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Aziid Black T.

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Todo lo publicado por Aziid Black T.

  1. Hola, quisiera hacer algunos cambios en mi ficha, muchas gracias al mode que los haga c: http://i1344.photobucket.com/albums/p651/Aziid/Ficha/1%20Ficha_zps1floih30.png http://i1344.photobucket.com/albums/p651/Aziid/Ficha/2%20Personales_zpsaidfuxkg.png Nombre del Personaje: Ambrose Yaxley Black Sexo: Masculino. Edad: 25 años. Nacionalidad: Inglés Familia(s): Yaxley Black Padre(s) Sanguíneo: --Padre(s) Adoptivos: Orion Black http://i1344.photobucket.com/albums/p651/Aziid/Ficha/4%20Perfil_zpsunbsbirv.png Raza: Humano Aspecto Físico: Ambrose es un hombre alto y bastante delgado, prueba de que en ningún momento de su vida se interesó por el deporte o las actividades que requirieran mucho esfuerzo físico. Aunque su figura no es lo que más llama la atención, ya que desde pequeño ha tenido una condición en la piel, poliosis, que causa parches blancos de cabello en diferentes zonas de su rostro por ausencia de melanina; además, lleva su cuerpo casi cubierto por completo de diferentes tatuajes adquiridos a lo largo de su vida, desde las piernas hasta el cuello, incluso un par en la cara. Se le ve casi siempre con el cabello desordenado, aunque nunca lo lleva demasiado largo. A pesar de la condición que tiene en la piel, es algo que le agrada de su aspecto físico, por eso evita teñirse el cabello como muchas personas que sufren de lo mismo. Siempre lleva la barba alineada y tiene unos cuantos dientes de oro, señal remanente de la incontable serie de problemas en los que ha estado involucrado durante su vida. Sus ojos son color miel y su mirada lleva siempre algo de picarda en ella. Cualidades Psicológicas: Egocéntrico podría ser la palabra más indicada para describir de manera general la personalidad de Ambrose. Los problemas en su casa desde pequeño y el estilo de vida que vivió durante su adolescencia le enseñaron a valerse por sí mismo y no preocuparse por nadie más sobre su persona; a pesar de esto, se le facilita convivir y conocer a las personas, aunque a veces su irreverencia sobrepasa los límites que marca la sociedad y la falta de prudencia lo ha metido en más líos de los que le gustaría contar, los comentarios inoportunos son parte de su persona y es algo que nunca ha podido trabajar. Es bastante flojo y renuente ante lo que debe hacer, pero si se trata de su interés personal o algo que pudiese beneficiarle, hablamos de una persona completamente diferente y energética. Una de sus motivaciones más grandes es simplemente ir en contra del sistema, desafiando cualquier tipo de autoridad que se le imponga. A pesar de todo esto, cuando los demás entienden su manera de ser, logra convivir bastante bien con las personas y crear lazos con ellos. Historia: -En construcción- Aziid Black T. (Perdido)
  2. No se si alguna vez vine a ser parte oficial de la familia (segun y no...), PERO AQUI ESTOY PARA RECLAMAR MI DERECHO SOBRE EL TRONO DE INCLATERRA ¿Qué es lo que más te gusta de tu personaje? (¡yeah!) No lo se, esta en construccion pero sera cool ¿Estás preparado para ser un Yaxley? (nadie lo está, realmente) No creo pero lo hare de todas formas ¿Estás teniendo un lindo día hoy? (¿Si? Genial! ¿No? Te lo mejoramos c:) Achi ech Gracias! Nos vemos por ahi
  3. Nick: Aziid Black T. Link a la Bóveda: N°98861 Rol de Personaje: Duque de Inglaterra - Contrabandista Información Adicional: Ha explotando el título nobiliario concedido por Orión, aprovechando su status social para conseguir y comerciar todo tipo de criaturas u objetos peligrosos o prohibidos con facilidad y sin repercusiones graves.
