Deiwan Rambaldi

http://i.imgur.com/Nx3cazA.png Fred Abberline, cliente El mago tan sólo andaba de paso por ahí, justamente a esa hora, en el mismo lugar y en preciso momento en que ella estaría, sin nada que le mostrara alguna señal de que pronto vería a la chica que le tenía loco. Su excusa era visitar el local donde trabajaba su amiga Vivian, a quién hacía mucho que no veía y la verdad ya le hacía mucha falta. No tardó en dar con el local del Callejón Diagon, de hecho parecía como si una fuerza magnética lo hubiese llevado hasta allí, quitando todo obstáculo o impedimento que pudiera encontrar en el camino. Estaba claro que como sea, debía llegar allí. Y así lo hizo. Al ingresar al lugar no dudó en buscar el sitio más apartado, como siempre, él y su extraña manía de permanecer aislado, esperando el momento preciso para hacer su repentina aparición de ser necesario. No pidió nada, tan sólo quiso esperar, sin saber con exactitud lo que esperaba, tan sólo sintió la necesidad de hacerlo. Mientras esperaba, un pensamiento se atravesó por su cabeza, recuerdos totalmente reales sobre el día en que su vida ya no fue la misma. Luego de tanto tiempo, volvía a sonreír y aunque no lo notara, no podía dejar de hacerlo. Se dejó descansar sobre el espaldar del asiento y esperó...

Sin palabras Tau... es sencillamente hermoso y a la vez, esperanzador.

http://i.imgur.com/P3fjMBm.png El Concilio de Mercaderes informa que Ginny G Rambaldi es cliente frecuente del Magic Mall, ubicado en el Callejón Diagón, y por tanto, se le ha asignado un perfil de comprador con el objetivo de hacer más transparentes sus transacciones. A este perfil, se agregarán pronto todas las pertenencias de este usuario y cualquier irregularidad deberá corregirse en nuestras oficinas. El número designado a Ginny G Rambaldi es: 229. Atte, Deiwan Rambaldi Miembro de la Logia Eligentium Concilio de Mercaderes

John Netley Dejó nuevamente su taza sobre el pequeño plato del mismo material que el recipiente vacío, sus ojos recorrieron la mesa hasta llegar a Vicky, la cual explicaba las actividades de su esposo, John sonreía por lo bajo recordando que había jugado en los días pasados con él, puesto que éste había arrastrado a alguno de sus amigos a ese antro deportivo entre ellos a Peter. —He de confesarte que jugué con Fred —le comunicó mirando fijamente a los ojos de la vampiresa, para luego pensar en lo mencionado anteriormente sobre cazar. No le pasaba eso con los niños, sino que le pasaba con las mujeres, tenia poco tiempo de vampiro y no sabia controlar al cien por ciento su sed, lo cual se complicaba cuando se relacionaba con las hembras. Sus colmillos saltaban, su ritmo cardíaco aumentaba notablemente y ahí era donde sin previo aviso mordía y succionaba aquella espesa sangre que lo tranquilizaba. —Sé de que hablas, y si me das unas clases te lo agradeceré — dijo estaba vez tirando todo su peso contra el respaldo de la silla.

John Netley Reía al escuchar las palabras de la rubia frente a el, tenia recuerdos de ella, pero de una Vicky la cual se podía encontrar dentro del Ministerio, seria, rígida y tratando de ocultar las ganas de reírse cuando algo le causaba gracia, los recuerdos nos tardaron en llegar, especialmente el día que los encontraron jugando dentro de su despacho. —Creo que pienso igual que tú, levantarse ir a trabajar volver hacer esto el otro y uno se cansa y termina siendo raptado por platillos voladores por un bien mayor.... Hablando de cazar, hace rato que no hago algo así, debo estar perdiendo el toque—agregó para mirar su taza humeante y darle un gran sorbo, sin antes tomar la cuchara y dejarla sobre el plato bajo la taza de porcelana—. Creo que escapar es una gran opción a veces y uno aunque no lo quiera termina volviendo por algún que otro motivo... Supe que tu marido ha sido fichado en una liga de futbol muggle, ¿cómo le va ahí? — preguntó intrigado.

