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Héctor Weasley D.

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Todo lo publicado por Héctor Weasley D.

  1. Buen día para todos los que están frecuentando el tema que nos conlleva en sí. Fuera de todos los comentarios que realmente expresan en su gran mayoría los que muchos ya opinamos sobre la desagradable sorpresa que tuvimos que leer hace unos días ante una acción inesperada y no consultada a la mayoría (algo que pensaba era democracia, pero gran sorpresa de nuevo, todo indica que eso nunca fue así aquí), y que estoy completamente de acuerdo con varios puntos que ya se han comentado y puesto en detalles en posteos anteriores sobre una decisión que arruinó gran parte del juego dentro del rol del foro -y que por algo varios usuarios luchamos y apoyamos para ver cambios reales no hace dos años, sino hace MÁS de diez años con algo inconcluso-, es otra desagradable sorpresa reciente. Ya en el inicio de su posteo puedo leer una respuesta subjetiva: "cuanto desaparecido regresando de la tumba" y "espero que os quedéis un tiempo aunque solo sea para hacernos la puñeta". Me pregunto si podríamos añadir también dentro de eso a quien tiene un cargo de gran importancia y autoridad y se pasa a comentar tarde, mar y nunca. Si es por ello, yo también soy un desaparecido regresando de la tumba, y si genero una opinión contraria al punto de vista de la administración actual, al grado de sentirse atacada, es por algo. Quién nada hace, nada teme. Voy a referirme a mi parecer ante esto. Hace más de cinco años (2013) que me retiré del foro de forma activa por diversos motivos, y uno de ellos era prácticamente que ya no me atraía la "magia" que el foro en sí me generaba en un inicio. Las personas estaban, los nexos quedaban, pero lo que me interesaba del foro mismo estaba comenzando a caer a pique en una era que -además- la saga de Harry Potter parecía sólo mantenerse activa con actualizaciones de Pottermore y el cariño de los fanáticos. No había mucho material nuevo del cual sacar provecho. Y por otras cosas, cambios simplistas comenzaban a verse de un juego que parecía alejarse del mundo mágico y de lo básico de un juego de rol por buscar atraer y mantener a nuevos usuarios. Permitida la falta de ortografía y gramática en ocasiones, disminuir el énfasis que generaría leer a un usuario que recibía una nota de Desastroso, la extrema simplificación del juego de Quidditch, y así iría contando. Y me fui, y regresaba a gotas de curioso a ver el foro nuevamente, con la esperanza que algo hubiese cambiado y/o mejorado. Pasaban los años y los cambios eran mínimos e imperceptibles, hasta la reforma de hace unos años. Bonita la lista de libros de hechizos, pero aún cada usuario podía interpretar el uso en combate como quisiera. Los hechizos hacían mella en el lado Marca Tenebrosa, pero también en el lado Orden del Fénix, por lo que más que un equilibrio en las listas era una opción secundaria que casi cualquier usuario tenía a la mano. Y la lista de hechizos neutrales seguía exactamente igual, incluso con las faltas de ortografía en algunos textos o de gramática en otros. Y ya sabemos lo que ocurría con las lista de hechizos de bando, que a pesar de todo lograron mostrar uno que otro cambio mínimo. Entonces se generó la huelga de uno de los bandos, el más perjudicado por lejos por tema de años y años. Es curioso que después de dos años por una huelga, o "boicot" como ahora quieren denominarlo, recién a administración le haya parecido "más urgente" determinar su reforma, siendo que el problema se estaba arrastrando de hace más de diez. Todos quienes se hayan preocupado de leer o informarse hacia atrás sobre la causa de que el juego en combate estuviera tan desbalanceado sabe que se debió a una lista de hechizos con modificaciones que caen en la categoría de lo ridículo aprobadas sin el consentimiento del bando, sin el trabajo en equipo que se esperaría. Porque un líder ("persona que dirige o conduce (...) un grupo social u otra colectividad", como indica la Real Academia Española) es alguien que trabaja con su equipo, que es elegido porque no es quien manda por sobre el resto y descansa en los laureles, sino que es el que mejor trabaja de todo el grupo y por ello el mismo le reconoce como tal y los comanda, los lleva adelante. Me sorprende que recién ahora y después de tanto tiempo se haya querido tomar medidas entre comillas "efectivas" en contra de un problema que se viene suscitando desde hace más tiempo del que se determina. Pensar en una forma diferente de enfocar y organizar el juego es algo que se debería haber hecho anticipadamente, y no esperando que el mismo juego caducara por su repetitiva modalidad y falta de dinamismo fuera del rol de cada usuario. Y ante ello diré algo: estamos en la fase de una nueva saga del mundo mágico, y no veo ninguna mención activa o nueva sobre las criaturas mágicas o directamente sobre Animales Fantásticos que podría ser usada como material para generar nuevos sitios o modalidades en el foro, sino la repetición continua de lo que ya había hace años atrás, con un lavado de cara: el sistema de puntos de experiencia para obtener logros y nuevas modalidades para los trámites foriles. Se mantiene el estancamiento. Ahora sigo leyendo más abajo los punteos de temas y me parece irrisorio que cinco de los seis párrafos de Crazy sobre la huelga promulgada por el bando de la Orden del Fénix sea catalogar a los integrantes del bando como los culpables directos de la situación, y que el bando contrario hizo todo lo posible por generar una mejora como respuesta a ello. Sólo el párrafo final es neutral. Me sorprende que se trate a la huelga de imposición obligatoria. Para quienes creen todo lo que se dice de forma "oficial", que sepan que la huelga fue tomada como decisión y resolución democrática por la mayoría del bando. Y como en democracia, hay quienes estarían de acuerdo y quienes no lo estarían, y es válido. Otra cosa es actuar por su propia cuenta, porque así como ciertos miembros de la Orden quisieron seguir jugando por su cuenta siendo que estaban dentro de un equipo, es una falta de respeto al equipo al que pertenecen, solo porque su opinión no fue la decisiva en la decisión final. Una decisión democrática por votación no es una imposición, es un acuerdo entre personas. Si se pertenece a una organización, se espera ese respeto por la decisión; sino, se retira de la misma. Una persona adulta con criterio formado puede determinar eso con la misma simpleza que un niño cuando aprende que puede comprar un chocolate con dinero. Yo solo diré que si un único bando presentó respuestas, y el otro no presentó nada que pudiera contraponerse o aceptarse a ello, y como tal el mismo bando fuese responsable de desencadenar una huelga pidiendo más mejoras, es tan ridículo como leer las mentiras y calumnias de El Profeta contra Harry Potter y Albus Dumbledore sobre el regreso de Lord Voldemort en Harry Potter y la Orden del Fénix. Hay algo que no calza en todo esto, algo que parece estarse ocultando, porque ¿en serio a alguien le cruje que una parte del conflicto se vaya a huelga con tanto descaro de no haber propuesto siquiera algo serio como contramedida a la parte contraria, y tuviese que llegar a tal extremo para buscar ser escuchados? ¿O que las propuestas del bando contrario al de la huelga fuesen lo suficientemente justas como para que fuesen aceptadas inmediatamente? No hay que ser un genio para notar que aquí huele a chamusquina. El resto es darse el tiempo de leer a consciencia todas las opiniones de cada usuario hacia atrás, especialmente de quienes pertenecieron a los bandos, y puedo hacer una suma tan sencilla como dos más dos. Y sí, uso ejemplos de la historia del cual este foro se supone ha tomado como base, para que quede más claro para todos. Voy a citar a la antigua: "En mi opinión en toda esta negociación ha habido más capacidad de cesión y llegar a acuerdos por una de las partes, y eso nunca se ha trasladado a los usuarios, dando una imagen tergiversada de la situación y conllevando, como es lógico, a la radicalización del pensamiento de muchos de ellos que lo único que buscaban era mejorar el juego.". Punto uno: tenía entendido que la información que se trataba en la Oficina de Líderes no se podía extraer de allí sin el acuerdo de los líderes de ambos bandos, recibiendo sanción administrativa en consecuencia de hacerlo. Punto dos: la "imagen tergiversada de la situación" que se intenta mostrar es generada a causa de la regla mencionada en mi punto uno. Punto tres: resulta que si un equipo apoya fervientemente a sus líderes, con el mínimo de objeciones, es porque apoya la gran mayoría sino la totalidad de las ideas desarrolladas, ya que buscaban justamente mejorar el juego. Si ello conlleva a una radicalización del pensamiento, ¿es culpa realmente de esos líderes? ¿Acaso se compraron a todo su equipo para que les siguieran el juego? Por favor... La mayoría aquí ya no son adolescentes o niños pequeños que tengan que decirles qué hacer, o eso se supone. Sobre el Frankenstein del juego de bandos, y que por fin leo algo sobre un juego que se queda estático. ¿Hace cuántos años fue esa propuesta que se menciona? Porque ideas había, siempre hubo ideas para mejorar el sistema de combate. Yo personalmente propuse una idea sobre cómo todo un listado de las criaturas mágicas del libro de Animales Fantásticos, criatura por criatura, podían afectar en el combate con sus ataques y habilidades, posteando dicha idea en la oficina correspondiente cuando era Knight. Tuve una respuesta positiva por parte de la Orden, manifestando su disposición de revisar la propuesta y hacerle modificaciones si era necesario, pero