  4. Pegó la nostalgia justo a tiempo Nick: Aziid Black T. Número de ID: 98849 link a la ficha: Ficha
  5. Paso... Paso... Paso... Salto. Paso, paso... Alto. Lentamente se movía por las calles y callejones la figura del misterioso mago que regresaba apenas al mundo que amaba y odiaba con tanta fuerza, aunque sin saber aún cuál de las dos más; su mirada alternaba entre el piso y las paredes del infame callejón mágico, observando en qué partes del camino faltaban baldosas para no pisarlas. ¿En qué pensaba? Era solamente su cabeza intentando distraerse, mientras que con una mano recorría las paredes del callejón y en la otra sostenía un cigarrillo del que ocasionalmente fumaba en su trayectoria sin final. Tras un tiempo llegó hasta el otro callejón en donde la mayoría de los negocios del mundo mágico se encontraban, no quería ser visto por nadie así que decidió entrar al primer local que viera en donde pudiera esconderse un buen rato y distraerse antes de pensar por qué demonios había regresado. Con el cabello cubriéndole gran parte del rostro decidió arrojar su cigarrillo a un par de pies de distancia antes de que su esbelta figura se perdiera detrás de la entrada de un local que se anunciaba con simple letrero "La Mazmorra", cruzando por el pasillo antes de llegar realmente al negocio. Alzó su mano rápidamente con la intención de abrir la puerta, pero casi se va de boca cuando ésta se abrió justamente antes de que él llegara. ―"Magia... Lo olvidé."― pensó y maldijo en su mente, desacelerando su paso por las escaleras hasta llegar tranquilamente a la parte del local que quería: el bar. Antes de avanzar miró todo rápidamente, asegurándose de que no hubiera ningún conocido. Una vez seguro, dio paso hacia la barra del establecimiento al mismo tiempo que acomodaba su cabello para retirarlo en su mayoría de su rostro. ― Quiero lo que sea... ― suspiró sin siquiera mirar detrás de la barra, sus ojos cerrados, cubiertos por sus manos en señal de desesperación― Que sea ginebra, mejor. Con agua tónica. Pasó su mano por su frente, destapando sus ojos que ahora miraban hacia abajo hasta que llegó a su cabello en donde la mantuvo unos segundos antes de desacomodar un poco su oscura melena. Después posó sus codos sobre la barra, con la mano en su barbilla mientras esperaba su bebida y que nadie le reconociera.
  6. Resultaba que sin empleo tenía mucho tiempo libre y en espera de respuesta para volver a entrar al Ministerio, le gustaba pasar rato por las calles de Diagón, aunque aquél día había decidido entrar al Magic Mall de nuevo. Iba tan sólo por curioso, había llegado un rumor de nuevos objetos disponibles y quería ir a echarles un vistazo. Llegó a la primera planta, echando un vistazo a lo que había, interesándose por uno de los objetos que ofrecían. De inmediato tomó un pergamino para llenarlo y llevarlo a la caja y su compra pudiera ser aceptada. Sabía perfectamente cómo terminaría el día... Con un montón de cosas que ni siquiera necesitaba regadas por su habitación y tal vez una que otra nueva criatura rondando por su castillo. Definitivamente debía encontrar algo nuevo que hacer. ID: 116460 Nick: Aziid Black T. Link a la Bóveda Trastero: 108896 Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: 98861 Nivel Mágico: 5 Fecha: 2017-02-09 Objeto: Baúl de siete cerrojos Puntos: 40 Precio: 2000 Objeto: Navaja Mágica Multiusos Puntos: 80 Precio: 4000 Total de puntos: 120 Total de galeones: 6000
  7. Solamente una vez antes había llegado a pisar la tercera planta del Magic Mall y el volver ahí le resultaba inquietante. No estaba para nada familiarizado con todos los objetos ahí vendidos y le desagradaba en parte el aroma que reinaba el lugar. Aún así sabía que era tiempo de volver a aquél sitio en busca de nuevos retos, tal como su padre le había aconsejado. Pasó por la puerta del Mall Mágico y llegó hasta la tercer planta, observando todo como si fuera la primera vez. Era, de hecho, igual que la primera vez. No cambiaba el ambiente como en la trastienda, en donde cada visita se podían escuchar sonidos diferentes, a veces más calmados, a veces rugidos y estruendos capaces de asustar a cualquier mago o bruja que no estuviese preparado/a. Pero en los demás lugares no era tan drástico el cambio, tal vez uno que otro ruido o aroma emitido por las pociones que manejaban. El Black se dirigió de inmediato hacia la caja en donde podría ordenar lo que quería. Se había prometido a sí mismo hacer esa compra tantas veces... Las mismas que había encontrado alguna excusa para no llevarla a cabo. - Buen día... Quería un, eh... ¿Libro? De la fuerza, o algo así- comenzó algo confundido, no sabía exactamente cómo pedirlo y ni si quiera recordaba bien el nombre-. !Fortaleza! ID: 116460 Nick: Aziid Black T. Link a la Bóveda Trastero: N°108896 Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: N°98861 Nivel Mágico: V Fecha: 2017-02-03 Nombre del producto: Libro de la Fortaleza Consumible o Libro de Hechizo: Libro de Hechizo Nivel (del libro): V Precio: 5000 G Precio total: 5000 G
  8. El lado bueno de la situación en general era que el Black sabía que el hombre que en ese momento sería su figura paternal comprendería todo, sabía lo mucho en común que tenían y que, dada su actitud, sabría entender que a veces las cosas abruman y la única opción es alejarse un poco. Ambos bajaron y él se sorprendió al ver las acciones de Orión con la mujer que tenían ahora enfrente; sonrió, ya sabía por dónde iba dirigido el asunto. — Un gusto, Gatiux— rió y extendió su mano para tomar la de la mujer e inclinar un poco la cabeza. No solía tener ese comportamiento tan formal, pero era la primera impresión y seguramente algo importante para su padre—. Seguro lo dice por algo. Su mirada cambiaba entre Orión y la mujer de cabellos violetas; mientras uno hablaba maravillas, ella se negaba y al mago no le quedaba más que sonreír ante la escena que tenía enfrente, se alegraba por su padre y podía sentir algo bueno en eso. Extrañamente la mujer le daba cierto aire de confianza, tras las palabras de su padre y las que llegaron de parte de Gatiux para reforzarlo. — De hecho, sí. Se sorprendió ante la pregunta de la mujer y se intrigó por cómo iría el negocio o cuál sería la situación tras su ausencia; también en ese momento le volvieron las ganas de tomar de nuevo sus útiles para estampar tinta en la piel de las personas. — No es algo muy grande, pero es bueno... Un estudio de tatuajes. Cuando quieras algo ve y te aseguro que lo haremos, casi siempre esto... Entonces Orión llamó a alguien más y Aziid simplemente y como por reflejo lo siguió con la mirada algo desconcertada. No sabía exactamente que sucedía pero supuso que sería mejor volver a sus asuntos, cuando vio que Gatiux también se retiraba. — Bueno... espero verte pronto por el estudio. Alcanzó a decirle a la mujer, antes de pasar a retirarse. Tenía un negocio que atender y planes que hacer para abrir uno nuevo, ya que su trabajo en el Ministerio estaba probablemente más muerto que él.
