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Romina Black Lestrange

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Todo lo publicado por Romina Black Lestrange

  1. Libros de Hechizos Nombre: Libro del Aprendiz de Brujo Descripción: Tarjeta Nivel: 1 Precio pagado: 1000 Puntos obtenidos: - Fecha de compra: 30.06.2016 Link a la certificación: enlace Habilitado para su uso: Si
  2. Criaturas Mágicas Nombre producto: Chimpancé Descripción: Tarjeta Categoría: X Precio pagado: 500 Puntos obtenidos: 10 Fecha de compra: 29.12.2014 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Rámora Descripción: Tarjeta Categoría: XX Precio pagado: 1000 Puntos obtenidos: 20 Fecha de compra: 14.05.2016 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Cruce de Kneazle Descripción: Tarjeta Categoría: XX Precio pagado: 1000 Puntos obtenidos: 20 Fecha de compra: 14.05.2016 Link a la certificación: enlace Criaturas en la Reserva: Total puntos en criaturas: 50
  3. Pociones Mágicas Nombre producto: Polvos Verrugosos Descripción: Tarjeta Categoría: AA Precio pagado: 1000 Puntos obtenidos: 20 Fecha de compra: 15.12.2015 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Poción Matalobos Descripción: Tarjeta Categoría: AAA Precio pagado: 2000 Puntos obtenidos: 40 Fecha de compra: 15.12.2015 Link a la certificación: enlace Total puntos en pociones: 60
  4. Objetos Mágicos Nombre producto: Varita Mágica Descripción: Tarjeta Categoría: AA Precio pagado: Gratuita Puntos obtenidos: 20 Fecha de compra: 24.07.2014 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Falsoscopio Descripción: Tarjeta Categoría: A Precio pagado: 500 Puntos obtenidos: 10 Fecha de compra: 19.09.2015 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Puertas Mágicas Descripción: Tarjeta Categoría: AAA Precio pagado: 2000 Puntos obtenidos: 40 Fecha de compra: 19.09.2015 Link a la certificación: enlace Total puntos en objetos: 70
  5. Indice de Bienes Objetos Mágicos: Objeto: Varita Mágica Clasificación: AA Puntos de Poder: 20 Objeto: Falsoscopio Clasificación: A Puntos de Poder: 10 Objeto: Puertas Mágicas Clasificación: AAA Puntos de Poder: 40 Pociones Mágicas: Objeto: Polvos Verrugosos Clasificación: AA Puntos de Poder: 20 Objeto: Poción Matalobos Clasificación: AAA Puntos de Poder: 40 Criaturas Mágicas: Criatura: Chimpancé Categoría: X Puntos de Poder: 10 Criatura: Rámora Categoría: X Puntos de Poder: 10 Criatura: Cruce de Kneazle Categoría: XX Puntos de Poder: 20 Criaturas en la Reserva: Criatura: Categoría: Puntos de Poder: Libros de Hechizos: Libro: Libro del Aprendiz de Brujo Nivel: 1 Poderes de Criaturas: Tipo de Poder: Consumibles en Batallas: Nombre: Descripción: Categoría:
  6. No pudo evitar sonreír ante la explicación de que era lo que le quitaba el sueño, de hecho le pareció una respuesta algo absurda pero decidió no comentar nada al respecto ya que no le pareció algo de mucha importancia. Además de que fácilmente podría haber encantado su habitación o ingerido alguna poción para evitar esos ruidos. Tuvo que mover ligeramente su cabeza para evitar esos pensamientos que al fin y al cabo eran innecesarios y la distraían. —¿Norteamerica?— repitió algo sorprendida, sabía algo de geografía mundial, de hecho ubicaba esa zona pero nunca había estado allí—¿Y cómo es ese lugar? ¿Te adoptó una familia muggle o…— y se detuvo al notar que estaba haciendo demasiadas preguntas, y muchas de ellas podían ser personales—Lo siento n-no…— se apresuró a agregar algo avergonzada y no le quedó otra opción más que desviar su mirada, era un acto inconsciente, algo que realmente no controlaba. No tuvo tiempo de terminar lo que quería decir ya que un elfo había aparecido justo a tiempo, aunque estaba segura que en cuanto la criatura se marchara debería retomar la conversación, o en todo caso quedarse callada y dejar que el joven comentara algo. Le dijo a Horace que le trajera unos sándwiches y botanas. No se le ocurría que otra cosa