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Gala del Bosque Prohibido - 2012 -


Sagitas E. Potter Blue
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Una gruesa carcajada se escuchó de parte de Henry, al principio de la alfombra roja. El mensaje de su roler le divertía muchísimo y se lo enseñó a Drusilla, a quien llevaba del brazo.

 

-Jujujuju si se va a cortar las venas yo quiero verlo –soltó la vampiresa con una sonrisa maquiavélica. Llevaba un vestido dorado con brillo, escote asimétrico, con una sola manga acampanada y alargada que cubría todo el brazo izquierdo y tenía unas lentejuelas grandes en el extremo. Una larga apertura en la falda larga dejaba ver su pierna izquierda, de nívea piel. Calzaba unas sandalias doradas de tiras y bastante tacón que estilizaban su figura. El cabello lucía suelto, con ondas marcadas que recordaban los años 40.

 

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-Si se corta las venas sólo quedará de nosotros el recuerdo y yo pienso seguir divirtiéndome un poco más –contestó Henry. Iba elegante, con un traje confeccionado a medida compuesto de chaqueta, pantalón y chaleco color azul grisáceo oscuro. Camisa blanca, corbata color cobalto que resaltaba sus ojos de la misma tonalidad y zapatos de cuero italiano negro. Llevaba una barba incipiente que le quedaba atractiva y el cabello negro un poco largo, ligeramente echado hacia atrás.

 

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-¡Henry! ¡Henry! –fans suyas gritaban entusiasmadas, portando pancartas con corazones. El Ventrue de la Hermandad de la Rosa y La Guerra por la Rosa saludó sonriente. Click, se escuchó el sonido de una cámara de fotos.

 

-Jojojo tengo la primera foto –se escuchó decir a Joanna, divertida. Henry se aproximó a ella, sacando un boli y firmando en la captura que había salido un par de segundos nada más hacerla.

 

-¿Alguien más quiere un autógrafo? –preguntó Henry con una atractiva sonrisa. Gritos de entusiasmo se escucharon detrás de las pancartas, solicitando varios. El vampiro se aproximó para hacer felices a sus admiradoras.

 

-No lo entiendo, no estás nominado a nada –la voz aterciopelada y tranquila de Edeen, una de las nominadas, se escuchó detrás de Henry. Llevaba un vestido de corte clásico, con un par de tiras anchas unidas al cuello por detrás, dejando la espalda desnuda y un interesante escote en pico muy sugerente. La falda caía hasta el suelo, arrastrándose un poco por detrás. Un pañuelo alargado, blanco satén como el vestido, rodeaba su fina cintura por detrás y se asentaba en sus muñecas, elegantemente.

 

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-No me hace falta para saber que me adoran –contestó Henry, guiñándole un ojo con complicidad y dándole una foto suya con autógrafo incluido.

 

Edeen rodó los ojos, tomando la foto y saludó a Shannon Stark, compañero suyo en Los Elegidos. Se puso a su lado, él sobre el caballo, preguntándole cómo estaba, mientras los flashes les hacían fotos. Un tigre de bengala y un border collie blanco y negro rápidamente los alcanzaron y se echaron mansamente por unos momentos.

 

La roler levantó pancarta de "se necesita pareja yaoi para Henry", con una enorme sonrisa. Escuchó la música y alzó una ceja. ¿Ya comenzaba? Pero si aún no estaban todos… qué prisas. Al menos se necesitaba una media hora mínimo para estar en la alfombra roja. ¡Quería ver llegar al resto de sus personajes! Puso carita de frustración y tristeza que se le quitó cuando un elfo se acercó para darle una plaquita con un diamante, símbolo de pertenecer al jurado. Se la puso a un lado del vestido, cerca del corazón, con una enorme sonrisa, y ocupó su lugar donde el jurado debía de sentarse.

 

Muchos se quedaron sin respiración de repente. La Reina Malvada había hecho acto de presencia. Un carruaje tan oscuro como la noche, tirados con caballos negros y un cochero con una vestimenta del mismo color con el rostro oculto bajo un tétrico casco que imponía, se detuvo al inicio de la alfombra roja. La puerta se abrió y una hermosa mujer bajó las pequeñas escaleras hasta pisar las flores.

 

Llevaba un vestido púrpura, con mangas largas y acampanadas, cuello rígido y elegante, bordados con virutas de plata y oro blanco con diamantes incrustados. La parte delantera de la falda era de color burdeos. El cabello recogido, alto, con el flequillo hacia el lado derecho. Los pendientes tenían forma de gota, en azabache. Tenía un dije, hermoso, pareciendo un tridente invertido, con la misma piedra negra. Los labios en rojo oscuro y los ojos perfilados en negro. No se veían sus zapatos. Regia, hermosa, de imponente presencia.

 

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Detrás de ella, otro nominado como malvado de la gala bajó las escaleras del carruaje. Masculino, sensual, tremendamente atractivo. Hizo suspirar a más de una. Darth Venom vestía un traje de chaqueta y pantalón negros, camisa y pañuelo en el bolsillo superior izquierdo de la chaqueta blancos, pajarita y zapatos de cuero negros. Estaba afeitado y llevaba el cabello corto. Su intensa mirada verde oscura se detuvo en quienes se aglomeraban a sendos lados de la alfombra.

