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Valky

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Todo lo publicado por Valky

  1. Y así de rapido se fue un año... 

  2. Valky

    *le deja amorcito* :love:

  3. Tomándome unos tragos con extraños
    En un bar de mala muerte es donde estoy
    Brindando por los recuerdos que has dejado
    Cantando las de despecho a todo pulmón...🎤🎶

  4. ¿que es que se hacia aqui? ¿Como es que se roleaba? XDDDDD

     

  5. La cena a pesar de que transcurrió con normalidad, siendo sin duda agradable para todos los presentes, tanto que pronto la sensación de que algo no marchaba bien cuando llego, se fue disipando hasta que desapareció. En el intercambio de regalos la pelinegra recibió un hermoso juego de aretes y collar que Lukyan se los coloco con delicadeza. Sin embargo el más feliz era Sammael que con ojos brillantes de la emoción abría sin cuidado alguno cada uno de los obsequios que el pelinegro había puesto al pie del enorme árbol. A la morena le había costado un poco buscar un regalo apropiado para alguien que podía tenerlo todo. Así que luego de casi darse por vencida, optó por hacerle un obsequio que, si bien no tenía un valor monetario, era en si una promesa de ella hacia él. Se trataba de un juguete muggle, un view-master que ella se había encargado de hechizar para que le muestre al mago imágenes en movimiento de momentos que esperaba pasar junto a él. No pudo enseñarle el funcionamiento del regalo pues el ambiente volvió a cambiar y sin muchas explicaciones la guio hacía el despacho en donde se apresuró a tomar el sobre amarillo que, ahora estaba segura, era el mismo que vio cuando llego. Estaba abriendo la boca para preguntar que pasaba, cuando la respuesta a la pregunta no formulada llegó por si sola. Recibió el sobre que le había dejado Aries y aun sin abrirlo ella ya podía imaginar el contenido. A pesar de que sabía que ese día tarde o temprano llegaría, imaginó que sería en una situación diferente. Unas lágrimas empezaron a deslizarse por sus mejillas, el aire de la habitación pareció desaparecer, su corazón dolía con cada latido mientras con manos temblorosas sacaba los documentos del divorcio, en donde solo faltaba su firma, además de un documento en donde le dejaba por completo la custodia de Sammael. Miro con una profunda tristeza los documentos en sus manos, que tenían el objetivo de dar un cierre a una historia de amor que en su momento fue hermosa, pero que en realidad dejaba en la pelinegra muchas preguntas no hechas, muchas respuestas que ahora estaba segura Aries jamás le daría. Estaba claro que lo que menos deseaba era verla o hablar con ella y que todo entre ellos había terminado hace mucho tiempo, entonces el recuerdo de ella trayéndolo de regreso del infierno cruzo por su mente, como si su subconsciente le estuviera mostrando el momento exacto en el que sus almas habían tomado caminos diferentes y apenas se estaba dando cuenta. Un suspiro escapo del fondo de su pecho, sonrió con tristeza mientras se limpiaba las lágrimas de su rostro. Busco en el escritorio de Lukyan una pluma y firmo el documento, no tenia caso darle largas a una decisión que claramente ya estaba tomada. Al hacerlo sintió como su mano, su brazo y pecho quemaban, soltó un grito de dolor mientras las runas que compartía con su ahora ex esposo, empezaban a desaparecer.
  6. Valky

    *le deja amorcito* :love:

  7. Creyó ver los destellos de un portal cerrándose justo cuando el suyo daba acceso al salón, por un instante pensó que habría mas invitados, pero luego de recorrer el lugar con la mirada descubrió que solo estaban presentes Lukyan y un empleado a quien le entrego un sobre amarillo. Por un instante tuvo la sensación de que algo no iba bien, pero el beso que el pelinegro depositaba en sus labios a modo de saludo, la distrajo . —Hola mi amor. Gracias por la invitación— dijo la pelinegra sonriendo ante su cumplido, usando por primera vez aquel apelativo que describia muy bien el sentimiento que empezaba a sentir por el—tu también estas muy guapo —añadió rosando con cariño la mejilla del mago, paro luego bajarla hasta dejarla reposar sobre la cintura . —Si claro, pero ¿Esta todo bien? —pregunto. Lo sentía un poco tenso, estaba claro que la petición que le hizo para ir al despacho no tenia nada que ver con las actividades que habían hecho la ultima vez que estuvieron ahí. Intento hacerse una idea de que era lo que lo había dejado así, pero luego desistió ya irían luego de la cena, asi que prefirió cambiar de tema, con otra pregunta. —¿solo seremos los tres? ¿Hay algo en lo que pueda ayudar? —No muy lejos Sammael había conseguido obtener uno de los adornos y ahora peleaba con la envoltura para poder comerlo. —Amor, primero la cena, luego los dulces…—le dijo y el niño hizo el intento de esconder el dulce, como si se preguntara como es que lo había visto si ella estaba entretenida con Lukyan
