándose filosos y mortales. Sobre sus mejillas se esconde una constelación de pecas que hace que sus ojos resalten y que parezca una niña de cinco años a punto de hacer una picardía. En realidad tiene 517 años, aunque nadie los note. Casi nunca sonríe, pero cada tanto deja escapar una carcajada de dientes blanquísimos.

 

Cualidades Psicológicas:

Claudia es un poco insegura, cerrada al público en general. Le encanta la soledad, pero sabe que los amigos se cuentan con los dedos de las manos…mejor dicho los verdaderos amigos. Para ella los demás son amigos de juergas y listo, verdaderos solo tres o cuatro. Y estos saben, que a pesar de lo despegada que pueda llegar a parecer o lo despistada que es en ocasiones, estará ahí si la necesitan lo más rápido posible.

 

Tiene un gran intelecto, pero es que literalmente le aburre estudiar; piensa que en la vida hay más cosas interesantes. No se puede esperar menos de un miembro de su familia. Astuta como es, sabe librarse de los deberes y de los problemas. Encantadora y un tanto odiosa, su rostro inexpresivo siempre logra tornarse amistoso ante los desconocidos, claro que aunque se comporte amena y hasta amable no quiere decir que le tenga confianza o le caiga bien.

 

Facil de irritar, pero aun así tiene bastante paciencia antes de perder totalmente el control, en caso de que lo perdiese, su cerebro trabaja con velocidad tramando planes macabros. Le gusta el olor de la sangre, ver el miedo en los ojos de su enemigo y los gritos de dolor. Quizás esta loca, quizá no. Ama torturar a su presa, lo lleva en la sangre y sabe que es tarde para cambiar eso, le agrada sentirse dominante y tener el control sea como sea, le gusta sentir esa electricidad propia dentro de ella cada vez que saca fuera su lado sádico e incontrolable.

 

Historia:

 

Bosque de Iliria, Italia - Verano de 1498

 

Un rayo de sol, firme y contundente se colaba por entre las altas hojas de uno de los muchos Robles Húngaros que conformaban el bosque de Iliria. La marea de la costa oriental del Adriartico estaba bastante alta y el golpe de las olas contra las rocas se podía escuchar varios kilómetros bosque adentro. El sonido de las aves que aprovechaban el clima generoso del lugar, alegraba al oído. El aroma a tierra húmeda y la brisa que llegaba del mar era una mezcla inolvidable.

 

—¿No pretenderás que atrape a ese ciervo mientras tú hablas verdad Orión?—se escuchó una voz entre los matorrales.

 

La joven figura de una esbelta mujer, piel perlada y cabellos tan dorados como los rayos del sol. Sus labios eran de una color rosa como el más hermoso de los tulipanes, y lisos como la superficie de un lago congelado. Tenía un movimiento fluido, casi que flotaba por entre las raíces de los secoyas enormes que se proyectaban infinitos hacía la segadora luz proveniente del cielo.

 

—Por supuesto que no Artemisa, pero si no te digo no lo vas a ver nunca.— respondió un moreno joven que respondía al nombre de Orión.

 

El muchacho de tés bronceada y brazos fuertes, caminada juntos a la rubia despacio y sigiloso. Su sonrisa era blanca como la nieve y sus ojos eran de un color oscuro, un negro profundo que fácilmente podría compararse con la roca fundida. Sus pies descalzos no parecían flotar como los de Artemisa. Eran pasos firmes, dignos de una persona con carácter y decisión.

 

—Cállate, allá está el ciervo.

 

Los ojos del joven se postraron en el rostro de la mujer que miraba con atención un claro en el bosque por el cual se filtraba una línea blanca de luz solar. En aquel claro, una ciervo de no mucha edad, se había detenido y tenía la cabeza agachada, olfateando algo entre un matorral. Artemisa era la diosa de la caza, una deidad griega que salía de sus terrenos acompañada de Orión para divertirse más allá de donde debía.

 

La mano de la mujer, se deslizó suavemente por el costado derecho de su cuerpo, pasando por sus hombros hasta la parte superior de su espalda. De una camuflada bolsa sacó un arco de roble negro y una flecha con punta plateada. La ágil mujer arqueó su arma apuntando la brillante punta hacía el ciervo. Haló de la parte trasera de la flecha, dispuesta a disparar, al tiempo que Orión golpeó su brazo para arriba. La flecha varió su trayectoria y se perdió en la inmensidad de las hojas. El ciervo, escuchó el golpe y corrió, perdiéndose de vista.

