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Patrigatita

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Mensajes publicados por Patrigatita

  1. Desde que Finnick llegó al vagón la conversación fue apagándose hasta que se convirtió en tan sólo un conjunto de pensamientos silenciosos . Las cosas de Zonko se fueron disparando y más tarde, recogiendo, y los dragones de papel cayeron con elegancia en el suelo.

     

    Cuando Nerissa le regaló uno de ellos diciéndole que le enseñaría a hacerlos, Patri le dio las gracias sonriendole y con un pequeño abrazo.

     

    Minutos después, su compañera de cabello azabache comenzó a sacar unos naipes y a ponerlos sobre la mesa.

     

    -¿Qué es eso? ¿Cómo se juega? ¿Nos va a dar tiempo a jugar?- preguntó la joven un poco impaciente-. Ya casi estamos al final del camino, no creo que podamos terminar la partida. Aunque si queréis, yo me apunto.

     

    Se volvió a notar otro silencio, en el que Patricia rememoró todo lo que había ocurrido hasta ahora. La experiencia en la Casa del Grito, la aventura en Honeyducks... Sinceramente, se lo había pasado genial.

     

    Algunos de sus compañeros miraban por la ventana. Al otro lado de ésta se veía un bonito paisaje, coloreado de un verde apagado y un naranja suave. El día se terminaba, y con él todos los momentos compartidos con sus compañeros.

  2. -Oh, bueno, ya veo que a ti también te gusta el dulce, creo que vamos a acabar con un dolor de tripa impresionante, al menos yo sí- echó la bolsa de chuches para otro lado del vagón y aceptó el ofrecimiento de Nerissa, así que cogió una de las tazas recomendadas por su compañera-. Qué curiosas las tazas. Siempre me ha gustado Zonko, pero no sé por qué, hoy no tenía ganas de comprar nada. A veces soy muy mustia-añadió en tono de burla, y soltó una pequeña sonrisa-.

     

    El tiempo pasó rápido conversando con la joven. Tenía unos ojos azules, que en vez de darla escalofríos o algo parecido, la causaban… ¿curiosidad? Ya le gustaría a ella tener unos ojos así, los suyos eran negros como pozos, carecían de sentimientos, aunque a veces asomaban chispas de alegría.

     

    Se divirtieron bastante (o al menos ella lo hizo) comentando los productos de Zonko que andaban y zascandileaban por todo el vagón. La conversación se vio interrumpida por el sonido de la puerta. Patricia pensó en que tal vez era una de sus compañeras de habitación que quería pasar el resto del viaje con ellas, pero por lo visto la ilusión de la muchacha se esfumó cuando la señora del carrito asomó la cabeza.

     

    -¿Queréis algo niñas?-preguntó con ese tono amable y dulce que siempre tenía. Ella negó con la cabeza e hizo una señal de que ya estaba saciada, pero Nerissa fue a por unos bastoncillos de calabaza-.

     

    En cuanto Patri se dio cuenta de que la muchacha de pelo azabache no tenía dinero suficiente, ésta se ofreció a pagárselos, pero ella declinó una vez más la oferta, así que al final sólo compró uno.

     

    Cuando la señora del carrito iba a cerrar ya la puerta de su vagón, Nerissa sacó su varita e hizo volar otro bastoncillo hacia ella. La cara de la joven de pelo rubio resultaba idi***, se había quedado boquiabierta. Después de que la muchacha de ojos azules se diese cuenta de su cara y “diese explicaciones”, Patricia rechazó el bastoncillo y segundos después se puso a reír a carcajada limpia. A pesar de que en su anterior cara se descifraba que lo que había hecho no le había parecido correcto, le había encantado. Admiraba esa actitud tan… no sé, ¿atrevida?

     

    Unos minutos más tarde, comenzaron de nuevo una conversación normal y corriente.

     

    -A mí también me han gustado mucho las clases, aunque la verdad, no repetiría mi experiencia en la Casa de los Gritos. Pero la excursión a Honeyducks me encantó, a pesar de la maldita señora gorda que no me dejaba coger una varita de regaliz. Y bueno, tus ideas arriesgadas no estarían mal, si saliésemos vivos de ellas- la joven observó con atención los folios que su compañera sacaba de la mochila y doblaba hasta conseguir crear un dragón, que comenzó a revolotear alrededor de ella-. ¡Oh, por supuesto que no me molestan! Tienes que enseñarme a hacer papiroflexia o lo que sea eso, es alucinante.

