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Claudia Crowley

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Claudia Crowley ganó por última vez el día 23 Diciembre 2014

¡Claudia Crowley tenía el contenido más querido!

Acerca de Claudia Crowley

  • Cumpleaños 13/04/1994

Ficha de Personaje

  • Nivel Mágico
    4
  • Rango Social
    Unicornios de Plata
  • Galeones
    64905
  • Ficha de Personaje
  • Bóveda
  • Bóveda Trastero
  • Bando
    Neutral
  • Familia
    Crowley
  • Trabajo
    0
  • Raza
    Vampira
  • Graduación
    Graduado
  • Puntos de Poder en Objetos
    200
  • Puntos de Poder en Criaturas
    180
  • Puntos de Fabricación
    0
  • Rango de Objetos
    10 a 200
  • Rango de Criaturas
    10 a 200
  • Conocimientos
    Leyes Mágicas
    Herbología
  • Medallas
    0

Profile Information

  • Casa de Hogwarts
    Slytherin
  • Género
    Femenino
  • Location
    Gehena
  • Interests
    Me gustan los gatos, el café, las tazas para café, el té chai, las gomitas, salir de compras, los postres, leer sobre el espacio exterior, el sushi, el olor a electrocauterio cuando estoy en el quirofano :baba:. También me gusta Chris Pine/Evans/Hemsworth y un tal Benedict Cumberbatch.

Contact Methods

  • Skype
    clau9413

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  • Well Followed
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Reputación

  1. -Nombre de la Bóveda: Bóveda de Claudia Crowley -Link a la Bóveda Personal: Bóveda N° 9822 -Trámite a Realizar: Corrección de nombre en el link de ficha de personaje, retiro de la bóveda del negocio al cual no pertenezco y retiro de la bóveda de la Familia Rambaldi; además de cambios estéticos. | Link al tópico de su ficha de personaje | Claudia Crowley | Link de las bóvedas de negocios que posea el personaje | -- | Link del tópico de registro de sus familias | Familia N° 1: Registro Crowley (Matriarca) Familia N° 2: -- | Link a las bóvedas de sus familias | Bóveda Familia N° 1: Familia Crowley - Bóveda N° 96477 Bóveda Familia N° 2: --
  2. Hola. Tengo mucho tiempo sin pedir cambios; ni siquiera cambié al formato "nuevo" y es lo que vengo a hacer. Si lo he solicitado mal, perdón, tengan compasión de mí. Muchas gracias de antemano, besitos. | Datos Personales | Nombre del Personaje: Claudia Alessandra Crowley Sexo: Femenino Edad: Adulto joven Nacionalidad: Rumana Familia(s): Crowley - Matriarca Padre(s) Sanguíneo: Decebal* y Alessandra* Crowley Padre(s) Adoptivos: — Trabajo: — | Poderes Mágicos | Rango Social: Unicornios de Plata Bando: Neutral Rango dentro del Bando: — http://i.imgur.com/HisXflv.png Puntos de poder en objetos: 200 Hechizos adicionales: — Puntos de poder en criaturas: 180 Criaturas controlables en asaltos y duelos: — Habilidades Mágicas: — Conocimientos Especiales: Leyes Mágicas Herbología Medallas: Gala de Navidad 2015 | Perfil del Personaje | Raza: Vampiro Aspecto Físico: De mediana altura y sesenta kilogramos, forman una figura curvilínea pero delgada. A pesar de lo anterior, no hay centímetro en el cuerpo de la joven que no posea la firmeza que denota en cada paso que da, esa que coexiste contradictoriamente con la delicadeza de sus detalles, la fineza de sus hombros, la redondez de las caderas y el colorido tenue de cada vena repasada por la piel pálida que le envuelve de pies a cabeza. De alborotados y largos cabellos negros, estos se desplazan de lado a lado con cada movimiento que realiza, y el liso sedoso le abraza los hombros provocando ondas caprichosas. Sus orbes son de color cambiante, la mayor parte del tiempo de un negro azabache, a veces carmesí, otras más azules y brillantes, la verdad es que aquellos ojos versátiles no tienen un pigmento determinado. Sentimentales, furiosos, felinos, seductores, muy claros o muy oscuros, son ventanas al alma tormentosa de su portadora, aunque prevalece en ellos el aire melancólico de quien espera por algo… o alguien. Más abajo, su nariz es mediana y fina, con los labios entreabiertos, gruesos y que poco tienen que decir. Casi nunca ríe, pero cada tanto deja escapar una carcajada de dientes blanquísimos. A la hora de la cacería sus caninos se alargan, mostrándose filosos y mortales. Sobre sus mejillas se evidencia una constelación de pecas que hace que sus ojos resalten y que parezca una niña de cinco años a punto de hacer una picardía. Cualidades Psicológicas: Claudia es una joven segura de sí misma, pero cerrada al público