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Ania Evans Weasley

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Todo lo publicado por Ania Evans Weasley

  1. Asentí ante el comentario del Ravenclaw sonriendo -Me he podido dar cuenta de eso, querido amigo- Estiré de nuevo mi brazo para agarrar ésta vez una aceituna con mis dedos y llevarmela a la boca. Estaba hambrienta, de verdad. Le pasé otra aceituna al ojigris esperando que le gustara. -¿Bromeas? La pizza es riquísima además de fácil de preparar, es uno de mis platos favoritos- le guiñé el ojo, sonreí sin darle mucha importancia a la respuesta que me dió acerca de su nerviosismo por el comentario del mago. -Sí, creo que será mejor que esperemos en el balcón, no quiero darte una mala impresión en la primera cita- bromeé y después de un pequeño ademán de invitación me dirigí hacia la salida. @@Brendon Ravenclaw
  2. Escuché con atención al profesor mientras nos explicaba a mi madre y a mi la lección y seguidamente lo que teníamos que hacer con las piedras que teníamos dentro de la bolsita. Observé fascinada cómo hacía flotar sus piedras en el aire mientras hablaba de ellas tan seguro. Aunque no entendí muy bien al principio. Mi mente tiene la tendencia de vagar libre por los terrenos de la fantasía cuando algo me interesa tanto. En ese momento estaba imaginando a dos magos usando las runas en un duelo. Orión nos explicó lo que teníamos que hacer y ya que no entendí esperé la respuesta de Seraphyne, mientras ambas pensábamos como responder hubo un silencio sepulcral. Me moví en mi silla para cruzar mis piernas una sobre la otra. Observé a mi madre concentrándose para apartar dos de sus piedras y después bajé mi mirada sobre las que tenía sobre mi pupitre. Ordené mis runas en una fila y empecé a hacer memoria de sus significados. Kass por fin habló exponiendo su idea. Gracias a eso pude entender mejor lo que nos había pedido el profesor así que volví a mirar los símbolos sobre las piedras y tomé una. -Bueno, yo opté por algo más simple- señalé -Encender la luz. Si de repente necesito alumbrar mi camino en un lugar oscuro donde no puedo ver nada podría utilizar mi varita y hacer un lumos. Pero si tengo que usar solamente las runas tendría que ser ¿Dagaz?- terminé más bien preguntando.
  3. ID: 115870 Nick (con link a la ficha): Ania Evans Weasley Link a la Bóveda Trastero: -- Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: 97673 Fecha: 2018-05-06 Poción: Zumo de Mandrágora Puntos: 160 P Precio: 8000 G Total de puntos: 160 P Total de Galeones: 8000 G
  4. Solté una risa contenida al ver la reacccion del pequeño elfo cuando accedí a quedarme. Vi que buscaba de inmediato algo con los ojos y miré detrás de mi para ver si había algo, luego Xenix me preguntó por el baúl y entonces supe qué era lo que buscaba. Me volví de nuevo hacia él sonriendole y me agaché para explicarle. -El baúl, Xenix, lo mandé a mi casa con Timo, porque era muy grande e innecesario. Tengo lo que necesito en esa maleta- señalé una maleta pequeña de unos cincuenta centímetros que había dejado al costado del escritorio -¿Puedes cargarlo por mi?. Xenix tomó la maletita y nos encaminamos hacia la habitación, mientras lo hacíamos, El pequeño elfo me preguntó por Paraguay. Yo caminaba feliz admirando los detalles del lugar. -Pues, Paraguay- pensé un poco -Paraguay es un país muy bello, tiene muchos árboles, cerros, tiene gente muy agradable y servicial, tiene mucha tierra fértil y una cultura muy...- hice un par de ademanes con mis manos buscando la palabra adecuada -especial- se escuchó como una pregunta -también hablan dos idiomas, Xenix, el español y el guaraní- me volví hacia el elfo y vi cómo al igual que yo caminaba feliz y mi sonrisa se asentuó -Ojalá algún día pueda llevarte para que conozcas, pero debes prometer que no llamarás la atención- mire de nuevo las plantas que pasábamos mientras caminamos -desearía que ellos puedan ver todo ésto algún día, es hermoso, ¿no crees?. El elfo siguió hablando feliz y emocionado, mencionó la satisfacción de mi mamá por el trabajo que él hacía en el refugio con orgullo, pude imaginar el brillo en sus ojos. - Es Que quería darle una sorpresa, como la que te di a ti, y ¿cuándo fue la última vez que vino, Xenix?- pregunté de nuevo después de responder la pregunta de mi amigo y esperando que éste abra la puerta de la cabaña. @
