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Binny Evans

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Todo lo publicado por Binny Evans

  1. Bueno, es tiempo de partir y volar hacia el horizonte, okno xDD Vine a dar de baja la afiliación *-* Fue un gusto pasar por este negocio pero como verán no cuento con mucho tiempo como para cumplir con los posteos requeridos. Me encantó haber rolado aquí, fue el primer negocio en el que rolee y le tengo cariño. Bueh, espero que entiendan, nos vemos. bye
  2. Leidy Salvador La bruja había llegado unas pocas horas antes a Ottery, conmovida por la historia de una de sus amigas. La cual había conocido entre los muggles, no recordaba cual era la dirección del castillo de Bínfeyd pero sabía que en cualquier momento se encontraría de una manera u otra, más si podía encontrar una lechuza en los alrededores que le ayudara con eso. El refugio lucía cómodo y he irradiaba seguridad en todos sus rincones, además que la decoración era agradable y hasta había comida para disfrutar mientras esperaba la forma de encontrar a Evans. Por lo tímida que era le costaba preguntar a cualquiera solo porque si alguna referencia de Evans sin embargo no era cobarde, por lo que la idea permaneció en ella para realizarla luego, por ahora solo quería descansar de su viaje. Llevaba solo una mochila al hombro, una de colores anaranjados, cremas y morados que solo tenía un cinto porque el otro se había roto al andar jalándolo en medio de un juego de habilidades de fuerza (xD). En fin, su mochila solo tenía un cinto y aun esperaba poder encontrar hilo y aguja para repararlo ella misma, porque le encantaba hacer las cosas por ella mismo y no utilizar tanto la magia.
  3. Dúnedain El repiqueteo de sus pasitos se escuchaba atravesando el sendero para dar a parar justo en la puerta principal del castillo Lestrance. Entre sus manos temblorosas llevaba una caja de tamaño de todo su pecho al que se había aferrado con fuerza pues no quería perder el encargo que le habían confiado en aquel día y que para él, Dúnedain, era todo un honor poder realizar. El aroma que desprendía la caja en forma de corazón con un lazo rojo sujetando el paquete, desprendía un delicioso aroma que hubiese tentado a abrirla pero el elfo nunca cometería tal acto de villanía. Tocó la puerta varias veces hasta que al fin le atendieron y con palabras suaves refirió: — Este presente es para la señora Chloe con cariño de quien la aprecia —Mientras entregaba la caja de chocolates y luego desapareció del lugar.
  4. Hola a quien pase por aqui ^^ Quisiera editar mi ficha por favor, hace mucho que no lo hago y creo que ya me toca. Les dejo los codes por si les facilito el trabajo de algún modo. Si hay algun error por favor comuníquenmelo asi lo reparo de inmediato. Un beso y gracias. *deja cafe y cachito de manjar*
  5. Hi familia ^^ Pasos a confirmar que Damon será hijo mio de mi y que de ahora en adelante espero que todas sus tias, sobrinas, primas and etc lo quieran mucho, lo mimen y lo amoroseen muchisisimo xDD Con moderacion por favor aunque no soy celosa con mis hijos xDD Un beso a todos y Bienvenido a la familia Damon
  6. Esperaba tener algo de acción pero nada pareció asomarse al encuentro de los Fenixianos, aunque estuvo parada por largo rato aun tenía la idea de que atacarían pronto de alguna forma u otra pero no, la decepcionaban por completo. Sus compañeros también estaban aburridos al parecer pero aun seguían con ella. Finalmente la espera terminó y muchos empezaron a partir. Miró con resignación el castillo y guardó nuevamente su varita de Avellano. A paso lento empezó a alejarse del lugar mientras correspondía a las despedidas de sus demás compañeros con unas cálidas palabras (que no diré cuales son xD) y mágicamente ya estaba muy lejos de todo aquel suceso, talves algún día volvería a enfrentarse con aquellos mortífagos o talves seguirían escondiéndose. << Es todo por hoy, un descanso no me vendría nada mal >>Pensó con desanimo mientras seguida caminando.