una respuesta ausente por parte de la Marca. De hecho, nunca vi ni supe que hayan contestado a dicha propuesta. No se puede decir que no la podían leer; era desinterés total en un tiempo que las contrapropuestas al otro bando se extendían en temas de meses o casi un año para contestar solamente que no se estaba de acuerdo al cambio propuesto, y mantener la ventaja abusiva de alguna u otra forma. Voy a contestar a la pregunta sobre la gran responsabilidad de los bandos en el juego en general. Sí, muchísimos nos hemos parado a pensar en lo que se ha avanzado, como ya dejé en claro en los primeros párrafos. Nadie estuvo durmiendo el sueño de los justos, no al menos desde mi cara de la moneda. Las "grandes" reformas ministeriales para mejorar un foro también deben tener en cuenta a todos los aspectos del foro, y no sólo a algunos: eso incluye los bandos. La responsabilidad no es sólo de un grupo de usuarios catalogados con el nombre de uno de los dos equipos rivales, sino también de quienes los dirigen y administran en general. Y ante las soluciones supuestamente propuestas: echar a las líderes de la Orden... Considerando que mucho más de la mitad del bando de la Orden apoya a Mei y Elodia como líderes incluso hasta la fecha (e incluyo mi apoyo a ellas como líderes: he visto su excelente trabajo, he trabajado codo a codo con ellas), y que sólo son mencionadas las líderes de la Orden... ¿Por qué no también se postula la opción de haber echado a las líderes de la Marca y encontrar a alguien dispuesto a negociar realmente? Esa también era una opción. Varios sabemos por nuestros amigos en la otra cara de la moneda que había bastante molestia con las líderes de la Marca en su propio equipo en una cantidad que superaba el apoyo de su mismo bando. Idea dos sonbre fusionar las listas de hechizos o eliminar las que ya teníamos. Si solucionaría o no los problemas de fondo mencionados es algo que nunca lo sabremos, después del "chasquido de dedos del Guantelete" al que estamos sometidos actualmente. Y sobre arbitrar la limitación: si el arbitraje era justo y neutro, como se esperaría de un árbitro, y no cargado hacia un bando ni a otro sabiendo que el problema de un equilibrio en las listas de hechizos era justamente el excesivo abuso en las capacidades de los hechizos de la Marca Tenebrosa por sobre los de la Orden del Fénix, no había nada que temer. ¿O quizás no se sentían con las capacidades para lograr ese veredicto justo o imparcial? ¿Temían que quizás la Marca generara una huelga por tal determinación? Porque hasta lo que he leído en los párrafos de Crazy, el bando de la Marca ha hecho todo correcto y sin errores, y el bando de la Orden ha cometido un error tras otro después de postular la huelga. Es difícil avanzar a una nueva idea o proyecto sin solucionar los ya pendientes. Y si intentaron implementar nuevas ideas o proyectos sin afiatar las bases de los pendientes, en que incluso nuevas ideas se podían basar, la verdad sólo se estarían añadiendo más pisos y departamentos a un edificio construido en un suelo de arena al lado de la costa. Si hubiese un maremoto con alerta de tsunami... Por otra parte, cuando después de tanto aislamiento se busca imponer el desistir de un movimiento para aceptar mediar (sin propuestas concretas de solución) entre ambos bandos, y sin que las líderes afectadas pudiesen consultar con libertad a su equipo debido a la limitación de la regla mencionada en el punto uno mucho más arriba: pues, es bastante responsabilidad para una decisión de solo dos personas que afecta a todo un equipo, y mucho más fácil echarles la culpa que echarle la culpa a todo un equipo de personas trabajando por el mismo fin. Es sorprendente que recién después de leer la palabra "radicalización" en el subforo de la Orden es que reaccionara administración de manera pública cual CIA o FBI. Todo lo expresado en simples ideas no tenía un determinante real, ni se veía que fuese a surgir. Por supuesto, pensando en que en este foro aún existe la libertad de expresión. Pero si había temor de que realmente ocurriese que se generara un "boicot" al excelente y magnánimo trabajo del Ministerio de Magia del foro, ¿por qué simplemente no dejaron un mensaje al respecto como ya habían hecho en ocasiones anteriores, sabiendo que pueden dejar comentarios en cualquier parte del foro en el rol de administradores? Suponiendo claro que aún había libre albedrío y democracia en el juego. Insisto, la huelga fue aprobada por la gran mayoría de los integrantes del bando de la Orden del Fénix en votación democrática y autorizada por sus líderes a realizarse. ¿De verdad creían que sólo un grupo de menos de diez personas harían todo lo propuesto en lluvia de ideas sin esperar la resolución del bando en base a lo que las líderes explicaran y la idea mayoritaria de todo el bando? Por algo se llama lluvia de ideas, sistema básico de organización y generación de nuevos proyectos. Si alguien no cree esto, que administración visibilice para todos los usuarios los subforos de ambos bandos y que cada usuario lea lo posteado para que tome sus propias opiniones. Aunque en tema de opiniones, me queda más que claro lo que la gran mayoría de los usuarios activos o que alguna vez fueron muy activos tiempo atrás en el foro piensa de la resolución actual de administración. Por otra parte, si viene un organismo X a comprar a la fuerza los servidores en que el foro se encuentra mantenido y actualmente activo para ser visto en internet, y le arrebata los permisos eliminando todo el acceso al mismo y perdiendo la posibilidad de rescatar ideas, historias, risas, proyectos y tantas otras cosas desarrolladas hasta ahora, ¿cómo les sentaría a todos los usuarios del foro esto? Quizás administración responderá que tienen el respaldo adecuado para montarlo todo en otro servidor, y me parece excelente ello. Aquí los bandos no necesariamente: cada equipo confiaba en la administración en ese sentido. Y señalo "confiaba", porque los últimos actos hicieron bajar no su popularidad, sino su nivel de confianza cada vez más abajo o casi inexistente en muchos. Sólo sus amigos y cercanos les apoyarían a estas alturas, que es lo que se puede determinar por los bonitos "Me gusta" entre cada posteo que aparece como respuesta inmediata. Y después de todo eso, por fin tres párrafos de autocrítica. Creo que aquí el error es ser parcial y subjetivo como administración, y no objetivo e imparcial como creen que son. Si realmente querían un cambio como adjudican a su actuar, en ese caso debían haber cerrado o cambiado a los líderes de ambos bandos al segundo mes, y no solo a los del bando que se atrevieron a ir en contra de una injusticia, y que por luchar por ello sin tener nada más a cambio que un juego más justo y divertido para todos, ahora están sufriendo las penurias del infierno como forma de trasladar la responsabilidad completa y el enfoque de las decisiones de administración de dos personas que administran todo el foro a otras dos personas que lideran un equipo de un bando. Exactamente, nadie es perfecto. Pero es peor quien se queda en los laureles sin continuar mejorarse y buscar la perfección en TODOS los aspectos de lo que comprende que quien continúa buscando mejorar y perfeccionarse, a pesar de las trabas y barreras que la vida misma impone, incluso por parte de sus congéneres. Por otra parte y si quieren un nuevo proyecto de juego de rol viable para todos, pueden comenzar a recolectar todas y cada una de las ideas que cada jugador en algún momento de estos últimos años ha mencionado tanto ahora, como hace tiempo atrás, para poder generarlo. ¿Quieren ideas? Creo que hay varias áreas del foro de donde se pueden tomar, incluyendo los subforos de la Orden y de la Marca, la Oficina de Líderes y los mensajes privados. Los usuarios lo han generado hasta ahora. Pero si quieren que los usuarios les manden un proyecto en formato tesis para que ustedes sentados los lean y aprueben como si fuese simple papelería -porque así es sumamente bonito el solo leer y aprobar, pero no generar algo nuevo o complementar- y desaparezcan por otro conjunto de años después de aprobarlo e implementarlo, pueden seguir esperando sentados. Si los usuarios que pertenecían a ambos bandos se les han adelantado en abrir tópicos para recolectar ideas, es porque muchos desean que regrese ese juego de bandos. Si quieren nuevos proyectos, perfecto: pero comprométanse realmente con el foro como tal, y que no quede en bonitas palabras de políticos en elecciones que cuando ya son designados con el cargo cambian todo el panorama como tal. O se ven superados por algo ocurrido y deciden usar la fuerza bruta. Las respuestas subjetivas que han entregado como administración en posteos que deberían mantener su neutralidad para entregar el ejemplo habla de su profesionalismo y seriedad en este último tiempo, incluyendo especialmente esta última semana. Y para terminar -porque quizás posteo poco en cantidades, pero cuando lo hago también me gusta explayarme- quiero citar la definición: "Dicho de una persona: Que abusa de su poder, superioridad o fuerza en cualquier concepto o materia, o que, simplemente, del que impone ese poder y superioridad en grado extraordinario." sobre la palabra "tirano" que otorga la fuente anteriormente mencionada, y de "Abuso o imposición en grado extraordinario de cualquier poder, fuerza o superioridad." referido a la palabra "tiranía". Que cada quien saque sus propias conclusiones, y que realmente si no es el objetivo de la actual administración ir por ese camino de las definiciones, que lo demuestren. Aunque a estas alturas y por lo visto hasta ahora -y parafraseando a Crazy- este tópico está demostrando que esperar tal cosa sería ingenuo por mi parte.