 

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-Nyaaaaaa, has venido. Ponte al lado de Henry, quiero veros juntos –dijo emocionada la roler, asomando e imaginándoselos a los dos en la cama.

 

Una sola mirada del sith sirvió para que su roler cerrase la boca y volviese a sentarse, aunque continuó fantaseando con esos dos. (XD) Click, otra captura de imagen hecha por Joanna. Darth Venom alzó una ceja castaña y se disculpó con Regina, encaminándose hacia la vampiresa. Rodeó la cintura de la rubia con un brazo, la hizo hacia atrás y se inclinó sobre ella robándole un beso de película.

 

-Vaya... -murmuró Joanna tras erguirse, perpleja y casi sin aliento, mirándolo-. ¿Por qué el beso?

 

-No voy a ganar estatuilla, así que me robo un premio que me apetece -contestó el sith, irguiéndose de hombros y soltándola.

 

-¡No se vale, yo quiero que beses a Henry, no a Joanna! -protestó la roler, husmeando hacia fuera de la carpa.

 

-Qué pena por ti, hago lo que se me da la gana, tú sólo escribes lo que yo te dicto -respondió Darth Venom.

Editado por Artemis Macnair Malfoy

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OFF: Ya es hora de llorar ? Porque se me han saltado las lágrimas con todo esto y de verdad que estoy emocionada. De verdad veritas ! Lo juro... Me voy a rolear.

 

ON

 

Swey, el elfo de Cissy, se había presentado temprano en el Bosque y copado la carpa rápidamente, corriendo de aquí para allá para corroborar que todo marchara bien. Aunque otros elfos estaban haciendo el trabajo, él quería asegurarse de que cuando llegara su creadora, se sintiera a gusto. Lamentablemente Serena odiaba las ceremonias, la vestimenta elegante, las fotos y a la mitad de los personajes de Sonia (XDD) aunque los amaba por igual. Pero temía sentirse incómoda. Así que el buen elfo de Cissy, una de sus creaciones, la primera en realidad, había ido servicial a preparar todo junto a los elfos de otros personajes.

 

-No me gusta como me queda- protesté, mirando a Cissy.

 

-¡Serena! Te queda hermoso, lo juro. Lo que pasa es que no quieres aceptar tu cuerpo como es y entonces te enfurruñas por cualquier cosa- me regañó mi creación de ojos esmeraldas y cabello oscuro como el ébano.

 

Solté un bufido, molesta, pero me calcé el vestido y los zapatos. Muy a mi pesar, no era una persona esbelta como mis personajes, así que había optado por comprarme un vestido en tonos claros, tornasolado, con rayas verticales que parecía calzarme bien y disimular mi barriga. Unos zapatos de tiras del mismo color del vestido y un chal acompañaban el atuendo y le daban un cierre elegante.

 

 

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Por el contrario, la hermosa figura de Cissy Macnair, la vampiresa Ventrue de la Hermandad de la Rosa Negra y la Guerra por la Rosa, también roleada en el mundo mágico, vestía algo muchísimo más sexy. Había elegido un inmaculado vestido blanco, recto, ajustadísimo al cuerpo que le confería la apariencia de una ninfa, cayendo una capa del mismo material del vestido, por los hombros y hasta los pies, que hacían parecer que poseía alas.

 

 

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-Lo que pasa es que a tí te queda bien todo- murmuré, aún molesta, tomando una pequeña carterita que contenía mi móvil, pañuelos para las lágrimas y un estuche con maquillaje para retocarlo luego de la entrega de premios.

 

Cissy me sacó la lengua y luego se rió como una tonta. En realidad le estaba bastante agradecida de que hubiera dicho que si a mi invitación, porque no quería asistir sola a la entrega de los premios. Bueno, no sola SOLA, porque otros personajes míos iban a ir, pero era importante que ella, la principal, estuviera conmigo esa noche, haciendo de soporte emocional y controlando al resto de mis creaciones, sobre todo porque había sino nominada.

 

-¿Ya están listas?- preguntó la voz de Vlyssa, la pelirroja de Los Elegidos.

 

Llevaba puesto un hermoso vestido rosa pálido de mangas cortas e incrustaciones de piedras y canutillos. La tela era ligera y se plegaba, casi pareciendo bruma. Una diosa griega si se quería.

 

 

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-Wow, Lys, estás hermosa- sentenció Cissy, rodeando con una mano por la cintura a la joven de cabellos rojos y depositando un beso en su mejilla.

 

-Ejeeem, Ejeeem.. estoy aquí, por favor- rogué.

 

Se sabía de las inclinaciones homoexuales de Cissy, pero Vlyssa tampoco parecía reacia a probar algo nuevo, por lo que me sentí incómoda. Ellas se separaron y las recorrí con la mirada. Las dos estaban impresionantes, deslumbrantes, pero aún me faltaba ver a los hombres. ¿Dónde estaban Ambrose, Aidan, Mihail..? ¿Y Claire Valentine? Ella estaba en el rol del Apocalípsis, debía ir a la entrega de premios aunque no hubiese sido nominada como personaje.

 

-¿Salimos?- preguntó Cissy.

 

-Pero faltan los hombres- espeté, mirando a la morena de ojos esmeraldas.

