Jump to content

Caos en la Universidad


Cissy Macnair
 Compartir

Publicaciones recomendadas

Mansión Macnair

 

 

 

Era muy temprano cuando me levanté, mucho más que mi horario habitual para marcharme al Concilio. Me habían dicho que ya habían inaugurado el Campus de la Universidad y quería ver cómo habían sido construídas las habitaciones y otras áreas, más por mera curiosidad que otra cosa. Desde que había vuelto como profesora, tutora y alumna, cada día pasaba más tiempo en aquel lugar que en el trabajo o en mi casa, lo que ocasionaba las discusiones tanto con mi nieta Joa como con los empleados del Mall, que pocas veces me veían pasearme por el lugar (todavía cerrado).

 

Así que, pensando en que me acontecería un largo día de trabajo en el cual iba a tener que pasearme por el Ministerio antes de pisar el Callejón y luego de ir a la Universidad, me senté en la cocina mientras mi elfina me preparaba unso waffles con miel. La radio mágica estaba encendida, como casi todos los días, aunque sospechaba que no era porque alguien en la mansión la escuchase, sino que los elfos gustaban de bailar al ritmo de Las Brujas de Macbeth.

 

Y volviendo con las noticias del día, Romilda Marshbanks informa desde la huelga que aún se está llevando a cabo frente a la tienda de productos mágicos, el Magic Mall. Romilda, estamos contigo.

 

Hubo una pausa, un poco de interferencia y luego la voz de una mujer se escuchó en la radio.

 

 

Buenos días Tom. Y seguimos aquí, reportando desde el Callejón Diagon, donde la huelga ya lleva tres meses desde que los funcionarios del Mall decidieron cerrar la tienda por las reformas ministeriales. Algunos magos y brujas hasta han decidido acampar aquí afuera....

 

Rodé los ojos y seguí comiendo waffles, ahora con un poco de café que Jill había hecho. Las noticias del Mall ya me aburrían. Había tenido una entrevista con el Ministro hacía unos días y todo lo que me había dado por respuesta era que "estaba intentando que el Departamento de Cooperación nos deje introducir los Libros de Hechizos de los Uzza", que al parecer lo consideraban totalmente innecesario puesto que los mismos Uzza en principio se habían negado a enseñar todos sus conocimientos en la Universidad.

 

El reportero luego habló de la cotización de la moneda muggle para los que estuvieran pensando en viajar y quisieran cambiar sus galeones. Luego de un grupo de arqueomagos que habían sufrido el ataque de una momia al desenterrar un sarcófago supuestamente maldito, hasta que habían descubierto las mismas autoridades del país que en realidad un grupo de activistas habían encantado al difunto para asustar a los buscadores de tesoros.

 

 

 

Oh, acaba de llegar una noicia alarmante directo de nuestro corresponsal en el Ministerio. Un ataque de un grupo de activistas a favor de la liberación de los animales han destrozado las defensas de la Reserva de Criaturas Mágicas haciendo que las mismas escapen. Nuestro corresponsal, Michael Green ha dicho que hay crups correteando por las cercanías de la reserva y que los habitantes de Londres deben cuidarse de los dragones y las acromántulas.

Alcé una ceja. Seguro que los de Criaturas iban a tener un día agitado con todo eso. Terminé de desayunar y enseguida me puse en camino a la Universidad.

 

 

***

 

 

Universidad

 

-Profesora- uno de los nuevos estudiantes me alcanzó en un corredor, agitado por haber corrido.

 

-Buen día... ¿por qué corres?- el chico parecía alarmado.

 

-Necesitamos de su ayuda, profesora... Hay varios abraxan revoloteando por encima de la Universidad y una de mis compañeras encontró un escarbato destruyendo su habitación- de verdad parecía estar por perder el control de sus nervios.

 

Le puse una mano en el hombro y tomé la varita.

 

-Anda, seguro que es cosa de la profesora de Criaturas, capaz que algunos de sus animales se escaparon sin querer- dije, sin recordar el anuncio de la radio de minutos atrás.

 

Corrimos juntos hacia el campus para atrapar primero al escarbato, pero nada más salir de la sección de las aulas, los jardines del lugar estaban infestados de alumnos que protestaban, otros gritaban asustados mirando al cielo y hacia el lago, otros tenían sus varitas en mano y poco a poco iban formando cerrados círculos.

