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Corvus Aidan

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Corvus Aidan ganó por última vez el día 2 Marzo 2012

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Acerca de Corvus Aidan

  • Cumpleaños 07/11/1986

Ficha de Personaje

  • Nivel Mágico
    0
  • Ficha de Personaje
  • Bóveda
  • Trabajo
    0
  • Raza
    Humano
  • Puntos de Poder en Objetos
    20
  • Puntos de Poder en Criaturas
    0
  • Puntos de Fabricación
    0
  • Rango de Objetos
    10 a 200
  • Medallas
    0

Profile Information

  • Género
    Male
  • Location
    Sometimes it last in love and sometimes it hurts instead.
  • Interests
    Set Fire to the Rain

    I let it fall, my heart
    And as it fell, you rose to claim it
    It was dark and I was over
    Until you kissed my lips and you saved me

    My hands, they're strong
    But my knees were far too weak
    To stand in your arms
    Without falling to your feet

    But there's a side to you that I never knew, never knew
    All the things you'd say, they were never true, never true
    And the games you play, you would always win, always win

    But I set fire to the rain
    Watched it pour as I touched your face
    Let it burn while I cry
    'Cause I heard it screaming out your name, your name

    When laying with you
    I could stay there, close my eyes
    Feel you here, forever
    You and me together, nothing is better

    'Cause there's a side to you that I never knew, never knew
    All the things you'd say, they were never true, never true
    And the games you'd play, you would always win, always win

    But I set fire to the rain
    Watched it pour as I touched your face
    Let it burn while I cried
    'Cause I heard it screaming out your name, your name

    I set fire to the rain
    And I threw us into the flames
    Where I felt somethin' die, 'cause I knew that
    That was the last time, the last time

    Sometimes I wake up by the door
    Now that you've gone, must be waiting for you
    Even now when it's already over
    I can't help myself from looking for you

    I set fire to the rain
    Watched it pour as I touched your face
    Let it burn while I cried
    'Cause I heard it screaming out your name, your name

    I set fire to the rain
    And I threw us into the flames
    Where I felt somethin' die
    'Cause I knew that that was the last time, the last time, oh