  9. Para su suerte, no tuvo que encontrarse con ninguna serie de preguntas acerca de su ausencia en el último par de meses después de haber vivido lo que pasó con una de las integrantes de la familia y el castillo en general, después de caer en cuenta de sus antepasados y su verdadero origen. Había salido en busca de respuestas, aunque aún no había encontrado ninguna y le hubiera sido imposible dar explicaciones. Era una de las cosas que le gustaban de esa familia en especial: todos parecían siempre tener algo que hacer. Todos tenían sus propios asuntos y su ritmo de vida, en donde un personaje como Atticus podía pasar por desapercibido en cualquier momento. Sin dramas, sin preguntas, y lo más importante, sin reclamos. Fue así que todos siguieron sus asuntos y el quedó sin mucho que hacer cuando todos habían desaparecido, decidió subir a su habitación con la taza de café que había robado, pisando con aire triunfante cada paso que recorría por los pasillos. Escuchaba las voces a lo lejos mientras observaba con atención los detalles que nunca había visto del castillo hasta llegar a la habitación en la que tan poco tiempo había estado. Entraría para terminar su taza de café, un cigarrillo o dos tal vez y dedicarse a no hacer nada el resto del día hasta que minutos después su cuerpo le pidiera otro café. — ¡Hey!—se sorprendió al encontrarse con la figura de Orión al salir de su habitación, tuvo que hacer una maniobra con la taza casi vacía para evitar derramar el poco líquido que quedaba sobre el hombre que lo había tomado como su propio hijo— ¿Venías a buscarme? Estaba a punto de bajar por más café. Le hizo una seña con la cabeza para que ambos fueran camino a la cocina, sabía que a pesar de evitar hasta cierto punto el hablar de lo sucedido tendría que tener una conversación con Orión. En ese momento intentaba sonar lo más tranquilo posible, sabía cómo era el hombre y que comprendería la situación sin tener que dar extensas explicaciones como a cualquier otra persona. — ¿Sabes? Tenía que hacerlo. Las cosas no estaban muy bien y no quiero decir que ahora lo estén sin haber hecho nada— rió, mientras ambos caminaban—, pero ahora sé afrontar lo que viene. Espero no haberme perdido de mucho por aquí...
  10. A veces pasa que la vida pesa. Pasa que el sueño se pierde en un laberinto noche tras noche mientras el cansancio persigue a la luz del sol... Y mientras tanto, la situación parece simplemente no ayudar. De vez en cuando uno se cansa de tantas emociones o de decepciones, y con tanto pasando en su vida, había decidido esconderse un tiempo, alejarse de todo y disfrutar su soledad aunque después pesara. A fin de cuentas no era la primera vez, estaba acostumbrado y los demás también. Pero se dice que uno, por más que intente lo contrario, siempre termina volviendo a su hogar, aunque éste no sea un lugar en específico, más bien un conjunto de dementes individuos que lograrían sacar de quicio a cualquier otra persona que se atreviera a acercarse. Y así iba él, con su mirada perdida y un largo camino por delante, acercándose lentamente hacia el lugar a donde pertenecía; con medio cigarrillo por terminar y probablemente uno más que encender. El mago iba analizando la situación dentro de su cabeza nuevamente, creando todos los posibles escenarios que se le pudieran ocurrir, siendo el que su llegada fuese desapercibida o ignorada el preferido. Odiaría tener que dar explicaciones o el simple hecho de tener las miradas sobre él ante su llegada. Cruzó por las calles de la Ciudad, que era la misma que en todos lados, observando todo como si fuera la primera vez que su presencia visitaba esos callejones hasta llegar al barrio que conocía por completo, adentrándose hasta lo más lejano, en donde se encontraba el Castillo Black sobre la colina. Respiró antes de cruzar por la puerta después de haber pasado por los jardines, esperando que no hubiera nadie del otro lado, aunque ya tenía su plan de escape por si las cosas no resultaban como quería. Una vez dentro se tomó un par de segundos para admirar y llenarse del aire tan característico del castillo, una leve sonrisa se apareció en su rostro mientras se dejaba la bufanda en uno de los sillones, el aroma de café recién hecho cambió completamente su manera de reaccionar, mandando a la basura todo lo que tenía planeado. Ni siquiera se había quitado el abrigo, mucho menos percatado de la presencia de todos los demás miembros de la familia ahí, frente a él. Tan sólo le importaba tomar una taza de ese obscuro líquido, ya después vería cómo se las arreglaba para explicar. Pasó a un lado de Orión, posando una mano sobre su hombro y alzando las cejas a manera de saludo. —Disculpen, pero voy a tomar algo de esto. Se acercó a la mesa para tomar una taza que parecía no tener dueño, y de no ser así, ya había pedido disculpas. Dio un sorbo con los ojos cerrados y sintió una extraña pero agradable sensación recorrer su cuerpo, sacudió los hombros y abrió los ojos. Dio unos cuantos pasos, alejándose de la mesa para recargarse en la pared más cercana. Entonces tuvo tiempo para pasar su mirada por todos los presentes. —Bonjour... Saludó a Gabrielle junto con un guiño y una arrogante sonrisa hacia todos los que no tenía el gusto de conocer. Llevó la mano izquierda a su nuca, acomodando un poco sus largos cabellos cuando al mismo tiempo se encogía de hombros sin saber qué más decir. Pasó nuevamente a mirar a Orión, desviendo después su mirada hacia el suelo al mismo tiempo que negaba con la cabeza con su típica sonrisa aún acompañándolo.