  8. Cada vez pasaba menos tiempo en el departamento, practicamente su hijo y ella lo usaban unicamente para dormir. Le resultaba doloroso permanecer en un lugar que por mucho tiempo le dio ese calor de hogar y que ahora le parecía ajeno, lleno de recuerdos que lo unico que conseguian era causarle dolor, hacerla caer en la realidad de que su familia se había roto, que ella habia fracasado. —Mami, ¿papá regresa hoy?—Sammael le preguntaba eso todos los días y como todos los días ella no podía darle una respuesta clara, pues no sabía si algun día Aries volvería, ni siquiera estaba segura a ciena cierta donde estaba, tenia una hipotesis, pero confirmarla sería muy riesgoso, ahora tenía que pensar en su hijo, no podía simplemente ir a buscarlo el vinvulo que tenía con su esposo se había debilitado demasiado, no se sentía capaz de traerlo de regreso una vez más. —No lo creo cariño... pero el te ama y volverá a ti ya lo verás uno de estos días te da la sorpresa—Le respondio mientras le ayudaba a recoger los juguetes —Ahora terminemos de arreglar todo esto — añadio mientras leía el mensaje de cierto mago ruso invitandolos a pasar noche buena y navidad con él —¿Que te parece si vamos a visitar a Lukyan? —Le pregunto recibiendo como respuesta un acentimiento lleno de emoción por parte de su hijo. Casi una hora más tarde Samael estaba vestido con un atuendo abrigado en tonos grises con azul. Ella por su parte había obtado por un sencillo pero algo elegante vestido en tono gris cuyo realce estaba en el cuello redondo de pedreria. Su cabello que desde hace un tiempo había decidido dejar crecer, caia suelto sobre sos hombros descubiertos, como siempre su maquillaje era muy poco lo suficiente para resaltar sus rasgos. Tomó un bolso de cuentas en donde guardó el obsequio que tenía para Lukan y ya con la pequeña mano de su hijo sujeta con la suya, la bruja abrió un portal que los llevaría al salon de la casa de Lukyan. Su corazón, al igual que siempre, empezo a latir con fuerza tan solo con la idea de verlo.
  9. Quizá ese era un buen momento para contarle que había intentado hacer un patronus hace un par de días atrás y no conseguía darle forma, tan solo se quedaba en destellos plateados que poco a poco se desvanecía. Estaba casi segura de saber cuál era la causa, pero pensar en eso justo en ese momento no ayudaría, probablemente sería contraproducente y en lugar de tratar de no llamar la atención de los dementores, conseguiría justamente eso. —Yo... no puedo...— había empezado a decir Kaori cuando los gritos de un joven de no más de veinte años se extendieron por el lugar. Un estremecimiento la recorrió por completo cuando estos se fueron amortiguando, quería defenderlo, ayudarlo, pero sería descubrir su poción además de que era demasiado tarde, los dementores estaban haciendo del pobre muchacho un festín. A pesar de que no era la primera vez que veía algo así, si era la primera vez que sintió miedo, sin poder hacer un patronus se sentía realmente indefensa. Con el ceño ligeramente fruncido pues no entendía del todo lo que estaba presenciando, fue testigo como Lukyan usando uno de los poderes de su clan, dañaba un aparato que al parecer servía para recolectar almas. ¿Quién había inventado semejante dispositivo? ¿Con qué intenciones las recolectaban? ¿Cuántas llevaban hasta ese momento? Mientras esas y otras preguntas inundaban su mente, más y más dementores se acercaban. Tenían que salir de ahí. Tenían que avisar a los demás y abortar la misión, ya no se trataba únicamente de lidiar con los dementores y detener el crecimiento de su población. Había más personas en esa isla, magos y muggles que estaban trabajando en algo mucho más grande que controlar dementores. ¿Para qué necesitaban tantas almas? Intentó recordar alguna leyenda o ritual que requiriera de muchas almas, algunas llegaron a su mente y tan solo pensar en esa posibilidad la asusto realmente, por primera vez desde que llegó a esa isla, sintió miedo... un grave error pues como había sido Volkov los dementores lo podían sentir. —Tenemos que salir de aquí... Yo no puedo hacer un patronus, por favor avísales tú a los demás que hay que abortar la misión —Decía sin dejar de buscar algo dentro de su monedero de piel de Moke. Los dementores poco a poco se acercaban más y más hacia ellos. Podía sentir como los recuerdos felices le eran arrebatados, dejándola solo con los más tristes. —Creo que esto nos puede ayudar, dime que si trajiste los tuyos como te pedí —dijo cuando finalmente encontró unos pequeños onix negros con lo que parecía ser un patronus atrapado en su interior. Un objeto raro y único que habían conseguido en una de las Salas de los Sueños Eternos durante el incidente de Halloween. Junto a Ellie lo habían investigado un poco y tenían una teoría, que en ese momento probarían. Cuando uno de los amortales se acercó lo suficiente el patronus atrapado en el onix de aquellos pequeños objetos, pareció cobrar vida y adentrarse en el Dementor, controlándolo. Sintiendo algo de emoción pues la presencia de tantas de esas criaturas los estaba afectando, la pelinegra intentó hacer que este la protegiera, para su sorpresa funciono. Lukyan quien era un mago excepcional sin lugar a dudas, estaba haciendo lo mismo. —Vredersbyrd...Vredersbyrd... —volvió a decir para que el portal que daba acceso a la Fortaleza errante se abriera para ellos, era un portal especial, conocido únicamente por los miembros del clan, así que si quienes estaban detrás del robo de almas había puesto restricciones para portales, trasladores y apariciones, seguramente no tendrían la información necesaria para evitar que se abriera. Muy exhaustos atraviesan el portal y caen sobre la nieve en el momento justo en que más dementores se acercaban, atraídos por todo el alboroto causado. El portal se cierra de inmediato y solo entonces se da cuenta de que no están solos, los amortales que estaban controlando con los totems para controlar dementores, también cruzaron el portal y flotaban como si esperaran alguna orden que cumplir. @ Ky.
