Suluk Akku

@ Malum Luxure — Todos piensan en los dones de los arcanos como algo positivo y admito que es sencillo visualizarlo así, Malum, pero has de tener cuidado, mucho más cuando llevas en tu piel la habilidad más incógnita al mundo, el dar a luz. La mujer parecía decidida a obtener lo que buscaba y no había mayor daño en eso, sin embargo, se preguntó si realmente iba a ser capaz de sostener el esfuerzo físico y mental que suponía pasar la prueba de Animagia, ¿sería este el momento adecuado de preguntarlo? Evitó sonreír, pero estuvo muy tentada de hacerlo, eran pocas las veces que se veía atrapada en una duda, era quizá el momento más decisivo del aprendizaje para la bruja, pero para la arcana estaba resultando una bocanada de aire fresco. Incluso ella tenía reparos con algunas situaciones. @ Hades Ragnarok - @ Maida Black Yaxley Suluk podía y generalmente colocaba a sus alumnos en ambientes individuales pues tanto la búsqueda como la transición a sus formas animales debían mantenerse personales, pero estos dos aprendices se iban a necesitar en este camino. Hades venía por el trámite y Maida por su propia redención. A la segunda ya la había visto tiempo atrás y aunque sabía que no estaba en su mejor momento, se alegro de verla en una sola pieza. Una venía por refugio y el otro, parecía simplemente llenar los formularios necesarios. Ambos estaban equivocados y Suluk debía ayudarles para que encontraran la paciencia que requería la habilidad de la Animagia. — Este no es un círculo sinfín, señorita Yaxley —susurró recibiéndole con los brazos abiertos, pero con el rostro serio, finalmente bajando uno de sus brazos invitó a pasar a Hades—, las damas primero, que no ser pierdan las buenas costumbres. Se sentó en un tapete de macramé que había comenzado a tejer aquel verano y tenía los bordes muy disparejos, los hilos verdes y azules se mezclaban en el borde, sin ningún orden aparente. — Bueno, no vinieron por el té de la tarde, ¿correcto? Cuénteme, ¿han venido juntos? ¿Se conocen? ¿Quieren la misma forma animal y tengo que arbitrar un duelo? — los llenó de preguntas como quien estuviera en la sala de cualquier casa de Ottery, ella también sabía ser una muy buena anfitriona.

Suluk se limitó a mirar la transformación de Malum, dedicándole especial atención a los detalles que poseía aquel espécimen. La belleza que irradiaba el mismo, escondiendo su fortaleza dentro de un cuerpo y el temperamento agresivo de los de su especie. Dándole un asentimiento de cabeza, aprobaba en cierta medida su esfuerzo— Ha sido un éxito dentro de lo que cabe, solo ciertos detalles. Te aconsejo que pienses en tu pequeño de ahora en adelante. Considéralo un compañero de viaje, aliado en las buenas y en las malas—mutaba su forma por la de un feroz felino. Ahí delante de la serpiente estaba un imponente león de pelaje blanco como la nieve, adoptando una postura de ataque inminente— El alimento entre nosotros es limitado, pelearemos por ese trozo de comida y se nos puede ir la vida en ello—sonando ligeramente condescendiente. Tomaba en cuenta el estado de gravidez de su aprendiz, valorando la entereza demostrada a la hora de procurar el bienestar de su vástago que estaba por nacer dentro de algunos meses. El conocimiento que otorgaba la Animagia, solía seducir a los que deseaban obtenerlo con la idea de cambiar su forma humana por una animal de su elección. Experimento la misma emoción, esa que suele recorrer cada poro de la piel, estallando en millones de partículas que le dan forma al animal que ella elija— Antes de iniciar, deseo saber. ¿Qué te impulso a ser un animal tan pequeño, pero letal?—retomando temas personales. Antes de dar inicio a la contienda, descubriendo de ese modo algunas de las debilidades o fortalezas que pudiera poseer la Luxure. — ¿Crees que tu bebé pueda heredar la habilidad que deseas obtener?—le interesaba ver su reacción ante ese cuestionamiento. Sería una sorpresa grata para la futura madre, aunque la posibilidad de tener otras habilidades y no la Animagia, también era grande y satisfactoria ante los ojos de la Arcana. @ Malum Luxure

