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Romina Black Lestrange

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Todo lo publicado por Romina Black Lestrange

  1. Soltó un suspiro mientras observaba la llama hacerse cada vez más y más grande, por un momento pensó en apagarlo, pero se detuvo antes de hacerlo y salió de la cocina para dirigirse a los terrenos de la mansión, pues simplemente no tenía ganas de buscar prendas en otra habitación. Sabía que dejar fuego en una habitación sin controlar era peligroso, pero como no se trataba de su hogar no le importaba mucho. Camino dando pasos pequeños, disfrutando de la noche y de la salida inesperada que había tenido. A lo lejos vio una figura que supuso que era su madre, por lo que no dudo en acercarse. —Creo que esto es suficiente— tomó con una mano la de su madre mientras que, con la otra, buscaba la prenda que había guardado con anterioridad en su bolsillo. Al sacarla, la depósito rápidamente en la mano de Mia, soltando una pequeña carcajada ya que suponía que eso no le haría nada de gracia.
  2. Al ingresar al comedor todo era más o menos como esperaba, o como lo sería en una mansión regular, una mesa con sillas a su alrededor y muebles que hacían que el lugar no quedase tan vacío. Su mente comenzó a divagar, desde preguntas sobre cuantas personas vivían en lugar hasta que es lo que la familia hacía. Finalmente, cuando comprendió que el comedor era un lugar aburrido decidió cambiar su recorrido rumbo a la cocina y luego a una puerta llamó su atención, por lo que decidió entrar. Inmediatamente se dio cuenta de que se trataba de una habitación. Lo que más le llamó la atención fue una estantería llena de libros, obviamente no se atrevería a dañar los libros porque eran algo sagrado para ella, pero el resto de las pertenencias de la habitación le importaban muy poco. Se dirigió a lo que parecía ser un mueble en donde se guardaba ropa y de este sacó lo que parecía ser ropa interior de una mujer, si bien no sabía de quien era la habitación, decidió guardarse la prenda en un bolsillo, ¿Con eso sería suficiente para completar la misión, verdad? De todas formas si la prenda no era de la persona deseada, tampoco sería culpa de la joven. Minutos después volvió a la cocina con su varita en mano, pues segundos atrás había escuchado movimiento, por lo que esperaba que solo se tratase de sus acompañantes y no de alguna persona o criatura de la casa. Sentía sus manos algo frías, por lo que decidió lanzar el encantamiento Indendius para prender fuego un cesto de basura pequeño. Suponía que a partir de eso lograría calentarse un poco y, porque no, destrozar un poco el lugar.
  3. Se quedó en silencio, observando todo a su alrededor al tiempo que esperaba a que diesen indicaciones. No podía negar que se sentía un poco nerviosa, pero a la vez estaba ansiosa por empezar sin importar de que se tratase la misión. Al escuchar a la persona que hablaba la reconoció casi inmediatamente. — ¿Me hiciste venir para “robar” unas prendas? ¿Es en serio?— las palabras salieron de su boca con un poco de molestia y tras soltar un pequeño bufido. Aunque si se hubiese tratado de otra persona dando indicaciones no se hubiera molestado en decir nada, pero como se trataba de su madre, ¿Qué más daba? —Esperaba algo más emocionante— susurró para sí misma mientras ingresaba a la mansión. Su primera opción, considerando la misión, era dirigirse a alguna de las habitaciones hasta encontrar alguna prenda, pero al darse cuenta de que no conocía de vista a la persona nombrada por su madre decidió dirigirse al comedor soltando pequeños suspiros mientras pensaba cuáles serían sus siguientes acciones. Muchas veces no lograba entender porque se complicaba tanto al momento de hacer las cosas, pero teniendo en cuenta que era su primera vez en una misión, le iba a llevar algo de tiempo no solo acostumbrarse, sino que las cosas le salieran con naturalidad.
  4. Desde que oscureció, la joven había permanecido sentada en una silla reclinable ubicada en el jardín de la mansión Black Lestrange, observando las estrellas mientras pensaba en lo que iba a hacer o no con su vida. En un momento sus parpados comenzaron a cerrarse lentamente, pues a pesar de que no estaba realmente cansada, el silencio y tranquilidad de la noche le provocaban sueño. El ardor proveniente del tatuaje hizo que pegara un pequeño saltito en el lugar, al tiempo que sus ojos se cerraron con más fuerza. Sólo le tomó unos segundos para entender de qué se trataba e inmediatamente se levantó de si sitio, primero para acomodarse un poco la remera y el jean que llevaba puesto y, en segundo lugar, para girar sobre su propio eje, desapareciendo de su hogar. Al aparecer, o mejor dicho caer en los terrenos de la mansión Potter Blue, no tardó en palpar su varita en uno de los bolsillos de su pantalón para luego pasarla por delante de su rostro, creando una máscara plateada que cubriría su identidad. Miró a su alrededor, y ya sintiéndose menos aturdida pudo encontrar a sus compañeros, por lo que camino hacía ellos.