  11. Hola! Solamente quería agregar unas imagenes a la ficha jjajaja son tres, todas centradas por favor Justo debajo del banner de Ficha de Personaje, esta: http://i.imgur.com/q7JWjTh.jpg Justo debajo del banner de Perfil del Personaje, esta: http://i.imgur.com/gmbu2F4.jpg Y por ultimo, justo antes de la Historia, este: http://i.imgur.com/SdDrjeE.jpg Y eso es todo, así se desperdicia un mes de cambios (?) jajaja gracias al mode que lo haga ^^ Saludos!
  12. Su inquietud se vio calmada con un simple comentario de la peliplata. Era extraño, pero la mujer le daba una sensación de alivio y seguridad en cuanto a todo lo que había vivido, sabía que ella tal vez podría ser de ayuda con ciertos aspectos de su vida que aún pensaba en cómo arreglar. Sonrió gratificante hacia Galery al escuchar que las cartas ahora le pertenecían, asintió con la cabeza en manera de agradecimiento y se quedó unos momentos pensando en las últimas palabras entonadas por su profesora y compañera. Y de pronto la tranquilidad en la que la habitación estaba sumida fue interrumpida por un evento que por un momento hizo que la energía del hombre con largos cabellos se desincronizara. Había desaparecido... Su compañera. Su líder. El primer impulso del hombre fue levantarse de su asiento, con su mirada en busca de la Grindelwald, pero fue inútil, la chica también desapareció, pero ella dejando al menos una pista de lo que se trataba. Todo había sido planeado por ella, pero aún había algo que no encajaba del todo. ¿"Encontrar lo que perdieron"? Los orbes color miel del Black se posaron sobre Leah después de ver que la urna donde había depositado su collar cayó al suelo y ya no había nada. ¿Cómo se suponía que con un mazo de cartas iba a dar con el paradero de su objeto preciado o de su compañera? ─A ver, ¿qué haremos? ─tomó asiento nuevamente, retomando la calma se concentró otra vez en sus cartas, las cuales comenzó a esparcir en una pequeña mesa que tenía frente a él─ Veré cómo funciona. Ya teniendo las veintidós cartas de los arcanos listas, comenzó por cerrar los ojos y pasar la palma de su mano por encima de cada una, hasta sentir algo que le atrajera a alguna de las cartas. Paró de pronto, sabiendo que debía levantar la carta que creía era la indicada, la tomó con cuidado para revelar la figura de un anciano con una túnica y barba larga, un bastón y una veladora. En la parte baja rezaba "L'Hermite", el Ermitaño. Una serie de pensamientos llegó a su mente, estaba confundido pero debía concentrarse y relajarse para poder interpretarlos de manera correcta. ─Eh... Un lugar sólo. Silencioso. En donde tal vez Tau suele pasar tiempo a solas, como algo retirado del mundo, tal vez con conexión a la naturaleza... ¿Te hace ruido? Esperaba que sí. Esperaba que la pista que había tenido fuera parte importante para Leah y para poder descubrir el paradero de la chica de los cabellos azules. También tenía la esperanza de que el dije que había dejado estuviera ahí con ella.