— La serpiente tuvo crías, decidió que era necesario sacrificarse por ellas—la voz de la Arcana era un leve susurro. Sintiendo pesar por la pequeña que ahora sería sanada, gracias a las acciones de Malum. Percibiendo como ella veía las dos caras de la moneda, entre el bien y el mal, lo correcto e incorrecto e infinidad de cosas que tenían un lado claro y otro oscuro. El verdadero problema radicaba en el gris o punto medio, ¿Qué decisión debía tomarse cuando todas las salidas habían quedado tapiadas?. Le ayudaría a entender un poco mejor, el valor del don que buscaba dominar— Algunas veces el destino nos prueba de muchas formas. En tu caso, ahora lo hace al darte la oportunidad de ser madre. Si te pidiera que adquirieras tu forma animal, ¿Qué riesgo crees que puede correr tu pequeño en el proceso?—la pregunta era directa y sin rodeos. El ver morir a un ser viviente, no era una experiencia grata y menos si se trataba de un ser que crecía dentro de una madre que le esperaba con tanto anhelo y amor. — Quiero que lo hagas con calma, tomate tu tiempo. Respira profundo y visualiza la forma de la especie que elegiste, dale la forma exacta en tu mente y poco a poco trasmítela a tu cuerpo. Verás como el mismo cambia, yo puedo transformarme en el animal que desee y te enseñaré como lo hago—cerrando sus ojos acompasaba su respiración con la imagen que se dibujará en su cabeza. Mutando sus brazos en una hermosas alas doradas, continuando con su cuerpo alzando el vuelo como una imponente aguila real del color del astro rey. —Inténtalo—elevando el vuelo, le observaba con atención desde las alturas. Esperando que tuviera especial cuidado a la hora de cambiar de forma. @ Malum Luxure

— Hasta la magia más antigua, suele tener fisuras por las cuales se cuela el daño más letal que pueda existir en el planeta—escuchaba con atención la charla entre Malum y la serpiente. Apreciando con detalle cada uno de los gestos que lanzaba al viento el pequeño cuerpo, volviéndose un ovillo que perdía su forma natural, mutando en un siseo que se transformó en un quejido ahogado y lastimero. La Arcana se limitó a dejar que la Luxure, hiciera lo que creyera conveniente para aminorar un poco el sufrimiento del ofidio— Algunas veces, el “ ¿por qué?” es causa de una decisión errada, creerse dioses en el mundo de los mortales que pueden pasar por encima de todo y hacerse con lo que les plazca—hablaba con sabiduría. — Mira tu caso, decidiste venir a mi morada, para hacerte con la alianza de la habilidad de Animagia. Creyendo que los conjuros creados por tu esposo y por ti, podrán mantener a salvo a tu pequeño—sonreía sin quitarle los ojos de encima— Posees una determinación imbatible, pero no siempre la magia suele ser una aliada que nos tiende la mano cuando lo solicitamos—señalaba a la criatura— Ella confió en sus capacidades mágicas, arrastrándose hasta el delirio y cuando quiso retroceder, para recular su accionar fue demasiado tarde—depositaba aquellas palabras en la cabeza de su alumna, como si de tratarán de viejos recuerdos que atesorar. — ¿Crees que podrás resistir todas las pruebas que vendrán?—la duda era con la mera intención de ver su reacción. Si la misma era genuina, no dudaría en responder sin pensarlo, dándole paso al verdadero reto— Imagina a tu hijo dentro de un huevo, tal y como los que ponen las serpientes. Buscarás un lugar seguro para esconderlo de los peligros que lo amenacen, cuidando de que no sea lo suficientemente alejado de tu ubicación—indicaba desviando la mirada hacia la mujer. Ella era capaz de transformarse en cualquier especie animal, teniendo ventaja sobre cada uno de los que acudían a ella. — Pensar antes de actuar, medir las consecuencias con inteligencia e