  5. @@Adrian Wild @ @@Jessie Black Lestrange Compras aceptadas
  6. @@Jessie Black Lestrange compra aceptada, te llevas el último armario :3 @@Adrian Wild compra aceptada, pero solo la moto voladora ya que el armario está agotado
  7. <<No son muchas personas>>. Trató de convencerse a sí misma mientras decidía a último momento si asistir o no a la fiesta que se celebraría en la tienda del Mall para el director, debido a que no estaba del todo segura si era una buena idea ese tipo de celebraciones entre compañeros de trabajo, ¿Qué pasaría si empeoraban las cosas? ¿O si había un accidente o algo por el estilo? Además que suponía que al tratarse de un evento organizado fuera del horario de trabajo no podían despedirla por no asistir o por si pasaba algo, ¿o sí? Finalmente cuando todas las ideas se parecieron aclararse en su cabeza, o al menos de momento, se dirigió a su armario. A decir verdad no tenía mucha ropa “formal” o de la que normalmente usaban para las fiestas, por lo que optó por un vestido azul Francia que había comprado hace años y que nunca le fallaba, con unos zapatos negros que la hacían parecer unos centímetros más alta de lo normal. Se dejó el cabello suelto y unos minutos después apareció en el callejón diagón. Cuando estuvo a unos centímetros de la puerta se arrepintió nuevamente; por lo que tomó aire con fuerza, recordando que probablemente habría alcohol, e ingresó al lugar. No podía negar que de noche se veía completamente distinto y sobre todo con las decoraciones que tenía. —Buenas noches—saludó a los presentes con una sonrisa que esperaba se hubiese notado— ¿Necesitan ayuda con algo?— preguntó. Quizás con algo más de suerte tendría alguna actividad con la cual distraerse y evitar sentirse incomoda ya que no trataba mucho con sus compañeros, de hecho solo los había cruzado un par de veces con anterioridad pero no era cercana a ninguno y eso era lo que la incomodaba más. Miró a su alrededor tratando de ocultar su nerviosismo mientras esperaba una respuesta. <<Ni siquiera te sabes sus nombres>>, al parecer la voz dentro de su cabeza no dejaría de molestarla en toda la noche.
  8. @ @@Hayame Snape Potter Black Compras aceptadas :3
  9. @ Compra Aprobada, no pasa nada si no dejas el link sobre el nombre
  10. La Black Lestrange simplemente se limitó a asentir y a sonreír levemente ante lo que su hermano le decía de ayudarla. La verdad era que si necesitaba un poco de ayuda, en realidad mucha, y no sabía a quién pedírsela; cualquier persona acudiría primero a sus padres pero como no era muy cercana a Mia decidió que su hermano era la mejor opción, además de que parecía una persona con bastante paciencia. —No creo que te diga nada, supongo que entenderá que estabas tan emocionado por verla que olvidaste que estabas en pijamas— respondió sarcásticamente con una sonrisa burlona. Sinceramente no tenía ganas de ir a saludarla, pero con la sola insinuación de magia oscura sus ojos se iluminaron, haciendo que sonriera ampliamente con una expresión que podría interpretarse como felicidad y un poco de asombro. Rápidamente asintió con la cabeza y se levantó de golpe, mareándose un poco pero recuperando el equilibrio al poco tiempo. —Está bien, pero solo voy si tú vas en pijama. Se acercó a su hermano sonriendo, lo agarró por el brazo y lo tiró con fuerza fuera de la habitación para cerrar la puerta tras de sí. Apretó su brazo con más fuerza para asegurarse que no se escapara o algo por el estilo mientras lo arrastraba por el pasillo caminando tan rápido como podía para alejarse de las habitaciones. En el camino le preguntó a la elfina por su madre y esta les indicó el camino amablemente. Al llegar no solo se encontró con Mia en la sala, sino que también estaba Alegna y una chica que no conocía. —Buenos días— saludó a todos los presentes con una leve sonrisa. —M…— se detuvo en seco y miró a su madre, sinceramente en todo ese tiempo no había descifrado como se suponía que debía llamarla. Sus únicas opciones eran “madre”, “mamá” o “Mia”, pero finalmente optó por la última palabra. —Mia— dijo en un tono que esperaba sonase inexpresivo. —Eobard me acaba de decir de decir que me enseñará artes oscuras, ¿No crees que es un buen hermano?— soltó mirando a su hermano de reojo. @ @@Mia Black Lestrange
  11. @@Jessie Black Lestrange compra aceptada por esta vez para que no tengas que postear tantas veces. Recuerda adjuntar el link a tu ficha de personaje junto a tu nick.