 

-Ellos ya saben llegar, no me sorprendería que ya estuvieran en la Gala y nosotras todavía en la Macnair. Vámonos de una vez- nos apuró la vampiresa.

 

Salimos pitando hacia el Bosque Prohibido, donde una serie de flores que brillaban nos indicaron el camino hasta el lugar donde se haría la entrega de premios. Creía que me sorprendería saber que Cissy tenía razón, pero la realidad era que Aidan era alguien impuntual y aunque Ambrose, su padre, hubiera protestado, llegarían tarde. Lo extraño era que ya estaban allí, esperándonos.

 

-A que te sorprendí- fue el saludo de Aidan para mí.

 

Iba vestido con un simple pero elegante traje negro, camisa blanca y corbta negra. Algo despeinado y con un bigote y barbas recortadas que le daban una apariencia de loco.

 

 

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-La verdad, Howard, sí- enarqué una ceja y puse los brazos en jarras.

 

Curiosamente, Cissy hizo lo mismo.

 

-A mi no me sorprende, siempre tiende a hacer lo que se le da la gana- refunfuñó.

 

-Eso es porque Serena se lo permite. Ella tendría que dictarle a él las cosas, no a la inversa-apuntó Ambrose, divertido.

 

Lo observé con detenimiento. Iba con un esmoquin verde azul, camisa blanca con botones negros y un moño también negro que lo hacían ver como un camarero, por un lado, pero por el otro parecía un James Bond mágico.

 

 

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Iba a darles un zape a todos, pero me encogí de hombros y fui directo a las butacas.

 

-Arréglense entre ustedes- fue mi despedida.

 

Vi entre la multitud a Sonia tomando asiento y fui directo hacia ella, pasando por alto a sus personajes, que estaban cerca de nosotros.

 

-Hola... Ya vine, con la banda de delincuentes allí atrás- señalé con un pulgar sobre mi hombro, directo al grupo de creaciones que aún seguían conversando animadamente-. No sé por qué he venido, me hubiera quedado en la playa, en mi ciudad de Argentina- le comenté.

Editado por Cissy Macnair

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Ya había llegado a su destino, una imponente carpa había sido levantada en medio del Bosque Prohibido. Intrigado, el Rambaldi entró y se maravillo al hallar una gran pantalla de cine sobre un escenario con micrófono y tarima incluidos. Tal vez se proyectara alguna pelicula, el septimo arte era algo que apasionaba al italiano.

 

Encaminó sus pasos por una alfombra de flores blancas y lilas, le dio cierto apuro pisarlas pero supuso que no estropearía su vistosidad por algun encantamiento que poseyeran, sería todo un fiasco arruinar el esfuerzo de quienes la hubieran construido. Siempre olvidaba que con magia, se podía lograr casi cualquier cosa, eso de pasar tanto tiempo con muggles le hacía parecer casi como uno más de ellos.

 

Se aproximó a la barra lateral derecha, donde hay varios camareros y pidió un coctel que le sirvieron minutos después en una copa de martini azul tropical.

 

Al igual que todos los invitados que ya estaban ahi y que poco a poco iban ocupando sus lugares, él vestía un traje negro con corbata color escarlata y zapatos bien lustrados. Con sumo cuidado avanzó entre los presentes, algunas caras conocidas, otras no tantos, magos, brujas y elfos, pero su intención era llegar a su asiento y leer de nuevo a los nomiandos en aquella pizarra.

 

Reconoció a Sagitas entre las personas de la primera fila, pero no pudo alcancar a saludarla, por lo que miró al frente y halló a una mujer regordeta con un vestido lila, morena y con gafas. Se quedó a escucharla atentamente hasta que unos elfos hicieron entrega de premios. Pronto se acercaron hasta él, era el famoso Harpo, al que conocía por su prima y una elfina que sabía que servía en la Vladimir.

 

-¡Ah! ¿Para mi? Pues muchas gracias-contestó sonrojado y mostrando felicidad en sus grises orbes.

 

Él había contribuído a las votaciones, por tanto, ese era un obsequió como agradecimiento a su gesto. Lo tomó entre sus manos y lo observó. Pegó un sorbo a la copa y esperó la resolución de las votaciones, aquella gala prometía.

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"Tra i tanti pensieri che ho avuto su di te, e sono stati milioni,
quello che non mi è mai venuto in mente è che la mia mente non stesse esagerando"

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Había llegado a la Gran Gala del Bosque Prohibido, casi se me había olvidado... Detrás mio, mi mas grande y loca creación llegaba con un ajustado y muy mostron vestido negro, yo en cambio traía un convencional pantalón largo blanco ceñido y un saco de lana café y blanca enmarcaban mi figura.

 

Junto a los personajes estaba uno que conocía casi tan bien como al mio mismo, le sonreí a Perenela y la inste a situarse junto a su madre, Sagitas, mientras yo me instalaba en un lugar cercano. Sonreí ante la presentación de Elizabeth, tenia el inmenso placer de conocerla desde hace al menos unos cinco años, un año después de que aprendiera a separarla de su creación. Cuando Elizabeth instó a los elfos a entregar un obsequio al jurado, sonreí, pero Harpo, el elfo de la familia Potter Blue no se dirigió a mi si no a mi creación, fruncí el ceño y me levanté para acercarme a Perenela:

 

-A ver muchachita, entrega eso que es para mi - Mi creación me miró con desafió y negó con la cabeza - Sin mi tu no existirías Perenela Arya Grindewald Potter Blue Malfoy Dumbledore, ademas fui yo la que vote, no tu personajillo de película de clase B.