intentar anticiparte a lo que el destino pueda predecir para ti—aconsejaba con cierta complicidad. No serpia capaz de manipular las cosas a favor de la joven, otorgándole favores que no mereciera sin antes pelear para obtenerlos. Caminando por el terreno, perdía de vista el dolor que mancillaba el cuerpo de la serpiente agonizante— No podemos hacer nada por ella, ya su sentencia a sido dictada. Perdió la oportunidad de volver a su forma humana, todo por hacer mal uso de la Animagia—asentía lanzando esa advertencia de forma velada. — Demos un paseo, posiblemente eso te ayude a despejar la mente y elegir de manera sensata—expresaba con jovialidad sacándose unas cuantas arrugas de su ajado rostro. @ Malum Luxure

Malum se expresaba con soltura delante de Suluk, hablaba de todo lo que esperaba obtener una vez que se vinculara con éxito a la habilidad de Animagia— No es sensato correr antes de caminar y menos antes de aprender a gatear. Todo dentro de este mundo tiene procesos y ciclos que deben seguirse, aquellos que rigen todo lo que nos rodea y los cambios o efectos que eso causa en nosotros—la experiencia brotaba de los labios de la anciana. Aquella que recorrió el mundo en miles de formas y tamaños, siendo capaz de transformarse en cualquier especie animal. —El Arcano de Parsel, Lawan vive rodeado de serpientes de diversas clases, muchas de ellas tienen historias fantásticas que contar. Así como lo estás haciendo tu en estos momentos, creo que lo único que te diferencia de ellas es la entereza que han demostrado a través de los años. El vivir cada día con el peso de su pasado, recuerdos que se han tatuado tan profundo en sus pieles que aunque las muden, jamás les abandonan del todo—sonaba reflexiva ante su mención. — Los deseos son un buen impulso, pero no es suficiente para obtener lo que deseas. Estás en estado de gravidez y no creo que sea sensato que pongas en riesgo la vida de tu pequeño, debes pensar con calma. Si estás dispuesta a perder algo para hacerte merecedora de un poder mucho más grande al que posees actualmente—dejando la taza sobre el suelo. Cruzaba sus piernas a modo de meditación, enseñándole a la Luxure, la mejor manera de tomar una decisión sin dejar que ningún agente externo influyera en la misma— Cierra tus ojos, imagina que estás en medio de un inmenso desierto. Escuchando a lo lejos un siseo incesante, observa a la serpiente que yace en medio de la arena agonizando—volviéndose mucho más nítida esa postal. Abriendo las palmas de sus manos, permitía que la magia que poseía emergiera de ellas. Su hogar se vio envuelto por un calor abrumador, semejante al clima que reina dentro del desierto, aspirando con tranquilidad esa arenilla que poco a poco se colaba por las fosas nasales de ambas mujeres. Dando paso a un paseo plagado de vivencias que marcarían un antes y un después dentro de la vida de la joven, dándole una muestra de lo que podía pasar si se descuidaba y no llevaba acabo su enseñanza como era debido. — Vuélvete una con esa serpiente, siente el dolor que experimenta. Pregúntale, ¿Qué le ha sucedido?, ¿Por qué no puede escapar con éxito de las garras de la muerte?—iniciándose de ese modo una interacción entre la aprendiz y el animal que ella deseaba ser al finalizar su estadía dentro de la morada de la Arcana. @ Malum Luxure

— La vulnerabilidad suele ser menospreciada, pero puede que dentro de ella radique la verdadera fuerza que poseen los seres vivos. Muchos le llaman fuerzas de flaqueza, yo lo veo desde el punto de vista de la supervivencia, el instinto más básico que nos hace valorar lo que poseemos y no puede ser comprado con todo el dinero del mundo—percibiendo una serenidad abrumadora en los ojos de la futura madre. Ella poseía todas las habilidades, la Videncia entre ellas y justamente por eso pudo ver lo que comenzaba a gestarse dentro del vientre de la mujer. — Abrir la mente para aprender es el primer paso, ya lo has dado y no dudo que dentro de poco puedas cosechar esos frutos en tu favor—hablaba con suma tranquilidad la Arcana. Era una mujer que había visto demasiadas cosas, llevando la sabiduría a cuestas y la misión de guiar a todos los Animagos que recurrían a ella— Cuéntame, ¿Cuándo descubriste que podías cambiar tu formar humana por la de una serpiente?