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Gomita Haughton Westrong

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Todo lo publicado por Gomita Haughton Westrong

  1. Hola, vengo a dejar mis datos para seguir dentro de la familia :3 Bueno, creo que eso es todo, pero seguiré poniendo algunas cosas más para alcanzar el número de líneas reglamentario, porque ya con mi skin y el tamaño de la pantalla de mi pc no se sabe jajaja *reparto papas fritas* n.n
  2. Edyan El pequeño animalito se divertía corriendo ante las miradas divertidas de las personas que caminaban por el callejón, ninguna de ellas se animaba a acercarse, ya que los maullidos del gatito al que seguía no dejaba de maullar desesperado tratando de escapar. Yo había salido tarde de mi trabajo ese día, sin embargo sentí la necesidad de caminar un poco para distraerme antes de llegar a la mansión de mi familia. Cerré la librería y luego, con mi mochila colgada a mi espalda, caminé por todo el callejón mirando atentamente los escaparates. Las luces navideñas adornaban todas las vitrinas y suspiré al acordarme de algo que me hacía sentir nostalgia. Mi pequeño huroncito blanco de ojos negros caminaba tras de mí, como siempre, jugando y siguiendo ésta vez a un pequeño gato totalmente negro que se cruzó en mi camino. A pesar de mi llamado, Edyan continuaba corriendo tras el gato, el cual corrió y se adelantó a mí nuevamente con mi pequeño animalito tras él. Tenía que aceptar que la escena era verdaderamente graciosa, algo que no me había tocado ver antes... - Ya llegamos pequeño, ven acá... Mencioné cuando me detuve frente al negocio de las varitas. Necesitaba hacerle algunos arreglos a la mía así que no había mejor lugar para ello.
  3. Yo no, la verdad es que lo estaba esperando desde hace mucho tiempo :3 Por cierto... ¿Acá también se tienen que poner el mínimo de líneas? ¿O podemos hacer comentarios más cortos? Digo... es que no quiero advertencia ^^ Ya volviendo al tema, espero que todos se animen a participar *O*
  4. "La sucesora de Dexter" - Agente secreto de la poli-CÍA... y compañía (XD) —¿Y si se colaron ya? —Puede ser, ahorita lo averiguaremos. Yo eché un vistazo a mi alrededor, recorrí con la mirada muy bien pero no encontré nada extraño o fuera de lo común. En ese momento el elfo que atendía el recibidor se despertó y acudió a atendernos de inmediato. Claramente se le veía el cansancio en la mirada, él acababa de despertar y sentí pena por él. Mi compañero simplemente sonrió mirándolo un momento y luego dirigió su mirada hacia mí al momento que comencé. —Oh muchas gracias, qué amable —comencé —¿Una habitación? Pues... En ese momento el elfo continuó y me quedé escuchando con atención al igual que el agente. El pequeño elfo mencionó que contaban con suites a lo que me pareció una gran idea inicialmente, pero lamentablemente no estábamos ahí para descansar sino más bien para asuntos de trabajo. Y muy importantes por cierto. Aunque la idea de la comida caliente no venía nada mal y mientras notaba que mi compañero pensaba lo mismo que yo, me reí. —¿Luna de miel? En realidad no... —comencé cuando fui interrumpida. —Ah sí, realmente queremos pasar una noche muy agradable en una de sus habitaciones ¿No es así mi amor? —continuó el hombre sonriendo de manera encantadora. —¡Estás loco, cállate! —Ninguna pregunta, tomamos la habitación... Quince minutos después... —Voy a matarte... —continué mientras caminaba con la llave de la habitación matrimonial en la mano, entrecerrando los ojos al observar a mi compañero, quien no dejaba de reírse de mí.
  5. "La sucesora de Dexter" - Agente secreto de la poli-CÍA (XD) — No está mal para empezar — dijo mi compañero. — Perfecto, vamos entonces. Y comencé a caminar por el caminito al final del callejón, el cual nos desviaba hacia una extraña construcción y un tanto diferente de las que se encontraban a los alrededores. Bastante apartada también, por lo que bien podría ser un buen refugio para personas que prefieren moverse sin llamar demasiado la atención. Mientras continuaba mi camino, miré de reojo al agente con la que estaba asignada al caso mientras que mis labios dibujaron una sonrisita leve. — Buen día — en voz baja, saludó el hombre cuando por fin llegamos a la puerta de entrada mientras la abría con cuidado. — ¿Hay alguien? — volví a preguntar yo, pero al observar a mi alrededor, me di cuenta de que la recepción se encontraba completamente vacía. — Qué extraño, no parece estar abandonado... — mencionó nuevamente el agente. — Ocupado tal vez... — mencioné mientras hacía sonar la campanilla del escritorio para llamar. Fue en ese momento que se escucharon los pasitos de un elfo sobresaltado, a quien seguramente el timbre de ésta había terminado por despertarlo. Al ver su actitud nerviosa, yo no pude aguantar soltar una risita y le saludé pidiendo una habitación mientras preguntaba por los dueños del lugar. — Necesitamos hacer algunas preguntas — continué y en ese momento callé al escuchar un suave sonido, pero luego no escuché nada más.