    Oh, no
    Let it burn, oh
    Let it burn
    Let it burn

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Reputación

  1. Velkan Julian Vladescu No pensaba obligarla, su cuerpo ejercia simplemente un roce con el de Sophie, si no huia era porque realmente no lo deseaba. Velkan sonrio a medias profundizando el beso, sintiendo como le respondia a pesar de que se negaba a si misma lo que queria. -Insisto en que sigues siendo necia.- murmuro contra sus labios antes de atraparlos en un nuevo. Ambos se negaban a dejar aquel placer, despues de tanto tocar sus labios era tocar el cielo. Calmar la sed de ella que habia sentido en aquel infierno de prision durante tanto tiempo, fue cuando supo cuanto la necesitaba y cuanto le dolio dejarla. Acaricio su cuerpo, devolviendo el gesto tierno con que ella lo acariciaba, la rubia era tan deseable como la primera vez. El amor entre ellos siempre fue complicado, nunca supieron donde comenzaba el deseo, la pasion y tal vez un poco de masoquismo, siempre se reia de eso pero los mantenia vivos. Dejo que el aire ventilara nuevamente sus pulmones con un gemido de protesta, deseaba mas de Sophie, de sus labios, pero existia algo imprescindible llamado oxigeno y ella se lo habia llevado todo. Venia el otro momento dificil, decirle, prometerle, pero aun no podia hacer eso, no podia prometer que se quedaria hasta que no estuviese seguro que cada uno de sus enemigos, estaba fuera fuera de juego.
  2. Frustración, esa era la palabra que definía el estado de Corvus en ese momento. Molesto, fastidiado después de la discusión con ella y por como habían terminado las cosas. Si, habían terminado para su pesar, después de tantos años, después de todo lo pasado, la amistad se iba a la ruina solo porque él no podía controlar su líbido. !Maldición!, gritó mentalmente soltando una patada a una piedra cercana con rabia, esa noche no estaba de humor. ¿Que podía hacer? Se lo dijo, que si se alejaba nunca podría regresar, que lo olvidase todo y ese todo la incluía principalmente a ella. Tenía que disculparse, perdirle perdón pero...¿para qué? El deseaba mucho más que el Pacto y la hermandad que los unía, ella sin embargo, necesitaba más, ¿más qué? Las mujeres necesitaban tener un manual de nacimiento, así podía entenderlas. Lo quería, lo deseaba, reaccionaba a sus caricias pero...siempre existía un pero...no era suficiente y...Bufó enojado y agotado, no tenía la capacidad de descifrar los sentimientos de alguien tan intensa como ella y ya aprendía la lección, que era mejor no intentarlo o quien terminaba complicado era él. Alejarse, así como lo pidió y como la razón indicaba, se alejaría hasta que todo pasara, si pasaba. Sin darse cuenta, se había metido entre los callejones oscuros de Ottery, al menos no estaban llenos de parejas amorosas, ni música romántica como el parque y podía hacer eco del silencio en sus propios pensamientos. Lo necesitaba, no pensar, no sentir y no sentirse así, tan malditamente...ahogado, asfixiado. ¿Sería el lazo del traje? Lo arrancó de un tirón y lo lanzó al suelo, desabrochando el último botón de la camisa, todo le molestaba, hasta el sonido de su propia respiración y algo más... Voces, de algún lugar en la oscuridad y entre los callejones, variadas y en diferentes tonos, una más arrogante que la otra y alguna que otra familiar. Curioso se acercó al origen de la disputa, un grupo, cuatro para ser más exactos, rodeaban a un hombre que parecía temerles menos que la garrapata al perro. De espaldas se le antojaba familiar, casi, su voz...pero no, seguramente estaba confundido. De pronto, los hombres se lanzaron sobre el joven que asestó un fuerte puñetazo al primero, mientras un segundo llegaba a sus espaldas para sostenerlo. Corvus negó con cansancio, no le gustaban las peleas desiguales, le parecían una falta de hombría. Por mucho que pareciera, él tenía su código de honor y lo respetaba. Siempre darle la oportunidad a tu enemigo de defenderse, aunque supiera que la muerte era segura. Con tranquilidad se deshizo de la chaqueta y subió las mangas de la camisa, el traje de noche ya estaba estropeado, así que poco importaba un par de rasguños más. Avanzó unos pasos hasta llegar a la altura del grupo, donde el joven se batía con bastante destreza contra los tres que quedaban en pie y calculó quien quedaba más cerca para el primer golpe. Un puño voló cerca, una segunda patada y se escurrió entre ellos, asestando un derechazo al primero que se interpuso... -Bingo...- gruñó satisfecho -Señores, las peleas son justas.- se giró para detener a uno que se le lanzaba encima y por error de relatividad, el golpe cayó en el rostro del joven a quien se suponía, intentaba defender -!Ups,lo siento! El asombro fue doble cuando reconoció el rostro de un viejo amigo. -¿Instinto? - masculló esquivando la navaja que uno de los tipejos le lanzaba al cuello -Ya sabía yo, que estas cosas solo las provocas tú. Hay un bar cerca, terminemos con esto y vayamos a celebrar el reencuentro.- le propuso nockeando a uno de los tipos.