en general. Pocas personas y cosas se ganan su interés. No suele hablar con cualquiera y, por ello desconfía usando un tono que irrita en ocasiones al más educado. Con un rostro inexpresivo que en contadas ocasiones se torna amistoso regalando una sonrisa encantadora. De orgullo intocable. Es una mujer impredecible, pues nunca se sabe que reacción puede dar; puede sorprender de las mil maneras diferentes, si esta de buenas quizás se tenga suerte. Y si la encuentran en su manera de “animal salvaje” será mejor que corran, porque podrían acabar fatal o que suelte una bordería hasta dejar en ridículo. No le gusta la gente que dice las cosas sin tener algún conocimiento, primero se tiene que saber de lo que se habla o si no mejor quedarse callado. En algunos momentos dados, las acciones de Claudia salen de ella sin previo aviso y puede fallar, pero ella es así, hace las cosas sin pensar. Para que mentir, le encanta la soledad, pero sabe que los amigos se cuentan con los dedos de las manos, mejor dicho, los verdaderos amigos. Para ella los demás son conocidos, verdaderos solo tres o cuatro. Y estos saben, que a pesar de lo despegada que pueda llegar a parecer, lo despistada que es en ocasiones, estará ahí si la necesitan lo más rápido posible. Todo sentimiento negativo que se suelte en su interior ahí se queda. No suele sacar todo lo que tiene dentro, cualquier mal que le pase, en su memoria se quedará grabada para siempre. Es una gran actriz, ya que siempre que tiene un mal día lo suele tapar con una sonrisa. No confía plenamente en nadie, solamente en ella misma, en ese sentido es un poco egoísta. Analiza todo lo que ocurre a su alrededor al más mínimo detalle, gran observadora, tiende a tener grabada en la mente todo movimiento de la persona. Las personas creen que puede llegar a ser un poco tonta e ingenua, pero realmente no es así. No es tonta, al contrario, pero en algunas ocasiones puede tardar algunos minutos en captar lo que le dicen. Le encanta lo desconocido, siempre intenta saber cosas nuevas, visitar lugares nuevos y adentrarse en los libros. Es fácil irritarla, pero aun así tiene bastante paciencia antes de perder totalmente el control, en caso de que lo perdiese, su cerebro trabaja con velocidad tramando planes macabros. Le gusta el olor de la sangre, ver el miedo en los ojos de su enemigo y los gritos de dolor ¿Quizá esta loca? Ama torturar, lo lleva en la sangre y sabe que es tarde para cambiar eso, recorre sus venas cada día, le agrada sentirse dominante y tener el control sea como sea, adora sentir esa electricidad propia dentro de ella cada vez que saca fuera su lado sádico e incontrolable. Claudia y hombres, su experiencia es prácticamente nula. ¿El por qué?, le encanta coquetear, seducir o engatusar, pero no sabe llegar a más porque nunca lo ha logrado. Historia: Bosque de Iliria, Italia — Verano de 1498 Un rayo de sol, firme y contundente se colaba por entre las altas hojas de uno de los muchos Robles Húngaros que conformaban el bosque de Iliria. La marea de la costa oriental del Adriartico estaba bastante alta y el golpe de las olas contra las rocas se podía escuchar varios kilómetros bosque adentro. El sonido de las aves que aprovechaban el clima generoso del lugar, alegraba al oído. El aroma a tierra húmeda y la brisa que llegaba del mar era una mezcla inolvidable. —¿No pretenderás que atrape a ese ciervo mientras tú hablas verdad, Orión?—se escuchó una voz entre los matorrales. La joven figura de una esbelta mujer, piel perlada y cabellos tan dorados como los rayos del sol. Sus labios eran de una color rosa como el más hermoso de los tulipanes, y lisos como la superficie de un lago congelado. Tenía un movimiento fluido, casi que flotaba por entre las raíces de los secoyas enormes que se proyectaban infinitos hacía la segadora luz proveniente del cielo. —Por supuesto que no Artemis, pero si no te digo no lo vas a ver nunca— respondió un moreno joven que respondía al nombre de Orión. El muchacho de tez bronceada y brazos fuertes, caminada juntos a la rubia despacio y sigiloso. Su sonrisa era blanca como la nieve y sus ojos eran de un color oscuro, un negro profundo que fácilmente podría compararse con la roca fundida. Sus pies descalzos no parecían flotar como los de Artemis. Eran pasos firmes, dignos de una persona con carácter y decisión. —Cállate, allá está el ciervo. Los ojos del joven se postraron en el rostro de la mujer que miraba con atención