—le interesaba sobremanera ese primer despertar. Ya que muchas veces decía más una imagen que ml palabras y eso le gustaba a ella, detallar como se dieron esos cambios y como influyo en sus alumnos de manera positiva o negativa todo aquello. — ¿Existen otros animagos en tu familia?, han tenido la misma valentía que tu posees. ¿Para permitir que esa habilidad fluya sin ninguna clase de obstácu.lo o atadura?—el par de dudas eran como las alas de un águila que surcaba los aires, agitándose con fuerza para permitirle alcanzar una altura mayor e ir más allá de donde los rayos del sol, no le impedían andar con la libertad que todos los seres vivos debían expresar en sus acciones y pensamientos. El té había cumplido con su función, relajar a la Luxure, dándole el espacio y la confianza necesaria para abrirse de capa con Suluk. Dando un paso más en su camino hacia el dominio de la habilidad de Animagia, aunque el mismo era demasiado largo y esperaba que su embarazo, no le implicará alguna clase de obstácu.lo o percance. El ser madre era un regalo especial y no siempre se entregaba a las personas adecuadas, empero le parecía que la joven tenía lo necesario para lidiar con lo que se le viniera encima. Al parecer su otro alumno se perdió en medio de las deliciosas hierbas de esa infusión, siendo devorado por el vapor que brotaba del agua hirviendo. Dándole un poco de espacio para retomar el hilo de la conversación y unirse a ellas cuando lo considerará conveniente. @ Malum Luxure @ Matthew Black Triviani

— Podría tener más de un clima, si lo deseará—respondió la Arcana al ver al par de magos delante de la entrada de su morada. Invitándoles a pasar con un gesto afable, percibió un don peculiar en el pequeño que llevaba el Black en su hombro. Reconociendo la habilidad de la Nigromancia rodear su anatomía, vaya recompensa que obtuvo al ir de visita al mundo de los muertos— Muchos llegan aquí con expectativas tan altas como las cimas de los icebergs que flotan en medio de gélido océano. Pocos son los que se van con lo que han venido a buscar—añadía meciendo con cuidado la tetera que estaba en el fuego. — ¿Qué los ha traído a mi morada?, buscan controlar su lado Animago y poder cambiar al mismo sin problemas—acomodando tres tazas sobre pequeños platos, rellenaba los mismos con la infusión de hierbas— Eso los ayudará a sentirse más cómodos y desinhibidos, tomen asiento—sonrió mostrándose en la mejor disposición de entablar una charla amena con ellos y conocerles más a fondo. Bien pudo irse por las ramas, entrando de lleno al tema de la enseñanza y no ser tan hospitalaria. Pero los años le enseñaron a volverse más sociable de lo que solía ser en su juventud. — Está en estado, ¿no cree que eso impida que su desempeño sea apto o el ideal para enfrentarse a las pruebas que están por venir?—le cuestionaba. La idea de traer una nueva vida al mundo mágico, parecía llenar de alegría a la joven que se mostraba demasiado fuerte ente los ojos de Suluk. Experimentando simpatía por ambos, agradecida por tener sangre nueva en sus manos y poder moldearla a placer. Ahí lo interesante de la Animagia, poder cambiar la forma humana por una animal de la elección que más se acomodara a sus anhelos o pretensiones. — Y bien, ¿Quién romperá el hielo?—miró primero a Malum y después a Matthew, dándoles la libertad de tomar la palabra sin ejercer ninguna clase de presión en ellos. Permitiendo que fluyera su habilidad Animaga, quizás le mostrarán el animal en que cada uno aspiraba a convertirse una vez terminada su enseñanza dentro de los terrenos helados que les aguardaban ansiosamente. Llevándose la taza a los labios, le daba un largo trago a su té, disfrutando de las sensaciones que el mismo provocaba en su cuerpo. @ Malum Luxure @ Matthew Black Triviani

