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Morrighan McKenna

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Todo lo publicado por Morrighan McKenna

  1. Al abrir los ojos Morrighan los sintió entumecidos. Otra vez había estado llorando y su cuerpo le estaba pasando factura al día siguiente. No necesitaba pensarlo conscientemente, ni mirar un calendario para tener muy presente que aquel día se cumplía un año más desde la pérdida de su hermana adorada. Aquel día tan especial ameritaba que volviera a usar su collar. Generalmente prefería no sacarlo de la casa por si algo llegaba a sucederle, pero en aquel día para tenerla más cerca siempre lo llevaba colgado al cuello. Hacía ya demasiados años que no la veía, y cada día que pasaba la extrañaba como si fuera el primero. Alguien le había comentado que existía un objeto para poder revivir los recuerdos, o algo por el estilo, por lo que aún con los primeros rayos del sol, la bruja se calzó su capa y salió. Montó en su escoba de regreso al lugar donde la había obtenido: El Magic Mall. No era la primera vez que se encontraba con aquella imponente construcción, de manera que dejó su Nimbus estacionada afuera y entró derecho a la primera planta. Esta vez no se detuvo a mirar los planos y tampoco husmeó por la tienda para ver si había algo más que le interesara. - Quiero un pensadero. - Su tono fue imperativo y nada amable a quien aparentaba ser el encargado de las ventas del lugar. No tenía ganas de andarse con rodeos ni cuidar sus modales. Necesitaba volver enseguida a su casa y poder ver esa sonrisa que iluminaba cada uno de sus días y que hacía demasiado tiempo se había apagado. Mientras esperaba a que se realizaran los trámites miró alrededor suyo y algo llamó su atención. Al lado del mostrador había un objeto metálico que contenía varios engranajes, algo que no se veía mucho en el mundo mágico. - ¿Y esto qué es? - Preguntó en voz baja, no esperando realmente una respuesta. - Soy un Águila de la Sabiduría - Le respondió el objeto, moviendo su pico, y gracias a el mecanismo que lo impulsaba - Puedo ayudarte a tomar decisiones acertadas en momentos difíciles y resolver los más complicados dilemas en tan sólo unos segundos. La joven no podía creerlo. Sin darse cuenta había aflojado la mandíbula inferior, dejando la boca un poco entreabierta. Ni siquiera esperaba que el vendedor le prestara atención, mucho menos que el objeto mismo le respondiera. Había logrado captar su atención completamente, distrayéndola de los recuerdos que la atormentaban - Entonces dime, ¿debería comprarte? - Un minuto de silencio pasó antes de que el águila respondiera a su pregunta: - Eso no sería prudente hasta no conseguir una fuente de galleones, pero en el futuro vas a enfrentarte a muchos dilemas que yo podría ayudarte a resolver si me llevas contigo. - Nuevamente todos callaron. Lo más esperable era que tratara de convencerla por cualquier medio, pero en vez de eso le había dicho la verdad. Dirigiéndose nuevamente al empleado, agregó: - Llevaré a este también. ID: 118825 Nick: Morrighan McKenna Nivel Mágico: II Link a la Bóveda Trastero: 108112 Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda nº 104620 Fecha: 2016-05-05 Nombre del producto: Pensadero Objeto, Criatura, Poción, Consumible o Libro de Hechizo: Objeto Catalogación: AAA Puntos por unidad: 40 Precio: 2000 Nombre del producto: Águila de la Sabiduría Objeto, Criatura, Poción, Consumible o Libro de Hechizo: Objeto Catalogación: AAAA Puntos por unidad: 80 Precio: 4000 Precio total: 6000 Total de Puntos: 120
  2. "Esto es pura basura, ya vámonos" escuchaba Morrighan una voz lejana dentro de su propia cabeza que le hablaba con una voz conocida. Con una amplia sonrisa y los párpados algo caídos la bruja avanzaba sin detenerse detrás de los magos a los que inicialmente seguía en secreto, y luego con invitación. Una vez llegado al claro, se despidieron y la bruja quedó sola en medio de un grupo de gente. Miró a su alrededor pero todos parecían estar demasiado entretenidos entre ellos como para notar su presencia, de manera que debería acercarse a alguno. "Ni lo sueñes" repitió sin éxito, ya que su cuerpo seguía avanzando por voluntad propia, contrario a lo que su razón le dictaba. Ya había encontrado su objetivo, e iba directo hacia allá. Una muchacha se encontraba a unos pasos de ella, con otra en camino. Si iban a armar una conversación, bien podría Morrighan unirse a ellas aunque no las conociera y no tuviera idea de si entre ellas se conocían o si querían hablar en privado. Qué más daba, era un lugar demasiado público para andarse con secretos, e incluso quizás le compartieran alguno también a ella, de manera que no se sintió para nada incómoda al acercarse. - Hola, soy Morrighan - les dijo atropellada la joven cuando finalmente se encontró a su lado. - Que lindo todo ¿verdad? Esto es una verdadera celebración. "¿Qué rayos está pasando? La poción tomó poder sobre mi cuerpo, necesito ayuda" Estaba desesperada por dentro, pero por fuera no transmitía más que entusiasmo y una mezcla de relajación con una energía intensa. No se comportaba como ella misma. Lo había intentado, pero no había podido hacer nada para recuperar el control sobre su cuerpo, y a su vez, tampoco podía acallar a su mente que se resistía a estar allí. Debía admitir que el bosque prohibido tenía su encanto, y la temática celta resultaba atrayente, pero más allá de no haber sido invitada, tanto blanco ya comenzaba a dañarle los ojos. - ¿Ustedes cómo se llaman? ¿Son estudiantes de Hogwarts? ¿Alguien les pidió su invitación? "Ya cállate, maldita impostora" Con tanta sonrisa y tanta desesperación por que alguien se relacionara con ella. Le daba vergüenza ajena y asco estarse comportando así. Sólo esperaba que alguien que la conociera llegara rápido y notara que algo no andaba bien, y así puediera terminar con toda esa farsa. Mientras tanto, debía ser una simple espectadora de aquello que veía más como una película que como parte de su propia historia. @@VioletteMoon @