 

-¿Qué ocurre?- bramé, para hacerme escuchar por encima del barullo-. Ve a buscar a los otros profesores y las directoras, hazme el favor tesoro- dije con cordialidad al asustadizo alumno que me había cruzado en el corredor, mientras yo apresuraba el paso hacia los grupos burbujeantes de habitantes del campus.

 

Nada más hacer diez metros, noté que los que tenían las varitas en alto apuntaban a un grupo de cinco o seis acromántulas que iban cerrándoles el paso poco a poco, haciendo chasquear sus colmillos venenosos. Me alarmé y levanté mi propia arma mágica.

 

VAYAN HACIA EL CORREDOR DE LOS DORMITORIOS! ¡ENTREN!- grité para que las chicas sollozantes me escucharan. No sé si creyeron que era su salvadora, pero noté alivio en sus caras mientras se iban formando detrás de mi.

 

Intenté mostrar decoro, pero las arañas me daban miedo. Las grandes, terror y esas parecían que apenas eran adolescentes. Una dio un pequeño salto hacia adelante y le eché un maleficio, haciendo que volara unos metros hacia atrás y chocase con otra, que se incorporó de nuevo. El problema fue que las demás se enfurecieron y comenzaron a avanzar más rápido mientras yo empujaba con la espalda a los alumnos.

 

-¡ELODIA! ¡MISTIFY!- dudaba que fueran a escucharme desde allí pero no perdía nada con intentarlo.

https://i.imgur.com/g1G6WRb.gifhttps://i.imgur.com/kYY7Ngy.gif
vjewzeJ.jpg
NiqQIUZ.gifGxQq8SZ.gifiAGBpD8.gif
nqOolSA.gif

 

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Entré en los Jadrines de la Universidad con una sonrisa maravillosa que adornaba mi cara. Me dirigía al claustro de profesores para certificar las notas de mi última clase y dárselas a las Directoras, el papeleo que se suponía que teníamos todos los profesores de Conocimientos. Mi sonrisa me delataba, más que una clase de Meteorología, había sido una excusa para tontear con mi novia. Hacía tiempo que no estábamos juntas y aquella clase había sido algo más que hechizos y conjuros mágicos.

 

Me sentía feliz, por ello tardé en reaccionar cuando sentí los gritos. Parpadeé un par de veces y después tuve que mirar hacia arriba. Una acromántula se alzaba delante de mí, junto a varios estudiantes que gateaban en el suelo, sollozando, esperando que el animal cayera sobre ellas.

 

- ¡Oooh! - Levanté la varita y moví la muñeca en un semigiro mientras pronunciaba el hechizo base de mi asignatura: - Meteolojinx Encanto.

 

Seguí haciendo ondas mientras un pequeño tornado salió de mi varita y dio de lleno contra la criatura, alejándola de sus víctimas, entre las que yo me encontraba.

 

- ¿Qué ha pasado? ¿Se han escapado las criaturas de la Profesora de Conocimientos?

 

Nadie me contestó. Los alumnos buscaban refugios, azuzados por una profesora que intentaba mantener a ralla a más criaturas. En el aire, caballos alados aleteaban furiosos contra todos los que se movían. Me acerqué a ella, corriendo.

 

- ¡Profesora Macnair! ¿Qué sucedió? - aunque esa respuesta no era urgente. Señalé a los Abraxams con la varita. - Si hago que llueva, sus alas se volverán pesadas y tendrán que bajar al suelo, será más fácil controlarlos, ¿no cree?

 

Esperaba una respuesta porque, en el fondo, me sentía muy impresionada por ver tanto animal suelto.

  • Me gusta 1
  • Love 1

YyV85FY.jpg

7sfPjxW.gif NiqQIUZ.gifidFgtQA.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Junto al lago me había propuesto iniciar el entrenamiento de Kautet, mi halcón peregrino, tenía entre mis manos aquel libro para saber sobre setrería, sentado al pie de un árbol lo hojeaba mientras mi amigo Kautet estiraba las alas.