John Netley —¿Secuestrado? — susurró al ver de pie ante el a una vieja amiga, Vicky, la cual estaba tan sorprendida de verlo como el rubio a ella. Adelantó su mano marcando la silla que había frente a él, en aquella mesa gastada y vieja, llena de marcas de vasos. —Resulta que un día dije, necesito aire fresco, salí al campo y una nave me raptó... luego de que los alienígenas abusaran de mi sexualmente me lanzaron sobre las pocas ropas que me quedaban litros y litros de vodka, el olor era horrible, lo hicieron para que nadie me creyera, lo más loco de esto eran hembras.. —explicó serio el chico mientras le daba un pequeño sorbo a su café—. Desde entonces no dejo de visitar ningún campo — agregó para luego reír. Pensó que lo mejor era preguntar sobre ella, al fin y al cabo, sus bromas y mentiras ya se las sabía de memoria y si había algo que desquiciaba al Netley era justamente la monotonía. —¿Y tú como estas? No te veo desde... que te casaste —preguntó mientras hacia girar aquella cuchara dentro de la taza sin tocarla, como acostumbraba a hacer, para luego echar un pequeño vistazo por la ventana que daba al Callejón.

http://www.france-voyage.com/visuals/pro/photos/633/63361/restaurant-paris-laduree-printemps-2.jpg John Netley El joven mago se apareció sobre aquellas adoquinadas calles repitiendo unos cortos giros, sosteniendo aquella varita de marfil con firmeza como era habitual en él, guardó la misma dentro de su saco y comenzó a caminar por aquella calle tan concurrida por la comunidad mágica. Vestía como siempre aquel traje negro, camisa violeta y la corbata del mismo color que la camisa, sus zapatos negros brillaban con intensidad gracias a ese pulido élfico de todos los días, el rubio tenia tiempo ya de no estar en Ottery, había dejado de formar parte en la comunidad mágica hacia ya mucho tiempo. No veía a su familia, a sus amigos ni siquiera a su novia. El joven centró sus ojos sobre uno de los letreros allí delante, una pastelería no era mala idea y se estaba sofocando entre tantos magos y brujas caminando con prisa por aquellas calles. La campanilla de la puerta anunció la entrada del vampiro, quien sin mirar a nadie se encaminó hacia el primer piso para luego ocupar una de las una de las mesas mas alejadas, junto a un ventana que daba a un callejón. —Café doble —fueron sus palabras al ver que venían a tomarle su pedido, ¿Cuanto tiempo fuera? No importaba, al parecer todo seguía igual.

Wanda McGregor Bostezó, se acercaba la hora del almuerzo y decidió acercarse a Vrael para ayudarle, así no se iría sola... si algo había que no le gustaba a la vampiresa, era eso. Sonrió a Darla y se puso a un lado del jefe de la mall, mirando de reojo el formulario. —Vrael, creo que hay un tachón o fallo aquí— comentó señalándole con la yema de su dedo; a continuación examinó mejor el pergamino—. Vaya, tendrá que repetirlo... pero ahora que me fijo, tiene usted ya cubierto el tope de puntos de objetos... así que, desgraciadamente debo cancelar su pergamino. Se acercó a Darla y le agarró del brazo con toda la confianza del mundo, girándola y con un gesto con la cabeza, indicó a Vrael que se deshiciera de ese pergamino. —¿Sabe? Hacía mucho que una ex miembro del Wizegamot no nos visitaba, es todo un honor— empezó a elogiarla para acompañarla de la salida y finalmente así desearle un buen día. OFF @@Darla Potter Black , tienes más de 200 puntos de objetos, debo cancelar tu compra ya que no puedes adquirir más. Si lo deseas, puedes volver y hacerlo para algún negocio que tengas o si eres matriarca de alguna familia. Lamento las molestias, un saludo.

Bueno, solo paso para comentar que tenemos nuevo topic de rol en Ottery, ya que acabamos la versión IV y abrimos la V. He editado de todas formas el registro para colocar el nuevo link, por lo demás, ya saben, pásense por la mansión o por el Semper Rambaldi. En unos días me pondré a realizar un conteo de actividad para hacer donaciones a los familiares activos. ¡Saludos!

http://i.imgur.com/dYK2JZO.png http://i.imgur.com/P3fjMBm.png Estimada Elaena Ryddleturn: Se le informa que la compra realizada en el Magic Mall el 31 de Mayo de 2014 ha sido debidamente certificada, por lo que ya puede gozar de los bienes adquiridos. La certificación corresponde a:1 Nimbus 3000 | AA | 20 P Puntos de Criaturas: 0 P Puntos en Objetos: 20 P Se ruega a moderación que se actualice el registro con los datos. Atte, Deiwan Rambaldi Miembro del Concilio de Mercaderes Logia Eligentium

http://i.imgur.com/dYK2JZO.png http://i.imgur.com/P3fjMBm.png Estimada Bea Fearless: Se le informa que la compra realizada en el Magic Mall el 30 de Mayo de 2014 ha sido debidamente certificada, por lo que ya puede gozar de los bienes adquiridos. La certificación corresponde a: 1 Lechuza | X | 10 P Puntos de Criaturas: 10 P Puntos en Objetos: 0 P Se ruega a moderación que se actualice el registro con los datos. Atte, Deiwan Rambaldi Miembro del Concilio de Mercaderes Logia Eligentium

http://i.imgur.com/dYK2JZO.png http://i.imgur.com/P3fjMBm.png Estimada Anne K. Gaunt Haughton: Se le informa que la compra realizada en el Magic Mall el 30 de Mayo de 2014 ha sido debidamente certificada, por lo que ya puede gozar de los bienes adquiridos. La certificación corresponde a:1 Aethonan | XX | 20 P Puntos de Criaturas: 20 P Puntos en Objetos: 0 P Se ruega a moderación que se actualice el registro con los datos. Atte, Deiwan Rambaldi Miembro del Concilio de Mercaderes Logia Eligentium