  3. "¿Qué es esto?" Dijo mirando su vaso ahora vacío. "Quizás... quizás no debí haberme tomado eso" Estaba algo mareada. Todo le daba vueltas y en su estómago algo no andaba bien, pero se sentía mejor que nunca. Morrighan solía ser impulsiva, pero en este caso había sido puramente distracción lo que la había llevado a agarrar un frasco de la cocina, verterlo en un vaso, y tomarlo. Se moría de sed, pero ahora no sabía si estaba envenenada o qué, ya que no parecía agua aquello que había tomado. Trató de calmarse, pero cuando su sentido racional trataba de aflorar, descubrió que no estaba en absoluto preocupada. Era cierto que era poco probable que hubiera algo peligroso tan al alcance de cualquiera en la Mansión, pero era algo más lo que le ocurría. Una sonrisa comenzó a dibujarse en su rostro, y sus músculos comenzaron a aflojarse. Era un lindo día para salir a pasear. No sabía bien cómo, pero entre una cosa y otra, había encontrado a unos estudiantes que le habían agradado, y decidió seguirlos. En su cabeza todo era como una misión secreta, por lo que procuró no ser vista, pero debía descubrir hacia donde iban. En todo caso, si se enteraban, diría que iba justo para el mismo lado que ellos. No había margen de error. Movió la varita y trasformó su vestido corto negro, en uno largo hasta el piso blanco y de una tela más liviana, para estar a tono con el resto del grupo al que seguía. No tenía idea de quiénes eran, pero parecían estarse preparando para una gala, y ella definitivamente no quería perdérsela, aunque no tuviera idea de qué se trataba. - ¡Oye! - Gritó uno de los chicos al darse vuelta y encontrarse a la bruja tras ellos. - "Oh no" Pensó Morrighan "Ya me descubrieron. Tengo que pensar algo rápido..." - ¿También vas a la fiesta de Ostara? - Ah, sí, sí. Justo venía detrás de ustedes para preguntarles dónde era. Es que no me ubico bien por estos lados, así que... pensé que con esa ropa quizás irían para el mismo lado que yo y podrían ayudarme. - Claro que sí - Otra bruja se acercó hacia ella animadamente y la agarró del brazo. - Ven con nosotros, te ayudaremos a llegar. No sabía cómo es que había tenido tanta suerte, pero se había salvado. Aquel grupo de chicos era más amable todavía de lo que imaginaba, y esperaba que pudiera entrar a ese lugar donde iban. Luego de un rato de caminar, comenzó a oscurecer, por lo que varios de ellos encendieron sus varitas para alumbrar el camino. Se veían muchos más puntos iluminados delante de ellos, pero no podía calcular exactamente la distancia. Estaba ansiosa por llegar y ver lo que ocurría. Estaba tan emocionada que ni siquiera reparó en que aquel comportamiento no era normal en ella. Siguiendo gente desconocida, hacia un lugar donde posiblemente habría más gente. Cualquiera que la conociera sabría que la bruja estaba fuera de sí, pero a ella le importaba tan poco que ni siquiera se había detenido a pensarlo. Sólo esperaba que en la fiesta hubiera buena comida.
  4. http://i.imgur.com/xylhlRp.png?1 Consumibles en Batallas http://i.imgur.com/s5VRMTk.png?1 Nombre: Descripción: Tarjeta Categoría: Precio pagado: Fecha de compra: Link a la certificación: enlace Nota: No se permiten más de 5 consumibles en inventario.
  5. http://i.imgur.com/xylhlRp.png?1 Poderes de Criaturas http://i.imgur.com/s5VRMTk.png?1 Tipo de Poder: Descripción: Tarjeta Precio pagado: Fecha de adquisición: Licencia de uso:
  6. http://i.imgur.com/xylhlRp.png?1 Libros de Hechizos http://i.imgur.com/s5VRMTk.png?1 Nombre: Libro del Aprendiz de Brujo Descripción: Tarjeta Nivel: 1 Precio pagado: 1000 G Puntos obtenidos: -- Fecha de compra: 26.03.2016 Link a la certificación: enlace Habilitado para su uso: Si
  7. http://i.imgur.com/xylhlRp.png?1 Criaturas Mágicas http://i.imgur.com/s5VRMTk.png?1 Nombre producto: Descripción: Tarjeta Categoría: Precio pagado: Puntos obtenidos: Fecha de compra: Link a la certificación: enlace Criaturas en la Reserva:
  8. http://i.imgur.com/xylhlRp.png?1 Pociones Mágicas http://i.imgur.com/s5VRMTk.png?1 Nombre producto: Descripción: Tarjeta Categoría: Precio pagado: Puntos obtenidos: Fecha de compra: Link a la certificación: enlace
  9. http://i.imgur.com/xylhlRp.png?1 Objetos Mágicos http://i.imgur.com/s5VRMTk.png?1 Nombre producto: Varita Mágica Descripción: Tarjeta Categoría: AA Precio pagado: Gratuita Puntos obtenidos: 20 Fecha de compra: 27.08.2016 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Nimbus 3000 Descripción: Tarjeta Categoría: AA Precio pagado: 1000 G Puntos obtenidos: 20 Fecha de compra: 18.02.2016 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Anteojos Alfa Descripción: Tarjeta Categoría: AA Precio pagado: 1000 G Puntos obtenidos: 20 Fecha de compra: 18.02.2016 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Águila de la Sabiduría Descripción: Tarjeta Categoría: AAAA Precio pagado: 4000 G Puntos obtenidos: 80 Fecha de compra: 05.06.2016 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Pensadero Descripción: Tarjeta Categoría: AAA Precio pagado: 2000 G Puntos obtenidos: 40 Fecha de compra: 05.06.2016 Link a la certificación: enlace Total puntos en Objetos: 180
  10. http://i.imgur.com/3efYkkD.png Indice de Bienes http://imgur.com/wWQg5Cb.png Objetos Mágicos: Objeto: Varita Clasificación: AA Puntos de poder: 20 Objeto: Nimbus 3000 Clasificación: AA Puntos de poder: 20 Objeto: Anteojos Alfa Clasificación: AA Puntos de poder: 20 Objeto: Águila de la Sabiduría Clasificación: AAAA Puntos de poder: 80 Objeto: Pensadero Clasificación: AAA Puntos de poder: 40 Pociones Mágicas: Objeto: Clasificación: Puntos de Poder: Criaturas Mágicas: Criatura: Categoría: Puntos de Poder: Criaturas en la Reserva: Criatura: Categoría: Puntos de Poder: Libros de Hechizos: Libro: Libro del Aprendiz de Brujo Nivel: 1 Poderes de Criaturas: Tipo de Poder: Consumibles en Batallas: Nombre: Descripción: Categoría:
  11. ¡Hola! Ehm, perdón si es que no estoy en el topic correcto, pero quería preguntar si había algún problema con mi bóveda. Yo la abrí entre el 13 y el 14 de Marzo, y todavía no la veo por ninguna parte. No sé si es que hice algo mal o simplemente los moderadores andan atrasados. En cualquier caso, me gustaría saber el motivo, para que si fue un error mío poder solucionarlo y sino tener un poco más de paciencia. En fin, gracias de adelantado y espero que pueda resolverse pronto. Perdón las molestias.