  13. El hombre escuchó atento las indicaciones que la chica le brindaba. Tal vez era eso, sí, el nombre que estaba buscando... "Un canal abierto" tenía sentido; un lugar por donde la energía podía fluir tanto dentro como para fuera de él, aunque pensando bien las cosas también debía estar un poco preocupado, sabía que de no poder aprender a controlarlo el tener esa cualidad podría ser blanco para energías y cosas que no deseaba que llegaran a su vida. Aunque un extraño presentimiento le decía que todo estaría bien. ─Claro, suena fácil para ti. Bromeó al momento de tomar las cartas, como le había dicho Galery, su ahora profesora. ¿Cómo se suponía que iba a darle energía a las cartas? Unos momentos estuvo reflexionando, adoptó una postura más cómoda sobre el cojín, con las piernas cruzadas y la espalda erguida, sosteniendo las cartas entre sus manos posicionadas sobre sus muslos. Estaba tan concentrado en intentar pasar parte de su energía a las cartas que no sabía que lo que estaba logrando era lo contrario. Abrió los ojos después de un intento fallido, para verificar si había algo diferente en las cartas que le dijera que estaban listas, pero sólo se encontró con un ambiente mucho más calmado del que recordaba en la habitación. La respuesta llegó a su mente como por arte de magia, como un reflejo que ya tenía dentro de sí; sabía lo que debía hacer y que lo había estado haciendo al contrario. El Black cerró los ojos nuevamente y aspiró profundo, limpiando su interior con el incienso que purificaba el aire dentro de la habitación. Poco a poco su respiración se fue haciendo más lenta, pausada, con un ritmo especial que le permitiría entrar en un estado que le ayudaría a completar su tarea. Sus músculos comenzaron a relajarse, aunque su postura seguía erguida, poco a poco las palabras y el sonido fueron alejándose de sus oídos. Sumergido en su propio mundo, comenzó a visualizarse a sí mismo, pero era confuso, podía ver su energía, no su cuerpo... Y las cartas. El flujo de energía comenzó a moverse como un haz de luz de diferentes tonos que fue envolviendo en su visión al mazo de cartas que servirían como objeto para ayudarle, como si se estuviera creando un vínculo entre él y su objeto hasta que abrió los ojos repentinamente. Su mirada se volvió a posar sobre la peliplata en busca desesperada de alguna explicación de lo que acababa de suceder. Cierta parte de sí mismo sabía que estaba bien y que acababa de comenzar un camino que realmente era parte del suyo, pero el miedo a lo desconocido también reinaba parte de su ser, sabiendo los riesgos que podría correr y sabiendo que en ese estado de trance las personas se exponen a todo tipo de energías. ─¿Qué fue todo eso?
  14. El hombre levantó su mirada al escuchar a más personas entrar al salón. Para su sorpresa, ambas mujeres eran conocidas y figuras importantes dentro del bando en el que acababa de iniciarse. Sería interesante compartir conocimientos y la clase con ambas chicas; sabía quienes eran, aunque no podía decir que las conocía. Una ligera sonrisa se dibujó en su rostro al mismo tiempo que asentía con la cabeza a manera de saludo hacia ambas. Fue hasta que llegó a sus oídos la pregunta de Leah que el irlandés se levantó por completo, quedando sentado en su cojín. —Toda la noche estuvo despierta... —Comentó, sabiendo que Leah entendería perfectamente a lo que se refería—. Ya te imaginarás lo que se requiere para calmar a esa niña. Sonrió y su atención volvió hacia la rubia mientras se llevaba una mano hacia la cabeza y se escondía entre sus cabellos intentando escoger alguna duda de las tantas que tenía, la más importante, tal vez; aunque el esfuerzo por darles importancia más a unas que a otras fue inútil. Escuchó las palabras de la mujer de cabellos azules y de la Ivashkov con curiosidad, preguntándose qué era lo que había cambiado, o qué hechos habrían sucedido para cambiar su escepticismo por curiosidad. —Para mi las cosas son diferentes, —comenzó una vez terminaron sus compañeras— siempre he creído en cosas así. Siempre he sentido la energía de las personas y tenido ese presentimiento de que debe haber algo más para poder entender lo que nos sucede... No me quiero desviar mucho. Juro que no estoy loco. Sonrió y dejo salir una sutil risa, negando con la cabeza y esperando que no terminara confundiendo a los demás más de lo que él estaba. Quería respuestas, quería aprender a usar los dones que estaba seguro tenía guardados, aprender a manejar las cosas que le sucedían y a descifrar ese tipo de mensajes que llegaban a su mente de vez en cuando. Aunque sabía que tendría que prepararse más para eso y desarrollar otro tipo de habilidades, sabía que esa clase era un buen comienzo. Clavó nuevamente su mirada en los ojos de Galery, esperando ver su reacción o escuchar lo que tenía para decirles en seguida.