  7. — Morphos Apuntó a una estatua, al instante de pronunciar el hechizo quedó convertida en un enorme oso negro de dos metros de alto, que obedecía las ordenes de su creadora, estas eran defenderla de cualquier ataque en su contra. Por ello estaba parado a unos escasos metros de ella protegiéndola y aguardando el momento de recibir su siguiente indicación. — Avis De su varita de avellano salieron invocadas un grupo de aves multicolor, en total doce, que tenían la orden de defenderla de cualquier ataque que viniese en su contra. Revoloteaban encima de la Evans sin perderla de vista y muy alertas a todo el escenario.
  8. Desde lejos se veía alumbrar la luz que cubría su rostro, tan resplandeciente que iluminada alrededor de ella el escenario por donde pasaba. El Patronus en forma de Lince de las nieves había llegado hasta ella dándole la información correspondiente a un encuentro con su demás compañeros de bando en el castillo Triviani. No dudó ni un segundo para llegar al lugar lo antes posible y ahí se encontraba. Un vestido corto de lino fino color blanco era todo lo que llevaba, era su prenda favorita a la hora de duelos. Su varita de Avellano la sostenía entre sus dedos y estaba preparada para usarla cuando la necesitara. Aunque no tenía mucha experiencia en comparación con los demás, la Evans no se daría por vencida tan fácilmente. Miró a los de su bando cerca de ella y murmuró. — Todo está demasiado calmado o me parece? —Resopló—Tendremos que darles su tiempo para que se aparezcan —finalizó.
  9. Ydiel Valencia Perfecto, así iba su día en ese escenario. Lo había sentido ni bien lo pisó y como señal del destino una hermosa mujer que al parecer no era bailarina sino cantante estuvo dispuesta en acompañarla. Suspiró si no le iba bien en esta ocasión y le volvían los dolores en la rodilla sabría si fracasaba o era una victoria a su mal. El corazón le palpitó tremendamente y respondió. — Me parece una idea encantadora —Luego de eso sonrió tiernamente mirando a la mujer— Si tienes el don del canto, debes ser en excelencia muy sensible y altruista, verdad? O me equivoco —Guiño el ojo, después de halagarla. Tardó un poco en hacer una cuantas flexiones y acomodarse las zapatillas, para luego con la mirada a su compañera dejarle saber que estaba lista para empezar. Cerró los ojos, quería llenarse del ritmo de la tonada. Escuchó la voz de su nueva amiga y “se dejó llevar” aquella frase significaba poco para algunos pero mucho para ella, solo los artistas sabían a ciencia cierta a lo que se refirieran con tan pocas palabras. Una corriente recorrió su espalda y sin pensar su cuerpo empezó a moverse, giros, saltos, pasos, vueltas, todo lo hizo con los ojos cerrados. Se sentía vivir, esa sensación era la única que siempre buscaba cada día, solo un poco de aquel sentimiento le bastaba para ser feliz. El mundo dejaba de existir con cada paso, las personas que conocía las olvidaba con cada giro, todo iba desapareciendo, solo ella y la alegría del universo se tomaban de la mano en esos instantes.
  10. Ydiel Valencia Unos pasos se escuchaban cada vez más cerca, pero eso no evitaba que se sintiera totalmente feliz y unida con la sala de práctica. Unos segundos le bastó para acercar el brazo a su rostro y secar la lagrima que había dejado escapar por la emoción. Volteó a ver cuando escuchó una hermosa voz que le hablaba al tiempo que le tocaba el hombro con delicadeza. — No, no es nada. Es la primera vez que piso este escenario después de varios años, es todo. Y usted, también es bailarina? Talves podamos armar una bella coreografía, si no me equivoco la radio está de aquel lado aunque también hay algunos micros pero bueno podemos mover esos y tener más espacio para ensayar — respondió sin detenerse para luego respirar después de decir tan larga frase. La compañía era agradable y mucho más si se trataba de alguien que tenia vocación artística como ella, sin embargo como tenia de costumbre ya le tenia demasiada confianza a la mujer que acababa de ver que sin demora le propuso esas cosas, bailar era lo que más le gustaba cuando tenia ser a otra bailarina no podía evitar proponerle armar más de una coreografía. La mejor manera de pasar para ella era estar con los amigos.