 

-Si, es cierto, pero sin mi tu no tendrías diversión alguna y estarías igual que al principio sola con los libros y tu depresión constante, estancada en el pasado y sin disfrutar del placer del presente - Fulminé con la mirada a Perenela - serias siendo un hongo, una isla, un ser que vive en una burbuja igual que al principio, antes de que yo existiera Daneth Zuleira.

 

Rumié una serie de palabrotas que escandalizarían a los presentes. Sí, era cierto, antes de conocer y crear a Perenela yo era un hongo, una isla, un ser que no compartía ni interactuaba con nadie, mis amigos y cómplices eran las letras de los libros que leía, los conocedores de todos mis bienestares y malestares eran los cuadernos con los que creaba historias...

 

Mis únicos amigos durante mucho tiempo eran sin lugar a dudas amigos ficticios e imaginarios que sacaba de los libros, hasta que empecé a crearlos y luego por asares del destino había conocido el Foro. Hice una mueca, Perenela sabia que me había lastimado, alcé las manos y le dije:

 

-Tregua, estamos aquí para disfrutar, no para matarnos en desacuerdos - Perenela asintió de acuerdo mientras se agarraba del brazo de Sagitas y empezaba a buscar mimos, me tendió el premio y le agradecí con un beso en la frente:

 

-Buena niña, ahora debemos seguir disfrutando ¿Vale? - Perenela me miró con ojos divertidos - ¡Sin Drama! Aunque eso casi imposible viniendo de ti.

Editado por Perenela Arya Grindewald Potter Blue

Siempre seré tu hija... Reiven Grindewald te quiero // NiqQIUZ.gif

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La figura avanzó dos pasos por el camino empedrado y se detuvo frente a una verja de hierro. Pasó su mano sobre ella y la verja desapareció, como si nunca hubiera estado allí. Siguió caminando, mientras a su alrededor surgían altos árboles que llenaban toda la extensión que abarcaba con su vista y ascendían, sinuosos, hacia el cielo nocturno, cuajado de estrellas.

 

Sus pasos eran lentos y suaves, pero con la consistencia de quien sabe que son suyos. Aquella frondosa vegetación le pertenecía por completo. El viento que silbaba entre las ramas más altas era una proyección de sí misma. Los ecos de las aves nocturnas, su propio sonido. El oscuro cielo también le pertenecía. Las estrellas eran suyas. Todavía. No tardaría en pisar un terreno menos suyo, un lugar más común. No le importaba. Estaba acostumbrada a compartir sus monstruos y a pisar terrenos creados por otros. Pero aquel, todavía era solamente suyo.

 

La capa que le cubría estaba hecha del tejido de los sueños y recuerdos y era tan sutil como el mismísimo pensamiento. Si uno no prestaba atención, tan sólo vería una finísima niebla de cambiantes formas, cruzando la espesura del Bosque Prohibido. Más si uno se fijaba con detenimiento, la capa adquiría la consistencia del raso y el bisón, el brilo de la luna y el diamante, el color de la mismísima noche y el sonido surrante del viento cambiante.

 

Un sonido cruzó el Bosque y quien caminaba bajo el envoltorio de aquella capa supo que había llegado el momento de unir caminos. Miró atrás e hizo desaparecer la estrecha senda empedrada que había sido su propio camino, los altos árboles, el eco de las aves y el cielo estrellado. Frente a la figura, se extendía una alfombra de flores blancas y lilas, creada por otros. Caminó por ella y sus formas adquirieron consistencia, a medida que penetró en el terreno ya formado. Por un instante, consideró la posibilidad de mostrarse tal cual era. Algo dentro de sí se sacudió en una risa atronadora. No sería posible, aquello era un rol. Decidió ser Mackenzie, sin serlo realmente. Sólo su apariencia física, nada más. Seguiría allí, observando, viendo lo que sucedía, en disposición de traer a todos sus monstruos, cuyos nombres vio en una pizarra, junto al escenario.

 

Cuando se sentó en una de las butacas dispuestas para asistir al evento, sus ojos eran del mismo verde que el color de los ojos de Mackenzie, su cabello, una cadencia ondulada de dorados pardos, que recordaba las dunas de un lejano desierto, su figura alta y esbelta, envuelta en una capa de raso de un blanco plateado y ribeteada por una suave piel de bisón. Dos brillantes diamantes colgaban de sus orejas, enmarcando un rostro ovalado, de facciones serenas.

 

Prestó atención a las palabras de la mujer que presidía el evento. Se llamaba Elisabeth y, a pesar de que no la conocía, no le sorprendió darse cuenta de que no le resultaba del todo extraña. La había intuido en aquellas creaciones compartidas, aquellos caminos que habían creado en común. También le sorprendió darse cuenta de que no se le ocurría un nombre para definirse, para presentarse. Era todas sus creaciones y, a la vez, ninguna. Se preguntó si era hombre o mujer y se dio cuenta de que no era ninguna de esas cosas en absoluto. Podía ser hombre, podía ser mujer, podía ser cualquier cosa. Pensó en la mujer que escribía en el teclado en aquel momento. Ella... bueno, ella no dejaba de ser también una de sus criaturas, uno de sus monstruos, como les llamaba con cariño. Quizás, el más histriónico de cuántos hubiera creado.

