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Ficha de Ariadna Isabella Malfoy B.


Publicaciones recomendadas

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Nombre del Personaje
:
Ariadna Isabella Cullen.
Rango Social: Unicornio de Bronce
Sexo: mujer, femenino.
Edad: joven, casi una adolescente con uno eternos 19 años. En realidad ha pasado tan solo unos cuantos años de ese suceso, por lo que no debería de pasar en todo caso los 25 a la fecha.
Nacionalidad: Inglesa aunque sospecho que mi madre sobre todo tenía otra ascendencia.
Padre(s) Sanguíneo: No los conocí, pues mueron cuando yo era demasiado joven.
Familia Sanguínea: Por la razón anterior, no tengo familia sanguínea.
Patriarca/Matriaca: No, tal vez en un futuro.
Padre(s) Adoptivos: Solo uno, el vampiro Piroman Vlad Blodwyn, me adoptó como parte del pequeño arrelaque que integra su honorable familia.
Familia Adoptiva: Además de pertenecer al arrelaque de Piroman Vlad Blodwyn, he sido adoptada por la familia Malfoy, en el sentido de que en ellos están mis únicos y supervivientes lazos humanos.
Raza: Vampiro, neófita aun; han transcurrido solo unos cuantos años del día de mi transformación.
Trabajo:
Bando:
Neutral
Rango dentro del Bando:
Habilidades Mágicas:
Conocimientos Especiales:
Leyes Mágicas.
Historia de la Magia.
Objeto Magico Legendario:
Objetos Magicos:

Una varita mágica: 31 centímetros de acebo y núcleo de pluma de fenix, útil para magos nerviosos, estresados y de vez en cuando torpes y distraidos.
Un pensadero compacto; de buen tamaño inclusive para portar. Una pequeña vasija de no más de 25 cms de díametro, casi plana, hecha en una hoja de plata blanca con incrustaciones de diamante trazando todas y cada una de las grafías del alfabeto rúncio.
Imagen IPB
Objetos Mágicos:
Certificados por el Ministerio de Magia.

Objeto: 31 centímetros de acebo y núcleo de pluma de fenix, útil para magos nerviosos, estresados y de vez en cuando torpes y distraidos.
Clasificación: AA
Puntos: 20
Objeto: Un pensadero compacto; de buen tamaño inclusive para portar.
Clasificación: AA
Puntos: 20
Objeto: Una pequeña vasija de no más de 25 cms de díametro, casi plana, hecha en una hoja de plata blanca con incrustaciones de diamante trazando todas y cada una de las grafías del alfabeto rúncio.
Clasificación: AA
Puntos: 20
Total de puntos: 60


Licencia de Aparicion:
Licencia de Vuelo de Escoba:
Mascotas:
Las mascotas se deben comprar en el Magic Mall.
Aspecto Físico: mujer menuda casi compacta, estatura aproximada de 1.60 cms. Complexión delgada, un poco más allá del común denominador de ese término o al menos no he hecho panza desde ya hacia años antes de que fuese convertida en vampiro. Tez morena clara, demasiado clara a raiz de mi condición de vampiro, por lo que en ciertas áreas son visibles las líenas azules de vida que trazaron mis antiguas venas palpitantes. Esto sucede sobre todo en mis brazos y manos.

Tengo las piernas un poco largas y delgadas, algo que favorece en cierta forma a mis costumbres de vampiro. Mis brazos también lo son, largos, en cierta forma aunque mis manos son pequeñas.

Rostro: mi rostro es redondo aunque ligeramente alargado en la parte inferior. Es del mismo tono pálido que mi piel, solo que en este no se visualizan venas ni ninguna otra marca, salvo por las dos pequeñas ojeras debajo de mis ojos color de color negro y rojo que cambian su coloración a medida que me encuentro en situaciones de peligro, cansancio o inhanición.

Como ya mencioné, mis ojos son negros en los casos normales, salvo cuando estoy en periodo de inhanición que pueden volverse rojos o cobrizos. Mi cabello es largo, castaño claro y siempre grifo, nunca rizado completo, tampoco se presta para ser alaciado. Mi nariz es pequeña y aguileña y por eso a veces me da la impresión de que termina por sobresalir en todo mi rostro. Mis labios son pequeños y delgados, casi siempre rosados aunque pueden variar su tonalidad dependiendo de la situación en la que me encuentre.


Cualidades Psicológicas: como cualidades psiciológicas principales pongo el que soymuy sensible y receptiva a ciertos sentimientos y/o situaciones, dependiendo del tipo de hecho que se trate. El poder tener acceso a los sentimientos y/o sensaciones presentes en ciertos hechos o situaciones me permite aprender rápidamente de ello y en dado momento controlar y/o domilar la situación.

Sin embargo también suelo ser en la misma medida susceptible y vulnerable; pudiendo cambiar de postura o de reacción respecto de una situación en un abrir y cerrar de ojos y perder rápidamente el control de una situación.

Puedo ser carismática y amable, valiéndome en ocasiones de un aire de niña desvalida que puedo adoptar como postura y como comportamiento. Pero también puedo ser fría, irritable o irascible, si hay una situación que me es totalmente adversa o no está dentro de mi control o dentro de mi entendimiento interno. El común denominador para sacar a flote estos sentimientos, generalmente lo representan los hechos o situaciónes que de alguna forma me desmotivan o me restan confianza a mi mísma.

Añado por último que soy en cierta forma perseverante, constante, leal y confiable; si me propongo algo soy capaz de conseguirlo aunque invierta el total de mis fuerzas en ello, aunque tenga que mostrarme de vez en cuando como un ser extremadamente orgulloso en la medida que ello me permita concluir mi objetivo. Pero también tiendo mucho a deprimirme a consecuencia de mi excesiva sensibilidad y vulnerabilidad, especialmente cuando estos factores se combinan en hechos que afectan directamente a mi persona, lo que es un punto totalmente en contra para mis anteriores cualidades positivas, pudiendo llegar a ser un ser autodestructivo en casos verdaderamente complejos.

En conclusión, puedo decir que soy un ser dual tanto física como psicológicamente, por lo que siempre me verán oscilar entre un extremo y otro de la balanza. O sea que no existe en mi un punto medio, excepto porque la única cualidad psicológica que se coloca justo a la mitad es la infidelidad: me considero un ser poco fiel a una sola cosa y a una sola costumbre e inclusive a las personas. Y es precisamente esta cualidad la que a decir verdad me mantiene a flore.

