Flourish & Blotts (MM B: 98551)

[Radamantys]

Radamantys sonrio al ver coo la varita de Kurt Ayrton Ravenclaw volaba a 5 metros de distancia al acto juve le convocaba, asi Radaamntys apunto de neuvo a Kurt Ayrton Ravenclaw y penso:

 

-Levicorpus-

 

Una fuerza invisible tiro del tobillo del Chico que ahora se encontraba colgando y con el oso panda custodiando para matar a quien se acercara, de neuva cuenta Radamantys apunto a Kurt Ayrton Ravenclaw y penso:

 

-Confundus-

 

La mente del chico Vagaria sin sentido y por ultimo Radamantys apunto a Kurt Ayrton Ravenclaw y susurro:

 

-Morphos-

 

La vestimenta del joven muto en un alambre de pueas que se enrrosco en su cuerpo si hacia algun movimeinto brusco las puas se encajarian en su cuerpo, -Como te dije mi querido amigo debes demostrar obediencia- cnluyo Rada con maldad.

[Keaton Ravenclaw]

Kurt ya estaba en serios problemas, no entendía que diates les había hecho a los mortífagos. Era sangre limpia, apoyaba su causa, es más varias de sus actitudes encajaban con lo que ellos buscaban, así que bueno, no entendía nada. Sin embargo, ya no tenía varita, no podía hacer nada, a menos de que...

 

-Lancy!!- Pensó el vampiro mientras recibía los ataques de Radamantys.

 

Un sonoro CRACK se hizp presente junto a él y un elfo doméstico apreció. Kurt le miró suplicante, el elfo lo tomó del brazo y ambos desaparecieron.

 

Kurt tenía encima un silencius producto de la otra mortífaga, además de un confundos. Sin embargo, sin heridas físicas.

 

OF: En las reglas no dice nada acerca de los elfos, así que adiós xDDD Se les quiere mucho

[Radamantys]

Radamantys sonrio con verdadera maldad al ver a un elfo aparecer cerca de Kurt, el demonio le habia dado la orden al Expectro de matar lo que se acercara, asi lo hizo el panda de sombras despedazo al pequeño ser, dejando regados sus miebros por todos lados.

 

slytherin miro al chico, colgado de un tobillo, con el alambre de puas en su cuerpo, la Liberia siendo devorada por el Fuego, -Ceo que es todo- susurro a Juve mientras se nacaminaba la salida, no tenia caso llvarlo a Numegard ya que de nada les servia ahi.

 

Salio del local y una vez fuera se giro desapareciendo en el acto.

[Kahlan Blackthorn]

La Ángel Caído, no tenía nada más que hacer en el lugar, al menos se había llevado como trofeo la varita de Kurt. Ya buscaría darle un buen uso o lanzarla algún incinerador, dado que de un tiempo para acá, estaba tomándole gusto a incendiar cosas.

 

-En fin, como sea pudo ser peor-negó con la cabeza, enfilando sus pasos hacia la salida. Echando una última mirada a la librería, lanzando un ligero bufido abandono el local, tras abrir la puerta.

 

Tocando el suelo, fuera de este desapareció en medio de una estela oscura. Ahora iba rumbo al Ministerio de Magia, tenía varios asuntos que resolver en ese lugar.

[Keaton Ravenclaw]

Al final, los dos mortífagos que habían solo ido a molestar a Kurt, se marcharon tal cual habían llegado, aunque claro, dejando a su paso al Ravenclaw herido con aquel alambres de púas y levitando sobre el suelo, además, el chico estaba muy confundido por el par de confundus de ambos miembros de la Marca Tenebrosa.

 

A parte, habían lanzado algunos Fuegos Malditos, los cuales quemaban todo a su paso, menos los libros, y que Kurt se había cerciorado de ponerles un hechizo que los protegía de cualquier daño, inclusive los morphos y los vitae no les hacían nada, sin embargo la construcción en si, la cual estaba cubierta toda de madera, se incendiaba.

 

Anne seguía allí, solo se esperaba que actuara un poco más rápido, pues si no ella saldría herida con aquellas llamas que se comenzaban a propagar por el lugar. Además, podría ayudar a su abuelo a sacarlo de aquella apuración o moriría desangrado.

[Anne Gaunt M.]