     

    Tras otros cuantos minutos hablando de varias cosas, otra vez llamaron a la puerta. En cuanto la abrieron, la chica se dio cuenta de que era Kirara, una de sus compañeras de habitación. Patricia, al igual que Nerissa, la invitó a entrar y la saludó con un abrazo caluroso. Su otra compañera le preguntó por su nombre, ella obviamente ya lo sabía, así que estuvo callada hasta que terminó de presentarse.

     

    Un rato más tarde, después del pequeño despiste de Nerissa y nuevas conversaciones, oyeron otro chirrido. La puerta se volvía a abrir. Era uno de sus compañeros de clase también. Patri se rió ante su comentario, y le invitó con un gesto a entrar.

     

    -Perdona mi idiotez o falta de atención, como quieras llamarlo, pero, ¿cómo te llamabas?- preguntó levantándose e intentando pasar entre todos los trastos del suelos para tender la mano-.

  3. Patricia estuvo esperando en uno de los bancos que se situaban enfrente de Honeyducks hasta que sonaron los tres silbatazos y la voz que anunciaba que era hora de salir. La joven los esperó fuera terminándose la caja de bombones de mermelada que se había comprado.

     

    La noticia sobre su próxima excursión le alegró aún más, aunque tampoco tenía intención de gastarse mucho dinero en bromas ni nada de eso. Simplemente le hacía ilusión ir, y ya está. Claro que, tendría que cargar con la enorme bolsa de chuches que se había comprado durante todo el trayecto. A pesar de eso siguió con buen humor durante toda la caminata.

     

    Al llegar a su destino, la joven no corrió junto la marabunta de gente para entrar cuando antes al local, sino que esperó un rato para descansar su triste y magullada espalda que ya le recriminaba haber llevado tanto peso. Estuvo una media hora, en la que aprovechó para preguntar unas cuantas cosas a las profesoras, que también descansaban enfrente de la tienda:

     

    -¿Desde cuánto tiempo llevan siendo profesoras? ¿Tienen alguna anécdota de sus clases que merezca la pena rememorar? ¿Por qué eligieron ser profesoras, qué les llamó la atención o les gustaba de este trabajo? –Después de las preguntas y de las respuestas, la joven se dispuso a entrar ya en la tienda- Bueno, muchas gracias por haberme aguantado esta media hora-Y nada más decir esto, se despidió con una sonrisa-.

     

    Al traspasar las puertas, no miró con tanta ilusión y felicidad a las cosas que se disponían a su alrededor como cuando fue a Honeyducks, pero no pudo resistirse a curiosear un poco por la tienda. Desde pequeña siempre había tenido esa afición, en el colegio la habían castigado ya varias veces, pero ella seguía haciendo lo que le daba la gana. Siempre había sido bastante cabezota y tozuda, no le gustaba que le dijesen lo que tenía que hacer. Cuando era pequeña aprovechó todo lo que pudo su estatura para meterse en los sitios más escondidos y recónditos de todos los lugares posibles, ya que ahora era un fideo con patas.

     

    La chica se metió por todos los lugares posibles y encontró unas bombas fétidas que la llamaron mucho la atención. Miró en su monedero para ver si tenía dinero suficiente, pero solo encontró lo justo, lo que necesitaba para volver a la Academia. Demasiadas chuches quizás. “Bueno, de todos modos, las bombas no me son imprescindibles…” otra vocecita habló en su cabeza, “ni tampoco lo eran las chuch…”, “¡Oh, cállate!” pensó, sacudiéndose la cabeza pensando que eso iba a esfumar sus pensamientos.

     

    Al oír las voces de las profesoras avisando de la hora a la que partía el tren, Patricia empezó a sentirse un poco nerviosa. Nunca le había gustado llegar con un poco de retraso o tarde, y en ese momento solo pensaba las pocas posibilidades que tenían de llegar a tiempo y no perder el tren. ¡Estaba a tomar por saco! ¡Ni aunque fuesen corriendo a la velocidad de la luz! Bueno, en ese caso, quizás sí, pero qué más da. Eso no iba a pasar. Salió pitando del local, apartando sutilmente a la gente para que le dejaran pasar.