  10. Al no recibir respuesta alguna la peli negra se giro descubriendo que Lukyan no estaba junto a ella, recorrió con la mirada a los presentes pero sólo estaban sus otros compañeros, miró por la ventana hacia afuera y tampoco se lo veía por ningún lado. Frunció el ceño con visible preocupación, dadas las circunstancias tan inestables no era seguro vagar solo por el bosque con tantos dementores deambulando. Dejándose llevar por sus sentimientos hacia el mago, Kaori sin pensarlo mucho decidió salir en busca del pelinegro. —No veo a Lukyan, voy a buscarlo, ya se que dirás que es muy peligroso … pero es como si fuera Ben o Connor para ti —le dijo a Hobb sin darle mucho tiempo a que hiciera algo para detenerla, de igual forma ella sabia que la mención de los dos magos le daría una idea de cuan importante era Volkov para ella, tanto como para arriesgarlo todo por él. Apenas se adentro en la espesura del bosque noto que la neblina, nada natural que había en toda la isla, se estaba volviendo mas espesa con el pasar del tiempo. Se concentró en reunir toda la oscuridad que le fue posible sin debilitarse demasiado e invoco un sin número de criaturas de sombras en forma de serpientes, mismas que empezaron a deslizarse en todas direcciones con el objetivo de buscar al mago, cuando alguna consiguiera dar con él volvería para guiarla. Espero por varios minutos que se sintieron como horas, hasta que finalmente una de ellas volvió, tenia el rastro. Se apresuró a seguirla no sin antes desparecer a las demás, no quería gastar mas energía de la necesaria, pronto llegó hacia donde el estaba y comprendió casi de inmediato lo que estaba haciendo. Tal y como lo había esperado, no eran los únicos en la isla ¿pero quienes eran? ¿Qué conseguían haciendo crecer tanto la población de los dementores? ¿cuántos mas había? Se preguntó mientras se acercaba a Lukyan, sintió alivio de encontrarlo en perfecto estado, pero esa sensación duró poco tiempo. Sobre sus cabezas varios dementores se acercaban peligrosamente, quizá atraídos por el ruido que los sujetos a quiénes estaba siguiendo Lukyan. —No vuelvas a preocuparme de esta forma —le susurro cuando estuvo lo suficientemente cerca, no era un regaño, era mas bien una suplica de alguien que se preocupaba por él. —Mira… —dijo apuntando hacia el cielo a los a mortales—pronto habrán mas… hay que hacer que se alejen… ¿alguna idea? —le preguntó. @ Ky.
  11. No se a ustedes pero este año se me fue volando, luego de que llego la Gala de Halloween se me hizo aun más corto el tiempo y ya llegamos al mejor mes del año Diciembre +.+ Un mes lleno de reuniones con amigos, familia, seres queridos... un mes para compartir... ¡Dejemos que el espíritu navideño se apodere de nosotros y disfrutemos de él! De parte de quienes conformamos el Equipo de Harry Latino, esperamos que las actividades que estamos organizando para ustedes sean de su agrado, se animen a participar de ellas compartiendo con la comunidad un año más. Las inscripciones son individuales, todo aquel que desee puede anotarse. ¡FELICES FIESTAS! L I S T A D O D E I N S C R I T O S Anthony R. Dracony M. Agatha Andrómeda Abbott Darla Potter Black Mael Blackfyre Amit Lockhart Eobard Thawne Rhaella Triviani Ludwig Malfoy Malum Luxure Dennis Delacour Noeline Malfoy McFarlan Eterno Black Triviani toji Binny Evans Kiyotaka Ayanokouji Matthew Black Triviani Mica Gryffindor
  12. Bueno también voy xd esto de apostar es medio adictivo xd Croacia 1 - Brasil 3 Países Bajos 2 -Argentina 1 Marruecos 1 - Portugal 3 Inglaterra 2 -Francia 3