 

Todavía no había ido a investigar si es que existiera algún instructor para ello, pero como por el momento todo lo que tenía en duda lo había encontrado entre las páginas de los libros, estaba confiando en encontrar lo necesario y por libros no podía quejarse, con la vasta biblioteca que tenia la universidad mágica... el conocimiento de esa actividad la encontraría tarde o temprano, la bibliotecade Alejandría, era la más importante por su vasta cantidad de libros en todos los temas y saberes.

 

El libro tenia datos históricos, y con curiosidad lo comencé a leer con más detenimiento, mencionaba que los nobles eran los que practicaban la setrería, estaba emocionado y ya preguntaría Cillian sobre ello, o tal vez el propio Garry, el misterioso joven que conoció en la hacienda Tonks.

 

Tenía gusto de alojarse en el Campus, las habitaciones de los chicos tenían esa grandiosa vista y había muchas cosas que deseaba recorrer, utilizar y disfrutar: el campo de Quidditch, el comedor, el área para duelos...

 

Escucho aleteos, eran bastante ruidosos como para ser de Kautet, levantó la vista y vio Abraxams...¡que extraño! Avanzó guardando el libro bajo el brazo, no estaba seguro si aquello era normal, pero no actuaban tranquilos, más bien parecían furiosos...

¿que los había molestado?

 

Era una mar de confusión al llegar a los jardines, algunos compañeros corrían, gritaban otros, saque mi varita y apunte a mi garganta:

 

---Sonorus--- corrí en dirección a los compañeros que alistaban sus varitas al mismo tiempo que sugería --- Apunten a su parte blanda, al abdomen, todos juntos ¡vamos!, los que no tienen varita retiren se--- Me uní al grupo que luchaba por detener a las acromantulas, no había que investigar por ahora, lo primordial era detenerlas, ya después se pasaría a las pesquitas, la empresa ahora era enfrentar las criaturas.

                  Picsart-22-02-23-05-13-30-507.jpg  

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Dormitaba.

 

Sí, dormitaba, ¿qué pasa? Mi última clase me había dejado exhausta y casi había pensado en pedirle unos días de vacaciones (con gastos pagados) a las directoras, pero al pasar por mi despacho, pues que no pude evitarlo y me tumbé en la tumbona (valga la redundancia) que tenía como muestra de objetos muggles.

 

Lo dicho... Dormitaba cuando un Sonorus violó mi merecido descanso y por poco me deja sorda.

 

-- ¿Mi parte blanda...? ¿Qué...? ¿Cómo...? -- gesticulé con fuerza intentando proteger lo que fuera que me iban a hacer. Sólo conseguí caerme al suelo y que el golpe sonara más fuerte que el barullo que llegaba desde fuera. -- ¡Malditos muchachos, siempre gastando bromas!

 

Me levanté y me asomé a la ventana, con el puño alzado para soltar una larga muestra de improperios a los estudiante. Seguro que eran de los nuevos, de los de nivel I o del nivel II, siempre tan dados a bromear con todo el mundo. Pero me quedé así, con el brazo en alto, petrificada del susto. ¿Qué demonios hacían aquellos animales sueltos por los jardines? ¡Y por el aire!

 

-- Pues como no les lance un tocho de libro de Estudios Muggles... No creo que estas criaturas hagan mucho caso de mis conocimientos sobre el vestir y sobre el... ¡Oh, leñe! ¡Claro...!

 

Volví a entrar y rebusque entre los rincones atiborrados de artefactos. Conseguí lo que buscaba tras retirar cajas y cajas de objetos variados, pero enseguida encontré el helicóptero a radio control que usaba con mis alumnos (mentira, disfrutaba jugueteando con él porque hacía mucho tiempo que no tenía alumnos) para enseñarles el ingenio de los muggles sin necesidad de usar la magia.

 

El helicóptero salió volando por la ventana y me asomé, con aquel control en las manos. No era difícil guiarlo hasta uno de los pajarracos caballunos que amenazaba a mi sobrino Antoni.

