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Pakami Gryffindor

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Todo lo publicado por Pakami Gryffindor

  1. ¿Qué sucede cuando el alma abandona la prisión del cuerpo? ¿Adónde se dirige? El fuego de la vida que anima a los seres y les da la capacidad del movimiento. Una maldición disfrazada. Una ilusión de libertad bajo la que se esconde el inexorable paso del tiempo hacia la interrogante del destino sobre la que prospera gozosamente el ansia existencial. Aquella pregunta que mantiene al alma alerta en horas de descanso: ¿qué significa vivir cuando no se sabe qué sucede al morir? Pakami tomó la posión de las manos de la bruja sin cuestionar el contenido. Una confianza sólida nacida de la amistad compartida en un pasado que parecía eternamente lejano. El líquido se esparció por su pecho con un leve intento de inyectar hueso y músculo con una energía que ya no podían retener. Una mirada furtiva hacia Catherine sirvió de tosco agradecimiento. Los ojos del mago seguían con esfuerzo los movimientos de la familia en duelo. Nostalgia inundaba su mente y amenazaba con escapar. No había descripción apta para el dolor en los ojos de los presentes. Ante aquello la magia, tanto como las palabras, serían insuficientes. Sentimientos de inadecuación impedían que el aliento de la bruja a acercarse a los familiares surtiera efecto. No había nada para él allí. Pero la ceremonia final había dado comienzo antes de que pudiese expresar el deseo de huir una vez más. La voz recitando los versos era como un peso cada vez más grande sobre sus hombros. Ni siquiera los efectos de la poción serían suficientes para detener el incontenible deseo de desplomarse en los brazos consoladores de una madre. Afortunadamente la soledad había forjado en él una voluntad de hierro. El dolor en la palma de sus manos a raíz de las heridas provocadas por sus uñas fue distracción suficiente para sobrevivir hasta que el elogio hubo finalizado. Las últimas palabras pronunciadas en el mismo flotaban de manera incorpórea en la mente del mago: ¿qué significa dejar que un alma sea libre? O más importante aún y derivado a su vez de la misma pregunta: ¿qué sucede cuando el alma abandona la prisión del cuerpo? Sobrecogedora tristeza amenazaba con hacerse con el estado conciente del mago. Su mirada acompañaba los patronus conjurados mientras que una sonrisa irónica reflexionaba en su significado. Espero un guardián. ¿A quién esperarían los Gryffindors ahora que su principal guardián era libre? -No hay nada más para mi aquí,- murmuró para los oídos de su compañera. -Vámonos.
  2. ¿Qué impulsa un alma a dejar atrás el olvido para retomar el arduo camino de la redención? ¿Dónde se origina esa chispa de ansiedad que crece con cada desesperado intento de la mente por enterrarla? Que se resiste a extinguirse, escondiéndose en lo más recóndito de aquello que llamamos conciencia y la envenena con la ilusión del deber ante otros. Una plaga, un invitado inesperado que se rehúsa a retirarse aún sabiendo que su bienvienida ha expirado. Y a pesar de todo, elocuente, encantador, atrayente. Un monólogo que inicia como el suspiro de aquel que se conoce culpable pero que cree tan fervientemente en su inequívoco argumento que la muerte es preferible al silencio; que gana fuerzas y aliento con cada eco que resuena en la cámara vacía donde se ha escondido, convencido que son las voces de las masas, movidas por la inconmensurable belleza de la verdad de su razonamiento. Pronto, la potencia de su voz traspasa los muros y traiciona su escóndite. Allí donde la mente se regocija en la adrenalina que surge con la expectativa de atrapar al intruso se encuentra en su lugar con una llama ardiente. No hay intento válido, por muy desesperado que pueda ser, que valga para esconder ese fuego que ahora se esparce rápidamente, abrasando todo pensamiento en su camino. Todo es consumido por una idea, una chispa: "Ha muerto uno de los mejores. Hay vidas inocentes en riesgo." Con la capa hecha girones y un aspecto malnutrido, Pakami se había aparecido en los jardines del último rostro que recordaba. Varios minutos habían sido necesarios para recordar que Padosa ya no estaba. Que también había partido. El dolor del recuerdo lo había llevado al borde. Varita en mano, había estado a tan solo un momento de desaparecer una vez más. El fuego. Un segundo de vacilación. Catherine había aparecido frente a él. Catherine, la de rostro frío, detrás del cuál él estaba convencido de ver a Padosa asomarse. Mantenerse en pie sin perder la estabilidad era un esfuerzo monumental. La voz del mago se quebraba constantemente al intentar dar una explicación de su repentino abandono de la soledad que había encontrado. Su amiga se asomaba una vez más detrás de los ojos de aquella mujer en el entendimiento que descendía en su semblante con solo unas pocas palabras arrancadas de su garganta a duras penas. Un extraño sentimiento aquel de agradecimiento en cuanto ella tomó su mano y desaparecieron juntos hacia la mansión ancestral. La desorientación parecía nunca acabar mientras que la paciencia del mago menguaba a cada momento. ¿Cuánto podía cambiar en cinco años? El destello nauseabundo que ondulaba en el cielo no llegó a desaparecer con la rapidez suficiente para escapar la mirada. Viejos sentimientos renacían como ascuas reavivadas por el fuego renacido. La anticipación continuaba creciendo a medida que se acercaban al lugar que alguna vez había sido llamado hogar. Un monstruo escamoso anidado en el estomágo se movía inquieto e inyectaba todo con el veneno del terror asociado a símbolos ominosos sobre hogares desprotegidos. El antídoto no tardó en llegar con un sabor amargo en la forma de una familia en duelo. No había nada que anticipar más que el dolor de aquellos que habían perdido a un ser amado. Pakami se ajustó la desgastada capucha de manera que cubriera su rostro iluminado por el fuego que envolvía el féretro. Aún se sentía intoxicado ante el prospecto de ver a aquellos que había dejado atrás hacía ya tanto tiempo.
  3. El eco provocado por el chirrido de las enormes puertas de madera al abrirse se sentía contra-intuitivo al provenir del interior de lo que uno esperaría fuera un granero abandonado en medio de un campo cuyas cosechas se habían salido de control años atrás. Bastaba únicamente con levantar la mirada para romper la confusión provocada por la discordancia entre el oído y la expectación. Una amplia bodéga al menos tres o cuatro veces el tamaño del granero se extendía en todas las direcciones. Simple, sin elegancia. Un lugar con fines meramente prácticos. Sea quien fuera que se atreviera a traspasar, tendría dificultades para discernir característica alguna del mago autor de tal lugar fuera del evidente sentido de pragmatismo.