  6. "La sucesora de Dexter" - Agente secreto de la poli-CÍA (XD) Illinois, USA. Hacía tiempo que se estaban dando una serie de crímenes un tanto particulares alrededor de la ciudad, sin embargo, aquél había ocurrido de forma mucho más fuera de lo común que los anteriores. Mi jefe me había mandado llamar con la intención de que averiguara quién o quiénes habían sido los responsables de semejante acto y derivarlo a las autoridades, de esta forma recibiría su merecido castigo. — El culpable es alguien muy escurridizo. Tienes que tener mucho cuidado. — Sí jefe. — Fueron muy pocas las pistas que ha dejado, además de los restos del cadáver por el que ha sido acusado. — De acuerdo jefe, seré muy cuidadosa. — Te pondré un compañero para que se apoyen. — ¡¡¿Qué?!! Pero... ¿A quién? Callejón Diagon — Deja de hacer esa cara. — Es que no es justo, ¿De todos los agentes posible tenían que ponerme justamente contigo? — Ay por favor... ya acepta que no puedes estar sin mí. — Ay calla presumido. Me habían emparejado con otro chico con el que continuamente solía tener dificultades en la jefatura, cuando no era una cosa era otra, pero siempre había una razón de peso. Sin hacerle mucho caso luego de su comentario egocéntrico, me até mi cabello largo y ondulado en una colita de caballo para que no me molestara, mientras continuaba caminando frente a los negocios del callejón. Mi atuendo era claramente muggle: un pantalón vaquero, botas industriales y una blusita de manga corta entallada justo a mi medida. — ¿Y bien? ¿A dónde sugieres que comencemos? Me preguntó mi compañero mientras posaba sus ojos cafés oscuro en mí y yo sonreí. Realmente el chico no estaba nada mal, pero debido a que no me gustaba "inflamar egos", no se lo decía ni lo haría jamás. Su cabello medio corto, ondulado de color castaño se despeinaba un poco con el viento que hacía, pero no presté mucha atención. Pronto miré un lugar un tanto interesante a las orillas del resto de los locales, un tanto más privado y se me ocurrió la idea... — ¿Qué te parece si empezamos por allá? Mencioné señalando el Refugio Mágico y él asintió. Posteriormente yo miré atentamente al chico ataviado con sus ropas negras, las cuales le daban un aire bastante misterioso.
  7. Hola, vengo con una duda ^^ Tengo un duelo en la sala y pues... a pesar de que no soy una experta con éstos, todo parece que corre normal, pero ahora en este post: Duelo, aquí Hades pone que me lanza el primer sectumsempra, luego rolea que hace varias cosas como limpiarse una herida, caminar hacia un lado y observar el avance del tiempo n.n no sé... tal vez mi duda es tonta, pero siguiendo la lógica de lo que puso, yo tendría oportunidad de lanzarle un par de hechizos antes de que él lance el segundo sectumsempra porque el espacio entre ambos sectumsempras es muy amplio, pero no sé si se contrapone a las reglas de los duelos (que tal vez sí), pero quisiera saber si se puede o no >.< Muchas gracias *dejo papas fritas* :3
  8. Mikael ― Como que recuerdo esa película sí, pero para serte sincero no contiene flores precisamente. Respondí sonriendo débilmente mientras me acercaba al mostrador y descolgaba el estuche de mi hombro. Aquella arma que hacía tanto que no salía de su escondite, estaba a punto de ser usada una vez más. Y qué mejor que en un lugar alejado de todo el bullicio de Ottery, ya que realmente no era para "hacer limpieza", el motivo que me llevaba a utilizarla, sino simplemente practicar un poco para mantener mi habilidad. Varias ideas pasaban por mi mente cuando de pronto sentí la mano de Madeleine tomando la mía y le miré con extrañeza. ― Interesante, lástima que las fiestas no sean de mi agrado. Mencioné al observar un cartel que acababa de ser llevado por una lechuza. No dije más luego de que mi mente divagara en ciertos detalles con respecto a lo que estaba pasando, los cuales preferí no mantener en mi consciencia. ― Me gustan los paseos... Mencioné con gesto interrogante y, sin negarme a ser conducido por mi amiga, tomé el estuche nuevamente y salí con ella al jardín frontal mientras me preguntaba qué idea tenía la joven al salir así de su local. Era una extraña sensación aquella pero no me molestó sino al contrario, sin embargo decidí no decir una sola palabra y seguí sus pasos hasta encontrarme de nuevo con el murmullo de las avecillas cantando en las ramas de los arboles y el sonido del viento agitando las mismas.