un claro en el bosque por el cual se filtraba una línea blanca de luz solar. En aquel claro, una ciervo de no mucha edad, se había detenido y tenía la cabeza agachada, olfateando algo entre un matorral. Artemis era la diosa de la caza, una deidad que salía de sus terrenos acompañada de Orión para divertirse más allá de donde debía. La mano de la mujer se deslizó suavemente por el costado derecho de su cuerpo, pasando por sus hombros hasta la parte superior de su espalda. De una camuflada bolsa sacó un arco de roble negro y una flecha con punta plateada. La ágil mujer arqueó su arma apuntando la brillante punta hacía el ciervo. Haló de la parte trasera de la flecha, dispuesta a disparar, al tiempo que Orión golpeó su brazo hacia arriba. La flecha varió su trayectoria y se perdió en la inmensidad de las hojas. El ciervo escuchó el golpe y corrió, perdiéndose de vista. —¿Que estás demente?—gritó la mujer dejando ver la rabia en sus ojos. —Cállate y escucha. Proveniente de un lugar cercano al ciervo, suave pero audible, un sollozo se lograba oír. Un llanto leve y entrecortado guió a los cazadores hasta el matorral que, desordenado, yacía junto al claro. —Eso es... —Oh sí, eso es sin duda. En el suelo, envuelta en una manta negra, una bebé hermosa de ojos negros como la manta, cabello oscuro y una piel cetrina, se movía inquieta. Sus manitas pequeñas y suaves se movían a todos lados, buscando desesperadamente algo a lo cual aferrarse. Sus pies se movían velozmente de un lado a otro. Sus orbes giraban en muchas direcciones hasta detenerse en los cazadores. Artemis se acercó y la tomó en brazos. —Es una hija del hombre. Déjala ahí—Orión susurró entre dientes. —¿Cómo crees que la voy a dejar acá? ¡Morirá! —No es asunto nuestro. Apolo se enojará. —Mi hermano poco me importa no dejaré a esta pequeña a la deriva de la Madre Naturaleza—terminó Artemis con la mano de la bebé rodeando su dedo índice—.Te llamaras Claudia. Ambos cazadores dieron la vuelta y caminaron en la nada desvaneciéndose. Grecia — 1517 A Claudia nunca le habían gustado las nubes grises. Esas nubes grises que se cernían bruscamente sobre ella y que amenazaban con dañar su tarde perfecta. Claudia jugaba con algunos animales cerca a su casa en Grecia, en los alrededores del templo de Artemis. Tenía la facilidad innata de atraer a los animales hacia ella y que estos se sintieran cómodos acercándose a la niña. El cielo se tornó gris y los conejos con los que jugaba huyeron. Uno de ellos sin querer se llevó su pañoleta enredada en los pies al interior del no muy grande bosque contra el que quedaba la casa de los Natkios, su casa. Tenía una belleza sin igual. A pesar de contar con recién cumplidos dieciocho, su rostro conservaba la ternura de una pequeña. Su cuerpo era una obra de arte de la madre naturaleza. Sus orbes eran negros como la noche y su cabello negro y lacio precioso. En sus venas corría la magia que su padre había inculcado. Ingresó en el bosque siguiendo la criatura de pelo blanco que corría como huyendo de algo, a pesar de las suplicas de la niña por que frenara. La niña, al mejor estilo de los cuentos muggles, siguió al conejo blanco por un buen trecho, avanzando en el oscuro bosque. En un momento ya no pudo seguir el blanco de su pelaje ni el negro de su pañoleta. Una pañoleta que había tenido por mucho tiempo y que tenía una C enorme grabada en hilo dorado. Cuando Claudia intentó volver sobre sus pasos, ya se había perdido. Su padre, Lathion Natkios, siempre le había dicho que si se llegaba a perder, buscara la luz del Cinturón de Orión en el cielo estrellado, y que siguiera el curso que colindaba con La Osa Mayor o "el sartén", como ella la llamaba. Levantó su vista al cielo y a pesar de que apenas comenzaba a anochecer y los puntos blancos comenzaban a ser visibles encontró su ruta rápidamente. Comenzó a avanzar girando su cabeza ocasionalmente hacia el cielo. Las hojas de los arboles momentáneamente se cruzaban para impedir que viera su guía. Siempre le había gustado mirar las estrellas de noche. Pensaba que los enamorados se dejaban mensajes uniendo los puntos brillantes. De repente su caminar se vio interrumpido. Sus pies deslizaron por el suelo y casi cae de espaldas al suelo. Se aferró con fuerza de un árbol. La creciente oscuridad que se apoderaba del pequeño bosque le impidió ver con claridad lo que la había hecho perder el equilibrio. Como un espejo, el suelo reflejaba la única luz, proveniente