  5. Me gustó tanto la milanesita que tomé otra mientras esperábamos que el mago se acercase para tomar nuestra orden. Cuando sentí la mano de Brendon tocando mi mentón lo miré y le sonreí sin despegar mis labios ya que aún seguía masticando el bocado. Aquel cuadro debió ser demasiado bello para el joven mago uniformado ya que lanzó un comentario que a mi me pareció gracioso aunque debo admitir que también me hizo ruborizar, más al notar la incomodidad del Ravenclaw. -Disculpa, sólo somos amigos- le expliqué divertida al pobre mago intimidado por la mirada de mi acompañante. Escuché lo que el ojigris pidió y no pude evitar soltar una risa -Vas a mezclar demasiadas bebidas- señalé antes de dirigirme al mago de nuevo -Queremos una pizza con borde relleno, una gaseosa del gusto que sea y un buen vino tinto añejado- ordené finalmente y el mago pudo irse -No te preocupes, gracias por limpiarme- agradecí con una sonrisa amable al nórdico por su anterior acto -Pero definitivamente no sabes elegir o ¿te puso muy nervioso el comentario del mago?- pregunté bromeando A Brendon -Espero que te guste el vino tinto, creo que toca esperar ahora, ¿No? O ¿será que nos van a llevar hasta el balcón?- lo último me pregunté en voz alta. @@Brendon Ravenclaw
  6. -Be-e-e-eeeellisimo- exclamaba cada tanto mientras me vestía apuradamente -Brina, no encuentro mi capa verde, Brinaa- mi elfina parecía en shock porque sólo me miraba y me señalaba con su fino dedo -Habla, ¿qué tengo?- corrí hasta el espejo para verme y ahí estaba mi capa verde mate. Suspiré mirando a la pequeña elfina y desaparecí de mi habitación. -Espero no estar llegando muy tarde. Todo esto es culpa de tu calentura, Ania. Pero claro, siempre dejándote llevar...- susurraba mientras caminaba a pasos apresurados por los pasillos de la Universidad mirando los cartelitos que indicaban que clases se impartirán en el aula -¡Al cielo te van a llevar! unos segundos ¿y después? Ocho metros bajo tierra, como siempre. Pero porsupuesto, tu no entiendes nunca- seguía susurrando sola por los pasillos sin mirar mi camino -Para más un extraño que bien puede ser uno de los malos. Donde rayos está la clase. Pasé dos salones más y llegué por fin al salón de runas antiguas. Mi madre ya estaba esperando y el profesor también. Fruncí mi ceño al notar el ambiente oscuro y misterioso, estaba en silencio y dos velas alumbraban apenas el lugar dejando ver prácticamente solo la silueta de los presentes. Tragué saliva y entre rápido a ocupar mi lugar en el pupitre al lado de mi madre. -Mamá- le saludé intentando sonar casual y suspiré brevemente antes de dirigirme al profesor -Espero no haber llegado muy tarde, tuve un percance- "todo el dia de ayer" pensé -disculpen- Bajé la mirada para esquivar la de los presentes y me fije en las letras raras sobre el pupitre. @Orión Yaxley @
  7. Volvimos con Kutsy hasta las personas y yo ya llegue abrazada a Albus quien nos alcanzó y nos saludó a ambas. Cada uno dió su opinión con respecto a la broma y a mi plan para detener al bromista. Tia Bel quería empezar cuanto antes así que preguntó a Albus si él había caído en alguna broma ese día. Mi hermano le dijo que no y me pareció raro pero era cierto, cuando lo vi no parecía estar ni molesto ni divertido por alguna situación peculiar. Richard tampoco había caído en ninguna broma pero todos sabíamos que era más probable que Albus acceda antes que Richard y así fue. El Evans aceptó ser la carnada y el plan se puso en marcha. Decidimos seguir con el día como si fuera un día normal en familia así que a Albus se le ocurrió hacer un almuerzo en el patio como el que Pandora organizaba, así que mientras las mujeres de la familia nos encargabamos de acomodar las mesas, los hombres harían la comida que sería el asado a la parrilla. Llegó el momento, mi hermano tenía que ir por la carne y hizo una seña que pude entender al instante. Lo supe porque todos estábamos al pendiente de él. -Bueno, tenemos que prestar mucha atención, el bromista es muy escurridizo- dije para que todos escucharan y luego me dirigí a mi tío Richard -Tío, deberías ir detrás de él- mire a los demás antes de ubicarme detrás de unos arbustos sosteniendo mi varita. @@Kutsy Stroud Lenteric @ @@Albus Severus Black @ @@Syrius McGonagall
