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Melrose Moody

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Todo lo publicado por Melrose Moody

  1. Melrose queda confundida ante la disculpa de Scott sin estar segura de las razones por las cuales provino pero no le da tiempo de intervenir. No es solo la llegada de Hannity, si no también la de Agnes y una posible excursión hacia la biblioteca. La muchacha tiene que ser honesta consigo misma respecto a que no siente mucha curiosidad: si resulta que encuentran el antepasado, lo conversarán en la cena. Si resulta que no lo encuentran, también lo harán. De todos modos ella acabará por enterarse y todavía no ha probado la bandeja de dumplings que P-ko acaba de traer. Se limita a asentir ante la afirmación de Agnes respecto a la torre y piensa en cómo ella también compartía solo lazos adoptivos con la familia (debido a que la acogieron) y aún así se muestran mucho más amables que muchos tíos lejanos. Aunque había pensado que partirían enseguida, no lo hacen. Más bien, la bruja se pregunta si se trasladarán a la mesa a planificar mejor el asunto o terminarán de decidirse allí mismo y partir. Mientras tanto, ella se pregunta si habrá allí alguna información sobre la bruja llamada Pandora. Richard rara vez habla sobre su pasado así que no está segura de qué podría encontrar allí sobre eso. De repente su curiosidad de enciende, si bien todavía no es suficiente como para terminar de decidirse a acompañarlos.
  2. Como ya había tomado una cerveza, la bruja había estado pensando en entregar el whisky a la elfina pero al final no resultó de ese modo. Antes de alargar la mano para tomar la botella y llamar a Freya, la bruja se detuvo y al fin terminó por sonreír. La historia de Scott era muy distinta a la suya y, sin embargo, no podía evitar sentir cierto aire de reminiscencia. —Ah... no tienes por qué sentirte avergonzado —dijo entonces. Su mano volvió consigo, desistiendo de enviar el whisky a ser guardado. Ya lo haría después, de todos modos en el castillo un buen escocés no duraba mucho—. Yo misma, tuve una formación mágica bastante normal. Luego todo se fue al traste cuando fui mordida —la bruja toma entonces el borde de su polera y aparta la tela sin prisa, para mostrar la piel debajo. Allí, en la piel blanda donde finaliza la concavidad de su clavícula, hay una marca de mordida sobre su hombro, clara como la luz del día—. Aquí todos tenemos una historia —afirma ocultando la marca otra vez—, yo vagué muchos años con un aquelarre de licántropos en los bosques escoceses antes de llegar aquí —la historia sonaba inverosímil y Scott pronto descubriría que lo mismo sucedía con muchas historias de los magos de Ottery—. No te sientas apenado. Justo en ese momento, Bel hace su aparición. Era obvio que había escuchado la historia de Scott. Enseguida fue evidente el interés que tenía en él como matriarca, así que Melrose se dedicó a tomar un vaso de té tibio y dulce mientras ella se extendía en una invitación a la biblioteca. Al menos, gracias a la bruja pelirroja no tendría que devolver el whisky, ya que ella empezó a consumirlo allí mismo. —Scott acaba de mojarse con la lluvia, tal vez podríamos permanecer junto al fuego un rato —masculló casi de pasada. No quería molestar los planes de Bel. Le pareció algo triste que la bruja tuviera que informarle enseguida sobre los mortífagos. Con honestidad, era lo último que Melrose habría pensado en hablarle. No porque no creyera que su seguridad fuera importante, si no porque le entusiasmaba más temas de conversación como el huerto del jardín que ya tenía fresas en estación, la misteriosa torre derruida o cuidarse de los bowtruckles que a veces podían darle a uno un susto de muerte junto a la piscina. De momento, prefirió guardar silencio y solo le alcanzó a Scott una servilleta, mientras ella misma se limpiaba la boca con otra, antes de tomar su segundo vaso de té. @ Syrius McGonagall @ Rory Despard
  3. El niño mago se incorporó con lentitud de su silla, como si sus miembros se alimentaran de la energía que sostenía entre sus manos. Sus ojos velados parecían ser capaces de indicar la posición de la magia que giraba a gran velocidad dentro de la esfera. Cuando Luna hubo depositado su poder, el resplandor se hizo más potente y una luz bañó toda la estancia y a los presentes. Luego, se hizo el silencio y la luz se apagó quedando de nuevo encerrada en la esfera: volvía a ser de noche. El estruendo subsiguiente fue apoteósico. Alguien, afuera, intentaba hacer estallar la estatua de los Potter. Empezaron a escucharse gritos. Pies que corrían y se desplazaban a gran velocidad, llamados de alerta y puertas que batían. El niño Diallo cerró los ojos, como si aquello que temía se hubiera cumplido. —Primero... sé que esto no fue sencillo y lo aprecio —dijo. De pronto lució más alto, como si hubiera tomado la energía de la esfera, alimentándose de la magia en lugar de hacerlo con comida—. Segundo, necesitamos llevar esta esfera a las fuentes de magia originales —sus palabras no parecían hacer sentido, hasta que Melrose entendió que hablaba de las fuentes primigenias de los clanes. En el caso de Melrose, el templo paladín. Sin embargo ¿dónde era que había un punto donde pudiesen confluir las tres en armonía? Melrose sabía qué diría a continuación—. Debemos ir hacia ese lugar. Él no conocía el nombre de ese lugar pero Melrose sí. Solo sabía de ese lugar porque había estado una vez allí, cuando la magia se tornó inestable y habían tenido que desbrozar a tres entidades que se veían como humanas pero eran solo una personificación temporal de la magia. Había sido un suceso curioso, al que no le había dado vueltas después. Ahora, se forzaba a recordar, para pensar en cosas que pudieran ayudarla. Tenían que salir de la seguridad de la casa de los Potter, intentar mermar aunque solo fuera un poco los destrozos que los Diallo empezaban a provocar en el Valle de Godric y guiar al mago originario hacia el Templo Blanco. Melrose se volvió hacia sus compañeros sin estar del todo segura sobre qué decir: —Entonces... nos dividiremos. Aquellos que se quedan a proteger el valle de Godric y aquellos que guiarán a este mago al Templo Blanco. Melrose entendió entonces, que esa era la razón por la cual había generado la esfera. Si solo habrían de quedarse dentro de la casa de los Potter no tenía ninguna lógica que convocaran defensas adicionales. Ahora, que percibía los sonidos del exterior y observaba al muchachito pálido, se daba cuenta de que todo ese tiempo se había mantenido un paso por delante de todos ellos ¿qué sucedería a continuación? OFF: Fue una buena misión chiques, los esperamos en abril /o/
  4. Holaaa pasaba por aquí a agradecer la gala y también a solicitar la criatura baby de elección +.+ en mi caso, desearía un baby mooncalf. Les quedó todo bonis y de verdad que ese recuento se ve super trabajoso. En fin, espero que tengan una bonita semana, no tengo mucho más para decir xd, espero esa trama del CMI con ansias ojalá arranque antes de que mi nuevo horario de trabajo.