  15. OMG ;o; No me la creí jajaja pero estoy contento /o/ Por fin! Vuelve Aziid Gracias al mode que haga los cambios! Saludos
  16. ¿Hacía cuánto tiempo que no visitaba algún plantel educativo? El hecho de volver a estudiar, a una universidad completamente diferente a la que él conocía y en la que había llegado a dar clases a los nuevos alumnos lo llenaba de un sentimiento de nostalgia, como casi todo últimamente. Algunas cosas habían cambiado... Todo, a decir verdad. Y no tenía ni idea de cuánto quisiera poder regresar al pasado, saber qué habría sucedido de haber hecho las cosas diferentes; tener al menos un par de respuestas claras. Por eso asistía a esa clase. Estaba algo desvelado, la noche anterior casi no pudo conciliar el sueño dado a que su hija había tenido problemas para dormir bien y él se aseguró de que la pequeña no tuviera tormento alguno en su descanso. Era pesado, pero era la única parte de su vida que no querría cambiar en absolutamente ningún aspecto, ella era todo para él y por lo que seguía adelante. Después de los golpes que la vida le brindó, había sido ella la llama que le dio una razón para levantarse y continuar. El irlandés llegó a los terrenos de la universidad para toparse con la enorme y magnífica obra que parecía había tomado cientos de años para poder completar. El humo de cigarrillo anunciaba su paso por los jardines del recinto a temprana hora de la mañana; no había tenido tiempo para arreglarse mucho, apenas cogió unas botas negras, un par de jeans y una camiseta negra de tela delgada con mangas largas que llevaba recogidas. Su cabello iba suelto y ya caía desde su cabeza hasta los hombros. En sus ojos podía verse un poco de su cansancio y tan sólo esperaba que eso no interifiese con el poder desarrollar sus habilidades en la clase. Acabó su cigarrillo justo antes de entrar a buscar el salón al cual los habían citado. No tardó en encontrarlo y empujó la puerta para adentrarse y ver de nuevo la figura de aquella chica que ya había encontrado antes de manera peculiar. Hizo un movimiento con su cuello hacia un lado y hacia atrás al mismo tiempo, mientras como que sonreía hacia un lado y arqueaba una ceja. ─Me estás siguiendo, ¿verdad? ─acusó a manera de broma a la rubia sentada en la ventana y pasó a acercarse al escritorio de la profesora, buscando en su bolsillo el objeto preciado que había pedido. Llevó sus manos hacia la parte trasera de su cuello para quitarse el collar que llevaba puesto; era un collar hecho de cuero con nudos corredizos para facilitar su uso y llevaba un dije de ámbar en forma de ala. Cualquiera que lo conociera adivinaría sin tener que haber tomado el curso por qué aquél objeto, era su significación... Ámbar, como su hija, y el ala del ruiseñor que ella y él bien conocían. ─Supongo que dejaré esto por aquí... Y tomaré unas de éstas. Desconfiado, le costó demasiado dejar el collar dentro de la urna, pero lo hizo y pasó a tomar un mazo de cartas que llevó al asiento que escogió justo en medio del salón. Dejó caer su cuerpo sobre el gran cojín de color índigo y posó las cartas sobre la mesa. Se recostó sobre el cojín y llevó ambos brazos hacia su nuca para cerrar los ojos uno minutos, tan sólo en lo que llegaban las demás personas a la clase.
  17. Sonrió al escuchar las palabras del dueño. Sabía que encontraría lo que buscaba justo ahí y sintió una especie de extraño alivio, ya no tendría que meterse en más problemas para adquirir la pieza que quería. Siguió al Haughton justo hasta una de las esquinas, ¿ahí cuándo iba a verla por sí mismo? La belleza de la obra lo consumió por completo unos momentos. Pudo oír al hombre que lo acompañaba hablando, pero su atención estaba completamente en la gran figura que tenía de frente. —Me la llevo —contestó apresurado, o más bien emocionado, justo después de escuchar el precio, casi sin dejar terminar la frase al vendedor. Posó su mirada sobre Emmet, intentando no parecer demasiado ansioso por llevársela a casa—. Once mil galeones. Cruzó los brazos y se llevó la mano a la barbilla mirando a Emmet mientras pensaba bien lo que hacía, aunque a decir verdad, había pensado que tendría que pagar un precio más alto por la figura de Niké. —Y los ocho mil quinientos de la que ya habíamos dicho. Me las llevo. No estaba seguro si era una buena venta para un día común del hombre, y aunque el irlandés tenía el poder económico para darse esos lujos, impactaba de manera negativa en su bolsillo. Por el momento estaba desempleado y su negocio recién arrancaba, ¿por qué lo hacía? Tal vez como mera distracción de todo lo que pasaba en su vida; pero ese tipo de "distracciones" debía llegar a un fin. @@Emmet Haughton Gaunt