  11. Ydiel Valencia Llevaba un gabán que la cubría del cuello hasta las rodillas, no era costumbre de la mujer andar tan escondida en sus ropas, pero aquella ocasión lo ameritaba. Debajo del amplio atuendo un hermoso vestido color pastel con piedrecillas resplandecientes adornaba su esbelta figura, entallándola y luciendo más sensual. Unas mayas cubrían sus piernas y sus brazos estaban protegidos por unos largos guantes hasta encima del codo. Un moño sujetaba sus cabellos ondulados para que no la molestaren mientras practicaba. Hacía mucho que no retomaba sus talleres de actuación y mucho menos de danza, en específico el ballet. Unos años atrás se le veía resplandeciente en los ensayos del teatro que por su talento era convocada casi siempre para las diferentes presentaciones que se daban ahí en pro de deleitar al mejor y más selecto público. Aquel día había decidido retar al destino y volver a bailar aunque tuviese una fractura en la rodilla derecha y los medimagos hubiesen dicho que no podía bailar más. Frente a la puerta azul, estaba la Evans parada con ansias por entrar y al mismo tiempo con nervios de fracasar. Nada más quería bailar, acaso eso era un crimen o alguien había sido enjuiciado por querer demostrar su arte? Pues ella no lo creía así que empujó la puerta con fuerza y entró súbitamente. Unos pasos más allá se emocionó al ver los largos espejos rodeando el lugar, una vez más se sentía como en casa. Hizo una reverencia ante su imagen y dejó caer el gabán hasta el suelo. — Una vez más, aquí estoy… — susurró mientras una lagrimita rodaba por su mejilla.
  12. Estaba desorientada por qué razón esos monstruos aparecían interrumpiéndola y por qué ese mortífago sabía su nombre. Acaso alguna vez lo tuvo frente a él como un simple amigo o algún familiar? Era indescifrable en esto momentos, aun así su mente estaba lleno de pensamientos. Acaso los mortífagos andaban siguiéndola o espiándola en todo lo que hacía? <<Que espanto de gente>> pensó —Avis— doce aves paarecieron para defenderla de cuialquer ataque. —Morphos— apunté hacia otro de los mueble que de inmediato se convirtió en una enorme fiera, esta vez un león que tenía la orden de protegerme de los rayos que me estaban lanzando. Luego de aquello y aun con miles de pensamientos en su cabeza, optó por salir corriendo de local para luego desaparecer de ahí y no dejar rastro de ella. En una circunstancia como esta era necesario irse pues era claro que estaba en desventaja.
  13. —¿Por qué tendría que recordarte? Pero cómo sabes mi nombre— dijo la Evans en respuesta al mortífago que estaba frente a la ventana. Era muy extraño para ella que algo así ocurriese un día tan calmado, no podía creer lo impertinente que podían ser esos mortífagos. Más aun siendo ella en estos momentos una clienta de dicho restaurante. Sacó su varita de Avellano del bolsillo oculto de su vestido de lino fino. —Avis— dijo y al instante doce aves aparecieron frente a ella con la orden de protegerla de cualquier ataque que le lanzaran. —Morphos— apuntó hacia uno de los muebles que adornaban el local, que simplemente quedó convertido en un oso de montaña de dos metros de alto con la orden de protegerla por ahora hasta que se le diera otra indicación por parte de ella.
  14. La atención del local era como de costumbre pues la elfina Betty, que recordaba desde la primera vez que estuve allí y muy probablemente ella ya me hubiese olvidado, aparecía rápidamente a mi encuentro atendiéndome y recibiendo el pedido que había hecho para que luego de unos cortos minutos, talves dos o dos y medio, estuviese de nuevo con toda la orden lista y tan impecable como siempre. —Muchas gracias, Betty— dije guiñándole un ojo. Y luego de verla retirarse, levantar el primer trozo de pizza humeante y desprendiendo un aroma exquisito. Una primera mordida bastaba para alegrarme el día, aunque de todas maneras aun tuviese un poco de nervios de ser encontrada por alguna de mis hermanas y que me dieran algún tipo de sermón por andar provocando lio a causa de mis travesuras en el castillo Evans McGonagall. Por ahora seguía pendiente de la parte exterior mirando de rato en rato a través de las ventanas de vidrio.