Historia de Personaje:


Mi biografía
.

A estas alturas tengo dos pasados, uno como humana el otro como la criatura bella, letal y sanguinaria que soy en la actualidad; en uno me muestro como una simple chica, una niña pues, de buenos sentimientos y nunca falta de cariño. En el segundo de mis pasados me rebelo como una asesina nata, una predadora natural capaz destruir todo cuanto a su paso se encuentre, empezando por mí misma. Actualmente no soy ya ninguna de las dos, pues pienso que en el punto en el que estos pasados logran converger, tocarse, unirse, nace la nueva Isa con la personalidad que actualmente represento, la que me determina a decidirme hasta estos instantes a ser una mortífago.

Pero bueno, explicaré a grandes rasgos que es lo que ha sido de mi vida anterior y en qué momento se unen ambos pasados para integrar la que soy yo anteriormente.

Primer pasado: Ariadna Isabella Humana.


Nací hace veinticinco años en el seno de una familia acomodada de magos. Mi madre era una Malfoy de sangre pura cuyo nombre era Mette-Marit Isabella Malfoy Lestrange* la que al haber contraído matrimonio con un notable alquimista y también mago de sangre pura y que en vida llevaba el nombre de Haakon Magnus Black Rossier* decidió establecer su nada modesta y si próspera residencia en las afueras de Londres no sin romper el vínculo con la noble familia Malfoy, en especial con su más querida hermana, Mistify Malfoy**. Era la menor de tres hijos, por lo que como se ve, no estuve falta de cariño ni de amor en ese momento.

Lamentablemente mis padres murieron en un accidente desastroso ocasionado durante un ataque erróneo de aurores a mansiones y hogares de mortífagos o de sus partidarios. Si bien los aurores se dieron cuenta del daño que habían causado en su más cruenta e irreverente embestida, fue demasiado tarde para evitar que ellos perecieren casi instantáneamente por lo que desde ese momento quedé huérfana a penas con unos meses de edad, pues mis hermanos de sangre también habían perecido en aquel suceso.

No obstante ello, una mujer de aquel grupo de aurores torpes se dio cuenta de mi situación y decidió volver al lugar. La razón por la que volvió fue entre otras, que ella no era una partidaria directa de aquel bando de magos distraídos, pero si una mujer vampiro. Según ella misma me contó años más tarde, acudió hacia mí porque en un principio había pensando en convertirme en alimento de su hasta ese entonces único hijo, ya que este no tenía el mismo autocontrol que ella, dada la forma en la que había sido transformado. Más tarde decidió adoptarme como su segunda hija, ya que curiosamente mi llegada propició el cambio de hábitos alimenticios de mi nuevo hermano.

Sin embargo decidió no convertirme, al menos hasta que pasara el tiempo suficiente como para que fuese consiente del proceso de la conversión y a fin de evitar romper algunas tradiciones y reglas vampíricas clásicas, como la que prohíbe crear "niños inmortales" que no sean conscientes de su condición y necesidades. De esa manera, aquella mujer, cuyo nombre era Emma Tallulah Behn Cullen Halle* rápidamente ocupó el hueco que habían dejado mis padres biológicos al morir en ese brutal accidente, dotándome además de la única y verdadera familia que hasta entonces he conocido.

De ella pude aprender que no hacía falta ser de algún bando en todo caso para hacer cumplir nuestras determinaciones y objetivos, aunque en todo caso uno podía escoger o sentirse afín con el bando que mejor le acomodase a uno en relación a los principios y convicciones personales que tuviéramos. Si tarde o temprano yo optaba por un bando, —me dijo alguna vez-, era decisión mía y no de nadie más, eso, solo me pidió poner cuidado en que aquella decisión fuese producto de todas mis convicciones e ideales, de mi forma de vida y de todo lo relativo a mi persona, más nunca de un impulso o consecuencia de un arrebato emocional.

A pesar de lo feliz que fui a su lado, rápidamente tuve que hacerme a la idea de que ella no iba a permanecer a mi lado mucho tiempo, el necesario para que yo empezase a hacer una vida normal y plena. Era una mujer de arraigados sentimientos y convicciones, los que defendía hasta la muerte si era preciso y sin importar contra quien o contra que bando tuviese que luchar, pero también era una inmortal como yo, inmersa en un mundo especial en el que tienes que aprender a adaptarte continuamente; un mundo en el que te vuelves un ser peligroso en un instante mientras que en otro el más indefenso de todos, precedido por la inmortalidad impredecible. Y un día se sintió sola, como muchas veces nos sucede a los que vivimos así, nos quedamos solos, consecuencia de nuestros caprichos o de nuestra indeterminación en el tiempo. O en todo caso, ella no tenía un compañero como el que yo tengo ahora; el caso es que, a pesar de todos aquellos valores que como bruja poseía, uno, el más difícil de conservar pero no difícil de encontrar y que es precisamente el amor de un hombre, fue el que le arrebató en poco tiempo la vida robada de que había sido dotada el día en que fue convertida en vampiro.

En otras palabras, mi madre adoptiva conoció a un hombre que se enamoró de ella a su vez. Durante algunos años, incluso, aquel mozo vivió formando una especie de familia con todos, lo que implicó que mi madre en un acto de amor decidiese convertirle y hacerlo igual que ella. Ello la llevó a que justo al día siguiente de mi décimo tercer cumpleaños tomase y convirtiese a su último enamorado en su compañero: un hombre demasiado apuesto, atractivo y joven, de apenas unos 20 años, cuyo nombre fue hasta el último de sus días el de Harald Sverre Magnus Black*. Curiosamente ese día también me convertí en una adolescente, una señorita o fémina en desarrollo, algo con lo que tuve que lidiar incómodamente en ese entonces.

No hubiese habido mayor problema con eso, si no fuese porque algunos de los vampiros que de vez en cuando nos visitaban aseguraban que la conversión de aquel hombre respondía más a las ambiciones de él que a las de mi madre. Se creó de esta manera un rumor que llegó a oídos del clan jerarca de todos los inmortales como nosotros. Y ese grupo en cuanto supo el hecho, sin llegar a una determinación clara de lo sucedido decidió emprender una caza en la que el objetivo principal era asesinar tanto a mi madre como a su nuevo compañero.