  9. Mikael O era mi sensación, o Madeleine se portaba mucho más fría y seca conmigo desde aquella vez... no quise pensar en ello y negué levemente con mi cabeza, como si de eso dependiera el sacar aquellas ideas locas que me invadían en ese momento. Simplemente miré su reacción y sentí una especie de molestia al notarla que decidí que ese recuerdo estaría muerto y enterrado a partir de ese preciso momento. Ahora simplemente me dedicaría a escuchar. ― Pues no... no sabe dónde estoy, y realmente yo tampoco sé dónde está ella, así que estamos en las mismas condiciones. Aquella pregunta de Madie con respecto a mi hermana gemela me había provocado bastante curiosidad, de pronto algo se me ocurrió pero lo descarté al instante. Era cierto que mi hermana desaparecía constantemente y por largos periodos de tiempo, y que aquello me preocupaba cada vez más también era verdad. Mientras pensaba que ojalá hubiese sabido el motivo de sus largas ausencias para intentar ayudarle, mi amiga volvió a mencionar algo. ― De nada. Mencioné en ese tono indiferente que sabía utilizar bastante bien. La joven había mencionado algo que me había desconcertado bastante, pero no mostré el menor signo de extrañeza en mi semblante. Inhalé profundamente mientras miraba por encima de su hombro un par de segundos y luego volví a mirarle a ella. Era obvio que aquél estuche que llevara cargando despertara curiosidad. ― Es algo muy importante. Una docena de flores para hacerte un jardín ― mencioné con cierto tono de ironía en mi voz ― y si no necesitas una flor, una docena mucho menos. Lástima ― finalicé con mi acostumbrada débil sonrisa.
  10. Mikael ― Vine de paseo, a perderme un rato. Mencioné en respuesta a su pregunta. Ver a la joven otra vez me alegraba más de lo que yo hubiese esperado, y eso me ponía un tanto incómodo. Debido a mi personalidad, obviamente no lo diría jamás, pero eso no significaba que aquello lo tuviese clavado en lo más profundo de mi mente, en mis recuerdos más profundos. Ahora estando frente a ella nuevamente la experiencia volvía a mi memoria como si hubiese sucedido apenas ayer. ― ¿Sorpresa yo? Le pregunté con extrañeza ¿A qué se refería? Seguramente a aquellas intromisiones en su mente por medio de la legeremancia las cuales realmente habían sido muy irrespetuosas. Pero no me conformaba con esa respuesta que automáticamente yo mismo me había dado, así que permanecí un momento frente a ella sin decir nada, pensando y preguntándome a qué podría haberse referido y de pronto lo comprendí. ― Creo que sí... Y haciendo uso de un poco de magia, hice aparecer un pequeño detalle que le ofrecí extendiendo mi mano hacia ella. No dije nada, simplemente esperé su respuesta.