  4. Nick: Pakami Gryffindor Número de ID: 110250 Link a ficha: http://www.harrylatino.org/topic/87899-ficha-de-pakami/
  5. ID: 110250 Nick: Pakami Gryffindor Link a la Bóveda Trastero: -- Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: #88143 Link al Premio obtenido (en caso de gala/concurso): --- Fecha: 2018-10-25 Poción: Sueño Angelical de Amor Puntos: 40 Precio: 2000 Poción: Amortentia Puntos: 160 Precio: 8550 Total de puntos: 200 Total de Galeones: 10550
  6. Suspiró por lo que parecía la millonésima vez aquel día. La inmadurez de Bel parecía crecer exponencialmente bajo los efectos de lo que sea que había tomado. Él no se sentía lo suficientemente paciente para esperar a que la función de circo terminara. Se mantuvo firme, con la mirada fija en los ojos de Matthew mientras el mago intentaba intimidarlo utilizando la cercanía. Por el más breve momento, el pensamiento de que Gryffindor se sentiría más a gusto cuanta más cercanía compartieran, cruzó por su cabeza. Pero antes de que su cuerpo compartiera el desafío de su mente y se moviera por sí mismo, Matthew se había apartado. —Al parecer ustedes dos tienen más en común de lo que aparentan— Mantenía un tono calmado mientras extendía la mano libre para tomar una copa llena del líquido que el mago les había ofrecido. Pausó sus palabras un momento antes de vaciar el contenido en su boca y lanzar la copa a un lado, estrellándola contra la pared más cercana. —No tengo nada que hacer aquí— Gruñó. —Estoy seguro de que Catherine estará encantada de saber dónde te encuentras, en qué estado y con qué compañía, Bel. Gryffindor comenzó a caminar lentamente en dirección a las escaleras que, imaginaba, llevarían a la salida de aquel lugar. —Y a ti— Sus ojos brillaron cuando se dirigió al mago. —Procura que no vuelva a encontrarte. Si no fuera porque ella está presente, éste encuentro hubiese terminado muy diferente. @@Matthew B. Triviani @
  7. La sed de sangre que el mago despedía era como un hedor que inundaba el aire a su alrededor. Gryffindor aún se aferraba firmemente a su varita. Con el humor volátil de Bel y el descaro del hombre que se interponía entre ellos, no había forma de predecir qué sucedería a continuación. Y casi como si pudiera leer sus pensamientos, Bel actuó de la forma más inesperada. Había subestimado el estado de intoxicación en el que se encontraba su amiga y ahora estaba siendo apuntado. El amenazador se había vuelto el amenazante. Pero Gryffindor no se inmutó. —Baja la varita— Su tono de voz había bajado y sus ojos eran gélidos. —Ambos sabemos quiénes serían los perdedores si me enfrentan. El sonido de cristal haciéndose pedazos contra el suelo, producto de la poción que el mago había dejado caer, quebró la tensión. La varita de Gryffindor permaneció apuntando a su amiga, pero sus ojos se desviaron hacia... Matthew. Una sonrisa torcida, interrumpida solo por la cicatriz que recorría su rostro, se dibujó en él. No era muy asiduo a tales gestos puesto que generalmente eran interpretados como una mueca, pero no había podido evitarlo. —¿Tu también quieres intentarlo? Veremos quién ata primero a quién. El ganador escoge el juego— Respondió con humor. Gryffindor tuvo que reprimir la sorpresa al verse transportado por el tal Matthew antes de que tuviera tiempo para reaccionar. El sótano en el que habían aparecido parecía exclamar muerte desde cada rincón oscuro. Era el último sitio donde debían estar. Si Bel no entraba pronto en razón, los problemas continuarían escalando. —Bel, no me hagas llevarte a la fuerza. Sabes que lo haré— Amenazó aún sabiendo que era en vano. —Es tu última advertencia. Mientras tanto, el mago revelaba más y más de su oscura naturaleza. Gryffindor consideró atacarlo por un momento, pero sentía una fascinación oscura por ver hasta dónde llegaría. Si tan solo pudiera poner a Bel a salvo. La situación sería mucho más manejable si estuviera a solas con Matthew. Ambos empujarían al otro hasta sus límites y el ganador se llevaría todo. @@Matthew B. Triviani @
  8. Su mirada permanecía impasible. La confesión de Bel no aparecía como una sorpresa. Era mas bien un comportamiento típico de ella. Aquello no quitaba lo peligroso de la situación. Debido a la sutileza con la que se movía el mago y la expresión en su rostro, era fácil deducir que el estado en el que Bel se encontraba era un factor importante en la denominación del reloj familiar sobre su situación como extremadamente peligrosa. Suspiró. "Si Bel, tu esposo." Replicó en un tono seco. "Envió a P-ko a buscarme. Evidentemente está preocupado." Sabía que no debía haberse involucrado. Desde el momento en que la elfina le llamó, supo que se encontraría en una situación ridícula. Se trataba de Bel después de todo. "No tengo interés en juegos." El mago se había acercado peligrosamente a sus labios, pero Gryffindor no había retrocedido un centímetro. En cambio, puso su mano sobre el pecho del atractivo brujo y lo empujó, alejándolo de sí. "Quizás... en otro momento." No sabía qué lo había impulsado a pronunciar esas últimas palabras. Quizás la abstinencia de los últimos años comenzaba a afectarlo. Su mirada continuaba recorriendo al joven de pies a cabeza en una forma tan sutil como tener un ojo cubierto por una cicatriz lo permitía. "Bel, ven conmigo o tendré que llevarte a la fuerza." Volvió a dirigirse a su amiga. Esta vez quitó la mano que sostenía su varita de dentro de su capa y reveló que su amenaza no venía vacía.
  9. Gryffindor se limitó a mostrar una mueca de disgusto ante la demanda de la empleada. Tales cortesías eran tan innecesariamente mundanas que ni siquiera consideraba necesario registrar la protesta de la mujer con palabras. Ya había establecido su propósito, esperaba ahora que la empleaducha cumpliera con el suyo. Tan solo un momento más tarde, Gryffindor se encontraba atravesando la puerta trasera para encontrarse finalmente con la persona que había acudido a buscar. Bel y su acompañante parecían embelesados en su conversación. "¿Interrumpo?" Se anunció con voz fría. Aún ocultaba su varita bajo su capa. No podía estar seguro de qué clase de individuo Bel había encontrado ésta vez. No podía bajar la guardia. Gryffindor examinó al acompañante de su amiga en un instante. Una sonrisa torcida se formó en su rostro al notar que se trataba de un joven extremadamente agradable a la vista. Quizás hubiera más de una manera de rescatar a Bel de aquel peligro inminente. Luego de un momento, la mirada de Gryffindor se posó sobre Bel. "Tu... esposo está preocupado por ti." Declaró.
  10. Castillo Evans McGonagall Gryffindor depositó la taza vacía en su respectivo platillo con delicadeza, sintiéndose satisfecho. Una vez más había pasado mucho tiempo desde la última vez que había disfrutado de algo tan mundano como una comida. Luego de unos minutos en absoluto silencio, decidió ponerse de pie y esperar con gesto impasible el retorno de la pequeña elfina mientras se disponía a recorrer los enormes pasillos del Castillo Evans en busca de un cuadro específico. Gryffindor confiaba en encontrarlo antes de que la criatura de Bel volviera o de que él tuviese que salir a buscarla porque había colapsado de nervios en algún rincón. Los habitantes de los lienzos se movían inquietos y apartaban la mirada cuando él se acercaba. Sin duda la cicatriz que deformaba su rostro y que le había robado un ojo, no era una visión agradable. Su expresión no revelaba la leve irritación que aquello le provocaba. Su se había movido casi de manera instintiva. Las matriarcas le perdonarían si hiciera desaparecer un par de parientes lejanos de los que ya nadie hablaba. Aparentemente el destino tenía otros planes para las pinturas. La elfina había aparecido finalmente con un pequeño trozo de papel en la mano. Gryffindor lo tomó y leyó rápidamente su contenido antes de evaporarlo. "Cálmate P-ko." Su voz grave resonó en el pasillo. "Conozco a Bel desde hace diez años. Tú y yo sabemos que no escucharía a Merlín si se le apareciera delante e intentara detenerla cuando ya se ha propuesto un objetivo." El ojo de Gryffindor se disparó hacia el reloj familiar. La elfina no estaba haciendo aquel berrinche en vano. "Está bien. Buscaré a tu ama." Suspiró luego de un momento. "No le digas a su esposo. No es necesario alterar su... pasividad." Gryffindor agitó su varita, cubriéndose con su capa de batalla. Un trozo de tela azabache desteñida y destrozada. Aún lograba cubrir su cuerpo y la capucha ocultaba su rostro demacrado lo suficientemente bien como para que aún no fuera necesario reemplazarla. Desapareció inmediatamente, dejando atrás el rostro alterado de la elfina. Cintas de Colores La tienda no fue difícil de localizar. Resaltaba en medio del callejón con su colorida parafernalia. Gryffindor se acercó lentamente. Una figura sombría que contrastaba con los llamativos colores que inundaban el local. Era precisamente el último lugar donde a cualquiera se le ocurriría encontrar a alguien en peligro mortal. Su mano se cerró alrededor de la varita con firmeza y su cuerpo se tensó con anticipación. Al llegar al mostrador, un rostro sonriente enmarcado por un llamativo cabello color rosa lo recibió. "Necesito ver a la señorita Bel Evans McGonagall." Gryffindor echó la capa hacia atrás, revelando su rostro a la joven. "Inmediatamente."