  8. Quedé un poco sorprendida por el nuevo recibimiento del Ravenclaw, aunque no significa que me haya disgustado o incomodado. Me sostuve de su brazo y empezamos a caminar hacia el comedor del lugar mientras me comentaba su estrategia fallida de sorprenderme, reímos al unísono y cuando nuestras miradas se encontraron finalmente dejamos de hacerlo para que él siguiera hablando. Sin embargo no pude evitar evocar una pequeña risa ante sus siguientes palabras, aunque entendí a lo que se refería. En fin, asentí y me volví para mirar nuestro camino, ya podía ver la puerta que daba al comedor. A través de los amplios cristales de la puerta se podía ver una larga mesa llena de bandejas con diferentes bocadillos, también se observaban las mesas y sillas vacías bien puestas. Ya dentro del salón de la comida, nos acercamos a la mesa donde había algunos bocadillos salados y dulces. Miré a mi alrededor y vi a los elfos terminando de limpiar las últimas mesas, un mago con el uniforme del lugar que supuse era quien tomaría nuestra orden. Entonces Brendon me hizo una pregunta. -Bueno, ya que siempre tiro a matar- sonreí mirando sus ojos grises y luego las bandejas sobre la mesa -¿te parece que pidamos una pizza?- le volví a mirar -uh- exclamé -y papas fritas. Tú eliges la bebida- estiré mi delgado brazo para tomar una de las milanesitas. Porque eran muy chicas. De una bandeja y le pasé otra a él -¡Mmm! Está riquísima- acoté luego de tragarla. @@Brendon Ravenclaw
  9. -Contal de que no sea pescado- le sonreí mientras estrechaba la mano de la bruja. Arrugue un poco la nariz mientras hacía el siguiente comentario -es que no me gustan, no es nada personal. Dennis también regresó hace poco tiempo al igual que yo a Ottery, pensé que con más razón no la conocía - Yo también regresé hace pocos dias, he querido ponerme al día con las noticias y los eventos nuevos de Ottery de hecho, por eso cuando vi la invitación vine cuanto antes- le expliqué -Y pues ¿qué más te digo?, soy hija sanguínea de Kassandra Weasley y adoptiva de Pandora Stark- decir su nombre todavía me costaba un poco, la verdad era que siempre evitaba pensar en ella porque no quería seguir deprimida por su partida después de tanto tiempo. -Actualmente estoy viviendo en el castillo Evans McGonagall y...- sentí la confianza de mostrarle mi medalla, siempre la portaba aunque me haya retirado de la Orden del Fenix, me aseguré de que nadie nos estuviera observando y luego le mostré la medalla del ave fénix igual que la que ella tenía- creo que ya se donde pudiste haberme visto antes- le sonreí con complicidad mientras guardaba de nuevo el Fénix de oro. @@Dennis Delacour
  10. Otro día empezó y como siempre no quise levantarme de la cama pero finalmente lo hice, en unos minutos estaba preparada para ordeñar a mi vaca, ya que no tenía nada que hacer por las mañanas me tomé el trabajo de ordeñarla yo misma aunque Brina, mi elfina, siempre se ofrecía a hacerlo por mi. Bajé las escaleras del castillo Evans McGonagall y sobre una de las tantas mesitas que servían de decoración más que otra cosa vi un papel, lo tomé para ver que decía y era una invitación. -Brina- le dije a mi pequeña elfina que se encontraba a mi lado- creo que tendrás que hacerlo tu hoy, yo tengo que salir- la elfina sonrió y asintió más feliz. No sabia que le gustaba tanto ordeñar vacas. Subí de nuevo a mi habitación para cambiarme el pijama y me puse algo casual, no decía nada de gala así que decidí ir cómoda. Unos jeans, una blusa holgada de color azul y mis zapatos deportivos del mismo color. Un poco de polvo para la cara, delineador para los ojos y un color natural para mis labios, solté mi cabello de toda la gama de azul y estaba lista. -Mas cómoda imposible- el espejo de cuerpo entero me devolvió la sonrisa, acomodé unbooco más mi cabello y desapareci de mi habitación para aparecer en frente del Museo Night. Las puertas estaban abiertas y la afluencia de gente era impresionante, todos comiendo algo diferente, yo no queria ser la excepción así que me apresuré a pasar y al entrar ya parecía otro mundo, el ambiente, la decoración y porsupuesto, la exposición de arte. Lo que más me gustó además del arte que se podía apreciar era la música, cada pieza que sonaba era mejor que la anterior y yo en lo personal estaba maravillada con todo lo que nos ofrecían. Me acerqué a una de las dueñas del local que se encontraba más cerca, lo supe porque vi cómo estaba dando unas indicaciones a uno de los elfos que tenía una bandeja <<por favor que sea de choclo>> pensé esperanzada y agarré una de las tartas -Buenos dias, soy Ania Evans Weasley- la saludé dedicándole una sonrisa y me percaté de que tenía una cadena, su dije era un ave fénix, supuse entonces que era miembro de la orden así que se asentuó mi sonrisa - me encanta todo lo que veo, debo felicitarla por hacer esta maravilla posible- le di la primera mordida a mi tarta y mi sorpresa fue notoria- mmm- exclamé mientras masticaba y tragaba el bocado- está deliciosa, me encanta todo lo que han hecho aquí.