  15. Habían pasado pocas horas desde que estaba fuera del castillo Evans McGonagall y aún tenía el resto del día para disfrutar de las delicias que se ofrecían en el callejón Diagon. Miró el reloj de bolsillo que llevaba y aún faltaban dos horas y quince minutos para el mediodía, suspiró y se encogió de hombros al ver la hora, aquel día escapaba del regaño de sus hermanas y aún no podía volver al castillo por temor a ellas. Deseaba con muchas ansias una taza de café muy caliente y una rebanada de pizza. Veces anteriores había devorado una pizza entera pero ahora solo quería moderarse y sobretodo hacer tiempo en cualquier local hasta la noche. Sacudió un par de veces los lados de su capa para quitar cualquier tipo de pelusa o migaja que hubiese arruinado su elegante conjunto y que la hacía lucir muy hermosa. Aquel negocio los recordaba muy bien, pues fue el primero que pisó luego de una larga temporada fuera del mundo mágico. Aun podía escuchar la voz y las risas de sus amigos en aquella primera conversación mientras disfrutaban de panecillos y bebidas dulces. Sin más se introdujo en el negocio y se acomodó en una mesa. Miró el local y todo parecía estar igual de hermoso que la última vez. —Buenos días, quisiera una taza de café y una pizza— dijo al elfo que se había acercado para atenderla —Lo más caliente que se pueda, por favor— finalizó al tiempo que el elfo había dado la vuelta para traerle su pedido. Miró al lado de la barra y sonrió levemente al divisar las bancas en que alguna vez Andro y ella se habían sentado en su primer encuentro en el callejón Diagon, aquellos recuerdos la conmovian bastante y casi siempre que estaba en el local recordaba aquel día. Giró la cabeza a los pocos segundo y posó su mirada en los vidrio que dejaban ver el exterior. Si tenía fortuna aquel día podía ser que algún conocido suyo pasare por el local y aunque no fuese correcto hubiese insistido para que la acompañaran al menos un rato.
  16. Hi mode ^^ Quisiera pedir que incluyan los dos conocimientos especiales ya que acabo de graduarme =) Conocimientos Especiales: -Artes Oscuras -Pociones Gracias a quien pase por aqui *deja café y pancito con manjar*
  17. *se levanta de la silla* Yo! yo tengo que agregar algo, es que veran... *se sube a la mesa(??? y empieza con tono dictatorial* En el arbol genealogico de esta respetada familia a la que pertenezco! de la cual estoy orgullosa y me siento muy adorada y buscada por los gusarajillos desnutridos(xD) pues me veo en la obilgacion de convocar a esta reunion familiar *suenan los grillos u.u* a pregonar a los presentes *pasa una bola de paja o.o* que mi bóveda no se encuentra en la ultima version del castillo, en su lugar aparece un verdoso "(Falta bóveda" agggg! *escupe al suelo* además de que mi elfiño a sido totalmente ignorado y discriminado por los demás por ser más pequeño y tierno Además del sexy y negruzco gato de mi sobrina primis Tais u.u Adjunto: para solo para que despues no digan despues que soy dictatorial xDD Bóveda de Bínfeyd : Bóveda Elfo doméstico de Bínfeyd : Dúnedain Gato de Tais : Siniestro Ok, ahora me retiro *les hace ojitos* las amoro chicas, GIRLS RULES!!! Oh yeah! Alessa!!!! serás mi sobrina nieta
  18. *0* Este negocio entre todos los que hay es mi favorito, es que fue el primero que visité ni bien me registré y ahí hice mis pininos rolísticos, fueron bellos tiempos aquellos ^^ EDITO no llené ls lineas reglamentarias peo bueh par eso está el botoncito editar xDDD Asi que ahora regreso pero para afiliarme ^^ Ficha personal Boveda personal
  19. Hi familia, solo paso a recalcar que mi hija será ZOE! wiii! pero no será sanguinea sino adoptiva. Ya lo hablamos entre las dos y no hubo ningun incoveniente, solo que mi pequeña aun no puede venir a informarlo porque tiene deberes muggles muy importantes que cumplir. Asi que lo informo para que cambien el arbol gnealogico y la pongan como afoptiva por favor ^^ Alessa! bienvenida a la familia.