  2. Entonces y luego de la presentación suya y de sus compañeros, Koseh se prestó a poner atención a lo que Apolo les comenzaría a mostrar. El mago sonrió al pensar en la infinidad de conocimientos que podría observar y aprender, especialmente con tal de poder usar mejor a su compañera mágica que, aunque parecía más acostumbrada a otras manos, igual se entregaba con sí mismo como si hubiese una sutil conexión... como si su propia varita le ayudara a guiarlo para desarrollar su magia y su potencial. Con curiosidad, el chico vio cómo su profesor sacaba una tiza de su mochila y comenzaba a dibujar unas formas aún desconocidas para él. Suponía que posteriormente iba a explicar el significado de todo ello, ya que las figuras eran atrayentes en formas, especialmente un par de ellas; no obstante, Apolo siguió hablando y Koseh decidió poner atención completa en sus palabras. Previo al comienzo de la clase y al notar que su maestro comenzaba a dibujar formas en la pizarra, se había apresurado para sacar un cuaderno muggle (que pensaba era más útil en ocasiones que los pergaminos para tomar apuntes) y una pluma moderna que había llevado consigo. Para cuando Apolo comenzó a explicar la definición de los encantamientos, rápidamente Koseh tomó nota de lo más importante de lo que decía, incluyendo el ejemplo. Especialmente le llamó la atención la diferencia entre encantamiento y transformación: la definición en que no era lo mismo en proyectar la magia no la había entendido del todo, pero no porque no comprendía el concepto. "Es extraño. Pensaba que siempre había una proyección de magia, incluso en el arduo trabajo de lograr una transformación. Quizás se refiere a que no siempre una transformación es el idéntico a sólo lanzar un hechizo desde la varita", meditó para sí, mientras observaba a la mesa que Apolo apuntaba disminuir de tamaño con el hechizo Diminuendo. Finalmente, el maestro comenzó a enfocarse en los dibujos que había realizado en la pizarra, y ahora sí Koseh los pudo contemplar mejor. Cada dibujo representaba una criatura que, a su vez, enfocaba en sí un elemento básico de la naturaleza. El chico pensó que el tema se ponía más interesante, sonriendo al ver que hacía referencias a descubrir el elemento con el que cada uno de ellos tenía más afinidad. Era algo que nunca había hecho antes, que recordase. Poniéndose de pie y sacando su varita blanca de entre sus ropas, Koseh vio de reojo que sus compañeros imitaban las acciones de Apolo. Pendiente de cada movimiento del joven, observó con asombro que una especie de torbellino de agua le cubría por completo, como si fuese el verdadero elemento surgiendo de la nada hasta parecer que se fundía con él. Incluso pudo sentir las gotas de rocío refrescar su rostro en cuanto terminó la curiosa especie de invocación. - Entiendo... entonces así es cómo se expresa la afinidad elemental - murmuró para sí, asintiendo a las palabras de Apolo, que continuaba explicando. ¿Con qué elemento expresaría afinidad precisamente él? Observando a las criaturas de la pizarra, habían dos de la parte final que le llamaban profundamente la atención, más que el resto. Hasta que un término que jamás había escuchado le puso atención mayor: encantamiento paraverbal. La verdad es que -a simple vista- no le veía mucha diferencia a la realización de un hechizo no verbal, salvo claro que la proyección de magia para invocar su elemento afín podría marcar la diferencia principal. Escuchando los consejos que Apolo les entregaba, Koseh se dispuso a proyectar su magia tal cual se lo había indicado. - Bien, me gustaría intentarlo entonces - señaló, muy interesado. Tomando distancia de los demás para no dañarles o afectarles negativamente con lo que fuese que podría suceder -si sucedía-, el mago guardó su varita en el bolsillo de su túnica, cerró los ojos y comenzó a respirar profundamente para concentrarse. El aroma del aire marino llegó a su nariz, así como el sonido de las olas mecerse suavemente en el mar cercano al llegar a la costa. A lo lejos, la tranquilidad del océano siendo de amanecer. Una gaviota pasó volando a lo lejos de un extremo. Y entonces abrió los ojos: supo que ya estaba listo para realizar lo que se necesitaba. Para eso, primero imitó suavemente los movimientos que Apolo había realizado con su brazo, sin intención. No sabía si le había parecido, pero un suave cambio en el movimiento del aire a su alrededor le hizo notar que algo había querido surgir sutílmente. Parpadeando sorprendido, se decidió a realizarlo de la forma correcta. Moviendo su brazo en el sentido de las agujas del reloj mientras respiraba profundamente, Koseh dejó botar el aire con fuerza por sus agujeros nasales. Y entonces ocurrió. Un suave sonido agudo, seguido de un repentino destello de luz blanquecina con pequeños tintes azabaches que brotó desde la arena alrededor del mago, iluminándolo como si fuese una especie de aura que se hubiera elevado a su alrededor. La efusión del movimiento de la luz fue tal que el propio Koseh pudo sentir que su cabello se movía suavemente hacia arriba, al igual que unos cuantos granos de arena. Todo esto duró sólo unos segundos. Así como surgió efusivamente, así mismo la luz se disipó hacia arriba, y tanto el aire alrededor del joven mago como los granos de arena que se habían elevado lentamente fueron cayendo como en los relojes de arena al contar el paso del tiempo. El chico aún seguía muy sorprendido, mirando con atención el fenómeno que había acontecido. No había logrado mantenerlo por tanto tiempo como su profesor, ni tampoco había podido desaparecer por completo en la luz -ya que en todo momento era visible su cuerpo físico mientras surgía el elemento-, pero parecía que había tenido éxito para ser la primera vez en invocar su afinidad. De modo que la luz era el elemento con que mejor tenía concordancia su esencia, su magia. La luz... y algo de oscuridad también, por los tintes negruzcos que habían salido del destello. Koseh sólo quedó en silencio mirando a Apolo en espera de alguna corrección o explicación a lo acontecido.
  3. Lentamente notaba que su visión estaba algo nublada. Parpadeando suavemente para poder enfocar bien lo que tenía en frente, el elfo doméstico abrió con sorpresa los ojos. Lo último que recordaba era haber llegado al frente de un curioso local de vulcanización mágica del Callejón Diagon, ya que había logrado averiguar que tenía una fuerte relación con una persona del pasado que le podría ayudar en su cometido. Inugetsu intentó determinar en dónde se encontraba, ya que no estaba donde su memoria le decía que había quedado, luego de caer al piso violentamente. Ya tampoco sentía que perdiese su sangre por el resto de su cuerpo, aunque los dolores producto de los impactos de hechizos y magia oscura que había recibido, así como de los cortes y heridas que había sufrido todavía le torturaban en su cerebro y su médula espinal. Ese tipo de daño mental no era fácil de restaurar, aunque fuesen expertos en curaciones mágicas. Y fue que sintió parte de la magia de la cual había sido parte -ya que era evidente que le habían sanado de sus graves heridas, y la experiencia amplia que poseía, luego de observar innumerables combates entre los miembros de la Orden del Fénix y los mortífagos de la Marca Tenebrosa oculto en aquellos tiempos en la mansión Delacour, se lo decía. La misma fuente de magia se hallaba al frente suyo. Un mago de tez clara y de cabellos pelirrojos estaba allí, aquel que parecía corresponderse con las características del individuo al cual estaba buscando. Thomas se había presentado brevemente y le había confirmado lo que había deducido de los hechos. Ahora le tocaba responder una pregunta natural, y no era extraño, ya que: ¿cuántas veces un elfo doméstico ensangrentado y moribundo se dejaba caer en la entrada de un negocio de magos? - Thomas, ¿verdad? Entonces usted sí es el señor Thomas Elros Gryffindor - señaló Inugetsu. Parecía más animado por lograr dar con ese individuo. - Mi nombre es Inugetsu, y a decir verdad, ha sucedido muchísimo para poder llegar hasta acá. Le agradezco mucho las preocupaciones y la sanación que me ha otorgado, y lamento las molestias causadas por ello. << Verá, señor Thomas. Hay un enorme peligro que se oculta sabiamente en un rincón de Inglaterra, y que no se ha dado a conocer aún porque busca operar en secreto para sus propios beneficios. Ese peligro puede desbordarse en cualquier momento, y seguramente será mortífero para todos aquellos que conocieron... a... bueno, a cierta persona.>> Inugetsu se vio obligado a detenerse. Intuía que de continuar, tendría que verse en la obligación de castigarse a sí mismo por revelar información que le habían prohibido decir. Aunque todavía tenía serias dudas de si esa orden procedía de su verdadero amo o de alguien usurpándole, estaba seguro que tendría que responder a los antiguos encantamientos de su raza, aunque no quisiera. - Escapé de ese peligro a muy duras penas, pero hay bastantes cosas que se me prohibieron decir. Mi joven amo... mi joven amo fue... - añadió, pero su voz se quebró a mitad de camino. Unas lágrimas comenzaron a brotar de sus enormes ojos, e Inugetsu sintió que su garganta se había secado. Amargamente, dejó que sus lágrimas cayeran lentamente por su rostro en silencio, agachando un poco la mirada. - Necesito encontrar al joven Enrick... Me enteré que usted podría haberlo conocido o saber de su paradero. Él podría ser la clave para ayudar a evitar que esta amenaza se cierne sobre nosotros por completo. ¿Podría ayudarme con ello? - le pidió el elfo doméstico. "Y también está la posibilidad de que el joven Enrick pudiese ayudarme con mi joven amo", pensó para sí mismo. Ya no sabía a quién más acudir: todas las demás personas de confianza que alguna vez estuvieron cerca de aquella a quien quería auxiliar les había perdido la pista hacía mucho. Y, sabedor de lo ocurrido ese día fatal, dudaba muchísimo que fuese bien recibido si regresaba a contactar con quien había sido la persona más cercana para su joven amo en aquellos tiempos. ~Inugetsu, elfo doméstico de Heko @@Thomas E. Gryffindor
  4. "Tomar clases... Eso no era lo que estaba esperando cuando llegué aquí, la verdad", pensó un momento para luego sonreír resignado. Quizás era justo lo que necesitaba para poder complementar y mejorar en la práctica de los hechizos bajo la varita que le habían cargado llevar y usar como si fuese la suya propia. Pero esa varita le superaba por mucho en poder a cómo podría esperarlo. Y cómo no, si era la varita original de aquél mago del cual se habló bastante hace unos años por ese pueblo, algo que el propio Koseh desconocía. Sólo por eso fue que el mago decidió inscribirse a una clase de aquella Universidad que le entregaba curiosos recuerdos, de los cuales echaba en falta por diversos motivos, siendo el principal ese fatídico evento del cual aún no podía recordar grandes detalles. Necesitaba un guía que le ayudara a desarrollar mejor su magia, o al menos enfocarla correctamente en el instrumento mágico que portaba. De algún modo, estaba seguro que podría avanzar bastante en su crecimiento personal y autoconfianza. Y tal vez por fin podría deshacer aquél encantamiento desmemorizante que estaba seguro tenía en su mente como un fuerte cerrojo que se resistía hasta las mejores llaves maestras. Con la carta que la lechuza le había traído sobre la clase de Encantamientos a la cuál estaba inscrito, y con el destino dibujado en un mapa, Koseh pudo llegar sin grandes complicaciones antes que saliese el sol ese día. Vestido de una sencilla túnica blanca y con unas sandalias útiles para caminar en la playa, el joven no se aventuró a llevar algo más que una pequeña mochila con objetos destinados a su aprendizaje personal. Sólo tenía que seguir caminando para notar a lo lejos una gran mesa en plena arena, al igual que un par de jóvenes de quien dedujo que uno de ellos podría ser el profesor de la clase. Acercándose a ellos y notando que otro mago se acercaba a ellos, el mago se sentó en silencio mientras escuchaba a Apolo -su profesor- y a sus compañeros que comenzaban a presentarse. Fiel a su forma de ser, el chico les observó atento: la joven llamada Sol y el otro chico, llamado Ethan. No los conocía muy bien, por lo que no podía rescatar mayor información al respecto, salvo por lo que habían relatado. Finalmente le tocaba el turno de presentarse, pero... ¿qué era lo que podía decir? - Pues, creo que es mi turno. Mi nombre es Koseh Oybagash, mucho gusto. La verdad es que he estado hace muy poco en Inglaterra, especialmente en el pueblo de Ottery St. Catchpole y no puedo decir mucho de todo. Puedo decirles que mandé una solicitud para trabajar en el Hospital San Mungo de Enfermedades y Heridas Mágicas, y que me gustaría aprender bastante y practicar los hechizos requeridos para mejorar en mi desempeño personal. - - Mi varita... - añadió, mientras sacaba a la susodicha del bolsillo de su túnica -, diría que no la logro comprender del todo en ocasiones. Supongo que por eso, en ocasiones mis hechizos son algo más torpes de lo que me gustaría que saliesen - Dando un suspiro profundo, volvió a mirar a sus compañeros y a Apolo antes de tomar asiento en su sitio. No sabía si era importante aquello, ni tampoco era un experto en el arte de las varitas, pero sí sospechaba que ese objeto mágico en sí era muy especial. Esperaba que su tutor pudiese desentrañar más la capacidad de poder entenderla como quería, y enfocar su poder mágico en ella como la mayoría de los magos y brujas podían lograr con certeza.