 

Cuando Elisabeth entregó las insignias a los nominados, la figura que se parecía a Mackenzie, avanzó hacia el escenario. Algo se revolvió en su interior al levantarse para recoger el distintivo. Su personaje se estaba rebelando. No le gustaba que nadie utilizara su forma física, ni siquiera quien la había creado. Con determinación, obligó a su medio personaje a avanzar hacia el escenario.

 

- Bueno, yo... -titubeó la forma física de Mackenzie- esto... lo siento, esto no es para mi. ¡Ni siquiera sé qué diablos hago aquí! -Explotó-.

 

La capa de raso blanco, volvió a ser el sutil tejido de sueños y recuerdos. El rostro ovalado despareció y en su lugar surgió un remolino de sombras y luces que cambiaba de forma a cada momento.

 

- Está bien -creó su voz- esto es para mi. Muchas gracias por esta distinción como jurado y felicidades a todos los nominados, ha sido una elección difícil.

 

Al bajar del escenario, se dio cuenta de que había tomado la forma de su más terrible criatura, aquella que se creía creadora y dueña de todo lo demás. No lo permitiría. Aquella noche sería todos o ninguno de ellos, pero no ella. Ella jamás. Y si no había más remedio...

 

Alzo la mano y la pasó lentamente por el rostro cambiante de sombra y color. Cuando la retiró, la figura, fuese quien fuese, había desaparecido. Ahora era solamente un dragón.

 

Rugió.

 

 

OFF:

 

Hola, felicidades a todos por esta magnífica gala. A los nominados, porque realmente sois todos grandes roleros y a todos los que habéis colaborado en la organización de esta Gala, especialmente a Sagitas, como alma mater y primera dama de este evento.

 

Mis personajes me niegan el derecho a estar ahí, dentro del rol. Y la verdad, los entiendo xD Esto es cosa de ellos, no mía. Además, si hay algo con lo que no me atrevo es a rolearme a mi misma. No sé adonde me va a conducir esto, pero bueno ahí hice acto de presencia, aunque me temo que tendré que crear un nuevo personaje para rolear al roler xD. Lo que venga después, ni idea. Al contrario de un reciente consejo que di hace poco en el Club de Rol, esta vez no he pensado en el posteo siguiente y no tengo ni la más repajolera idea de adónde puede llevar lo que roleé. Lo siento, pero me salió así. Lo más que me atrevo a estar presente ahí dentro es como puro pensamiento.

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firma
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Come, my friends,
Tis not too late to seek a newer world.
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Cuando me pongo nerviosa suelo levantar las manos del teclado y tocarme la mejilla derecha, que toco varias veces con el dedo índice y casi ineludiblemente me rasco el pelo del mismo lado, como si algo diminuto saltara por allá para obligarme a pensar en otra cosa.

 

En aquel momento hice eso, me rasqué el pelo justo encima de la oreja derecha y me quité las gafas, dejándolas colgar sobre mi vestido lila. Lo que sucedía a mi alrededor era demasiado jocoso, demasiado serio, más verdad de lo esperado, tan irreal como debía ser, imaginativo, casi real en muchos casos. ¿Dónde ver la verdad de lo imaginado y dónde poner claramente la línea de lo que sucedía en verdad o era una escena inventada en aquel momento?

 

¡Dios! ¿Por qué me metía en berenjenales? ¿No hubiera sido más fácil dar un listado de premiados, sin más? De repente, me sentí mirada, contemplada y, casi, cuestionada. Sentía llegar aquella sensación de azoro que suelo solucionar con un comentario jocoso y una sonrisa amable que desbanca a mi interlocutor.

 

Me bloqueé. Miré el papel que tenía que leer y lo vi blanco.

 

Había movimiento en la sala, rolers y personajes se mezclaban en el lugar, algunos se saludaban con sorna, otras con agrado, algunos no se miraban y, en conjunto, parecían congeniar y tolerarse mutuamente. Me gustó ver que los presentes agradecían su plaquita de diamante pero ya tocaba empezar a repartir premios.

 

Pero aquel dragón me había descolocado... Flexioné los dedos. Tocaba centrarme y seguir con la gala. Tuve que hacer un gran esfuerzo para que mi pelo no cambiara de color y mi físico cambiara hacia otro con el que estaba más familiarizado. Pero me opuse. Como si fuera una letanía de los A.A, me dije: "Me llamo Elisabeth y soy adicta al foro, así que sigamos con el guión marcado..."

 

Taga y Harpo llegaron a mi lado. Carraspeé. ¿Ya? En fin... Volví a poner los dedos sobre el micro y hablé.

 

-- Gracias... Gracias por los aplausos... Ahora vamos a dar los premios a...

 

¡No veía! Empecé a sudar, no sabía decidirme.

 

-- Ponte las gafas, mujer -- gritó Sagitas.

 

-- ¡Ah, sí! Gracias...