Tanto Emma como Harald fueron llamados a una audiencia ante el clan Vulturi, el gremio alfa vampiro más antiguo de toda nuestra historia a fin de demostrar lo contrario respecto de la conversión de Harald, mas nunca lograron probar que aquella transformación no era un simple y efímero capricho de una vampira desolada. Por ello el clan, molesto, emitió una condena en la que obligaban a la destrucción de Harald o a la reclusión eterna de la pareja.

Huimos un par de años de los primeros vampiros del clan dominante que estaban en nuestra búsqueda, lo que obligó a que ellos después reclutaran nuevos elementos, más decididos y provistos de mejores dotes que las que poseían los que enviaron en las primeras cacerías. Ellos reclutaron un pequeño grupo de cuatro hábiles vampiros, entre los cuales se encontraba un chico de no más de 25 años pero demasiado astuto y con demasiadas artimañas conocidas, mejor conocido como César L. Black Blodwyn M., el parte aguas entre mi primer pasado y el segundo en todo caso.

Mi primer pasado termina justo en este momento, en el que César llega a mi vida. Inicialmente había sido contratado para enamorar a mi madre y luego asesinarla, sin embargo algo pasó en el que terminó desviándolo de su objetivo pues terminó enamorándose de mí. Aun así pasó un breve periodo de tiempo en el que este fuese quien terminare con mi existencia humana y me dotase de una vida nueva, extraña e impredecible; tiempo suficiente en el que yo tuve a bien desarrollar mi última personalidad humana, la que se parece un poco más a la mía actual, aunque con menos matices pues muchos de estos aparecen cuando en este punto se unen mi primer pasado con el segundo.

Segundo Pasado: Ariadna Isabella Malfoy B. vampiresa.


Mi vida adolescente normal y humana comenzó a cambiar justamente en los días previos a mi cumpleaños número 17; aunque mi madre vampira seguía viva, era frecuente ver en ella signos de que presentía algo más que la simple necesidad de volver a salir de aquel lugar en que nos habíamos establecido cómodamente; o sea que de alguna forma ya intuía que esos eran sus últimos días de existencia. No obstante no perdía la entereza con que siempre se había conducido, razón que la llevaba a seguir actuando como si nada.

Llegó mi cumpleaños. El día de mi décimo séptimo aniversario mis padres hicieron una recepción en nuestra sencilla pero no menos majestuosa mansión. Fue una fiesta demasiado sencilla pero no menos hermosa en la que tuve la oportunidad de conocer a diversas familias del mundo mágico gracias a la asistencia de varios de mis compañeros del colegio Hogwarts. Pero a mí solamente una cosa me llamó la atención más de la cuenta y fue precisamente que en esa fiesta había arribado el ya mencionado mago y vampiro, si no bien parecido, hasta cierto punto interesante, César L. Black Blodwyn M.

César no es en sí un chico exageradamente apuesto para ser un vampiro, en todo caso parece un humano convencional, normal. Sin embargo hay en el ciertas cualidades que lo hacen parecer agradable en muchos aspectos, lo suficiente como para convencer a la gente de que realice o haga algo en su favor o incluso para enamorar sin valerse necesariamente de su imagen. He ahí la causa por la cual el clan Vulturi se había fijado en él para conseguir la misión de castigar a mi madre por lo que ellos llamaban su "capricho personal": César les resultaba útil si se trataba de convencer o de enamorar, inclusive.

Aun así, le llevó casi dos años a César pasar de ser un pretendiente de mi madre a mi primera y hasta cierto punto perturbante relación sentimental. No tardé mucho en darme cuenta de su condición de vampiro como si el tratar de dilucidar sus verdaderas intenciones. Yo imagino que en ese tiempo aprovechó para diseñar los planes que terminaron con mi única familia formal, ya que casi cumplía 19 años cuando sucedió todo.

A pesar de que siempre me había gustado pasar de simples caricias adolescentes cuando estaba con él, a solas, nunca habíamos llegado a una relación carnal completa, pues reconozco que ese tema era y es algo complejo para mí, por la cantidad de emociones que se concentran. No obstante ello, César, a medida que se iba acercándose la fecha de mi décimo noveno aniversario pareció tomar más interés en ese punto, argumentando que estaba dispuesto a todo para demostrarme que estaba hecho y dedicado a mí y completamente enamorado, a costa de todo lo que él fuera o tuviese que hacer.

Una noche de tantas finalmente ocurrió que logró convencerme de pasar la noche entera con él, como regalo previo de mis 19 años. Yo, dudosa y temerosa, tardé en asimilar todo lo que había detrás a pesar de que hasta cierto punto ya lo venía sospechando, especialmente porque ese día quiso impresionar demasiado, no solo a mí, sino a todos mi familia, colmándonos a todos de detalles en una velada demasiado inesperada y extraña hasta cierto punto, pues al final se convirtió en el preámbulo de la matanza que puso fin a la vida de mis segundos padres.

Al finalizar la velada César me llevó primero al jardín de mi antigua mansión y luego de ahí me secuestró para llevarme a un lugar demasiado romántico que el mismo había diseñado y escogido para sus propósitos. De acuerdo con sus últimas palabras dichas en mi oído aun humano, dijo haberme regalado la última pero la mejor y la más romántica experiencia de mi vida como humana y como mujer, ya que me amaba con toda su alma, vida y ser, estando dispuesto a todo luego de que él a cambio estaba recibiendo el mejor regalo que le podía proporcionar y que era mi última radiación de felicidad humana. Fue en estos términos cuando tomó la decisión irremediable e irreparable de convertirme, a pesar de lo que ello implicaba porque además se negaba a la posibilidad de que acabara muriendo como mis padres esa misma noche.

Días después de este suceso desperté en medio del bosque, casi desnuda pero si atada de pies y manos y enjaulada además. Mis hermanos, los chicos que vivían conmigo en la familia de mi madre vampiresa también lo estaban. Luego alcancé a divisar que había al menos otros dos grandes y extraños vampiros custodiándonos. Uno de ellos, en cuanto me vio despertar se dirigió tan pronto como pudo a mí y por la forma en que se dirigió a mi supuse que pensaba matarme. Me le quedé mirando por un par de minutos, esperando a que dijese algo más que gruñidos, pero dado que yo no estaba ni siquiera consiente de mis nuevas condiciones, en cuanto pude me libré del amarre y me abalancé sobre de él.