  12. Con las monedas de oro tintineando en su bolsillo Morrighan se acercó hasta aquel ascensor desvencijado, dudando a cada paso si estaría yendo por el camino correcto. Conocía suficientemente bien el mundo mágico como para saber que muchas veces, el lugar menos esperado para encontrar algo, era donde se encontraba. Aunque resultara algo confuso, tenía sentido, ya que así mantenían a las narices curiosas fuera, y sólo se acercaban aquellos que estaban seguros de hacerlo. La bruja era una de ellas, segura de querer adquirir una nueva porción de sabiduría y poder, a pesar de las advertencias sobre aquel lugar, caminaba tranquila por puertas rotas, polvo, y la mirada de un mago inquisitiva, en la entrada. Lo miró, esperando oír algo, pero al notar que no le hablaba, simplemente continuó. Tanta seguridad le hacía pensar qué cantidad de cosas maravillosas o terribles se encontrarían dentro, que necesitaban ocultar, proteger con guardias, contraseñas, hechizos protectores, y demás cosas que ella misma no llegaba a detectar. Por suerte, lejos de ser expulsada cruelmente por el ascensor, apareció dentro de la tienda. Esto no era una sorpresa, ya que Morrighan se había asegurado de superar ampliamente el poder requerido para entrar antes de arriesgarse. Allí, rápidamente y sin revolver la tienda, echó una ojeada y enseguida se acercó al mostrador. Aquello era meramente un trámite, la bruja sabía a grandes rasgos qué es lo que había allí, y sólo le interesaba una cosa. - Hola, quiero comprar el libro del aprendiz de brujo - escupió las palabras rápidamente, sin hacer pausa entre ellas. Quería irse lo antes posible a encerrarse en su cuarto y sumergirse en una buena lectura, de manera que no fue con rodeos. Le dieron la ficha que debía llenar, y la completó con sorpresa. El Magic Mall llevaba registro de quién iba a comprar y qué era lo que compraba, pero no había esperado que aquel lugar siguiera con los mismos protocolos. Una vez terminado, estiró la mano con el formulario hacia la encargada, y acto seguido sacó su bolsita con galleons, y la dejó sobre el pergamino, sobre el mostrador - ¿Ya está todo listo o hace falta algo más? -.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.- ID: 118825 Nick: Morrighan McKenna Nivel Mágico: II Link a la Bóveda Trastero: - Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda Fecha: 2016-03-26 Nombre del producto: Libro del Aprendiz de Brujo Objeto, Criatura, Poción, Consumible o Libro de Hechizo: Libro de Hechizo Catalogación: AAAAA Puntos por unidad: - Precio: 1000 G Precio total: 1000 G Total de Puntos: -
  13. Era una suerte que hubiera podido tragar su bezoar antes de caer de espaldas al suelo. Habría sido muy desafortunado que con el impacto contra el suelo la mano de la brujo se hubiera aflojado, liberando el bezoar antes de poder curarse. Por suerte aquel no era el caso, y la bruja simplemente quedó sentada en el piso, apoyando su espalda contra las cuerdas que delimitaban el cuadrilátero. Miró sus piernas entrelazadas mágicamente, y luego miró a su contrincante con desconcierto. No entendía para qué había hecho aquello, si no inclinaba la balanza hacia ningún lado, pero tampoco se preocupó mucho. Si aquel mago tenía una estrategia en aquel momento ella no podía verla, a sus ojos él simplemente había perdido una acción. Sin embargo, esto no duró mucho tiempo. Enseguida Morrighan vio cómo un expelliarmus se acercaba velozmente, de manera que dijo - Protego - invocando un escudo transparente, que absorbió por completo el rayo que venía hacia la bruja, permitiéndole conservar su varita. Por el momento todo parecía estar más o menos calmado, ya que ninguno de los dos magos estaba pudiendo sacar una gran ventaja. Eso significaba que sus habilidades eran parejas, lo cual decepcionó un poco a la bruja. Ella siempre esperaba competir con los mejores duelistas que hubiera, aunque le costara la vida, pero en aquel caso al parecer su juicio había sido equivocado. Igualmente siempre apreciaba una buena batalla, aunque fuera con un principiante, pero esperaba que su oponente la sorprendiera con trucos bajo su manga. - Sectusempra- exclamó sin elevar el tono de voz. Aquel encuentro todavía iba demasiado calmado, de manera que Morrighan quería acelerar un poco las cosas. Quizás con eso lograría provocar a su oponente como innumerables veces había hecho, y se ganaría un buen par de ataques. Entrecerró un poco los ojos para enviarle una mirada desafiante al muchacho. "Vamos, vamos. Tirame con todo lo que tengas, mostrame que no estoy desperdiciando mi tiempo". Aquel rayo escarlata ya iba en viaje, prometiendo abrir la piel de Ishaya con cortes tan profundos, que pasados unos pocos segundos si no hacía algo para remediar su situación, acabaría muriendo. No existía en su repertorio un hechizo más letal que aquel.