 

—¿¡Que estás demente!?— gritó la mujer dejando ver la rabia en sus ojos.

 

—Shhh escucha.

 

Proveniente de un lugar cercano al ciervo, suave pero audible, un sollozo se lograba oír. Un llanto leve y entrecortado guió a los cazadores hasta el matorral que desordenado yacía junto al claro.

 

—Eso es...

 

—Oh sí, eso es sin duda.

 

En el suelo, envuelta en una manta negra, una bebé hermosa de ojos negros como la manta, cabello oscuro y una piel cetrina se movía inquieta. Sus manitas pequeñas y suaves se movían a todos lados, buscando desesperadamente algo a lo cual aferrarse. Sus pies se movían velozmente de un lado a otro. Sus orbes giraban en muchas direcciones hasta detenerse en los cazadores. Artemisa se acercó y la tomó en brazos.

 

—Es una hija del hombre. Déjala ahí.

 

—¿Cómo crees que la voy a dejar acá?, ¡Morirá!

 

—No es asunto nuestro. Apolo se enojará.

 

—Mi hermano poco me importa no dejaré a esta pequeña a la deriva de la Madre naturaleza.—terminó Artemisa con la mano de la bebé rodeando su dedo índice.—Te llamaras Claudia.

 

Ambos cazadores dieron la vuelta y caminaron en la nada desvaneciéndose.

 

Grecia - 1517

 

A Claudia nunca le habían gustado las nubes grises. Esas nubes grises que se cernían bruscamente sobre ella y que amenazaban con dañar su tarde perfecta. Claudia jugaba con algunos animales cerca a su casa en Grecia, en los alrededores del templo de Artemisa. Tenía la facilidad innata de atraer a los animales hacia ella y que estos se sintieran cómodos acercándose a la niña. El cielo se tornó gris y los conejos con los que jugaba huyeron. Uno de ellos sin querer se llevó su pañoleta enredada en los pies al interior del no muy grande bosque contra el que quedaba la casa de los Natkios, su casa.

 

Tenía una belleza sin igual. A pesar de contar con recién cumplidos 19 años, su cuerpo era de una femme fatale de 25 mientras su rostro conservaba la tierna edad de 15 años. Su cuerpo era una obra de arte de la madre naturaleza. Sus orbes eran negros como la noche y su cabello negro y lacio precioso. En sus venas corría la magia que su padre había inculcado. Poseía una varita de espino blanco como la piel de la dulce joven, ingresó en el bosque siguiendo la criatura de pelo blanco que corría como huyendo de algo, a pesar de las suplicas de la niña por que frenara.

 

La niña, al mejor estilo de los cuentos muggles, siguió al conejo blanco por un buen trecho, avanzando en el oscuro bosque. En un momento ya no pudo seguir el blanco de su pelaje ni el negro de su pañoleta. Una pañoleta que había tenido por mucho tiempo y que tenía una C enorme grabada en hilo dorado. Cuando Claudia intentó volver sobre sus pasos, ya se había perdido. Su padre, Lathion Natkios, siempre le había dicho que si se llegaba a perder, buscara la luz del Cinturón de Orión en el cielo estrellado, y que siguiera el curso que colindaba con La Osa Mayor o "el sartén" como ella la llamaba.

 

Levantó su vista al cielo y a pesar de que apenas comenzaba a anochecer y los puntos blancos comenzaban a ser visibles encontró su ruta rápidamente. Comenzó a avanzar girando su cabeza ocasionalmente hacia el cielo. Las hojas de los arboles momentáneamente se cruzaban para impedir que viera su guía. Siempre le había gustado mirar las estrellas de noche. Pensaba que los enamorados se dejaban mensajes uniendo los puntos brillantes. De repente su caminar se vio interrumpido. Sus pies deslizaron por el suelo y casi cae de espaldas al suelo. Se aferró con fuerza de un árbol. La creciente oscuridad que se apoderaba del pequeño bosque le impidió ver con claridad lo que la había hecho perder el equilibrio.