Mis hermanos hicieron lo mismo, por lo que en menos de un cuarto de hora habíamos matado no solo al par que nos custodiaba, sino también a otros dos más que se habían acercado al oírnos libres y en plena cacería. Luego nos marchamos, cual si fuésemos una terna de lobos extremadamente hambrientos y deseosos de acabar con cuanta criatura se nos pusiere enfrente.

Tardé casi un año en cobrar conciencia de la forma humana de la que estaba provista, tiempo en el que me dediqué a asesinar, a destruir y a arrebatar vidas solamente, ya que el dolor que nubló soberbiamente mis últimos momentos de humana me cegó por completo, me dejó pues, convertida en una cosa, una criatura solamente. Mis hermanos tuvieron que empezar a separarse de mí a consecuencia de mi inconsciente personalidad, aunque no me dejaron totalmente sola, hasta que finalmente, pude volver a reaccionar, a saber quién era. Tuve que cruzarme una vez más con mi pasado para darme cuenta de que era el dolor lo que me había hecho ser así.

César, mientras tanto, fue atrapado por su falta; sin embargo no fue castigado, dado que en las condiciones en que me encontraba yo me resistí a creer que me amaba y sobre todo a demostrarle agradecimiento alguno por mi conversión así como cualquier otro sentimiento en general. Le hice creer que no le era fiel ni tampoco había sido feliz con la conversión, además de que también me dediqué a huir de él, a partir de mi conversión hasta por casi cuatro años.

Mi pasado se acercó a mí un poco más adelante y en un intento de rehabilitarme. Casi de la nada, apareció un viejo amigo de la familia, cuyo nombre era Charlie Weasley. Este hombre supo por las notas y esquelas de los periódicos lo que le había sucedido a mi familia y en todo caso daba por hecho la muerte de todos nosotros, los hijos. No obstante, cuando me vio decidió convertirse en mi apoyo moral en medio de todo aquel dolor que había acumulado en ese entonces.

Charlie me hizo olvidar en parte lo que me había sucedido, pese a que nunca le pude contar con santo y seña lo que hice en ese par de meses en que solo respondí a mis instintos naturales. Aun así logró darse cuenta de que César había seguido sus convicciones personales aunque sin medir las consecuencias. O al menos eso me dijo una tarde de lluvia en la que me llevó a dar un paseo cerca de los terrenos de la Mansión Malfoy explicándome además cuanto sabía acerca de mi vida pasada y humana, cosas que al menos yo ignoraba hasta entonces.

Sin medir las consecuencias…. —Fue la frase que más se me quedó grabada de esa conversación. César y Charlie a duras penas habían coincido en mi vida mas no lo suficiente para conocerse mutuamente. Sin embargo el segundo parecía conocer al primero, solo por el hecho de haberse relacionado de alguna forma conmigo. Por otro lado, era de pensarse aquello porque en efecto, César había seguido de alguna manera ciertas convicciones personales, aunque no había tomado en consideración los factores externos, y eso que según yo, no era miembro ni tenía fijación por algún bando en el mundo de los magos.

Charlie por su parte era un aspirante a auror, o tal vez ya lo era; nunca lo supe bien pues así como apareció, también desapareció de mi vida. Mientras estuvo a mi lado, antes que el amor hacia un bando u otro, me enseñó que haga lo que haga me fije que siempre sea voluntad mía, pero antes no olvide que hay alrededor una serie de cosas que si bien, no tienen por qué afectar ni ser la causa de mis acciones, si debo echarles una mirada cuando menos, ya que en estas a veces residen algunas de las respuestas a nuestras inquietudes o se encuentran diversas alternativas de solución a nuestros problemas.

César volvió a aparecer en mi vida tiempo después, cuando ya estuve un poco más repuesta o más bien, cuando ya volví a tener una vida más o menos normal, similar a la de una humana. Mi personalidad ya iba pareciéndose, por consiguiente a lo que soy yo ahora, aunque aun no tenía muchas ganas de volver a la academia ni tomar clases de nada para ese entonces, por lo que empezaba a sentirme como mi madre cuando decidió adoptar a aquel hombre como su compañero. Fue eso lo que me llevó a la determinación de arriesgarme una vez más y permitirle la entrada una vez más en mi vida.

En eso Charlie se fue, dejándome solamente aquella pequeña enseñanza. A pesar del buen mago que era, no pude dejar de notar en él, ciertas inseguridades, como el temor que tenía por los ataques de mortífagos y más aun por las triadas o pequeños arrelaques de chupasangres que de vez en cuando se dejaban venir a cazar. A veces yo me encontraba entre ellos, lo mismo que César. Nunca supe a ciencia cierta la causa que hizo que un buen día se fuera de mi vida para no saber nada más de mí, pero sospecho que en cierta forma influyó el hecho de que en mi primer encuentro con César precisamente me fui de caza y es seguro que él se dio cuenta, no solo de ese hecho, sino también de mi condición de vampira, dos de las cosas que precisamente él evitaba.

Triste a momentos y feliz en otras ocasiones, llego finalmente hasta el día de ahora, dándome cuenta de que aunque en apariencia sea solamente una chica más, en esencia soy una persona más madura y más consciente, aunque no por ello dejo de pensar como humana y como mujer. Mi vida y mis convicciones personales están de alguna forma ya definidos y por ello pienso que si bien me siento más afín al bando de los mortífagos, son mis propias determinaciones y convicciones personales las que me hacen orientarse hacia uno u otro lado, las que definen mis acciones y mis decisiones.



Otros Datos:

Tengo algunos amigos, uno de los cuales quería adoptar como mi compañero, es decir, convertirlo. Su nombre es Charlie Weasley**, hasta donde se. Charlie no es vampiro, es un mago solamente.

César está actualmente ocupando el lugar de mi compañero, pese a mi duda e insistencia en que no lo haga, manifestada en desplantes. A pesar de todo el sigue compartiendo cosas de mi vida, sobre todo llenando los vacios que hay por ahi, especialmente cubre la distancia entre lo que es Charlie y lo que soy yo.