  11. Su sonrisa finalmente se esfumó. Richard había accedido y eso de alguna manera lo aliviaba. Ya no era necesario esconderse detrás de una mueca ridícula. A medida que su cuerpo se relajaba levemente y dejaba ir algo de tensión, una potente sensación eléctrica comenzaba a llenarlo. Sabía de lo que se trataba. Al parecer los efectos del potente conjuro que había realizado hacía poco menos de una hora habían sido disminuidos debido al deplorable estado en el que su cuerpo había quedado. Ahora que Catherine lo había curado, su mente comenzaba a derrumbarse con rapidez. La bruja curó limpió sus manos provocándole una puntada de irritación. Disfrutaba enseñando la sangre de sus enemigos y la suya propia. Era una muestra de superioridad. Una amenaza o una provocación para cualquiera que se atreviera a desafiarlo. Quizás debería volver a teñirlas. Sus ojos se dispararon rápidamente entre los presentes, pero era un idea ridícula. Aún no estaba lo suficientemente loco como para enfrentarse a un mago del nivel de Richard. O quizás si, pero no mientras él tenía un ser de inconmensurable poder a sus espaldas. Mientras Catherine solicitaba que la tetera se hiciera presente, él cerró los ojos y respiró profundo diez veces. La varita en su mano, que aún apuntaba al extraño ser burlón que acompañaba a Richard, perdió el temblor que se había apoderado de ella. Lentamente recuperó el control sobre sus pensamientos. Era una tarea titánica. Si por alguna razón se fuera a ver obligado a utilizar esa potente magia una vez más, todo estaría perdido. El mago regresó y Catherine lo acompañó al interior de la instalación. El ser no se movió, ni tampoco lo hizo él. Dudaba que la criatura fuera a atacarlo sin una orden directa de Richard, pero aún así era difícil convencerse a sí mismo de bajar la varita. Finalmente, lo hizo lenta y cautelosamente. Mientras firmaba el pergamino, su mirada permanecía en alerta, todo su cuerpo preparado para saltar a la acción. Ese pequeño rincón de su mente, que ahora se encontraba bajo control, se retorcía ante la idea de enfrentarse a algo tan poderoso. Una vez firmado el contrato, lo envió levitando hacia la criatura. Solo por un segundo, las miradas de ambos se cruzaron. La sonrisa burlona del demonio danzaba en sus ojos provocativamente, desafiante. Una devastadora sed de sangre lo inundó por tan solo una fracción de segundo, por poco quebrando su voluntad. "Quizás en otro momento, criatura." Su voz temblaba. Sus labios se habían elevado en cada esquina y sus ojos estaban desorbitados. Si hubiese podido ver su reflejo, sin duda habría encontrado una expresión despojada de humanidad. "Deja mi mente en paz. Permite que continúe con lo que me trajo y juro que mi vida será tuya para tomar en duelo." Poco a poco aquella electricidad abandonaba su cuerpo. La sed de sangre lo abandonaba y su mente se serenaba una vez más. Se inclinó levemente a modo de agradecimiento y se dio la vuelta para ingresar al establecimiento junto a los otros dos magos. "Lamento la tardanza." Murmuró mientras tomaba asiento y se abalanzaba sin pena sobre los alimentos que habían sido servidos a la mesa. No recordaba la última vez que había disfrutado del placer de la comida. Pero tampoco tenía tiempo que perder, de manera que, mientras devoraba todo lo que podía encontrar, habló una vez más: "¿Cómo hago que funcione? Necesito retroceder diez años."
  12. Por primera vez aquella noche, sonrió. No por diversión ni porque la situación le pareciera entretenida, sino para ocultar su preocupación. El ser rubio que acompañaba a Richard era un monstruo. Con solo un gesto y sin aparente uso de una varita, había reestablecido la energía del lugar que el choque entre ambos magos había producido. Éstos no eran oponentes a los que uno se pudiera enfrentar y salir solo con una pequeña pérdida de cordura. Al mismo tiempo, él no podía aceptar lo que le era solicitado. Era una petición imposible. "Vaya, parece que nos encontramos en una encrucijada." Dijo para ganar tiempo. Aún mantenía su varita en alto y apuntaba a Richard a pesar de que, si se llegara a librar una batalla, dudaba que le fuera a servir de algo. "Verás, mi sangre es algo muy valioso para mí. No puedo simplemente entregarla al primer extraño que me encuentre por el camino." Dicho eso, estrujó el vial que aún tenía en la mano, produciéndose unos cuantos cortes y arrojando los restos a un lado. "Firmaré el contrato, pero mi sangre solo será derramada por mi propia voluntad y para un fin que me beneficie." Miró a los ojos a Richard, pero no parecía ser una persona que diera el brazo a torcer. Los recuerdos tampoco lo describían así. Pero sí describían algo más. "Catherine puede hacer la donación en mi lugar." No se volvió a observar la reacción de la bruja. No se atrevía a quitarle los ojos de encima a Richard o a su extraño ser. No imaginaba que fuera positiva. Según las memorias, ambos no solían llevarse demasiado bien. Esperaba que aquello no hubiese cambiado. "O si lo prefieres, puedo matarla y traer a mi propia mascota." Era una opción nefasta pero si el mago se negaba a la primera, sería difícil deshacerse de Catherine si él no lo permitía. "Realizaré un vínculo mágico con mi sirviente y de esa manera podrás crear tu propio vínculo de sangre conmigo. Simplemente estarías usando un tercero. ¿Tenemos un trato?"
  13. No hubo nada que decir mientras la bruja realizaba los procedimientos necesarios para la curación. Parecía que sabía lo que estaba haciendo. Él no la interrumpiría, pero tampoco bajaría la guardia. Cuando aquella mujer posó las manos sobre su cabeza, una intensa sensación de calor inundó su cuerpo, como si fuego líquido lo estuviera recorriendo. Sintió sus heridas cerrarse y su cuerpo sanar. Era una magia extraña que escapaba su conocimiento. Tampoco podía encontrar rastro de ella cuando rebuscaba en las memorias. Sentía curiosidad pero no lo admitiría. Observó con desconfianza la botella que la bruja le extendía. "Maledictarum Revelio." Conjuró las palabras con suficiente potencia en su voz para alcanzar los oídos de la mujer. Era necesario dejar en claro que no eran amigos. Independientemente del pasado. El líquido no reaccionó ante el encantamiento. De manera que se trataba exactamente de lo que parecía ser. Él se llevó el recipiente a los labios y consumió la poción herbovitalizante de un solo trago. "Mucho mejor." Suspiró mientras las fuerzas volvían a sus músculos y sentía una energía renovadora inundándolo. Se puso de pie inmediatamente, sintiendo cómo sus sentidos volvían a la normalidad. Justo a tiempo para oír las palabras de Catherine. "Curioso. Los recuerdos que poseo me aseguran que pertenecía a ti." Se pasó una mano por el cabello endurecido por la sangre mientras reflexionaba. "En fin, te daré las mismas opciones que le di a tu empleada: dime quién es el dueño de la tetera y te mataré sin sufrimiento. O puedo extraer la información a la fuerza. Es tu elección. No es nada personal." Al mismo tiempo que levantaba la varita en actitud de amenaza, un extraño sonido emanó del bosque. Girando sobre sus talones, inmediatamente cambió la dirección en la que apuntaba mientras aún vigilaba los movimientos de la bruja con su mirada periférica. De entre los árboles surgió una criatura con aspecto de humano. Eso lo irritó. Aún con sus sentidos afectados por lo que había sucedido antes, debería haber sido capaz de sentir una amenaza semejante. Su irritación creció aún más cuando la criatura presentó a una segunda amenaza. Todo su cuerpo se tensó en cuanto oyó el nombre del mago. Sus sentidos se agudizaron y sus movimientos se volvieron calculados. Ahora entendía la razón por la que no los había sentido. "Señor Richard. He oído hablar mucho de usted en mis recuerdos. Es un placer finalmente conocerlo. Lamento que deba ser en medio de éstas... desafortunadas circunstancias." Su varita se mantenía firme apuntando al mago en el pecho. No podía bajar la guardia. El viento se intensificó de repente. Las nubes oscurecieron y pronto comenzó a llover. El choque de energías era demasiado para aquel lugar, la magia se estaba resquebrajando. "Iré directamente al grano ya que no tengo mucho tiempo." Afirmó con pragmatismo. "Me encuentro en necesidad de la tetera que, asumo por la puntualidad de su aparición, se encuentra en su posesión." Calculaba que si tenía algo de suerte, le quedarían unos diez minutos. "Apreciaría que se apresure. Si éste lugar se derrumba, mis perseguidores no tardarán en encontrarnos. No son una verdadera amenaza, pero sí una enorme molestia." Su mente había comenzado a calcular las diferentes maneras en que un duelo entre él y Richard podría terminar. No se veía bien.