La Haughton percibió algo extraño en su abuelo, aunque ignoró esa sensación y siguió conversando con él como si nada. Sabía perfectamente lo que era... su abuelo era un vampiro. Ya se había topado con demasiados de su especie, y los reconocía al instante. Sin embargo, eso no cambiaba nada para la joven licántropa, y esperaba que a él le sucediese lo mismo. Ante la pregunta de la morena de si tenía libros sobre dragones, Kurt le dijo que los tenía de muchos tipos, por lo que debía especificar.

 

La Haughton se encogió de hombros, pues lo quería para su hija Mery, a la cual pensaba que le gustaría. Quizá uno que hablase de distintas razas y procedencias y de como criarlos y amaestrarlos le gustaría a su pequeña hija, por lo que abrió la boca para responder. Sin embargo, alguien entró en la librería, y de la boca de la licántropa no salió ninguna palabra.

 

Entraron dos personas, un hombre y una mujer. Llevaban sendas máscaras oscuras, por lo que la Haughton comprendió que eran mortífagos. Casi de inmediato, una luz de alarma se encendió en la mente de la chica, que instintivamente agarró su varita de roble con fuerza. Sin embargo, la fiesta no iba con ella. La mujer saludó a su abuelo, y ella comenzó a retroceder lentamente. Parecía que ninguno de los dos individuos se había percatado de su presencia, por lo que ella alzó su varita, dispuesta a defender a su abuelo si estos querían tocarle ni siquiera un pelo.

 

Pero el ataque se sucedió muy repentino, y la licántropa comprendió que no tenía nada que hacer contra aquellos dos mortífagos. Se escondió tras el mostrador para evitar daños, y esperó el momento para ayudar a Kurt. Su abuelo llamó a un elfo, pero éste no sirvió de mucha ayuda y acabó despedazado. La morena observó la escena, alarmada, y vio que los mortífagos prendieron fuego a la librería y se fueron tan rápido como habían llegado...

 

No lo podía creer. Salió de debajo del mostrador con una fuerte presión atenazándole el pecho. Comprobó que el negocio ardía en algunos sectores, pero aquello no era lo principal. Se acercó rápidamente hasta su abuelo, que colgaba en el aire con alambres de púas rodeándole el cuerpo. Alzó la varita rápidamente hacia él, y exclamó:

 

— ¡Liberacorpus! —y Kurt descendió hasta el suelo. Después apuntó hacia los finos alambres de púas—. Diffindo —y éstos se cortaron, dejando a su abuelo libre. La Haughton se inclinó sobre él levemente, con gesto preocupado—. ¡Abuelo! ¿Estás bien?

 

La chica lo tomó por los hombros y lo zarandeó levemente. Vio que se encontraba aturdido y confundido, habían sido demasiados ataques seguidos sin posibilidad de repeler ninguno, sumado a los dos confundus casi simultáneos. Se sintió una cobarde por no haber acudido en su ayuda, pero aquello ya no tenía solución. Ahora solo le quedaba intentar ayudarle.

[Keaton Ravenclaw]

Prontamente, Kurt fue rescatado por Anne, la cual, tras haberse escondido debajo del mostrador, salió a la ayuda de su abuelo. Los efectos producidos por aquellos confundus comenzaban a mermarse poco a poco, con lo que su equilibrio y su cordur volvían de a poco a su mente. El chico ahora reposaba de nuevo sobre el suelo, la sangre que había subido a su cabeza lentamente volvía su torrente normal, sin embargo, aquel vital líquido rojo emanaba por las cortadas producidas por el alambre de púas.

 

—¿Qué...qué ha pasado? —Inquirió el chico abriendo lo ojos con suma con calma pues le pesaban un tanto —Anne... ¿te encuentras bien? —Dijo al ver por fin a su nieta y recordando lo sucedido hacía unos momentos —¿No te han hecho daño?...¡Auch! —Exclamó el vampiro y bajó una mano que había intentado subir, pero por las cortadas, el chico se lastimó él solo.

 

Pronto, viró su cabeza hacia la derecha y lo que vio hizo que se le olvidase por completo su dolor físico, pasando así a a un enorme dolor moral. El cuerpo de Lancy se hallaba destazado a su derecha, los miembros y la sangre se desperdigaban por el lugar y el Ravenclaw soltó un grito tan ensordecedor que hasta parecía completamente curado. Pronto las lágrimas invadieron su cara, pues aquel elfo era por muchas razones uno de sus mejores amigos. Aquel mortífago iba a pagarlo muy caro.