Como verán, estoy en un triangulo amoroso visto desde esa perspectiva. Además conservo alguna que otra característica humana, algunos detalles que mi compañero no logró tranformar de mi humanidad, específimante de mi feminidad. Ya se verá más adelante ese punto.



Link a Boveda Personal: http://www.harrylatino.org/index.php?showt...0&&do=findComment&comment=2947237
Link a Boveda de Negocio:
Link a Boveda Familiar Principal (La Sanguinea): http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=78674


* Personajes Inventados; no existen.
** Personajes adaptados.

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Saludos:

 

Ya voy a empezar con los cambios latosos y molones; y es que de momento solo son eso, cambios a capricho y latodos, ya que aun ni me graduo de la academia, ni mi futuro esposo se ha aparecido y esas cosas... como verán tengo aun cientos de cosas que resolver antes de emitir un verdadero cambio importante en mi ficha.

 

En fin, estos son los cambios que quiero hacer:

 

Primero: quiero poner una firma en el rubro con la imagen que a continuación inserto y cuyo código transcribo líneas abajo. De ser posible quiero que que arriba de la ficha y centrada.

 

http://i259.photobucket.com/albums/hh290/josefoca/firma-ficha.gif

 

El link o url de esa imágen es este: http://i259.photobucket.com/albums/hh290/j...firma-ficha.gif

 

 

 

Segundo: hay un pequeño error ortográfico en mi ficha, el que tal vez puse ya cuando estaba casi durmiendo el día que la hice. Tal vez haya más, pero ese es el que de momento me salta a la vista; casi al final de mi ficha dice:

 

Personajes Inventados, no ecisten.

 

 

Lo correcto es que diga "Personajes Inventados; no existen".

 

Tercero: solicito que los rubros de cada punto, además del color aparezcan en negrillas, como para que se distingan un poco más. O bueno, este punto es meramente capricho, pero si me dan permiso de editar, pues entonces podré hacerlo un´poco más adelante.

 

 

Y bueno. De momento es todo lo que se me ocurre en cuanto a cambios. Ahora me voy a hacer los post correspondientes pues me aparece en el rubro correspondiente del cargo "sin información" y supuestamente soy estudiante en la Academia. Pero bueno.

 

 

 

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Cambios realizados. ^_^

Me has encontrado de buen humor y algo aburrida pero igual me debes regalo de navidad por haberlo hecho :sad:

Salúdame a tu papá adoptivo :rolleyes:

Atte., Darla Potter Black

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Wolas: Vengo a hacer más cambios...

 

Lo que sucede es que me he rebautizado, ahora me llamo Ariadna Isabella Malfoy B., por lo que es necesario solicitar el cambio del título de mi ficha de registro para evitar dudas y/o confusiones.

 

Además, quiero indicar que ya me ha sido aprobada mi bóveda personal, bajo el siguiente link:

 

http://www.harrylatino.org/index.php?showt...0entry2947237

 

Razón por la cual, solicito se haga esa modificación en cuanto a la bóveda personal. Y pues para no dejar, añado los links de las bóvedas de mis familias, para que se incluyan en el rubro correspondiente. Espero que no afecte el que esté perteneciendo a dos familias. En fin los links son:

 

Bóveda de la Familia Malfoy: http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=77889.

Bóveda de la Familia Vlad Blodwyn: http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=78674.

 

Bueno, esos son mis deseos siguientes. Ya vendrán más a medida que vaya pasando el tiempo.

 

 

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Hola Ariadna, solo puedes tener una bóveda familiar, elige una de tus familias adoptivas cielo y luego postea cuál te ponemos. Por ahora no te hago las modificaciones así se hacen todas juntas. ¿ok? Recuérdalo al postear, por si no tomo yo de nuevo tu ficha ^_^ Gracias.

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Ah, si, tienes toda la razón del mundo Scarleth, yo misma me di cuenta en la semana de que así debía de ser, pero púes, se me olvidó reeditar mi post, :lol: :lol: (zape para mi).

 

 

Pero bueno. En ese caso me quedo con la bóveda de la familia Malfoy. Uaa el link que para ese caso puse. ¿Vale?.

 

 

Y aprovechando la ocasión, si no es mucho pedir, no se si podrias poner debajo de mi fima esta imagen. Si la pones, insertala centrada.

 

http://i259.photobucket.com/albums/hh290/josefoca/retrato-isabella.gif

 

Te dejo el link a continuación: http://i259.photobucket.com/albums/hh290/j...to-isabella.gif

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Bueno, cambios editados. No sé si es lo que querías (al respecto con la imagen) Si no es así, ya sabes, postea y hago los cambios pertinentes ^^

 

 

Alárgala. Alarga la mano... y atrapa una estrella
http://i5.photobucket.com/albums/y174/LaHijadeLasTinieblas/FirmaMatsuko_zpssyc18zib.png

See You Space Cowboy
"Por eso, nunca preguntes por quién doblan las campanas; doblan por ti"

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Gracias Lider, gracias Akane por los cambios.

 

Creo que por el momento no me queda pedir ninguno: solo dudas. Pero creo que para eso mejor me voy al tablero de dudas relativo.

 

O bueno: si hay un cambio que pediría de ser posible, pero este está relacionado con una de mis dudas. Lo que sucede es que quisiera que en mi perfil o ficha apareciera la información de que soy aprendiz, dado que estoy en la famosa academia.

 

Segun yo puse esa información, pero mi ficha aparece como si no tuviese oficio o ninguna información al respecto. Asi que mi pregunta es indicar a qué se debe ello.

 

Por eso, si es posible atender eso, solicito se haga el cambio correspondiente en este sentido. Se me ponga como aprendiz.

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  • 2 semanas más tarde...

Omg... :blush: :unsure: ...Ya vengo a dar un poco de lata... aunque se que debo ser paciente y esperar, mientras me apuro pues a yo misma trabajar.

 

 

Lo que pasa es que me gustaría corregir mi biografía, pues da la casualidad que el otro día me percaté de que está llena de errores gramaticales así como con exagerado número de faltas de ortografía, así que creo que tendré que editar (claro, no por mi cuenta) esa parte y solicitar se hagan los respectivos cambios.