  14. "Me sorprendes. Ya conocía sobre tu talento con una varita, pero es remarcable que encontraras mi pequeño... accidente... tan rápido." No se puso de pie. No era necesario ni tenía la energía para hacerlo aunque quisiera. "Sin embargo la magia de este apestoso lugar es ridículamente débil." Con un gesto de dolor y algo de esfuerzo, levantó sus brazos y los colocó detrás de su cabeza para ver a la bruja a los ojos vacíos. "No voy a decir que lo lamento. Solo que fue un sacrificio necesario." Hizo una larga pausa antes de continuar. "Necesito dos cosas de ti. Una, es esa magia extraña que sé que llevas encima. Como verás, he perdido mucha sangre y temo que no me queda mucho tiempo conciente." Admitirlo ante ella era, a la vez, una demostración de vulnerabilidad y una afirmación de poder. Le quedaba poco tiempo, pero en esos momentos aún era lo suficientemente poderoso para enfrentarse a ella si era necesario. Por eso admitir su debilidad era una cosa supérflua y de poca importancia en realidad. "Además necesito viajar en el tiempo." Dejó que las palabras resonaran en el aire antes de continuar. "Conozco sobre la existencia de tu tetera mágica. La necesito." Suspiró. Su rostro aún impasible. "Mira Catherine, puedes negarte y ambos moriremos aquí o puedes hacer lo que te pido. Como habrás notado con la ausencia de tus niñas, no estoy dispuesto a negociar."
  15. Viajes en el tiempo~ "¡Episkey! ¡Vamos, vamos! ¡Maldición!" Nunca antes un encantamiento se había demorado tanto para actuar. Las heridas cerraban con una lentitud tortuosa mientras él se arrastraba hacia la pared más cercana y se recostaba con una mueca de dolor. Cada músculo de su cuerpo parecía latir en protesta. Era una sensación intensa, tanto que su mente había comenzado a apagarse. Sus ojos se cerraban lentam- "¡Crucio!" El est****o animal cayó soltando un alarido que probablemente recorrería todo Diagon. Mala noche para ser un gato de calle. Aún peor para ser tomado por un enemigo. Un breve destello de verde acabó con su agonía. Solo aquellos tontos que se hacían llamar mortífagos mataban al instante. Siempre es preferible inmovilizar primero y extraer cuanta información sea posible. Ahora debía levantarse. Había consolado la idea de descansar en aquel rincón mugriento hasta recuperar energías, pero ya no era posible. Ponerse de pie le llevó varios minutos y más de un intento. Había perdido mucha sangre. La mitad izquierda de su cuerpo y una buena parte de su rostro estaban cubiertos de ella. No había logrado dar el segundo paso cuando un relámpago reveló su destino. Cuatro largas sombras se extendían sobre los adequines frente a él. "Maldita sea." Suspiró más para sí mismo que para los presentes. Manteniéndose perfectamente estático y con la mirada fija al frente, sonrió. "¿Caballeros? Sería correcto asumir que convirtieron mi conjuro de curación en tabú?" "Arroja tu varita y aún puedes salir vivo, Gryffindor." La voz profunda de Williams lo irritaba. Él sería el primero en caer. "¿Y si utilizo una capa de invisibilidad por suficiente tiempo, engañaré a la muerte?" Rió por lo bajo. "Ya estamos algo crecidos para los cuentos de Beedle, ¿no lo creen?" Un millón de astillas volaron por los aires cuando la ventana del negocio directamente a su izquierda explotó. Al parecer el cuarteto no sería fácilmente distraído de los movimientos de su mano. Sólo necesitaba llegar a su pecho. Por ahora no habían intentado desarmarlo y su varita se encontraba firme en su mano derecha, pero no se atrevía a atacar primero hasta tener "eso" en la izquierda. "¡Ya fue suficiente!" La voz autoritaria de Johnson se impuso ésta vez. "¡Gryffindor! Tienes cinco segundos para entregarte o llevaremos de vuelta lo que quede de tu cadaver." Cinco segundos son una eternidad. Uno... Se llevó la mano izquierda al pecho, tomó su amuleto y, mientras giraba para desaparecer, lo pasó frente a su corazón una vez. Reapareció en el mismo instante justo frente a Wilson. El último lugar donde cualquiera de los cuatro se atrevería a suponer. Dos... La cara de sorpresa del gordinflón fue exquisita. Ojalá hubiese tenido un par de segundos extra para ver cuál sería su expresión mientras los adoquines a sus pies se convertían en afiladísimas estacas y se elevaban, atravesando su cuerpo, para bloquear los ataques de los otros tres. Uno menos. Mientras tanto, el lugar donde había desaparecido un instante atrás, volaba por los aires creando un enorme cráter en medio del callejón. Tres... Su truco de desaparición no funcionaría otra vez. Tendría que recurrir a métodos algo desagradables si quería salir vivo de allí. Mientras las estacas desaparecían dejando una nube de restos y polvo, una especie de distorción transparente surgía de su varita y envolvía a Johnson, quien era el siguiente en la fila. Su existencia se extinguió en menos de un instante. Ya era la segunda vez que se veía obligado a utilizar ese conjuro. Los efectos en su mente comenzaron de inmediato. Cuatro... Permitió que el próximo rayo lo golpeara en el pecho, abriéndole heridas que lo adornarían aún más con su propia sangre. A cambio, logró pasar la mano izquierda por su corazón una segunda vez y levantar una barrera de protección contra el último maleficio. Cinco... "¡Caudex!" La luz proyectada por el amuleto tuvo dos propósitos. El primero, convertir a Williams en poco menos que una rata. La segunda, cegar a Davis de manera que su encantamiento hiciera implosión a varios metros de distancia de su objetivo. Los cinco segundos se habían acabado, pero la batalla ya había sido ganada. Williams agitaba su varita desesperado como un mono. Davis... "¡Confringo!" Siempre le gustaron las explosiones. "Al parecer somos solo tu y yo, mi estimado John." Williams había quedado completamente paralizado al ver el destino del último de sus compañeros. "¿Serás un buen perdedor y me dirás el contra-maleficio para tu conjuro, o tendré que librarte de brazos y piernas además de tu magia?" "V-Vulnera Sanentum." La voz del pobre infeliz era casi inaudible. "Muchas gracias." Las heridas cerraron de inmediato y sin necesidad de recurrir al tabú. "Avada Kedavra." Incluso los squibs podían utilizar un método de comunicación o transporte para solicitar refuerzos. Ésta vez había alcanzado el límite. Su cuerpo no resistiría mucho más en aquellas condiciones. Rebuscó sus recuerdos rápidamente y encontró que Catherine poseía un negocio a solo unos pasos. Tendría que funcionar. Encontrar la entrada al condenado lugar fue más difícil que luchar contra otros diez magos. Concentrarse para contar los cien escalones era una tarea titánica. Su olfato estaba impregnado del hedor de toda la sangre derramada, por lo que aún así no podía estar seguro de que se encontrara en el lugar correcto. Su visión se nublaba debido a la enorme pérdida de sangre que había sufrido. "Deliciosa manzana." Fueron necesarios tres intentos hasta lograr dar con el ladrillo correcto, pero el portal finalmente se abrió. Retocó su rostro con la punta de su varita y limpió cuanto pudo de la sangre que se había secado allí. "Bienvenido a... Por las barbas de Merlín! ¿Qué le-?" Aún tenía poder para eliminar molestias. Era bueno saberlo. La otra no tardó en aparecer. Su fastidiosa sonrisa de anfitriona se borró en cuanto notó el cuerpo de su compañera adornando el suelo del jardín con una expresión vacía. "Antes de que comiences a gritar. Permíteme solicitar que llames a Catherine y le informes que Pakami Gryffindor se encuentra en el local y necesita hablar con ella urgentemente. Si mencionas lo que acaba de ocurrir, te torturaré antes de asesinarte. ¿Entendido?" Hablaba con rapidez y dudaba que hubiese podido ocultar la urgencia detrás de ella. Aún así, la empleaducha asintió e hizo lo que le había sido solicitado. "Fue una actuación aceptable. Buen trabajo. ¿Hay alguien más aquí?" La jovenzuela temblaba de pies a cabeza y su mirada se desviaba una y otra vez hacia el cadaver. "Crucio." La maldición impactó con especial potencia gracias a la irritación que estaba sintiendo. "¡N-no hay nadie más!" Había caído junto al cuerpo de su hermana y se retorcía junto a éste. Un contraste casi poético. "Eso no fue difícil." El distintivo rayo de luz verde iluminó la noche por cuarta vez y acabó con la agonía de la joven de la misma manera que lo había hecho con aquel gato callejero. Tenían el mismo valor, era comprensible que sufrieran el mismo destino. Con un último esfuerzo, agitó la varita y la tierra se abrió para devorar ambos cuerpos. No debía quedar rastro, se aseguró de ello. Una vez estuvo listo, se recostó sobre la hierba mientras la lluvia comenzaba a caer. Solo era cuestión de esperar.