pedir, además de que le parecía que era muy temprano para comer algo más elaborado. Quizá lo mejor hubiera sido algo con azúcar, pero siempre se había inclinado por la comida salada. —No… bueno, no quería— lo único que salía de su boca eran balbuceos, cosa que le pareció frustrante puesto que hace tiempo que no le pasaba, por lo que tendría que intentar calmarse— Entrometerme de esa manera, entiendo que es difícil hablar del pasado— comentó. Ella tampoco tenía un pasado feliz o fácil de describir, y no lo culpaba si no quería hablar sobre ello ya que ella tampoco se abría con muchos respecto a ese tema. @@Eobard Thawne
  7. —No hace falta, de todas formas solo estaba buscando mi varita, lo demás puede esperar— respondió al tiempo que se quedaba pensando en una de las respuestas dadas por el joven—¿Hay algo en especial que te quiete el sueño? Dormir es una de las mejores actividades— añadió. Se dirigió hacia el sofá enfrentado al de su hermano, lo único que los separaba era una pequeña mesa ratona con una lámpara en el centro. Generalmente utilizaba ese espacio para leer, puesto que en una esquina cerca de la puerta se hallaba una biblioteca con sus libros favoritos. Del lado izquierdo de la puerta, y a unos pocos metros de los sillones se ubicaba una cama doble plaza con una mesita de luz en su lado derecho. La habitación contaba con otras tres puertas además de la de entrada. La primera, al lado de la cama conducía a su baño personal y la segunda a su armario, aunque casi nunca lo usaba. La última parecía una ventana, pero en realidad era el balcón. —Ohh esa fiesta, ¿Aún crees que no se lo merecía? No es que voy por la vida mojando a las personas, pero la mayoría de las veces me saca de quicio— explicó, aunque desde su punto de vista le seguía pareciendo correcto puesto que Mia la había provocado. Con un movimiento de varita hizo aparecer un par de pantuflas grises que parecían de la talla de Eobard y las dejó a su lado. No estaba segura de sí había elegido el color correcto, pero al fin y al cabo solo se trataba de una prenda con la única función de cubrir sus pies. —Me pareció que te serían utilices— comentó y soltó una leve sonrisa, no supo porque pero lo hizo, quizás solo era uno de sus raros instintos de empatizar con los demás—Hace horas que no como, no me vendría mal un bocadillo— aceptó la sugerencia. @@Eobard Thawne
  8. Había llegado hace tan solo media hora de un pequeño viaje de improviso que había realizado a Londres, pero no donde se hallaban todos los magos, sino lejos de ellos para tomarse un tiempo libre. El viaje duró tres semanas en las que se propuso no utilizar magia, aunque como lo había imaginado no funciono, se le hacía muy difícil estar separada de su varita a pesar de no haberse criado en un entorno mágico. —¿Eobard?— preguntó algo confundida pues no esperaba a nadie despierto a esa hora, o al menos no merodeando por esa zona de la mansión. —Puedes pasar— indicó, y con un breve movimiento de varita terminó de abrir la puerta que se encontraba entreabierta. Con su mano libre señaló uno de los sillones individuales, indicándole al chico que si lo deseaba podía tomar asiento. Se quedó pensando por un breve lapso de tiempo en lo que debía decir a continuación. Nunca había sido una persona muy conversadora y era uno de sus puntos débiles. Pero estaba segura que algo se le ocurriría ya que su hermano le había dado una primera buena impresión y a decir verdad le parecía una persona bastante agradable, aunque no lo diría hasta estar completamente segura. —Recién llego de un viaje, estaba desempacando— comentó y señaló levemente con su cabeza una maleta tendida en su cama—¿Acabas de despertar o no puedes dormir?— preguntó con curiosidad al notar que Eobard vestía pijama o al menos eso le parecía. Le hubiese gustado poder preguntarle hace cuanto sabía de la existencia de su familia puesto que cuando había llegado por primera vez no lo había visto, pero no considero prudente preguntarlo en ese momento, primero debía tantear un poco el terreno, aunque a veces su curiosidad la vencía por lo que esperó que este no fuera el caso. @@Eobard Thawne