de la enorme luna que abarcaba todo el bosque. La niña, acercó su mano con cuidado al suelo para palpar la sustancia. Su mano tocó el suelo y la llevó a la altura de sus ojos. El reflejo de la luna le dejó ver el tono escarlata del fluido que se deslizaba por uno de sus dedos. Asustado su rostro se fue de para atrás hasta chocar con un árbol. El golpe le hizo comprender mejor lo que pasaba. A su alrededor, los ciervos, conejos, erizos y demás criaturas con los que hace algún tiempo había estado jugando, yacían inmóviles en el suelo junto a un respectivo charco de aquel fluido escarlata, viscoso y escandaloso. Un cuerpo por allí, otro por allá un ciervo casi seco un poco más allá. Los cuerpos se extendían por la zona alrededor de ella como parte de ajedrez mágico en torno al derrotado rey. Las patas del ciervo, pequeño aún se movían. —Jamás se igualará a la sangre humana—dijo una voz en algún sitio. Claudia, con sus manos congeladas giró su cabeza a donde creía había salido la voz. No había nada. —Pareces asustada. Quién lo diría la hija de Decebal con miedo—retumbó de nuevo la voz, haciendo que la niña girara su cabeza. —¡¿Quien anda ahí?!—indagó con voz entre cortada—.Mi padre no se llama Decebal. —Oh, claro que si se llama Decebal. No sabes quién eres ¿Verdad?—repitió la lúgubre voz. Sus palabras retumbaban cada vez más cerca. La niña se aferraba al árbol con fuerza. —Sal de ahí, quien quiera que seas. Como si las exigencias de la joven hubieran sido ordenes, una oscura silueta salió de detrás de un árbol. Un hombre de imperiosa belleza salió de su escondite, con elegante andar, su ropa era fina y su aspecto no dejaba lugar a duda de su linaje y educación. Sus labios aun mostraban restos de la fresca sangre que acaba de succionar de aquellas inocentes criaturas del bosque. Esbozó una lasciva sonrisa fijando sus ojos de rubí en la consternada joven que comenzaba a sentir temor ante lo que sus oscuros ojos le revelaban, el instinto de supervivencia le indicaba correr pero su curiosidad la mantenía con los pies clavados en aquel campo cubierto de sangre. —Finalmente veo que si tienes el valor de tu padre—afirmó aquel ser oscuro que se recargo con aire casual en uno de los arboles cercanos. Del bolsillo de su pantalón saco un pañuelo negro el cual se llevó a los labios para limpiar de ellos cualquier resto de “alimento” que pudiese quedar. —¿Quién eres y que haces aquí?—pregunto Claudia levantando la cabeza con valentía, la adrenalina que corría por sus venas la inspiraba a ser sincera y externar sus inquietudes. —Veo que no tienes recuerdos de tu pasado, era de esperarse apenas eras una bebé cuando todo ocurrió—el hombre se encogió de hombros y su piel de aspecto marmoleado lanzo un reflejo en medio de aquella oscuridad. —No sé de qué me estás hablando—confirmó la joven bruja algo desesperada por el cinismo de aquel hombre que le hablaba con extrema confianza haciéndole dudad de que sus palabras fueran mentira—.Déjate de rodeos y dime lo que tengo que saber—exigió con voz severa. —Puedo ayudarte a recordar—murmuró con voz melodiosa mientras daba un paso firme hacia la joven mujer que permanecía inmóvil, esperando información. El vampiro sonrió triunfante y se acercó más hasta que su fría mano pudo rozar la mejilla de Claudia, que no parecía tener intención de escapar. —¿Que tengo que hacer?—preguntó de forma decidida ante el acoso del cual era víctima. —Bueno, solo conozco un método para que tu mente despierte y para tu fortuna es más sencillo de lo que puedes imaginar—murmuró relamiéndose los labios libidinosamente mientras caminaba en torno a Claudia, admirando su belleza en todos los ángulos posibles—.Sera todo un placer ayudarte. Sin dar mayores explicaciones, aquel ser lóbrego se lanzó sobre el cuerpo de la frágil joven, haciéndola caer en aquel campo cubierto de hojas secas que crujió al sentir su peso. Sus ojos oscuros brillaban con intensidad sin apartarlos de los carmesí de su atacante. El peso del hombre le dificultaba la respiración, su pecho subía y bajaba con esfuerzo. Pero poco duro aquella opresión. Los afilados dientes del vampiro se clavaron en su cuello dejando que un fino hilo acuoso y escarlata se deslizara por su cuello. Un segundo de dolor, un ahogado gemido y el bosque se disolvió. Escenas indescriptibles comenzaron a aparecer en su mente, imágenes confusas, visiones borrosas. Gritos, movimiento, todo parecía inestable desde aquel ángulo, apenas