  11. Hola!! Hace tiempo que quería hacer esto pero hasta ahorita me di el tiempo u.ú esta cabecita que me falla tanto :nono: Bueno creo que eso es todo... ah no!! tengo una mascota, es un huroncito blanco de ojos negros (antes era jarvey pero para evitarme problemas con lo de mi rango y eso, decidí dejarlo en hurón). Se llama Edyan *O* Bueno hasta luego! *dejo papas fritas*
  12. Mikael Hacía mucho que no pisaba esta área del callejón, no acostumbraba a caminar y alejarme tanto de los lugares que ya conocía simplemente por el gusto de hacerlo. Sin embargo en esta ocasión sentía la necesidad de alejarme de todo lo que tuviese que ver con Ottery. Extrañamente me sentía cansado, invadido de todo aquello relacionado con lo mágico y mis deseos de salir de ahí para siempre aumentaron de forma alarmante. Ese era el motivo por el cual ahora pisaba el terreno de aquél local al que me dirigía con calma. Al igual que a mi hermana, la naturaleza siempre me había agradado gracias a la tranquilidad que me transmitía, por lo que deseaba pasar un largo rato rodeada de ésta. Sin haber avisado a nadie por medio alguno, había tomado una mochila en la cual guardé un par de cambios de ropa, mi varita y salí de la casa sin ser visto. Aquél estuche cuyo contenido fuese un misterio para todos lo llevaba en mi hombro también. El sonido de mis pisadas hacía eco que confundido con el sonido del viento al agitar las ramas de los árboles, se volvía casi inaudible para mí. Continué caminando y, a una distancia aproximada de cinco metros pude notar estacionado cierto medio de transporte bastante conocido para mí y sonreí débilmente al saber a quién encontraría en el interior del local. Hacía mucho tiempo que no veía a aquella joven luego de aquello que viviera un par de semanas atrás y, a pesar de lo vergonzosa de mi actitud, sentía deseos de saludarle. ― Buenas. Mencioné una vez que le vi sin retirarme del marco de la puerta.
  13. Acababa de asomarme al interior de la escuela de arte, se veía un poco sola y creí que se debía a la hora a la que había llegado. La secretaria saludó respondiéndome y yo sonreí para luego dar un paso al interior. En ese momento mi pequeño Edyan ya había saltado de mis brazos y corría al interior del establecimiento, al que inmediatamente reconoció. Seguramente la visita de la vez anterior se le había quedado grabada, así que lo comprendí, de haber sido él, también habría corrido hacia la sala de música. ― ¡Paú! Pero qué sorpresa verte ¿También vienes a clases? Muero por tomar una... Mencioné al ver a la joven, quien lucía un traje sencillo y apto para ésta época de calor. Aún así no me animaba a usar shorts, a pesar de saber que era lo ideal para ese clima. Definitivamente pasaría mucho tiempo antes de que dejara de ser tan vergonzosa. Definitivamente sería divertido ahora que ella estaba ahí, así que sonreí emocionada de verla, ya que de verdad era que no le esperaba por ahí. ― ¿Y si entramos? ¿Qué podemos hacer? Pregunté mientras me dirigía al interior una vez más y miré a mi alrededor para tratar de encontrar a mi pequeño jarvey. Al menos esperaba no encontrarme con aquél elfo que trabajaba en ese local, ya que la última vez no había sido un encuentro muy grato. Realmente a nadie le gustaría ser encontrado en un lugar en el cual no ha sido invitado y mucho menos siendo recibido con tanta seriedad como aquél día...
  14. Ese día tenía un especial interés por salir a caminar sin compañía. Mi hermano, quien siempre me acompañaba, aquella vez se había quedado en casa. Ni se había enterado de que yo decidí salir sola, ni se enteraría debido a las actividades que le tenían ocupado desde hacía algunos días a la fecha. Así que simplemente había abierto la puerta de mi habitación, esperé a que saliera mi pequeño Edyan y yo salí tras él y cerré la puerta tras de mí. Al llegar a las escaleras me acerqué al pasamanos como antes. ― ¡Wiiiii! Me deslicé por éste sentándome de lado sin reparar en los comentarios que mi familia pudiese hacer de mí. Hacía tiempo que eso había dejado de importarme, por lo que no me preocupaba demasiado. Una vez que llegué al pie de la escalera, me di cuenta de que mi pequeño jarvey ya estaba en la puerta listo para salir. Sacudí mi amplia y larga falda al igual que mi blusa de mangas largas y holgadas a partir del codo, la cual ajustaba muy bien a mi talle. Un par de botas que cubrían mi pantorrilla era lo que llevaría de calzado ese día, debido a que decidía ir cómoda. ― Vámonos pequeño. Mencioné a Edyan mientras me inclinaba para tomarlo entre mis brazos, abría la puerta del salón y salía a los jardines para desaparecer de inmediato al llegar a éstos. Pronto aparecería en el callejón Diagon en busca del lugar al cual hacía tiempo que no visitaba, así que hoy sería mi oportunidad. Moría por tomar las clases de una vez, pero lamentablemente siempre había algo que interrumpía mis planes y esperaba que ese día fuese de suerte. Creyendo aquello, me planté a la puerta del Ars & Vita con mi guitarra a mi espalda y abrí. ― ¿Hola?