 

En fin: pongo lo que quiero que suba en vez de lo que está en el rubro Historia Personal.

 

 

Mi biografía
.

 

A estas alturas tengo dos pasados, uno como humana el otro como la criatura bella, letal y sanguinaria que soy en la actualidad; en uno me muestro como una simple chica, una niña pues, de buenos sentimientos y nunca falta de cariño. En el segundo de mis pasados me rebelo como una asesina nata, una predadora natural capaz destruir todo cuanto a su paso se encuentre, empezando por mí misma. Actualmente no soy ya ninguna de las dos, pues pienso que en el punto en el que estos pasados logran converger, tocarse, unirse, nace la nueva Isa con la personalidad que actualmente represento, la que me determina a decidirme hasta estos instantes a ser una mortífago.

 

Pero bueno, explicaré a grandes rasgos que es lo que ha sido de mi vida anterior y en qué momento se unen ambos pasados para integrar la que soy yo anteriormente.

 

Primer pasado: Ariadna Isabella Humana.

 

Nací hace veinticinco años en el seno de una familia acomodada de magos. Mi madre era una Malfoy de sangre pura cuyo nombre era Mette-Marit Isabella Malfoy Lestrange* la que al haber contraído matrimonio con un notable alquimista y también mago de sangre pura y que en vida llevaba el nombre de Haakon Magnus Black Rossier* decidió establecer su nada modesta y si próspera residencia en las afueras de Londres no sin romper el vínculo con la noble familia Malfoy, en especial con su más querida hermana, Mistify Malfoy**. Era la menor de tres hijos, por lo que como se ve, no estuve falta de cariño ni de amor en ese momento.

 

Lamentablemente mis padres murieron en un accidente desastroso ocasionado durante un ataque erróneo de aurores a mansiones y hogares de mortífagos o de sus partidarios. Si bien los aurores se dieron cuenta del daño que habían causado en su más cruenta e irreverente embestida, fue demasiado tarde para evitar que ellos perecieren casi instantáneamente por lo que desde ese momento quedé huérfana a penas con unos meses de edad, pues mis hermanos de sangre también habían perecido en aquel suceso.

 

No obstante ello, una mujer de aquel grupo de aurores torpes se dio cuenta de mi situación y decidió volver al lugar. La razón por la que volvió fue entre otras, que ella no era una partidaria directa de aquel bando de magos distraídos, pero si una mujer vampiro. Según ella misma me contó años más tarde, acudió hacia mí porque en un principio había pensando en convertirme en alimento de su hasta ese entonces único hijo, ya que este no tenía el mismo autocontrol que ella, dada la forma en la que había sido transformado. Más tarde decidió adoptarme como su segunda hija, ya que curiosamente mi llegada propició el cambio de hábitos alimenticios de mi nuevo hermano.

 

Sin embargo decidió no convertirme, al menos hasta que pasara el tiempo suficiente como para que fuese consiente del proceso de la conversión y a fin de evitar romper algunas tradiciones y reglas vampíricas clásicas, como la que prohíbe crear "niños inmortales" que no sean conscientes de su condición y necesidades. De esa manera, aquella mujer, cuyo nombre era Emma Tallulah Behn Cullen Halle* rápidamente ocupó el hueco que habían dejado mis padres biológicos al morir en ese brutal accidente, dotándome además de la única y verdadera familia que hasta entonces he conocido.

 

De ella pude aprender que no hacía falta ser de algún bando en todo caso para hacer cumplir nuestras determinaciones y objetivos, aunque en todo caso uno podía escoger o sentirse afín con el bando que mejor le acomodase a uno en relación a los principios y convicciones personales que tuviéramos. Si tarde o temprano yo optaba por un bando, —me dijo alguna vez-, era decisión mía y no de nadie más, eso, solo me pidió poner cuidado en que aquella decisión fuese producto de todas mis convicciones e ideales, de mi forma de vida y de todo lo relativo a mi persona, más nunca de un impulso o consecuencia de un arrebato emocional.

 

A pesar de lo feliz que fui a su lado, rápidamente tuve que hacerme a la idea de que ella no iba a permanecer a mi lado mucho tiempo, el necesario para que yo empezase a hacer una vida normal y plena. Era una mujer de arraigados sentimientos y convicciones, los que defendía hasta la muerte si era preciso y sin importar contra quien o contra que bando tuviese que luchar, pero también era una inmortal como yo, inmersa en un mundo especial en el que tienes que aprender a adaptarte continuamente; un mundo en el que te vuelves un ser peligroso en un instante mientras que en otro el más indefenso de todos, precedido por la inmortalidad impredecible. Y un día se sintió sola, como muchas veces nos sucede a los que vivimos así, nos quedamos solos, consecuencia de nuestros caprichos o de nuestra indeterminación en el tiempo. O en todo caso, ella no tenía un compañero como el que yo tengo ahora; el caso es que, a pesar de todos aquellos valores que como bruja poseía, uno, el más difícil de conservar pero no difícil de encontrar y que es precisamente el amor de un hombre, fue el que le arrebató en poco tiempo la vida robada de que había sido dotada el día en que fue convertida en vampiro.

 

En otras palabras, mi madre adoptiva conoció a un hombre que se enamoró de ella a su vez. Durante algunos años, incluso, aquel mozo vivió formando una especie de familia con todos, lo que implicó que mi madre en un acto de amor decidiese convertirle y hacerlo igual que ella. Ello la llevó a que justo al día siguiente de mi décimo tercer cumpleaños tomase y convirtiese a su último enamorado en su compañero: un hombre demasiado apuesto, atractivo y joven, de apenas unos 20 años, cuyo nombre fue hasta el último de sus días el de Harald Sverre Magnus Black*. Curiosamente ese día también me convertí en una adolescente, una señorita o fémina en desarrollo, algo con lo que tuve que lidiar incómodamente en ese entonces.

 

No hubiese habido mayor problema con eso, si no fuese porque algunos de los vampiros que de vez en cuando nos visitaban aseguraban que la conversión de aquel hombre respondía más a las ambiciones de él que a las de mi madre. Se creó de esta manera un rumor que llegó a oídos del clan jerarca de todos los inmortales como nosotros. Y ese grupo en cuanto supo el hecho, sin llegar a una determinación clara de lo sucedido decidió emprender una caza en la que el objetivo principal era asesinar tanto a mi madre como a su nuevo compañero.