comprendía lo que pasaba. Era como estar dentro de una escena dantesca. Sangre, aquel aroma desagradable, aquel ruido metálico. Entrecerró los ojos para poder comprender que era lo que sucedía, el dolor y desesperación eran palpables en aquella habitación, ya no estaba más en el bosque, el escenario había cambiado. Intento dar un paso y un cuerpo rodó a sus pies haciéndola retroceder. Se llevó las manos al pecho y ahogo un grito. El rostro de aquel inerte cuerpo denotaba dolor y sufrimiento, sus ojos oscuros le provocaron un escalofrió, se arrodillo a su lado para descubrir que en su cuello pendía un dije con una letra C adornada con pequeños brillantes. Los gritos volvieron a escucharse y Claudia se puso de pie. Las preguntas comenzaron a agolparse en su mente confundida ¿Dónde estaba? ¿Quiénes eran aquellas personas? ¿Porque todo le era tan familiar? Una mujer entró corriendo, miraba por encima de su hombro asustada, cerrando la puerta tras de sí. La mujer se arrodillo al lado del lánguido cuerpo sin vida y negó con la cabeza cerrando los ojos con visible consternación, sin perder tiempo se puso de pie y corrió hasta el extremo de la habitación donde una cuna de latón dorado formaba parte de la fina decoración. En una de las paredes un escudo de armas. Solo una palabra, Crowley, completaba dicha imagen. Su vista volvió a la mujer que tomaba en brazos a aquel pequeño ser que por su quietud parecía dormir pese al ruido que reinaba en torno a ellos. Sin más preámbulo salió por otra puerta que daba hacia el exterior dejándola abierta perdiéndose en la espesura de aquel oscuro bosque. Un par de segundos después una figura con túnica negra con la cabeza cubierta por la capucha entró vociferando, miro el cuerpo en la alfombra que yacía en un tibio charco de sangre que vertía desde donde una fina daga de plata cintilaba en el pecho de la dama. La extrajo de un fluido movimiento y se abalanzó sobre la cuna. —¡Maldita sea!—gritó al darse cuenta que estaba vacía. Las imágenes en su cabeza se convirtieron pronto en un torbellino de colores y formas grises imposibles de identificar. Todo se fue oscureciendo. Todo fue callando. Al fondo como un susurro lograba escuchar la lúgubre voz de aquel que se había aparecido en el bosque unos instantes atrás. —Busca tu origen. Y todo fue oscuridad. Un cuerpo femenino en medio del bosque se removió, un agudo dolor en el cuello la obligo a soltar un profundo lamento, de forma inmediata su pequeña mano fue al sitio, toco suavemente aquella herida y gimió nuevamente. La luz del sol mañanero se filtraba ya entre las copas de aquellos enormes árboles, sin que aquella joven tuviera ni idea de quién era y mucho menos en donde estaba. Sus ojos oscuros recorrieron el lugar conforme poco a poco se incorporaba hasta quedar sentada en medio de aquella masacre, rodeada de animales muertos. De un solo movimiento se puso de pie aterrada por lo que miraba a su alrededor, y peor aun cuando descubrió que su propia ropa estaba bañada en sangre. Cerró los ojos intentando serenarse y algunas imágenes no más alentadoras le llenaron el cerebro. Recuerdos borrosos. Dio un paso, dos y siguió andando hasta perderse dentro del espeso bosque sin tener idea de hacia dónde ir. Solo con un pañuelo negro y una varita en la mano. Londres — Junio de 2011 A Claudia nunca le habían gustado las nubes grises. Esas nubes que se cernían bruscamente sobre ella, de pie frente al Ministerio de Magia de Londres. Ya no era la misma mujer inocente que había caído en los colmillos de un desconocido. Su cuerpo y mente habían sido moldeados a fuego y hierro. Había recorrido el mundo buscando su origen. Su historia. La misma que la había traído a Londres a buscar su pasado. —Crowley—murmuró e ingresó en el edificio. | Pertenencias | Objeto Mágico Legendario: — Objetos Mágicos: Objeto: Varita Mágica Clasificación: AA Puntos de poder: 20 Objeto: Vuela Pluma Clasificación: AA Puntos de poder: 10 Objeto: Armario Evanescente Clasificación: AAAAA Puntos de poder: 160 Objeto: Catalejo Clasificación: A Puntos de poder: 10 Pociones Mágicas: — Criaturas Mágicas: Criatura: Gato (Angora blanco) Responde al nombre de Cerbero. Clasificación: X Puntos de poder: 10 Criatura: Boa (Constrictor) Responde al nombre de Medusa. Clasificación: X Puntos por unidad: 10 Criaturas en la Reserva: Criatura: Ridgeback Noruego - Responde al nombre de Leviatán. Clasificación: XXXXX Puntos de poder: 160 P Libros de Hechizos: — Poderes de Criaturas: — Consumibles en Batallas: — Elfos: Hades: De pequeña estatura, grandes ojos amarillos y saltones que muestran a su ama lealtad y cariño indudables; su voz es dulce aunque en ocasiones resulta irritable. Solo responde a las órdenes de la matriarca Crowley y en contadas situaciones a las de León, teniendo como principial orden ignorar a todo aquel que no sea Crowley, exceptuando a Roxanne. Más que un elfo a su servicio Claudia lo ve como un amigo y confidente. | Licencias, Tasas y Registros | Licencia de Aparición: Aprobada Licencia de Vuelo de Escoba: — Registro de XXX: — Personajes Secundarios: Ileana Crowley, ahijada | Otros Datos | Hábil con el arco y la lanza Es políglota Estudió Medicina (Atención para Muggles) en la Universidad de Oxford, pero nunca la ejerció Su mejor amiga es Roxanne Rambaldi Estuvo casada por un breve lapso Su patronus es un cuervo Tiene un tatuaje, sello del cazador, en el lado izquierdo de su cuello originalmente utilizado para suprimir su lado vampiro, y utilizado más adelante para domarla. | Cronología de cargos | Aprendiz en la Academia de Magia y Hechicería. Junio (2011) — Abril (2013) Ingreso a la Mini-Marca Tenebrosa. Enero (2012) — Marzo (2012) Cazadora de los Chudley Cannons. Octubre (2011) — Enero (2012) Matriarca Crowley. Febrero (2012) — Actualidad Empleada en los Servicios Administrativos del Wizengamot. Agosto (2013) — Enero (2014) Re-Ingreso a la Mini-Marca Tenebrosa. Agosto (2013) — Enero (2014) Ingreso a la Marca Tenebrosa. Mortifago Base. Enero (2014) — Julio (2014) Jefa de la firmeria de bando "Espu.to de Llama". Abril (2014) — Moderadora Global. Junio (2014) — Septiembre (2015) Mortífago Tempestad. Julio (2014) — Octubre (2014) Mortífago Mago Oscuro. Octubre (2014) — Febrero (2016) Mortífago Tempestad (Descenso). Febrero (2016) — Marzo (2016) Mortífago Base (Re-Ingreso). Octubre (2016) — Diciembre (2016) Mortífago Tempestad. Diciembre (2016) — Diciembre (2017) Mortífago Base. Diciembre (2017) — Junio (2018) | Premios y reconocimientos | Premio del público. Concurso de Dibujos — Gala de Navidad 2011. Premio del jurado. Segundo lugar, Concurso de Dibujos — Gala de Navidad 2012. Premio del jurado. Primer lugar, Concurso de Wallpapers — Gala de San Valentin 2013. Premio del jurado. Primer lugar, Concurso de Poemas — Gala de San Valentin 2013. Premio del jurado. Segundo lugar, Concurso de Perfiles de Halloween — Gala de Halloween 2013. Premio del jurado. Primer lugar, Concurso de Firmas Tenebrosas — Gala de Halloween 2013. Premio del jurado. Segundo lugar, Concurso de Firmas Navideñas — Gala de Navidad 2013. Premio del jurado. Tercer lugar, Concurso de Dibujos Navideños — Gala de Navidad 2013. Premio del público. Concurso de Árboles de Navidad — Gala de Navidad 2013. Guerra de Rangos 2014. Rango campeón: Tempestad. Premio del jurado. Primer lugar, Postales Navideñas — Gala de Navidad 2015. Premio del jurado. Primer lugar, Concurso de Firmas Tenebrosas — Gala de Halloween 2017. Premio del jurado. Tercer lugar, Concurso de Firmas Tenebrosas — Gala de Halloween 2018. | Links de Interés Referentes al Personaje | Link al Perfil de Comprador MM: 121 Link a Bóveda Personal: Bóveda N° 9822 Link a Bóveda Trastero: — Link a Bóveda de Negocio: — Link a Bóveda Familiar 1: Bóveda N° 96477 - Familia Crowley Link a Bóveda Familiar 2: —
  3. ¿Todavía puedo pedir mi subnick? Se que ni a fantasma del foro llego (?) Pero merezco reclamar mi bonito premio y hacer la bendita bóveda trastera para reclamar el bicho que gané Gracias infinitas al moderador que se apiade de esta solicitud tan retrasada. Besitos. Para cambio de Subtitulo: Subtitulo deseado: Don't blink Premio obtenido: Tercer Lugar Firmas Tenebrosas
  4. ¿Cuánto tiempo había pasado desde la última vez que estuvo en aquel lugar? Ciertamente no lo recordaba; volver le resultaba difícil. Rodeada de cuatro paredes no era como se veía, desde que tenía uso de razón el bosque y los libros de aventuras la habían convertido en un ser de alma libre, alejada de elegantes mansiones, fiestas sin sentido y brujas chismosas que solo buscaban un mago con un alto cargo en el Ministerio de Magia para sentirse realizadas. Viajar se convirtió en su pasión y en una manera de dejar atrás los días en que sirvió al Lado Oscuro. Debía felicitar a los escasos sirvientes que aún conservaban algo de lealtad a la Crowley, el Castillo de su familia no era un basurero gracias a su labor. Salvo