  5. No se podía decir que el muchacho Diallo estuviera observando a los presentes pero sus ojos velados le otorgaban una cualidad de intensidad. Melrose se había sentido prístina y drenada luego de que la esfera absorbiera su magia. Se dejó caer sobre un butaca para descansar un poco, viendo cómo se desarrollaban las cosas a continuación. A pesar de que el agente Candiotti había sido explícito en sus inferencias y averiguaciones (que le habían costado bastante a entender de Melrose), siendo que había puesto el cuello durante todo ese tiempo para investigar a esa familia para la orden, no todos estaban convencidos de lo que acababa de decir. Mel suponía que también tenía que ver con las tendencias de los oscuros, más predispuestos a la sospecha ¿habría Catherine, por ejemplo, confiado en las palabras de Candiotti y el niño a la vez? Tal vez, sus visiones al respecto hubieran ayudado a asentar su confianza. Sin embargo, tal cual había dicho el niño, el tiempo se les agotaba y todavía ninguno de los oscuros parecía estar dispuesto a adelantarse hacia la esfera. Al inicio, el artefacto había sido cristalino y ahora se podía apreciar dentro de éste colores: un azul intenso y un verde apacible arremolinándose en un ciclo entrelazado e infinito. La bruja suponía que tenía que ver con la magia que le habían proporcionado; era la primera vez que veía algo semejante. Nadie decía nada y el silencio se prolongaba. —Considero que deberían al menos darle una oportunidad —soltó entonces Melrose, hablando en voz alta por primera vez. Ella, al igual que todos los demás, apenas estaba empezando a ponerse al tanto de todo ese asunto pero creía en la investigación que habían realizado y consideraba que no lo habían hecho sin propósito. El niño aseveraba esas cosas con tanta confianza que para Melrose era evidente que no era un niño normal—. La traición siempre ha sido el peor de nuestros males pero no creo que este agente o este niño caigan en ello. Melrose no lo supo, pero Francesco Diallo también había estado comunicándose con todos de otro modo. »¿A qué le temes?« sus palabras eran claras, fuertes, llenas de poder. Cada oscuro oyó su nombre »Llegarán pronto. Deben decidir. Les ofrezco aquello que poseo: mi conocimiento. Tomarlo o dejarlo, ayudarme o echarme, deben expresarlo ya«. El mensaje dirigido a todos los oscuros allí presentes, no fue oído por el resto. Melrose, en su butaca, se sirvió un poco de agua y esperó. Los segundos pasaban. @ noe_snape @ Rory Despard @ Scavenger Weatherwax
  6. Melrose Moody

    Animagia

    —Un mapache porque... La bruja se queda en blanco por un instante. Todo lo que había hecho antes, cuando visitara a Suluk por primera vez, había sido sentarse a meditar en su búsqueda del animal que habitaba en conexión con su interior. Al menos, eso era lo que Suluk le había indicado, debido a que Melrose había llegado sin ideas claras respecto a cómo abordar la habilidad. Cuando lo había hecho, lo que había encontrado dentro era esa curiosa criatura. Las razones no se las había cuestionado. Sin embargo, la arcana tenía razón. Debía haber un motivo por el cual el animal se había manifestado ante su llamado. Su patronus era un topo y Melrose sabía que esa manifestación significaba también estar conectada a eso. La animagia era distinta: nacía de algo más profundo y primario. —... son divertidos —Melrose empezó con voz dubitativa mas, cuando prosiguió, se dio cuenta de que eran palabras que parecían haber aguardado en su interior. Como si su inconsciente ya se hubiera dedicado a pensar al respecto y hubiera encontrado no una, si no varias cosas—, amables, pueden ser impredecibles y también serviciales. Son cálidos, peludos... —Melrose se dio cuenta de que de cierta forma estaba desviándose de tema. No estaba diciendo algo que sonara muy convincente. De todos modos, sintió que eso la llevaría a algo de utilidad, por eso no se detuvo— no buscan mostrarse distintos a lo que son —la bruja cayó en cuenta entonces que había dado en el clavo—. Son inteligentes y no elegantes. Son... —¿acaso estaba exagerando con esa descripción detallada?—rebeldes y rápidos. No conocen de autoridades, viven y dejan vivir. Son unos sobrevivientes, en un mundo de humanos. Aferrándose con uñas y dientes, hasta el final. Se parecen mucho a nosotros los licántropos. Aquello la sorprendió. Había pensado que sus palabras iban a ir por otro derrotero. Volvió la vista hacia Sauda mientras le daba un sorbo final a su té (en casa de la arcana las tazas eran pequeñas en comparación). No sabía si había dicho algo de provecho pero esperaba que ella pudiera guiarla por ese camino.