 

--¡Toma, toma! ¡Métete con los que vuelan, bicharraco, y deja a los alumnos en paz! -- gritaba como una posesa por ella mientras arremetía con el juguete hacia los caballos voladores.

kNTUx8c.gifsf6Sw.gifHdDMuO2.pngXXBPo79.gifKRLtVZp.gif

D69M3Vr.jpg

  tOWLU4S.gif  KhGckEc.gif.6e9b2b71e2797bafac6806b66df1d1b0.gif     Icr0JPz.gif

0jsC0dL.pngWliKSjc.pngckkcxVm.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Una vez más la Reserva Mágica parecía ser un blanco fácil, Cillian no sabía como es que aquel grupo de activistas había logrado burlar las nuevas medidas de seguridad pero el caso es que lo habían hecho, una vez más. La noticia le había llegado, temprano por la mañana, justo antes de despertar.

 

— ¿Qué es lo que tiene la Reserva que es tan vulnerable? —Cillian había pasado noches enteras sin dormir para crear aquella nueva red de seguridad junto a los chicos de Seguridad Mágica.

 

Pero al parecer nada era tan fuerte como resistir a un ataque en conjunto, o algo así, la verdad era que no tenia ni idea. Le costó demasiado levantarse de la cama y mucho más aún el vestirse, terminó con un conjunto bastante ridículo, lo primero que se le había cruzado por la vista.

 

— Y de nuevo han llegado hasta Londres —negó, entendía que las Criaturas voladoras lo lograran pero las terrestres... ¿Acaso tenían magia que no habían mostrado al resto del mundo?

 

Se apresuró a salir de casa, el vociferador que lo había despertado había dejado bien en claro cual era el nuevo objetivo de aquellas criaturas; la Universidad. Perfecto, no en realidad no era nada perfecto... ¿qué le hacían a esas criaturas que apenas salir de la Reserva se volvían en algo peligroso?

 

No lo entendía, dentro todas eran verdaderamente tranquilas y algunas que se decía eran peligrosas hasta solían ser medianamente amistosas. Desapareció de la Mansión Ryddleturn para aparecer a las afueras de la Universidad, el caos ya había comenzado.

 

Divisó a un par de compañeras y a un chico bastante especial en su día a día justo en el momento que una llamarada de fuego cruzó el jardín. Perfecto, perfecto, perfecto... Otra cosa que se había vuelto su día a día era el lidiar con dragones, tanto imaginarios como reales o simplemente chicos que eran tan mágicos que podían convertirse en uno. Necesitaría a su equipo, sin duda.

 

— No deben dañarlos... —Cillian también se había valido de un Sonorus—. Ellos no tienen la culpa, no entiendo que pasa pero creo que con su ayuda lo descubriremos.

 

Claro está, Cillian se refería al cambio de ánimos de las criaturas al abandonar la reserva. Tomó su varita, que guardaba en uno de sus bolsillos y apuntó a un par de piedras frente a él, que rodeaban de alguna manera a las arañas, después de un segundo se transformaron en una prisión para uno de los problemas, las acromántulas... Pero no eran el único había más aún.

OjQFQY0.gif

c9Sdt97.png

bfqucW5.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Formando un frente de ataque apuntábamos a las acromantulas, yo intentaba darles en el abdomen a manera de que el hechizo hiciese efecto:

 

--- Reducio--- las criaturas avanzaban amenazadoras, los chasquidos de sus colmillos eran como para preocuparse. Miraba a las acromantulas, pero no eran la única amenaza, los caballos alados también arremetían contra todo lo que se moviera y la situación se iba poniendo mucho muy difícil.

 

Había que resistir erguidos mientras batían las alas con gran fuerza, pude ver un extraño artefacto dirigiéndose al Abraxam más cercano a mi, no sabia como es que volaba aquella cosa pero al volar frente al caballo este le ponía atención y me retire entonces de ahí. Con la varita en alto volví a pronunciar el hechizo anterior, si las arañas encogían su tamaño, podíamos encerrarlas en jaulas, un grito me hizo levantar la vista, varias compañeras tenían su semblante blanco como la cera y gritaban a voz de cuello:

 

---¡Ayuda!¡ayuda por aquí!¡ay un escarbato en el pasillo de los dormitorios!--- No podía ver desde donde estaba pero aquello era una locura ¿quien había planeado tal novatada?