  15. Era la primera vez que visitaría un lugar tan grande como ese, por lo regular cuando necesitaba algo, siempre acudía a los pequeños negocios del callejón. Viviendo viviendo en mi pueblo muggle, había tenido la oportunidad e visitar uno de esos grandes centros comerciales que seguramente se le parecerían. Habría querido que me acompañara mi hermano, pero al ver que tenía algunos asuntos pendientes lo decidí dejar tranquilo. Ya tenía la dirección anotada en un papel, así que nada podría salirme mal. — Oh qué bien ¡No me perdí! Exclamé. Luego continué mi camino y miré la entrada al enorme lugar que era el Magic Mall y después de algunos rodeos, logré enterarme de la planta a la que tenía que ir para pedir lo que quería. Afortunadamente ya llevaba aquél formato lleno, ya que toda venta se realizaba bajo un estricto control. Realmente no pensaba que fuese muy complicado conseguir lo que quería, pero aún así sabía que era mucho el trabajo por ahí. Por lo menos se intuía al ver la cantidad de personas que recorrían los pasillos de la planta baja. — Buen día, me gustaría adquirir una criatura. Me había acercado a uno de los vendedores de la tienda con mi pergamino debidamente lleno, así que se lo entregué para que lo revisara esperando que todo estuviese bien. Por el momento solamente me quedaba esperar, así que en lo que el encargado de la venta lo revisaba, yo me retiré un par de pasos y miré a mi alrededor con mucha curiosidad.
  16. Gomita Caminé por el callejón mirando el suelo, a paso rápido comencé a pasar frente a todos los locales que había en ese lugar. Pronto llegué a la escuela de música sin darme cuenta, y sin pensarlo mucho me acerqué para entrar. Cuando abrí la puerta, ya que estaba enfrente del local, suspiré y miré a mi alrededor al ver personas a las que yo no conocía. Un simple saludo con la mano y entré. — Con su permiso... Y me dirigí hacia la puerta naranja sin más. Nadie había notado las lágrimas que estaban a punto de salir de mis ojos. Los recuerdos que me hacían ponerme mal se negaban a irse, y yo solamente pasaba mi mano para quitarlas, esperando que con ésto también se fuesen las sensaciones desagradables. Cuando estuve frente a la sala de los instrumentos, abrí y entré para cerrar inmediatamente después. No quería saber nada de nadie en ese momento... De pronto me entraron unas ganas muy fuertes de tocar, pero no me atrevía a tomar los instrumentos ya que éstos pertenecían a la escuela y no tenía permiso para usarlos. Sin embargo, mi mirada se posaba en una de las guitarras que se encontraba en el interior de su estuche.
  17. Era momento de entregar la última invitación de la tarde a la mansión que venía indicada en ésta. El pequeño jarvey blanco que me ayudaba en esa tarea, caminaba a un lado de mí jugueteando y adelantándose en ocasiones mientras que yo tarareaba en voz baja una canción que había escuchado en el pueblo muggle del que acababa de regresar el día anterior. Cuando ya estuvimos frente a ésta, le entregué al jarvey la invitación. ― ¡Muy bien pequeño! Mencioné cuando Edyan corrió rápidamente hacia el interior de los terrenos de la propiedad Ragnaventus. En cuestión de segundos el jarvey miniatura se colocó frente a la puerta de la mansión y hábilmente introdujo el sobre por debajo de ésta, para dar media vuelta y regresar sobre sus pasos a toda velocidad. Yo esperaba afuera y pronto lo tuve conmigo. Él ya había entregado la invitación. http://i.imgur.com/lVzZz.pngClick en la imagen http://i.imgur.com/U05zv.png Un minuto más tarde, continué mi camino hasta perderme de vista de las calles de Ottery.
  18. Ángel Jamás había visitado un lugar parecido a ése. Acostumbrado al barullo y ritmo de vida de la ciudad, la idea de visitar un pueblo más tranquilo jamás había cruzado por su mente. Y curiosamente aquello no habría sucedido, de no haberse dado cuenta de las irregularidades del trabajo de uno de sus compañeros. Aquél hombre joven recorría mirando puerta tras puerta, mientras cargaba aquella arma desensamblada dentro de un estuche a su espalda. El traje negro que portaba era un tanto conocido para las personas cercanas a quienes realizaban ese tipo de actividades, y más de alguna ocasión cierto elemento que se encontraba viviendo en ese lugar vestía de esa forma también. Atuendo compuesto por pantalón y camisa de color negro bajo una gabardina larga del mismo color. Los ojos negros de ese chico moreno observaban con atención. Luego de recorrer un largo rato un lugar conocido para él cuando niño, encontró un nuevo local y se acercó a él. Asomándose por la puerta entreabierta, entrecerró los ojos al percatarse de la presencia de quien estaba buscando, para suerte suya. Mikael se encontraba conversando con una chica y momentos después se unía a ellos un hombre al que tampoco conocía pero no fue capaz de escuchar sus palabras. — Buenos días — dije saludando a Madie, a Kriss y a un hombre que acababa de llegar, el cual exhibía una extraña cabellera de color azul.