  9. Hasta el momento tenía muy clara la proyección de su bóveda “ideal”. Uno de los duendes le había explicado los lugares que quedaban disponibles y que en la suya podía poner todos los hechizos y encantamientos que creyera necesarios no solo para protección de la bóveda, sino también para su propia comodidad, ya que sería ella la que guardaría y retiraría sus pertenencias. Por fuera parecía ser una de las bóvedas más pequeñas, o al menos esa era la impresión que daba la puerta de acero. Al abrirla se podía ver un estrecho pasillo tenuemente iluminado, las paredes eran de piedra gris y estaban llenas de musgo que al parecer se iba expandiendo con el paso del tiempo. Al atravesar el pasillo se llegaba a otra puerta, también de acero, la cual solo se abría al introducir la varita de la joven, la cual debía mover en distintas direcciones, formando una especie de código que solo ella y su elfina conocían. Al ingresar la puerta desaparecía. El lugar parecía una especie de burbuja debido a que las paredes no eran rectas, sino que formaban un círculo perfecto. El lugar estaba lleno de estanterías y muebles, cada uno separado por sección para facilitar las cosas al momento de buscar un objeto. En las estanterías guardaría aquellos objetos de menos valor y, en los muebles, aquellos de más valor, y por lo tanto debían ser guardados bajo llave. Para salir del lugar solo debía llegar a una de las luces más pequeñas del techo; y debido a que todas cambiaban de dirección era un poco difícil hallarla. Pero al tocarla la transportaría de nuevo al pasillo inicial. Perfil de Comprador del MM: 243 • Indice de Bienes • Objetos Mágicos • Pociones Mágicas • Criaturas Mágicas • Libros de Hechizos • Poderes de Criaturas • Consumibles en Batalla Fecha de Próxima Actualización:
  10. Repitió el nombre de su hermano en su cabeza <<Eobard>>. Le iba a costar un poco recordar su nombre en el futuro, aunque esperaba aprendérselo rápido, cosa que no siempre sucedía con las personas a las que recién conocía. —¿Vienes con nosotros, Saori?—se dirigió a la chica—No creo que quieras estar cerca de la bestia cuando despierte— soltó a modo de broma, refiriéndose a su madre—Eobard, ¿No? Dime, ¿Qué edad tienes?— preguntó mientras caminaban hacia una de las mesas que tenía bocadillos. Suponía que Eobad era unos cuantos años mayor que ella, y por lo tanto sería su hermano mayor, pero prefería estar segura. No sabía que elegir, no estaba segura de tener hambre puesto que antes de enterarse que iría a la fiesta había estado comiendo. Por lo que simplemente agarró un sándwich pequeño. Llamó a uno de los elfos y le pidió que le trajera una bebida, tenía un poco de calor y estaba segura que algo fresco le sentaría bien. La copa contenía un líquido casi transparente. Reconoció el aroma como vodka, aunque no estaba segura con que fruta lo habían mezclado. Empezó a tomar su bebida dando pequeños sorbos para no marearse tan rápido, aunque se conocía lo suficiente como para saber que cedería ante la tentación de tomar de golpe en cualquier momento. Una pequeña sonrisa se formó en su rostro. ¿Cuánto tardaría su madre en reaccionar? ¿O es que no se había dado cuenta de que le había tirado algo en su cabello? La miró de reojo, y se podría decir que estaba algo ansiosa por ver su reacción, aunque suponía que la bruja no armaría un escándalo en una fiesta que ella había organizado, ¿O si? @@Eobard Thawne @ @@Mia Black Lestrange