 

Tanto Emma como Harald fueron llamados a una audiencia ante el clan Vulturi, el gremio alfa vampiro más antiguo de toda nuestra historia a fin de demostrar lo contrario respecto de la conversión de Harald, mas nunca lograron probar que aquella transformación no era un simple y efímero capricho de una vampira desolada. Por ello el clan, molesto, emitió una condena en la que obligaban a la destrucción de Harald o a la reclusión eterna de la pareja.

 

Huimos un par de años de los primeros vampiros del clan dominante que estaban en nuestra búsqueda, lo que obligó a que ellos después reclutaran nuevos elementos, más decididos y provistos de mejores dotes que las que poseían los que enviaron en las primeras cacerías. Ellos reclutaron un pequeño grupo de cuatro hábiles vampiros, entre los cuales se encontraba un chico de no más de 25 años pero demasiado astuto y con demasiadas artimañas conocidas, mejor conocido como César L. Black Blodwyn M., el parte aguas entre mi primer pasado y el segundo en todo caso.

 

Mi primer pasado termina justo en este momento, en el que César llega a mi vida. Inicialmente había sido contratado para enamorar a mi madre y luego asesinarla, sin embargo algo pasó en el que terminó desviándolo de su objetivo pues terminó enamorándose de mí. Aun así pasó un breve periodo de tiempo en el que este fuese quien terminare con mi existencia humana y me dotase de una vida nueva, extraña e impredecible; tiempo suficiente en el que yo tuve a bien desarrollar mi última personalidad humana, la que se parece un poco más a la mía actual, aunque con menos matices pues muchos de estos aparecen cuando en este punto se unen mi primer pasado con el segundo.

 

Segundo Pasado: Ariadna Isabella Malfoy B. vampiresa.

 

Mi vida adolescente normal y humana comenzó a cambiar justamente en los días previos a mi cumpleaños número 17; aunque mi madre vampira seguía viva, era frecuente ver en ella signos de que presentía algo más que la simple necesidad de volver a salir de aquel lugar en que nos habíamos establecido cómodamente; o sea que de alguna forma ya intuía que esos eran sus últimos días de existencia. No obstante no perdía la entereza con que siempre se había conducido, razón que la llevaba a seguir actuando como si nada.

 

Llegó mi cumpleaños. El día de mi décimo séptimo aniversario mis padres hicieron una recepción en nuestra sencilla pero no menos majestuosa mansión. Fue una fiesta demasiado sencilla pero no menos hermosa en la que tuve la oportunidad de conocer a diversas familias del mundo mágico gracias a la asistencia de varios de mis compañeros del colegio Hogwarts. Pero a mí solamente una cosa me llamó la atención más de la cuenta y fue precisamente que en esa fiesta había arribado el ya mencionado mago y vampiro, si no bien parecido, hasta cierto punto interesante, César L. Black Blodwyn M.

 

César no es en sí un chico exageradamente apuesto para ser un vampiro, en todo caso parece un humano convencional, normal. Sin embargo hay en el ciertas cualidades que lo hacen parecer agradable en muchos aspectos, lo suficiente como para convencer a la gente de que realice o haga algo en su favor o incluso para enamorar sin valerse necesariamente de su imagen. He ahí la causa por la cual el clan Vulturi se había fijado en él para conseguir la misión de castigar a mi madre por lo que ellos llamaban su "capricho personal": César les resultaba útil si se trataba de convencer o de enamorar, inclusive.

 

Aun así, le llevó casi dos años a César pasar de ser un pretendiente de mi madre a mi primera y hasta cierto punto perturbante relación sentimental. No tardé mucho en darme cuenta de su condición de vampiro como si el tratar de dilucidar sus verdaderas intenciones. Yo imagino que en ese tiempo aprovechó para diseñar los planes que terminaron con mi única familia formal, ya que casi cumplía 19 años cuando sucedió todo.

 

A pesar de que siempre me había gustado pasar de simples caricias adolescentes cuando estaba con él, a solas, nunca habíamos llegado a una relación carnal completa, pues reconozco que ese tema era y es algo complejo para mí, por la cantidad de emociones que se concentran. No obstante ello, César, a medida que se iba acercándose la fecha de mi décimo noveno aniversario pareció tomar más interés en ese punto, argumentando que estaba dispuesto a todo para demostrarme que estaba hecho y dedicado a mí y completamente enamorado, a costa de todo lo que él fuera o tuviese que hacer.

 

Una noche de tantas finalmente ocurrió que logró convencerme de pasar la noche entera con él, como regalo previo de mis 19 años. Yo, dudosa y temerosa, tardé en asimilar todo lo que había detrás a pesar de que hasta cierto punto ya lo venía sospechando, especialmente porque ese día quiso impresionar demasiado, no solo a mí, sino a todos mi familia, colmándonos a todos de detalles en una velada demasiado inesperada y extraña hasta cierto punto, pues al final se convirtió en el preámbulo de la matanza que puso fin a la vida de mis segundos padres.

 

Al finalizar la velada César me llevó primero al jardín de mi antigua mansión y luego de ahí me secuestró para llevarme a un lugar demasiado romántico que el mismo había diseñado y escogido para sus propósitos. De acuerdo con sus últimas palabras dichas en mi oído aun humano, dijo haberme regalado la última pero la mejor y la más romántica experiencia de mi vida como humana y como mujer, ya que me amaba con toda su alma, vida y ser, estando dispuesto a todo luego de que él a cambio estaba recibiendo el mejor regalo que le podía proporcionar y que era mi última radiación de felicidad humana. Fue en estos términos cuando tomó la decisión irremediable e irreparable de convertirme, a pesar de lo que ello implicaba porque además se negaba a la posibilidad de que acabara muriendo como mis padres esa misma noche.