  19. Mikael Definitivamente aquél hombre no se encontraba en el mejor estado de ánimo y, mientras escuchaba sus argumentos hacia Madeleine, permanecí observándolo detenidamente sin decir una sola palabra. Para mí realmente era muy difícil creer que se trataba del padre de mi amiga. Su carácter por lo menos era muy distinto y no me agradaba en lo más mínimo la forma en la cual se dirigía hacia mí. — Mire señor como se llame — dije tratando de ocultar el tono de burla que estaba a punto de salir — realmente no creo que haya sido grosero con usted como para que me hable de ese modo. Sea familiar de quien sea. Pero inmediatamente después, escuché a mi amiga y sonreí. La forma en que se defendía me causaba un poco de gracia pero decidí no reírme, o aquello sí sería tomado como una burla de mi parte. Fue por eso que simplemente escuché mirándolos con los ojos entrecerrados. De haber tenido un padre a mi edad, posiblemente estuviese pasando por la misma situación que esos dos. — ¿Disculpe? Este animal ni siquiera ha visitado el Ministerio. Mi hermana se ha encargado de educarlo perfectamente bien — mencioné ante la acusación que hizo el hombre después, jamás imaginé que yo mismo defendería a ese peludo de nadie — y sí Maddie, él ni siquiera pronuncia una sola sílaba, supongo que estará mudo... Dije con ironía esperando respuesta de ambos, en el momento en que observé entrar a una lechuza y dejaba un cartel que soltaba en el mostrador del local. OFF: Perdón el rol, ando un poco ocupada pero no quería dejar... >.<
  20. Mikael Había salido del pueblo sin siquiera percatarme de ello al haber caminado distraído un trayecto tan largo, sobre todo por seguir a esa criatura nerviosa e inquieta que no podía detenerse un solo minuto. Al ir tras de su pista, me adentré por una vereda en la que alrededor se podía ver el pasto y el olor a madera y arbustos húmedos me hicieron recordar un pasado muy lejano... — Perfecto, ¿Y ahora qué quieres? Mencioné cuando el pequeño se paraba en sus patitas traseras y rascaba la puerta de la recepción, la cual hasta ese momento yo no tenía ni idea de que existiese. yo me había quedado de pie frente a la puerta mientras el jarvey continuaba, y en ese momento la puerta se abrió de forma tan repentina, que el animalito se fue resbalándose hacia dentro sin control. Yo no tuve tiempo de reaccionar y mucho menos al ver a la chica que apareció. — ¿Ma... deleine? Fue lo único que pude decir. Definitivamente era una cosa asombrosa que mi nueva "hermanita menor" se encontrara en cada rincón en el que a mí se me ocurriese recorrer, haya sido o no por error. Realmente yo no sabía qué responderle, puesto que simplemente había ido tras la pista de aquél jarvey travieso propiedad de mi hermana desaparecida, por lo que simplemente sonreí débilmente. — Vine siguiendo eso — mencioné señalando con mi índice al animalito que ahora olfateaba la pata de un escritorio — qué raro encontrarte por acá ¿Me dirás que vives aquí? Se me ocurrió decirle de repente, sin embargo no pude terminar de preguntarle algo más que tenía en mente, ya que de pronto escuché los pasos de alguien que se acercaba. Al girarme pude ver a Kris, quien lejos de saludar como esperaba que lo hiciera, simplemente mencionó algo relacionado con un cuarto, a lo cual le miré entrecerrando mis ojos un poco mostrando una actitud reprobadora. — Uy qué genio. De forma seca, terminé diciendo simplemente después de que escuché la forma en que se dirigía a mi amiga. Realmente no me había quedado sin habla como mencionaba el hombre, simplemente me sorprendía y extrañaba un poco la actitud de ciertas personas como él. Actitud que en cierta medida me hacían recordar algunas situaciones pasadas.