  3. Velkan Julián Vladescu Eso precisamente era lo que mantenía las cosas vivas entre ellos dos, la pasión, el enojo, muchos dirían que un amor no se basa en la lujuria o peleas, pero otros estarían de acuerdo en que es mejor vivir en un torbellino de emociones, que en el remanso de la rutina. La pasión que ella había traído a su vida, cambió su mundo y su existencia oscura. Con su terquedad y rebeldía, simplemente lo hacía sonreír como un niño y en ese instante lo recordó. Como una gata, la vampira se defendía de su agarre, golpes, bofetadas y ninguno lograba mover a la mole de casi dos metros que era el demonio. -Se que no me temes, nunca lo hiciste y ahora no tienes por qué hacerlo.- le contestó con un tinte de burla en la voz, ella estaba furiosa y eso lo divertía -¿Daño?, jamás te haría daño Sophie, no te obligaré a nada, mucho menos, a nada que no quieras pero... Un nuevo golpe cortó la frase y Velkan respiró profundo, lo había tocado cerca de una parte sensible de la anatomía. Lo hubiese dejado sin aliento si la puntería no le fallaba y sin embargo, sonrió otra vez, provocándola. -Cuidado, planeo tener algunos hijos más.- *con ella*, fue lo que no quiso agregar, no era el momento ni la situación -Golpe bajo y te advertí que lo cobraría Soleil.- era el apodo cariñoso con el que tenía la costumbre de llamarla cuando estaban juntos -No se niega lo que tanto se desea, aprendiste eso conmigo, se que te mueres por este beso, tanto como yo por tus labios. No era una pregunta, tampoco pedía permiso, era una afirmación simple y certera, que confirmó cuando sus labios tocaron los suyos.
  4. Velkan Julián Vladescu Contó hasta diez y después hasta veinte, al punto que casi perdió la consciencia de que ella estaba frente a él y muy cerca. Segundos después de haber pronunciado las palabras, se arrepintió amargamente, cuando notó el dolor y la tristeza reflejados en la voz de la vampira. ¿Qué pretendía?, ni siquiera podía imaginar que aún le importase a ella, menos pretender llegar a su vida y ponerla patas arriba, pedirle que lo aceptara y perdonara, tan simple como hablar del clima. Si estaba allí era porque pretendía lograrlo con el tiempo, su perdón, su aceptación y quizás, la familia que ambos tanto anhelaron y que ninguno pudo tener. -Prefería vivir con tu odio, que con tu muerte Sophie. Así que sí, decidí por los dos. ¿Sería posible que aún sintiese algo por él? ¿Qué de las cenizas de un pasado pudiese renacer el amor entre ellos? Solo el tiempo lo diría y únicamente eso podría pedirle. Iba a responder a su segundo comentario, cuando le plantó la bofetada merecida en la mejilla, pero no retrocedió un solo centímetro. Sus labios se curvaron en una sonrisa llena de malicia, cuando por segunda vez, la vampira alzó la mano para descargarle otro golpe y la detuvo en el intento. Fue así como se conocieron, en una disputa que terminó la noche mejor de lo que había empezado, desde entonces, Sophie nunca más se separó de él. -Veo que no pierdes la costumbre, eres necia, terca, arrogante y tonta.- culminó con un susurro cerca de sus labios, sosteniendo aún la mano en el aire, sabiendo que con cada palabra provocaría más su ira hasta que perdiese el control -Por cada golpe que me des, pienso cobrarlo Sophie, lo sabes.- le advirtió mientras rodeaba su cintura con la mano libre y la aprisionaba entre el mueble y su cuerpo. Estaba atrapada.