  5. Hola buenas! Vengo a dejar la solicitud de registro de la bóveda de mi negocio para su aprobación, porfis Nombre del Negocio: Wright & Wrong: Detectives Privados Link a la Bóveda del Negocio: Bóveda Negocio Wright & Wrong: Detectives Privados Trámite a Realizar: Registro y aprobación de bóveda Eso sería, muchas gracias!
  6. Consumibles en Batallas Nombre: Descripción: Tarjeta Categoría: Precio pagado: Fecha de compra: Link a la certificación: enlace Nota: No se permiten más de 5 consumibles en inventario.
  7. Poderes de Criaturas Tipo de Poder: Descripción: Tarjeta Precio pagado: Fecha de adquisición: Licencia de uso:
  8. Libros de Hechizos Nombre: Libro del Aprendiz de Brujo Descripción: Tarjeta Nivel: 1 Precio pagado: 1000 G Puntos obtenidos: -- Fecha de compra: 13.12.2018 Link a la certificación: enlace Habilitado para su uso: Si
  9. Criaturas Mágicas Nombre producto: Búho Descripción: Tarjeta Categoría: X Precio pagado: 75 G Puntos obtenidos: 10 Fecha de compra: 20.08.2011 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Perro Descripción: Tarjeta Categoría: X Precio pagado: 100 G Puntos obtenidos: 10 Fecha de compra: 13.11.2011 Link a la certificación: enlace Criaturas en la Reserva:
  10. Pociones Mágicas Nombre producto: Descripción: Tarjeta Categoría: Precio pagado: Puntos obtenidos: Fecha de compra: Link a la certificación: enlace
  11. Objetos Mágicos Nombre producto: Varita Mágica Descripción: Tarjeta Categoría: AA Precio pagado: Gratuita Puntos obtenidos: 20 Fecha de compra: 09.07.2011 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Monedero de Piel de Moke Descripción: Tarjeta Categoría: AA Precio pagado: 200 G Puntos obtenidos: 10 Fecha de compra: 13.11.2011 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Medallón para Avisar el Peligro Descripción: Tarjeta Categoría: AA Precio pagado: 350 G Puntos obtenidos: 10 Fecha de compra: 13.11.2011 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Vuelapluma Descripción: Tarjeta Categoría: AA Precio pagado: 100 G Puntos obtenidos: 10 Fecha de compra: 13.11.2011 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Guantes de Piel de Dragón Descripción: Tarjeta Categoría: AA Precio pagado: 280 G Puntos obtenidos: 10 Fecha de compra: 13.11.2011 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Anillo Descripción: Tarjeta Categoría: AA Precio pagado: 150 G Puntos obtenidos: 10 Fecha de compra: 10.02.2012 Link a la certificación: enlace
  12. Indice de Bienes Objetos Mágicos: Objeto: Varita Mágica Clasificación: AA Puntos de Poder: 20 Objeto: Monedero de Piel de Moke Clasificación: A Puntos de Poder: 10 Objeto: Medallón para Avisar el Peligro Clasificación: A Puntos de Poder: 10 Objeto: Vuelapluma Clasificación: A Puntos de Poder: 10 Objeto: Guantes de Piel de Dragón Clasificación: A Puntos de Poder: 10 Objeto: Anillo Clasificación: A Puntos de Poder: 10 Pociones Mágicas: Objeto: Clasificación: Puntos de Poder: Criaturas Mágicas: Criatura: Búho Categoría: X Puntos de Poder: 10 Criatura: Perro Categoría: X Puntos de Poder: 10 Criaturas en la Reserva: Criatura: Categoría: Puntos de Poder: Libros de Hechizos: Libro: Libro del Aprendiz del Brujo Nivel: 1 Poderes de Criaturas: Tipo de Poder: Consumibles en Batallas: Nombre: Descripción: Categoría:
  13. Hola! Quisiera inscribirme a una de las clases de conocimientos, a ver si alcanzo antes que termine el plazo (por aquí aún es 21 xD) Nick: Héctor Weasley D. ID: 113321 Conocimiento: Encantamientos Nivel de Magia: IV Link a la Bóveda: Bóveda personal Link a la Ficha: Ficha de Heko
  14. En un principio, tranquilidad en el ambiente general. Transeúntes por doquier, caminando de aquí para allá haciendo sus compras o paseando por los diversos y maravillosos negocios que el Callejón Diagon presentaba para quienes gustaban de visitarlo. Magos pequeños jugando entre ellos, observando los últimos modelos de escobas de Quidditch, revisando libros de hechizos complejos o simplemente buscando alguna que otra chuchería. Magos y brujas adultos supervisándoles o acompañándoles. Pero generalmente -salvo algún que otro mestizo- todos eran humanos. Todos, a excepción de la criatura que se había aparecido de la nada justo frente a una puerta metálica que indicaba el acceso de un negocio curioso en su estilo como en su rubro. La extraña criatura tenía semejanza con lo que todos conocen como un elfo doméstico, pero éste en particular era el elfo más desastroso, andrajoso y desaliñado que se pudiese observar. Era como si su amo no pretendiese preocuparse por él, o le hubiese dado la orden de vestir los harapos más sucios que pudiese, ya que la tela blanca que rodeaba su pecho estaba hecha jirones por todas partes, como si una criatura se hubiese ensañado a desgarrarla en repetidas ocasiones. Además, vestía pantalones hechos a su medida, pero de los mismos sólo quedaba una pierna casi completa; la prenda estaba desgastada hasta el extremo, y desgarrada en toda una rodilla hasta el tobillo. Para colmo, todas las prendas estaban manchadas con algo que parecía sangre: no era algo que se pasara por alto, a excepción que fuese alguien que no simpatizara con la forma de ser de los elfos domésticos. Lo que pocos sabían es que este elfo no gustaba de vestir harapos, y mucho menos presentar las espantosas heridas que habían dejado mella por todo su maltrecho cuerpo: la criatura estaba respirando con dificultad, y apenas podía levantar la vista de donde estaba por una contusión severa en su rostro, la cual había inflamado parte de su frente y limitaba su visión. Varias de las heridas distribuidas en su cuerpo -que estaban asociadas a los jirones de su ropa- aún seguían sangrando profusamente. Algunas gotas del líquido vital comenzaban a manchar el suelo en donde la criatura estaba parada. Sus ojos se habían posado en la cabeza de león que había rugido después de que el elfo diese unos cuantos pasos al interior de la vulcanización mágica. La recepcionista se había quedado sorprendida ante la aparición de la criatura, y especialmente en ese estado que presentaba. Temiendo de que fuese a intentar ser echado o pudiese desviarse de la situación, y consciente de que no sabía cuánta energía o tiempo tenía aún para lograr lo que pretendía, el elfo decidió ir al grano. - ¡Por favor! - exclamó apenas con la voz que le quedaba - ¡Necesito... necesito hablar... con el dueño del lugar! ¡Es una emergencia! - Respirando agitadamente y sintiendo un leve mareo que le volvía nebulosa la visión, el elfo agitó de un lado a otro su cabeza -haciendo que sus orejas de murciélago batiesen a ambos lados- y volvió a hablar, cada vez con más dificultad. - Busco a Thomas... o Enr... Elros... como se llama ahora..., - exclamó casi balbuceante - por favor. Dígale que... que Inugetsu lo busca... - Apenas hubo pronunciado esas últimas palabras cuando sentía que su energía finalmente se drenaba casi por completo. Estaba viendo las cosas cada vez más borrosas, y el mundo daba vueltas a su alrededor. Confiando en que lograría ver a quién necesitaba, o al menos saber que esa persona había tenido alguna conexión en alguna ocasión con quien tenía que tratar, Inugetsu se angustió. Un último recuerdo apareció en su mente: un mago joven, alto y de cabellos negros. El mismo quien alguna vez había sido alguien amable y bondadoso, ahora expresaba una risa fría y sin vida. Una neblina oscura y espesa le cubría casi por completo, practicamente impidiendo ver su rostro o de quién realmente se trataba. Inugetsu sólo intuía que era el mismo, pero no podía ser. Le había dicho que lo había controlado; eso le había dicho a todos. A quienes quería, a quienes cuidaba y a quienes trataba con cariño diariamente. No podía ser, y a la vez había sucedido. Todo se había vuelto en una situación de pies a cabeza. "¡Deténgase, por favor! ¿Cómo puede hacer esto? ¿¿Cómo puede hacerle esto a su familia ahora que más le necesitan??" había gritado al individuo. Todo parecía que no servía de nada. Una bruma densa y negra había envuelto rápidamente el rededor de Inugetsu, e inesperadamente ya no podía ver nada más. Además, sentía que se asfixiaba sin que su magia pudiera evitarlo. "Joven... amo... Heko..." sollozó. Y entonces el recuerdo se desvaneció de su mente. Y ahora era él, Inugetsu, quien soltaba suavemente unas lágrimas desde sus ojos, porque sabía qué era lo que había acontecido en realidad todos esos años de ausencia y lejanía. Y que a pesar de todo, sentía remordimiento y temor, porque no podía expresarlo todo. Era una orden directa, y así y todo dudaba de que fuese de él esa orden directa, y por ello es que se permitía desobedecerla parcialmente sin tener consecuencias a sí mismo. O tal vez... El elfo doméstico había caído al suelo de frente, boca abajo, con su cuerpo inerte e inconsciente. Apenas parecía ya respirar. La sangre que fluía por sus heridas abiertas comenzaba a formar muy lentamente una poza que se acumulaba bajo su pecho y entre sus ropas. ~Inugetsu, elfo doméstico de Heko
  15. La joven Delacour le había contestado positivamente, lo que a Koseh le alivió en su interior. Todo parecía indicar que no había problemas en continuar su propia investigación; a pesar de que le habían advertido que debía tener resguardos si llegaba a encontrarse con ciertas personas -entre ellas Mei-, el joven mago rechazó por completo cualquier consejo en contra de dicha muchacha. Incluso parecía algo más relajada que antes después de dar su última respuesta. ¿Tendría realmente que ver con la presencia de la joven que había retirado a Viana hace unos momentos? - Perfecto. No te preocupes, lo buscaré con anticipación para no perderme - contestó Koseh con suma sinceridad; de verdad estaba aliviado que la joven hubiese aceptado su petición -. Entonces quedamos en ello. Muchísimas gracias nuevamente, Mei. Nos vemos luego - Ante su despedida, el joven sonrió y también levantó su mano, agitándola suavemente. Mientras seguía sus pasos con su mirada hacia la salida de la Biblioteca, algo en su interior comenzó a inquietarle. Estaba ciertamente sorprendido y francamente satisfecho de a dónde le había llevado la investigación que estaba realizando. Mucho más de haber descubierto algo en los libros de historia que quería observar. El hecho de tener contacto con personas del poblado le estaba haciendo descubrir cosas que nunca pensó que podría saber. - Veo que venir hasta este lugar tuvo sus frutos, después de todo... - comentó Koseh para sí mismo en un leve murmullo, mirando con sorpresa y dicha a su alrededor. Los magos y brujas seguían yendo y viniendo en las diversas salas de la edificación. No obstante, el chico ya no tenía nada más que hacer por allí. Sabiendo lo que debía hacer ahora, y guardando en su bolsillo la problemática varita que había recibido, se encaminó hacia la salida del lugar. Debía de encontrar "Dolce & Gabbana" de alguna manera; si estaba en el Callejón Diagon y quería encontrarse con Mei nuevamente durante la tarde, tenía que darse prisa. El sol estaba próximo a subir a su cénit en cuanto hubo salido al exterior.