  18. El irlandés escuchó con atención las palabras del dueño. Debía admitirlo, no se dejó caer tan fácilmente, pero al menos había aceptado el poder llegar a algún acuerdo y ya con eso le había dado buena espina. Cruzó los brazos y se llevo la mano derecha a la barbilla, observando todo a su alrededor mientras pensaba qué querría llevarse además de la escultura que había pedido. Cuando algo más llegó a su mente. Había visto, años atrás, una escultura espléndida en el museo de Louvre, en París. Tenía miles de años, había sido esculpida mucho antes de la era cristiana de los muggles, pero descubierta apenas unos cuantos cientos de años atrás. Se preguntaba si tendría algo como eso, una réplica tan si quiera... —Sabes... Hace años vi una escultura que me fascinó. Si tienes algo así me lo llevaré al precio que me digas. La Victoria alada de Samotracia... Esperaba que el hombre tuviera algo bueno, por momentos no le importó nada más que el tener en su posesión esas dos estatuas aunque no supiera ni donde ponerlas, aunque sufriera una golpiza de parte de Arya al ver lo que había hecho con su dinero... Pero bueno, tendría buenas decoraciones para el castillo. Apostaba que nadie más tendría una Níke tes Samothrákes. Aunque si no se encontraba algo ahí en la tienda, ya estaba planeando hasta cómo ir a París, burlar el sistema de seguridad del museo más famoso y llevarse a casa su codiciada pieza. —No me vas a decepcionar, ¿cierto? @@Emmet Haughton Gaunt
  19. Alzó la mirada y se sorprendió al escuchar la familiar voz llegar a sus oídos. En su rostro apareció una tonta sonrisa que no pudo evitar esconder, que tal vez jamás podría ocultar. Su distracción no lo había dejado ver de quién se trataba, ¿qué hacía ahí? Él recordaba a la pelirroja en el hospital y le resultaba increíble pensar que podría tener un cambio tan drástico en cuanto a su vida laboral, pero bueno... La gente se cansa de lo mismo. Aziid rió ante el comentario de la Macnair. —Claro, al parecer...—negó con la cabeza mientras ella tomaba el pedazo de papel y la miró unos segundos sin decir nada. El verla así, de sorpresa, desató la ola de sentimientos que ahora golpeaba las paredes interiores de su ser con fuerza. Tomó la caja, agradeciendo a la mujer. —Gracias, señorita Macnair. Y ya lo sabe... Es imposible deshacerse de mi. Bromeó mientras caminaba para atrás sonriendo, le guiñó el ojo a Arya y se dio la media vuelta para salir del mall. Tal vez se pasaría al negocio después a descansar un rato y revisar que todo estuviera en orden.
  20. Sólo faltaba un artículo para tener todo listo. Las fiestas sin duda le emocionaban y podía verse en su cara aunque intentara ocultarlo lo mejor que podía. Bajó a la primer planta del magic mall, había pasado un tiempo husmeando en las de arriba, pero desafortunadamente ese día no llevaba nada más en las manos. Se acercó al mostrador con un pedazo de papel en el que tenía anotado el artículo que quería. No tenía idea de cómo se vería, de qué manera funcionaría, ni nada, pero los rumores corrían rápidamente por las calles y se decía que era lo mejor para asustar a las personas que pasaran sin ser deseadas... O simplemente para divertirse un rato. - Sería todo... Gracias! Ah, y también una Gema de la Desaparición... Lo olvidé. ID: 116460 Nick: Röv Nivel Mágico: V Link a la Bóveda Trastero: N°108896 Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: N°98861 Fecha: 2016-10-20 Nombre del producto: Reproductor de Gritos Tenebrosos Objeto, Criatura, Poción, Consumible o Libro de Hechizo: Objeto Catalogación: (colocar cantidad de A, X o P respectivamente) AA Puntos por unidad: 20 Precio: 1000 G Nombre del producto: Gema de la Desaparición Objeto, Criatura, Poción, Consumible o Libro de Hechizo: Objeto Catalogación: (colocar cantidad de A, X o P respectivamente) AAAA Puntos por unidad: 80 Precio: 4000 G Precio total: 5000 G Total de Puntos: 100
  21. La llegada de nuevos artículos era lo que le tenía otra vez, aquél día, visitando la segunda planta del magic mall, como ya se le había hecho costumbre. Pero ésta vez era diferente. Sabía que eran artículos especiales por la época del año en la que se encontraban, su época favorita, la Gran Celebración para sus antepasados. Tal vez era la mejor y más representativa para él, por eso se le veía con una sonrisa de lado al cruzar las puertas del lugar. —Hola tres veces. Comentó al llegar por detrás de Arya, a quien reconoció de inmediato al pasar por la puerta. Sonrió, esperando no causar problema o incomodidad, cosa que antes jamás habría sucedido, pero todo cambiaba... Y sabía que sería mejor llevarlo bien. Desvió la mirada, pasándola por todo el lugar para al final llegar al mostrador, al parecer estaba ella ya esperando ser atendida. —¿Escalofriante y Cabeza de Calabaza? —preguntó con curiosidad, arqueando una ceja. Sabía que tal vez la mayoría del movimiento en el mall mágico de los días anteriores se habría debido a la llegada de dichas pociones— Yo igual... Se llevó ambas manos a los bolsillos traseros de los pantalones que vestía, estirando su espalda en lo que llegaba alguien a atenderlos para poder salir de ahí, su estómago lo estaba matando, una buena comida lo llamaba desde hacía rato, pero no podía esperar a adquirir los artículos que necesitaba para preparar su negocio. —¿No tienes hambre? Iré por Ámbar, tal vez podamos comer algo y, no sé... Hablar bien de una vez. -------------------- ID: 116460 Nick: Röv Nivel Mágico: V Link a la Bóveda Trastero: N°108896 Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: N°98861 Fecha: 2016-10-20 Nombre del producto: Poción escalofriante Objeto, Criatura, Poción, Consumible o Libro de Hechizo: Poción Catalogación: (colocar cantidad de A, X o P respectivamente) PP Puntos por unidad: 20 Precio: 1000 G Nombre del producto: Poción cara de calabaza Objeto, Criatura, Poción, Consumible o Libro de Hechizo: Poción Catalogación: (colocar cantidad de A, X o P respectivamente) PP Puntos por unidad: 20 Precio: 1000 G Precio total: 2000 G Total de Puntos: 40