  11. Mientras esperaba una respuesta por parte de su madre, no puo evitar desviar su atención hacia uno de los presentes que trataba de que no se desatara una pelea entre ambas brujas, ¿Quién era? No lo sabía, pero esperaba poder averiguarlo en algún momento de la fiesta. Trataba de enfocar su atención únicamente en Mia, pero no podía, ya que más personas se acercaban al grupo, o se acercaban para hablar con otros. Soltó un bufido al momento en que su madre cambió su vestimenta, ¿Por qué siempre arreglaba las cosas de esa manera? No lo sabía, pero esperaba poder entenderlo algún día ya que de otra forma estaba segura que sus enfrentamientos nunca cesarían. No respondió ante ninguno de sus comentarios puesto que se daría un poco de tiempo para pensar en sus siguientes movimientos. Mientras Mia dirigía su atención hacia una de las mujeres, Saori, aprovechó el momento y se acercó a Eobard, quién al parecer era uno de sus muchos hermanos y otro más al que no conocía. —Mi nombre es Romina— respondió la pregunta que el mago le había hecho minutos atrás—Aunque supongo que para estas alturas ya lo habrás descifrado— agregó—Por cierto, ¿Cuál es tu nombre? Observó la copa semivacía del mago y no pudo evitar que una pequeña sonrisa se formara en su rostro, ¿Le molestaría si la tomaba prestada por un momento? No lo sabía, pero de todas formas lo hizo. Le arrebató de las manos la copa y luego con ayuda de su varita hizo que el líquido se volviera viscoso. Se acercó a su madre por detrás y le roseó el contenido de la copa en su cabello. ¿Cuál sería la reacción de la bruja al notar algo viscoso cayendo por su rostro y cabello? Estaba casi segura que se enojaría porque la bruja amaba demasiado su cabello. <<Para que recuerdes lo mucho que te quiero, madre>> le susurró al oído para que solo ella pudiera escucharla. —Lo siento, ahora te lo recompenso— se dirigió a su hermano para luego llamar a uno de los elfos y decirle que le trajera una copa de la bebida que el mago quisiera. @@Mia Black Lestrange @@Eobard Thawne @
  12. —¿Por qué me haces esto? Déjame salir— siguió gritando a pesar de que sabía que nadie vendría a su rescate. Pasó horas gritando a la nada, de hecho ya había amanecido. Mientras más tiempo pasaba tratando de escapar, menor era el tiempo que se dedicaba a pensar en la situación y poder elaborar una especie de plan para escapar. Tenía esa extraña sensación de que ya había estado en esa situación y, que de alguna forma todo se estaba repitiendo. Cuando las lágrimas cesaron algo cambió en su interior. Ya no tenía miedo, sino que sentía mucha rabia y rencor hacia las personas que la habían encerrado en esa habitación. El color de sus ojos cambiaron en ese instante, pasando de marrón a verdes, rebelando y dejando salir a la demonio que llevaba dormida dentro de ella más de diez años. Una sonrisa se formó en su rostro al momento en el una persona abrió la puerta para llevarle comida, se sentía más segura, por lo que sin importarle nada golpeó con todas sus fuerzas a la persona que se encontraba delante de ella, descubriendo así que era más fuerte de lo que nunca había sido, o al menos cuando dejaba a la demonio tomar el control. Al salir todo a su alrededor cambió, ya no se encontraba en el orfanato, sino en un bosque. ¿Qué estaba pasando? Otra vez sentía como si ya hubiese estado allí, todo era demasiado confuso, además de que podría asegurar que hacía dos segundos había amanecido. Vio en el suelo una runa, y en ese momento todo se volvió un poco más claro. Nada de lo que había presenciado era real, era producto de su imaginación. Se trataba de una pesadilla. El único problema es que no sabía cómo despertar, ¿Y si se quedaba atrapada para siempre? No, eso no podía estar pasando. Agarró la runa y empezó a correr. Todo estaba lleno de árboles, parecía que había pasado los últimos minutos corriendo en círculos hasta que vio como el pequeño objeto comenzaba a brillar cada vez que apuntaba a una dirección. Su instinto le decía en ese momento que lo siguiera, y así lo hizo. Ahogó un grito al verse a ella misma, acostada en el suelo. ¿Acaso estaba muerta? ¿Ahora era un fantasma? Un sinfín de preguntas brotaron en su cabeza, pero no conseguía responder ninguna. Al cabo de unos minutos recordó cómo es que había llegado al lugar y se le ocurrió una idea, o al menos debía intentarlo. Sacó una pequeña navaja del bolsillo de su pantalón, ya que en la época en la que había estado de orfanato en orfanato solía llevar una con ella, y al ser una extraña mezcla entre la realidad y algo que le había pasado hace muchos años, todo era posible. Se hizo un pequeño corte en la mano e hizo que las gotas cayeran en la runa. Abrió los ojos y se levantó de golpe, no le importó si se había mareado o no, pero necesitaba unos minutos para procesar todo lo que había ocurrido. —¿Todo fue a causa de la runa, no es así?