Editado por Antoni Tonks

                  Picsart-22-02-23-05-13-30-507.jpg  

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Mistify suspiró después de firmar la última certificación de los Conocimientos del mes anterior. Dejó la pluma a un lado, preguntándose como todos los días, qué diablos hacía en aquel lugar.

 

Su despacho era circular, al igual que las dos ventanas del tamaño de una persona ubicadas una a cada lado del escritorio de madera oscura. Detrás de ella una biblioteca repleta de variados ejemplares tapizaba ese trozo de pared y un abraxan oscuro pasaba volando por el despejado cielo egipcio…

 

¿Un momento? ¿Un abraxan? La bruja, que llevaba su cabello rubio sujeto en una trenza, se puso de pie para aproximarse a la ventana en donde un magnífico ejemplar le observaba desde el otro lado del cristal. ¿Qué estaba pasando? Por un segundo creyó reconocer a una de las mascotas de su hija, pero si ella estuviera en la Universidad lo sabría. ¿O no?

 

 

Bajó la vista hacia los jardines y entrecerró los ojos, verdes y límpidos, para observar mejor. Estaba a una altura considerable y podía distinguir a un grupo de magos y brujas con... No podía ser. ¿Eso eran acromántulas?

 

 

Giró con velocidad cuando la puerta de su despacho de abrió y un muchacho la miró con cara de susto. No supo interpretar si era por el enfado que de pronto se había adueñado del rostro afilado de la Malfoy o por algo más. ¿Cómo se atrevía a entrar de esa manera? Por detrás de él, aparecía corriendo su secretaria con gesto de no haber podido detener al joven mago.

 

 

- La Maestra Macnair dice que … - jadeó. Había subido muchos escalones casi sin respirar - … acromántulas y… - respiró hondo - … fuera de control…- los ojos parecían salírsele de las órbitas de tan asustado y casi no podía hablar.

 

- ¿Así que ella es la responsable de todo esto? – señaló al abraxan que seguía como hipnotizado en la ventana, observando lo que sucedía - ¿Y qué estaba pensando al traer a la Universidad ese tipo de criaturas?

 

El chico se encogió de hombros y apretó su espalda contra la pared, mientras su pecho subía y bajaba producto de la agitación.

 

Mistify salió como una tromba, bajando los escalones de dos en dos, varita en mano. La túnica blanca parecía perseguirla en su recorrido, en lugar de vestirla. Seguramente utilizaba magia o no podía ser que se moviera tan rápido.

 

Los jardines eran un estropicio, la Macnair pagaría de su propio salario lo que costara la reconstrucción. Alzó la varita y lanzó una maldición hacia una de las bestias que amenazaba con comerse a uno de sus alumnos. El joven le había puesto la varita entre las tenazas, pero en lugar de recogerla, optó por salir corriendo del sector como alma que lleva el diablo. Y hacía bien. No se sabía que era peor. Si las acromántulas o el enfado de la Malfoy.

 

- ¡Profesora Macnair! -

http://i.imgur.com/TRNQW.gif

http://i.imgur.com/cPHx0.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Era un día como cualquier otro, estaba regando el corazón sangrante que el Black me regalara hacía ya un tiempo muy atrás cuando Dunkel interrumpió en mi habitación con una expresión indescifrable –señorita –exclamó, me acerqué a su lado y le miré expectante –¿qué ha ocurrido? –Inquirí intuyendo que algo terrible había pasado –Dunkel habla por favor –le pedí al ver que él no decía nada más.

 

–La reserva ha vuelto a ser profanada y su her… –cayó y los dedos de sus manos apergaminadas me acariciaba la mano derecha –Cillian, está en la universidad intentado controlar a los animales que están aterrorizando a los estudiantes –dijo sin apartar su vista de mi rostro. Sabía que él tenía toda la razón del mundo ya que se había vuelto excelente en seguir al rubio sin que siquiera lo notara.

 

Exhalé y le sonreí ligeramente –gracias, ahora debo darme prisa, creo que es hora de volver al colegio ¿no crees? –le pregunté mientras me colocaba los zapatos y cambiaba mi vestimenta por un pantalón de mezclilla y una blusa de botones de presión roja, el elfo sólo asintió y desapareció, a veces me preguntaba por qué era tan callado, pero ya habría tiempo de cuestionarle al respecto.