  5. Velkan Julián Vladescu Había olvidado lo terca y arrogante que podía ser Sophie y era en esos momentos donde lograba hacerle perder la paciencia y toda la buena voluntad que lo había llevado hasta allí. Negó con la cabeza al escucharla alegar cosas est****as, quizás si era cierto que tenía derecho a saber, a fin de cuentas planearon una vida juntos, ella era la mujer de su vida y la apartó, por seguridad, por la razón que fuese, la alejó de su vida sin una explicación y con mentiras, eso no le asentaba bien a nadie. Su razón era consciente de eso, pero su paciencia llegaba a los límites demasiado pronto para alcanzar a entenderlo. -No seas necia.- le dijo en un tono bajo y peligroso, lo estaba enojando a pesar de que sabía que no tenía el derecho de sentirse así -Nunca fuiste inferior, o ni siquiera te hubiese mirado. Peleé por ti contra mi familia, pero no podía protegerte de las amenazas, fue necesario, fue...lo correcto aunque no lo comprendas. Ella alzó la mano y casi esperó la bofetada pero no llegó, ¿se estaría conteniendo? La distancia se acortaba con cada palabra, sus alientos se mezclaban con cada argumento y Velkan cedía a sus deseos. -No lo dudo, hubiesemos peleado hasta la muerte y ¿después qué? Donde estarían los hijos que tenemos ahora, donde estarías tú, muerta. Hice lo que tenía que hacer, por mucho que te amase, no iba a dejarte entre mis enemigos para que te convirtieras en el blanco de su odio y venganza. Te protegí como único supe hacerlo, no pediré perdón por eso.- y era cierto, no se lo estaba pidiendo -No te pido que retomemos una relación, no te pido que me ames o me perdones, solo quiero ver a mis hijos.- concluyó con una frialdad que no sentía, le dolía perderla, le dolía añorarla y no poder besarla, a pesar de que sus rostros estaban a centímetros.
  6. Ya era tiempo de que me pasara por aquí, - ¿Eres miembro o aspirante? Si eres miembro, dinos el rango: Sería aspirante, por ahora xD - Nick: Corvus Aidan - Nombre Muggle: Sally - Edad: 25 - Pais: El de los malos xD - Fecha de Cumpleaños: 7-11
  7. Velkan Julián Vladescu Sabía que estaba hablando demasiado, las consecuencias de sus actos lo llevaron hasta la condena de empeñar su alma, actos que cometió antes de conocerlas y que jamás tuvo consciencia de ellos, hasta que cobraron lo más preciado de su vida en ese momento. El tiempo a su lado y se merecía sus gritos y reclamos, más bien, ya le extrañaba que hubiese tardado tanto en hacerlo, pero lo que más le sorprendió, fueron sus lágrimas. Velkan se acercó a riesgo de salir golpeado, impotente sin saber que contestar a sus reclamos, decirle que no sabía que tan caro le costaría su vida, no era una opción y mucho menos una justificación pasable para tanto dolor. -No era algo que ninguno pudiese evitar, no quise ni quiero que te involucres en eso. El infierno no es agradable para nadie, menos para quienes no pertenecen a el.- le contestó negando sus palabras. El corazón se le oprimía en el pecho, pero se negaba a ceder, primero necesitaba saber que tanto lo odiaba después de todo lo que tenía que contarle. Había sido su culpa la separación, que sus hijos se quedaran sin su padre, que ella tuviese que vivir sola y pensar que estaba muerto. Siempre fue mejor así, mucho mejor. -Antes de conocerte tenía una vida, era alguien diferente, hice demasiados enemigos. Enemigos que llegaron a saber de ti, que me atraparon y hasta el día de hoy, me mantuvieron prisionero. No podía dejar que supieran, o te matarían en venganza por todo lo que les quite, no podía ponerte en peligro, ni a ti y mucho menos a nuestros hijos.- se detuvo estudiando la reacción y la expresión en su rostro -Nunca supe si saldría vivo, literalmente regresé de la muerte, no podía darte esperanzas de regresar a tu lado, cuando mi destino era tan incierto. Nunca había estado muerto, solo pagando las consecuencias de sus actos. -Entiendo si me odias, pero te pido que me dejes recuperar el tiempo con ellos, son mis hijos también.- apelaba a su corazón de madre -Son lo único que tengo...- se quedó en silencio antes de agregar el resto de las palabras, que se transformaron en pensamientos...Lo único que tengo para estar cerca de ti... A ella ya la había perdido, después de la mentira, del tiempo, sabía que lo odiaría cuando supiese la verdad.