— se dirigió a su profesora algo molesta. ¿Cuál era la necesidad de hacerle vivir una de sus peores experiencias, o mejor dicho pesadillas? Había tratado de reprimir el hecho de haber dejado a la demonio dominar su mente y cuerpo por más de ocho décadas, era algo que nunca se perdonaría. @@Candela Triviani
  13. Escuchó con atención las respuestas que la Triviani dio a las preguntas formuladas por cada uno de los presentes. Le causó escalofríos y hasta podría decir asco la forma en que una mano de gloria era construida, sobre todo porque perder un extremo no parecía una idea tan agradable, o al menos no desde su punto de vista. Sin embargo trató de ocultar esa sensación enfocando su atención en los dos entes que tenía delante de ella ¿Cómo es que no los había visto antes? Quería creer que eso se debía a una distracción debido a la falta de sueño, puesto que no era común en ella no notar los detalles, y mucho menos distraerse. Asintió ante la respuesta de la profesora a su pregunta, al tiempo que sostenía nuevamente la runa entre sus manos, ¿Para que la quería si ya la había utilizado? No pudo evitar sentirse algo ansiosa al ver que su runa comenzaba a brillar nuevamente, ¿No había cumplido ya su propósito de llevarla a aquel lugar? ¿O es que tenía otras…? No pudo seguir con sus pensamientos ya que se había dado cuenta que la profesora y sus compañeros habían desaparecido. No entendía que estaba pasando. Estaba más confundida que antes y eso no le ayudaba en nada. El lugar se sentía extraño, más de lo que estaba cuando llegó. Y de la nada todo a su alrededor cambió, como si se tratara de un sueño, o más bien de alguna clase de recuerdo. *** El grupo de policías, o así es como hacían llamarse, la esperaban al final del callejón, al parecer estaba en problemas otra vez. Y estaba segura que esa vez no la perdonarían, o ni siquiera le darían la oportunidad de explicar lo que estaba pasando. Se rindió. No valía la pena enfrentarse a cuatro personas armadas. Le ataron las manos a la espalda para que no pudiera escaparse y la hicieron caminar horas bajo la lluvia. No entendía porque tenía que estar en un orfanato, ya tenía quince años y podía cuidarse por sí sola. Aunque quizás la habían atrapado por robar una pieza de pan, ¿Pero que tenía eso de malo? No lo entendía, y nunca lo haría. Llegaron a lo que parecía ser una casa vieja, se podría decir que estaba abandonada ya que estaba lejos de la ciudad. Pero no, en la puerta la esperaba una señora de unos cuarenta o cincuenta años, su aspecto era el de que los muggles llamaban “bruja”, con una nariz grande y un lunar enorme cerca de esta. La mujer imponía terror. No sabía si era a cusa de su rostro o porque llevaba una varilla en su cintura. Tenía la sensación de haber estado allí antes, de hecho estaba segura, pero al mismo tiempo parecía tan real que no podía escapar de esa pesadilla, o al menos eso parecía, una pesadilla de uno de sus peores recuerdos que había mantenido oculto en su memoria. De pronto todo a su alrededor cambió. Ahora estaba en una habitación oscura, no había nada más que una puerta, una ventana a la que apenas le pasaba luz y una taza con agua sucia. Su corazón empezó a latir rápidamente, nunca se había sentido tan asustada. —Sáquenme de aquí— gritó. Comenzó a patear y a golpear la puerta con todas sus fuerzas, al mismo tiempo que unas pequeñas lagrimas comenzaban a brotar en sus mejillas.