  14. El sol del mediodía brillaba alto en el cielo y a Morrighan comenzaba a caerle una gotita de sudor por la frente. La secó con una de sus mangas y decidió quitarse la capa que la cubría. Aquel era el último castillo que tenía que visitar y eso la ponía de buen humor, ya se estaba cansando de aquel tour que estaba haciendo por todo Ottery. Se sentía contenta de haber conocido lugares nuevos pero ya estaba cansada, quería ir a relajarse en la comodidad de su habitación y tomar algo refrescante, aunque quizás primero se daría una ducha. Cada paso que se acercaba a la puerta, lo sentía como un paso más cerca del descanso, y de estar fuera de ese horrible sol que ya comenzaba a agobiarla. Aquel Castillo estaba lleno de manzanas por todos lados. Árboles de manzanas, manzanas en el piso, muebles con forma de manzana, vitrales con manzanas, eso la espantaba un poco. Era una buena fruta pero no entendía por qué significaba tanto para aquella familia, pero tampoco se quedaría a averiguarlo. Pensándolo bien, si tocaba la puerta quizás la invitaran a pasar y le ofrecieran un jugo de manzana fresco... Esa idea era tentadora, pero no tenía ganas de conversar con nadie, y mucho menos tener que presentarse con desconocidos. También podía ser que le entregaran una manzana envenenada. En Ottery uno nunca sabía cómo iba a reaccionar la gente, pero Morrighan no iba a arriesgarse. Decidida a terminar su misión, nuevamente deslizó primero el sobre que decía "Campamento en el Lago Neagh. Inscripciones en Moon River" por debajo de la puerta, ahí donde cualquiera que acabara de entrar o estuviera por salir la viera claramente. Luego de aquello,llamó a la puerta con sus nudillos para ver si alguien se asomaba, pero no se quedó a esperar que la recibieran. Llevaba su capa en el brazo derecho, de manera que la cambió de lugar para poder buscar su varita. Se giró, dio dos o tres pasos, y sin más, con un movimiento de varita, desapareció de aquel castillo con una sonrisa de satisfacción en la cara. Ya estaba listo, era su hora de descansar. http://i.imgur.com/5IUgV9p.png
  15. Al llegar a aquel lugar Morrighan no pudo más que fruncir el ceño. Había algo en aquel lugar que no le gustaba, muchos mitos sobre el Castillo Triviani corrían por Ottery. Leyendas urbanas que contaban acerca de ritos antiguos y magia oscura. La bruja no podía creer que incluso en una comunidad de magos se creyeran esas babosadas, pero tampoco podía negar que aquel lugar hacía que se le erizara la piel. No sabía qué era lo que tenía, ya que no era más que un castillo común y corriente, uno de los tantos que abundaban en aquel lugar, pero había algo diferente. En aquel momento, bajo el pleno sol del mediodía no se escuchaban ruidos provenientes de la casa como se rumoreaba. Ningún grito desgarrados para espantarla, pero igualmente quería irse lo más pronto posible. Lo que más llamó su atención, fuera de ser el bosquecillo en el patio, o la inmensa fuente, fue la cantidad de elfos domésticos. Nunca había visto tantos juntos. Había algunos podando las plantas, otros cortando el pasto, limpiando la casa, y algunos incluso correteaban por ahí con cara de preocupación, sumergidos en sus propios asuntos. Sólo algunos de ellos levantaron la vista cuando ella llegó hasta la puerta, y la volvieron a bajar rápidamente. Nunca había visto tanto miedo en un rostro. Morrighan se encolerizó, pero en realidad no había nada que pudiera hacer por ellos, las leyes mágicas aún dictaban que sus propietarios eran dueños de ellos por completo. Era indignante que los trataran como esclavos. Sin embargo, no había nada que hacer, ni dónde acudir; y a eso había que sumarle que no estaba ni cerca de saber si realmente los maltrataban, aquellas criaturas eran asustadizas por naturaleza. Se acercó a uno de ellos, le preguntó su nombre, y le dijo - Chuck ¿Serías tan amable de entregarle esta invitación al patriarca o a la matriarca de la familia? - pensó un segundo y completó la oración - O a quien sea que quiera recibirla. - Se dio cuenta de que si alguien quería aquella invitación del elfo antes de que pudiera dársela a los patriarcas quizás fuera Chuck quien tuviera que pagar las consecuencias de su obediencia, de manera que esperaba que así no le trajera más problemas a la pobre criatura. Sin decir palabra el elfo tomó el sobre con la invitación al Campamento del Lago Neagh y desapareció. Morrighan, esperando que ningún despiadado Triviani se apareciera para inscribirse por Moon River, desapareció de aquel lugar al igual que el ahora portador de la carta. http://i.imgur.com/5IUgV9p.png
  16. La bruja apareció sobre el asfalto. Se sorprendió de ver aquella casa vieja, pequeña y con la pintura cayéndose de las paredes. El techo tampoco estaba en buenas condiciones, todo parecía estar a punto de desmoronarse. Revisó su lista de hogares para confirmar que no se había equivocado de dirección, pero al parecer estaba en el lugar correcto. Nada de mansiones, ni grandes jardines, ni fuentes magníficas; aquella era una simple casa. Eso le gustaba, se andaban sin pretenciones, así que a la bruja se le ocurrió que le gustaría conocer a los miembros de aquella familia ¿habría alguno en ese momento para atenderla? Se acercó, y tocó la puerta fuertemente con sus nudillos. - Vengo a entregar una invitación - dijo en voz alta para que escucharan los de adentro. Se quedó unos minutos esperando, y luego se resignó. Quizás en alguna otra oportunidad podría conocerlos. Guardó la invitación en un sobre con el título "Campamento Lago Neagh, inscripciones en Moon River" y lo deslizó bajo la puerta. Girando sobre sus talones si dirigió hacia la calle, pero antes de partir miró una última vez aquella casa. Cualquiera coincidiría, en que parecía estar llena de misterios. Se preguntaba si sería igual de chica por dentro, o tendría un embrujo expansor. Y con aquel pensamiento, comenzó a caminar. No iba a desaparecerse, quería quedarse un rato más por la zona, quizás lo mejor sería caminar hasta el próximo destino. Si tenía un poco de suerte, descubriría más casas como aquella, o confirmaría que esa era única. http://i.imgur.com/5IUgV9p.png
  17. En aquel momento las condiciones de ambos duelistas eran parejas, sin contar que la única que estaba en ropa interior era ella. Eso no era algo relevante en un duelo, pero sin dudas mostraba mucho más de su cuerpo de lo que estaba dispuesta. Dio varios manotazos con ambas manos, por arriba y por abajo, pero no había manera de que lograra agarrar a aquella araña que se movía unos pasos cada vez que se acercaba a agarrarla. Finalmente, se rindió. Miró fijo al mago, y se tiró al piso de espaldas. Lejos de hacerse daño, sintió como un bulto crecía en su espalda. Claramente aquella viuda negra que se había creído tan inteligente como para evadir sus ataques, había vuelto a su estado original de pantalón. Morrighan no podía considerarse una bruja particularmente pesada, pero era lo suficiente para aplastar a aquella criatura. - Morphos - dijo nuevamente. Pero aquella vez no era para atacar a Ishaya, sino apuntando a sus recién transformados jeans. Sabía que en algún momento se arrepentiría de no haber utilizado alguna otra cosa y quedarse cubierta, pero en aquel momento poco le importaba. Estos inmediatamente se redujeron hasta quedar de forma irregularmente circular sobre la mano de la bruja. Aquel bezoar marrón verdoso, que Morrighan no dubitó ni un segundo en consumir, eliminó todos los efectos del veneno que le había inyectado aquella araña, dejándola libre de todo daño. Se sentía casi mejor que cuando había llegado, esto estaba siendo muy fácil. Incluso demasiado, quizás. Había tenido la esperanza de que aquel mago sería un desafío, pero no había nada de extraordinario por el momento. Esperaba que estuviera guardando sorpresas, y no haciéndola perder el tiempo. Sin embargo, segundos después de que la bruja se curara recibió un nuevo golpe. Sabía que aquello vendría si no se protegía, pero prefería asegurarse de que aquel veneno no seguía corriendo por sus venas antes de poder intentar cualquier otra cosa. Después de todo, un par de babosas no eran gran cosa. Pensando un simple Finite Incantatem volvió a la normalidad. No sólo todavía no había llegado a vomitar ninguna babosa, sino que ya no lo haría, porque el maleficio estaba roto. Era cierto que había perdido la oportunidad de atacar a su oponente, pero qué más daba si ella había logrado salvarse de dos cosas que le dificultarían continuar. Aquel tenía aspecto de ser un mago experimentado, aunque el rosa le quitaba demasiada seriedad. Quería enfrentarse a él en las mejores condiciones que le fueran posibles.