  8. Velkan Julián Vladescu El demonio retrocedió lo avanzado y se apartó un poco, dándole algo de espacio para respirar y que se acostumbrase a su presencia allí. No era fácil para nadie, para ninguno después de todo lo que sufrieron separados, un pasado que prefería no traer al presente. Se encogió de hombros y se acercó otra vez al fuego, como si fuese el único refugio donde podía ocultarse de su presencia, pero no era así. Explicarle todo el proceso de magia negra que lo trajo a la vida no era el punto de la conversación. Estaba allí, de cuerpo presente y eso era lo que importaba, si ella lo aceptaba de vuelta o no, como la familia que habían planeado ser durante cada noche que disfrutaron de su romance y de su amor. Removió algunos maderos del fuego y nuevamente buscó sus ojos sorprendidos. -Vagué demasiado tiempo en las sombras, pero ahora estoy aquí, regresé para quedarme.- se apoyó en el borde superior de la chimenea, era su sostén para soportar su presencia sin ir con ella. Era necesario aclarar algunas cosas, lo más importante, sus hijos que también estaban allí, pero aún no era tiempo. Sophie era el primer paso de su regreso y uno de los motivos por el cual estaba allí. Mantener la distancia era prudente, no quería asustarla o disgustarla, pero se moría por abrazarla. -Estuve confinado a la muerte, si, digamos que me permitieron salir por buen comportamiento.- en medio de todo se permitía hacer una broma cruel de su destino, del destino que los marcó a ambos -Ya pagué mi castigo y sin quererlo, tú también y lo lamento. La disculpa fue completamente sincera y solo entonces, permitió que el dolor se reflejase en su mirada. La había extrañado, en pasado, en presente, a solo unos pasos de ella, la añoraba.
  9. Velkan Julian Vladescu Se entretuvo en el crepitar de la chimenea, intentando ignorar el lugar donde estaba aunque le era imposible. En las paredes frente a él, varias fotografías mostraban a los miembros de la familia, entre ellos, un rostro muy conocido y dos más que pronto lo serían, si aquella visita terminaba bien. El fuego lo hacía entrar en calor poco a poco y sin darse cuenta, la ropa iba recuperando la calidez junto a su cuerpo, ¿o sería el lugar? La casa lucía acogedora y familiar, nada igual a lo que estaba acostumbrado, a la frialdad de las mansiones de su Clan, todos tan tétricos. Era una de las tantas razones por las que decidió mudarse fuera y lejos, lo mismo que su hermano Corvus y los otros. Cada uno tomó caminos tan diferentes y lejanos, aunque curiosamente tenían un punto en común, Ottery. Sonrió a medias al recordar como se había conocido ellos dos, no allí, menos en una noche como aquella. Fue una fiesta, de esas opulentas que daba su familia y ella estaba allí de invitada de honor. No le importó de quien, cuando se acercó a la vampira en ese entonces y la sacó a bailar. Después de eso, fueron meses inseparables, en los cuales tuvo que luchar contra su propia familia que no la aceptaba y finalmente la muerte y ni aún eso, pudo romper aquel vínculo que sentía en ese momento. Escuchó su voz y un nuevo estremecimiento recorrió su cuerpo. Tan suave y seductora como la recordaba, solo en ese instante cayó en la cuenta, de cuanto realmente la había añorado. Era su momento de presentarse, ya estaba allí y no podía esconderse más. Respiró profundo antes de voltearse y encarar a la bruja, quien no daba crédito a lo que veían sus ojos y si era sincero, él tampoco sabía que decir, aunque de hacer, hubiese querido besarla, estrecharla en sus brazos como aquella noche, en que sus nombres no habían importado, solo la pasión que estalló entre los dos. -Honor, no sé, el motivo de la visita, tú.- respondió con su acostumbrada calma y voz profunda -Perdona mis modales, los olvidé un poco...- dijo acercándose unos pasos a la mujer sorprendida y conteniéndose -Soy Velkan Julián Vladescu, para servirle.- ella sabía de sobra quien era y se inclinó a besar el dorso de su mano, como si fuese un completo desconocido. Después de tantos años, no sabía como podía reaccionar.
  10. Velkan Julian Vladescu Perseguir a los fantasmas de un pasado siempre fue una mala idea, de hecho, perseguir fantasmas del todo lo era, pero a Velkan no lo caracterizaba el miedo. Nunca lo hizo y mucho menos lo haría ahora, pero por mucho que se lo repitiera, tenía miedo, como nunca lo tuvo antes. ¿Que le diría?. Cómo podría explicarle que estaba allí, que podía quedarse y no existía un reloj contando su tiempo para llevarlo de regreso a su infierno solitario. Como explicarle después de tantos años, que venía para quedarse. Alzó la mirada hacia la mansión que se proyectaba ante él desde las sombras, la lluvia comenzaba a arreciar, empapando sus ropas, calando hasta sus huesos y nada de eso lo preocupaba. Solo la mujer que estaba en el interior de esa casa y