  22. Aziid Black T. —¡Ésta es! La segunda estatua era exactamente como la había imaginado, quedaría perfecta en... En algún lugar que después podría pensar mejor, una vez comprada y con todo el peso del remordimiento en su cabeza, tendría que encontrarle algún lugar. Escuchó el precio y se preguntó si podría llegar a algún acuerdo con el hombre que lo atendía. Aziid asintió con la cabeza al escuchar la campanilla y el anuncio del Haughton. Se quedaría unos minutos más viendo algunos cuadros, quizás podría negociar la compra de más artículos a cambio de un mejor precio. Momentos después bajó a la planta baja, listo para hacer su oferta. De todos modos iba a comprar las pinturas, pero aprovechar la situación para intentar obtenerlas a un menor precio sería algo que no dejaría pasar, le vendría bien tanto a él como al dueño. Observó momentos la situación, intentando no interrumpir la charla que se llevaba a cabo entre los dos, pero aprovechó un momento oportuno (o tal vez no tanto) para dirigirse al dueño del local. —Vi unas pinturas que me gustaron. Si hay algún tipo de precio especial, me llevaré tres de ellas y la segunda estatua que me mostraste, ¿qué dices? Cruzó los brazos por la espalda, mirando fijamente al dueño, arqueando una ceja en espera de su respuesta. Mientras tanto, se preguntaba a qué otros lugares podría dirigirse, algún lugar tranquilo para relajarse lo más posible y pensar tranquilamente en dónde metería una estatua de más del doble de su tamaño. @@Emmet Haughton Gaunt
  23. Aziid Black T. De pronto escuchó pisadas que se acercaban, alguien iba subiendo también a la planta alta del loca, seguramente algún trabajador a hacerle la molesta pregunta de siempre: "¿Todo bien? ¿Necesita ayuda?". Volteó hacia las escaleras, esperando ver la figura del trabajador de la tienda, estaba listo para abrir la boca, cuando vio la figura del hombre que sabía no era un simple trabajador. —No lo sé, tal vez puedas. Volvió a posar su mirada sobre los cuadros, cruzando los brazos por la espalda, dando unos cuantos pasos alejándose del encargado o dueño del local. Observaba con atención todo, pero lo que llamaba más su atención eran las estatuas, quién sabe si podrían tener lo que se le venía a la mente. —¿Sabes? Creo que sí puedes ayudarme... Siempre me gusta ir a lo grande, no quiero una de estas pequeñas estatuas —comentó de forma casi despectiva, rozando su dedo índice por la cabeza de una estatuilla de algún guerrero o Dios que desconocía; después alzó los brazos y los abrió, como si se imaginara la estatua flotando frente a él—. Quiero algo único... Apollo. Miró nuevamente al encargado, con una expresión ambiciosa, los lujos que se daba últimamente podrían llevarlo tal vez a la ruina, aunque con su nuevo negocio, el dinero de sus familias y lo que tenía aún guardado sabía que sobreviviría y no debía preocuparse. —¿Tienes algo así? Y, ¿cuánto me costaría?
  24. Hola o.o Bueno, solo venía porque ya me preocupé (?) Hace rato ya mandé mi ficha para personajes secundarios, pero no ha sido aceptada T_T No sé si haya algo mal o se pasó o que onda, pero sólo escribo para ver cómo va eso o si hay algo mal que podemos hacer o que procede. Gracias de antemano y saludos!
  25. Aziid Black T. Se volvió a encontrar con aquel establecimiento que en una primera vez le había causado un sentimiento algo extraño, como de disgusto... Pero decidió darle una segunda oportunidad. Su figura cruzó la puerta del local, encontrándose nuevamente con todos los artículos que había visto la vez anterior, caminó por entre ellos lentamente, observándolos y pasando de vez en cuando su dedo por encima de ellos para sentir las diferentes texturas de los diversos materiales que se vendían en el lugar. Notó la presencia de dos figuras en el local, pero las ignoró en un principio, vagando por la primera planta antes de descubrir la existencia de un segundo piso, tal vez algo mejor estaría esperándole ahí. Pasó decidido, subió a la planta alta y echó un vistazo rápido a todo lo que había ahí. —Será bueno como decoración —se dijo a sí mismo, mirando la gran cantidad de cuadros exhibidos y estatuas. Quizás hasta podría hacerse de una pequeña colección, aunque no sabía en dónde podría meter todo eso, le gustaban las extravagancias y sin dudas no se conformaría con una figurilla, iba por las estatuas—. Se cruzó de brazos, caminando a pasos lentos pero decididos ahora por la segunda planta del local, intentando decidir qué era lo que se llevaría y en dónde lo pondría. El estilo no quedaría en su castillo, quizás encajaría mejor en el Black, ya que en su negocio tampoco correspondería del todo.

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