  13. En algun lugar de la Isla. —Te digo que deberían estar aquí, siempre están por aquí —susurro uno de los tres magos que, con algo de dificultad, caminaban entre la espesa vegetación de la isla. Detrás de ellos, flotando, llevaban los cuerpos de dos hombres y una mujer, aun respiraban pues un leve vaho escapaba con cada respiración. —Algo no va bien, regresemos —sugirió pero ninguno de sus compañeros hizo ningún movimiento que indicara que al menos habían considerado la idea. —Siempre haces lo mismo, ya cálmate o te dejaremos a ti también para que se alimenten —ahí están —añadió luego de un momento apuntando a un reducido numero de dementores, tenia que admitir que era un poco extraño, pero confiaba que cuando los gritos de terror comenzaran se acercarían mas. —¿Dónde están los demás? —pregunto el tercer hombre que hasta ese momento se había mantenido en silencio —hagamos esto y regresemos… empiezo a pensar que de verdad hay algo mal ¿y si se revelan? Actualmente nos doblan en numero si no son mas — comento. —Es por eso que el laboratorio esta bajo tierra. Ya dejen de ser unos bebés y denles su comida. —corto en seco el que parecía ser el líder del grupo Tal y como lo ordeno, colocaron cada uno de los cuerpos en diferentes ubicaciones, luego de realizar un enervate a cada uno para que recobraran la conciencia, ahora solo les faltaba hacerlos gritar un poco para llamar la atención de los amortales y así lo hicieron. Una situación similar se estaba dando en diferentes puntos de la Isla, cada noche desde hace varias lunas se repetía una y otra vez, haciendo que el lo que en un momento fue un reducido grupo de dementores, ahora poblaran la irla por cientos, como si estuvieran armando un ejercito, aunque ellos eran simplemente los encargados de alimentarlos, no tenían mayor conocimiento de lo que sucedía o las investigaciones que se llevaban a cabo al interior de la isla. Pronto los gritos de los dos hombres y la fémina disminuyeron su intensidad hasta convertirse en simples gemidos, lamentos y suplicas de ayuda, una ayuda que nunca llegaba. Ese era el momento en que por lo general usaban para encapsular el alma mas brillante de las tres y regresaban a la base. Sin embargo un mensaje por radio interrumpió el momento, maldijo por lo bajo y tomo el dispositivo que tenia en la cintura. —Una de las protecciones se activo en el perímetro 3. Se pide a todos los escuadrones que están cerca investigar el fenomeno. —Enterado, escuadrón 5 en camino. —confirmo y luego miro al mas miedoso del grupo —Bueno quizá no estabas del todo equivocado… algo esta pasando. Vamos —dijo recorriendo con la mirada el lugar, como si buscara el camino mas corto. Kaori M. A la pelinegra le pareció buena idea ocupar la cabaña, que aunque parecía que podría caerse con un pequeño viento, era mejor que quedarse a la intemperie expuestos a que los dementores los detectaran y decidirán darse un festín con ellos, además no sabia si era su subconsciente jugándole una mala pasada, pero podía jurar que si se quedaban en silencio el suficiente tiempo, podía escuchar gritos. —Están por todas partes, pero en ciertos puntos se puede ver un mayor numero congregado, como si algo los atrajera ahí —le respondió a su prima, mientras caminaban al interior de la cabaña. Todo estaba oscuro, la madera envejecida del piso crujía con cada paso que el grupo daba, haciendo que se viera y se sintiera aun mas tétrica de lo que ya era. Escucho la idea de Syrius sobre crear protecciones para la que de momento seria su base de operaciones. Había visto usar varios de los hechizos paladines a Hobb, dos de ellos podrían ser útiles en ese momento. —Me gusta como piensas Ironwood — dijo la bruja — quizá un par de tus clones para que revisen el perímetro nos vendrían bien… prima —añadió mirando a Dennis—Un pantano como trampa por si tengo razón y no estamos solos seria perfecto —Luego miro a Noe y añadió — Noe nos ayudas con criaturas de sombras, de preferencia que vuelen, para que nos avisen si los dementores logran ubicarnos — le pidió. —¿Alguna mas que se les ocurra? —pregunto al grupo en general. No tenia idea si esas protecciones serian suficientes, sabia que se enfrentarían a dementores, pero esa luz que estaba casi segura de haber visto le decía que había algo mas y odiaba no tener idea de que era o mejor dicho quienes eran. Un nuevo grito se escucho esta vez con mas claridad, era imposible que se lo hubiera imaginado ¿Verdad? —¿escucharon eso? — pregunto sin dirigirse a nadie en particular, se acerco a la ventana mas cercana y miro hacia afuera —No hay ruido de animalitos…es como si no hubiera ninguno ¿Los dementores los afectan igual que a nosotros? —pregunto con genuina curiosidad.