  16. Hola, buenos días! Pasaba por aquí ya tenía una duda sobre el formato de compra que @@Matthew B. Triviani me señaló al aprobar la compra del libro que había realizado, específicamente sobre el formato y el apartado que faltaba en el mismo. Aún me confunde un poco el nuevo sistema de compras (sobre todo después de ser un usuario de la "antigua usanza" (?). Lo que sí me queda claro es que necesito esperar a que aprueben mi Bóveda Trastera para poder seguir realizando compras Saludos y gracias de antemano por la respuesta!
  17. El joven había notado con gran claridad que su petición inesperada había pillado por sorpresa a Mei. La chica se había quedado detenida en el lugar mientras Koseh se dirigía a ver la fuente del sollozo que ambos habían escuchado inicialmente. Internamente, el mago sentía que había sido demasiado impulsivo con alguien que estaba conociendo hace sólo unos cuantos minutos -aunque le haya prestado su ayuda-, pero algo en su interior le decía que de no haber aprovechado esta oportunidad, difícilmente ocurriría de nuevo. Después de haber preguntado a la joven sobre su estado emocional actual, Viana terminó por sobresaltarse ante la voz del mago. La mirada de furia que le había dirigido hizo que Koseh inconscientemente retrocediese un paso por la sorpresa, aunque se notaba que buscaba corregir lo anterior al intentar componer una nueva sonrisa que -por primera vez- no parecía estar de acuerdo con sus verdaderas emociones. - Sí, entiendo... Tu protectora debe ser alguien muy estricta contigo - comentó en respuesta con sutileza, más como analizando lo que ella decía que como forma de empatía. La joven retrocedió un paso más intentando sonreír; parecía incómoda por dentro. - Muchas gracias, - contestó Koseh luego de que la chica mencionase a su madrina. Tal vez, ella era su protectora también - lo mismo puedo decir. Practicaré mejor mis hechizos desde ahora. Mi nombre es Koseh, Koseh Oybagash. El placer es mío - Antes que Mei o Koseh pudiesen reaccionar de nueva cuenta, Viana buscaba retirarse de la Biblioteca con gracilidad y prisa; no obstante, la aparición de una joven de cabellos rojizos y largos le hizo detenerse en seco. Incluso al mago le pareció que el ambiente alrededor gestaba un cambio, como si se pudiese cortar con un cuchillo por la tensión presente. Tal parecía que la jovencita que había llegado a buscar a Viana era su protectora o su madrina, como la misma le había definido durante su breve explicación anterior. Sólo eso explicaría la actitud de protección que parecía mostrar con Viana. De reojo, el mago observó el rostro de Mei: ante la aparición de la desconocida, sus facciones se habían vuelto levemente más rígidas. Algo parecía haber murmurado, pero Koseh no había logrado escucharla del todo. Por otro lado, las jóvenes parecían conversar algo privado entre sí, ya que el chico no era capaz de apreciar siquiera un murmullo entre ambas; posiblemente se hubiesen valido de algún sortilegio para evitarlo. La joven Delacour se dirigió con voz alta al muchacho, sobresaltándolo levemente: ella también estaba anunciando su salida. La mirada fría que había presentado ante la llegada de la protectora de Viana se mantenía aún en su rostro, lo que hizo a Koseh sentirse algo intimidado, además de compungido. Temía que también su actitud se hubiera visto condicionada por la petición que le había hecho momentos antes. - Ah... Sí, entiendo..., - murmuró en respuesta, con su voz una octava más baja y retirando su mirada hacia un lado ante la vergüenza que sentía internamente. - Disculpa por entretenerte estando tan ocupada, y muchas gracias por todo nuevamente - señaló. No se esperaba que la chica le respondiese algo más sobre su petición. De todos modos, ¿por qué debería de ayudar a un perfecto desconocido que, además de haber generado un alboroto ante el cual le había defendido y demostrar comportamientos extraños, le solicitaba abiertamente un pedido? Aunque su mirada se hubiese mostrado fría y distante, algo le hizo pensar a Koseh que Mei se debatía por un instante entre la duda y la incomodidad. - ¿Qué? ¿Dolce & Gabbana? - repitió Koseh, parpadeando desconcertado por dicha respuesta algo misteriosa para él. Desde lejos, Viana se había dado la vuelta y se despedía de ambos jóvenes antes de irse con su protectora de la Biblioteca. Había pesquisado con el rabillo del ojo aquel movimiento, pero el chico estaba más concentrado en lo que Mei le había mencionado, por lo que no alcanzó a reaccionar a la despedida a tiempo. Para cuando quiso hacerlo, Viana ya se había retirado del lugar. Koseh se sintió incómodo. En ese tan breve lapso de tiempo hizo memoria de la extraña situación en la que había terminado, y qué había sido el causante de que ello pudiese ocurrir. ¿Cómo es que su varita reaccionaba de esa manera tan extraña y peculiar ante el contacto con la joven de cabellos castaños? Y también, ¿por qué notaba como si pudiera sentirse más seguro y determinado de lo que siempre había sido ante su contacto físico? Inconscientemente, apretó en su mano diestra con firmeza la varita que sostenía en respuesta a la angustia de todo lo que había experimentado hasta ahora, como si su compañera fuese la causante directa de dichas emociones. "¿Por qué? ¿Por qué me está sucediendo esto?", se preguntó a sí mismo con temor. Mas, la varita de colores blanquecinos similares a la nieve brilló una vez más como si actuase en respuesta a la pregunta del mago, y Koseh se vio fuera de la escena donde estaba realmente para encontrarse de pie en un lugar completamente diferente. Parpadeando asombrado y estupefacto, notó que de pronto se encontraba en un terreno rodeado de un hermoso y abundante pasto verde, algunos árboles y un majestuoso lago que parecía coronar la zona. A lo lejos podía divisar una enorme edificación similar a un castillo, la cual el chico no podía reconocer. Misteriosamente, se había hecho de noche, ya que la luz de luna llena era lo único que iluminaba el lugar. A unos metros de distancia, tres jóvenes (un muchacho y dos chicas) de una edad algo inferior a él interactuaban entre sí. Parecía ser una especie de altercado, ya que una de las jóvenes de cabellos castaños estaba enfrentando a los otros dos, mientras el muchacho le miraba desafiante y protegía con su brazo extendido a la otra chica, quien se había refugiado detrás suyo. Era claro que todo se trataba de un recuerdo, ya que ninguno de los jóvenes había reparado en la presencia del mago que los observaba con cautela y cierto desconcierto. - Veo que no te agrada estar conmigo o con Heko aquí, así que mejor te dejamos en paz así te calmas un poco - había expresado la chica junto al muchacho, para luego tomarle de la mano y arrastrarle con ella ante su mirada de sorpresa, la cual parecía haber cambiado a incomodidad y tristeza al ver a la primera bruja que se les había enfrentado. Había algo extrañamente familiar en esa chica, como si ya la hubiera visto antes. - ¡Mei! ¡Intenta parar esto! - gritó luego y por sorpresa la joven aislada, quien se había agachado a recoger una roca del suelo y la arrojaba a los otros dos, que se alejaban de espaldas. "¿¡Qué!?", exclamó sobresaltado Koseh, tanto por el nombre que había escuchado como por la acción que la otra joven había realizado. La aludida se había dado vuelta para ver lo que ocurría, pero antes que fuese golpeada, el chico de cabellos azabaches había reaccionado y desviado el proyectil con un golpe de su brazo, mandando la roca hacia el lago cercano. - ¡Basta ya! Es suficiente de tantas tonterías... - había contestado el joven al que llamaban Heko, quien parecía realmente enfadado aunque no se expresase completamente en sus facciones, sino en la fiera mirada que irradiaba. La bruja atacante no se amilanó ante esto, pero por precaución no pareció reaccionar nuevamente. - No le hagas caso, no vale la pena perder el tiempo con ella - le había dicho Mei a su compañero, en un claro intento de calmar el ambiente, aunque dirigiéndole una mirada fulminante a la otra joven. Entonces los dos comenzaron a alejarse del lugar, dejando atrás a la persona que les había atacado. De pronto, el ambiente alrededor comenzó a volverse algo más nebuloso y opaco. Con dificultad para mover su propio cuerpo, Koseh caminó tras los chicos que se alejaban, ya que ahora era más que claro para él quien era la chica de pelo castaño junto al muchacho; lo que no sabía era por qué estaba viendo esta escena. ¿Habría sido parte de sus recuerdos perdidos de antaño? Pero, de ser así, ¿no habría estado él, Koseh, participando de dicha escena también? Mirando hacia ambos lados con rapidez, pudo observar que las únicas personas cerca en ese lugar eran ellos cuatro, contándose. Mei, que parecía algo más joven que aquella a quien había conocido en la Biblioteca, se había sentado en una roca y miraba a su compañero con preocupación. - Perdón por lo que pasó, no era mi intensión involucrarte en algo como esto. Pareciera como si siempre que nos encontramos debe ir aparejado con alguna extraña situación - le dijo, riendo suavemente ante las últimas palabras, como si recordase un suceso divertido que hubiese ocurrido entre los dos. El joven sonrió. - No tienes nada de qué disculparte. Aunque haya pasado algo entre ustedes anteriormente, la actitud de esa chica llamada Tonkk fue la que inició todo esto. Y ni de broma me habría quedado de brazos cruzados viendo cómo te lastimaba...- mencionó el tal Heko, poniéndose serio un momento. A Koseh le había sorprendido la intensidad de las palabras del chico; le parecía increíble que alguien pudiese ser así de determinante en su actuar, especialmente para proteger a otra persona. Si él también pudiese ser así... Entonces, espontáneamente la escena había vuelto a cambiar. Nuevamente tenía a Mei mirándole de lado; no obstante, se notaba más adulta y segura en su actuar que la joven a la cual había visto en ese destello de recuerdo, que no parecía haberle llevado más que unos cuantos segundos al interior de la mente de Koseh. Levantando la mirada, el joven mago asintió. - Está bien, iré a buscarte a ese lugar entonces. ¿Podría ser más tarde, cuando hayas terminado con tu clase? - le consultó en respuesta con plena seguridad. "Si ese recuerdo que vi y mi varita están relacionados directamente con esta chica, puede que ella sea la clave para obtener las respuestas que he estado buscando", pensó nuevamente para sí. La varita blanquecina como la nieve todavía se sentía cálida al tacto en su diestra.