  16. El aterrizaje fue algo forzoso. Hacía mucho tiempo que no me aparecía. De hecho, hacía mucho tiempo que no utilizaba magia en general. Era una sensación extraña, como encontrarse con una vieja conocida. Necesitaría un poco de práctica para ponerse al día... O quizás eran solo las copiosas cantidades de alcohol recorriendo mis venas que apenas me permitían reconocer la mano sosteniendo una varita frente a mí como mía. Recibir la llamada de Belosa me había transformado, una sed de angustiosa e insaciable venganza despertando dentro mío. Si bien había sido relativamente costoso mantener mis emociones a raya durante las primeras dos o tres botellas de whiskey de fuego, para la cuarta ya había roto mi juramento contra la magia y había cambiado mi atuendo al mismo traje que había usado el día de mi casamiento. Para la quinta, la magia me había transportado al antiquísimo hogar de las Evans. Realizando una extraña y alcoholizada danza, logré transportarme al lugar donde sabía que encontraría el cuadro de Pandora. Seguramente estaría diciendo algo con respecto a mi repentina aparición. Mi cerebro se ahogaba en alcohol como para entender una sola palabra fuera de las que salían arrastrándose de mi boca. -El juró que volvería... y ella empapada en llanto, ella juró que esperaría... Descolgando el cuadro de mi amiga y ubicándolo debajo de mi brazo, pausé un momento al ver un trío de alemanes bastante animados, siguiendo el triste ritmo de mi canción mientras llenaban una pequeña mesa redonda de botellas vacías. Lo tomé sin hesitar y partimos rumbo a los establos. Llegar allí costó una considerable cantidad de concentración. Una vez lo hube logrado, dediqué unos cuantos minutos a bizquear, tratando de decidir cuál sería el mejor lugar para pasar aquella borrosa noche. El hipogrifo me miró extrañado. Sin duda no muchas personas se atrevían a desparramarse contra semejante bestia mientras dormía. Gruñó levemente pero no protestó más que eso, especialmente cuando hice aparecer una nueva botella de ron y la llevé hacia su pico. -Ahora sí, cantemos Padosa- Le dije al cuadro. -Solaaaaa... en el muelle de San Blás...
  17. Un remolino de emociones bailaba en mi pecho. Sensaciones que nunca antes había experimentado y que ahora sentía que jamás podría dejar de buscar. Estaba expuesto, completamente vulnerable, a la deriva de los caprichos y deseos del ser que se encontraba encima de mí. Pero de alguna manera, aquello me provocaba una inmensa satisfacción. La sangre corría por mi cuerpo enloquecida mientras él exploraba mi boca y yo la suya. No había tenido el control en ningún momento, ni lo había buscado. Había hecho un placentero descubrimiento sobre mí mismo y pensaba dejarme llevar por él. Mi mente volaba, no podía pensar Su boca contra la mía era demasiado Ahora los instintos tomaban el mando Sería cuestión de dejarnos llevar De repente sentí su peso sobre mí Su dureza presionando contra la mía Una mano me recorría el cuerpo Y su boca se llenaba de mi placer Sentí su agarre flaquear y no perdí el tiempo Liberé mis manos con rapidez y las llevé a su pecho Mantenía su boca atrapada con mi lengua Mientras lo desvestía con agilidad Pero no pude más que liberar su pecho Nuestros cuerpos se habían sincronizado Una danza aterradora se libraba Una sincronía que forzaba mis límites Devolví mis manos donde correspondía Perdiendo el control otra vez Sentí su mano en mi rodilla Y sonriendo para él asentí Un nuevo placer se acercaba Lo sabía y sonreía Ahora ya no abandonaría Nuevas sensaciones buscaba
  18. Comenzaba a pensar que girábamos en una espiral. Analizando el mismo argumento una y otra vez. Quizás el punto de la clase era llegar a alguna reflexión profunda escondida dentro del tema que estábamos discutiendo, solo que no la habíamos alcanzado aún. De cualquier manera, me dispuse a escuchar una vez más mientras Ishaya formulaba nuevas preguntas, girando, torciendo y cambiando la misma premisa para verla de un modo diferente. Desde otro punto de vista. Quizás en eso estaba fallando, quizás debería plantear mi propia postura desde otro ángulo. -Todos los historiadores han sido influenciados por otros magos, por otros ambientes y por otros hechos; como ya hemos dicho -respondí-. Por supuesto que algo muy diferente sería que un historiador haya tenido sus memorias deliberadamente modificadas o afectadas. Pero me atrevo a decir que ese no es un caso extremadamente común, a pesar de que en los últimos años hemos tenido el caso de Bathilda y Lockhart. Pero también debemos admitir que en ambos casos la historia en sí no fue modificada, si no que simplemente cambió su relator original. En el caso de Bathilda, Skeeter y en el caso de Lockhart, bueno, una gran cantidad de magos. Hice una pausa para poner en orden mis pensamientos y continué: -De cualquier manera, es evidente que no podemos confiarnos de cualquier historiador. Si bien el caso Lockhart es un poco extremo, con él mismo pintándose de protagonista de hazañas encomiables cuando su único talento era el encantamiento obliviate, así tampoco podemos creer que cualquier historiador con un sano juicio no esté haciendo exactamente lo mismo con sus propias redacciones. De ahí lo que decía más temprano sobre la moralidad del historiador y la voluntad de mantenerse al margen lo más posible, intentando contar una historia de una forma neutral, sin influencias propias. Pero, como hemos admitido, eso no es posible. Así que supongo que la respuesta es no, no podemos confiar en cualquier compañero historiador. En ese preciso momento la puerta se abrió para dar paso a un mago que buscaba al profesor, conducta que me resultó un poco extraña considerando lo estrictos que solían ser en la Universidad con respecto a las clases. Pero suponía que con el caos que se había producido allí en los últimos días, las reglas estarían un poco flexibles. Me preguntaba si terminaría la clase en favor de un hipogrifo y un elfo o si continuaríamos con la intensa discusión que veníamos llevando hasta el momento.