     

    Algún que otro alumno faltaba cuando llegó y vio un carruaje tirado por aethonans. Ahora lo entendía todo. Su corazón dejó de palpitar tan rápido y volvió a una velocidad normal. Fueron entrando sin prisa pero sin pausa en el carruaje, hasta que estuvieron todos. El viaje fue tranquilo, relajante, y sobre todo, muy rápido.

     

    En cuanto el carro paró, la joven bajó casi corriendo hacia el tren, como si se le fuese a escapar de un momento a otro. Subió las escaleras y dio dos o tres vueltas por el pasillo, intentando encontrar una cabina medio vacía o vacía en la que quedarse. Después de unos quince minutos caminando, se cansó de que la gente la mirara con cara rara y decidió por meterse en una cabina en la que por lo visto solo había una chica.

     

    Llamó a la puerta, y cuando la abrió se dio cuenta de que era una de sus compañeras de clase, Nerissa, quien la invitaba a pasar a la cabina.

     

    -Em… Hola, bueno, supongo que ya lo sabrás, pero me llamo Patricia-dijo la chica tendiéndole la mano, en señal de saludo-. He estado buscando una cabina tranquila durante un buen rato, pero la gente parece estar un poco… digamos, emocionada-sonrió haciendo el signo de comillas con los dedos-. ¿Quieres chuches? Tengo de todo, me he encargado personalmente de tener prácticamente un paquete de cada cosa en Honeyducks.

  4. “Supongo que la gente tardará en llegar. Aprovecharé para ducharme y arreglarme. Pareciese que acabo de llegar de un estercolero”, pensó Patri mientras se encaminaba hacia Las Tres Escobas.

     

    Subió agotada a su cuarto compartido, se duchó rápidamente (lo que la despejó bastante), y se cambió su vestimenta por un vestido con flores de distintos colores y unas zapatillas azules, a juego con su pelo. Luego añadió a su vestido un cinturón marrón y se puso un lazo en la cabeza. Mucha gente pensaba que su indumentaria era un poco “rara” y “demasiado colorida”, pero ella simplemente los ignoraba. “Los muggles nunca tienen buen gusto” pensaba cada vez que se giraban a mirarla. Diez minutos después, se bajó corriendo y volvió al Salón del Té, donde se encontró con un montón de alumnos rodeando a Cye y a Brardolla. “Ups, quizá he llegado un poco tarde. Tanta parsimonia nunca es buena”.

     

    Al oír las buenas noticias de las profesoras a la joven le cambió completamente la cara: pasó de un semblante aburrido, enfadado y cansado a una sonrisa de oreja a oreja y unos ojos brillantes y con vida. ¡Iban a ir a Honeyducks! A la chica le encantaban las chuches, y en ese momento tenía más hambre que nunca, así que la idea que propusieron le pareció brillante. Pero la gran excursión que les esperaba tenía una desventaja: antes, tenían unos cuantos minutos para hablar y conocerse con otras personas. ¿Por qué tenía que hacerlo? ¡Ya había hecho dos amigas! ¡Para ella ya era suficiente!

     

    Miró a su alrededor, intentando encontrar a alguien con quien poder hablar, pero casi nadie parecía estar de buen humor, así que decidió sentarse en un sitio un poco apartado de los demás y pidió algo de beber. Se tomó un té y leyó el periódico hasta que avisaron que era hora de partir.

     

    A medida que avanzaban, a Patricia le dio la sensación de que todo era mucho más bonito que hace un par de horas cuando volvía de su aventura en la Casa de los Gritos. Cuando entró, la sonrisa se le iluminó aún más y le entraron unas ganas enormes de comprar de todo. A pesar de eso, esperó a oír las nuevas instrucciones de Cye y Brardolla.

     

    “Bien, ¡a volverse locos!” pensó mirando con ilusión y decidiendo qué podría comprar primero. Al final se decidió por ir cogiendo unas piruletas gigantes y unas gragueas de todos los sabores. Subió a la segunda planta, donde se encontró millones de bombones de todos los colores y mezclas. Tenían una pinta deliciosa.

     

    Minutos más tarde, sus ojos se fijaron en un frasco de varitas de regaliz situado al fondo de la tienda. Al lado de éste se encontraba una señora un tanto rellenita, de mejillas sonrosadas y semblante frío. La joven se acercó despreocupadamente hacia él. Agarró la tapa del gran frasco y tiró de ella, cuando le señora le pegó un manotazo que provocó que se le resbalase de las manos y se rompiese en pedacitos. Los trozos de cristal pararon a caer directamente a su pie izquierdo. Siempre tenía que tener mala suerte.