 

Me puse mis enorme anteojos y le pedí a Taga un número del 1 al 12. Ella dijo el cuatro y busqué...

 

-- He aquí los nominados al puesto de El mejor guión.

 

La pantalla se iluminó y empezaron a salir imágenes explicativas de cada .

 

-- Los nominados para esta categoría fueron los siguientes roles:

 

2012: El Apocalipsis

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La tierra se ve asolada por una serie de desastres naturales, que acaban por arrasarla, los sistemas de gobierno, las reservas de comida y agua, la vida tal como se conoce lleg a su fin, todo es a causa del er humano, que ha provocado el fin del planeta. Sigue la vida de un grupo de personas qeu se reune e intenta sobrevivir a la catástrofe.

 

El circulo

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Era un rol abierto con infinitas posibilidades en las que desarrollar a tu personaje sin salirte de la aventura, para la cual cuentas con un compañero que a pesar de estar en la misma situación la enfrenta de otra forma, logrando sacarle diferentes matices a su personaje y ayudando al otro. Se hacía por grupos (parejas o tríos) y sus inicios comenzaban enigmáticamente abriendo las posibilidades a todo lo que quisieras explorar.

 

Aunque no se llegó a terminar, lo cierto es que este rol tiene un buen guión. Sobre todo, me gustaba mucho la libertad rolística que permitía desarrollar a todos los participantes. Algún día lo retomaremos, porque a pesar de que durante los meses que duró fue muy activo, lo cierto es que nos quedamos sólo en la primera puerta de un círculo de doce puertas. Daba para mucho ese rol.

 

Historia de la Historia

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En el presente, un grupo de vecinos del pueblo del Ottery ser reúnen con la Viceprimer ministra para discutir un tema común. Son interrumpidos por una luz enorme que les traslada al pasado, donde se confunde la historia de la Historia, donde las leyendas parecen ser más verdaderas que lo que nos ha llegado a nosotros y donde por primera vez, una chiquilla está a punto de inventar la escritura. Pero hay interacciones que hacen que la Historia no se escriba y, entonces..., ¿sigue siendo la misma Historia?

 

El cambiar la historia desde su inicio, donde aparece la escritura, tener eso en nuestras manos, lo atractivo que es y a la vez, los peligros que encierra. Presente, pasado... Todo puede cambiar con un paso en falso. Y todos hemos cometido errores que van a cambiar nuestro futuro.

 

Mientras el Club de Rol celebra una de sus reuniones, un grupo de magos y brujas de Ottery son trasladados al pasado por un misterioso objeto de apariencia totalmente normal. Sin que sepan porqué ni cómo, de pronto, el grupo se encuentra inmerso en un momento trascendental en la historia de la humanidad, el instante preciso de la invención de la escritura. Y, sin embargo, no son las únicas personas que han sido trasladadas al pasado. Un asesino del presente también está allí y su objetivo es hacerse con un valioso objeto que poseen las sacerdotisas de un templo sumerio, aunque para ello tenga que matarlas a todas, incluida a la pequeña Zora, que acaba de descubrir la escritura y, tras el asesinato de todas sus hermanas sacerdotisas, se convierte en la última de su estirpe y en la encargada de custodiar el objeto que busca el asesino. Movida por el peso tan grande responsabilidad, Zora se olvida de su descubrimiento y se afana por preservar lo que le ha sido encomendado.

Así comienza este rol, que desgrana una historia entre el presente y el futuro. Una historia de magia y leyendas perdidas, una historia de amores imposibles, una historia de maldad y conspiraciones, una historia que tiene de todo y en su justa medida.

 

Star Wars

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Los hechos comienzan a partir de la ejecución de la Orden 66 que lleva a la destrucción de la Orden Jedi, el comieno del Imperio y el nacimiento de Darth Vader. Un grupo muy reducido de Jedis sobrevive y decide tomar parte en el asunto, buscar a los supervivientes y oponerse al Imperio.

 

¿Tienes miedo?

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A veces, las ganas de demostrar que no tenemos miedo nos hace cometer muchas imprudencias, sobre todo si vas en grupo y quieres hacerte la valientes. Nacido como una tutoría del Club del Rol, pretendíamos explorar las posibilidades de nuestro personaje de rol y someterlo a situaciones que le produjeran miedo y forzarlo a superarlo o a morir en el intento.

 

Otro guión que trasciende el tipo de guiones normales en un rol e introduce a sus personajes en una casa en la que tendrán que explorar y enfrentarse a sus miedos. Es una idea muy creativa de Reena y, además, increíblemente abierta, que da lugar a varias tramas relacionadas. Muy bien planteado, es fácil rolear en él y tiene el carácter de taller, lo que hace que sea un rol muy práctico y una forma muy creativa de profundizar en nuestros personajes.

 

 

Y el ganador de la categoría al Mejor Guión del Bosque Prohibido 2012 es:

 

"Historia de la Historia", de Mackenzie Malfoy

Editado por Sagitas E. Potter Blue

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Estaba resultando la experiencia más... aterradora que había vivido nunca. Hasta que Elisabeth no dijo que allá estaban reunidos también los personajes, no levanté la vista de mis pies para "buscar" a los personajes que yo había creado. Me alegró no ver a la "Xell / Historia de la Historia", iba a ser algo duro verme a mí misma, ya que me la había imaginado igual que yo, rubia, delgada, canturreando sin darnos cuenta, danzarina... Si hasta compartíamos el nombre... Aunque yo usaba lentillas, Xell personaje no.