 

Como un espejo, el suelo reflejaba la única luz, proveniente de la enorme luna que abarcaba todo el bosque. La niña, acercó su mano con cuidado al suelo para palpar la sustancia. Su mano tocó el suelo y la llevó a la altura de sus ojos. El reflejo de la luna le dejó ver el tono escarlata del fluido que se deslizaba por uno de sus dedos. Asustado su rostro se fue de para atrás hasta chocar con un árbol. El golpe le hizo comprender mejor lo que pasaba. A su alrededor, los ciervos, conejos, erizos y demás criaturas con los que hace algún tiempo había estado jugando, yacían inmóviles en el suelo junto a un respectivo charco de aquel fluido escarlata, viscoso y escandaloso. Un cuerpo por allí, otro por allá un ciervo casi seco un poco más allá. Los cuerpos se extendían por la zona alrededor de ella como parte de ajedrez mágico en torno al derrotado rey. Las patas del ciervo, pequeño aún se movían.

 

—Jamás se igualará a la sangre humana.—dijo una voz en algún sitio.

 

Claudia, con sus manos congeladas giró su cabeza a donde creía había salido la voz. No había nada.

 

—Pareces asustada... Quién lo diría la hija de Macalister con miedo.—retumbó de nuevo la voz, haciendo que la niña girara su cabeza.

 

—¡¿Quien anda ahí?!—indagó la niña con una voz entre cortada.—Mi papá no se llama Macalister!

 

—Oh Claro que si se llama Macalister. No sabes quién eres ¿Verdad?—repitió la lúgubre voz. Sus palabras retumbaban cada vez más cerca. La niña se aferraba al árbol con fuerza.

 

—Sal de ahí, quien quiera que seas.

 

Como si las exigencias de la jovencita, hubieran sido ordenes, una oscura silueta salió de detrás de un árbol.

 

Un hombre de imperiosa belleza salió de su escondite, con elegante andar, su ropa era fina y su aspecto no dejaba lugar a duda de su linaje y educación. Sus labios aun mostraban restos de la fresca sangre que acaba de succionar de aquellas inocentes criaturas del bosque. Esbozó una lasciva sonrisa fijando sus ojos de rubí en la consternada joven que comenzaba a sentir temor, ante lo que sus oscuros ojos le revelaban, el instinto de supervivencia le indicaba correr pero su curiosidad la mantenía con los pies clavados en aquel campo cubierto de sangre.

 

—Finalmente veo que si tienes el valor de tu padre.—afirmó aquel ser oscuro que se recargo con aire casual en uno de los arboles cercanos. Del bolsillo de su pantalón saco un pañuelo negro el cual se llevó a los labios para limpiar de ellos cualquier resto de “alimento” que pudiese quedar.

 

—¿Quién eres y que haces aquí?—pregunto Claudia levantando la cabeza con valentía, la adrenalina que corría por sus venas la inspiraba a ser sincera y externar sus inquietudes.

 

—Veo que no tienes recuerdos de tu pasado, era de esperarse apenas eras una bebé cuando todo ocurrió.—el hombre se encogió de hombros y su piel de aspecto marmoleado lanzo un reflejo en medio de aquella oscuridad.

 

—No sé de qué me estás hablando.—confirmó la joven bruja algo desesperada por el cinismo de aquel hombre que le hablaba con extrema confianza haciéndole dudad de que sus palabras fueran mentira.—Déjate de rodeos y dime lo que tengo que saber -exigió con voz severa.

 

—Puedo ayudarte a recordar—murmuró con voz melodiosa mientras daba un paso firme hacia la joven mujer que permanecía inmóvil, esperando información. El vampiro sonrió triunfante y se acercó más hasta que su fría mano pudo rozar la mejilla de Claudia, que no parecía tener intención de escapar.

 

—¿Que tengo que hacer?—preguntó de forma decidida ante el acoso del cual era víctima.

 

—Bueno, solo conozco un método para que tu mente despierte y para tu fortuna es más sencillo de lo que puedes imaginar.—murmuró relamiéndose los labios libidinosamente mientras caminaba en torno a Claudia, admirando su belleza en todos los ángulos posibles.—Sera todo un placer ayudarte.

 

Sin dar mayores explicaciones, aquel ser lóbrego se lanzó sobre el cuerpo de la frágil joven, haciéndola caer en aquel campo cubierto de hojas secas que crujió al sentir su peso. Sus ojos oscuros brillaban con intensidad sin apartarlos de los carmesí de su atacante. El peso del hombre le dificultaba la respiración, su pecho subía y bajaba con esfuerzo. Pero poco duro aquella opresión. Los afilados dientes del vampiro se clavaron en su cuello dejando que un fino hilo acuoso y escarlata se deslizara por su cuello. Un segundo de dolor, un ahogado gemido y el bosque se disolvió.