  21. Mikael Ese jarvey definitivamente era un caso especial. Sobre todo cuando de la desaparición de su dueña se trataba. Había decidido salir a caminar para desaburrirme un poco del trabajo que tenía, cuando me di cuenta de la presencia del pequeño jarvey miniatura de Gomita. Con una seña de mi mano le indiqué que se alejara y lo hizo así, pero al girarme en la sala de la mansión y dirigirme a la salida, el pequeño salió corriendo a toda velocidad al jardín. — Te dije que te quedaras. Dije secamente, a lo que el pequeño se encogió un poco y curiosamente logró sacarme una débil sonrisa. Realmente era mucho pedir tomando en cuenta que pocas veces lo hacía. Luego de ver la actitud del jarvey, atravesé el umbral de la puerta y me dirigía al reja de salida pasando por el jardín. El animalito blanco me seguía saltando y jugando a un medio metro de distancia. — No te pierdas, no quiero tener que dar explicaciones. Fueron las palabras que le dirigí a Edyan, quien me miró agitando sus bigotes mientras se paraba apoyándose solamente en sus patitas traseras. En ese momento creí entender a mi hermana cuando le sacaba una clara carcajada o sonrisas ante las ocurrencias del animalito. Pronto no hice caso y continué mi camino con las manos en el interior de los bolsillos de mi gabardina de color negro, al igual que el resto de mis ropas. Cuando me alejaba más, algo extraño sucedió. — Parece que no entiendes órdenes ¿Verdad? Pero era muy tarde, ya que el pequeño había salido corriendo a toda velocidad a lo que a mi parecer se asemejaba a una cabaña, por lo que apresuré el paso para alcanzarlo. un simple petrificus habría bastado, pero no tenía interés en utilizar la magia así que preferí seguirlo caminando. Fue muy extraño ver cómo llegaba a uno de los árboles y corría a su alrededor para luego atravesar rápidamente la puerta de la cabaña, frente a la cual permanecí sin entrar.
  22. Helena Dankworth Aquella misión había sido todo un éxito, se habían encontrado algunas pruebas extrañas de que en esa casa se practicaba magia oscura o por lo menos aquella que los muggles consideraban como tal. Obviamente era para realizar una investigación más exhaustiva, por lo que después de que Dimitri llevara muestras y yo me hiciese cargo de las fotografías, se decidió que en realidad sí era momento de retirarnos de ahí. ― Y todo esto ¿A dónde lo vamos a llevar? Pregunté refiriéndome a las pruebas, las cuales no tenía ni la más mínima idea de dónde se analizarían. En mi antigua ciudad muggle, en aquella en la cual viviese durante algún tiempo había un lugar para analizar este tipo de evidencias, pero mágicamente no tenía la más mínima idea. Luego de seguir mi camino mientras continuaba abrazándome a mí misma, miré de nuevo a los chicos. ― Entonces... ¿Nos vamos? Oye Dimitri, esto fue muy divertido. Gracias a todos chicos. Me dirigí al chico con un toque de buen humor. A pesar de que aquél clima era terrible para realizar una actividad así, los deseos del muchacho se habían cumplido. No estaba de más decir que yo también cruzaba los dedos por encontrar algo interesante y la suerte nos dio por nuestro lado. Ahora solamente hacía falta reunirnos todos para retirarnos y así lo hicimos. Después de llegar a la entrada, pronto no quedó ni el menor rastro de mí en ese lugar.
  23. Helena Dankworth ― Es un lugar un tanto extraño para encontrar magia tenebrosa, pero podría haberla ¿Verdad? Le mencioné a Dimitri mientras extendía mi mano para separar las ramas de uno de los arbustos y me sorprendí mucho al ver saltar a un pequeño conejito blanco. Ante tal sorpresa, llevé una mano a mi boca y reí bajito. Esto de revisar en un lugar desconocido para mí me ponía un tanto nerviosa, pero a la vez me emocionaba un poco. Luego continué revisando y choqué mi mano contra algo duro. ― Dimitri... creo que encontré algo... Pero en ese momento escuché un grito de otra de las chicas que venían en el grupo con nosotros. Dimitri también lo había escuchado y lo seguí hacia allá. Carrie había ido cerca de un árbol y encontraba algo realmente interesante. Se trataba de ni más ni menos que de un cráneo humano con algunos símbolos grabados en ella. Un conocido dibujo de magia oscura muy acostumbrada por los muggles, la famosa estrella de cinco picos invertida, junto con otros símbolos extraños. ― Esto es interesante mira. Mencioné sin tocar aquello, pero acercándome un poco más para ver mejor todo y me sorprendí al reconocer lo que era ni más ni menos que una ardilla muerta. Dirigí una mirada de sorpresa a Dimitri durante unos segundos, y luego volví a mirar el hallazgo de Carrie. Pero eso no era todo. Bajo el cadáver de la ardilla se veía un rastro de sangre y ahí creí que no quedaba duda alguna. Desvié la vista y miré a Dimitri con sorpresa unos segundos, y luego volví a mirar el hallazgo. ― Una foto... Mencioné al tiempo que presionaba el botón para tomarla. Inmediatamente me di cuenta que la chica que había encontrado aquello estaba deseando alejarse lo más posible, pero yo continué tomando fotografías desde diferentes ángulos para tener un poco más ordenada la "escena del crimen". Cuando miré a Dimitri para preguntar cómo proceder, de di cuenta de que éste tomaba un poco de aquél hallazgo. ― Muestras y fotografías, perfecto... pues yo creo que si podríamos irnos, no sé qué opinen los demás.