  11. Reí por la reacción del pequeño elfo y luego negué despacio con la cabeza- Tranquilo Xenix, me alegro de verte- pensé un poco antes de responder su pregunta ya que no sabía si iba a quedarme o no, lo más probable era que sí pero no estaba segura - No se si me quedaré, pero es probable que lo haga, Xenix, puedes prepararme la suite por si acaso?- pase mi mirada por todo el lugar -veo que lo mantienen muy bonito como siempre- me acordé del paisaje del lago- Xenix- exclamé de repente- preparame la habitación que tiene la vista al lago por favor- dije emocionada. Había caminado por esos senderos antes y esperaba que estuviese igual de hermoso como hacia un par de años. -Oh, también quiero hacerte una última pregunta, Xenix- hice puchero- dime por favor que sí- quería ver a mi madre Kassandra, hacia dos años no pisaba Ottery y sólo la vi unas horas en su boda porque tuve que volver de inmediato a Paraguay- ¿Mi madre está aquí?- en mi interior rezaba porque me diera una respuesta afirmativa. @
  12. Salí de la habitación de Brendon y el nórdico me acompañó hasta la puerta de la mía, nos despedimos y luego cerré la puerta detrás de mí. Me quité las sandalias después de doblar mi ropa que para ese entonces ya estaba totalmente seca, los servicios del negocio cada vez me sorprendian más. Me acosté para descansar, me tapé con la manta que estaba doblada sobre la cama y luego de unos minutos mirando la lluvia a través de la ventana me quedé dormida. No eran lágrimas, eran gotas de agua, el techo tenía un abujero y goteaba justo sobre mi mejilla derecha, suspiré aliviada porque todo lo que recordaba era sólo un sueño, una pesadilla más bien. Me levanté y miré la hora en el gran reloj redondo y rústico que estaba sobre la puerta de mi cuarto. Entré al baño para lavarme la cara y luego hice un movimiento de varita para que desaparecieran las arrugas de mi vestido, me volví a poner el abrigo de color negro que hacía juego con mis sandalias y después me dirigí a la salida de mi pieza. Faltaban tres minutos para las ocho de la noche y abrí la puerta de mi habitación para ir a cenar con Brendon. Al abrirla un pequeño pájaro de papel se encontraba volando, al parecer esperando que abriera, sonreí al leer la nota que me había mandado el mago y bajé las escaleras buscándolo con la mirada. -Espero no haberme demorado tanto- le dije al ojigris cuando llegué hasta él después de saludarlo- Gracias a Merlín el techo empezó a gotear justo en mi rostro porque sino seguiría durmiendo- reí y aproveché que uno de los empleados pasó cerca para llamarlo y decirle que por favor arreglen ese inconveniente. No me tomó más de un minuto, luego me volví hacia el Ravenclaw. -¿Y bien?- le volví a dedicar una sonrisa. @@Brendon Ravenclaw
  13. -Entonces me tarde mucho- concluí cuando Brendon me contó que había mandado traer su ropa. Y vaya que si me había tardado al parecer, o él había usado un giratiempo? Tal vez en el pasado lo sorprendí desnudo. Mis mejillas se volvieron a sonrojar. Negué con la cabeza y comí una galleta, bebí un poco de chocolate y me limité a escucharlo. volvi a pensar para mi hice una lista de posibles gustos del mago mientras dirigía su mirada a la ventana. Volví a beber un poco de chocolate. Una sonrisa se dibujó en mis labios al escuchar sus palabras y luego reí con él y volví a quedarme con la sonrisa. - Bueno, siendo así, entonces no me hace falta nada para esta noche. Y entre nos, también me gusta la comida rápida- reí de nuevo, pero era cierto, en el mundo Muggle no pasaba una semana sin comer una rebanada de pizza o hamburguesa, también era aficionada de las empanadas y sándwiches. Terminé de beber mi chocolate y comí una galleta más. -Bueno joven caballero- me levanté de su cama y di dos pasos hacia la salida- ésta lluvia y éste clima me dieron ganas de tomar un pequeño descanso, si no le molesta me retiro a mi habitación- le dediqué una cálida sonrisa- prometo estar de pie a las ocho - hice una leve reverencia estirando los lados de mi vestido y me dirigí a mi habitación para tomar una siesta. @@Brendon Ravenclaw
  14. Hacia mucho, mucho tiempo no me pasaba por el negocio de mi madre Kassandra, de hecho la última vez que la vi fue en su boda Y aún no me lo creo. El refugio mágico era mi santuario, venía cada vez que necesitaba pasar tiempo conmigo misma. Recuerdo la primera vez que crucé sus puertas, me sentía tan mal...luego llegó Irina, ¿qué habrá pasado de mi amiga?. No he sabido de ella hace ya mucho tiempo. Bueno, hace mucho tiempo no se de nadie de hecho, pero ahora que volví a Ottery espero volver a ver a mis amigos. Pero primero a mi madre, espero que se emocioné tanto como yo. Aparecí en frente de las puertas del Refugio Mágico y entré sin pensarlo dos veces. Me acerqué al escritorio y ahí estaba como siempre Xenix, el elfo de Seraphyne, esperaba con todo mi corazón que me dijera que mi madre se encontraba en su despacho, como la vez que la visité con Emi. -Hola, buenas tardes, espero que los años no te hayan hecho olvidarme- le dediqué mi mejor sonrisa al pequeño elfo. @