  7. Mel no entendía del todo lo que estaba sucediendo ¿acaso hablaban de un hecho apocalíptico y catastrófico sin lugar a intervención? —No —replicó entonces el muchacho y Melrose hizo la nota mental de no distraerse junto a él, para mantener la oclumancia impecable que tanto le había costado aprender de Richard y Sauda—. No se apresure a sacar las trompetas del día del juicio, joven Despard —a pesar de lucir y ser un niño, el muchachito tenía una cualidad en su expresión que hacía que pareciera mucho, mucho más viejo—. Estuve aquí al principio... y no creo estar contemplando el final. »Hice ese llamado porque creo que todos debemos prestar atención a este fenómeno«. El niño mago se incorporó, pero sus piernas le fallaron. Decidió entonces seguir instalado en la butaca mientras hablaba. Alguien, quién supiera quien, le alcanzó una taza de té y Mel se apresuró a agregar una bandeja de galletitas que instaló en un carrito de comida cómodamente junto a él. —Soy lo que llaman el Adán de nuestra especie —prosiguió—. Fui el primero, si eso es posible, de entre los nuestros. Cuando caminé por primera vez en el mundo, no existían ni brujas, ni vampiros, ni dioses, ni videntes. No había nada, más que mortales y seres sin magia. Vi nacer de mi progenie, el poder que yo creía que era una maldición —los ojos velados del muchachito, de alguna forma, le daban un tinte distinto a sus declaraciones. Como si, de pronto, las leyendas se hubiesen levantado y caminasen junto a los vivos—. Cada vez, en cada vida, al cumplir los nueve años, volvía a recordar todo lo vivido. »Y ahora, nos hemos distraído demasiado. El tiempo apremia. Debemos estar listos«. Melrose se sintió como despertada de un profundo sueño ¿realmente acababa de oír esas palabras, "el primero de su especie"? Sin embargo, él tenía razón. Varios compañeros habían tomado la precaución de vigilar mientras ellos hablaban. Ella misma invocó a sus clones de la percepción y de la fuerza con la intención de mandarlos a patrullar. El mago-niño negó con la cabeza y extrajo de entre sus ropas algo que Melrose nunca había visto. Era como una esfera de un material similar al cristal. Sin embargo, al verlo, era como si observase el agua mecerse en oleadas. Parecía tener una consistencia líquida, que al ser tocado terminaba siendo dura como roca y lisa como el cristal. —Necesitamos unir los tres tipos de magia, para poder ser capaces de protegernos. Melrose dudaba. Podía ver en la cara de Rory una sombra, que no sabía si era duda, temor, respeto o las tres cosas a la vez. Ellie estaba concentrada, Agnes más bien ensimismada y le era imposible leer la expresión de los demás. Suspiró e hizo que el clon de la fuerza tocase la bola. El de la percepción había ido a espiar fuera. Ante una orden suya, el clon estalló y la bola absorbió el poder de la electricidad y el rayo como si se tratase de un remolino o una aspiradora. La bruja respiró con alivio, pues por un instante había estado convencida de que terminaría lastimando a alguien. Pronto, no había ni rastro de la magia y nadie había salido herido ¿quién sería el siguiente? ¿Y qué era ese objeto que el niño portaba? @ noe_snape @ Scavenger Weatherwax @ Rory Despard @ Ellie Moody @ Cillian Haughton @ Ludwig Malfoy Haughton @ Luna Gryffindor Delacour
  8. Melrose Moody

    Animagia

    —Suluk —dijo, inclinando la cabeza. El saludo no se prolongó demasiado y la bruja pasó sin más. Una vez se hubo instalado bajo sus instrucciones, tomó la taza de té de las manos de la arcana esperando alguna clase de instrucción que le costaría procesar. Sin embargo, ella hizo lo contrario a lo que esperaba. Su pregunta fue directa. Melrose apreciaba ese nuevo comportamiento más bien práctico y sin rodeos. —Sí, creo que me encuentro preparada —de cierta forma, las experiencias que había vivido en épocas recientes la habían ayudado a reforzar su identidad y entender aquellas cosas que quería conseguir. Mel estaba convencida de que eso la ayudaría con su aprendizaje de animagia. La bruja no se detuvo a cuestionar en cómo o por qué ese proceso se había dado de esa manera: ella simplemente lo sabía. Le dio un largo sorbo a su té, disfrutando de que ya se hubiese enfriado un poco gracias a un revoleo de su varita. Tenía un olor fuerte y agradable. Aún sin ser un herbívoro, Mel apreciaba ese tipo de cosas. Las que estaban bien hechas y eran obtenidas con paciencia. Además, estaba el asunto de que la última vez esa pregunta no había tenido respuesta. Ahora sí. —Un mapache —dijo Mel sin titubear—. Es lo que visualicé de manera muy clara la última vez. Y vaya que le había costado. Toda una sorpresa para ella también. Después de todo, había estado casi segura de que sería algo mucho más parecido a su patronus, como un topo o tal vez un erizo o alguna otra criatura muy vinculada a la tierra. No era que los mapaches no lo fueran... era solo que no era lo que ella había esperado. Le gustaban los mapaches, como cualquier otra criatura, pero no creía entenderlos del todo. Eran parecidos a los humanos, y no lo eran. Tenían actitudes del todo caóticas o incomprensibles a veces. Mel no entendía por qué eran lo que había visualizado mas no había lugar a error.
  9. —Sabes, no quiero ser abogada del diablo, pero lo que dijiste hace que suenes todavía más sospechoso. La bruja asomó desde el comedor hacia el pasillo, retirando un bollo de su boca y masticando la comida que acababa de arrancarle, haciendo clara referencia al hecho de que preguntara si había alguien más por allí. Melrose no solía hablar mucho con extraños; ayudaba mucho que fueran los únicos presentes de momento: era la razón por la cual solía conversar mucho más en Luss, la residencia de los Moody. En las reuniones Evans, era normal que hubiera mucha más gente. —Entonces... —la bruja observaba al mago con ojos muy grandes y curiosos. Había estado a punto de esbozar una sonrisa— ¿Eres un Evans McGonagall? Ella pensaba en cómo también se había sentido rara en su primera vez en el castillo. Hizo una floritura con su varita (haciendo claras señales de que no pretendía hacerle daño) y enseguida empezó a salir aire caliente de allí. Le indicó que sería mejor ir junto a la chimenea del salón, una vez el mago estuvo cambiado, para que pudiera tomar calor junto al fuego. Lo guió pasillo abajo, mientras Freya hacía una reverencia e iba en busca de bebidas y bocaditos, que luego trajo en un carrito, artefacto que los Evans le habían habilitado para que no anduviera por ahí cargando pesadas bandejas. La bruja tomó una black isle stout y empujó una taza de té en dirección a Scott. Para entonces ya había terminado su primer bollo y se iba a zampar el segundo, con relleno de arándanos. También había pasteles de semillas, pay de manzana, bollos de mantequilla y de miel, un poco de queso curado, uvas, pan y café. Incluso algo de sopa caliente. —Uhm, tal vez esto sea una bienvenida demasiado invasiva —masculló más para sí misma luego de pasar el primer bocado—. Es solo que es muy fácil sentirse cómodo y distendido aquí —la bruja recordaba la primera vez que había pisado el lugar. Una bruja que no conocía de la vida de lujos que allí podía vivirse y admiraba cada plato y esquina pulida. También, había sido recibida con tanta efusividad que había sido difícil sentirse ajena—. Soy Melrose Moody —dijo por fin, presentándose— y quizá, al igual que yo, pronto podrás sentirte como en casa —la bruja no sabía qué más decir. Normalmente, no hablaba mucho, más bien se le daba mejor escuchar— ¿cuál es tu historia? @ Syrius McGonagall