El conocimiento solía tomar diversas formas animales, dándole un enfoque muy diferente al ser captado por aquellos que nacieron con el don de cambiar su forma humana por una de otra especie. Suluk llevaba demasiado tiempo entrenando a los que portaban esa habilidad en su interior, recordando los inicios de los primeros Animagos que llegaron a ella en busca del control de dicho cambio. La presencia de Maida había acaparado la atención de la Arcana, aunque ahora un par de magos llegaron a su gélido hogar, sorprendiéndole el gato que uno de ellos traía sobre el hombro. — Habrá que preparar un poco más de té—mutaba su anatomía por la de una águila real. Observando desde otra perspectiva el desarrollo de la Black, debía enfrentar sus miedos y aprender que la vida tenía ciclos que se cerraban para dar paso a otras facetas plagadas de maravillosos sucesos y vivencias que merecían una oportunidad. Extendió sus alas alcanzando una altura considerable, lanzando un graznido a los extraños, provocando que saltaran por el susto. Disfrutando del viento helado planeaba con gracia y agilidad el firmamento, deleitándose con el canto de los gorriones que le acompañaban— Pequeños—se comunicaba con ellos mentalmente. El vivir rodeada de diversas especies, le permitía convivir con ellos y conocer más íntimamente sus anhelos, inseguridades, temores y fortalezas. Aquello era una herramienta que hacia mucho más llevadero y ameno el aprendizaje que impartía, descendiendo entro por una de ventana recobrando su forma humana. Caminando hacia donde estaba dispuesta la tetera vertió dentro de está algunas hierbas, suficientes para tener una charla amena con sus alumnos antes de entrar en materia. Esperaba que llamarán a su puerta y darles una cálida bienvenida, acomodando los cojines que estaban sobre el suelo. Tenía lo necesario para vivir cómodamente dentro de su propio paraíso, satisfecha con la vida que había sido bastante cruda con ella en sus años de niñez y juventud.

Suluk la observo alzar el vuelo insegura, compungida y trastabillante. La aparición sorpresiva de un ruiseñor pardo, apaciguaba poco a poco el temor que llevaba a cuestas en sus alas la Black. El sentir el viento acariciar sus pequeñas extremidades, dándole un ligero impulso, para que la distancia que la separaba del suelo, no le causará un vértigo que derivará en irse en picada contra el duro hielo. La sonrisa sincera germinaba en los labios de la Animaga, satisfecha de ver como por un breve instante toda lamentación o pesar del pasado, quedaba relegado en lo más profundo de la mente de su estudiante. Ella conocía a la perfección lo que era experimentar episodios de debilidad o abandono personal. Muchos de los que pasaron por sus manos, contaron sucesos que les marcaron de manera definitiva, perdidas familiares o amorosas— Podría serlo sin duda, llegará el momento en que tu serás la presa y yo la cazadora—charlaba con naturalidad empleando un tono jocoso. Evitando que le viera como una amenaza latente antes de tiempo, relajando el ambiente extendió su mano para que el ruiseñor pardo se posara en ella. Acercando el mismo hacia Maida— Fíjate como confía en mi, no presiente que le haré ninguna clase de daño o acabaré con su vida solo por placer—añadía acariciando el lomo del ave. Intentando infundir en la joven confianza en lo que le rodeaba, ahí dentro del hogar de Suluk nada la dañaría. Salvo que ella lo provocará y continuará por la misma vía, aferrarse a que todo era causado por la partida de sus familiares, nuevos lazos debían afianzarse con personas en las que ella pudiera apoyarse o al menos sentirse apreciada de verdad— No soy su enemiga natural, aunque confieso que puedo