los dos niños que la acompañaban y a los que podía percibir perfectamente desde allí. Se obligó a dar el primer paso de avance hasta la entrada, distrayéndose en la decoración de la mansión, mostrando abiertamente una cobardía de la que no se avergonzaba, retrasando el momento de tocar a la puerta. Y era que él podía enfrentarse al mundo, pero jamás a ella y a esa mirada que nunca olvidó, a pesar del tiempo que llevaban separados. Se plantó frente a la puerta y se quedó mirándola, con unas ganas irresistibles de echarse a correr en sentido contrario, pero no lo hizo. Simplemente levantó el puño y tocó la madera con un golpe firme y seco, minutos después, un elfo apareció ante él y lo hizo pasar al recibidor. La criatura se le quedó mirando a la espera de una palabra suya, como por ejemplo, quien era, que hacía allí y a quien buscaba exactamente. Después, lanzó una mirada desaprobadora al suelo, donde el agua se escurría desde sus ropas, él tranquilamente lo ignoró y le habló en voz baja y profunda. -Busco a Sophie Granger. No era su especialidad ser educado, ni muy comunicativo, al contrario, si bastante áspero y a veces hasta desagradable por su carácter irónico, uno que caracterizaba a todos los hermanos. -¿El amo tiene nombre?- preguntó el elfo casi con insolencia y Velkan reprimió un mal comentario. -No, simplemente dile a tu ama que tiene visita.- contestó y mientras el elfo desaparecía, se acercó a la chimenea de la pequeña salita y dejó la capa sobre un sillón. Las manos le temblaban y no era precisamente de frío.
  11. Si alguien lo viese en ese instante, no daria credito a la escena. Ithilion reia feliz sobre sus hombros, disfrutando de vista que le ofrecia la altura de casi dos metros de su tio. Hasta Corvus sonrio, ver el mundo desde una perspectiva diferente, desde la cima, siempre era agradable. Tambien le sorprendia la confianza inmediata que el bebe demostraba en el, como si tuviese la certeza de que ningun mal podria venir de su parte, al menos se adaptaba mejor que su madre, quien los miraba con recelo y preocupacion. Todavia tendria la idea de que pensaba secuestrarlo? Un joven entro a la guarderia y detuvo la marcha, cuando el ya estaba impaciente por salir de alli. Se obligo a relajarse y tener la paciencia que ella le pedia mientras conversaba con el nuevo chico, que al parecer ayudaria en el negocio y soportaba la mirada curiosa de la otra joven presente, una de las hijas de Sagitas. Mucha familia, mascotas, un Circo, Floreria y una guarderia, habia algo que ella no tuviese? Era demasiada informacion para procesar y demasiadas personas que tratar, demasiadas para su gusto y poco agrado por socializar con el resto de la humanidad. Si el ni siquiera se llevaba bien con las plantas. El peso de Ithilion sobre sus hombros lo saco de sus pensamientos. Movia los piecesitos a cada costado, como recordandole que queria salir de alli y se estaban tardando demasiado. Al parecer el bebe disfrutaba el paseo, probablemente porque nunca habia tenido a nadie para subirse sobre sus hombros. A Corvus no le advirtieron sobre el factor "ternura", esa particularidad que poseian los bebes de convencer a cualquiera con una sola mirada. Y descubrio de pronto que no seria inmune a eso, la ternura del nino lo invadia, quizas por el lazo que tenian, quizas y solo quizas, porque la idea de tener una familia, comenzaba a parecer un futuro mas cercano del que alguna vez se planteo. -Por supuesto, yo espero.- le respondio con una leve sonrisa complice, sosteniendo las manos de Ithilion para que mantuviera el equilibrio - Tenemos que esperar a tu madre, o le dara un infarto si salgo a solas contigo.- se refirio a su sobrino que le lanzo una mirada impaciente. Una vez que Sagitas termino de dar las indicaciones y recogio las cosas de Ithilion, Corvus encontro la oportunidad de molestarla un poco. -Lista Soleil? Ithilion quiere dar un paseo desde su nueva altura.- fue una broma ante la cual el pequeno solto una risita, no era dificil acostumbrarse a aquello. Camino a la salida, mas que consciente de que ella lo seguiria.