  10. Freya - elfina de la casa Evans McGonagall La elfina había tenido un arduo trabajo limpiando la última cena en familia. Desde entonces, la casa había lucido como en otros días donde los miembros vivían su atareada agenda: sacar el polvo de las habitaciones, ver a P-ko cuidar el huerto de la ama Bel, hornear y cocinar para un reducido grupo que caía de vez en cuando. Freya lo atribuía al clima, o la temporada, pero otra vez las personas parecían volver al castillo. Melrose acababa de llegar a través de un portal en el porche y se había quitado la capa de viaje mojada (a pesar de que Freya la había dejado esperando menos de un minuto) cuando se volvió a escuchar un sonoro golpe. Ella ya estaba preguntándose si sería otro respetuoso miembro Evans que prefería tocar la puerta a aparecer directo en su habitación cuando un rostro desconocido le devolvió la mirada al abrir la gran entrada de roble. —Residencia Evans McGonagall, buenas noches ¿Busca usted a alguien en particular? El tono de voz de la elfina era amable, si bien no lo había dejado ingresar aún con la lluvia cayendo debido a los peligrosos tiempos que corrían. El muchacho no lucía letal... pero nunca se sabía. También estaba el asunto de que la luz que bañó el exterior al abrir era cálida e incluso hasta el recibidor era claro el olor de la cena. Al final, el corazón de la elfina se ablandó. No podía dejarlo fuera aún si todos los mortífagos de Ottery caían sobre la residencia en ese mismo instante. —Pase usted, séquese un poco. Puede dejar su abrigo en ese perchero. @ Syrius McGonagall @ Ania Evans Weasley @ Kutsy Stroud Lenteric @ Rory Despard @ Ellie Moody @ Scavenger Weatherwax @ Lillian Potter Evans @ Hannity Ollivander Evans @ Laimi Evans
  11. Melrose Moody

    Animagia

    Melrose no había concluido su formación la última vez. Si era realmente estricta consigo misma, ni siquiera la había empezado del todo. Había tenido una única y muy pequeña revelación: que, contrario a lo que suponía, su conexión espiritual no era con un topo o algún otro animal similar si no con un mapache. Por lo demás, la arcana había sido muy clara respecto a que eso era apenas la piedra angular de lo que sería su formación. Primero ingresó a los terrenos a través del portal y luego se dirigió a la puerta junto al jardincito sin prisa. Le gustaba la residencia de esa arcana en particular, con olor a tierra, de colores vivos. Melrose percibía el aroma de cosas cercanas y lejanas y su naricilla exploraba todo con la misma intensidad que cuando todavía vivía en los bosques. Quizá, era un efecto secundario de pasar tanto tiempo en la casa de los Moody en Luss. Tocó la puerta y esperó. En aquella ocasión se había preocupado un poco más en lucir apropiada para afrontar cualquier cosa así que no estaba muy preocupada. Pantalones de pana, un polo sencillo y una mochila pequeña. Llevaba una daga al cinto y de la mochila colgaba cabo de cuerda. No estaba segura de qué era lo que le esperaría pero habían ocurrido muchas cosas en su vida últimamente, así que sentía otra vez la premura de concluir con su formación. Tenía la impresión de que en aquella ocasión las cosas irían distinto.
  12. Buenaaaas, solo pasaba por aquí por si acaso para avisar que estaré retomando animagia, para que pudieran poner al tanto a la arcana del asunto. Desde ya gracias a quien pudiera hacerlo, ya hace un tiempo que dejé la clase de lado. Estaré dejando rol cuanto antes o/
  13. Melrose Moody

    Jimmy's

    La pastelería que antes había sido un lugar super frecuentado por el ahora ministro Despard y Melrose Moody, se encontraba ahora en sus manos, no como clientes si no como dueños. Era cierto, la bruja estaba endeudada en setenta y dos cuotas que incluían veinticuatro cuotas de intereses por haber tomado "prestado" el dinero de Richard Moody... pero era suya. Con un poco de suerte, la pastelería podría pagar su valor antes de los siete años prometidos y Melrose tendría un desahogo financiero con el que antes no habría podido ni soñar. El mostrador era pulcro, la distribución del espacio era clara y las amplias entradas tenían unas vidrieras impecables. Había también mesas al exterior, que gracias a un encantamiento indetectable no ocupaban espacio del callejón y daban la sensación de aire libre, con un toldo de colores claros, que brindaba sombra en los días soleados y protección atmosférica en días de frío y lluvia. Había pequeñas estufas, mesas y sillas confortables. Desde allí, se podía observar a la gente pasar y apreciar las baldosas de la calle con toda claridad. La familia había vendido debido a una crisis y no lo habría hecho ni en mil años si hubiera podido. Era una oportunidad única en la vida. La pâtissière era una figura reconocida del mundo muggle, que había sido reclutada por la familia en épocas recientes y había tenido un boom impresionante. Apoyada con ayudantes mágicos, se había convertido en sensación y la historia más exitosa de convivencia mágica y no mágica desde el levantamiento del secreto. La mujer no era bruja pero era casi como si lo fuera. Se manejaba muy bien entre magos, ganaba en oro y tenía siempre a mano algún comentario mordaz. Era una persona muy interesante y muy ocupada. La administradora era también bastante misteriosa, si bien una bruja siempre preocupada por la eficiencia del local, encargada de capear lo que ahora eran un par de desorientados nuevos dueños. —No tienen nada de qué preocuparse, este local funciona como un engranaje bien aceitado. La bruja y el mago asintieron y fueron a la parte de atrás, para poder tomar un poco de helado y bollos a la sombra de una agradable glorieta. Habían "modificado" un poco, acorde a los gustos de Richard debido a que como benefactor de Melrose había tenido una palabra o dos qué decir. Así que habían instalado la glorieta en medio de las mesillas con sombrillas del césped. El pasto era agradable, delgado, suave y siempre bien recortado. El aroma de las buganvillas y jazmines que trepaban por las paredes del patio trasero también le aportaba un aire exótico, acompañadas de cuatro palmeras instaladas en cada esquina. Fuera del local había un bonito letrero con colores llamativos que indicaba el sabor del bollo del día y también algunas otras cosas frescas a la venta además de lo habitual. Dentor, en la zona de la cocina, había un letrero con placas correderas, que cada trabajador colocaba con su nombre cada día, donde, cuando todos ya habían marcado entrada, se podía leer: Pâtissière: Annabel Everett - Millais Chef de despensa: Davis Olson Support: Jeniffer Austin Gené York