  15. Cuando me giré de nuevo hacia Brendon, luego de beber otro sorbo de chocolate caliente me di cuenta de que se acomodaba su nueva camisa y me sorprendí. -Oh- exclamé- También compraste ropa para ti- pensé un momento- ¿me fui tanto tiempo como para que compres ropa, te saques la que tenías y te vuelvas a vestir? O eres demasiado ágil para esas cosas- le sonrei- te sienta bien- alegué. Comí una galleta de su plato y luego bebí otro poco de chocolate - es que, Brendon, las galletas y el chocolate caliente son el complemento perfecto para una tarde lluviosa como ésta- Miré la nada pensando un par de segundos - bueno, faltaría sólo un libro, pero no estoy sola- lo miré de nuevo- si estás sólo en una tarde de lluvia, es lo mejor tomar chocolate caliente o café, galletas y leer un buen libro. Y créeme- respondí ante su último comentario- debe gustarte lo dulce, eso hace feliz- le dediqué mi mejor sonrisa y me senté en su cama. -Entonces, joven caballero, ¿cómo debo ir vestida esta noche?, ¿de gala?, ¿casual?, ¿qué menú más o menos piensas pedir?- me callé al darme cuenta de que estaba hablando demasiado y bebí rápidamente de mi taza sin dejar de mirarlo. @@Brendon Ravenclaw
  16. - Bueno, no se quedó sola, supongo que llegó bien a su casa. Eso debería preocuparte a ti, así son los caballeros- suspiré restando importancia al tema, Brendon ya me dijo lo que quería saber, o yo ya sabía lo que tenía que saber de la mujer así que hice caso omiso- pero bueno, estas aprendiendo y le diste tu saco- salió de nuevo una risa floja de mis labios- Es cierto que eso hacen los caballeros pero normalmente no desaparecen después- me giré de nuevo para mirar por la ventana y de repente sentí un poco de frío, me abrace y sentí mi piel erizarse de inmediato, miré la taza que dejé sobre la mesita de noche y luego me volví hacia el nórdico- ¿Entonces puedes pedirme otra taza de chocolate caliente, joven caballero?- le sonreí y tomé sus manos para dejarle unos galeones- mientras iré un segundo a mi habitación, quiero traer algo, ya vuelvo. Tuve que volver a mi habitación para recoger mi varita y ver si habían llevado a lavar mi ropa, cuando llegué todo estaba de maravilla, ya habían secado el suelo y mi ropa estaba puesta en la cama bien perfumada y seca. Di gracias al cielo y luego comí una galleta. -Expecto Patronun- una luz azul tomó forma de un hipogrifo y luego de darle el mensaje desapareció. En unos minutos Brina estaría esperándome en la habitación de la posada con un abrigo en manos. Antes de volver a la habitación de Brendon tomé el plato lleno de galletas que él me había mandado y lo lleve conmigo. -Como prometí estoy de vuelta y con algo de comer- sonreí estirando mi brazo para acercarle las galletas- te invito, me regalaron hace rato- le guiñe el ojo - mmm! Rico chocolate- dije al ver la taza llena y la tomé luego de darle el plato al ojigris. - Ahora si estamos completos nuevamente- bebí mi chocolate con cuidado para no quemarme y luego pasé mi lengua por mis labios inconcientemente.
  17. Era increíblemente placentero mirar aquel paisaje que nos pintaba la bella naturaleza de la magia dentro de la basta tierra que nos rodeaba en ese momento. Y es que era literal. El negocio está ubicado en el subterráneo y todo lo que se podía observar allí era creado con magia. Las gotas de lluvia se rompían contra el cristal de la ventana y a lo lejos el viento bailaba con los árboles su canción brindandonos todo un espectáculo a Brendon, que en ese momento estaba detrás de mi, pude sentir cuando se acercó y una leve curva se posó en mi comisura y se acentuó cuando escuché sus palabras. - ¿No te parece que te ayude bastante dejando que me prestes tu sombrilla, que me pagues un vestido y el primer chocolate caliente? De hecho no hacia falta ni el vestido ni el chocolate - dudé un poco en decir lo siguiente porque tampoco quería darle muchas alas, pero lo consideré por las atenciones que había tenido conmigo hasta ahora- con tu sombrilla y el trato que me diste desde un principio pude notar tu caballerosidad. No se nota que eres un aprendiz en la materia - Seguía mirando por la ventana mientras lo escuchaba de nuevo. Solté una