Madison Fenwick Apenas había llegado a los pasillos del primer piso cuando la bruja se detuvo en seco, cerró los ojos e inspiró, esbozando una sonrisa. —Está aquí... Ordenó a la elfina que predispusiera todo en su aposento, especificando el dormitorio del Crowley, y buscó un espejo donde retocarse. Pronto halló uno donde hizo mágicamente todo cuanto se requería para estar perfecta. Rodó los ojos al escuchar la bienvenida que daba el bullicio al patriarca, eran toda clase de gente ordinaria sin modales ni exquisitez. Lentamente, bajó los escalones de la larga escalera, deslizando sus manos pulcras por la barandilla, buscando la mirada cómplice de su amante. Madison llevaba un vestido granate escotado a juego con sus zapatos, con su larga cabellera del color del fuego cayendo en bucles sobre sus hombros. —León, León, León... sabía que en cuanto supieras que había llegado, no tardarías en venir— soltó, acariciando con su mano el guardapelo que colgaba de su cuello y con la otra su vientre abultado—. Permíteme decirte, que tu familia es algo indisciplinada, ya no por el trato hacia mi ilustre persona sino al vástago tuyo que espero en mi interior... Dejó de caminar, a dos metros de él y esperó a que fuera el mago quien corriera a su encuentro. —¿No vas a saludarlo?— preguntó, arqueando una ceja y dedicándole una sonrisa cómplice mientra se acariciaba el abdomen—. Siento sus patadas, tu heredero ha sentido como su padre está cerca y vibra de felicidad... deseo que tenga tu coraje, tu fuerza y tu valentía.

http://i.imgur.com/P3fjMBm.png El Concilio de Mercaderes informa que Bea Fearless es cliente frecuente del Magic Mall, ubicado en el Callejón Diagón, y por tanto, se le ha asignado un perfil de comprador con el objetivo de hacer más transparentes sus transacciones. A este perfil, se agregarán pronto todas las pertenencias de este usuario y cualquier irregularidad deberá corregirse en nuestras oficinas. El número designado a Bea Fearless es: 228. Atte, Deiwan Rambaldi Miembro de la Logia Eligentium Concilio de Mercaderes

http://i.imgur.com/SmUuOO3.png Evelyn Carnahan El camarero que atendía el lugar no tardó en colocar una taza de chocolate caliente ante la bibliotecaria. Lo miró durante unos instantes y cuando se quedó a solas, tomó el vaso con sumo cuidado y le dio un sorbo. Dejó con cuidado la taza sobre la barra y tanteó uno de los bolsillos interiores de la capa. Y allí estaba uno de sus paquetes de tabaco, que colocó junto al vaso. —Adoro la tranquilidad —murmuró para si misma mientras se deshacía de su capa. Llevaba un bonito vestido verde, algo diferente a los que solía llevar con unos tacones marrones a juego. Su largo pelo castaño entrenzado caía sobre su hombro izquierdo. Tras depositar la capa en el taburete contigua al suyo, le dio otro sorbo a la taza. Sacó un cigarro y lo encendió, tras una larga calada, dejó escapar un poco de humo. No sabía si allí se podía fumar, pero suponía que si, ya que esa prohibición no existía en ningún lugar que hubiese visitado. Antes de volver a fumar, la puerta del café francés se abrió, al parecer iba a tener compañía. Pero antes de girarse a ver de quién se trataba, escuchó los pasos del recién llegado dirigiéndose hacia el salón. Y se giró, justo a tiempo para ver como Astrid, su prima, se sentaba en una de las mesas. Pareció pedir algo al camarero, el cual volvía hacia la barra para dirigirse a la cocina y comenzar a preparar lo que le había pedido, pero la Carnahan consiguió captar su atención antes de perderlo de vista. —Eh... camarero —lo llamó intentando sonar amable. —¿Si, señorita?— preguntó el chico parándose en seco. —Llévale una ronda de churros de mi parte a la mujer que se acaba de sentar —comentó sonriendo. —Claro señorita — y acto seguido, continuó su camino hacia la cocina.