  18. Hola buenas! Me gustaría realizar esta compra, por favor. De antemano, muchas gracias!
  19. Mientras estaba sumido en sus pensamientos ante el extraño acontecimiento que había tenido lugar en su interior y exterior, Koseh reenfocó su visión en la chica que tenía a su lado. Se había presentado como Mei Delacour, y parecía una joven amable en su actuar; su risa nerviosa había hecho que parte del nerviosismo inicial del joven se esfumase tal y como había llegado a él. "Mei Delacour", repitió rápidamente en su mente el chico, y una nueva memoria surgió con velocidad en su cerebro. Días atrás, el mismo tipo misterioso y encapuchado con quien se había encontrado en una taberna y quien le había advertido de ciertas personas había incluido el nombre de Mei entre ellas. Pero en esta ocasión y recordando la actitud de la chica, Koseh desestimó el consejo de aquél sujeto misterioso. La chica de cabellos castaños no parecía en absoluto ser alguien molesta ni peligrosa, sino todo lo contrario. Su amabilidad le llamaba bastante la atención, sobre todo considerando que apenas se habían conocido hace unos minutos. Una sonrisa tenue apareció en el rostro del mago mientras trataba de poner sus pensamientos en orden. - Eh, sí, estoy... - comenzó, pero no pudo continuar la frase. Mei había tocado su hombro con suavidad; fue como si una corriente eléctrica remeciera el interior del cuerpo del joven. Un destello breve en sus ojos les había hecho cambiar de color a un negro azabache oscuro, casi imperceptivo en duración. La varita que sostenía aún en su mano diestra brilló profusamente por un segundo antes de volver a su estado natural. - ...bien - murmuró finalmente, medio desorientado. La voz de Koseh se había vuelto más profunda, como si mostrara seguridad absoluta en sus acciones. Esta vez, el mago sí se había dado cuenta del cambio. No obstante, no podía preocupar más a quien le había prestado ayuda desinteresada y además continuaba preocupándose de su bienestar a pesar de los problemas que había causado -aunque Mei había dicho que no era un inconveniente que fuera incapaz de manejar. Cerrando los ojos con solemnidad y sonriendo suavemente en señal de agradecimiento, Koseh tocó con sutileza con sus dedos sobre la mano de la joven, buscando darle a entender que todo estaba bien. Pero entonces un ruido similar a un sollozo se dejó escuchar de uno de los pasillos, curiosamente de donde habían llegado la mayor cantidad de libros que el mago había atraído con el encantamiento convocador. Mirando también hacia la dirección del sonido pudo notar que la primera chica en ayudarle y que parecía haberse ido del lugar en realidad se había alejado de donde estaban. Sus acciones cambiantes habían desconcertado previamente a Koseh, pero no podía reprocharle nada después de experimentar en sí mismo emociones que no parecían ser de él. Entonces cayó en la cuenta que aún mantenía el contacto físico sobre la mano de Mei, y rápidamente retiro sus dedos del lugar, entre avergonzado y asustado. Se había sonrojado levemente por lo que consideraba una osadía de su parte, y no quería que el asunto se malinterpretara más allá o se saliera nuevamente de control. Curiosamente, le pareció que su varita blanca había actuado nuevamente por sí misma cuando sintió el contacto de la chica. Estaba seguro que algo se había desplazado hacia Mei en ese instante, pero su inexperiencia y desconocimiento del tema le hizo dudar de la sensación, incluso como si no hubiera sucedido realmente. Mei le había dirigido nuevamente la palabra, señalando lo que ocurría en el pasillo contiguo con la otra joven. - Tienes razón, deberíamos ver qué le sucede - repitió con más seguridad ante su pregunta. - Aunque no es mi amiga... - murmuró para sí. No sabía si debía responder inmediatamente a su propia intriga interna, pero sabía que quizás no se daría una nueva oportunidad de resolver las incógnitas de su propio pasado. - A decir verdad... no estoy del todo bien. Mei, si no es mucha molestia, me gustaría hablar contigo luego - señaló con cortesía. Se sentía en confianza de tratarla de tú ante el trato recibido. - Hay algo muy importante para mí que necesito resolver, y creo que eres la indicada para ayudarme con eso...- Mirando en dirección de donde provenía el sollozo, Koseh encaminó sus pasos hacia la joven que estaba de espaldas a ellos. En ese momento se recargaba sobre el estante cercano, y parecía componer una sonrisa para tranquilizarse. - Disculpa... - comenzó el joven; no recordaba si le había dicho su nombre anteriormente. - ¿Te encuentras bien? ¿Podemos ayudarte en algo? -
  20. Parecía no tener respuesta pronta de sus acompañantes, y para ese entonces comenzaba a observar por el rabillo del ojo que podrían aparecer nuevos problemas si continuaban llamando la atención notoriamente. La mujer que había iniciado el escándalo en respuesta al intento de magia de Koseh estaba siendo retirada de la escena finalmente por los hombres de seguridad, y era notorio en su rostro que no estaban nada contentos con lo que había sucedido. El joven mago tragó saliva repentinamente al notar esto. Su brazo en el que sujetaba su varita se aflojó repentinamente, como casi dando un paso hacia atrás ante la reacción. No quería causar mayores problemas, y mucho menos a quienes amablemente se prestaron para poder ayudarle a pesar de ser el causante de todo. Su mirada se volvió algo triste mientras se dirigía fija hacia el piso, pensando profundamente en sus acciones. No había escuchado claramente lo que se estaba aconteciendo, pero la chica que se había quedado a su lado le dirigió la palabra, sobresaltándolo levemente. - Eh, ¡es cierto! Así lo haré... - expresó en respuesta, con cierta sorpresa en su tono de voz. Parecía que Koseh no había procesado la idea tan rápidamente - Koseh... Soy Koseh Oybagash. Lamento de verdad los problemas causados - añadió, con más decisión. Había caído en la cuenta que todavía no se había presentado a sí mismo. Parpadeando un par de veces, el chico notó que la joven -que había parecido descolocarse en un inicio- había sacado su varita y la comenzaba a usar para ordenar los libros que el encantamiento convocador había desatado. De pronto, la mano en la cual sujetaba su propia varita se estaba moviendo rápidamente sin que pudiese controlarla. Era como si la propia varita blanca dirigiese sus movimientos y usara al mago como una herramienta, imitando el mismo encantamiento que Mei había realizado con la suya. Por otro lado, el semblante de Koseh había cambiado repentinamente: de un joven algo inseguro y tímido había pasado a tener una mirada firme, decidida y profunda. Sus ojos brillaban con un negro azabache tan oscuro como la noche sin luna, y había acompañado los movimientos de su varita con su propia aparente voluntad. El resto de los pesados tomos se elevaron repentinamente, y con un vaivén de la varita se desplazaron inmediatamente y a gran velocidad directo hacia los lugares de donde habían salido; cada libro por una trayectoria diferente, evitando encontrarse con los obstáculos en su camino, hasta detenerse y depositarse con suavidad en sus lugares correspondientes de la Biblioteca. Después de terminar su muestra de magia, Koseh bajó su varita con suavidad. Lentamente y parpadeando con suavidad parecía volver a su semblante habitual; su mirada había cambiado a curiosidad y extrañeza. Parecía levemente confundido, como sin saber qué había sucedido a su alrededor por un instante. Lo que más le extrañaba era la sensación en la mano donde portaba su varita, la cual se sentía curiosamente cálida al tacto. "¿Qué? ¿Qué fue... lo que sucedió?", pensó para sí mismo. "No recuerdo haberle indicado a mi varita que hiciera algo en particular, ni tampoco pensado... ¿Habrá sido parte de mi poder que no recuerdo?".