 

Escenas indescriptibles comenzaron a aparecer en su mente, imágenes confusas, visiones borrosas. Gritos, movimiento, todo parecía inestable desde aquel ángulo, apenas comprendía lo que pasaba. Era como estar dentro de una escena dantesca. Sangre, aquel aroma desagradable, aquel ruido metálico. Entrecerró los ojos para poder comprender que era lo que sucedía, el dolor y desesperación eran palpables en aquella habitación, ya no estaba más en el bosque, el escenario había cambiado. Intento dar un paso y un cuerpo rodó a sus pies haciéndola retroceder. Se llevó las manos al pecho y ahogo un grito.

 

El rostro de aquel inerte cuerpo denotaba dolor y sufrimiento, sus ojos oscuros le provocaron un escalofrió, se arrodillo a su lado para descubrir que en su cuello pendía un dije con una letra C adornada con pequeños brillantes. Los gritos volvieron a escucharse y Claudia se puso de pie. Las preguntas comenzaron a agolparse en su mente confundida ¿Dónde estaba? ¿Quiénes eran aquellas personas? ¿Porque todo le era tan familiar? Una mujer entró corriendo, miraba por encima de su hombro asustada, cerrando la puerta tras de sí.

 

La mujer se arrodillo al lado del lánguido cuerpo sin vida y negó con la cabeza cerrando los ojos con visible consternación, sin perder tiempo se puso de pie y corrió hasta el extremo de la habitación donde una cuna de latón dorado formaba parte de la fina decoración. En una de las paredes un escudo de armas. Solo una palabra “Crowley” completaba dicha imagen.

 

Su vista volvió a la mujer que tomaba en brazos a aquel pequeño ser que por su quietud parecía dormir pese al ruido que reinaba en torno a ellos. Sin más preámbulo salió por otra puerta que daba hacia el exterior dejándola abierta perdiéndose en la espesura de aquel oscuro bosque. Un par de segundos después una figura con túnica negra con la cabeza cubierta por la capucha entró vociferando, miro el cuerpo en la alfombra que yacía en un tibio charco de sangre que vertía desde donde una fina daga de plata cintilaba en el pecho de la dama. La extrajo de un fluido movimiento y se abalanzó sobre la cuna.

 

—¡Maldita sea!—gritó al darse cuenta que estaba vacía.

 

Las imágenes en su cabeza se convirtieron pronto en un torbellino de colores y formas grises imposibles de identificar. Todo se fue oscureciendo. Todo fue callando. Al fondo como un susurro lograba escuchar la lúgubre voz de aquel que se había aparecido en el bosque unos instantes atrás.

 

—Busca tu origen.— y todo fue oscuridad.

 

Un cuerpo femenino en medio del bosque se removió, un agudo dolor en el cuello la obligo a soltar un profundo lamento, de forma inmediata su pequeña mano fue al sitio, toco suavemente aquella herida y gimió nuevamente. La luz del sol mañanero se filtraba ya entre las copas de aquellos enormes árboles, sin que aquella joven tuviera ni idea de quién era y mucho menos en donde estaba. Sus ojos oscuros recorrieron el lugar conforme poco a poco se incorporaba hasta quedar sentada en medio de aquella masacre, rodeada de animales muertos.

 

De un solo movimiento se puso de pie aterrada por lo que miraba a su alrededor, y peor aun cuando descubrió que su propia ropa estaba bañada en sangre. Cerró los ojos intentando serenarse y algunas imágenes no más alentadoras le llenaron el cerebro. Recuerdos borrosos. Dio un paso, dos y siguió andando hasta perderse dentro del espeso bosque sin tener idea de hacia dónde ir. Solo con un pañuelo negro y una varita en la mano.

 

Londres - Junio de 2011

 

A Claudia nunca le habían gustado las nubes grises. Esas nubes que se cernían bruscamente sobre ella, de pie frente al Ministerio de Magia de Londres. Ya no era la misma mujer inocente que había caído en los colmillos de un desconocido. Era una Femme Fatale completa. Su cuerpo había sido moldeado a fuego y hierro por ella misma. Su temperamento era único. La vida le había jugado una mala pasada.

 

Había recorrido el mundo buscando su origen. Su historia. La misma que la había traído a Londres a buscar su pasado.

 

—Crowley—murmuró e ingresó en el edificio.