  18. http://i.imgur.com/BW21gh9.png En las profundidades de Gringotts, tras un largo pasillo cavernoso habían varias puertas con las pertenencias más preciadas de los magos de Ottery. La puerta número 18 pertenecía a la bruja Morrighan McKenna. Cargada de magia antigua, más que una puerta, parecía un grabado sobre la piedra misma. No había picaporte, aberturas, ni bisagras. Con letras en idiomas extintos, y árboles aferrados a dos columnas se formaba un arco, no más que un adorno para aquellos que no sabían mirar. Una palabra era necesaria para poder entrar, una palabra que ya no existía en el mundo moderno y nadie más que la bruja conocía. Una mala pronunciación podía dejarte fuera, o incluso dejarte encerrado adentro, mas cuando aquellos sonidos eran emitidos correctamente, aquel "grabado" comenzaba a resplandecer, dibujando una puerta que partía la roca, y permitía la entrada. Una vez adentro, la puerta volvía a sellarse y desaparecer en la piedra nuevamente. Aquella misma palabra era la que te otorgaba el pase de salida, si habías sido bienvenido al lugar. Llena de trampas invisibles, adentro la bóveda no parecía más que un montón de raíces, ramas, y rocas. El ruido de la madera ardiendo era lo único que se escuchaba. En el centro una pequeña fogata elevaba sus llamas al detectar la presencia de alguien, iluminando toda la cueva. Aquel fuego se propagaba si el que se encontraba dentro no era digno de pasar, impidiéndole la entrada, o tragándolo por completo. Sin embargo, si se tenía permiso, se mantenía quieto, protagonista de aquel espacio que estaba reservado sólo para él. Todos los objetos que la bruja guardaba allí, tenían un espacio exclusivo para cada uno de ellos, salvo los que debían ser guardados juntos. Las paredes, cubiertas de ramas desde el piso hasta el techo, que parecía continuar en el tronco de un árbol, tenían pequeñas aberturas por las que se filtraba la luz. Sólo los objetos más sencillos se encontraban en aquellos recintos de fácil acceso. Las posesiones de mayor valor sentimental eran las mejores guardadas, tras gruesas ramas a las que nadie más que la bruja podía acceder. Ni siquiera teniendo su permiso o una palabra secreta se podría ingresar a aquellos lugares. Los cuartos de seguridad media, tampoco tenían grietas, sino que estaban completamente cubiertos de ramas y hojas. Con permiso de la bruja se le concedía la entrada a cualquiera que pudiera encontrar la entrada correcta. http://i.imgur.com/6NIPuxJ.png ~ Perfil de Comprador del MM: 280 Indice de Bienes Objetos Mágicos Pociones Mágicas Criaturas Mágicas Libros de Hechizos Poderes de Criaturas Consumibles en Batalla Fecha de Próxima Actualización:
  19. Morrighan caminaba con algo de inseguridad. Pisaba cada escalón con cuidado de no caerse, pero incapaz de aferrarse a la baranda. Había algo de aquel lugar que no le gustaba, presentía que nada bueno les esperaría si se quedaban allí mucho tiempo. El suelo era gris, de concreto, y las paredes antes blancas ahora se veían amarillentas y algo descuidadas. En el centro: el cuadrilátero, donde su oponente ya la esperaba. Los rastros de sudor se olían en el ambiente, mezclado con el olor a humedad. No se sentía reciente, pero seguramente el lugar todavía estaba en uso y se realizaba ejercicio allí periódicamente. No pudo contener una mueca de asco, aunque su cara venía expresándolo desde el momento en que había entrado. Corrió las cuerdas para subirse al cuadrilátero, y agachándose pasó por entre medio de ellas. Agradeció no haber traído una túnica, y estar con sus pantalones de jean y sweater verde, o podría haber quedado enganchada. Era demasiado pronto como para quedar en ridículo. Llevaba unas sandalias, que a pesar de que no quería pisar ni tocar nada de lo que se encontrara allí, dejó a los pies del cuadrilátero, bastante lejos de ella, como a unos cinco metros. Luego de hacer un inventario mental de todo lo que había alrededor, respondió la reverencia. Tres cajas, una del tamaño de un zapato, otra mediana, y otra más o menos de un metro por un metro se encontraban a corta distancia de Ishaya. La más lejana era la grande, a unos tres metros, mientras que la pequeña estaba a dos o tres pasos de él. Del techo colgaban varios sacos con arena, pero el único que estaba accesible era uno que parecía el más viejo de todos, justo en el medio de ambos. Detrás de ella, a dos metros, sólo había una caja del tamaño perfecto para que ella entrara cómodamente dentro. Después, no había nada más a la vista. - Protego - Había tratado de pensar en otros hechizos que pudiera usar para evitar defenderse. Después de todo simpemente era una lengua pegada, y mantener silencio un rato. Pero no se le ocurría nada interesante para hacer sin hablar, todos los movimientos disponibles eran rayos y estos dejarían espacio suficiente como para que aquel mago la atacara peor. Por esto al final de cuentas pronunció aquel hechizo con algo de fastidio, absorbiendo el Langock que viajaba hacia ella y dejándola libre de cualquier síntoma. Todavía no podía creer que hasta hacía poco tiempo nunca se había percatado de aquel hechizo, resultaba increíblemente útil. - Pues ahora sí Morphos - esta vez con más entusiasmo es que la bruja convirtió uno de los zapatos del chico en una viuda negra jóven de pequeño tamaño que inmediatamente al quedar sobre su pie desnudo lo dejó infectado de su veneno mortal, obligándolo a curarse pronto si no quería ser víctima de una muerte lenta y dolorosa. Había considerado hacer esto antes de defenderse, y aguantar los efectos del rayo impactado, pero un panorama tan aburrido en el que simplemente tuviera que quedarse esperando a que volviera a atacar, era desolador. No se sentía demasiado conforme con su estrategia, pero hacía lo que podía. El duelo recién comenzaba y aún faltaba mucho por verse.