  20. El Kiosko: Una mordida rapidita, era de sus preferidos, había sido el primero que compartió junto a su querida amiga Andro y a su encantador padrino Only. La joven Evans miró desde afuera del local, seguía igual de maravilloso y no pudo dejar de pasar al menos para hacer bulto. A diferencia de la primera vez ahora su elfo la acompañaba. Con una sonrisa en los labios ingresó al local mirando a quienes estaba dentro, aunque su paso por el recinto sería muy breve pues solo debía dejar unos pergaminos y seguir su rumbo. -¿Estas listo Dúnedain? -Si, señorita Bínfeyd, terminaré muy rápido. -Bien, entonces empieza. Al instante el elfo corrió hacia las mesas dejando los pergaminos con tal velocidad que parecía un rayo, su gran agilidad era lo que más se admiraba del pequeño Dúnedain. Repentinamente aparecía al lado de Bínff cosa que no era extraña, la chica lo miró fijo con la intención de notar al menos una pisca de cansancio, pero nada, el elfo seguía en total alma como si recién hubiesen entrado al local. -Listo señorita, los pergaminos están repartidos- Decía el elfo con una gran expresión de satisfacción en el rostro. http://i.imgur.com/35WnI.png -Vaya que eres rápido. Está bien continuemos, pero luego volveremos para tomar un bocadillo. Invitaremos a Andro y Jank , de seguro tambien quieran venir aqui- Sonrió nuevamente mientras la acariciaba las orejas. Ambos salieron del local a paso rápido, para continuar con la misión que tenían aquel día. Pero pronto regresarían por una velada agradable en el Kiosko: Una mordida rapidita, que parecía ser uno de los lugares preferidos y más concurridos del Callejón Diagon.
  21. *abrazo entre llanto a mi mami* Te amo mami! eres la mejor para mi. Y si como manden, ya pedí la actualizacion en mi ficha ahora me falta lo otro. Pero estoy muy feliz de que me quieras mami. Y pronto voy a la mansion a darte un fuerte apapacho y un enorm e beso. Te quiero mami!
  22. Hi, por favor quisiera que añadan mi familia adoptiva y su respectiva bóveda. Oh y mis padres... Familia Adoptiva: * Familia Rambaldi Padre(s) Sanguíneo: Boss Elezar Padre(s) Adoptivos: Niqqui A. Rambaldi Link a Bóveda Familiar 2: Bóveda Familia Rambaldi
  23. Hi new family, espero me acepten con muchos apapachos y demás cariños como parte de su adorada familia. Bien, ahi dejo mi ficha... Los amoro, nos vemos pronto
  24. Levanté la mirada y para mi alivio era Xell quien me respondía, exhalé de alivio, aunque todavía tenía la ansiedad de tener mi cuento en la mano. Ella era una buena amiga a quien le había agarrado cariño ni bien nos conocimos, asi que dejé que me lleve de la mano hasta el mostrador con toda la confianza del mundo. Es más si hubiese dicho, salta la soga conmigo lo hubiese hecho sin chistar. -Hola Xell- una gran sonrisa se formó en mis labios -Si si busco un libro- Dije poniendo todas mis esperanzas en ella. Hasta el instante en que ella dijo que me había manchado la mano, yo no había sospechado nada de una mancha. Miré mi mano, mientras la levantaba lentamente frente a mi rostro, con una mancha marrón y con un delicioso olor que emanaba y me antojaba mucho. En ese momento se me pasó la idea de pasar por alguna dulcería para comprar y comer un par de trufas, pues era una gran amante de los dulces y demás postres. -No te preocupes- Dije muy divertida por el asunto mientras buscaba en mis bolsillos -Creo que no he traído pañuelo, talves me puedas ayudar a encontrar un lavado- Guiñé el ojo En alguna de las reuniones con Xell, en la madriguera, habían pasado acontecimientos muy divertidos. Asi que por alguna extraña razón esperaba divertirme mucho con ella en el lugar, haciendo algunas travesurillas por aquí y allá. Por lo que se me ocurrió lo del lavado, que eran puros pretextos para quedarme más tiempo y disfrutar con ella. Aunque todavía quería llevar mi amado cuento a casa.