  12. @@Jessie Black Lestrange compra Aceptada. Para la próxima vez ten en cuenta que el link a tu ficha de personaje se coloca en donde va el nick; y bueno hoy es 28, no 27, pero por esta vez lo corrijo yo.
  13. Agarró un pequeño caramelo con forma de canica del recipiente de las golosinas. Al principio parecía que se trataba de uno de esos caramelos ácidos, pero tras jugar con este se dio cuenta que probablemente era el más dulce que había probado hasta el momento. No es que no le gustase la comida dulce, pero no soportaba cuando probaba algo con una cantidad excesiva de azúcar. Y fue por eso que bebió casi todo el vaso de agua en cuestión de segundos. —Bueno, supongo que es normal que no toleren el uso de magia oscura. Aunque no es bueno dejar de hacer algo que te sale bien aunque esté prohibido, ¿no?— preguntó, aunque realmente no era una pregunta. Todavía seguía sin entender del todo la magia oscura y la verdad es que tampoco había leído mucho al respecto a pesar de que le llamase la atención. Quizás algún día podría pedirle a Eobard que le enseñara un poco, después de todo parecían llevarse bien y podrían usarlo como excusa para pasar el rato. —Físicamente puede que estés en lo correcto— comenzó, la verdad es que era un tema bastante difícil de explicar ya que ni ella lograba comprenderlo del todo—Pero en realidad, si no me equivoco, tengo ciento veinte años— no sabía cómo iba a reaccionar su hermano ante aquello, pues hasta el momento suponía que él era humano. —Pero creo que he sido yo misma durante diecisiete o dieciocho años— explicó tras unos segundos de silencio, aunque era obvio que eso no aclaraba las cosas—Cuando tenía doce años escapé del orfanato en el que estaba, la vida en la calle tampoco era muy linda pero era mejor que ese lugar— bebió un poco de agua para poder continuar—Tiempo después de haber escapado un demonio se apoderó de mi cuerpo, aún sigue dentro de mí, pero logré recuperar el control después de cien años. Lo que más le molestaba de todo ese asunto era que apenas recordaba lo que había pasado en esos cien años. A veces tenía pequeños flashes de esas memorias que parecían estar ocultas en su cabeza, pero ninguna era lo suficientemente nítida para formar una historia coherente. Su única teoría es que no podía recordar debido a que él demonio todavía seguía con ella. —Fue difícil despertar en un lugar y época desconocida, pero llegué hace unos años a Londres en busca de una familia. Aunque no esperaba encontrar a mi familia sanguínea, ni mucho menos esperaba ser una bruja—. Una vez que terminó se sorprendió al darse cuenta que no había sido tan difícil como ella creía hablar del tema con alguien. —Casi lo olvido, si alguna vez ves que mis ojos cambian a color verde, ten por seguro que no soy yo. Es como una batalla interna todos los días— suspiró. A veces se cansaba de la presencia del demonio, porque en realidad tenía una voz dentro de su cabeza, solo que no era su conciencia. A veces no tenía ganas de las batallas constantes, pero se había prometido a si misma años atrás que no iba a permitir que se apoderase de su cuerpo por tantos años. —Y descuida, siempre podrás ser el hermano mayor— le dijo con una sonrisa, pero sus palabras eran ciertas, todavía se seguía sintiendo como si fuera una niña. En ese momento una elfina, que supuso que pertenecía a Mia debido que ya la había visto en varias ocasiones sirviendo a la mujer. Les informó que su madre estaba en la mansión, ¿Pero que se supone que debía hacer con esa información? ¿Acaso debería ir a recibirla con los brazos abiertos? ¿O solo era un aviso? Miró a su hermano, quizás él sabía lo que debían hacer, por lo que lo dejaría decidir. — ¿Se supone que hay que ir a saludar? @