     

    -¡Ay! ¿De qué vas? ¡Me has hecho daño!-se agachó a quitarse los trozos de cristal de su pie que sangraba como si no hubiese un mañana-. ¡Ah! ¡Dios! Al menos podrías pedir perdón y decirme dónde encontrar algún botiquín para curarme, ¿no?-Pero la señora no contestó. Simplemente la miró con frialdad durante unos segundos y desvió la mirada-.

     

    “Voy a buscar ayuda” pensó, y se encaminó hacia la primera planta. Investigó un poco con el pie dolorido hasta que encontró un botiquín escondido en una de las esquinas de la tienda. Lo abrió, cogió agua oxigenada, una gasa y algodón y se curó las heridas.

     

    Más tarde, subió otra vez a la segunda planta y se dirigió al fondo de ésta. “Pienso coger esas varitas de regaliz como que me llamo Patricia Lestrange” fulminó a la señora con la mirada y sacó su varita. La apuntó con ella y metió la mano en el frasco de nuevo, pero la mujer esta vez le empujó. Patri lanzó un “expelliarmus” a la señora, pero extrañamente rebotó. Era como si tuviese un escudo permanente.

     

    Estuvo pensando un buen rato en cómo lograr que se marchase. Su ventaja de ser tan cabezota la prohibía darse por vencida. Al final tuvo una idea. “¿Y si la deleito con mi maravillosa música?” pensó con ironía, “seguramente se marcharía a poner a cubierto a sus oídos. Seguro que no me aguanta ni treinta segundos”. Cuando era pequeña no cantaba mal, pero en cuanto creció la pubertad y todo eso le fastidió la voz del todo.

     

    La joven empezó a cantar “King for a day” de Pierce the Veil. Tan sólo llevaba cinco segundos, cuando la mujer se desvaneció. La chica estaba estupefacta.

     

    -¿Pero qué **** ha sido eso?-murmuró mientras contemplaba el polvo en el que se había convertido la señora-.

     

    Aún boquiabierta, se acercó al frasco de varitas y metió la mano. Esta vez no pasó nada. Ningún manotazo o empujón. Agarró unos cuantos y los sacó del frasco. Se llevó una gran sorpresa cuando vio que del puñado de varitas de regaliz que había cogido había cogido el pergamino con el cuestionario.

     

    Después de haber cogido casi todas las golosinas de la tienda la chica las pagó y se sentó donde pilló para hacer el cuestionario. Nada más terminarlo, se lo entregó a las profesoras y les dio las gracias por esa maravillosa excursión. Realmente se lo había pasado genial.

  5. Los gritos de Madame Rosmerta no sobresaltaron a la joven de mechones azules. Ella ya se había despertado hace una media hora más o menos y ahora miraba al techo con expresión aburrida. La verdad es que ayer se lo pasó bastante bien en la presentación y conoció a sus actuales compañeras (Kirara y Jane), pero… hubiese preferido haber pasado ese mes en su casita aburriéndose. Sí, ella es así, parece mentira que tenga tantos amigos.

     

    Miró a su alrededor, y vio a sus compañeras en cada una de las camas de la habitación, situadas en el fondo. Ella se había cogido la de la ventana porque le encanta mirar las estrellas por la noche, aunque después la tapó de modo que no entrase ningún rayo de luz procedente de la Luna en la habitación, lo que hizo que esta se quedase completamente a oscuras. La joven a veces maldice su “repulsión” hacia los mosquitos y a que entren cuando está durmiendo. Más que repulsión es miedo, pero su orgullo le pone otra palabra que suene menos infantil.

     

    Se levantó cautelosamente, recogió toda su ropa tirada por el suelo y más tarde cogió ropa nueva del armario. Mientras se vestía y se peinaba pensaba e intentaba deducir lo que iban a hacer hoy en clase. No sabía por qué, pero su intuición (la cual nunca le fallaba) no le daba buenas vibraciones. Aun así, no se preocupó mucho y bajó rápidamente al comedor.

     

    En cuanto bajó las escaleras, notó una gran diferencia con respecto a ayer: una larga mesa repleta de comida se disponía en el centro de la sala. Todos los alumnos se giraron a mirarla. Ella tan solo dijo “buenos días” y se fue corriendo mirando al suelo hacia uno de los sitios libres que había.