  20. Una bella sensación invadió a Morrighan cuando escuchó que no había problemas con la compra, y los objetos ya eran suyos. Por un segundo dudó de darse la vuelta y escoger más objetos para comprar pero una vocecita dentro de su cabeza le dijo que era más prudente no hacerlo. Ya tendría tiempo para volver por más y el dinero, lamentablemente, no crecía en árboles. Primero debería recorrer todos los pisos y cerciorarse de que no había nada que le gustara más que lo que podría encontrar allí. Había varios objetos que le habían llamado la atención, pero por lo que escuchaba no les quedaba ninguno para vender. "Ya, basta. Vamos." se dijo a sí misma al encontrarse dando vueltas sobre la misma idea. - No, gracias. Yo puedo llevar mis propias cosas. - Le sorprendió el simple hecho de que se lo preguntara ¿Habría gente tan cómoda como para pedir que se lo envíen? "Mediocres. Incapaces de hacer las cosas por sí mismos." A veces hasta lo más mínimo podía fastidiarla. Se despidió del chico que la había atendido, agarró sus cosas y se encaminó hacia la salida. En un principio se había acercado a una chica con las cosas, pero cuando volvió a mirar estaba aquel chico de cabello rubio ya atendiéndola y la chica a la que habló la había perdido de vista. No sabía ni cómo había pasado, pero no le dio importancia. A veces la magia ocurre de las maneras más inesperadas, o era simplemente que ella era algo distraída. En cualquier caso lo que le interesaba era que las cosas eran suyas, y eso la ponía de buen humor. Los anteojos los guardó en el bolsillo de su túnica, pero la Nimbus debía llevarla en las manos. Cuando la agarró sintió una vibración nueva, que no había hecho la primera vez. Ya sabía que ahora tenía una nueva dueña, y la velocidad y la calma no son particularmente amigas. Sabía que montar sobre ella sería prácticamente imposible las primeras veces, de manera que descartó la idea de probarla antes de salir del edificio. Llegó hasta la entrada y mirando nuevamente las indicaciones del Magic Mall pensó a dónde iría ahora. La sección de objetos peligrosos la llamaba casi tanto como la de los animales, pero quizás lo mejor sería volver a su casa a dejar la peligrosa escoba a salvo. Quién sabría qué es lo que había en el tercer piso, no quería terminar accidentada por esa maldita Nimbus. ________________ Liam, ¡gracias! Hice otro rol para poder dejarte el off, jaja. No sabía que el spoiler contaba como formato, perdón. Voy a tener en cuenta las dos cosas para futuras compras
  21. La parte trasera de su capa se arrastraba por el suelo, dejando un bordecito gris que resaltaba entre tanto negro sólo si uno se detenía a mirar. Caminaba a paso rápido por el Callejón que alguna vez la había dejado maravillada, ya sin asombrarle los secretos que tan bien conocía "Uhm, tendrían que actualizarse más seguido" pensaba al pasar cada vez que pasaba por allí. Nuevos objetos llegaban a diario, pero por afuera cada lugar se veía exactamente igual un día tras otro. Se encaminaba posiblemente al único lugar que no conocía por dentro: El Magic Mall. A pesar de ser la tienda más grande y conocida del callejón, por un motivo o por otro nunca se había hecho el tiempo para entrar. Pero aquella vez llevaba su dinero en el bolsillo y estaba decidida a llevarse algo con ella, aunque no sabía bien qué. No tardó mucho en llegar, pero los primeros minutos adentro la hicieron sentirse diminuta y perdida. Para su suerte pronto encontró un mapa que la guiaba hacia dónde debía ir. "Primer Planta: Objetos Mágicos. Ahí debo ir. Aunque... Trastienda: Criaturas Mágicas..." Dudó durante unos segundos a dónde le gustaría ir primero. Seguramente pasaría por todos los pisos a comprar algo, o simplemente para mirar. "Comencemos con objetos mágicos." Caminó a paso lento, observando todo lo que la rodeaba hasta llegar a su destino. Claro que allí se limitó a seguir con la misma postura, sólo que esta vez puso más atención a los objetos exhibidos en las vitrinas que a lo que la rodeaba. Monederos, gafas, puertas, piedras, aquel lugar estaba abarrotado de cosas que tenían funciones asombrosas. Luego de estar allí, dudó de si algún otro negocio podría volver a llamarle la atención. A medida que avanzaba los objetos se volvían cada vez más extraños y poderosos. Miró sus bolsillos con algo de tristeza, pensando que debería ahorrar algunos galleones y volvería por uno de ellos, o quizás por todos. No tuvo que mirar con mucho detenimiento para encontrar la sección de escobas, y enseguida supo que debía llevarse alguna. Ya tenía su licencia hacia bastante tiempo, pero se limitaba a transportarse con alguna de las escobas de la familia Gryffindor. No sería mala idea comprar una que fuera sólo de ella. "¿Nimbus 3000 o Saeta de Fuego?" Aquellas fueron las que más le llamaron la atención. Una con más control de movimientos, y la otra con mayor velocidad. "Adrenalina o control..." Lanzó una risita por el simple hecho de dudarlo, obviamente prefería el peligro y la velocidad. Con su Nimbus 3000 en mano, mientras se dirigía a pagar, un objeto llamó su atención y se volteó a ver. No eran más que unos anteojos feos de metal opaco y grandes lentes ¿Por qué le habrían llamado la atención? Por un segundo casi continúa caminando sin darle más relevancia, pero la duda le daba vueltas en la cabeza, de manera que regresó y leyó la placa "Anteojos Alfa. Propiedades mágicas... ingredientes y OH ¿Emociones de criaturas? ¿Eso es posible?" Estaba muy claro por qué el objeto la había llamado, ahora que lo conocía sentía que no podía vivir sin ellos. Agarró uno rápidamente y fue hasta el mostrador. - Buenos días, quisiera llevar estas dos cosas - tras la caja registradora se encontraba una chica, seguramente encargada del local. Dejó la escoba y los anteojos para que pudiera ver lo que pedía y se puso a revisar sus bolsillos en busca de los galleones, que luego le entregó para efectuar su compra.