  14. Los minutos pasaban y más personas iban llegando y con eso sus ganas de quedarse desaparecieron, no era muy buena socializando y era un aspecto de su personalidad que se le hacía muy difícil de cambiar. Pero de todas formas permaneció en su lugar, en silencio y metida en sus propios pensamientos. —Pero… ¿Qué demo…? Y fue a causa de su distracción que no se dio cuenta que una elfina le había derramado encima una cerveza de mantequilla. El líquido había caído en su abdomen y se había esparcido hasta llegar casi a sus pies. No supo cómo reaccionar, había entrado en un completo estado de shock. Pasaron unos segundos y miró a la elfina con rabia, ¿En que estaba pensando? No sabía si lo había hecho adrede o si solo se le había escapado de las manos. Al parecer la elfina había notado su enojo, o al menos eso parecía ya que en sus ojos podía verse reflejado el miedo que la criatura sentía en ese momento. No pudo evitar sentirse un poco mal al respecto, no le gustaba hacer sentir mal a los elfos, como muchos magos y brujas hacían, no le parecía correcto. —No pasa nada— se agachó y le dio una sonrisa tranquilizadora—Estoy segura que fue solo un tropiezo, ¿Si?— con sus últimas palabras la elfina pareció ponerse nerviosa y le susurró algo al oído, cosa que la Black Lestrange no logró entender, por lo que le pidió que se tranquilizara. Le dio unos minutos. La elfina señaló a un grupo de personas y articuló una palabra, de hecho era un nombre, “Mia”. << ¿Cómo no la reconocía antes?>> se dijo a sí misma. En ese momento todo cobró sentido, o al menos había relacionado las acciones de la elfina con lo que esta le había tratado de explicar momentos atrás. —Si querías llamar mi atención podrías haberlo hecho con un simple “Hola”— se dirigió a su madre desde lo lejos y luego camino hasta donde ella se encontraba— ¿Cómo es posible que mandes a una elfina a que me moje?— le reprochó tratando de controlar su tono voz, puesto que su madre se encontraba con dos personas que no conocía, aunque a decir verdad mucho no le importaba la impresión que causaba en los demás, o al menos no en ese momento. Fue entonces cuando recordó lo que había pasado en una fiesta que se había realizado tiempo atrás en la mansión Black Lestrange. A Mia le había molestado su manera de vestir, y estaba segura que ahora también, ya que todos vestían de manera formal a excepción de ella. —¿Esto es por ropa, verdad? Y si ya sabes como soy, ¿Para qué me invitas?— estaba enojada, y eso se notaba en el tono de su voz, pero hasta el momento había logrado controlar los gritos que estaba guardando.
  15. Su mente comenzó a divagar, al igual que un sinfín de preguntas sobre donde estaba y lo que tenía que hacer, se formularon en su cabeza. Pero se contuvo. Tenía que esperar a que llegaran sus compañeros de clase. Y a decir verdad no tuvo que esperar demasiado y para su sorpresa se trataba de una persona a la que había conocido tiempo atrás en el castillo Targaryen, Zurin, al que le dedico una leve sonrisa. En cuanto la última persona llegó, al parecer serían tres en esa clase, lo que le parecía perfecto ya que con menos personas era más fácil aprender. La profesora comenzó a hablar, por lo que escuchó atentamente sus palabras. <<Bosque de Aokigahara>> se detuvo a pensar. Tiempo atrás, cuando vivía con muggles, había oído leyendas acerca de un bosque en Japón, pero en ese entonces le costaba creer en los lugares encantados o siquiera en la existencia de magia, por lo que no había prestado demasiada atención. Pero desde el momento en que descubrió que era una bruja todo le parecía posible. Cuando Candela les preguntó si sabían algo o tenían experiencias en Artes Oscuras su mente quedó en blanco. Tenía algunos recuerdos de haber escuchado en algún momento de su vida sobre ese tipo de magia, de hecho había leído alguno que otro libro, pero como siempre no había creído que eran reales hasta que descubrió que ofrecían esa clase en la academia. —Mi experiencia es nula— respondió en cuanto su compañera terminó de hablar—He escuchado sobre ese tipo de magia. Los muggles con los que vivía tenían unos libros de magia oscura, aunque no estoy segura si es lo mismo que artes oscuras. Y recientemente he leído algunas cosas al respecto, pero no sé mucho— finalizó. No sabía que otra cosa podía agregar al respecto, había escogido tomar esa clase porque quería aprender y profundizar más sobre esos temas. Pero cuando se quedó pensando, ¿Cómo es posible que enseñaran Artes Oscuras en la academia si de alguna manera se consideraba algo “ilegal”? —El uso de Artes Oscuras se considera ilegal en el mundo mágico, ¿No es así? Entonces, ¿Cómo es posible que se pueda enseñar en la academia? ¿O es que solo hay algunas restricciones en cuanto al uso de esta magia?