 

Una vez que guarde mi varita en uno de mis bolsillos desaparecí del castillo Selwyn para aparecer fuera de la institución donde ya se podían escuchar los diferentes gritos, llantos y exclamaciones de los que se encontraban en el lugar. No podía creer que los Abrax estuvieran ahí y que además parecieran ¿molestos? Negué con suavidad conformé caminaba para internarme justo al sitio donde un grupo de cinco alumnos pretendían que una acromántula se alejara de su lado de una forma muy inusual, ya que estaban sólo consiguiendo que fueran más atrayentes para ella.

 

En definitiva alguien tendría que decirles que una vez que esas gigantescas arañas han elegido a su presa persisten, de ahí que fueran tan pacientes, debía declarar que me resultaba extraño su comportamiento ya que la reserva era un sitio donde podían estar completamente en paz y tenían un amplio terreno que les perteneciera –¡atrás! –Le grité al muchacho que cuidaba de cinco de sus compañeras, conjuré una pared de cristal frente a nosotros – ahora márchense esto no le detendrá por mucho –sólo los vi asentir a tres y alejarse sin decir más.

 

–¿Qué hago contigo, amiga? –Miré, a través de la pared de cristal, cada uno de esos ojos que se cerraban a intervalos casi desiguales. Suspiré mientras con ayuda de un par de raíces que atraía a mi lado ataba a tan maravillosa e incomprendida bestia antes de que terminara por hacer ceder la pared de cristal que se rompió causando un suave estruendo, procuré que quedará boca arriba para asegurar su inmovilidad por más tiempo.

 

Seguí mi incursión a toda prisa mientras pensaba que no era mi deseo visitar en esas circunstancias la universidad, finalmente pude divisar a Cillian, mi jefe, además del grupo de profesores que defendían con ahínco a los alumnos así como también Antoni, sonreí a medias ya que realmente prefería que también se retirara como los demás, pero estaba consistente de que jamás aceptaría eso.

 

–Hola, ¿llego tarde? –Le pregunté al Ryddleturn posicionándome a su lado derecho y le dedicaba una mirada de completa dudas ante lo que estaba pasando –buena idea lo de las jaulas de piedra –puntualicé justo en el momento en el que un grupo de Doxys se cernía sobre ambos –será un día largo –añadí haciendo un petrificus para detenerles en el aire.

On3isOe.jpg

 

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Eran pocas las veces que podía recordar en donde me viera involucrado con un asunto de gran magnitud, no porque estuviera libre de cualquier evento extraordinario, simplemente buscaba la forma en moverme a través de la historia más tranquilamente, sin muchos eventos escandalosos o demasiado ruidosos; me gustaba el bajo perfil, mantenerme a raya estando detrás de mi vuela pluma o de las decisiones de la dirección de El Profeta. No, lo mío en definitiva era estar tras bambalinas, el estatus de protagonista quedaba muy lejano a lo que yo buscaba como realización.

 

Me había enterado de lo sucedido en la Reserva Mágica, por supuesto, habíamos estado cubriendo la noticia desde hace varios días y lamentaba mucho el hecho de que mi buen amigo y ahijado, Cillian Ryddleturn, se viera envuelto nuevamente en un asunto que dejaba mal parado al departamento ministerial que representaba, siendo que no había sido su culpa. Ya varios agentes ministeriales estaban encargándose de todo el control necesario por las bestias que comenzaban a escaparse del lugar, previniendo un problema aún más grande tanto de daños físicos, morales como legales, esto no se podía tomar a la ligera.

 

Todos mis reporteros y aprendices estaban dispuestos de manera estratégica en el Ministerio de Magia, las calles de Londres, el callejón Diagon, viajado por varios condados cercanos a la Reserva, trabajando en conjunto con periódicos internacionales, todo para cubrir la noticia desde todos los ángulos posibles. Yo no estaba dentro de esa cobertura, al menos no por ahora, necesitaba ir a la universidad, donde aportaba como profesor de conocimientos, para verificar las clases de pos grado del siguiente mes, por supuesto, no podía dejar de enseñar a todo aquel mago o bruja que solicitara mi asignatura.