  14. Se me termina el tiempo T_T sí que aquí voy con mis predicciones locas (? Países Bajos 1 - 2 Estados Unidos Argentina 3 - 1 Australia Francia 2 - 1 Polonia Inglaterra 1 - 2 Senegal Japón 1 - 0 Croacia Brasil 3 - 1 Corea del Sur Marruecos 2 - 1 España Portugal 2 - 1 Suiza
  15. Valky

    No hay un corazón que te ame más que yo...:love:

  16. —Pero no necesitas un tatuaje… podemos pensar en algo más…—empezó a decir entre suspiros y pequeños gemidos que él le arrebataba mientras sentía las manos del pelinegro divagar por su cuerpo desnudo, dejando besos en lugares que ahora sabía que eran sensibles, que podían conseguir hacerla estremecer. Jadeo con sorpresa cuando sus dedos encontraban un punto especialmente sensible, se retorció inquieta mientras su deseo volvía a crecer, mientras la necesidad se volvía a apoderar de ella, mientras su boca se aferraba a sus besos y a sus pechos y sus manos y caricias la mantenían atada y condenada a su piel y a aquella cama deshecha. —Lukyan… Un nombre, no más palabras, habían llegado a ese punto en el que sus almas y sus corazones se entendían sin necesidad de sus voces, de sus labios atareados en otras faenas de vital importancia. Sus cuerpos se enredaban y desenredaban, se encontraban y se frotaban, sus manos se buscaban con intensidad, con intimidad y con pasión, y mientras sus dedos jugaban con su jugosa intimidad, su mano dedicaba el más excelso de los masajes a su vigorosa virilidad, deseosa de más, anhelante de sus jadeos, de sus gemidos, de que la música más perfecta jamás creada, volviera a inundar aquel colchón, aquel perfecto auditorio que era el dormitorio. Así entre jadeos de placer el pelinegro la llevó una vez más a lo más alto del climax. Lukyan salió de debajo de las sabanas y besó sus labios una vez más, con la respiración agitada y su mente regresando del increíble orgasmo que le acababa de dar, no proceso de inmediato sus palabras. ¿Noche? Había perdido por completo la noción del tiempo, él tenía razón, seguramente Connor la estaría buscando. Así fue como la burbuja en donde habían estado ambos se reventó, tenía que volver a la realidad, a su realidad. Se sentó en la cama tan rápido como pudo mientras se preguntaba ¿Dónde había dejado el celular para mandarle un mensaje a Connor? pronto recordó haberlo puesto sobre junto a la taza de chocolate, en su casa. —Olvide el celular… Connor debe estar preocupado, aunque lo más probable es que haya llevado a Sammael a la Moody —Dijo mientras se vestía rápidamente, miro a su alrededor intentando encontrar su blusa, pero esta había quedado en el estudio al igual que su varita. —Creo que me hace falta algo —Bromeo mientras terminaba de abotonarse el sujetador. —Ya hemos dado mucho de qué hablar a tu personal, no sé si sea buena idea que me pasee por ahí medio desnuda… otra vez—dijo aun con la sonrisa en sus labios—Puedes invocar mi blusa y varita por favor —Le pidió. No sabía si él tenía planeado acompañarla a buscar a Sammael y en realidad no sabía si ella quería que lo hiciera pues cuando se reuniera con su hijo, ella volvería a la casa que aun compartía con Aries, aunque él estuviera ausente. En realidad no tenía ganas de volver al departamento pero ese era el hogar de su hijo y tenía que hacerlo. Inconscientemente rozo la runa del matrimonio y sin poder evitarlo sintió una punzada de culpa.
  17. La posición en la que habían quedado era sin duda privilegiada para los dos, sus miradas se cruzaron y entonces descubrió que había algo más que la simple lujuria, ella lo quería, le deseaba, le necesitaba, sus labios volvieron a unirse, deseosos, suaves torturadores que empezaron un camino descendente a lo largo de su pecho en una línea errática, hambrienta de todo lo que podía ofrecerle, de todo lo que tenía ante ella, hasta que se acabó topando con el borde de su última prenda interior, hasta la barrera que marcaba el punto de no retorno, si liberaba su cuerpo de aquella prenda, no habría vuelta atrás, sería imposible detener lo que habían comenzado. Y lo hizo, con dedos ágiles y suaves deslizó la gomilla de la cintura por su cadera, recorriendo sus piernas aprovechando para acariciarlas en toda su extensión, olvidando aquella prenda en algún lugar antes de volver a prestar atención a la zona que antes cubría, para acariciarla con sus dedos antes de acariciarla con su lengua, llevando aquella parte de su anatomía a su boca para acariciarlo con su lengua de la misma manera que había acariciado otras zonas, llevándolo casi al límite. Entonces él la tomó de la mano atrayéndola hacia arriba para que sus bocas una vez más se encontraran, tomándose su tiempo para saborearla y notar como sus lenguas parecían fundirse entre sí suplicando más. Las manos del pelinegro no perdieron tiempo retirando así la última prenda que cubría el cuerpo de Kaori, ambos notaron la excitación del otro cuando sus partes se encontraron, un jadeo salió de sus bocas pero fue amortiguado cuando volvieron a besarse, morderse, y acariciarse para con suaves, y tortuosos movimientos de cadera, permitirle la entrada a su interior, acto que culminó en un suave gemido de placer. Se quedaron quietos por un momento dejando que sus cuerpos se adaptaran, disfrutando del momento que ya era perfecto y sólo podía ser mejor, tan sólo lo miró, con los ojos brillantes de placer y excitación, recorriendo su pecho con delicadeza, mientras sus caderas se movían con sutil firmeza, sin prisa, pero sin pausa, aquella era una tarde para disfrutar. Sus dedos se hundían en sus brazos, en su pecho, en su espalda al mismo ritmo que sus gemidos y jadeos se escapaban de su pecho a través de su garganta. Sus cuerpos se unían, aumentando poco a poco el ritmo de unas embestidas profundas, como si pugnaran por llegar hasta el mismo fondo de su alma, de sus mentes, como si pudieran acariciar con