breve risa floja al escuchar mi palabra en su boca, no creí que él lo diría pero sonaba más cómico de sus labios que de los míos. Todo lo que me estaba contando era interesante hasta que me dijo que había invitado a otra mujer. En ese momento mi cabeza dio mil vueltas pensando en ella y en qué había hecho mal y peor, qué había sido de ella, fruncí un poco el ceño y sus últimas palabras me devolvieron a la realidad. -Una cena- susurré más alto de lo que quería y me giré buscando sus ojos, me acomodé el mechón de cabello detrás de la oreja- Quise decir- me aclaré la garganta- que te concederé ese honor, además no tengo nada mejor que hacer y ya que ambos estamos interesados en conocernos -levanté las cejas- que mejor manera, ¿no?- le sonreí y no pude evitar la pregunta que salió casi como un vómito de mis labios. -¿Qué pasó de la bruja?- lo miré inquisitivamente- disculpa, es que no entendí, ¿la dejaste sola y viniste a saludarme? @@Brendon Ravenclaw
  18. Lo miré fingiendo indignación mientras él se reía. Apenas lo conocía pero cuanto más lo hacía más me perdía en todo lo que representaba, pero hacia todo lo que estaba en mi alcance para disimularlo. - Bueno pues para mi no fue una opción ya que mi ropa todavía estaba mojada cuando llegó el mago con ésto- señalé mi vestimenta- Pero sí, debo admitir que una vez más tu encargo llegó justo a tiempo- le sonreí y asentí mientras escuchaba sus palabras. - Bueno, Brendon, eso me alegra, también quiero conocerte, tal vez nos volvemos buenos amigos después de todo- le sonreí mientras él se alejaba y se sentaba en su sillón. Entré a su cuarto y me senté en el borde de su cama. -Oh, tampoco pretendo ofender tu caballerosidad, Brendon, si lo hice en algún momento lo siento. Lo miré atenta mientras me comentaba un poco lo que hacía en el lugar antes de conocernos y un momento me ruboricé con sus palabras, maldije por dentro ya que estaba consiente de mis mejillas rosadas y me aclaré la garganta antes de tomar las palabras. -Si quiero otro chocolate, pero no lo pagarás tú, si quieres puedes pedirlo por mi- sonreí. - En cuanto a mi- proseguí- estoy aprovechando el poco tiempo que me sobra antes de entrar a trabajar en el Ministerio de Magia, ya me postulé. Y además como ya te había dicho, estaba aburrida en mi casa y decidí salir a dar un paseo porque volví del mugglelandia- sonreí- hace poco, y quería saber cómo iban las cosas en Ottery. Entré a éste negocio y me gustó el paisaje, todo muy tranquilo, el agua...-me levanté y me acerqué a la ventana para mirar la lluvia- me gusta mucho el ambiente de este negocio la verdad -suspiré y me callé mirando cómo el viento movía las copas de los árboles. @@Brendon Ravenclaw
  19. El ojigris aún no terminaba de vestirse, me ruboricé imaginando el cómico acto de vestirse a la apurada mientras lo escuchaba a penas detrás de la puerta, su voz a pesar de que era obvio que intentaba suavizarla para que no lo oyeran, era grave y con un poco de ingenio pude adivinar sus palabras. Pobre hombre, y pobre yo porque no sabía cómo mirarlo. -Si, tranquilo, tómate tu tiempo- dije desde afuera y bebí otro sorbo de mi delicioso chocolate -esta muy rico- susurré y me pasé la punta de la lengua por mis labios. Justo cuando tomé el siguiente trago se abrió la puerta y apareció Brendon con su camisa semiabierta y su cabello aún húmedo pero siempre con aire de elegancia, o así es como yo lo veía. -Disculpa si interrumpo su tranquilidad- comencé y tras una breve pausa asentí ante sus últimas palabras- efectivamente - mis ojos se encontraron nuevamente con sus Orbea grises- no es que me moleste que me regalen vestidos o chocolates, al contrario, es muy bonito detalle. Sin embargo, es un poco extraño que un desconocido se tome tantas molestias por alguien que apenas acaba de conocer- bebí un poco de chocolate- por esa razón es que quiero que le pido por favor que me diga cuánto le cobraron por el vestido y el servicio a la habitación - terminé con seguridad y tomé otro poco de mi chocolate que estaba terminando. -Y espero que no me tome a mal, no quiero que gaste demás su dinero- le di una de mis mejores sonrisas suavizando mi mirada y esperé que entendiera lo que quería decirle. No estaba enojada, increíblemente no me sentía incómoda por aquellas atenciones. No sabía qué pensaba de mi ahora Brendon, no sabía si lo ofendi, no tenía idea de si seguir la plática en su habitación o invitarlo a otro lugar, no sabía nada. Pero esperaba no incomodarlo o aburrirlo o asustarlo. Terminé mi chocolate. -Tendré que pedir más después- susurré para mí aunque bien el nórdico pudo escucharlo, quien sabe...