  21. La extraña chica que le había ayudado primero había contestado a los dos presentes de manera atropellada. Parecía más nerviosa que el propio Koseh por la situación acontecida, y para el joven mago costaba de seguir su intrincada y curiosa expresión. Sólo observar su rostro se podía decir que la chica cambiaba de aires cada cierto tiempo: alegre, risueña, y ahora nerviosa e inquieta. El joven no podía quitar su vista, con una mirada que expresaba claramente lo que muchos podían pensar: la chica -llamada Viana- era toda una adolescente, y algo alocada. - Pues, gracias, - contestó - y no; no estoy lastimado. Esos ejemplares me dieron un buen susto... - No sabía si responder ante el resto de la frase de la joven, ya que de verdad parecía estar hablando con ambos presentes a la vez. E, inesperadamente, Viana pronuncia un nombre curioso que le llamó la atención. - ¿Jessie? Ese nombre me suena de algo... - murmuró, más para sí mismo que para sus acompañantes. "Espera... Jessie. ¿Podría ser la misma Jessie de la cual aquél sujeto me advirtió?", pensó Koseh rápidamente, haciendo énfasis en un recuerdo reciente del encuentro que había tenido con el mago misterioso hace unos días. Además de haberle otorgado un nuevo nombre y un propósito en la vida, le había hablado brevemente sobre algunas personas que podrían hacerle preguntas incómodas si se las encontraba. Una de ellas -por lo que podía recordar- era una chica que respondía al nombre de Jessie. Pero antes de que pudiese preguntar más por esa nueva mina de información, el joven se dio vuelta ante el discurso de otra chica, la cual parecía observarles desde lejos. Su apariencia era muy atractiva, y por lejos parecía ser una de las mujeres más altas que había visto en su vida. No parecía ser humana como tal, aunque la actitud externa que mostraba inspiraba precaución. Luego de escuchar lo que Lexy tenía que decir, Koseh sólo parpadeó rápidamente. Sabía que habían armado un buen alboroto, especialmente él por el accidente que había provocado debido a no pensar adecuadamente lo que ocurriría al usar un encantamiento convocador sin mayores especificaciones en una biblioteca tan grande como en la que estaban. Pero de eso a una señora loca, y de ahí a ser arrestados o castigados gravemente, era algo que dudaba profundamente. Mas, la primera chica que le había ayudado, Viana, había cambiado nuevamente su actitud a una asustadiza. El cambio de gestos había pillado al mago por sorpresa nuevamente, ya que en esta ocasión parecía sumamente afectada ante la presencia y las frases de la joven que había llegado ante ellos. Antes que Koseh pudiese preguntarle cómo estaba o qué le pasaba, Viana había salido huyendo a toda velocidad, directo a la entrada de la biblioteca. - ¡¡Oye, espera!! ¿¿A dónde vas?? - reaccionó el chico, estirando una mano en su dirección mientras observaba su huida. No sabía si había logrado que Viana le escuchara, pero huir sólo por unas bromas dichas por alguien desconocido era algo que descolocaría a cualquiera... a menos, claro, que de antemano... - Disculpa la pregunta, pero... ¿quién eres tú? - dijo Koseh con cautela, esta vez dirigiéndose a la recién llegada Lexy. Era todo a lo que atinaba decir después de ver la escena que la alocada chica había hecho ante las palabras de la bella joven. - Todo esto está sucediendo demasiado rápido para poder entenderlo bien - se lamentó para sí mismo. Hacía sólo unos días que había llegado al poblado, y ya estaba involucrado en un problema de grandes proporciones. Lo que el joven desconocía era de cuánta magnitud realmente el mismo era.
  22. Dentro de las historias que se cuentan de la leyenda del joven mago Weasley, se dice que en una de las rumoreadas ocasiones en que le reconocieron durante su desaparición, se había aparecido ante funcionarios del banco Gringotts con una nueva apariencia que distaba bastante de cómo se le recordaba. Un elfo doméstico de finos ropajes le acompañaba durante aquella travesía, y se cuenta que en esa visita hubo alguno que otro hechizo usado para evitar que el mago fuese rápidamente reconocido por los trabajadores presentes en el lugar con quienes trató. Tiempo había pasado desde aquello, pero había sido estipulado desde aquél entonces -tanto por escrito como por contrato mágico- que todo el uso de la bóveda personal de Heko y su contenido era libre de acceso y movimiento para cualquier ser mágico que pudiese reclamar con el aditamento adecuado: una llave dorada fabricada a mano por duendes y encantada para que sólo pudiese responder ante sus legítimos dueños, a quienes el propio Heko había autorizado personalmente a poder usarla. La misma llave haría que el uso de la bóveda fuese permitido para quien la portase, y el personal de Gringotts la reconocería en el acto. No obstante, en muchos años nadie había ido a reclamar el contenido de la cámara. El personal del banco no se había molestado en comprobar grandes cambios debido a la inactividad, y la bóveda del Weasley comenzó a caer profundamente en el olvido, en favor de nuevos usuarios más activos del lugar. Por lo mismo, sólo pocos pudieron saber a ciencia cierta que, en un pasadizo oculto al interior de la misma bóveda, se encontraba un acceso secreto a una cámara ubicada en la profundidad y en lo profundo de la tierra, de un tamaño por mucho mayor a la primera bóveda. La bóveda trastero -cubierta por una puerta corrediza de piedra que se activaba únicamente ante el contacto con la "varita de nieve" del chico perruno- yacía allí quizás desde mucho antes de que se pusiera en uso como tal. Además, sólo los empleados autorizados de Gringotts podían acceder a la cámara secreta, únicamente para realizar movimientos legales relacionados con los trámites bancarios. La bóveda estaba encantada para reconocer a cada ser que entrara a su interior y reaccionar en consecuencia, incluso a defenderse si eso era requerido ante posibles ladrones que superaran sus defensas. Una cámara de un tamaño tan grande como tres manzanas de cuadra al interior, seguramente debido a algún hechizo de extensión, mostraba en su parte interior luminarias esparcidas por el techo y paredes, mantenidas por medio de algún encantamiento de gran durabilidad. Las paredes y techo de piedra maciza y oscura parecían mantenerse pulidas a la perfección, por lo que denotaban y reflejaban el contenido que se ubicaba al centro de la sala. Con solo entrar a la cámara se podía apreciar al menos diez filas de largos y elevados estantes, definiendo grandes pasillos ante los cuales se podía recorrer para llegar a lo que se necesitaba visitar u obtener. Cinco mesas de madera enormes, con sillas que aparecían mágicamente según las personas que entraban, se esparcían cerca del comienzo de los pasillos; era un detalle curioso debido a la limitada cantidad de seres que podían acceder al interior de la bóveda. Debido a su complejo tamaño, pequeñas plataformas que podían llevar y soportar a dos humanos adultos de pie se elevaban y desplazaban a gran velocidad hasta la zona en donde se quería detener a recoger algo que hubiese. Las estanterías recorrían al menos una manzana y media, dispuestas a llenarse de cada objeto mágico que pudiese obtenerse, o incluso libros que fuesen necesario colocar. El final de los cinco anchos pasillos derivaba en una estancia que asemejaba varios ambientes naturales en su interior, seguramente para mantener criaturas mágicas que pudieran guardarse en alguna ocasión. Se podían imaginar el ambiente que fuese necesario, ya que la bóveda generaba un pequeño hábitah para la criatura que entrara a ocupar su lugar correspondiente mientras se mantuviese a resguardo. A destacar era el área que destacaba al final de la zona de los hábitahs, con una tarima lo suficientemente amplia para recorrerla por encima con una función seguramente destinada a los duelos, reflejo de los gustos del dueño de la bóveda. En las paredes de esa zona se podían apreciar grandes esquemas en movimiento constante de figuras y líneas que simulaban combates, realización de hechizos y efectos de los mismos. Todo observado por un retrato de enormes dimensiones de Heko, el cual había sido pintado mágicamente a mano por un artista que buscaba recordar las facciones y comportamientos del chico perruno justo antes de su desaparición. Por lo tal, no era el mejor referente para pedir consejos o saber del paradero de lo que representaba realmente; además, el lienzo acostumbraba observarse en blanco. Si alguna vez la bóveda trastera se usaría nuevamente... si alguna vez su dueño vendría y reclamaría el contenido de su interior, o aumentaría el mismo por diversas formas... si alguna vez una persona vendría a reclamar lo que por derecho le pertenece con la llave encantada y la "varita de nieve", eso... sólo el tiempo lo diría. Perfil de Comprador del MM: N° 65 Indice de Bienes Objetos Mágicos Pociones Mágicas Criaturas Mágicas Libros de Hechizos Poderes de Criaturas Consumibles en Batalla Fecha de Próxima Actualización: ---