algunas excepciones, como su habitación, cubierta de gruesas capas de polvo que le costarían un par de hechizos de limpieza y una rinitis alérgica. Aunque en su interior sabía perfectamente que pronto tendría que marcharse de nuevo. <<Solo he venido a descansar>> se recordó, bajando los escalones que daban a la última planta. El indistinguible sonido de la puerta de entrada abriéndose le indicó que alguien que no portaba su sangre había llegado. Ningún Crowley hacia acto de presencia de forma tan común. Comprobó el estado de su ropa, un discreto jumpsuit negro que ocultaba las recientes heridas en su torso, echando sobre esta una liviana capa de tonalidad similar a la prenda que cubría su cuerpo. —¿Sabes a que vienen las mujeres a este castillo?—pronunció con un tono de voz grueso, no concordante con la delicada figura que era, al entrar a la sala de estar —O dicen traer un hijo que engendraron con León para que este lo eduque o vienen a revolcarse con él para engendrar algún otro malcriado niño, como por ejemplo tu hijo. Tomó asiento frente a la bruja, dejando entrever un gesto que distaba de ser cordial. —Es un placer verla después de tanto tiempo, señora Lestrange. Siempre es grato tener una visita en este humilde hogar.
  5. ID: 110084 Nick: Claudia Crowley Link a la Bóveda Trastero: -- Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Primer Lugar Firmas Tenebrosas Nivel Mágico: III Fecha: 2017-11-11 Criatura: Ridgeback Noruego Puntos: 160 P Precio: -- Total de puntos: 160 Total de Galeones: --
  6. ID: 110084 Nick: Claudia Crowley Link a la Bóveda Trastero: -- Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Primer Lugar Firmas Tenebrosas Nivel Mágico: III Fecha: 2017-11-11 Criatura: Ridgeback Noruego Puntos: 160 P Precio: -- Total de puntos: 160 Total de Galeones: --
  7. Hace mucho no ganaba algo Para cambio de Subtitulo: Subtitulo deseado: | Don't blink | Premio obtenido: Primer lugar en Firmas Tenebrosas Para llaves: Llave (Gryffindor, Hufflepuff, Ravenclaw, Slytherin o maestra): Slytherin
  8. —Había olvidado que tan pésimo es el sabor del whiskey de fuego. Claudia apartó, a un lado de la pequeña mesa, el licor restante. Tenía pocos minutos de haber llegado y ya quería marcharse de aquel lugar. Los bares del Callejón Diagon no eran precisamente sus favoritos, pero el deber con su rango la había traído hasta Dumbledore's Night. Irse no era una opción, no hasta que cazara a un despistado Mortifago. Suerte o casualidad, lo que estaba pensando ser materializó muy cerca a ella. La Marca ardía en su brazo, indicándole que otros de su bando no estaban precisamente ahí para tomar un trago y mover los pies al ritmo de la incipiente música. —Has olvidado decir algo, cariño—la bruja, en pie y con varita en mano, tomó sorpresivamente por el brazo a la mujer que acababa de lanzar un Fuego Maldito. Ariel era su primera captura—¿Crees que antes de llevarte conmigo debo lanzar un hechizo? Ya sabes, no llevo la máscara, aunque poco me importa si este de la Orden o empleado del Ministerio me reconoce. Blandió la varita, apuntando a la mañana de un aterrorizado cliente de mejillas hinchadas. —Absorvere—el chasquido de los pequeños huesos al romperse la hizo sonreír—Hora de marcharnos mi querida presa. Prometo alimentarte bien mi hogar. *Desaparezco*
  9. —¿Debo repetirte de nuevo? ¿Acaso no te limpiaste los oídos, Ileana? Claudia prácticamente arrancó de las manos el pergamino que la joven squib sostenía. Le quedaba muy poca paciencia y lo que menos deseaba en el momento era retrasarse con aquella compra innecesaria. Necesitaba otros objetos de mayor valor, pero la falta de una bóveda trastero le imposibilitaba adquirir lo que de verdad quería. Un simple catalejo le daría la posibilidad de iniciar los trámites en Gringotts. Pero, ¿qué haría con él? No era un objeto de colección o lo suficientemente bonito para adornar la biblioteca del castillo Crowley. Tampoco contaba con un amigo al que obsequiárselo o un conocido que ansiará tal pieza, aunque… —Cariño ¿Te gustaría tenerlo?—con una voz melosa y poco usual en ella, Claudia dirigió toda su atención a una sonriente Ileana, al tiempo que dejaba sobre el mostrador el pergamino de su compra. Planilla de Compra​s Normales para Personajes: ID: 110084 Nick: Claudia Crowley Link a la Bóveda Trastero: -- Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: #92822 Fecha: 2016-12-12 Objeto: Catalejo Puntos: 10 Precio: 500 Total de puntos: 10 Total de Galeones: 500