 

—¡Lancy! ¡Lancy! ¿Qué te hicieron, mi amigo? —Dijo el chico tomando el torso del elfo entre sus manos, pero el dolor físico le volvió a pasar factura, por lo que se retorció de nueva cuenta por el enorme dolor causado por aquellos pinchos de metal —Anne, ¿me ayudarías curarme del todo? Mi varita se la han llevado y necesito estar cien por ciento curado para poder invocarla —Imploró mirando con lágrimas en los ojos a su nieta.

 

Aquello era demasiado, por más que Kurt apoyase a la Marca Tenebrosa, muchas veces lograban dar en el punto más doloroso de las personas, aquella humanidad que aun quedaba en el Malfoy afloraba de a poco por aquel enorme sentimiento de desdicha por su elfo amigo.

[Anne Gaunt M.]

Poco a poco, Kurt comenzó a recuperarse del aturdimiento provocado por el ataque, así como de los efectos de los confundus que había recibido. Al hacerlo, miró a la morena, que se hallaba cerca de él, intentando ayudarle en lo posible. El vampiro miraba a su alrededor, aún un tanto confuso y, tras preguntarle a su nieta si estaba bien, ésta asintió de forma torpe. Entonces Kurt vio el cuerpo del pobre elfo, que se había llevado la peor parte, y soltó un grito de rabio y dolor que hizo estremecer a la joven Haughton.

 

— Claro que puedo te ayudo a curarte, faltaría más —aseguró la licántropa ante la petición de su abuelo. Volvió a apuntarle con su varita de roble, y susurró— Episkey —y los cortes y heridas del vampiro sanaron. La morena le miró, visiblemente entristecida—. Abuelo, siento mucho no haberte ayudado... yo quería, pero... no sabía qué hacer...

 

La morena no pudo continuar hablando, sentía un nudo en la garganta que amenazaba con terminar haciendo que se le saltasen las lágrimas. Había sentido miedo, sí, pero no por sí misma, sino por Kurt y lo que pudiese pasar con su librería. Ahora sólo esperaba que su abuelo pudiese recuperar su varita, que arreglara aquel desastre y, sobre todo, deseó que hubiese alguna forma de ayudar al pobre elfo.

[Radamantys]

-Vaya Vaya- susrro Radamantys Al aparecer en los limites del Callejon Diagon, su mirada se poso en una libreria que hacia tiempo ya habai visitado, era momento de hacer una vista mas y dejar en claro quienes gobernaban el mundo magico.

 

Radamantys ingreso al lugar, de inmediato poso su mirada en una chica que se encontraba en el Anne K. Haughton, que se rumoraba tenia conexiones con la orden del Fenix, motivo por el cual Radamantys que quitaria la vida.

[Near]

Comenzaba a cansarme de que los elfos no dejaran mis cosas tiradas en mi habitación tal y como yo quería que estuvieran. "quien los manda a ordenar todo!" pensaba molesto mientras sacaba algo de ropa de aquel placard y la tiraba en el suelo solo para darme con el gusto de ver un poco desorenada mi habitación en el castillo Haughton. Mientras la noche comenzaba a caer y las estrellas empezaban a aparecer en el cielo nocturno de londres sentí como mi brazo izquierdo me indicaba que un compañero necesitaba de mi presencia.

 

Con gran velocidad me vestí con una túnica de seda negra y coloqué mi mascara en mi rostro para ocultarlo de las miradas no mortífagas. Salí derecho a las calles de Otttery, fuera de los terrenos del castillo y desaparecí con un fuerte estruendo.

 

***

 

Un nuevo 'Crac' anunció mi llegada, centré mis ojos violeta en aquel local e ingresé para ver que sucedía. Allí pude ver a Radamantys, vestido de negro como yo y con su rostro oculto por una máscara plateada. Frente a nosotros una presunta fenixiana parecía no percatarse de nuestra presencia.

 

- bien bien, que tenemos aquí? - solté con tranquilidad acomodando mi cabello blanco - un traidor a la sangre? menuda coincidencia cruzarnos en tu camino...

 

Levanté mi mano derecha haciendo que mi varita se materializara con un fuerte estallido a partir de volutas de humo que se arremolinaban en torno a mi mano derecha.