aquel acto esos lugares intangibles que nadie acariciaba. Sus uñas, recortadas se hundían en su piel, marcando los caminos del gozo y el placer, del éxtasis más abstracto y a la vez tangible, porque Lukyan no sólo había conseguido colarse bajo la ropa de la morena, no sólo había conseguido abrir sus piernas, se había medido bajo su piel y a cada lenta y profunda embestida, aporreaba las barreras de su alma, de su corazón, amenazando con invadirlo todo. La pelinegra se sentía enloquecer con cada embestida, cada beso, cada roce, cada breve instante que le miraba a sus profundos ojos ámbar. Y todo era el placer que su cuerpo recibía y contenía, todo era lo que albergaba que se sentía a punto de estallar, sus jadeos se habían transformado en gemidos, y sus gemidos en gritos que inundaban la habitación, la casa, en gritos que a duras penas lograba ahogar contra su boca, contra sus labios, contra su piel, mientras sus caderas chocaban en busca de más placer, se sentía extrañamente segura. Caminaba por una cuerda floja, pero para ella era como si caminara por el más sólido de los pavimentos, y aun así se aferraba a él, a sus brazos a su espalda, como si fuera el único bote salvavidas en un naufragio, como si fuera capaz de insuflarle vida con tan sólo desearlo. Y mientras sus cuerpos se devoraban, sus almas se buscaban y se encontraban. Aquel era el punto de no retorno, un paso, un milímetro, incluso simplemente asomarse al otro lado, podría condenarlos al infierno, aunque sin duda alguna sería un infierno ardiente y placentero, y pese a su prudencia, pese a que sabía que debería mantener la distancia, no sólo no lo hizo, sino que se aseguró de arrastrarloe con ella, de cruzar no una línea, sino varias, de condenarle a su lado. Y así fue como el éxtasis llegó, aferrada a su espalda, aferrada a sus labios, ahogada en sus ojos y embriagada de su olor y su sabor, llegó entre gritos de placer y espasmos de locura, llegó como un apocalipsis que se desata después de haberse cocinado a fuego lento durante el tiempo suficiente para que los daños fueran devastadores, y sus piernas se aferraron en torno a sus caderas con suficiente fuerza como para no dejarle escapar, para no dejarle nunca escapar, para invitarle, demandarle, exigirle que se hundiera en ella una vez más mientras liberaba su propio placer dentro de ella, porque lo quería todo, su cuerpo, su alma. Cerró los ojos disfrutando de los suaves besos que él depositaba en su espalda, con tanto mimo y la delicadeza con la que la trataba después de tanto placer fueran inconmensurables, impensables. Entonces se descubrió pensando que quizá ella no merecía tanto a cambio de… tan poco. Porque Kaori actualmente no podía ofrecerle lo que él deseaba, lo que él merecía. Porque aún estaba casada pero sobre todo porque tenía miedo de volver amar, sin embargo justo en ese momento se sentía incapaz de alejarse o de alejarlo. Tan solo considerar esa posibilidad le acuso dolor. La voz del pelinegro rompió el hilo de sus pensamientos. —Porque quieres tatuarte y manchar tu piel…—le respondió girándose para poder verlo, deslizo su dedo índice por su pecho, su mirada lo recorrió por completo —así eres perfecto… tan sexy y guapo —Añadió sonriendo. Aun le parecía un sueño estar así con él. ¿Cómo es que la invitación a tomar chocolate caliente había terminado así?
  18. Sus palabras y sus besos tuvieron el efecto deseado, Lukyan la fue guiando hacia la enorme cama mientras desabrochaba sus jeans para empezar a quitarlos, pronto se encontró recostada cooperando para que finalmente la prenda desapareciera. Cerro los ojos deleitándose con el placer que le generaba sentir las caricias y besos que el pelinegro iba dejando a lo largo de sus piernas, subiendo por sus muslos, tan cerca y a la vez tan lejanos de su centro. Un gemido escapo de sus labios al sentir su cálido aliento cuando se aparto lo suficiente para decirle que se veía hermosa, una sonrisa se formo en sus labios mientras abría los ojos justo a tiempo para verlo deshacerse de sus pantalones negros, ahora estaban en igualdad de condiciones. La vista fue sin duda un sueño, era realmente hermoso verlo así para ella, podía notar su excitación a través de la tela de los bóxer. No pudo evitar sonrojarse levemente al darse cuenta de ella era quien había provocado todo eso en él. Con tan solo la ropa interior cubriendo sus partes íntimas, el moreno empezó nuevamente un camino de besos que fueron subiendo desde sus pies, hasta sus muslos, cuando llego a una parte sensible de su abdomen Kaori se retorció de placer, un estremecimiento la recorrió por completo haciéndola soltar un nuevo gemido. Las manos de la bruja acariciaron su cabello, sus hombros su espalda, ahí dónde podía alcanzar mientras él seguía subiendo hasta llegar nuevamente a sus labios. El beso no duró mucho pues al igual que él, ella quería explorar cada parte de su anatomía, deleitarse con su dulce sabor y agradable aroma. Dejo besos húmedos con pequeñas mordidas en su cuello bajando hasta sus hombros pero estos se detuvieron cuando sintió que las manos del pelinegro finalmente acariciaron sus senos, la sensación fue indescriptible más cuando las suaves caricias fueron reemplazadas por su cálida y húmeda boca, sintió que podía alcanzar el cielo en ese momento, arqueo la espalda retorciéndose de placer mientras nuevos gemidos escaparon de sus labios. Todo su cuerpo parecía haber despertado de un largo letargo, sentir cada caricia y beso que Lukyan le daba con sentida adoración, la estaban llevando al borde y deseaba que él sintiera lo mismo. Con un suave movimiento, como si de una danza que sus cuerpos llevaban practicando desde siempre, la pelinegra quedó a horcajadas sobre él, era su turno para recorrer con besos su cuerpo, para saborearlo deseaba encontrar el punto exacto que lo haría estremecer.