  20. Subí las escaleras y tras cada paso susurraba -Tergeo- y el rayo que salía de mi varita absorbia el agua que dejaban mis pies descalzos. Ya adentro de mi habitación, busqué rápidamente la ducha, me quité la ropa que traía puesta y me entregué a aquella sensacion de bienestar y comodidad que me daba el agua tibia sobre mi piel nivelando mi temperatura corporal. Cierro mis ojos y mi mente empieza a recordar todo lo que acaba de pasar con el enigmático mago -Aunque oportuno- susurré para mi y luego de unos largos minutos giré la manija de la ducha. -Bueno, creo que Brendon tendrá que esperar que mi ropa se seque porque no pienso ponerme de vuelta toda empapada, tendré que pedir que me lo laven...- cuando salí del baño alguien tocó a mi puerta - No puede ser él- dije un poco asustada y sorprendida. -¿Señorita Ania?- escuché a alguien del otro lado - Le traigo su vestido... - Yo no pedí ningún vestido- respondí alzando la voz para que me escuchara. -El señor Brandon lo encargó para usted. No lo podía creer, era demasiado -Aunque una vez más muy oportuno- volví a decir en voz baja mientras habría la puerta. Yo estaba envuelta con las toallas de color beige, de todos modos me daba vergüenza que me vean así, en mi interior sólo pedía al cielo que me hubiera mandado un vestido lindo. -Disculpe, antes de que se retire, por favor, ¿puede poner a mi cuenta el vsetido?- Si bien el detalle de Brendon era muy bonito y le agradeceria cuando lo vea de nuevo pero no podía permitir tantas atenciones de un desconocido. - No se preocupe señorita, ya está pagado. -Bueno, gracias de todos modos- solté un suspiro, estaba un poco frustrada, no quería parecer una mujer superficial o a quien pueden conseguir por un precio, apenas lo había conocido, insisto. Cerré la puerta y me puse aquel vestido que por cierto me quedaba perfecto, su color violeta contrastaba muy bien con mi piel. Era sencillo pero muy hermoso, me llegaba hasta las rodillas y me sentía muy cómoda con él. - Al menos tiene buen gusto- susurré. -Señorita Ania- otra voz llamó a mi puerta y está vez abrí sin pensarlo ya que era una mujer y yo estaba vestida. - Si, ¿en que le ayudo? - Le traigo su chocolate -Déjeme adivinar, ¿Brendon? -Sí- la chica dejó la bandeja sobre la mesita al lado de mi cama - con permiso. -Propio, pero antes, dígame ¿cuál es su habitación? -Tome, éste mapa la guiará. Agarré el pequeño pergamino y luego tomé la taza para salir en busca de Brendon. -Tantos mapas para una simple posada- caminé unos cuantos segundos hasta encontrar su puerta -Brendon- lo llamé luego de dar un par de golpes con los nudillos de mis dedos -Soy Ania. @@Brendon Ravenclaw
  21. Ya que nadie había respondido a mi pregunta, tal vez pensando en algún plan o en el posible responsable de los huevos dorados. Rompí de nuevo el silencio para dar una idea de lo que podíamos hacer para atrapar al bromista. - Se me ocurrió una idea, sólo que puede ser peligroso, al parecer tras cada broma- hice señas con mis dedos como haciendo comillas a la palabra- son más peligrosas las sorpresas dentro del huevo. En vez de buscar al responsable, ¿porqué no hacer que él venga a nosotros?- sonreí- el quiere que lo busquemos, estoy segura de que ya repartió una docena de huevos más en el castillo esperándolos -fruncí mi ceño un poco- aunque no se si los que ya caímos podremos volver a verlo, pero de todos modos, podemos llamar a un elfo o alguien que no haya caído aún para asegurar, escondernos y mantenernos cerca para poder atraparlo cuando quiera jugarle la broma a nuestra carnad...-kutsy me interrumpió antes de terminar mi explicación y cuando me gire a verla me sorprendió que aún no se haya cambiado. Reí de nuevo cuando la escuché y me acerqué a ella para sujetar la toalla que había dejado caer sobre el césped luego de asegurarme de que el resto de los presentes voltearan -Tú cada vez con menos pudor eh- le dije a mi amiga riendo mientras se cambiaba- oh...y la maternidad te favoreció bastante al parecer- sonreí mirando su expresión, era un halago y una broma a la vez, esperaba que se ruborizara al menos un poquito, hacia mucho que no nos hablábamos pero la confianza que sentía yo hacía ella seguía intacta. -Bueno, vamos que tenemos un plan divertido- hablé mientras le daba la toalla doblada a Brina quien era obvio que sentía vergüenza ajena, no se si por el acto de kutsy o por mis piropos a mi amiga. Volvi a reír mientras nos acercamos nuevamente a los demás. @ @ @@Kutsy Stroud Lenteric @@Syrius McGonagall