  25. Aquel día la hermana menor de las Evans McGonagall había despertado muy feliz, al fin tenía tiempo de relajarse después de una larga jornada de clases en la academia. Empezó a dar divertidos saltitos y giros de tanta emoción en el acogedor cuarto. Mientras, avanzaba hacia el ropero para sacar de una parte oculta su libro favorito de todos los tiempos. Su cabello se meneaba al compa de sus saltos, y sus tacones llenaban la habitación de un delicado sonido que afloraba en ella sus ganas de volver a participar en alguna presentación de ballet. Entre sus recuerdos más preciados de la infancia, estaba aquel en donde leía y releía por las noches aquel libro, que encontró por casualidad una noche lluviosa en la que andaba buscando chocolates por todas las repisas del castillo de su familia. Aquel libro con el que se sentía totalmente identificada, y que de Vez en cuando terminaba soñando de tanto leer. Aunque su sueño siempre acababa con las lágrimas de la pequeña, pues el final la conmovía profundamente. Frente al ropero, abrió las puertas de par en par. Y justo al lado izquierdo del ropero de roble que era tan alto que casi chocaba con el techo, ahí entre el joyero plateado y la caja de bombones a medio cerrar, debía de estar escondido el ya gastado y marrón libro con la portada de un niño en una cabra, que tanto quería y que por su repentina sobre dosis de alegría había decidido leer otra vez. La mano de la joven recorría de derecha a izquierda lentamente, bordeando con los dedos la caja de bombones y luego el joyero que estaba tan frío, que tuvo que quitar la mano de puro nervios. Volvió la mano y siguió tanteando el lugar para poder coger su libro. Recorrió varia veces por todos lados pero al no hallarlo acercó una silla que para su suerte estaba al lado del ropero y subiéndose, miró por todas partes pero no halló nada. Rebuscó en los cajones y tiró todo lo que en ellos se encontraba. -¡Dúnedain!- Gritó desesperadamente y el elfo aparecía con tal agilidad que cualquiera hubiese pensado que había estado en la habitación todo el tiempo. -En que puede servirle Dúnedain señorita- Respondía el elfo -¿Has visto mi libro? ¡Lo tenía escondido aquí! ¡Era viejo y marrón!- Casi gritó la muchacha señalando hacia donde había estado buscando. -Señorita, Dúnedain lo tiró aquella vez que usted le ordenó sacar toda la basura de sus ropero- La expresión del elfo estaba carga de una terrible peocupación. -¿Qué?- Se aterrorizó -Pero no debiste botar eso- Bajó la voz para no asustar a su fiel elfo -Era mi libro favorito, pero ya no te asustes. Solo debo ir a comprar uno. Dicho eso la joven cogió un saco gris, que estaba a punto de caer de un colgador debido a su torpe reacción, y su pequeño monedero que ágilmente metió en uno de los bolsillos del saco. Emprendiendo su viaje hasta el Callejón Diagon, donde debería haber alguna librería que vendiera el libro que tanto quería y la llenaba de buenos recuerdos. Caminó muy rápidamente sin que se le cruzare la idea de usar algún artificio para llegar más pronto. Para cuando llegó al callejón estaba muy cansada por haber hecho el recorrido trotando, casi corriendo. Aunque eso había aliviado en parte su desesperación. Revisó con la vista las diferentes tiendas y al no ver una librería siguió caminando pero esta vez con más calma. A varios metros pudo divisar la pila de libros que salía de uno de los establecimiento, y acercándose un poco pudo notar el letrero del negocio Librería Las Dos Hermanas decía y al fin soltó un suspiro de alivio tocando su corazón que palpitaba muy fuerte. -Buenos Días- Dijo mientras entraba a la librería La Evans se sorprendió al ver lo fascinante del interior de la librería, había tantos libros de tantos temas, colores, formas, tamaños y demás. Pero aún no se sentía totalmente en calma, ya que aún existía la posibilidad de que no tengan el libro que tanto deseaba. Se acercó hacia el centro del recinto, con algo de timidez, pues no quería tropezar y que le cayera un grupo de tomos encima. Sin siquiera ver a alguien dijo sin esperar: -Estoy buscando un libro- Como si no fuese obvio -Es Peter Pan en los Jardines de Kensington la primera edición- Finalizó con cierta duda. La muchacha esperaba que no le dijeran que ese tipo de libros muggles, no estaban disponibles en una librería del mundo mágico. Se aferró a la idea de que debían de tenerlo o que debería buscar en alguna otra librería. Mientras, miraba todas las repisas esperando encontrar el libro en algún lado. Aunque de solo mirarlos se mareaba con tantos de ellos y en todas partes.

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