  16. Días atrás había recibido un pergamino de la academia de conocimientos, lo cual significaba que había sido aceptada a la clase que con tantas ansias esperaba tomar. La necesidad de aprender de la bruja se había intensificado en las últimas semanas, por lo que leer libros e informarse a no era suficiente. Tomó un cuchillo y lo pasó lentamente sobre la palma de su mano. La línea de sangre que se formó tras el corte fue casi imposible de mermar en los primeros segundos, ya que mientras más fuerza aplicaba sobre la herida, más sangre brotaba de esta. Por lo que procedió a rociar unas gotas de su sangre en la runa de sangre que llevaba más de diez minutos emitiendo un brillo, el cual estaba diseñado para recordarle el día y momento en el que debía asistir a la clase de Artes Oscuras. No tuvo tiempo para asimilar lo que había pasado, ya que todo a su alrededor había cambiado demasiado rápido, puesto que en ese momento se encontraba en un bosque. No sabía si se trataba de un efecto por haber rociado un poco de su sangre en la runa, o si esta la había transportado hacia alguna parte. Lo único que sabía en ese momento es que ya tenía una pregunta que hacerle a su profesora. —Romina Black Lestrange— se dirigió a la bruja que se encontraba a tan solo unos metros de su ubicación, suponía que se trataba de su profesora, ya que no había signos de otras personas en el bosque, pero aun así tenía su varita guardada en uno de sus bolsillos. —Espero que no le moleste la pregunta— suponía que no, pero no la conocía, por lo que todo era posible—¿Cómo es que funciona la runa de sangre que venía con el pergamino? Aún no logro comprenderlo. La Black Lestrange se consideraba una persona bastante curiosa. Le gustaba saber cómo funcionaban las cosas a su alrededor, y aunque muchas veces se había ahorrado preguntar por miedo o vergüenza, tenía planeado que esa situación cambiara, y no encontraba mejor manera de hacerlo que en una clase.
  17. Miró de reojo el papel que su elfina le había entregado minutos atrás, pero no se molestó en leerlo por completo, puesto que desde las primeras líneas ya se había dado cuenta que se trataba de una invitación a algún tipo de evento y no estaba de ánimos para estar rodeada de gente. <<Lo único que necesito es estar sola>> pensó para sí misma, y a pesar de que llevaba meses encerrada en la mansión Black Lestrange sin salir, aún no se sentía lista. Caminó hacia el balcón de su habitación, y no pudo evitar sorprenderse al ver una planta en una pequeña maceta. No tenía idea de porque estaba ese objeto allí ya que las plantas no eran de su agrado, en especial las que tenían flores de diversos colores. Como la tarde estaba muy aburrida decidió quedarse a jugar con la planta, aunque su verdadera intención era sacar cada uno de sus pétalos. Hizo una mueca de disgusto al ver que se le habían caído tres pétalos sin siquiera haberla tocado. <<Son muy frágiles>> determinó. Al ver que la luz del día casi acababa decidió entrar y tirarse en su cama, aunque no quería dormir, solo pensar. —¿Sabes? Creo que deberías salir y divertirte un rato— comentó Candance, una fantasma que seguía a Romina desde hace años ya que se habían vuelto amigas—Deja de ignorarme. Sé que las reuniones no son tu actividad favorita pero deberías darle una oportunidad, no perderás nada. Además en caso de que te aburras siempre puedes volver— trató de alentarla, aunque eso era tarea difícil, por lo que después de varios minutos insistiendo y al no obtener respuesta alguna, desapareció. Las palabras de la fantasma habían quedado resonando en la cabeza de la joven por horas, ¿O habían pasado minutos? No tenía forma de saberlo, puesto que al estar metida en sus pensamientos había perdido la noción del tiempo, y no es como si tuviera un reloj o algún dispositivo que le marcara la hora, de hecho había guardado su reloj de muñeca el día que decidió que no saldría de la casa por un varios días, pero luego esos días se habían convertido en meses. Tras varios minutos de haberlo pensado decidió que asistiría. Miró la invitación, le pareció bastante fina y elegante, por lo que supuso que tendría que vestirse de manera adecuada para la ocasión. Negó con la cabeza. Si iba a salir por primera vez después de mucho tiempo, lo haría con una vestimenta que le permitiera sentirse cómoda, además que la última vez que había usado algo “elegante” las cosas no le habían salido para nada bien, por lo que prefería evitar esa experiencia a toda costa. Decidió usar un jean negro, una remera azul marino un poco elegante, y un par de botas negras. En su muñeca izquierda colocó nuevamente su reloj plateado, estaba algo viejo y golpeado, pero como tenía un valor sentimental siempre lo usaba. Con un movimiento de su varita acomodó su cabello, no se hizo ningún peinado, sino que se aseguró que no se notará que no se había peinado en días. Apareció en los terrenos de Hogwarts. Tuvo que esperar unos segundos hasta recuperar el equilibrio ya que hace mucho que no utilizaba la aparición como medio de transporte. Y a pesar de haber estado a punto de regresar a la mansión, se armó de valor y se dirigió hacia el lugar indicado en la invitación. Al llegar al club simplemente caminó hacia una esquina. Primero tendría que observar el lugar y el ambiente para decidir si se iba a quedar o no, por lo que luego se preocuparía por encontrar a algún conocido.