  14. El lugar de donde ella había venido era casi por pura coincidencia la residencia de los Potter, por lo que el portal los devolvió a las afueras de la casa. Melrose entendía que estaban escapando de unos mafiosos pero así que se guardó sus preguntas hasta que estuvieron dentro de la vivienda y el muchacho ciego estuvo acomodado en un cómodo sillón contra el fuego, luego de que hubiesen secado su ropa y hubieran todos recibido un trago en las manos para calentarse un poco y sacarse el susto de encima. El agente Candiotti parecía estar esperando poder informar sus hallazgos; no presionaba a nadie pero cada tanto giraba la cabeza como si esperara ver algún Diallo asomado por la ventana de la salita. Había ocurrido alguna clase de incidente antes de que todos terminaran de cruzar el portal: Melrose había escuchado una exclamación y también el sonido de varios hechizos surcando el espacio hacia ellos antes de cruzar ella misma. Sin embargo, Despard nada decía y Melrose no había alcanzado a oír nada de importancia debido a que había cruzado el portal primero. Primero, Luciano empezó a caminar hacia un lado y luego al otro con expresión ausente. Al final, como decidiéndose, se aclaró la garganta y dijo: —Hemos escapado a los Diallo por un pelo —sus ojos denotaban advertencia. Ya se había acabado la bebida y todavía no se animaba a servirse una segunda—. Volverán. Era una afirmación que no buscaba respuesta alguna. —Ahora, quisiera que Rory me informe si conoce del motivo por el cual buscan a este muchacho —prosiguió Candiotti, como si no acabaran de escapar de un ataque a gran escala—. Creo entender que todos aquí fueron llamados por él y supongo que si él no está enterado, nadie lo estará. El agente extrajo un ajado pañuelo de su bolsillo ¿de dónde había salido el mago pelirrojo de último momento y por qué había tardado tanto? Era algo que tampoco había aclarado. —Por lo pronto, necesitamos reforzar las defensas de este lugar —aclaró y su voz descendió varias octavas antes de agregar—. Tengo entendido que todos aquí son conocedores de la magia... secreta, de las tres fuentes de energía de La Orden del Fénix —no dio mayores explicaciones a sabiendas de que no las necesitaban y que no era algo que tenían que tocar ahora—. Necesitamos la conjunción del poder paladín, el de los sacerdotes y el de los magos de la Orden Oscura para poder conseguir una protección que pueda hacer frente a las herramientas de los Diallo.
  15. Melrose había acudido a la residencia tal cual se lo indicaran. Sin embargo, Ludwig Malfoy era un hombre ocupado. No había podido contactarlo de manera apropiada. Había terminado creyendo que no habría posibilidad de hablar con él. Otra parte de ella rehuía todo el asunto debido a lo que había pasado. No era que no pudiera aguantar las penurias, si no más bien que todo el asunto referente a los duendes y al mago oscuro con el que había estado apresada le parecía demasiado sospechoso ¿Realmente nada de eso estaba conectado? Había informado a Richard que ya no quería saber nada respecto a Mordred y se había enfrascado en una inusitada investigación. No era normal para ella investigar a los duendes. Éstos habían retornado a su vieja vida de manera sorprendente. Dirigiendo el banco, en negocios de seguridad y en general ocupados en sus propios asuntos. Para Melrose era ilógico: ella solo era semi-humana y tenía cierto orgullo en cuanto a ello. Los duendes no eran humanos en lo absoluto y tenían el doble de arrogancia ¿por qué habían dejado pasar una cosa semejante? Lo único que Melrose podía sacar en claro era que sus negocios empezaban a disolverse en Londres. Los centros de apuestas, los vínculos con criaturas mágicas y ladronzuelos de poca monta, incluso el más difundido y conocido que era aquel negocio con las chicas londinenses frágiles en el que Lëna había estado involucrada. Melrose no lo entendía. Richard tampoco. En su cómodo sillón en Luss, a veces intentaba sacar algo en claro de todo. —Es como si ya hubiesen obtenido lo que querían —mascullaba una y otra vez—, pero eso no tiene sentido ¿acaso no querían el control de los bajos fondos de Londres? ¿Por qué si no se conformaron como una mafia? Así, lastimosamente, el asunto quedó en el olvido. Richard empezó a investigar otros asuntos, Melrose siguió dedicándose a investigar otras cosas e incluso el agente Willkinson dejó de preguntar por ello. Sin embargo, nunca llegaron a saber podía ser aquello que los duendes habían conseguido y por qué habían sacrificado tanto y pagado tan duro costo por obtenerlo.
  16. Reagan y Vincent, rascacielos BlueMoon, residencia protegida bajo el encantamiento Fidelio 12:00 a.m. El vampiro inhala el aroma de su copa de sangre con expresión ausente. Ahí arriba, no se escucha el ruido del tráfico, ni tampoco se puede oír el golpeteo de los mendigos en la acera. El cristal trasluce todo, las luces que se reflejan en rascacielos similares al suyo. Han tenido ya un año desde que despertaran de su largo letargo en Italia. Reagan lleva ahora un negocio de armas más por aventura que por dinero y Vincent se encuentra allí, atorado en ese rascacielos, intentando no pensar en el desastre que han hecho otra vez los mortales consigo mismos. Cuando se vuelve después de ver hacia el panorama, aprieta un botón en su control remoto y la pantalla muestra un bosque templado con brumas agradables en un anochecer. Él le da un sorbo a su copa y decide preparar su discurso. Ya tiene allí a la productora y también al camarógrafo, al sonidista, incluso una estilista que no piensa dejar que la toque. Todos lo observan, fascinados. No puede culparlos. Duda que alguna otra vez en su patética existencia, vayan a conocer a un vampiro más anciano. El vampiro se ha vestido con un moderno traje para la ocasión. El borde su camisa es impoluto. Los zapatos tienen un aire lustroso. Se sienta en un cómodo sillón detrás de un escritorio y la transmisión empieza. Quien habla, es Graham Norton, un conocido miembro del entretenimiento inglés. —Entonces... Vincent —Graham suelta una risita muy característica suya— Es la primera vez que entrevistamos a alguien así, a distancia. Debo informarte que te encuentras en forma de una pantalla, al costado de mis otros invitados. Se oyen risas de fondo y algunos vítores. Todo muy divertido. El vampiro sonríe, dejando entrever sus colmillos. —No me molesta Graham, aunque creo que mi furia sería para ti objeto de risa —el vampiro no se deja intimidar por la expresión irónica del conductor. Si bien lleva apenas un año acostumbrándose a los nuevos modos de los mortales, no es que su esencia haya cambiado mucho y ahora está pasando una prueba—. Yo solo vine a conversar. Él sabe que su sonrisa en pantalla se ve deslumbrante. Graham suelta un comentario ácido y prosigue su programa. Vincent le hace saber que tiene a Jimmy Fallon en una hora. —Norteamérica se mantendrá al tanto por su cuenta —agrega en tono divertido. Luego de las bromas habituales respecto a la ex-colonia, el vampiro no tiene que seguir aguantando nada. Se acomoda mejor en el sillón, e interviene en los momentos que se le antojan. Sí, la entrevista irá acorde a lo planeado. Él, como vampiro de los milenios, ofrecerle al mundo al fin la inmortalidad. Si los magos quieren pelear, al menos que lo hagan de manera justa.
