Flourish & Blotts (MM B: 98551)

[Keaton Ravenclaw]

Elecciones...

 

Keaton estaba que no se lo podía creer, después de tantos años de Crazy en el puesto, el ojiverde comenzaba a pensar que el día que dejara el puesto jamás sucedería, pero bueno, ahí estaban, y como siempre, Keaton estaba un poco ansioso por el chisme, quería enterarse de todo lo que pudiera para saber bien por quién votar, aunque debía de admitir que no era precisamente imparcial ni nada, de hecho, si le preguntaban y debía contestar con total sinceridad... bueno, era obvio que votaría por Aaron, su suegro, pero... ¿de verdad era la mejor opción? La verdad lo ignoraba, por lo que había decidido que lo mejor sería hablar un poco de él con su marido, por lo que había llegado temprano a Flourish & Blotts para preparar algo de café y cuestionar al Triviani.

 

―Igual ignoro su Matthew accederá hablar de estos temas, pero igual nada pierdo con intentarlo ―Dijo mientras se encogía de hombros y lanzaba a Lunita, su lechuza pigmea, por la venta con una nota donde le decía al gitano que deseaba hablar sobre su padre. Igual iba a estar raro, las cosas con su matrimonio eran turbias y jamás había conocido a su suegro de forma decente...

 

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[Anthony R. Dracony M.]

Caminaba hasta llegar al final del Callejón Diagón, ¿la razón? porque el Ryvak no había visitado uno de los locales más extraordinario debido a la larga historia de existencia como la librería de más prestigio en la comunidad, ya no se hallaba al frente algún descendiente de aquel mago que tuvo la visión de crear y atender un sitio tan especializado, el peliverde no se iba a perdonar si no iba a conocer personalmente la librería, después de todo, el es un apacionado de los libros, de la búsqueda de nuevos conocimientos y por añadidura, conocía al mago que ahora se encargaba de la misma.

 

 

Va muy emocionado a la mira de comprar algunos ejemplares de libros mágicos y de paso, charlar animadamente con @@Keaton Ravenclaw y porque no también saborear una deliciosa soda italiana, le han contado que la joven que atiende la cafetería, es una joven muy diestra para elaborar las mejores bebidas que se disfrutan en Londres,con tan buenos prospectos, el ojimiel llega al lugar y se deleita la vista ante el escaparate donde puede ver varios interesantes ejemplares, por lo que no tarda en abrir la puerta de caoba pintada en verdes con hermosos cristales que dejan ver el interior tan acogedor como cual más.

 

 

Recorre el interior con la vista y ve la escalera al primer piso, pero antes de ascender, busca por la cercanía a ver si hay alguien o si localiza a su conocido amigo.