  18. Nick: Romina Black Lestrange ID: 118823 Conocimiento: Artes Oscuras Nivel de Magia: VIII Link a la Bóveda: http://www.harrylatino.org/topic/104408-boveda-de-romina-black-lestrange/ Link a la Ficha: http://www.harrylatino.org/topic/104406-ficha-de-romina-black-lestrange/
  19. Holi /o *deja la ficha para ser aspirante y desaparece* Nick: @Romina Black Lestrange Nombre: Romina Edad: 16 años Fecha de Cumpleaños: 13 de noviembre País: Argentina. Skype: -- Eso es todo ^^
  20. • Saldo anterior 27800 G Ingresos N° de posteos del mes Febrero 2017: 0 Ganancia por posteos: 0 G (0 * 50 G) Ingreso por rating: 2000 G (calificación 4 * 500 G) Total Ingresos --- 2000 G Egresos Impuesto Febrero 2017: -500 G Impuesto por Inactividad, menos de 5 posteos Febrero 2017: -500 G Total Egresos --- -1000 G Ingresos Totales Febrero 2017: 1000 G TOTAL en Bóveda: 28800 G
  21. Saldo anterior 18850 G Ingresos N° de posteos del mes Febrero 2017: 3 Ganancia por posteos: 150 G (3 * 50 G) Ingreso por rating: 2000 G (calificación 4 * 500 G) Total Ingresos --- 2150 G Egresos Impuesto Febrero 2017: -500 G Impuesto por Inactividad, menos de 5 posteos Febrero 2017: -500 G Total Egresos --- -1000 G Ingresos Totales Febrero 2017: 1150 G TOTAL en Bóveda: 20000 G
  22. Saldo anterior 73975 G Ingresos N° de posteos del mes Febrero 2017: 21 Ganancia por posteos: 1050 G (21 * 50 G) Ingreso por rating: 2000 G (calificación 4 * 500 G) Total Ingresos --- 3050 G Egresos Impuesto Febrero 2017: -500 G Impuesto por Inactividad, menos de 5 posteos Febrero 2017: -0 G Total Egresos --- -500 G Ingresos Totales Febrero 2017: 2550 G TOTAL en Bóveda: 76525 G
  23. Saldo anterior 22150 G Ingresos N° de posteos del mes Febrero 2017: 0 Ganancia por posteos: 0 G (0 * 50 G) Ingreso por rating: 1500 G (calificación 3 * 500 G) Total Ingresos --- 1500 G Egresos Impuesto Febrero 2017: -500 G Impuesto por Inactividad, menos de 5 posteos Febrero 2017: -500 G Total Egresos --- -1000 G Ingresos Totales Febrero 2017: 500 G TOTAL en Bóveda: 22650 G
  24. Saldo anterior 10000 G Ingresos N° de posteos del mes Febrero 2017: 17 Ganancia por posteos: 850 G (17 * 50 G) Ingreso por rating: 2000 G (calificación 4 * 500 G) Total Ingresos --- 2850 G Egresos Impuesto Febrero 2017: -500 G Impuesto por Inactividad, menos de 5 posteos Febrero 2017: -0 G Total Egresos --- -500 G Ingresos Totales Febrero 2017: 2350 G TOTAL en Bóveda: 12350 G
  25. Saldo anterior 27750 G Ingresos N° de posteos del mes Febrero 2017: 18 Ganancia por posteos: 900 G (18 * 50 G) Ingreso por rating: 1500 G (calificación 3 * 500 G) Total Ingresos --- 2400 G Egresos Impuesto Febrero 2017: -500 G Impuesto por Inactividad, menos de 5 posteos Febrero 2017: -0 G Total Egresos --- -500 G Ingresos Totales Febrero 2017: 1900 G TOTAL en Bóveda: 29650 G

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