 

Días después de este suceso desperté en medio del bosque, casi desnuda pero si atada de pies y manos y enjaulada además. Mis hermanos, los chicos que vivían conmigo en la familia de mi madre vampiresa también lo estaban. Luego alcancé a divisar que había al menos otros dos grandes y extraños vampiros custodiándonos. Uno de ellos, en cuanto me vio despertar se dirigió tan pronto como pudo a mí y por la forma en que se dirigió a mi supuse que pensaba matarme. Me le quedé mirando por un par de minutos, esperando a que dijese algo más que gruñidos, pero dado que yo no estaba ni siquiera consiente de mis nuevas condiciones, en cuanto pude me libré del amarre y me abalancé sobre de él.

 

Mis hermanos hicieron lo mismo, por lo que en menos de un cuarto de hora habíamos matado no solo al par que nos custodiaba, sino también a otros dos más que se habían acercado al oírnos libres y en plena cacería. Luego nos marchamos, cual si fuésemos una terna de lobos extremadamente hambrientos y deseosos de acabar con cuanta criatura se nos pusiere enfrente.

 

Tardé casi un año en cobrar conciencia de la forma humana de la que estaba provista, tiempo en el que me dediqué a asesinar, a destruir y a arrebatar vidas solamente, ya que el dolor que nubló soberbiamente mis últimos momentos de humana me cegó por completo, me dejó pues, convertida en una cosa, una criatura solamente. Mis hermanos tuvieron que empezar a separarse de mí a consecuencia de mi inconsciente personalidad, aunque no me dejaron totalmente sola, hasta que finalmente, pude volver a reaccionar, a saber quién era. Tuve que cruzarme una vez más con mi pasado para darme cuenta de que era el dolor lo que me había hecho ser así.

 

César, mientras tanto, fue atrapado por su falta; sin embargo no fue castigado, dado que en las condiciones en que me encontraba yo me resistí a creer que me amaba y sobre todo a demostrarle agradecimiento alguno por mi conversión así como cualquier otro sentimiento en general. Le hice creer que no le era fiel ni tampoco había sido feliz con la conversión, además de que también me dediqué a huir de él, a partir de mi conversión hasta por casi cuatro años.

 

Mi pasado se acercó a mí un poco más adelante y en un intento de rehabilitarme. Casi de la nada, apareció un viejo amigo de la familia, cuyo nombre era Charlie Weasley. Este hombre supo por las notas y esquelas de los periódicos lo que le había sucedido a mi familia y en todo caso daba por hecho la muerte de todos nosotros, los hijos. No obstante, cuando me vio decidió convertirse en mi apoyo moral en medio de todo aquel dolor que había acumulado en ese entonces.

 

Charlie me hizo olvidar en parte lo que me había sucedido, pese a que nunca le pude contar con santo y seña lo que hice en ese par de meses en que solo respondí a mis instintos naturales. Aun así logró darse cuenta de que César había seguido sus convicciones personales aunque sin medir las consecuencias. O al menos eso me dijo una tarde de lluvia en la que me llevó a dar un paseo cerca de los terrenos de la Mansión Malfoy explicándome además cuanto sabía acerca de mi vida pasada y humana, cosas que al menos yo ignoraba hasta entonces.

 

Sin medir las consecuencias…. —Fue la frase que más se me quedó grabada de esa conversación. César y Charlie a duras penas habían coincido en mi vida mas no lo suficiente para conocerse mutuamente. Sin embargo el segundo parecía conocer al primero, solo por el hecho de haberse relacionado de alguna forma conmigo. Por otro lado, era de pensarse aquello porque en efecto, César había seguido de alguna manera ciertas convicciones personales, aunque no había tomado en consideración los factores externos, y eso que según yo, no era miembro ni tenía fijación por algún bando en el mundo de los magos.

 

Charlie por su parte era un aspirante a auror, o tal vez ya lo era; nunca lo supe bien pues así como apareció, también desapareció de mi vida. Mientras estuvo a mi lado, antes que el amor hacia un bando u otro, me enseñó que haga lo que haga me fije que siempre sea voluntad mía, pero antes no olvide que hay alrededor una serie de cosas que si bien, no tienen por qué afectar ni ser la causa de mis acciones, si debo echarles una mirada cuando menos, ya que en estas a veces residen algunas de las respuestas a nuestras inquietudes o se encuentran diversas alternativas de solución a nuestros problemas.

 

César volvió a aparecer en mi vida tiempo después, cuando ya estuve un poco más repuesta o más bien, cuando ya volví a tener una vida más o menos normal, similar a la de una humana. Mi personalidad ya iba pareciéndose, por consiguiente a lo que soy yo ahora, aunque aun no tenía muchas ganas de volver a la academia ni tomar clases de nada para ese entonces, por lo que empezaba a sentirme como mi madre cuando decidió adoptar a aquel hombre como su compañero. Fue eso lo que me llevó a la determinación de arriesgarme una vez más y permitirle la entrada una vez más en mi vida.

 

En eso Charlie se fue, dejándome solamente aquella pequeña enseñanza. A pesar del buen mago que era, no pude dejar de notar en él, ciertas inseguridades, como el temor que tenía por los ataques de mortífagos y más aun por las triadas o pequeños arrelaques de chupasangres que de vez en cuando se dejaban venir a cazar. A veces yo me encontraba entre ellos, lo mismo que César. Nunca supe a ciencia cierta la causa que hizo que un buen día se fuera de mi vida para no saber nada más de mí, pero sospecho que en cierta forma influyó el hecho de que en mi primer encuentro con César precisamente me fui de caza y es seguro que él se dio cuenta, no solo de ese hecho, sino también de mi condición de vampira, dos de las cosas que precisamente él evitaba.

 

Triste a momentos y feliz en otras ocasiones, llego finalmente hasta el día de ahora, dándome cuenta de que aunque en apariencia sea solamente una chica más, en esencia soy una persona más madura y más consciente, aunque no por ello dejo de pensar como humana y como mujer. Mi vida y mis convicciones personales están de alguna forma ya definidos y por ello pienso que si bien me siento más afín al bando de los mortífagos, son mis propias determinaciones y convicciones personales las que me hacen orientarse hacia uno u otro lado, las que definen mis acciones y mis decisiones.

 

 

Bueno... este es el cambio que deseo que se hiciera a mi ficha en el mes, si no es mucho pedir y no afecta considerablemente a la estructura de la ficha.

 

 

*This is Ariadna Isabella Malfoy B*||*You're my real love César
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*You're a womanizer and I'm a meneater, but I love you*

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