 

Rubens, en representación de todos los elfos que vivían libres de cualquier presión del mundo mágico, conforme a las leyes tan exageradas de control que había sobre ellos, me mantendría al tanto de todo lo relacionado con las criaturas y su posible ataque al pueblo de Ottery St. Catchpole ya que mi esposa, por su condición, se mantendría más tiempo en el castillo Lockhart de descanso. No podría dejar de supervisarla, de mantenerla a salvo y segura.

 

Ingresé al campus universitario en medio de un caos de idas y venidas, de muchedumbre corriendo por todos lados y lanzando varios hechizos. Me detuve al instante, mientras iba sacando mi varita de entre mi enorme túnica bombacha azul oscuro, cuando pude ver lo que ocurría, al entender que todo el problema de los activistas había llegado hasta la escuela mágica británica.

 

Debía de ayudar de inmediato, como profesor y como mago con experiencia, quedaba en mi deber moral el hacerlo y, claro, también estaba dentro de mi ética, mis ideologías de defensa a la vida como miembro de la Orden del Fénix, como mago responsable, como padre de familia, como persona en general. Podríamos tener sólo algunos de los presentes el conocimiento especial de Cuidado de las Criaturas Mágicas, por ello no me confiaba en los métodos de la mayoría, teníamos que manejar la situación con precaución para mantener una tasa libre de heridos, tanto de magos y brujas como de animales.

 

- ¡Rubens! - Grité, esperando que mi elfo no tardara en aparecerse. - ¡Rubens, necesito que traigas a mis aethonans, mis moonclafs y a Muca para controlar la situación que hay en la universidad! ¡Ah, y también mi escoba!

 

Debía de tratar el asunto con astucia, de manera inteligente, si los animales estaban fuera de control lo mejor sería combatirlos con el apoyo de mis cinco criaturas mágicas. Una distracción que ayudaba, que podía darnos un poco de seguridad al momento de trasladar a los animales que se habían escapado y resultar ilesos en el proceso.

SfuMfvY.gif7h7ZSBT.gif80NOUjM.gif


p7PNraO.png


kbJcSlc.gifGyhyROf.gifxdFxo1G.gif


Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Era el tercer Araña Exumai que tiraba cuando apareció Xell Vladimir a socorrerme, junto a Antoni, uno de los chicos que había estado en mi casa de la Academia, aunque no parecía haberle gustado mucho.

 

-Te diría que sí, pero en este momento no puedo recordar nada de lo aprendido sobre Criaturas, Xell- le respondí con sinceridad, mientras continuaba empujando a los chicos para que entrasen en la Universidad y así alejarlos del peligro.

 

Otro grupo de alumnos y profesores, entre ellos Cillian a quien conocía por haber pertenecido al mismo bando que yo, estaba intentando contener a las acromántulas, mientras Antoni le tiraba hechizos a los Abraxan. Fue entonces que escuché la clara voz de una fémina y sentía una punzada recorrer mi espina. Hubiera puesto los brazos en jarras de lo molesta que estaba por escuchar su tono acusador, pero como no podía ponerme en aquel momento a discutir con ella, me encogí de hombros.

 

-Hola Mistify. No fui yo- dije en tono inocente, porque al fin y al cabo era verdad-. Creo que se le han escapado a la profesora de Criaturas- quien también era tutora conmigo en la Universidad y a quién estaba buscando para regañar-. Seguro que algunos alumnos quisieron hacerse los graciosos y las liberaron... ¡Pero acromántulas! Esto se les ha ido de las manos- e iba a llegar al fondo del asunto.

 

Ya estaba pensando en los castigos que les pondría a los responsables.

 

-¡Cillian! Qué bueno que estés aquí... ¿Tienes idea por qué estos bichos están tan alterados?- sabía que él era el Director del Departamento de Criaturas y era genial tenerlo en la Universidad en momentos como aquellos.

https://i.imgur.com/g1G6WRb.gifhttps://i.imgur.com/kYY7Ngy.gif
vjewzeJ.jpg
NiqQIUZ.gifGxQq8SZ.gifiAGBpD8.gif
nqOolSA.gif

 

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Guest
Esta discusión está cerrada a nuevas respuestas.
 Compartir

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.