transformarme en cualquier animal de mi elección. Aprendí a cambiar mi forma humana por cualquiera que forme parte del reino animal y poner a prueba las habilidades de mis aprendices, llevándolos al limite entre elegir vivir o morir—asentía dándole un respiro. Tomándole por el brazo le infundía tranquilidad y paz. — Pudiste volar por un instante, quizás una milésima de segundo o un parpadeo. Lo hiciste tu sola, impulsada por este pequeño amigo—otorgándole el crédito que merecía el aventurero invitado. El canto del resto de los ruiseñores abrigaba a la mujer, rodeándola con un aura de magia ancestral— Todos hemos perdido parte de nuestra historia, fragmentos que eran valiosos y le daban forma a nuestros orígenes. Alberga lo más valioso que te haya dado cada uno de ellos y el resto déjalo ir—aconsejaba de manera sabia, buscando darle un arma que más adelante tendría que poner en acción. — Observa el cielo es tan inmenso, siempre es el mismo en cualquier parte del planeta. Solo cambia la tonalidad dependiendo de la hora del día o clima, viéndose también afectado por factores externos—apuntaba con el dedo a un puñado de nubes— Tienes el don de volar, ir a donde quieras. Conocer un mundo que no tiene limites y si los posee, es porque vos los has impuesto—quedando perdida en la belleza del paisaje que era ese manto celeste aderezado con un poco de blanco debido a las nubes que se iban moviendo lentamente. @ Maida Black Yaxley

Abstraída por el relato de la Black, buscaba la manera de hacerle entender que poseer alas, no necesariamente era para escapar de la realidad que vivía actualmente. El sentir el aire golpear su diminuto cuerpo, dándole la libertad de ir a donde sus pies no podrían llevarle, sitios que eran alcanzados solo por el poder que daban unas alas, que jamás se cansarían de impulsarla con mucho más fuerza que la primera vez. Entendía como sus viejas heridas le anclaban al pasado, recuerdos que en lugar de ser un remanso de paz, se habían transformando en un cumulo de temores e inseguridades que detonaron delante de Suluk. — ¿Quieres escapar realmente de las maravillas que te ofrecerían esas alas, si te atrevieras a usarlas aunque fuera una sola vez?—preguntaba notando la taza hecha añicos en el suelo. El liquido desparramado a los pies de la joven, el dolor plasmado en ese rostro que parecía forzar una sonrisa delante de los que no conocían sus verdaderos pesares. Los años que Suluk llevaba a cuestas le enseñaron a comprender las formas en que sus alumnos buscaban como desahogarse, lanzando cosas contra las paredes, empleando los conocimientos mágicos que poseían para destruir cosas y en el peor de los casos acallar los llamados de la Animagia. — Cada uno de los hombres que forman parte de tu linaje, estarían orgullosos que a pesar de su ausencia te mantienes en pie—le miraba fijamente, notando que el semblante de su interlocutora se destensaba ligeramente. Levantándose de la silla, le invitó a que la siguiera hacia la ventana, señalando un grupo de ruiseñores que revoloteaban libres y gustosos— Mira como disfrutan de lo que les ha dado la Animagia, alas para volar a donde los lleven sus sueños y anhelos. Estás sola dentro de tus limitaciones, eres tu peor enemiga e impides que el don que esta durmiendo dentro de ti, despierte por completo—cerrando los ojos movía la cabeza de un lado a otro con pesar. — Suelta amarras, vive al máximo todo lo que ocurra dentro de tus sueños—le aconsejaba saliendo de la morada— Caminemos un poco, necesitas respirar otra clase de aires—sonreía confiando en las habilidades que poseía la aprendiz. Simplemente necesitaba confiar un poco más en todo lo bueno que podría estarle aguardando a la vuelta de la esquina, escondido detrás de unas plumas que se teñirían del color de su elección— Cuéntame, ¿Qué provoco que la partida de los hombres de tu familia, abrieran una brecha entre tu y la Animagia?—indagar era sensato considerando todo lo relatado por ella. @ Maida Black Yaxley