 

Sin embargo, vi a "Moma" y me asustó. Una cosa es crear tu personaje y hacerle pasar por pruebas en cada escrito; otra, encontrártela a la cara. Cuando los elfos me trajeron la placa con el diamante, me encogí en el asiento, para que no se fijara en mí. Había 18 personas en el jurado, ¿se iba a dar cuenta de que premiaban a Xell Vladimir?

 

Después las luces se apagaron para presentar el primer premio y me sentí mejor. Me relajé y me mordí las uñas. No sabía los resultados y...

 

- ¡Bien, bien, biiiieeeen! - grité cuando Sagis, no, Elisabeth, dijo el nombre del rol en el que participaba.

 

Estaba muy contenta de que el rol "Historia de la Historia" de Mackenzie Malfoy hubiera ganado en la categoría del mejor guión. Lo merecia. Y era excelente rolear en él. Me volví a encoger por si estaba presente la Xell de este rol, no quería verla, me moría de vergüenza. Aunque creía que su papel era excelente.

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Elfina Taga:

 

Había hecho de todo, desde que dejé el baúl al lado de la presentadora, había buscado a la ama Reena entre el publico y la había encontrado en el medio, pero en una fila mas bien atrasada, no sabía porqué había insistido en que yo ayudase mientras que ella permanecía en las sombras escondida como si se escondiera. Pero me encogí de hombros y empujé una vez mas a Harpo, para que dejase de toquetearme el peinado y no estaba repartiendo los diamantes del jurado.

 

-Que me dejes, a mi me gusta el lazo en la cabeza.

 

-Pero no es para ahí, es para el cuello, se lo he visto...

 

-Me da igual, mira que no te lo repito.

 

Puse los brazos en jarras y di por terminado el dilema al separarnos de la ultima persona del jurado que estaba presente y volvimos justo a tiempo para poder responderle a la presentadora en cuanto al numero que quería sin saber muy bien para qué. Aparecieron imagenes y luego la voz de la mujer anunció finalmente el ganador.

 

Volví a apartar a Harpo y me coloqué el lazo de nuevo, porque el maldito elfo había vuelto a intentar colocármelo en el cuello mediante magia, por suerte mientras volvíamos de repartir los reconocimientos a los jurados. Ahora con el ganador ya nombrado, abrí el baúl y saqué lo que pertenecía a esa categoría.

 

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Me puse de puntillas al borde del escenario, con intención de localizar a la creadora de aquel guión. Cuando la vi, me acerqué y le entregué el reconocimiento, susurrándole a su vez que si lo deseaba podía subir al escenario para agradecer a los presentes la confianza. La dejé decidiendo y volví al escenario para saber qué categoría entregaríamos en segunda posición.

Sacerdotisa·Madre·Compañera


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http://i.imgur.com/zbutm.png Alex

 

Cuando se enteren que estás por estos lados, vendrán a cortarte la cabeza —escuchaba en un susurro de viento aquel muchacho de cabellos oscuros que caminaba sin saber con exactitud hasta dónde se dirigía.

 

Como si me recordaran... ha pasado más de un año desde la última vez que te hice pisar este mundo —respondió sin dejar de mirar por todos lados, esperando encontrar una huella o algo que le indicara el camino a seguir —Además, es a ti a quien quieren cortarle la cabeza.

 

Pasaron varios minutos antes de encontrar lo que buscaba; o eso parecía. Sacó de uno de sus bolsillos la carta que le habían hecho llegar hasta su casa. Aún se sorprendía al leer en aquellas líneas que había sido nominado como uno de los más participativos y que la celebración se realizaría aquel mismo día.

 

Miró su reloj por pura costumbre, y es que sabía que en aquel mundo, el tiempo corría de manera distinta; aunque "correr" no era precisamente el verbo más indicado para definir cómo sucedían los hechos allí.

 

Alex comenzó a caminar a toda velocidad hasta la carpa que logró distinguir entre el verde y café que lo rodeaba. Al poco andar, se detuvo y dejó escapar un suspiro cuando se percató de que, en efecto, había un camino directo hasta allí y que él había tomado la vía más larga. Típico de él.

 

No había terminado de procesar todo cuando, de pronto, escuchó el rugir de un dragón.

 

¿Si escuchas cómo te recibirán? —se burló la voz grave que se hacía escuchar sólo en los oídos del ojimiel.

 

El muchacho ignoró el comentario y continuó su andar, aunque esta vez lentamente, con precaución y con la mente lista para hacer nacer cualquier cosa que le protegiese de cualquier cosa que sea que le estuviese esperando… si es que su personaje estaba en lo correcto y efectivamente le esperaban… cosa que dudaba.

 

Al ingresa a la carpa, se maravilló con la presencia de seres de todos los tipos existentes, todos y cada uno de ellos creados en la mente de personas similares a él, aunque no podía distinguir cuántos humanos como él estaban en aquella fiesta.

 

Afortunadamente, su ingreso pasaría desapercibido, al menos por bastante tiempo, gracias a las proyecciones que en ese instante estaban siendo exhibidas al público presente.