  17. La bruja seguía observando el cielo. Su clon de la percepción le informó que habían cada vez más y más formas de vida arribando al lugar, lo que no podía significar otra cosa que seres humanos, ya que las criaturas parecían más bien estar siendo drenadas ¿querían que escaparan o querían tomarlas? Tendrían que tomar una decisión rápido. Ella solo piensa en aquellas que podrían hacerse daños a sí mismas, así como a otros: dragones y erumpents eran su prioridad. Ella no se sentía precisamente confiada en cuanto a los primeros y sentía que habían muchos otros que podían ejecutar mejor su plan. Así que se decidió por ir hacia los segundos. El clon de la percepción no había detectado actividad alrededor todavía, si bien éste y el de la fuerza también se encontraban ocultos. La bruja extrajo su varita y empezó su trabajo. La delimitación de una cerca fue trabajoso y cansino pero era lo más efectivo que podía ocurrírsele. Encargar que le trajeran el almizcle tampoco fue sencillo pero concentrarse en el trabajo era satisfactorio. Sabía que habían otros medios para ingresar pero eso le ayudaría a mantener a raya y controladas a las criaturas. El toque final, fue imbuir el cerco con electricidad y poblarlo con las esquirlas celestiales de Odín. Satisfecha, retornó con Despard, dejando a su clon de la percepción detrás, para mayor seguridad. Luego vería la forma de arreglárselas para seguir apoyando en otros espacios. Mientras tanto, necesitaba entender cómo era que iban a proceder, porque aquello que estaba haciendo era apenas paliativo. @ Rory Despard
  18. —Vaya señor párroco, admito que tiene buen gusto —menciona Melrose de pasada cuando se da cuenta de que Rory Despard le ha renovado el outfit—. Solo nunca imaginé que fuera usted una persona que acortara prendas. Ríe con soltura sin animosidad ni coqueteo. Le causa gracia que hayan emborrachado tanto al pobre Despard. Ella no está muy sana tampoco, pero todavía mantiene la suficiente cordura como para achicar su blusa a límites inverosímiles y calzársela: el truco funciona y la blusa se queda en su sitio. También se da cuenta de que los muchachos parecen estar cuestionando al cantinero y ella quiere enterarse. Se incorpora y siente como alguien le tira del brazo alegando que podría hacer alguna tontería pero se deshace de quien tira de ella y camina derecho hacia la barra. El cantinero parece estar pasándosela bien, entre la bulla y el desorden habituales en Parade's End. Los chicos parecen estar enfrascados ahora en alguna clase de conversación importante y no se giran a ver a Melrose. El cantinero se pone serio luego de los habituales chistes sobre el deteriorado estado de la belleza de la bruja. —Me parece que no es usted la única que ha generado interés en esos buenos muchachos —menciona, haciendo hincapié en la palabra buenos a modo de burla—. También andan preguntando por ese amigo pelirrojo suyo ¿por cierto, dónde anda ahora? Algo más aliviada de no ser el único centro de atención, Melrose extrae de su bolsillo unas pastillas que Richard le había dado en un momento inesperado de la fiesta. Eran para volver a sentirse sobrio, si bien el contenido alcohólico de la sangre no se desvanecía. Había dicho que eran muy valiosas, porque su distribución estaba prohibida ¿Dónde se había metido Despard? Ella vuelve a la mesa y empieza a obligar a cada uno a tomar una de las pequeñas pastillas blancas, con engaños. Con agua, con cerveza, lo mismo da. Algunos hasta les convendría echarse la pastilla con cerveza al gaznate, porque acorde a Richard eso duplicaba sus efectos. En cinco minutos, estarán tan sobrios como cuando todo inició. Melrose se dirige a Bel, Hannity y Lils primero, que son quienes se ven más conscientes y están más a mano, a pesar de todo el alcohol que se metieron. —Esto es extraño, esos chicos andan preguntando por Rory —vocea entonces, todavía preocupada. Le duele un poco la cabeza ahora— ¿Alguien tomó de esas bebidas? Quizá sea buena idea darles una poción herbovitalizante extra... Cuando pronuncia de forma adecuada "herbovitalizante" se da cuenta de que su sobriedad está volviendo. De pronto, el grupo de chicos sonrientes empieza a verse sospechoso, en lugar de divertido. @ Lillian Potter Evans @ Rory Despard @ Hannity Ollivander Evans
  19. Yo apenas leo esto pero igual me paso a dejar saluditos porque nunca me caí por este topic. Eso es la decencia spamosa, no enojarse como Julito uwu xDD Dónde andas comiendo pastel que no es en casa Val? 7w7 espero no estar perdiéndome chisme ni nada porque si no luego te acoso para que me cuentes jajaja
  20. Agente Luciano Candiotti —Oh, demonios. El mago se da cuenta de que la velocidad del impacto no fue concordante con la que llevaban en el aire. Deben haberlo ayudado pero no tiene tiempo para agradecer a su benefactora, antes de buscar al muchachito en el sidecar roto. Tantea con las manos y encuentra el muchacho cubierto, retira las capas de demiguise y descubre que éste se ha hecho una fea herida en la pierna. Suspira y se vuelve hacia sus nuevos acompañantes. No le cabe dudas ahora de que son miembros de la orden del fénix, de otro modo no estarían tan tranquilos con lo que acaban de presenciar y si no todos lo fueran algunos estarían haciendo preguntas. Había conseguido aterrizar en parte gracias a unas criaturas de sombras pero ahora no conseguía verlas. —¿Te encuentras bien? El muchacho asiente con gesto ausente. Parece como si la caída le hubiese causado un shock. Candiotti vuelve a tomarlo en brazos (el niño casi no pesa nada) y se vuelve a sus acompañantes: —¿Alguno aquí sabe convocar portales? Estarán sobre nosotros en menos de un minuto. El mago observa a las personas que acudieron y suspira con alivio. No importa el lugar, siempre que puedan sacarlo de allí. Además, tiene que informarles sobre lo que sabe, en caso... bueno, en caso lo alcance algo. Algún hechizo incapacitante o algo peor. —Los Diallo han estado guardando a este niño vidente porque creen que es el mago originario —informa, luego de convocar los hechizos de rigor para que no puedan ser escuchados, de casualidad o por fisgones—. Necesito informarles todavía mucho más acerca de ello. El muchacho no dijo nada, como si supiera que cualquier intervención suya desataría una demora. El mago se mantiene a la expectativa, antes de añadir. —Por cierto, soy Luciano —sus manos estaban ocupadas con el niño, así que señaló su cuerpo delgado con la cabeza—. Este es Francesco Diallo. Melrose Moody En aquel instante, un portal se abre apenas a escasos metros de ellos. Luciano teme lo peor pero en lugar de sus atacantes, surge de él la figura de una muchacha de melena ondulada, desordenada y de ojos enormes y curiosos. Se queda turbada ante la imagen de sus compañeros todos agrupados alrededor de ese muchacho y el niño, a pesar de que no debería sorprenderla. Después de todo, está allí porque recibió el aviso de Despard que denotaba urgencia ¿y a todo eso, dónde anda el predicador? —Melrose Moody, un gusto... —esta diciendo apenas, alzando la mano derecha para estrechar la del mago cuando el éste ya se encuentra dirigiéndose hacia ella a toda velocidad y pasando a un lago suyo para salir de allí., sin importarle de dónde vino ella, es decir, hacia dónde terminará dirigiéndose. Melrose se queda estupefacta, sin saber qué decir o hacer. @ Luna Gryffindor Delacour @ noe_snape @ Ellie Moody @ Scavenger Weatherwax @ Ludwig Malfoy Haughton @ Ashley Emily Black Lestrange M.