La joven delante de ella temblaba como una hoja en medio de una tormenta invernal, cristalizándose al ser atrapada por el inclemente frío. Un hermoso copo de nieve apareció delante de la Arcana y su acompañante, extendiéndolo para que admirara la belleza que el mismo albergaba en su interior, expandiéndose por cada uno de los picos que le daban el aspecto de una estrella— Se dice que capturan momentos específicos, sucesos que son olvidados por la mente o enterrados debajo del miedo que genera descubrir la verdad de un cambio físico por el de tu lado Animago—percibiendo el dolor en las palabras de Maida. El confortarle con una taza de té era el comienzo de su enseñanza, transportándola a ese sueño, donde era capaz de volar a sus anchas por el cielo y no esconderse entre los arbustos que eran una red que la atrapaba en medio de una depresión que terminaría por devorarla internamente— Temes que no seas capaz de controlarlo o descubrir que detono el primer brote de la habilidad. Te entiendo, querida—sostenía mentalmente cada una de las preocupaciones de la Yaxley. Preocupándose más que nada por el semblante desmejorado que proyectaba actualmente, jamás le vio tan abatida y consumida por el cumulo de emociones que se agolpaban dentro de su pecho. — ¿A qué le temes realmente?—preguntaba llevándose la taza a los labios, bebiendo un largo trago de la infusión— Te agobia descubrir que esas alas que ves en sus sueños, ¿no te pertenecen del todo?—mirandole con atención buscaba un atisbó de calma en medio de todo ese remolino de ansiedad y tristeza—Parece que has llorado demasiado, ¿no crees que es momento de darle un fin a todo aquello y comenzar por extender tus alas poco a poco?—dejando la taza de lado abría sus brazos agitándolos con suavidad. Semejándose de las alas imponentes de un águila real, surcando el firmamento con pericia disfrutaba de la brisa que revolvía sus plumas. — Tomaremos todo con calma, no más presiones de ningún tipo. Relájate, suelta todo lo que tengas acumulado, libéralo como si de tratará de un veneno que estás drenando fuera de tu sistema—justo por el ofrecimiento de agua con hiervas. Muchos lo consideraban una perdida de tiempo, el beberlo era como tener hiel en el paladar, ausente de todo sabor dulzón que animará a un corazón apesadumbrado. El andar de la Black sería doloroso y demandante, aunque el contar con el apoyo de Suluk le echaría un remanso de paz sobre los hombros. @ Maida Black Yaxley

La capacidad de cambiar su anatomía humana por la de un animal, resultaba una tarea sumamente complicada. Sino se contaba con el dominio de la habilidad conocida como Animagia, empleando la energía almacenada en el interior de cada uno de sus aprendices. Para ella era sencillo hacerlo, tras volverse una diestra maestra en el arte de cambiar su maduro cuerpo por el de un ágil ser que podría saltar de un lado a otro o decantarse por un mamífero acuático que surcará los mares de principio a fin. El transmitir parte del conocimiento que acumuló al pasar de los años, permitía que los nuevos animagos dieran con las claves secretas que se escondían dentro del interior de cada uno de ellos. Era como tener el secreto más preciado albergado en su corazón, viviendo gracias a las respiraciones constantes que eran emitidas por los pulmones de su propietario. El verlos irse triunfantes de su hogar convertidos en la criatura de su elección, ensalzaba sus ganas por continuar enseñando a los que acudían a ella. El tenderles una mano y encaminarlos por la senda que les iría mostrando poco a poco de lo que eran capaces. Primero que nada debían aprender a controlar el instinto animal que regía a su lado animago. Entender que no se podían dejar llevar por sus ganas de atacar y no esperar una respuesta negativa ante esa reacción. Toda acción obtenía una reacción, no siempre era la esperada y las consecuencias que acarreaba la misma debían ser asimiladas con madurez y afrontadas con tesón. La voz de una joven atrajo la atención de Akku, extrañada por la presencia de la Yaxley. Hacia tiempo que no sabía de ella, asintiendo con amabilidad ante el llamado abrió la puerta de su hogar— Puedes pasar, bienvenida seas una vez más querida—el tono de la Arcana era suave y amistoso. — ¿Qué tienes para contarme?, ¿Por qué presiento que algo te retuvo lejos de ese lugar más de lo necesario?