  14. Una leve sonrisa se formó en su rostro sin que pudiera evitarlo al ver la mueca que hizo Eobard al probar el kiwi, ¿Es que acaso esperaba un sabor dulce? Rápidamente al darse cuenta de que no era el momento adecuado para soltar estar riendo, y esperando que su acompañante no lo hubiera notado, tomó una de las fresas y se dispuso a comerla lentamente, por lo que esperaba que no le cayera mal debido a que hace tan solo unos momentos atrás había terminado su sándwich y no quería sufrir de dolor de estómago por mezclar comidas. Obviamente que mientras hacía todo eso seguía prestando atención a todo lo que decía. Le llamó mucho la atención cuando mencionó magia poco tolerada, ¿Se referiría a magia oscura? Estaba casi segura de que sí, pero no se iba a arriesgar a hablar el tema por su cuenta y luego meter la pata. —No sabía que los vampiros hacían rituales— comentó. Quizás había tardado mucho tiempo en responder, pero a veces cuando se detenía a pensar no se daba cuenta de cuantos minutos pasaban, por lo que esperaba no haber incomodado a su hermano con tanto silencio. —Si extrañas la comida, ¿Por qué no usas la aparición para ir, conseguir algo de comer y luego regresas? Solo tomaría unos minutos— desde su punto de vista sonaba un plan bastante fácil, aunque no estaba segura de cómo eran las reglas de aparición en otros países, ella siempre lo hacía dentro de su entorno. Con la ayuda de su varita hizo aparecer una taza de café para Eobard, ya que todavía se lo veía bastante cansado, y un vaso de agua para ella. Dio unos pequeños sorbos, la verdad es que no tenía sed, pero ya estaba acostumbrada a tomar agua todo el día a pesar de no necesitarla. —¿A qué que te referías con “magia poco tolerada”?— quizás era la pregunta que con más curiosidad había formulado, pero no podía evitarlo, por lo que esperaba que no tuviera problema en responderla. —¿Sabes? Yo tampoco estuve presente en la casa por muchos años, si quieres puedo contarte un poco de mi historia— habló sin darse cuenta, no sabía que le estaba pasando, usualmente se quedaba callada y solo hablaba si le preguntaban, y las respuestas que daba solían ser cortas—¿Qué edad crees que tengo?— formuló, ya que en base a eso comenzaría a contar. @
  15. Todavía se sentía un poco nerviosa, ¿Por qué a veces era tímida y otras no podía evitar que las palabras salieras sin control de su boca? Lo que más le enojaba es que no había vuelta atrás, pero la respuesta y reacción de su hermano ayudó a que se calmara un poco, aunque eso no evitaba que se siguiera arrepintiendo por lo que había dicho. Escuchó con atención lo relatado por su hermano y no se atrevió a preguntar cuanto tiempo estuvo sin saber a qué familia pertenecía realmente. Internamente se preguntó qué tan difícil sería aceptar, después de tantos años, que quienes creías tu familia en realidad no lo son; y aunque bien sabía que la familia no es solo la de sangre, suponía que debía ser un proceso bastante difícil de aceptar. —Lamento lo de tu padre— respondió momentos después de que el relato se viera pausado—¿Terminaste aquí gracias a un vampiro?— preguntó confundida, aunque su verdadera intención era que siguiera con el relato, pero trataba de no ser tan directa con las preguntas—Y dime, no extrañas la vida en Estados Unidos? Se acomodó en el lugar, descansando su espalda en la parte blanda del sillón ante lo cual no pudo evitar soltar un leve suspiro, no sabía cuánto tiempo llevaba con la espalda tensa, pero ese pequeño movimiento alivió todo el dolor que sentía. Estiró su mano derecha y agarró uno de los sándwiches, con su otra mano arrancó un trozó pequeño y se lo llevó a la boca. No sabía porque, pero tenía la costumbre de cortarlo en pedacitos y luego comerlo, lo hacía inconscientemente, desde que tenía memoria. Sentía que ella también debía contar algo de su historia, sobre todo teniendo en cuenta que nunca le había contado nada a nadie y que por alguna razón su hermano le generaba confianza, por lo que después de todo no sería como una obligación, sino porque realmente quería hacerlo. Pero no estaba del todo segura como empezar, por lo esperaría a que él terminara su relato. @
  16. @ compra aceptada /o no se si se supone que tenga que decir algo más así que eso xD
  17. Consumibles en Batallas Nombre: Descripción: Tarjeta Categoría: Precio pagado: Fecha de compra: Link a la certificación: enlace Nota: No se permiten más de 5 consumibles en inventario.
  18. Poderes de Criaturas Tipo de Poder: Descripción: Tarjeta Precio pagado: Fecha de adquisición: Licencia de uso:

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