  22. ¡Hola! Quería pedir si podían actualizar mi ficha por favor al nuevo modelo (tarde pero seguro). Ya que estaba le hice algunas reformas y quería pedir si por favor podían eliminar a la familia Targaryen de mis bóvedas (Me dieron de baja por inactividad y por ahora no me voy a volver a unir), yo ya lo saqué de la sección de familias. También al negocio Same As It Never Was. Al otro, Moco de Troll, no me molestaría conservarlo. No sé si tengo que hacer algún papelerío en otro lado, así que por las dudas no toqué esas tres cosas, a pesar de que ya está aclarado que no soy más socia, por inactividad también. Desde ya muchas gracias y si hay algún problema me avisan PD: Edité porque se había borrado el color de las secciones recién agregadas (como libros, pociones, etc.)
  23. La jungla que la rodeaba, así como todo lo que la habitaba en ella había desaparecido para volver a ser aquel bosque tranquilo en el que sólo se encontraban Kirara y Morrighan. Lo único que quedaba de lo que había sido su tarea eran algunos cortes insignificantes a causa de las ramas que la golpeaban al pasar, y sus pulmones que se contraían desesperados por acumular más oxígeno. No se había dado cuenta hasta ese momento del deterioro físico que estaba sufriendo, y antes de volver a poner su mente en los asuntos que las reunían, decidió que sería hora de volver a entrenar. - Lo siento, me tomó un tiempo entender lo que debía hacer. - No era de su agrado admitir que había algo que no sabía o no entendía, por lo que lo dijo rápido y enseguida buscó desviar la atención de su profesora. Por suerte sólo habían dicho los comentarios al pasar, y enseguida continuaron con la lección. Aunque la clase ya llevaba un buen tiempo de comenzada, Kirara le confirmó que todavía faltaba un rato para que terminara mientras explayaba información importante en los pizarrones recién borrados. Nuevamente Morrighan tomaba apuntes en las pausas que Kirara hacía específicamente para ese fin, imaginando lo grandiosas que podían ser algunas criaturas que paseaban por ahí. Había puesto su mejor cara de interés pero su mente iba y venía entre lo que la profesora explicaba y sus ensoñaciones. En muchas ocasiones le habría gustado poder desaparecer o cambiar de tamaño como lo hacían los animales que su profesora con tanto amor describía. Enseguida su atención se desvió de la lección para mirar atentamente a aquella bruja que continuaba explicando lo más importante. Solía llevarle un largo tiempo poder confiar aunque sea mínimamente en las personas, pero alguien que pudiera apreciar la belleza de la naturaleza enseguida ganaba puntos a favor. Las distracciones no fueron más que fugaces y podía afirmar casi con seguridad que Kirara no se había enterado de ellas. Toda la información había quedado grabada en su cerebro y en su libreta azul petróleo, aunque bastante más resumida y algo desprolija también. Nuevamente la profesora le había propuesto una tarea práctica luego de tanta teoría. Le gustaba que fuera así, hacía que la clase fuera más ágil y no se aburriera de escuchar todo el rato, o huir de pajarracos, sino descansar de uno y otro. No sintió la necesidad de hablar, por lo que se limitó a asentir y seguir a su profesora hasta un campo cercano. El sendero estaba marcado por una zona con menos pasto, bastante más caminada que el resto del bosque, que finalizaba en una pequeña casa de madera y piedra, con una gran zona cultivada de color amarillento, todo cercado por una valla de madera artesanal. Se veían unas 10 o 12 criaturas cabezonas correteando de un lado para el otro. No estaba segura de si allí realmente vivía alguien o si era un lugar creado específicamente para la tarea, pero poco importaba. Con paso seguro se adentraron al jardín y Morrighan frotó sus manos, preparándose para agarrar la pierna del gnomo que más cerca pasara. Un distraído fue el primero en quedar colgando cabeza abajo. Se retorció, pateó y hasta llegó a morder a Morrighan en uno de sus balanceos, lo que concluyó en un vuelo de una fuerza un tanto mayor a la planeada y una aterrizada fuera de los terrenos cercados bastante dura. Evitando la mirada reprobadora de la profesora por la sensibilidad de aquel ser que ahora corría alejándose del lugar, buscó a su próxima víctima, prometiéndose a ella misma moderar su fuerza esta vez. Hasta tal punto fue así que cuando por fin logró sujetar a otro por el tobillo y lanzarlo, este cayó nuevamente dentro del jardín y requirió un segundo tiro para finalmente deshacerse de él. Con el 4º, el 8º, el 10º y el 11º también tuvo que admitir complicaciones, mientras que las demás gozaban de un trabajo bien hecho. Así, uno a uno los gnomos fueron desapareciendo del jardín, junto con sus risitas traviesas. A veces con tiros dignos de orgullo y otras veces con mucha fuerza o muy poca, Morrighan al final pudo concluir la que suponía que sería su última tarea. Miró a la profesora en busca de las próximas instrucciones o la finalización. No estaba segura de si la clase ya estuviera concluyendo, pero si era así seguramente el algún momento tomara otra, ya que todavía le faltaba mucho por aprender.