  19. Luego de su pedido la pelinegra recurrió a la oclumancia para volver a colocar en un rincón apartado de su mente todo lo que la mención del nombre de su esposo había removido en ella. No deseaba que le arruinara ese momento, ya le había dado mucho de al rubio y a él simplemente no le había importado, ahora lo que quería es que a ella tampoco le importe, algo dentro de ella le decía que los besos y caricias de Lukyan lograrían ese cometido. No puso ningún tipo de resistencia cuando el pelinegro volvió a besarla, por el contrario le correspondió con igual o más pasión dejándose llevar por el fuego que sentía y que amenazaba con quemarlo todo. Luego de su pedido la morena notó que él ya no se estaba conteniendo, dejando de lado el miedo que quizá tenia porque ella lo detuviera. Las manos hábiles de él pronto le quitaron la blusa, Kaori arqueo levemente la espalda dejando escapar un suave gemido cuando sintió el cálido aliento del mago seguido de besos húmedos a lo largo de su cuello, bajando hacia sus pechos ahora expuestos para él. —Es lo que deseo… te deseo a ti Lukyan —susurró entre besos y caricias. Cuando al fin logro quitarle la camisa se delito por un momento con la vista del fornido torso del moreno, deslizo su mano por su abdomen recorriéndolo, dejándose llevar por la suavidad y calidez de su piel sobre la yema de sus dedos, hasta que se detuvo en la tela del pantalón, decidiendo que esa prenda estorbaba, que aún había demasiada ropa cubriendo sus cuerpos. Al parecer no había sido la única en notar ese hecho pues sintió que el pelinegro también quería deshacerse de sus jeans, aunque luego se detuvo, como si recordará algo importante, sin previo aviso y sin explicación alguna la volvió a cargar esta vez llevándola a una habitación que imagino y era la de él. Nunca antes había estado ahí, por un momento sus ojos curiosos recorrieron el lugar pero pronto su mirada fue a parar en la de él, que se había quedado inmóvil nuevamente, como si esperara que ella saliera corriendo. —Está bien… quiero esto… lo deseo… te quiero… te necesito— dijo con total sinceridad mientras acariciaba el suave cabello negro de Lukyan para luego bajar la mano hacia su mejilla acariciándola, acortó la distancia para besar sus labios, un beso suave, lento, cargado de todo lo que él despertaba en ella, no sabía si era amor, pero ciertamente era un sentimiento que la abrumaba y a veces la asustaba un poco.
  20. La reacción del pelinegro no se hizo esperar, sin dudar ni un segundo la ayudo a ponerse de pie, la acercaba a él tanto como le fue posible y desaparecieron. La sensación de estar atravesando por un espacio demasiado pequeño se prolongó un poco más cuando sus pies volvieron a tocar suelo firme y sus ojos se adaptaron al cambio de iluminación, reconoció al instante el lugar, aunque esta vez la razón de su presencia ahí era muy diferente a todas las anteriores y fue precisamente el juego de palabras que habían usado y la cercanía del mago lo que se lo recordó. No tuvo tiempo de decir palabra alguna pues apenas Lukyan termino de hablar volvió a besarla y para su sorpresa cargarla con una facilidad asombrosa, como si fuera tan liviana como una pluma. Una exclamación de sorpresa escapó de sus labios mientras rodeaba el cuello con sus brazos atrayéndolo hacia ella para continuar besándolo. Al poco rato sintió como era colocada con cuido sobre la superficie del escritorio del mago, que con la mano apartaba los objetos intentando hacer algo de espacio para ellos. Para ese entonces las manos de la pelinegra se habían deslizado hacia el pecho del mago acariciándolo dejándose llevar por la pasión, por el fuego que Lukyan encendía dentro de ella y que la hacían querer más, deseaba tocar su piel, besar no solo sus labios sino todo de él, deseaba todo del él y a juzgar por el recorrido que las manos del mago estaban haciendo sobre el cuerpo de la morena, él quería exactamente lo mismo. Con dedos torpes, llenos de lujuria logro desabotonar un par de botones de la camisa negra que tenía puesta. Dejo de besar sus labios para besar su cuello, soltó un pequeño jadeo en protesta cuando el rompió el contacto para pregúntale hasta donde iban a llegar, cuando ella lo que deseaba es que él moviera su mano un poco más y terminara por acariciar aquella parte tan sensible. Pero entonces el nombre que salió de los labios de ruso rompió la magia. Lo que menos deseaba en ese momento era pensar en Aries, en que estaba casada y que lo que estaba haciendo a pesar de sentirse tan bien, estaba mal. Dio un suspiro e intentó acomodar su ropa un tanto incomoda ante la repentina llegada de un empleado con una botella de vodka en las manos. Se bajó del escritorio y se sintió un poco mareada por la situación. No se arrepentía de haber llegado tan lejos con el ruso, pero si quería que las cosas funcionaran entre ellos tenía que arreglar su situación, era obvio que su matrimonio había llegado a un punto del que ya no estaba segura de que tuviera solución, de lo contrario ella no estaría ahí en esa oficina, deseando como deseaba a ese mago de cabello negro. Esperó a que el empleado saliera de la oficina y cerrara la puerta para finalmente encontrar su voz y pedirle. —Ayúdame a olvidarlo… has que lo olvide—susurró.