  21. Ayyy no importa si es tarde, igual quiero dejarte mensajito por acá *O* Espero la pasaras beio. Te saludé por wa pero este topic necesitaba engordación (?) así que aquí me tienes. Eres una persona genial, súper enérgica, animada, siempre manteniendo esta vaina viva con tus ocurrencias y exigencia de atención de ventanillas, bóvedas y actuas xD. Te adoro Emma, ya tienes un año más pero we are gonna fuc*ing live forever (?) Besos!
  22. Melrose Moody

    Hola

    Buenaaaaas Pues aprovechando que hoy me acuesto tarde por cuestiones de estudios, aprovecho de dejar mensajito. Bienvenido de vuelta Gonzalo, espero puedas encontrar viejos conocidos y nuevas amistades otra vez o/. Como habrás podido notar, muchas cosas han cambiado: hay sistemas de galeones, hay hogwarts y cursos y también los viejos bandos y todo eso ¿de qué país eres? 😧 No sé si tu intención sería intentar volver al juego o solo chismosear un poco para saber quién sigue por acá pero en todo caso, ojalá disfrutes de tu estancia. Han mucha gente chvr para poder rolear. También, si te gustaría ver de nuevo como va este lugar, Hogwarts siempre es buena opción para empezar, porque ahí te familiarizarás con como funciona todo. En fin, linda noche y suerte *-*
  23. Melrose arruga la nariz por el olor acre de materia quemada. Sus ojos grandes se concentran en los puntos que todavía despiden humo y con su varita realiza un encantamiento atmosférico para convocar una lluvia que es casi una garúa, porque teme hacer algo demasiado drástico. Rory ya ha controlado la situación con poderes sacerdotales, por lo que puede ver, Madeleine y Ellie también están sobre el asunto. Ella solo intenta pensar en qué queda por hacer. Su mente corre a mil por hora mientras intenta llevar cuenta de las criaturas, seres y bestias allí dentro. Richard se encuentra vestido distinto a su estilo usual: botas, una chompa de cachemira a rayas y cuello alto, pantalones oscuros. Lo siente por su chompa porque sospecha que se arruinará. De todos modos había acudido —Hay demasiadas columnatas de humo para que se trate de una sola persona —dijo a manera de saludo abriendo la marcha hacia Rory, Madeleine y Ellie, que parecen estar junto a un funcionario ministerial, levantándose los lentes oscuros para echar sus rizos hacia atrás, dejando al descubierto la piel de su frente— ¿Cuántos son exactamente? Melrose siguió mirando alrededor con expresión vacua. Intentaba pensar el mejor curso de acción pero por una vez, su cabeza estaba en blanco. Sus shorts de jean son una ventaja pero solo lleva un polo y algún desconsiderado utilizó los poderes de la espada del invierno. No es común para un licántropo sentir demasiado frío o calor. Siente ganas de maldecir. Igual no quita la lluvia, es necesaria para apaciguar futuros fuegos. Piensa en los amuletos uzza y si debería ponérselos. —Hola. Su saludo es parco y su voz cascada. Había aparecido en la entrada y había tenido oportunidad de observar los estragos mientras iba de camino hacia el emplazamiento de Rory. Escucha voces conversando a lo lejos ¿víctimas o victimarios? No es capaz de captar aquello que dicen, debido a los sonidos más inmediatos. Su mente no deja de pensar en el último fuego peligroso al que se enfrentara. Todavía no terminaba de entender el enlace de ese evento en un apartado sembrío y las advertencias de Richard, sobre mantener alejados a los duendes. Además, Rory había enviado un patronus alertándolos ante un ataque mortífago. Lo que significa que solo tendría que preocuparse por un contrincante. Al menos en teoría. Por supuesto, ella todavía no tiene forma de saber que los mortífagos intentan encerrar a los civiles que allí se encontraban al momento del ataque para poder tener fuerza de negociación. Ella solo intuye la urgencia de actuar por las criaturas y seres. —¿Ejecutaremos algún plan de acción? Cuando el tambo se materializa en su mano, la bruja solo toma la vara y da un par de giros antes de utilizarla como soporte. El arma, tanto protectora como letal, se ha convertido ya a esas alturas en una extensión de su brazo. Ya no es una neófita, que intenta simular que nunca escuchó el llamado del Dios del Trueno. A la par, invocando un clon de la percepción, la bruja le dio dos órdenes: vigilar alrededor y explotar si llegase a ser tocado por algún individuo desconocido. La vigilia, en su cabeza, implicaba escuchar y desplazarse haciendo medición de daños. Vio partir al clon todavía pensativa, intentando dar con aquello que la molestaba y que sentía que estaba pasando por alto. @ Rory Despard @ Ellie Moody
  24. El mago puede percibir como el confringo que le lanzaran a la moto ha desestabilizado por completo los hechizos protectores. Es un milagro que la maquinaria no explotara escaldándolos con gasolina encendida. —Vira hacia la izquierda. El mago empieza a explicar que hay un abrigo rocoso cercano, donde podrán dejar la moto y luego intentar huir con aparición pero el muchacho ciego le dice que no, que deben continuar. Luciano está muy tentado de ignorarlo... es solo que el recuerdo de sus ojos velados y su predicción todavía cuelga de su cuello como una guillotina. Decide virar con fuerza la moto, que lanza un horroroso chirrido. —Es imposible perderlos con este ruido. Nos encontrará un grupo de personas que podría ayudarnos a huir. El mago no hace preguntas y presiona el acelerador. El tubo de escape lanza el quejido de una animal moribundo y la moto empieza a zarandearse. El niño no muestra signos de desánimo o desespero, si bien Candiotti no puede verlo debido a que todavía esta cubierto con las capas de demiguise. Esperanzado de ver tierra a la distancia, se da cuenta de que pierden altura y velocidad a pesar de sus esfuerzos. Las voces de sus perseguidores se encuentran