  19. La noche recién había comenzado y estaba listo para lo que él tuviera preparado, o eso había pensado... No podía hacer nada para evitarlo Los cariños de aquel lobo apasionado Potenciaban mis deseos de adorarlo Me olvidaba de todo y me sentía amado Me perdía en un mar de sensaciones Sus besos me arrancaban gemidos Sumaban a sus jadeos y hacían canciones Melodías de pasión que endulzaban mis oídos Mi ropa hacía desaparecer en un instante Sus manos recorrían mi piel descubierta Sus caricias exploraban cada parte Mientras que su sonrisa me mantenía alerta Atrapaba mi mano y la entrelazaba con la suya Limitaba ahora mis movimientos Y mientras le entregaba la otra para que fluya Comenzaba a enloquecer con sus tormentos Descendía con lentitud, explorando mi pecho Haciéndome gemir con indecencia Deseando ser satisfecho Y llevándome a la demencia Mi cuerpo pedía a gritos que no se detenga Al tiempo que su mano encontraba mi instrumento Quería rogarle que no se abstenga Pero estaba indefenso, a la deriva de su contento La temperatura continuaba aumentando Sabía que recién comenzaba Pero entre jadeos me estaba quejando De que su ropa entre nosotros aún estaba
  20. Buenas! Yo vengo con una pregunta en cuanto a los pj's secundarios y los bandos: como yo pertenezco a la Orden, ¿puede mi pj secundario usar patronus y conocer, por ejemplo, las instalaciones de la Orden o saber qué personas son fenixianas? En caso de que fuera de la Marca, ¿mi pj también podría tener su propia Marca? Leí que puede participar en batallas, pero yo me refiero puramente al rol. Saludos! o/
  21. Ficha de personaje secundario: Ashlar Gryffindor http://www.malemodelscene.net/wp-content/uploads/2011/03/Danny-Schwarz-for-Todd-Snyder-Fall-Winter-2011-MaleModelSceneNet-01.jpg Nombre: Ashlar Gryffindor Edad: 21 años Nacionalidad o procedencia: Británico. Raza: Humano. Personaje principal al que está asociado: Pakami Gryffindor. Relación con el personaje principal: Hermano. Aspecto Físico: Con una estatura de 1,70, tiene un cuerpo bastante estilizado. Le gusta llevar el cabello castaño corto y se toma su tiempo en arreglarlo. Su rostro está adornado por cejas gruesas, ojos de color musgo, una nariz recta y labios finos que definen una sonrisa cautivante. Es de tez blanca y prefiere mantenerse alejado del sol. No tiene ninguna clase de marca en el cuerpo debido a su origen. Cualidades Psicológicas: A diferencia de su hermano, posee un espíritu libre y despreocupado. Es una persona muy alegre y positiva, es difícil encontrarlo en una actitud seria o pensativa. Debido a lo sucedido en los últimos once años, posee un deseo insaciable por conocer cosas y personas nuevas. También se ha terminado por volcar a una vida más bien epicúrea, buscando siempre nuevos placeres. Si bien tiene una moral definida y en general correcta, prefiere mantenerse al margen de la Guerra de Bandos. Ésto se debe principalmente al fanatismo que posee su hermano y que él considera insano. Conoce a la Orden del Fénix y apoya su causa pero prefiere no involucrarse con la misma a menos que sea absolutamente necesario. Su relación con Pakami es delicada. Es uno de los pocos que conoce el pasado de su hermano y eso, sumado a que fue Pakami quien lo sacó del extraño lugar en que se había visto aprisionado durante años, hace que sienta la obligación de apoyarlo y mantenerse a su lado. Sin embargo, el hecho de que su hermano no tenga memorias de él y que su alegría e independencia características contrastan enormemente con la personalidad del otro Gryffindor, hacen que pase la mayor parte de su tiempo ocupado en diferentes actividades, manteniendo una simbólica distancia. Historia: Ashlar Gryffindor nació en el seno de una de las familias mas grandes e influyentes de Ottery en el año 1994. Bajo los cuidados de su hermano de cinco años y su devota madre, creció sin una figura paterna definida pero rodeado de una vasta cantidad de familiares que hicieron el mayor esfuerzo por ocultar o quizás reemplazar aquella significativa ausencia. Mientras crecía, llegó a admirar a su hermano mayor como su modelo a seguir. Al igual que Pakami, Ashlar también creció rodeado de grandes historias protagonizadas por héroes de antaño, siendo Godric Gryffindor el principal entre ellos. De esa manera fue que el pequeño Ashlar consiguió sus primeras nociones de moralidad: la templanza y la valentía como valores gobernantes. El pequeño Gryffindor idealizaba a su hermano como la encarnación de esos valores. Ideal que pronto se vio derrumbado. Cuando Ashlar cumplió los seis años de edad, dos años después de la caída del Señor Oscuro, su hermano recibió la carta de Hogwarts citándolo a comenzar con sus estudios mágicos. A partir de ese día los años se estiraban angustiosamente con la ausencia de Pakami y Ashlar anhelaba la llegada de las vacaciones para pasar tiempo con su héroe. Fue durante el crudo invierno del 2006, donde podríamos decir que la vida de Ashlar terminó. Había salido con parte de su familia para realizar las compras navideñas mientras esperaban a que Pakami regresara. Una cruda tormenta se había desatado y fue por eso que habían tardado algo más de lo normal en volver a la casa. Emocionado ante la perspectiva de volver a su hermano, fue el primero en ingresar a la mansión. Quiso el destino que en el momento en que había puesto pie en el interior de la casa, oyó una voz familiar y una luz verdosa se asomó por una de las puertas que llevaban a las cocinas. Ashlar no prestó atención a los charcos de sangre que manchaban sus zapatos mientras corría al encuentro de su héroe... La escena que presenció a continuación lo acompañaría por el resto de su vida. Los cadáveres de al menos cinco seres queridos se encontraban desparramados por el lugar junto al cuerpo de un hombre desconocido cubierto con una capa y una máscara torcida. Y en el medio de todo aquello se encontraba Pakami, al principio había temido que se tratara de su cuerpo sin vida, pero podía escucharlo sollozar acostado en el suelo y abrazándose las rodillas mientras repetía algo inteligible. El resto de la familia había llegado a los pocos segundos también y habían contemplado el horror. No tardaron en ocultar todo aquello y decidir qué hacer con el inocente niño de diez años que había presenciado a su héroe convertirse en el más vil villano. Ashlar fue llevado por su tío, un mago influyente dentro del Ministerio, para ser ocultado de Pakami, cuyas memorias sobre un hermano menor que lo había idealizado por años fueron borradas por completo. Pero poco sabía la familia Gryffindor que entre su linaje se encontraba un mortífago responsable de la escena que acababan de presenciar. El mismo tío que ahora era el encargado del cuidado del pequeño Ashlar, se había encargado de hacer que el encuentro entre el padre de Pakami y su primógenito ocurriera, dando lugar a los horrores que habían ocurrido esa noche. Ahora Ashlar se encontraba siendo apuntado con la varita de su propio pariente y oyendo palabras en un idioma que nunca antes había oído... Ese fue su último recuerdo original. Desde ese momento en adelante, durante once largos años, se vio atrapado en un bucle temporal donde repetía una y otra vez aquel horroroso día. Recientemente, como si el universo estuviera jugando una broma que solo él entendía, fue Pakami quien finalmente se reunió con su hermano pequeño, rescatándolo de la pesadilla en que se había visto atrapado a pesar de que aún no supiera quién era Ashlar. Otros datos: Su búsqueda de nuevos placeres y experiencias no distingue prácticas sanas o auto-destructivas. El tabaco, el acohol y las relaciones con ambos sexos son algo común en su vida. Se regocija trabajando en el Ministerio y en el negocio que mantienen Pakami y Adryanie en el Callejón, puesto que le permiten conocer nuevas personas continuamente. Prefiere transportarse volando de un lado a otro antes que aparecerse. Su magia es algo torpe debido a que se ha visto obligado a aprender por su cuenta durante los once años de su desaparición. A pesar de que se vio encerrado en un bucle temporal, su cuerpo y mente han envejecido durante los once años de igual manera que lo hubiera hecho en una línea de tiempo normal. Condiciones de utilización: ya que no se encuentra especialmente interesado en todo lo referente a bandos, se dedica a trabajar tanto en negocios del Callejón como en el Ministerio. Es muy usual encontrarlo en todo tipo de fiestas y prefiere evitar la Mansión Gryffindor debido a su propio pasado.