     

    Patricia miró la cantidad de comida que había sobre aquella mesa. “Es demasiado” pensó, y decidió cogerse un tazón de leche con unos simples cereales. No solía comer mucho durante el desayuno, aunque luego en la comida y en la cena devoraba.

     

    Terminó de comer, y esperó a que los alumnos aun dormidos bajasen al comedor para recibir las nuevas indicaciones de las profesoras. En cuanto éstas nos dijeron que íbamos a ir a la Casa de los Gritos, a Patri se le pusieron los pelos de punta. “¿Por qué en una clase tenemos que ir a pasar miedo? ¡Ni siquiera tiene sentido! ¿Cómo vamos a sentirnos afortunados por entrar a una casa en la que te puede pasar de todo?” su mente comenzó a imaginar un montón de posibles situaciones y empezó a entrarle pánico. De pequeña no tuvo muy buenas experiencias con fantasmas, y no le gustaría volver a repetirlas.

     

    La clase salió de Las Tres Escobas, y se encaminó hacia la terrorífica casa. La joven iba de las últimas, pensando la posibilidad de escaparse y no volver a esa clase nunca más, pero le resultaba est****o y vergonzoso echarse atrás.

     

    Tardaron unos cuantos minutos en llegar hasta allí. Ante ellos se hallaba la no tan deseada para algunos “visita” de hoy. La chica no podía negar que estaba temblando un poquito. “Vale, vas a entrar a esa… mansión o lo que sea, vas a dar una vuelta rápida, cogerás la dichosa tarea y vas a salir de allí. ¡Vamos!”, sus piernas temblaron hasta que dieron el primer paso.

     

    Meditando y analizando cada paso que daba, traspasó la polvorienta puerta. De repente, ésta se cerró detrás de ella. “Tranquila, esto seguro que lo han hecho las profesoras para asustar un poco. Sigue adelante”. Patricia fue subiendo a la segunda planta, oyendo un grito cada dos escalones que subía. “Bien, y ahora, ¿cómo puedo conseguir la siguiente tarea?” pensó mirando hacia todos los lados. Un gélido viento abrió la puerta que estaba al final del pasillo.

     

    -No podía ser más obvio- dijo con burla, y se encaminó hacia ésta-.

     

    Había algo en esa habitación que la irritaba y estremecía a la vez. Era como si estuviese rodeada… ¿por un torbellino…de cuchillas? Tal vez. Se encogió de hombros y empezó a examinar el cuarto hasta que la puerta se cerró de golpe. Al principio se giró sobresaltada, pero al ver que solo había sido la corriente, no le dio más importancia.

     

    Después de cinco minutos buscando algún cuestionario o algo parecido, se dio por vencida.

     

    -¿Cómo pretendéis que busque algo en una maloliente y polvorienta habitación sin ninguna maldita pista?- gritó, como si creyese que algún ser le pudiese oír, aunque no andaba muy desacertada- Yo me largo a buscar a otra parte.

     

    Pero cuando giró el pomo y tiró de la puerta, ésta no se abría. Intentó tirando más fuerte, pero nada. Era inútil. Genial. Estaba encerrada en una habitación de la Casa de los Gritos.

     

    -Esto mejora por momentos. Creo que debería buscar la llave.

     

    Patricia miró por todos los cajones, por todas las tablas sueltas y por detrás de todos los cuadros sin encontrar nada.

     

    -¡Oh, dios! ¿Por qué tiene que ser tan difícil? ¡Tiene que haber una llave!- en un ataque de furia, dio un golpe a la pared, la cual se rompió en trocitos y dejó al descubierto una curiosa llave esmeralda con un pergamino detrás de ésta- Anda, mira tú por dónde-cogió las dos cosas y se encaminó hacia la puerta-. Y mis amigos siempre diciéndome que tengo que controlar mi genio… Menos mal que nunca les hago caso-dijo con burla-.

     

    La puerta se abrió, aunque esta vez era un poco más pesada que cuando la abrió. Decidió no buscarle el por qué y siguió caminando hasta el final del pasillo. Pero éste nunca acababa. Debía de haber caminado más de un kilómetro y seguía viendo a su lado la habitación de la que había salido.