  24. Helena Dankworth Llegué con el pequeño grupo que se había reunido en ese extraño local. Después de un largo recorrido pronto nos encontrábamos en el lugar y miré con atención la reja de la entrada ¿Así que esta era la famosa mansión Ragnaventus? Pues bien, las órdenes eran revisar los alrededores de la edificación para buscar magia oscura, así que abrí y entré para pasar al jardín. ― ¿Por dónde comenzamos primero? Me pregunté diciéndolo en voz alta, sin embargo seguramente el resto de los chicos también podrían preguntarse lo mismo. Aún así yo me fui a mirar alrededor de los jardines, realmente me gustaba mucho la naturaleza y me preocuparía encontrar en ella indicios de magia oscura. Sin embargo, todo podría suceder, así que tenía que tener mucho cuidado con lo que tocaba. ― Oh... ¿Por aquí? Pregunté mirando a Dimitri, ya que al parecer iríamos acompañados y acepté con gusto su propuesta. Segundos después me dirigía hacia hacia la derecha y el chico comenzaba a buscar entre los arbustos del jardín. Yo continué mi camino abrazándome a mí misma, mientras mis mejillas enrojecían un poco a causa del frío. Los guantes que llevaba en mis manos calmaban un poco éste, y esperaba que fuese suficiente. ― Sí, tienes razón... no quiero morir congelada sin haber encontrado algo que valga la pena.
  25. Estaba segura de que esa noche sería más que relajante. Una vez que terminó mi turno en el hospital me dirigí hacia el callejón con la sólida intención de encontrarme con uno de mis amigos de la infancia. Yo caminé con tranquilidad sintiendo cómo la brisa que soplaba en ese momento agitaba y despeinaba un poco mi largo y ondulado cabello de color negro, el cual llevaba suelto a la altura de mi cintura. El sonido de mi falda amplia y larga a la altura de mi pantorrilla se dejaba escuchar a cada paso que daba. — Dango, dango, dango... Canté en voz baja mientras continuaba mi camino hacia el local en el que habíamos quedado de vernos. El clima un tanto frío que se sentía en ese momento me agradaba bastante y me ponía de buen humor, ya que por lo regular los climas demasiado calientes me solían enfermar con frecuencia. Mientras seguía recorriendo el lugar, me paré un poco frente a un aparador de ropa y observé con atención un hermoso vestido que me dejó casi impactada. Fue en ese momento en el que me pregunté si algún día podría usar algo así. — Se me hará tarde por estar diciendo tonterías... Me dije a mí misma y seguí mi camino. Era muy extraño pero de pronto me comenzaba a dar un poco de hambre, sobre todo al acordarme de la rica comida que se servía en el negocio al que estaba a punto de llegar. Como no era muy tarde todavía, supuse que Jank todavía no habría llegado, así que me tomé mi tiempo. Con gran tranquilidad observé escaparates y vitrinas admirando todo lo que se exhibía ahí y suspiré. Luego seguí hasta que por fin alcancé a ver la fachada del local, me acerqué y entré. — Oh... ahí estás... Mencioné en voz baja y caminé hacia una de las mesas, frente a la cual estaba sentado un muchacho al que conocía perfectamente bien. Al llegar hasta ahí, me quedé de pie frente al chico cubriendo un poco con mi sombra y sonreí esperando que levantara la vista y me reconociera. Luego me reí bajito cubriendo mi boca con una de mis manos, seguramente él se había percatado ya de mi presencia, sin embargo aún así le hablé. — Hola Jank perdón ¿Me tardé?

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