  22. Buenas! Vengo a actualizar mi ficha y de paso hacer unos cambios. Disculpen si meto la pata, hace años que no me pasaba. También acabo de abrir un negocio, aunque aún no me han aprobado la bóveda, así que no sabía si tenía que ponerla o no. En todo caso me vuelvo a pasar más adelante. Saludos! http://i.imgur.com/bbPeCFq.png http://i.imgur.com/5Kop9D8.png Nombre del Personaje: Pakami Gryffindor Sexo: Masculino Edad: Joven, 26 años Nacionalidad: Británico Familia: Gryffindor Padre(s) Sanguíneo: Arabella Gryffindor Padre(s) Adoptivos: -- Trabajo: Desempleado. http://i.imgur.com/462D0GE.png Rango Social: Unicornios de Bronce. Bando: Orden del Fénix. Rango dentro del Bando: Initié. Puntos de poder en objetos: 40 Quote Hechizos adicionales: -- Puntos de poder en criaturas: 10 Quote Criaturas controlables en asaltos y duelos: -- Habilidades Mágicas: -- Conocimientos Especiales: Primeros Auxilios Conocimiento en Maldiciones Medallas: -- http://i.imgur.com/KujAykQ.png http://i.imgur.com/UTaospu.jpg Raza: Humano. Aspecto Físico: Con una altura promedio de 1,74m, nunca resaltó demasiado en comparación a otros. Su continuo estado de penitencia le ha impulsado a llevar un rígido tratamiento sobre su cuerpo, manteniéndose en forma de manera estricta, más de una vez forzándose demasiado durante los entrenamientos y provocándose severas lesiones en más de una ocasión. Al dorso de su mano derecha lleva una cicatriz producto de un corte que se hizo durante la tortura, probablemente debido a la torpeza en el manejo del imperius por parte de su padre. En el antebrazo izquierdo lleva la Marca Tenebrosa, residuo de los meses que estuvo infiltrado en la organización durante el año 2011. Su rostro se encuentra enmarcado por una mandíbula fuerte y bien marcada. Ojos verdes muy claros resaltan debido a unas pronunciadas ojeras siempre presentes. Lleva el cabello muy corto a los costados, mientras que por encima es largo y desordenado. Sus labios son gruesos y pronunciados, un rasgo muy propio de su madre también. Cualidades Psicológicas: El trauma provocado por el regreso de su padre y todo lo que aquella noche implicó, son el eje central de su vida. Lo que antes era un carácter muy vivaz y enérgico, se ha convertido en una seriedad casi inquebrantable. Aparenta continua concentración, como si en todo momento estuviera planeando qué hacer a continuación. Si bien no es precisamente una persona cerrada a la comunicación, tampoco es alguien sumamente expresivo. Jamás ha mencionado lo que sucedió aquella noche. A pesar de que en más de una ocasión se ha abierto hacia amigos o familia, nunca ha llegado tan profundo como para revelar el secreto mejor guardado por él mismo y su familia. Contrario a lo que se podría pensar, el hecho de haber perdido a una parte importante de su familia y amigos en aquella espantosa noche ha hecho que se volcara al completo hacia la Orden del Fénix. Ha hecho el propósito de su vida encontrar redención por lo que sucedió y cree firmemente que en los ideales de la Orden está la clave. Su fe en el bando como su camino a la salvación es tan profunda que sería capaz de sacrificar a su propia familia en favor del mismo, a pesar de que esto crearía un conflicto directo con lo que está buscando resolver. Historia: Hijo único en una familia tan grande y bien acomodada como los Gryffindor, Pakami nunca tuvo mayores dificultades mientras crecía. Eso fue hasta la edad de nueve años, momento en que su padre desapareció de su vida y la de su madre sin dar mayores explicaciones. Por el resto de su vida Pakami atribuiría aquella desaparición al retorno del Señor Oscuro, evento que ocurrió en el mismo año (1995); si bien su madre jamás lo confirmó ni lo negó. Se puede decir que la verdadera historia, lo que dio inicio a la aventura del pequeño Gryffindor, comenzó con los eventos de ese año. En la idealista mente de un niño de nueve años, criado entre historias de héroes justicieros, su padre era un campeón épico que había tenido que sacrificar el tiempo con su familia en favor de la lucha por la restauración de la paz en el Mundo Mágico. Su padre se había convertido en un héroe más de sus cuentos; junto a Kvothe el Sin Sangre y Túrin de Turambar. En 1998, con la caída del Señor Oscuro y su reino de terror, Pakami esperaba la vuelta triunfal de su padre a la mansión; pero los años pasaron y la imagen de su ídolo poco a poco se fue desgastando. En el año 2000, a la edad de once años recibió la tan esperada carta con la invitación a Hogwarts. Historias sobre los héroes que habían luchado en aquel mismo castillo inundaban los pasillos y la sala de estar de Gryffindor, alimentando el rencor siempre creciente en el corazón del ahora adolescente Pakami. Fue finalmente en su sexto año de colegio, 2006, cuando la vida de Pakami tomaría su rumbo definitivo. El nuevo levantamiento del grupo conocido como Mortífagos provocó una nueva oleada de pánico generalizado alrededor de todo el mundo mágico. Las vacaciones de invierno se acercaban y los Gryffindor's habían decidido que lo mejor sería permanecer juntos y pasar las fiestas de manera segura reunidos en la Mansión. Una terrible tormenta de nieve azotaba Ottery el mismo día en que el joven de ahora dieciocho años volvía a casa. Había pensado que era muy extraño que la mansión al completo estuviera a oscuras en una noche como aquella. No fue hasta que vio los charcos de sangre guiándolo como pétalos de rosa hacia una de las cocinas que entendió que aquellas no serían las tranquilas y seguras vacaciones que le habían sido prometidas. Voces temblorosas, murmullos de terror y una carcajada desquiciada fue lo único que tuvo de preludio al terror que experimentaría en las próximas horas. Una figura alta, cubierta por completo con una capa negra como la noche misma se encontraba de pie frente a una hilera de cuerpos temblorosos, maniatados y amordazados. El corazón del Gryffindor se había congelado en su lugar al comprender que los cuerpos pertenecían a amigos y familiares cercanos, personas con las que había crecido y que ahora observaban aterrorizadas a la figura que se alzaba frente a ellos. La imagen de su máscara plateada representando una calavera y el rostro que había salido de debajo de ella serían recuerdos que Pakami llevaría como una carga por el resto de su vida. Su padre había regresado al fin. "Imperius" fue la primera palabra que oyó salir de los labios de su resucitado padre con una sonrisa macabra y ojos desorbitados, deformando los recuerdos que el joven había logrado retener todos esos años. Durante horas, Pakami fue obligado a realizar torturas inexplicables a las personas que lo habían visto crecer y lo habían consolado las noches en que se derrumbaba pensando que su querido progenitor no volvería jamás a por él. El olor a sangre, los gritos y el llanto inundaron sus sentidos durante horas que parecían siglos de tormento. Un tormento en el que él era obligado a ver desde una distancia segura cómo sus seres querido sufrían a manos de su propio cuerpo; obligado por la persona que había idealizado como el mayor héroe de su infancia. Finalmente, cuando el último de sus seres amados había perdido el último rastro de sanidad y el último rastro de vida había abandonado sus ojos, el demacrado Gryffindor se vio libre de aquella horrorosa prisión. Su alma se encontraba hecha pedazos y su mente reducida a un leve zumbido en el último rincón de su cerebro. Lo único que quedaba era el deseo, un deseo abrasador de venganza. Deseaba que aquel hombre sufriera, que padeciera diez veces la tortura que le acababa de infligir. Pero lo único que escapó de sus labios, por primera vez y única vez en su vida fue: "Avada Kedavra". Observó cómo el brillo abandonaba sus ojos, cómo la locura desaparecía, cómo su despreciable alma lo abandonaba y cómo su cuerpo vacío se desplomaba. No sintió satisfacción, ni alegría, ni tristeza o emoción alguna. Simplemente se escondió, huyó al reino de los sueños, donde ningún héroe caído podría alcanzarlo para arrebatarle sus tesoros... ~*~*~*~*~*~*~ Durante los años que siguieron, Pakami logró descubrir que su padre de hecho había abandonado a su familia para servir en la Orden del Fénix, como había imaginado de pequeño. Sin embargo, había sido víctima de una emboscada durante una misión y el Señor Oscuro lo había tenido como rehén durante años, torturándolo hasta hacerle perder la razón y convenciéndolo de que su famillia lo había abandonado y planeaban asesinarlo. Fue de esta manera como el progenitor del joven Gryffindor había marchado aquella noche de invierno con la intención de acabar con la amenaza. También descubrió que gran parte de la familia (que más tarde lo encontrarían dormido entre los cuerpos de su padre y sus seres amados y empapado en su sangre), se encontraba fuera aquella noche realizando las compras navideñas. Los que se habían quedado, evidentemente se habían sorprendido de ver a un fantasma que creían desaparecido volver al hogar; sin saber que estaban dándole entrada al retorcido ser que acabaría con sus vidas. Pakami Gryffindor terminaría por graduarse en Hogwarts al siguiente año y dedicaría el resto de su vida a la búsqueda de cualquier medio que le permitiera