     

    -No puede ser posible- se sentó unos minutos en el suelo a recapacitar y pensar lo que podría hacer. Al final, se decidió-. Mira, me da igual, si no puedo salir por la puerta principal, saldré por la ventana. Que pase lo que tenga que pasar-.

     

    La chica rompió una de las ventanas, y saltó sin mirar al suelo. Por lo visto, no se encontraba a mucha distancia de éste, parecía que había saltado desde la primera planta. “Malditos fantasmas” murmuró, y salió pitando de allí.

     

    ***

     

    Al llegar a Las Tres Escobas, Patri se sentó en la primera mesa que encontró y respondió las preguntas del cuestionario rápidamente. Estaba tan alterada, que escribió con una letra fea, pero legible. Al terminar, se dirigió hacia el Salón del Té, donde encontró a las dos profesoras charlando tranquila y felizmente.

     

    Cuando se acercó a darles el pergamino, la miraron sobresaltadas. Quizá por los pelos que salían rebeldes de su cabeza, quizás por la tan bonita indumentaria que llevaba cubierta de polvo y mugre…

     

    -Aquí tienen, el cuestionario-dijo dejándolo con delicadeza sobre la mesa-. Ah, ha sido una maravillosa experiencia, creo que mi corazón va a escapar de mi pecho en cualquier momento.

     

    Tras decir eso, la joven se despidió y se giró, de vuelta a la taberna de Las Tres Escobas. “Desde luego, ha sido una experiencia inolvidable, en el mal sentido, pero al fin y al cabo, inolvidable”.

     

    OFF ROL

     

    Uh, un supera las expectativas, me gusta xDD Creo que en este rol he tenido más en cuenta los tiempos de los verbos, siempre me pasa lo mismo, tanto en español como en inglés, soy un desastre v.v xD En fin, me ha gustado mucho la temática de este rol, me encantan las historias y pelis de fantasmas :bb: , quizá por eso esta vez me he motivado un poco y lo he hecho más extenso que la otra vez :P En fin, nada más decir esto, me esfumo :ninja:

    ¡Saludos!

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  6. Patricia abrió perezosamente los párpados y se fue levantando torpemente de la cama. Más que estar despierta, parecía que estaba dormida e iba a dar una de sus frecuentes caminatas por la gran casa sonámbula. Desde pequeña había deseado no tener ese pequeño defecto que la embarazaba tanto.

     

    Se apartó sus revoltosos mechones azules y rubios de la cara y echó una vista a su habitación. “Tan desastrosa como siempre”, pensó y se dirigió al piso de abajo a desayunar algo. Tomó un simple y sencillo desayuno del armario y lo tragó con desgana. “Demasiada juerga la de ayer”, cerró los ojos un momento para tranquilizar ese dolor de cabeza que amenazaba con fastidiarle el día.

     

    Dejó los platos y cubiertos tirados en el fregadero y regresó a su cuarto. Mientras subía las escaleras, una pequeña lechuza negra pasó a su lado con muchísima rapidez e hizo que la joven perdiese el equilibrio y que se cayese. Por suerte, cayó hacia adelante, y no se hizo nada más que una pequeña herida en la mano izquierda.

     

    -¡Maldito seas, Myles! ¿A qué viene tanto alboroto? Dame eso- arrancó con mal humor la carta de la pata de la pequeña lechuza y la desenvolvió- ¿En serio? ¿De verdad tengo que asistir obligatoriamente a la primera clase de la Academia?-resopló mientras sus manos jugaban furiosamente con la carta y la arrugaban ligeramente.

     

    Terminó de subir sus escaleras y empujó levemente la puerta de su habitación. En cuanto entró, vislumbró a su gato rompiendo los papeles que había sobre su escritorio.

     

    -Vaya día… ¿Qué mosca os ha picado a todos los animales hoy?- cogió a Leight y lo echó del cuarto-.

     

    La muchacha se arregló, se peinó e hizo tiempo leyendo un poco.

     

    -¿A las siete de la tarde? Puf, y todavía son las tres. No sé si debería comer algo. Nah, acabo de desayunar-cambió de postura en el sofá y siguió leyendo.

     

    Poco a poco, sus párpados se fueron cerrando hasta caer bajo el peso del sueño provocado por la fiesta de ayer.

     

    **Tres horas y cuarenta y cinco minutos después**

     

    -¡Oh dios mío! ¡Son las siete menos cuarto! ¡Como no me dé prisa voy a llegar tardísimo!-Patricia se levantó, sacó su varita de una de sus botas y se teletransportó a Hogsmeade-.