  21. Apenas había terminado de hablar cuando sintió los suaves y tibios labios de Lukyan sobre los suyos. Por un instante no supo como reaccionar, mas luego se dejo llevar por la sensación tan placentera de sentirlo tal cerca de ella, de ver reflejado en él el mismo deseo y anhelo de ella. Finalmente cerro los ojos dejándose llevar por la agradable sensación de ese beso que aunque en el fondo sabía que era prohibido, sabia a gloria. Dejando que el deseo contenido finalmente se liberará y tomara el control, entre abrió los labios para profundizar el beso, para poder disfrutar de ese juego de labios contra labios que poco a poco iba subiendo de tono. Subió una de sus manos hasta enredar los dedos en el negro cabello de Lukyan, siempre se lo imagino así tan suave. Lo atrajo hacia ella al mismo tiempo que sentía las cálidas manos del mago sobre su cintura, la sensación la hizo estremecer a pesar de que estaban sobre su blusa. La sensación cálida duro poco pues Lukyan entre beso y beso se las arreglo para proponerle calentar el chocolate, mismo que había quedado en el olvido, o ir en busca de vodka. Las manos que habían estado sobre su cintura ahora descansaban sobre sus piernas, pero aquello era lo de menos. Miró a los ojos del pelinegro entendiendo a la perfección lo que le estaba preguntando y ella era la única que podía frenar esa situación o quemarse. --Creo que se me antoja un poco de ese Vodka—respondió mordiéndose el labio inferior y sin apartar la mirada de la de Lukyan.
  22. Y ahí estaba una vez mas esa habilidad única que tenía el mago para dejarla sin palabras. Ante el suave rose en su barbilla, Kaori levantó la mirada para encontrarse con la de Lukyan. Por un instante sintió que el tiempo a su alrededor se detuvo y sin darse cuenta contuvo la respiración, deslizó su mirada hasta los labios del pelinegro, deseando probarlos una vez más, pero se contuvo. Y pudo percibir exactamente la misma situación en Lukyan, se estaba conteniendo al igual que ella ¿pero hasta cuando serian capaces de mantener sus sentimientos y deseos a raya? Volvió a respirar y movió la cabeza en un intento de que el deseo de besarlo se fuera, no funcionó así que opto por guiarlo hacia el sofá, en donde se sentaron uno junto al otro. --Esta con Connor en el acuario, tardarán en llegar - - le respondió acomodándose en el mueble de tal manera que pudieran verse. - - ya que no deseas chocolate, que esta muy bueno por cierto, ¿tal vez deseas algo mas fuerte? - - le pregunto. Su mirada traicionera volvió a caer en sus labios preguntándose por cuanto tiempo los dos podrían mantener esa fachada de no desearse mutuamente. Tomó la taza de chocolate y bebió un sorbo pero estaba casi frío así que la volvió a dejar ahí mismo. Era obvio que lo hizo para distraerse y evitar lanzarse sobre él y besarlo. --ya se enfrió… -- dijo haciendo un puchero.
  23. El aparato vibro en su mano casi de inmediato luego de que enviara el mensaje a Lukyan. Sonrío al leer la respuesta, ¿como es que tenía la capacidad de hacerla sonrojar con una simple frase? No lo sabia pero quizá se debía a que ella compartía el mismo sentimiento, también moría por verlo, aunque claro ella no tenía el suficiente valor como para decírselo así tan descaradamente como él. Apenas había guardado el dispositivo y bebido un poco mas del chocolate cuando el sonido propio que hacía el aparecerse, resonó en la puerta principal. Dejo la taza sobre la mesa y como cada vez que sabía que iba a verlo, trato de mantener a raya esa sensación de emoción que siempre la describía como el aleteo de mariposas en el estómago. Se acomodó la blusa blanca que llevaba puesta y los pantalones jeans en un intento vano por controlar los nervios. Luego se regaño a si misma por comportarse así, era solo un amigo que iba a tomar chocolate y conversar ¿verdad? --Pero que rápido… podría llegar a pensar que estabas esperando mi mensaje - - dijo con una sonrisa en los labios mientras abría la puerta para dejarlo pasar. Lucia tan alto y apuesto como siempre, aunque en su mirada pudo notar, al menos por unos breves segundos, algo de preocupación - - adelante Volkov no queremos que se enfríe el chocolate - - añadió dejando entrar al mago.

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