  24. La alumna enseguida notó cómo el semblante de la profesora cambiaba ante su respuesta para después retomar con ese tono amable que tenía al comienzo. Sólo eso dijo más sobre su personalidad de lo que habría podido explicar la bruja con palabras si Morrighan se lo hubiese preguntado. Kirara seguía hablando, preguntando y luego comenzó también a explicar mientras la pizarra tras ella se llenaba de cosas de las que tenía que tomar apunte y luego se agrandaba para poder escribir más. La alumna tenía una pluma y una libreta en la mano pero sabía que no volvería a leer eso a menos que fuera muy necesario, y en tal caso podría recurrir a un manual en una biblioteca, por lo que tomó unos apuntes muy resumidos y se focalizó en escuchar lo que le decían. - Sí, las conozco - aunque la pregunta parecía más retórica que otra cosa, podía sentirse orgullosa de haber leído mucho sobre aquellas criaturas tan temidas. Siempre se había sentido atraída al poder y la peligrosidad, cuanto más mortales fueran, más le gustarían. Una sonrisa se dibujó en su rostro pensando en cuáles podrían ser los planes de la profesora. ¿Tendría la posibilidad de enfrentarse a una acromántula? Era algo que siempre había querido aunque no estuviera muy segura de salir viva. Al menos sería una muerte digna de mención. Cuando la profesora hizo levitar una cajita hacia ella, se dió cuenta que estaba mucho más acertada de lo que creía. Igual que en la Academia la tarea sería aprender por la experiencia. Eso le gustaba. Algo emocionada metió la mano en la cajita que todavía flotaba frente a ella y tomó una figura. Enseguida sintió un tirón y cerró los ojos para volver a abrirlos en un lugar diferente. Por lo que había entendido, podría enfrentarse a cualquier criatura, desde un hada hasta un dragón, pero no veía nada a su alrededor. Estaba en una selva y había bastantes ruidos que cesaron un minuto cuando ella apareció y luego continuaron. Debía haber miles de criaturas ahí ¿A cuál debía enfrentarse? ¿Cómo sabría? Se quedó unos minutos quieta a la espera de que algo fuera a su encuentro y luego de ver que nadie aparecía, comenzó a caminar. Al principio daba unos pasos lentos y paraba para mirar a todos lados antes de retomar, pero luego de un rato ya empezaba a sentirse frustrada. Se sentó un minuto sobre un tronco a repasar las criaturas que conocía cuando una vino a su mente ¿Se trataría de un pogrebin? Ya se había enfrentado a uno antes y aunque en este caso sólo tendría que decir tres características, podría darle una buena pelea si se le ocurría abalanzarse sobre ella. Ya casi convencida de que ese era el caso comenzó a caminar más rápido, tranquila y sin mirar atrás, no iba a dejar que la paranoia le diera ventaja a aquella criatura. Tan bien coincidían las situaciones que apenas se dió cuenta cuando se chocó con un nido. Los huevos parecían no tener custodia y de haber dado un paso más seguramente habría pisado a alguno. Un fuerte grito parecido a un graznido se sintió a unos pocos metros, de su lado derecho. Los ojos de Morrighan se abrieron como dos platos al ver a aquella figura que ya corría hacia ella encolerizada. No dudó un segundo más y se echó a correr. La cobardía no era una de sus cualidades, pero más que cobardía a aquello se lo podría definir como sensatez o sentido de supervivencia. La gigantesca ave corría tras ella a gran velocidad en una carrera en la que la bruja era quien tenía mayor desventaja. Por su tamaño Morrighan podía pasar por entre medio de los árboles más pequeños y así darle los segundos que las largas patas del occamy recorrían con un sólo paso. Sus piernas ya casi comenzaban a fallarle cuando recordó que podría correr toda la vida a menos que dijera tres características. Pensó en su primera impresión y dijo - ¡Huevos de plata! - No estaba segura de qué características tenía que mencionar pero no podía darse el lujo de ponerse a pensar mucho. - Gran... ave rojiza... de pico filoso - Se había dado vuelta a mirarla y las plumas brillaban al pasar por un claro de luz. Tenía la cola en alto y las plumas de la cabeza despeinadas. Tenía que pensar una característica más, una sola y ya estaría de nuevo en la clase. A decir verdad era una criatura magnífica, si no fuera porque lo único que reflejaban sus ojos amarillos era su sed de venganza por pisar su nido. "Eso es, su nido" - ¡Territorial! ¡Protectora!
  25. Luego de que una lechuza le anunciara el comienzo de una nueva clase, como tantas otras veces, Morrighan se sentía ansiosa por comenzar. Pero esta no era una clase normal tampoco, no era parte de la Academia, sino algo de crecimiento personal. En general todo lo que había hecho luego de concluir con sus clases había sido por ese motivo, para poder ser más eficiente en su trabajo o en el bando, o simplemente por placer. El cuidado de criaturas mágicas no le daría ventaja en el ambiente laboral, pero honraría el recuerdo de su amada hermana, además de que ahondar en un tema que tanto le gustaba aunque no tuviera una utilidad bien definida siempre le hacía bien. Había llegado el día y la hora y Morrighan se encontraba lista para agarrar aquel traslador y dirigirse a donde se impartiría la clase. Esta vez se había preparado a tiempo para no ser la última en llegar, aunque no sabía a quiénes tendría de compañeros o si serían puntuales. Muchas preguntas sobre la clase se habían estado formando en su cabeza desde que recibió aquella carta. ¿Cómo sería? ¿Sería totalmente teórica? ¿La harían leer mucho? ¿Se parecería a las clases de la Academia? ¿Tendría contacto con criaturas peligrosas o sería de nivel básico? Todas esas y más dudas daban vueltas por su mente a la hora de tomar aquel objeto y desaparecer de la Mansión. Segundos después de una respiración honda y un rápido viaje con ayuda de magia ya se encontraba en el lugar pactado, los bosques de Sherwood. A solo unos pasos reconoció a una mujer que seguramente fuera parte de su clase, ya que nadie más se veía a primera vista. Un paso le bastó para confirmar lo que había sospechado, ya que la mujer se presentó como su profesora. Se sorprendió al ser la primera en llegar pero cuando Kirara dió por comenzada la clase, supuso que en realidad no esperaban a nadie más o que comenzaría la clase a tiempo a pesar de que algunos no hubieran llegado, lo que parecía menos probable. - Gracias - dijo al tiempo que examinaba sus próximas palabras. Su profesora se había presentado y seguro esperaría lo mismo de ella pero ¿Qué podría decir? Lo único que parecía valer la pena era decirle su nombre, pero eso ya lo sabía, por lo que decidió omitir ese paso. - Realmente no tengo muchas expectativas, sólo vine para saber más del tema y eso es todo lo que espero. - Probablemente la profesora esperara más respuesta de ella, pero pronto aprendería que ella era una bruja de pocas palabras y mucha sinceridad. Era cierto que no había un motivo, simplemente le había surgido la idea y se anotó. Así sin más. Asintió a cada cosa que Kirara decía, mostrándole que la había escuchado y estaba de acuerdo. - Pues no, realmente no lo sé - Tras unos segundos de pensar las preguntas sin encontrar respuesta se resignó a admitir que por mucho que le gustaran los animales y criaturas mágicas, sabía poco y nada al respecto.

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