 

Alex escuchó con atención los títulos nominados y al escuchar las descripciones le fue inevitable pensar en uno que otro personaje que se adecuase a las historias. Sonrió y siguió escuchando con atención, hasta que finalmente se anunció la partida ganadora al mejor guión. Se trataba de “Historia de la Historia”. Una elfina sacó desde un baúl el reconocimiento para Mackenzie Malfoy.

Editado por Rhaegar Black Lestrange

אהבה מושלמת באה במהירות, וכל השקרים צורחים מושתקים


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Allí estaba, bajo su forma más primitiva, rugiendo, cuando escuchó un nombre que identificó como el de uno de sus personajes. Maldijo en su interior. ¿Por qué el roler tenía que llevar el nombre de un personaje? Aquello era injusto para ambos. De cualquier forma, se dio cuenta de que no hubiera atinado nunca a ponerse un nombre. Cuando escribía, era otra cosa. Nada tan concreto que pudiera atraparse en un nombre determinado. Tenía muchos nombres y nunca serían demasiados.

 

Un personaje dragón no era, sin embargo, la forma más adecuada de recibir un premio. ¿O sí? Se acordó de una vaga idea que cruzó una vez por su mente. El dragón volvió a rugir y escupió un fuego azulado del que emanaba un humo tan ténue como una ligera neblina. Se arremolinó en torno a él, mientras se convertía en una figura femenina.

 

Seguía siendo un dragón, pero su silueta se parecía más a la de una mujer. Vestía un traje blanco con una vertiginosa gatera que dejaba al descubierto unas atléticas y bien torneadas piernas y poco ocultaba de sus prominentes pechos. La espalda estaba desnuda, pues el vestido se ajustaba en la zona baja de su cintura, desde donde descendía hasta arrastrarse suavemente por el suelo con natural caida. No llevaba joyas y su cabello, de un blanco reluciente, estaba recogido a un lado con una flor de fuego. Sus ojos eran grises y rasgados, su piel de la blancura inmaculada de la nieve. Era bellísima. Toda ella emanaba una especie de aura que la dotaba de un brillo singular. Víéndola caminar hacia el escenario, casi parecía una figura humana de cristal.

 

Y, sin embargo, no era cristal ni era humana. Seguía siendo un dragón, mas lo único en su apariencia física que recordaba a la criatura, era su piel, escamosa y húmeda, sus orejas, ligeramente más alargadas que las de una mujer, y sus pupilas, pequeñas y verticales, como las de un dragón.

 

Sintió orgullo caminando dentro de la piel de aquel personaje. Hasta entonces había sido tan solo un embrión, un proyecto minúsculo y vago, aleteando en alguna parte, en los lugares más recónditos del pensamiento más sutil. Ahora la veía creada, con forma. Aún no era del todo lo que podría llegar a ser, pues le faltaba una historia, pero no tuvo dudas, en aquel momento, de que algún día se la crearía.

 

Era increíble, bajo aquella piel, sentía euforia. Por primera vez, sentía que era todos y cada uno de sus personajes a un tiempo, todas y cada una de sus creaciones. Podía ser cualquier cosa, sentir como cualquier cosa, identificarse con cualquier cosa que su mente pudiera imaginar. Puro pensamiento creador, capaz de ser millones de cosas a un tiempo y, al mismo tiempo, ninguna de ellas. De su aliento, casi estuvo a punto de manar fuego, al acercarse al escenario. Pero se contuvo.

 

Subió al escenario y extendió la mano, -enguantada, pues no quería resultar desagradable o extraña al tacto-, a la roler que organizaba la Gala, Elisabeth y saludó con una inclinación de cabeza y una sonrisa a la elfina que le tendía un diploma y una estatuilla. Se volvió hacia los asistentes y habló con un sonido bastante humano, aunque no dejaba de tener un timbre levemente más grave del habitual en una mujer.

 

- Muchas gracias a todos por este premio. Es un orgullo para mi haber sido la iniciadora de un rol como Historia de la Historia. No obstante, me considero sólo su iniciadora, su Master, si se quiere. Pero no la autora del guión. Esa trama la hemos creado entre todos los participantes en el rol y esto es más verdad, incluso, en este rol que en muchos otros que yo haya podido ver. Nadie ha seguido guiones ni pautas preestablecidas, cada cual ha roleado con su personaje con total libertad, creando lo que han deseado crear y haciendo avanzar la historia hacia derroteros que no estaban previstos por uno sólo de nosotros. Únicamente creé un marco común, un espacio de referencia y algunos hilos conductores de la historia.

 

Hizo una pausa y sonrió, radiante, a los presentes. Se sentía muy feliz y orgullosa.

 

- Este premio es de todos los que hemos participado en el rol -continuó-. Es de Sagitas, de Neter, de Oscurus, de Xell, de Agatha y de Felicity, además de Mackenzie, o mejor dicho, de sus rolers. Sería un honor para mi compartir esta estatuilla con todos ellos.

 

Miró a Elisabeth, una de las rolers y, más allá, al escenario, en donde se encontraban rolers y personajes de aquel rol. Les brindó la estatuilla y les hizo un gesto para que subieran a compartir el premio con ella.

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firma
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Come, my friends,
Tis not too late to seek a newer world.
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