     

    En cuanto llegó corrió entre la multitud de gente hasta llegar a la conocida taberna de Las Tres Escobas. Miró su reloj. Tan solo habían pasado cinco minutos y llegaba con diez minutos de antelación. “Bravo, Patri, siempre te tiene que pasar lo mismo” rodó los ojos y se apoyó en una de las paredes a esperar a que llegase la gente.

     

    A las siete, todos los nuevos alumnos entraron. Al traspasar la puerta, el olor de cerveza de mantequilla de local tranquilizó un poco a Patricia y siguió a sus nuevos compañeros hacia las dos profesoras. Todos los jóvenes guardaron silencio y esperaron a que las profesoras comenzasen a hablar.

     

    Patri esperó pacientemente su turno para presentarse. Cuando le tocó, un cosquilleo le recorrió la espalda y sus manos empezaron a temblar. “Genial, otra vez nerviosa” pensó, pero a pesar de eso, tragó saliva y carraspeó:

     

    -Hola a todos, mi nombre es Patricia, pero pueden llamarme Patri. ¿Hace falta decir la edad? Bueno, tengo dieciséis años, y pertenezco a la familia Lestrange.-Mira a las profesoras para darles una señal de que había terminado, cuando se acuerda de una cosa- ¡Ah, se me olvidaba! Al igual que Kirara, no tengo orientación alguna al Quidditch ni a algún otro deporte-Baja la cabeza avergonzada por lo que acaba de decir y da por terminada su presentación-.

     

    OFF ROL

     

    Buenas, me llamo Patricia también en el mundo muggle y tengo 14 años. Llevo en harrylatino desde hace un año y medio o dos más o menos, aunque todo este curso lo he dejado muy desatendido por falta de tiempo. Me apasionan los gatos, tengo una gata de tres años que se llama Yuna ^^ y me encanta la lectura. Obviamente, soy estudiante de la ESO y vivo en España, aunque no me gusta mucho mi país v.v Bueno, y creo que eso es todo. Espero disfrutar y pasarlo bien en estas clases. ¡Saludos!

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  7. FICHA DE PERSONAJE

     

    Datos Personales:

     

    Nombre del Personaje: Patricia Lestrange.

     

    Sexo: Femenino.

     

    Edad: Joven.

     

    Nacionalidad: Británica.

     

    Familia(s):

    *

    *

    Padre(s) Sanguíneo:--

     

    Padre(s) Adoptivos:--

     

    Trabajo:--

     

    Poderes Mágicos:

     

    Rango Social:Aprendiz.

     

    Bando:Neutral.

     

    Rango dentro del Bando:--

     

    Nivel de Poder Mágico:--

     

    Puntos de poder en objetos: 20

     

    Hechizos adicionales:--

     

    Puntos de poder en criaturas:--

     

    Criaturas controlables en asaltos y duelos:--

     

    Habilidades Mágicas:--

     

    Conocimientos Especiales:--

     

    Perfil del Personaje:

     

    Raza: Humano.

     

    Aspecto Físico:

    Patricia mide 1,80, es una chica bastante atractiva. Su larguísimo pelo liso le llega hasta la mitad de la espalda, y no se puede especificar su color, pues se lo tiñe cada dos por tres, pero es rubia natural. En su rostro cabe destacar la graciosa y pequeña nariz situada encima de sus labios finos y entre sus grandes y cautivadores ojos negros, que te sumergen hacia el fondo de la nada si te quedas mirándolos. Es bastante delgada y suele ir vestida con jeans o shorts y con blusas o camisetas anchas, siempre muy casual a la par que elegante.

    Cualidades Psicológicas:

    A simple vista parece una delicada flor, aunque luego se convierte en un hueso duro de roer y de mal talante cuando quiere. Suele ser simpática, siempre dispuesta a hacerte favores. Es muy sociable(de pequeña no lo era), pero nunca ha encontrado a una persona a su medida, quizá por lo exigente que es. También es muy orgullosa a la par de cabezota, y se ofende con facilidad.

    A pesar de ser muy sociable, no le gusta salir fuera de su casa, prefiere quedarse encerrada en su habitación.