cerca. Desesperado, intenta pensar en algo que pueda salvarlos, cuando nota que hay personas en la playa hacia la que se aproximan ¿serán muggles? Si lo son podía ser peligroso manifestar su presencia, podrían morir. Sin embargo, si son magos, Luciano podría pedir auxilio. La respuesta le llega desde el sidecar. —Manifiéstate. Luciano alza su varita hacia el cielo y de ella, surge un patronus que carga en dirección a sus atacantes. Con ello, Luciano no solo ha perdido su fachada si no que ha revelado su ubicación a varios atacantes muchos metros a la redonda, por lo que espera que la recomendación del muchahito haya valido la pena. Se siente algo tonto de estar siguiendo su consejo de pronto ¿y qué si es un charlatán o simplemente se equivoca? Ya se encuentran a menos de veinte metros de la costa si bien todavía a una altura aceptable, con las figuras cada vez más notorias de un trío de muchachas -entre ellas una pelirroja- cuando el motor del cacharro volador se detiene por completo. @ Ellie Moody @ Luna Gryffindor Delacour @ noe_snape
  25. "Perhaps, he simply assumed: a bitterness of habit, of boy after boy trained for music and medicine, and unleashed for murder" O, en una posible traducción: "Tal vez, simplemente supuso: una amargura por el hábito, de niño tras niño entrenados para la música y la medicina, al final siendo desatados para el asesinato". __________________________________________________________________________________________________________________________________________________ El agente Candiotti viró la cabeza para asegurarse de que nadie lo seguía. El muchacho ciego tenía dificultades para caminar, así que en un último esfuerzo, el mago herido decidió tomarlo en brazos. Casi no pesaba nada, estaba en los huesos y sus ojos nublados hablaban de malas épocas. A pesar de ser consciente del peligro, su expresión era lúcida. Era la primera vez que el agente veía una expresión así en unos ojos velados. —Agente, debe contactar a esa persona a la que observa a través del espejo. El agente por poco se cayó de cara de la impresión a causa de esa pequeña frase. Lo que acababa de decir, tenía implicancias que el muchacho no tenía forma de saber. Como por ejemplo, que el había estado espiando para la Orden del Fénix en Italia por más de seis meses. El chiquillo pareció entender el efecto de sus palabras, porque enseguida agregó. —Lo vi a usted, hablar por un espejo antes de que me sacara de la Isla de los Diallo. Debe hacerlo cuanto antes, si no quiere morir. Videncia. El mago no estaba muy familiarizado con ella, a pesar de que la habilidad empezaba a hacerse cada vez más y más corriente debido a que el gran vidente Sajag compartía sus secretos con los neófitos. Se suponía que no servía para cambiar el destino, si no para seguirlo. Las palabras del chiquillo eran confusas, porque parecía intentar decir que podrían escapar de la muerte si Candiotti se apuraba. El mago masculló una maldición mientras corría a toda velocidad con dirección a la moto. Los hechizos antiaparición en la isla de esa familia de magos mafiosos le impedirían salir de allí a través de la desaparición. —Esperemos que viva lo suficiente como para que puedas escapar. Todavía con un serio dolor de cabeza y la visión algo borrosa (sea cual fuere la maldición que le habían echado no podía ser nada bueno), el mago encontró el lugar en donde había ocultado su moto bajo un par de capas de invisibilidad hechas con pelo de demiguise. Colocó al niño en el sidecar, lo cubrió con las capas y se subió. Dio un suspiro antes de darle una patada al pedal y alzar vuelo. Apenas estuviera en el aire, sería blanco de peores cosas que la maldición que había recibido. Sin siquiera fijarse alrededor, notando que los rayos empezaban a volar en su dirección y se gritaban aquí y allá órdenes en italiano para buscar las escobas y sacar los dragones, el mago extrajo del bolsillo de su chaqueta el espejo comunicador, mientras maniobraba con peligrosidad intentando evadirlos y alcanzar el límite de la prohibición de desaparición a toda costa. Notó que ya habían escobas detrás de él, cuando un dormido pelirrojo apareció del otro lado del espejo a causa de sus gritos. El nuevo Ministro de Magia y ex-líder de la Orden del Fénix, despertó con una sarta de lo mejor de las groserías que Sicilia tenía para ofrecer. —¡Necesito refuerzos, nos persiguen los malditos Diallo! Al mago pelirrojo le costó procesar la información. Otra retahíla de palabras que vanagloriaban los atributos de su madre lo hizo despertar del todo. —¡Que me saquen de aquí maldita sea, nos van a matar! __________________________________________________________________________________________________________________________________________________ +Ver más sobre los Clanes de la Orden del Fénix +Ver más sobre las Misiones de Clanes Participantes de la misión CONOCIMIENTO DE BANDO I Sacerdotes - Sanación y Purificación Ashley Emily Black Lestrange M. CONOCIMIENTO DE BANDO II Oscuros • Control de Energía Psíquica noe_snape CONOCIMIENTO DE BANDO III Paladines • Magia Sagrada Melrose Moody __________________________________________________________________________________________________________________________________________________ DURACIÓN: 04 FEB - 03 MAR (28 días) UBICARNOS EN LA TRAMA: La Orden del Fénix es convocada en medio de la noche por Rory Despard para ayudar en el rescate de un mago muy valioso. Ellos no saben por qué pero el espía de la Orden asegura que deben rescatarlo antes de que una familia de mafiosos italiana aprese al chico y mate a su compañero. Ambos sobrevuelan la isla donde vive la familia, asegurada con potentes hechizos antiaparición mientras intenta huir de sus garras en una moto voladora.
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