redimirse de los horrores que había cometido aquella noche. Horrores que lo perseguirían por el resto de su vida... http://i.imgur.com/ZOmV7FU.png Objeto Mágico Legendario: -- Objetos Mágicos: Objeto 1: Varita Mágica: 28 centímetros, rígida, núcleo de pelo de unicornio y madera de roble. Clasificación: AA Puntos de poder: 20 Objeto 2: Escoba voladora Nimbus 2010. Clasificación: AA Puntos de poder: 20 Pociones Mágicas: -- Criaturas Mágicas: Criatura: Caballo Categoría: X Puntos de Poder: 10 Poder en asaltos: Libros de Hechizos: -- Poderes de Criaturas: -- Consumibles en Batallas: -- Criaturas en la Reserva: -- Elfos: Elfina de mediana edad, de nombre Gypsi. http://i.imgur.com/0BkDJYz.png Licencia de Aparición: Obtenida. Licencia de Vuelo de Escoba: Obtenida. Registro de XXX: Registro de Elfo. Personajes Secundarios: -- http://i.imgur.com/5WtTEbz.png Otros datos: Su patronus adquiere la forma de un caballo adulto. No se preocupa demasiado por la moda. Suele vestirse bastante simple: camisa, pantalón y muchas veces un chaleco. Tiene un extraño problema en que se vuelve extremadamente vulnerable, tanto física como psicológicamente al encontrarse atraído por un hombre. A pesar de que ha tenido más de una relación heterosexual sin mayor problema. Existe un agujero en su memoria de tres años completos de su vida. Sabe que Ashlar viene de ahí, pero no recuerda cómo. Cronología de cargos: Adquirió el cargo de empleado en la Oficina Contra el Uso Indebido de la Magia el 7 de Abril del 2011. Mortífago Base de la Marca Tenebrosa desde el 21 de Marzo al 12 de Abril del 2011. Initié de la Orden del Fénix desde el 3 de Marzo del 2011. Funda la familia Rambaldi el 21 de Abril de 2011. Asciende a Legionario de la Orden del Fénix el 4 de Septiembre de 2011. Duende de Gringotts el 13 de Septiembre del 2011. Baja de la Orden del Fénix el 13 de Mayo de 2012. Initié de la Orden del Fénix desde el 30 de enero de 2015. Empleado en el Concilio de Mercaderes, Plantilla del Magic Mall desde 16 de Febrero de 2015. Adquiere primer negocio "La pizza più gustosa" el 17 de Junio de 2015. Premios y reconocimientos: Premio Fénix 2010 a la Futura Promesa de la Orden del Fénix: http://s7.tinypic.com/2ev6b87_th.jpg Premio Fénix 2010 al Aspirante más suicida: http://s7.tinypic.com/3469w87_th.jpg http://i.imgur.com/vGYL6YD.png Link al Perfil de Comprador MM: 66 Link a Bóveda Personal: Bóveda nº 88143 Link a Bóveda Trastero: -- Link a Bóveda de Negocio: -- Link a Bóveda Familiar 1: Bóveda Familia Gryffindor Link a Bóveda Familiar 2:
  23. Su voz tenía un sonido extraño. Era suave y dulce. Demasiado débil como para que pudiera oírla a pesar de que me encontraba a solo unos pasos de él. Demasiado tenue para que pudiera oírla por encima de la brisa que entraba por la ventana agitando suavemente las cortinas y jugando con su cabello, dándome celos. Y sin embargo yo la oía. Sus palabras eran claras y tiernas como las notas ascendentes y descendentes de una flauta a lo lejos. Sentía su atracción, inexplicable e insistente. Como si una mano invisible se hubiera metido en mi pecho y tirara de mi corazón hacia su lecho. Quise resistirme, desvié la mirada y apoyé una mano en el picaporte. Pero ya era tarde, una mano muy real apresaba mi brazo, me arrastraba a su perdición... y yo caminaba con él. Vas delante de mí Te escondes y bailas Tomas la delantera Esperas que casi pueda tocarte Y entonces te escabulles Por fin te atrapo Tus manos se enredan en mi pelo Tiras de mí hacia ti Mis labios anhelantes Tu aliento en mi boca Dejaré que lleves el control Mi mente se nubla Mi cabeza da vueltas Y ya no pienso más ¿Qué esperas? Las sombras de tu corazón Cuelgan del dulce aire alrededor Tus secretos nos controlan Pero no me importa Solo puedo verte a ti
  24. Buenas! Vengo a informar que acabo de abrir la bóveda del negocio "La pizza più gustosa" y a pedir la aprobación. Espero que esté todo bien, es la primera vez que lo hago. *Dejo chocos*
  25. Descendíamos finalmente. Unas cuántas maniobras para esquivar ojos muggles demasiado curiosos y aterrizábamos en un callejón como cualquiera. Nadie nos había notado por supuesto, el sigilo con el que ese hombre se manejaba parecía antinatural. Como si supiera exactamente lo que tenía que hacer para pasar desapercibido y lo hiciera aún mejor. Todo el trayecto había estado volando detrás de él, intentando distraerme mientras me preguntaba cómo era capaz de volar de la manera que lo hacía. Sin duda podía notar la dificultad que le representaba, la fluidez no era su mayor atributo. Pero aún así, se las había arreglado para ser totalmente invisible a ojos no mágicos, como si pudiera ver una ruta trazada frente a él. Todo aquello había servido para mantener mi mente los suficientemente ocupada durante el viaje, evitando caer en pensamientos... peligrosos. Ahora que estábamos en tierra firme, agradecí que saliéramos casi enseguida de ese estrecho lugar y nos mezcláramos entre la multitud de muggles que iban y venían. En poco tiempo nos encontrábamos entrando al Caldero Chorreante. Me quedé rezagado un momento mientras el Stark se encargaba de dejar las escobas que habíamos usado a cargo del cantinero. Mientras tanto me felicitaba a mí mismo. No había tenido ataques de pánico hasta el momento y mi corazón permanecía en su lugar al igual que mi estómago. Era curioso cómo, al alejarse mi acompañante, mis sentidos se desembotaban súbitamente, como si una nube lo rodeara constantemente atrayendo toda la atención hacia él. Me preguntaba si eso le sucedería a todas las personas a su alrededor. Quizás era gracias a eso que podía controlar a sus bestias como lo hacía. Por mi parte, sabía que dentro o fuera de su nube me sentía irresistiblemente atraído. Pero era cuando me alejaba de él, que me volvía mucho más consciente de mis alrededores. Y fue justamente gracias a ese pequeño momento en que me vi libre de su influencia, que algo desconcertante ocurrió. Cerca de donde me encontraba esperando, un par de viejos magos discutían sentados alrededor de un pequeño caldero. Tres diferentes, exquisitos aromas emanaban de su contenido. Tres aromas que me atraían como la miel a un oso. Un bosque, una lluvia y... no lograba identificar el tercero. Era un aroma nuevo, fresco, joven. Quizás si tuviera que vincularlo a algo, lo atribuiría a un recién nacido... lo cual no tenía sentido. De repente me di cuenta que llevaba observando la nada demasiado tiempo. El Stark me miraba interrogante. Me apresuré a volver a su lado y dirigirnos a la parte trasera del local. Una vez de vuelta en su nube, aquel inquietante pensamiento quedó en el olvido mientras me ruborizaba como una adolescente al fallar tres veces en abrir el portal al Callejón Diagon. Nos encontrábamos en un espacio reducido y era la primera vez que lo había visto actuar de una forma tan suelta, graciosa incluso. Suficiente para entorpecer cada una de mis capacidades motrices finas. Finalmente la pared de ladrillos se reacomodó y mi estómago dio un salto al oír aquel hombre susurrarme al oído. Cada pequeño gesto suyo provocaba un malfuncionamiento. Reaccionaba a cada una de sus acciones como si en realidad no tuviera otra opción. Era frustrante, aunque no al punto de ser molesto. Casi me sentía como una mascota respondiendo a comandos que ni siquiera estaba seguro de que él fuera consciente que daba. El viaje fue silencioso como siempre, mi acompañante no era un hombre de muchas palabras, pero eso solo agregaba aún mas misterio a su personaje y hacía que me sintiera tanto más atraído también. Intentaba concentrarme en los magos y brujas que entraban y salían de los locales, pero mi mente se resistía a pensar en otra cosa que no fuera qué es lo que iba a suceder una vez llegáramos a nuestro destino. Sabía perfectamente de qué se trataba la salida, pero me ponía nervioso pensar que, si mi cuerpo reaccionaba tan bruscamente a sus gestos más simples... ¿qué sucedería cuando los gestos aumentaran de nivel? No tardaría mucho en averiguarlo. Antes de lo que esperaba, habíamos llegado al local elegido por el Stark. El lugar era increíble, por supuesto. Apenas ingresar al local, pude sentir el aroma a bosque inundando cada rincón, ¿acaso me había leído la mente? Evidentemente, mi compañero era bastante conocido en el lugar, al menos por los elfos. No pude evitar sentir una mezcla extraña de emociones amargas. Seguramente no sería el primero en tener una salida como aquella con él. Después de todo, aquel hombre parecía cincelado por ángeles, no sería sorpresa para nadie que tuviera compañía de sobra. La habitación era todo lo que uno podría esperar y más. La comodidad abundaba y la briza que entraba por la puertaventana era exquisita, acariciando el rostro de... Por un minuto completo perdí la capacidad de pensar. Era como si se estuviera echando en una bandeja de plata y ofreciéndose a mí. Necesitaba procesar. Me apoyé contra la puerta en busca de soporte y me dediqué a observarlo durante un minuto más. Aún asombrado de que aquel hombre tuviera la capacidad de atraerme cada vez más y de manera exponencial. -Yo... yo... no sé... estoy... umm... ¿puedo...? -di un paso hacia él, vacilante.
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