     

    Historia:

    Patricia nació en un pueblo cercano a Londres. Vivía con sus padres muggles, en una casa bastante pequeña. Siempre había pensado que ella no era normal, y por eso no solía tener muchos amigos, y los que tenía, la dejaban de lado. Nunca había valorado la vida que tenía, técnicamente porque no había mucho que valorar. A los siete años, sus padres murieron asesinados por un ladrón que fue a robar a su casa. Ella consiguió salvarse debido a su desarrolada capacidad para esconderse. La llevaron a un orfanato, donde vivió tres años hasta que un día, una familia de magos, se percató de que era maga y la acogió.

     

     

    Pertenencias:

     

    Objeto Magico Legendario:--

     

    Objetos Magicos:

     

    Objeto 1: Varita Mágica.

    Clasificación: AA

    Puntos de poder: 20

     

    Total puntos de poder en objetos y pociones: 20 puntos.

     

    Mascotas y Criaturas:--

     

    Criaturas en la Reserva:--

     

    Elfos:--

     

    Licencias, Tasas, Registros:

     

    Licencia de Aparición:--

     

    Licencia de Vuelo de Escoba:--

     

    Registro de XXX:--

     

    Otros Datos:

     

    Otros datos:--

     

    Cronología de cargos:--

     

    Premios y reconocimientos:--

     

    Links de Interés Referentes al Personaje:

     

    Link al Perfil de Comprador MM: --

     

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  8. Wolas!! Bueno, aquí os voy a dejar mi trabajín. He cogido una foto muy hipster jejeje:

    Esta es la original hipster O.o

    Para los niveles, he trabajo los verdes y la imagen entera. En los verdes, lo he oscurecido un pelín y en la imagen entera he toqueteado un poco los niveles de salida y lo he vuelto a oscurecer. Me ha quedado tal que así:

    Niveles everywhere

    Para la correción selectiva, lo que he modificado me ha quedado así:

    Rojos +52, -37, -38, +29

    Magentas +17, -24, 0, 0

    Cianes todo +100

    Verdes +65, +100, +91, +100

    Amarillos todo +100

    Y el resultado:

    Correción selectiva

    Y ya por último, he enfocado la imagen dos veces.

    Resultado final. Here it is *-*

    Eso es todo, ahora me esfumo, ¡saludos!

  9. Buenas!! Aquí dejo mi trabajín, por favor no os riáis de él xD Las imágenes que he utilizado son estas:

    Aquí el fondo

    Aquí el sprite

    Y bueno, técnicamente lo que he hecho es poner el fondo y después he ido recortando y poniendo cada muñequito en su lugar. No sé si he hecho el est****o y podía haberlo hecho mejor y de una forma más sencilla, pero en fin, el resultado:

    http://i1208.photobucket.com/albums/cc371/pagarcas9/AnimationEscuelaDisentildeo_zpsbafd6a44.gif?t=1372431132

    Espero el visto bueno,¡saludos!

  10. Holas, ya me pongo en marcha otra vez con estos tutoriales. El texto está bastante facilillo, pero bueno, ahí va:

    http://i1208.photobucket.com/albums/cc371/pagarcas9/PatCaspuenas_zpscaa5e860.png

    Nada más decir esto me esfumo en plan ninja y me voy a los siguientes tutoriales O.o (??) ¡Saludos!

    I believe I can fly... Tatatatata, I believe I can touch the sky...

  11. Hola!!! Vengo a dejar mi trabajo. Aquí os dejo las imágenes:

    Imagen normal / / Imagen retocada

    Bueno, lo que he hecho: He puesto cuatro capas de 54 pixels de ancho por 184 pixels de alto todas en modo de exclusión. La primera de color rojo oscuro (#3d060e), la segunda de azul oscuro (#06183d), la tercera de verde oscuro (#0e3d06) y la cuarta de rosa oscuro (#3d063b). Después, he añadido un texto (Patri) con la fuente AR CARTER y lo he abombado un poco. Eso es todo :D

    ¡Saludos!

  12. Hola!!! Pues yo también vengo a confirmar que quiero ser una aspirante mortífaga. Me encantaría :D. Amo la marca tenebrosa y estoy deseando empezar a rolear por la Mansión Riddle y por otros rols :).

    Bueno, nada más decir esto, me despido.

    ¡Saludos!

    Espero no estar haciendo Spam, aún así relleno un poquito +.+ . Jijiji, quiero ser Mortífaga, tralará (?) Esto lo hago para rellenar, que conste xD.

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