  23. Contando el tiempo que restaba desde que se había dedicado a sentarse en un rincón alejado de las personas, sobre el césped que abarcaba una zona de los terrenos de la Universidad, el joven pensaba seriamente qué debería hacer para poder continuar con su cometido y poder recordar más acerca de sí mismo o de otras personas que decían conocerle. Koseh había sacado su varita mágica -una peculiar varita blanca como la nieve con muescas a su alrededor como si de un rayo se tratase- inconscientemente desde el bolsillo de su túnica oscura, golpeándose con la punta de ella suavemente en su barbilla, mientras buscaba darle sentido a todos sus arremolinados pensamientos al interior de su mente. No estaba al tanto de gran información sobre aquél lugar; a decir verdad, era contado con los dedos de su mano las ocasiones que había visitado aquellas dependencias, pero en este día al mago le apetecía descansar de su habitual paseo por el pueblo mágico que buscaba reconocer. Mirando hacia el claro cielo de verano, con un sol reluciente que encandilaba a la vista de observarlo directamente, el chico se percató de un objeto en forma de pájaro que pasaba agitando sus alas por sobre su cabeza. Repentinamente, y parpadeando varias veces, Koseh reconoció lo que podría ser. Agitando su varita, buscó que el mensaje se acercara hacia él, para luego desenvolverlo mágicamente y leer su contenido. Una sonrisa suave cruzó por su rostro al notar de quién era la oferta amistosa de desafío. Siguiéndolo con sutileza, el mensaje en forma de pájaro había regresado volando alrededor de su dueña describiendo círculos amplios por el cielo, revelando su posición al mago: estaba mucho más cerca de lo que creía. Hacía un tiempo que no tenía un duelo por diversión. "Me pregunto qué nivel tendré en estos momentos...", pensó para sí. El papel con el mensaje había regresado a la mano de Koseh, indicándole a Mei que aceptaba su reto con gusto. La sonrisa que a su rostro acompañaba lo decía todo. - ¿Estás preparada? - preguntó a Mei con voz simpática a modo de saludo. Las zapatillas suaves y de tela ligera hicieron una leve presión en la tierra donde se había puesto de pie. La túnica del joven se recogió suavemente a medida que realizaba una reverencia en respuesta a la de su oponente -revelando sutilmente unos jeans azules delgados- para luego apuntar con su varita blanca en postura de combate. Había sido en el momento preciso: Mei había enviado una maldición Sectumsempra directamente a su posición. Abriendo sus ojos por la sorpresa, Koseh procuró pensar rápido y sentir después. Enarboló el único hechizo que se le vino a la cabeza en ese preciso momento: - ¡Protego! - susurró, generando un escudo mágico delante de él al agitar su varita. El hechizo Sectumsempra de Mei había golpeado contra el encantamiento escudo de Koseh, rebotando levemente y golpeando el suelo cercano, donde se desvaneció. Sabía por algún motivo que estaba frente a una oponente contra la cual el mínimo error o exceso de confianza le jugaría muy en contra, poniéndole contra las cuerdas con facilidad. También podía notar la gran diferencia de poderes que existía entre ambos; aunque eso le hacía poner los vellos de su cuerpo erizados, también le hacía brotar una emoción que no conocía. ¿Estaría tal vez en sus genes? De forma casi involuntaria, Koseh ya había recorrido en rededor unos cinco metros, formando un semicírculo lejos de la roca donde Mei se había sentado, y teniendo a la chica siempre en frente de su vista. Sabía el riesgo que su siguiente movimiento tenía; igualmente, quería morder el anzuelo por diversión. Koseh se concentró en uno de los zapatos de tacón de Mei. Quería transformarlo en una criatura que le pudiese ayudar, la que fuese que le pudiera otorgar la masa de ese zapato. En su vista periférica pudo captar (además de flores, ramas y piedras pequeñas) un curioso y común gnomo de jardín que asomaba su cara de entre su madriguera, a cubierto sutilmente por el pasto en el paisaje que se extendía a su alrededor. Posiblemente fuese atraído ante los ruidos generados por ambos seres mágicos. - Morphos - murmuró con firmeza el joven. De salir bien, el zapato de tacón se transformaría en una pequeña Loxosceles Laeta, nombre científico muggle de la peligrosa araña del rincón. Al volverse en una araña joven y pequeña - no mayor a 0,8 cm de diámetro contando sus patas - justo por sobre el dorso de la piel del pulgar, la criatura mordería en el acto con sus quelíceros el dedo donde habría quedado, inyectando su veneno letal en el acto. La decisión de intentar transformar algo en una araña del rincón sorprendía sobremanera al mago. No sabía en absoluto del por qué de su decisión, así como tampoco de por qué esa transformación podría ocurrir de esa manera. No había notado que había continuado caminando en rededor de Mei, llegando ahora cinco metros más y quedando en el lado contrario a la posición inicial donde había iniciado el duelo. La roca seguía más cerca de la chica que del mago.
  24. Dentro de todo, parecía que la primera chica que había intentado ayudarlo disfrutaba en parte con la situación en que se encontraba. O quizás no tanto... era difícil determinarlo. Koseh estaba preocupado en ese momento de que las cosas no se saliesen más de control. La mujer que les había enfrentado no se había detenido del todo ante la presencia de la chica de cabello castaño que los escudaba con su cuerpo. Al notar que estaban amenazando a otras personas por su causa, el joven se puso algo más serio que de costumbre. No estaba en su forma de ser dejar pasar esas situaciones sin hacer nada al respecto. Quizás era algo tímido y sumiso, y podía dejar que lo pasaran a llevar en ocasiones, pero sabía cuándo debía reaccionar si la situación se salía de control por su causa. En ello notó que la joven energética le había preguntado algo. - ¿Eh? No, nada... - contestó Koseh, algo confundido ante la pregunta de Viana. No sabía bien a qué se refería; ¿acaso había hablado en voz alta? En ello había reparado que la mujer le continuaba prestando ayuda. Aunque ya se había levantado del todo, el mago buscó salir de entre el pequeño cerro de libros y caminar al lado de la joven. - Eh, ¿realmente crees que habría que correr? - le susurró en respuesta, mientras veía cómo enfrentaba también a la mujer que seguía regañándoles. Pero lo que vino después no se lo había esperado. Abriendo los ojos en sorpresa ante las palabras que había lanzado, Koseh supo inmediatamente que la jovencita sólo había contribuido a añadir más madera al fuego. Con una ceja levantada de un lado, y el párpado inferior de su otro ojo temblándole suavemente, el chico había quedado estupefacto por la respuesta. A pesar de todo, al ver que la mujer apuntaba a quien le había provocado, instintivamente y casi sin notarlo se había llevado la mano a su varita blanca guardada en el interior de su túnica bajo la capa, apuntando hacia la mujer que les enfrentaba. Mas, no fue necesario que pronunciara hechizo alguno. Antes de poder reaccionar o defenderse, la joven que tenía delante de ellos había invocado algo que parecía magia sin varita. Koseh sólo pudo exclamar "¡Wow!" al ver cómo la tierra aparecía de la nada delante de la mujer alterada y bloqueaba eficientemente su ataque, para luego sepultarla y dejarla inmóvil como si fuese un ataúd. Estaba impresionado por tal despliegue de poder mágico, que seguramente se debía al potencial que podía sentir desprendiéndose del cuerpo de la chica. "Definitivamente está acostumbrada a lidiar con este tipo de situaciones", pensó el chico para sí mismo. "Me pregunto quién será. Alguien con semejante habilidad no debe pasar desapercibida tan fácilmente." Viendo que los guardias de seguridad se hacían cargo de la situación, ya controlada, la chica de cabellos castaños se dirigió hacia su posición. Koseh aún mantenía su varita blanca con un rasgo de relámpago a su alrededor sujeta en su mano, aunque ahora apuntaba hacia el suelo con más tranquilidad. - Sí, eso parece - contestó el mago, todavía sorprendido de lo que había presenciado. - Lamento mucho todo lo que sucedió. Espero no haberle causado molestias -, añadió con amabilidad, dando una reverencia a la chica en frente suyo. Su tono de voz suave y profundo demostraba la sinceridad de sus palabras. - Y también se lo agradezco, señorita - dijo posteriormente, mirando a la primera chica que le ayudó y otorgándole una suave reverencia. No sabía cómo ambas iban a reaccionar a sus palabras, pero algo le decía que esto era recién el comienzo de algo mayor, y cierta curiosidad le causaba a Koseh.
  25. Mirando fijamente hacia los libros que se avecinaban hacia su cuerpo y sin poder recordar el contrahechizo correcto a tiempo, Koseh sólo atinó a extender sus brazos alrededor de su cabeza y cerrar sus ojos para cubrirse del impacto. Al segundo siguiente, seis tomos gruesos de "La Historia de la Magia Moderna en Inglaterra" habían golpeado en sus antebrazos, su pecho y sus muslos, haciéndolo retroceder un par de pasos. El resto de los libros volaban directo en su dirección, pero... de pronto, cayeron al piso antes de golpearle del todo. Aunque había quedado parcialmente sepultado entre el mar de ejemplares que lo rodeaban, y algo falto de aire por unos instantes por unos tomos que habían golpeado en la boca de su estómago, el joven respiró profundamente un par de veces. Con el movimiento de los golpes se le había caído parte de la capucha, revelando sus mejillas enrojecidas por la vergüenza de lo sucedido. Para colmo de males, había llamado la atención irremediablemente. Una mujer había llegado a toda velocidad junto a él, pero no parecía ser una chica cualquiera. Su curiosa apariencia y sus rasgos físicos perturbaron por un momento al mago; los rollos de pergaminos y las plumas que le acompañaban le daban un aire levemente intelectual, aunque la energía que desprendía en su expresión facial hizo que el joven retirara la vista hacia un costado, abochornado por lo ocurrido. - N-no... Creo que estoy bien... - murmuró Koseh con suavidad. - ¿Tú fuiste...? - Antes que terminase de plantear su pregunta, el joven dio un respingo ante un fuerte grito de reclamo por parte de una mujer que tenía toda la apariencia de causar problemas. Justamente el tipo de situaciones que el principal afectado odiaba tener que enfrentar. También se había percatado de reojo que otra chica se iba acercando hasta donde estaban ellos. ¿Le iría a reñir también por lo ocurrido? El solo hecho de pensarlo le hizo tragar saliva disimuladamente. Claro que la riña de la primera mujer se había impuesto en la sala, llamando la atención de la gente a su alrededor, que ya dirigía las miradas a la situación acontecida. - ¿Qué? No, señora, está en un error: yo sólo... - contestó Koseh, alarmado ante lo que le solicitaban de forma muy agresiva. Su mirada se había vuelto del rostro de la mujer a su varita, que le apuntaba tanto al chico como a la otra joven que le había ayudado. En ese momento, una figura de cabello largo se interpuso en su visual. Era la chica que había caminado hacia ellos, ahora de espaldas a él en una postura que denotaba un enorme potencial mágico. Su sola presencia era decisiva e imponente, y las palabras que le había dirigido a la mujer denotaba que tenía experiencia manejando situaciones límite como esa; lo contrario que al chico le ocurría. Las palabras que le había dirigido a la mujer le hicieron reaccionar. Podía ocurrir un problema mayor, ya que la señora no parecía querer ceder inmediatamente, aunque las palabras de Mei le habían pillado de sorpresa. Levantándose con cuidado de entre los libros, Koseh miró con cuidado a la extraña chica que le había ayudado, y luego de vuelta a la joven de cabellos castaños. - ¿Quién es ella? - atinó solamente a murmurar, más para sí mismo que para el resto. Por algún extraño motivo, le parecía que esa chica le era conocida de algo, pero no podía determinar el qué.

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