  10. |Nombre| Ileana Crowley |Edad| 17 años |Nacionalidad o procedencia| Rumana |Raza| Humana |Personaje principal al que está asociado| Claudia Crowley |Relación con el personaje principal| Ahijada |Aspecto Físico| De cuerpo frágil y facciones infantiles, Ileana es erróneamente confundida con una niña. Posee unos enormes orbes de tonalidad gris, casi negra, enmarcados por una delgada línea de pestañas; más abajo unos generosos labios rosas embellecen su rostro. En contraste con la piel blanquecina, una larga cabellera castaña se desliza un poco más allá de su espalda. Enmarañándosele los días de humedad y convirtiendo en caos el momento de peinarse. Pocas veces viste como alguien de su edad, prefiriendo tomar uno que otro vestido de su madrina. |Cualidades Psicológicas| Sonriente, brillante y enérgica, así es como Ileana se muestra ante los demás. No existe persona alguna que no se gane una sonrisa de ella y es casi imposible el resistirse el devolverle dicha sonrisa. Pero, por otra parte, existe un rostro que pocas veces muestra al mundo. Todas sus inseguridades, empezando por ser la única squib de una gran familia rumana, la última en nacer, la "sin magia". Su baja autoestima y los secretos que no comparte más que con Claudia, la única que puede entenderla o, al menos, simpatizar con sus sentimientos. |Historia| Siendo la última hija y precedida de tres hermanos varones, su madre murió tras darla a luz. Durante su niñez jamás estuvo sola, hasta que cumplió 11 años. Cada uno de sus hermanos fue enviado al Instituto Durmstrang al cumplir esa edad, excepto ella, quien no tenía una gota de sangre mágica en las venas. El separarse de sus hermanos fue lo peor, la primera vez que estaba sola se convirtió en un estandarte de cómo se sentiría por el resto de sus días, al menos internamente. Su padre la envió a un colegio de elite muggle, sin embargo, nada pudo reemplazar la decepción de ser una “sin magia”. Creció, siendo brillante dentro de los muggles y despreciada por toda la familia. Al cumplir la mayoría de edad, dejó el apellido de su padre y huyó de casa. En búsqueda de sentirse completa, o al menos querida, buscó refugió en la única persona cercana a su madre: Claudia Crowley. En contra de la voluntad de la mujer, se convirtió en su mano derecha durante el largo periodo que permaneció en Rumania. Posteriormente, adoptó el apellido de la misma. |Otros datos| Tiene muchos complejos de inferioridad por ser squib. De noche, cuando no puede dormir, se dedica a leer. Los libros la transportan a otro mundo donde nada malo puede ocurrirle. |Condiciones de utilización| Solo por el usuario.
  11. | Flashback | El rostro de la Crowley, con una capa de áspero polvo sobre las mejillas, permanecía inalterable. Sólo los ojos azabache, vivaces y afilados como los de un felino hambriento, seguían el baile de las destellantes luces que iluminaban el interior del castillo. Poco a poco, regresaba. Sin embargo, no le resultaba fácil. Con el paso del tiempo, las ausencias de la matriarca se extendían, incluso, a meses. Su naturaleza no era permanecer encerrada entre cuatro paredes de piedra, guiando a un puñado de adultos capaces de depender de si mismos. Pero el instinto primitivo de protección, predominaba. Era su deber volver. <<Siete en punto>> El reloj, en la muñeca izquierda de Claudia, marcó la hora con un débil sonido. En verano, el sol aún continuaría erguido en el cielo, pero la gélida oscuridad del invierno se alzaba desde temprano. El viento soplaba, formando remolinos de nieve a los pies desnudos de la pelinegra. No le afectaba en absoluto, era un simple cosquilleo en su piel. ¿A dónde quería ir a parar? Aquellos intensos momentos en sus innumerables viajes, francamente, no compensaban las historias ocurridas en su hogar. Naturalmente, su familia prevalecía antes que todo, aunque nunca lo mencionara. —Un baño de agua tibia y sales no le vendría nada, mi señora—. La vocecilla chillona del elfo, interrumpió el placido silencio. Claudia adelantó unos pasos. Inspiraba aliviada, acomodando sobre sus hombros el raído morral gris que el elfo acababa de entregarle. —Nada mal, Hades. Nada mal—. Comentó con una sonrisa en los labios.
  12. Moriré en esta clase, lo presiento. Nick: Claudia Crowley ID: 110084 Conocimiento: Artes Oscuras Nivel de Magia: 3 Link a la Bóveda: 92822 Link a la Ficha: 92802

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