  22. Fruncí el ceño ante su respuesta y quise devolverle de inmediato el paraguas puesto que aquel mago era un total desconocido para mi, y que me lo regale así nada más me parecía muy raro, además nadie había tenido antes esas atenciones conmigo, menos si acababan de conocerme. Sin embargo me quedé mirando cómo dejaba que la lluvia le caiga sobre su rostro y me pareció tierno ya que un hombre con ese monumental cuerpo normalmente preferiría un vaso de wisky en frente de una chimenea en su mansión o castillo. Y es que el ojigris me pasaba por unas dos o tres cabezas más y sus brazos, que pude divisar a través de su ahora empapada camisa, eran musculosos y fuertes a simple vista. Tenía mucho que presumir. - Bueno, eso pude notarlo- sonreí sin dejar de mirar sus ojos que realmente hipnotizarian a cualquiera empezando por el color. Di un leve suspiro antes de dejar de mirarlo. Cada vez me costaba más ignorar el frío que sentía y maldije en mis pensamientos el hecho de ser tan frágil. Pronto mi piel se erizó y sentí cómo comenzaba a temblar de frío, aún no era notorio pero yo ya lo estaba sintiendo. -Hola Brendon- dije aún con la sonrisa en mis labios cuando él me develó su nombre - Oh, pues en efecto, creo que ya empecé a enfermarme, a veces reniego un poco por esta fragilidad de mi cuerpo -proseguí- pero te aseguro que mi espíritu es mucho más fuerte y peligroso que esté conjunto de piel y hueso- solté una pequeña risa tímida y me abracé con uno de mis brazos. Eso debió llamar su atención porque de inmediato buscó un refugio, lo deduje por sus palabras. -Tranquilo, es una Posada, al entrar me dieron un mapa, creo que lo tengo aquí- busqué en los bolsillos de mis jeans y luego de encontrar el pequeño pergamino pude ver donde estábamos ubicados- Los hospedajes deben quedar más al fondo- estiré un poco mi cuello para seguir el sendero con mis ojos y luego volví a mirar a Brendon. -Salí de mi casa justamente porque estaba aburrida allí todo el tiempo, quise dar un paseo y aún no quiero volver- sus dientes blancos relucian rodeados de aquella barba tupida. -Creo que será mejor que busque la Posada- murmuré mirando mis pies descalzos- No sé si está con alguien más, pero ya que me prestó su paraguas, lo mínimo que puedo hacer es invitarlo a que me acompañe, por lo menos lo que dure la caminata- me volví a sonrojar y empecé a seguir el sendero. Caminamos un par de minutos más por la senda hasta llegar a un galpón, inmediatamente estaba la puerta y detrás se encontraban los funcionarios del local, en el segundo piso se encontraban las habitaciones. Todo muy rústico, hermoso y acogedor. -Voy a ver si puedo tomar una ducha caliente porque siento mucho frio- le expliqué al mago. Mis temblores ya eran mucho más marcados para ese entonces y mis labios se volvieron de un color morado pálido- puede hacer lo mismo y luego nos encontramos de nuevo aquí para seguir la plática, si gusta, claro- le sonreí otra vez con las mejillas rosadas- por cierto, mi nombre es Ania. Cerré el paraguas y entre al lugar dejando un pequeño charco de agua tras cada paso. -Buenas, disculpe, quisiera alquilar una habitación, sólo será una noche- en realidad sólo quería bañarme pero no estaba segura si me prestarian el baño, muy probablemente no, así que hice mi pedido.
  23. Nick: Ania Evans Weasley ID: 115870 Conocimiento:Runas Antiguas Nivel de Magia: I Link a la Bóveda: http://www.harrylatino.org/topic/97673-boveda-de-ania-evans-weasley/ Link a la ficha de personaje: http://www.harrylatino.org/topic/97262-ficha-de-ania-evans-weasley/ Espero que se pueda gracias desde ya.
  24. Sonreí al ver cómo Arcanus se defendía de las cuerdas que le había enviado. Recordé en ese momento que él lo había utilizado contra mi la primera vez que nos vimos y me defendí de la misma manera. Sin embargo, la sonrisa se me borró del rostro cuando lo vi apuntarme, sabía que tenía que ser rápida, así que sin más miramientos volví a disparar. -DESMAIUS-pronuncié claramente y vi cómo mi rayo impactaba contra mi oponente a la vez que el suyo me llegaba a mi. Arcanus cayó inmóvil al suelo y quedó inconsciente mientras yo empezaba a bailar de una manera descontrolada y escandalosa para mi gusto, aunque de seguro era todo un espectáculo para cualquier ojo. Sin embargo sabía que no podía sólo esperar que termine el efecto del hechizo. Mientras bailaba busqué la manera de seguir el duelo y me percaté de que entre los árboles habían animales mirándonos atentos, así que los aproveché. -OPPUGNO- grité y un gato Montes adulto emergió de entre los árboles para atacar a Arcanus, sólo lo despojaria de su varita y el duelo acabaría si el mago no impedia su ataque. OFF. Tienes razón, me había olvidado de ese detalle, lo siento.
  25. El lugar era especial para un duelo, estábamos en lo alto de un cerro, rodeados de árboles pero pisabamos piedras, la veneración se encontraba a unos doce metros de distancia a la redonda y el sol empezaba a meterse. -El paisaje es bello, al menos vamos a tener un duelo en un bello jugar- le sonreí a mi compañero. Habíamos acordado practicar un poco para mejorar nuestras técnicas duelisticas. -¿Preparado?-dije una vez que ambos nos encontrabamos en nuestros respectivos lugares a unos ocho metros de distancia el uno del otro. -INCARCERUS- vociferé apuntando al mago antes de que tres cuerdas separadas se dirigieran hacia mi oponente para inmovilizarlo de modo que una atara sus tobillos para que perdiera el equilibro, otra se aferraria a sus manos en sus costados para que no pudiera apuntarme y la última rodeara su cuello para asfixiarlo y que no pueda decir ningún hechizo. -AVIS- volví a hablar y de inmediato un grupo de aves salieron disparadas hacia Arcanus para atacarlo.

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