  12. Corvus la observo desenvolverse con los ninos de manera natural, hasta la llamaron directora, osea que el lugar era suyo? No le sorprendia, si tenia un trabajo de payasa en un circo, era logico que se llevara bien con los ninos. Una mujer tan joven, no sobrepasaba los 30 y por lo que notaba, tenia unas cuantas responsabilidades. Por ultimo aparecio Ithilion y lo beso con efusividad para despues mirarlo a el. Se suponia que asi lo presentaba? El semidemonio sabia quien era sin necesidad de palabras, lo llevaba en su sangre, reconocer a uno de los suyos. Corvus se arrodillo hasta quedar a su altura y le hizo un leve reverencia de respeto por su clase, a lo que Ithilion respondio acorde. El parecia entender la importancia y motivos de su presencia, a pesar de su corta edad, sospechaba que tenia mucho mas conocimiento de quien era y lo que podia hacer, de lo que su madre sabia. Podian comunicarse sin hablar, era un don reservado para pocos entre ellos. -Desde ahora podras utilizar tus poderes, te mostrare como hacerlo sin peligro.- Ithilion dudo un poco ante la presencia de su madre - Me ha dado permiso, a los dos. Eso parecio tranquilizarlo, se notaba que le tenia un gran respeto y eso en cierta forma era bueno. -Tu padre estaria muy orgulloso de ti, te pareces mucho a el y a mi. Algun dia te llevare a conocer a tu familia, no ahora, sino cuando puedas demostrarles el gran guerrero que seras. A su edad Ithilion podia comprenderlo, pero tampoco era necesario abrumarlo con tanta historia, ya habria tiempo para eso. Le hizo un gesto, indicando que queria, subirse a los hombros? Corvus lo miro confundido, esa era la parte del trabajo que no sabia como hacer, de padre sustituto, tio o lo que fuese. -Esta bien.-lo alzo en brazos hasta sentarlo sobre sus hombros y miro a Sagitas - Nos podemos ir? - estaba bastante incomodo y queria respirar aire fresco.
  13. Corvus la siguió en silencio durante todo el camino. Había obtenido mucho más de lo que esperaba, Sagitas accedió a darle libertad y tiempo con su sobrino, lo cual le favorecía mucho. Por supuesto que la mantendría al tanto de donde lo tendría y cuando, pero tampoco se arriesgaría a salir y quedarse a solas con él, cuando el Clan tenía cientos de espías y aprovecharían esos momentos para atacar. Entró a la guardería detrás de ella, tranquilo y escuchando la explicación sobre el lugar y que se hacía allí. Ithilion recibía la educación propia de un niño humano corriente, obligado a reprimir sus poderes y su verdadera naturaleza, cuando bien podía exterminar a media guardería si se lo proponía. Pero estaba bien, una cualidad importante para que ninguno de esos poderes lo superase era esa, ser humilde y natural. Alguien arrogante y ambicioso, tendría un camino duro para no caer ante la tentación de usarlos para mal. Los chillidos y risas lo aturdieron durante un momento, sus sentidos eran sensibles a todo eso y los bebés no le caían particularmente bien. No se llevaba con los niños, no tenía absolutamente ninguna paciencia con ellos, Ithilion era un caso especial, el primer niño pequeño con el cual estaría en contacto diario, esperaba poder desarrollar su paciencia con él. -Esperaré aquí.- le dijo tomándola del brazo y deteniendola por un instante, el contacto lo estremeció sin embargo no fue capaz de romperlo -Prefiero no acercarme a los...niños. - la soltó con delicadeza y la observó desde la distancia. Ser humano, un simple humano, la raza más débil en apariencia y sin embargo, la más completa. Observó a Sagitas mezclarse con los pequeños y buscar a su hijo, en su presencia, el rostro se le iluminaba y sonreía. Ser padre no era un sentimiento que el entendía, lo más cercano a familia había sido su hermano, eran muy unidos, su hermana, pero padres, eso sería algo que iba a experimentar cuando tuviese herederos propios. Y ese futuro estaba aún muy lejano para él.
  14. Hola hola, paso a dejar mis saludos a la nueva familia y a pedir formar parte de ella, aunque hable en privado con Agatha y ella acepto que fuese su hermano. Aqui dejo la ficha con mis datos hasta ahora, la bóveda personal esta en proceso de petición y cuando la tenga vendré y la agrego. • Nick: Corvus Aidan • Ficha Personal: http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=96291 • Bóveda Personal: http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=96354 • Parentesco: Hermano de Agatha edito para agregar mi boveda aprobada.
  15. Hola, paso a informar que mi ficha ya está posteada. Si hay algún error espero el MP para poder corregirlo, espero que todo esté bien porque me resultó complicado entender que de todo tenía y que no xD

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