 

 

• Pertenencias •

 

 

Objeto Mágico Legendario:

--

 

Objetos Mágicos:

 

Objeto 1: Varita mágica.

• Madera de Espino. Blanca

• 30 cm

• Pluma de Fénix; bastante buena para Encantamientos

Clasificación: AA

Puntos de poder: 20

 

Mascotas y Criaturas:

 

Criatura: Gato (Angora blanco). Responde al nombre de Cerbero.

Clasificación: X

Puntos de poder: 10

 

Criatura: Boa (Constrictor). Responde al nombre de Medusa.

Clasificación: X

Puntos por unidad: 10

 

 

Criaturas en la Reserva:

Criatura 1: --

Clasificación: --

Puntos de poder: --

 

Elfos:

 

Elfo 1: Hades. • Es un elfo libre, de pequeña estatura, grandes ojos amarillos y saltones que muestran a su ama un respeto y cariño indudable; de voz dulce y chillona que a veces resulta irritable. Solo responde a las órdenes de la pelinegra y solo algunas veces a las del Corvinus y Greyback; más que un elfo a su servicio Claudia lo ve como un gran amigo y confidente, el cual siempre esta vigilándola y dándole más de un regaño.

 

 

• Licencias, Tasas, Registros •

Licencia de Aparición:

Aprobada

 

Licencia de Vuelo de Escoba:

--

 

Registro de XXX:

--

 

• Otros Datos •

 

Otros datos:

• Hábil con el Arco y la Lanza

• Se alimenta de sangre animal.

• Habla francés, español, italiano y latín.

• Amante de la literatura, no hay un día en el cual no se le vea con cualquier libro en mano sin importar su antigüedad o autor.

• Su patronus es un Cuervo.

• Es su espalda lleva tatuado una Pluma.

 

Cronología de cargos:

• Cazadora de los Chudley Cannons ~ Octubre (2011) - Enero (2012)

 

Premios y reconocimientos:

• Premio del Público Concurso de Dibujos ~ Gala de Navidad 2011

• Premio del Jurado, Segundo lugar, Concurso de Dibujos ~ Gala de Navidad 2012

 

 

• Links de Interés Referentes al Personaje•

 

Link al Perfil de Comprador MM: 121

 

Link a Bóveda Personal: Bóveda N° 9822

 

Link a Bóveda Trastera: --

 

Link a Bóveda de Negocio: --

 

Link a Bóveda Familiar 1: Bóveda N° 96477 - Familia Crowley

 

Link a Bóveda Familiar 2: Bóveda N° 99150 - Familia Rambaldi

Editado por Claudia Rambaldi Crowley

But she said, where'd you want to go? How much you want to risk?

qoP9y5J.png

| Semper Fidelis |

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

  • 1 mes más tarde...

http://i.imgur.com/BugJmzD.png

 

La Dirección de la Academia de Magia y Hechicería certifica que Claudia Rambaldi Crowley ha aprobado todas sus clases, adquiriendo el status de Graduado y el rango de Unicornio de Bronce.

 

 

Atte.

León Corvinus Crowley, Niko Uzumaki & Gatiux

Directores de la Academia de Magia y Hechicería

w3PBwnw.png


Zn4buB8.gif


Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

¡Hola!

 

Es mis casi 2 años como aprendiz en la Academia jamás tuve la menor idea de que conocimientos escoger al graduarme, y ahora que ha sido posible un milagro para la mayoría e.é vengo a exigirlos ññ (?) a ver si dejo lo vaga y busco trabajo en el Ministerio.

 

Conocimientos Especiales:

• Leyes Mágicas

• Herbología

 

Gracias :rolleyes:

Editado por Claudia Rambaldi Crowley

But she said, where'd you want to go? How much you want to risk?

qoP9y5J.png

| Semper Fidelis |

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Unirse a la conversación

Puedes publicar ahora y registrarte más tarde. Si tienes una cuenta, conecta ahora para publicar con tu cuenta.

Guest
Responder a esta discusión...

×   Pegar como texto enriquecido.   Pegar como texto sin formato

  Sólo se permiten 75 emoji.

×   Tu enlace se ha incrustado automáticamente..   Mostrar como un enlace en su lugar

×   Se ha restaurado el contenido anterior.   Limpiar editor

×   No se pueden pegar imágenes directamente. Carga o inserta imágenes desde la URL.

Cargando...
 Compartir

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.