—indagaba caminando hacia donde estaba una tetera con una infusión de hierbas recién hecha. Sirviendo el liquido caliente en un par de tazas, le invitaba a ponerse comoda en una de las sillas que estaban en el centro de su morada. Le apetecía conversar un poco antes de entrar de lleno en el terreno que le interesaba a la joven, conocerle y descubrir como se dio cuenta de que podía transformarse en un ruiseñor. @ Maida Black Yaxley

La arcana escuchó con atención y curiosidad los pensamientos que se convertían en palabras, la mayoría de todo lo que escuchó estaba algo desorganizado pero a la vez tenía bastante coherencia con el actuar de ese tipo de animales. Era cierto que los mapaches eran unos sobrevivientes y animales nocturnos lo que claramente aumentaba el vínculo entre los licántropos y aquellas bestias peludas. Sin embargo también era cierto que estos animales se estresaban con facilidad y en cuestiones de cautiverio podrían desarrollar trastornos de ansiedad, ¿Cómo podría Melrose afrontar éste tipo de problemas? No existía mejor respuesta que la observación, ambas deberían dedicar el tiempo para saber si la chica estaba lista para vincularse con una criatura así. Suluk fue transportada hacia un bosque hermoso, en el pudo observar una gran vegetación de todo tipo de colores, algunas ardillas trepando árboles y varias aves que emprendieron el vuelo en cuanto las brujas se aparecieron. Era una perfecta elección de escenario, en el estaba segura que Melrose podría reforzar su vínculo con los mapaches y con suerte incluso realizar su primera transformación. La arcana encontró un pequeño tronco donde tomó asiento mientras extendía la mano para que su pupila se pudiera sentar en el pasto – me encanta el lugar que haz elegido – dijo sonriendo – ahora que estamos aquí, quiero que meditemos juntas, cierra los ojos, si gustas puedes recostarte, de esa manera todo tu cuerpo estará en contacto con la tierra – esperó a que la chica se colocara en la posición más cómoda y continuó – coloca tu mente en blanco y siente el césped en el que te encuentras, toca con tus dedos la hierva y la tierra, respira profundamente y siente como tu cuerpo reacciona ante todas éstas texturas, por último concentra tu mente en la criatura con la que has decidido vincularte, ésta se encuentra frente a ti, observa cada una de sus patas, sus garras y su pelaje, siente su curiosidad al verte, ¿te tiene miedo? De la reacción de éste mapache frente a ti, dependerá si estás lista o no para dar el siguiente salto. @ Melrose Moody

Suluk dejó escapar un largo suspiro, uno más de los aprendices que en algún momento había abandonado su aprendizaje había vuelto y si bien no le molestaba que estos volvieran, lo cierto es que siempre que sucedía se sentía un poco perdida. Había citado a Martin a las orillas del lago desde ahí el mismo tendría que buscar la forma de llegar hasta la pirámide y adentrarse dentro de la misma hasta llegar a las Siete Puertas. - Pensé que nunca llegarías… -Saludó Suluk en el momento que este estuvo a solo uno pasos de donde ella se encontraba-. Estamos aquí para que termines con la vinculación con la Animagia. Has elegido vincularte a un lobo siberiano, ¿no? Aquello era lo último que Suluk había conversado con su aprendiz así que en base a ello sería que Martin debería actuar para conseguir vincularse con la Animagia. Suluk dio un par de pasos hacia adelante y señaló la pirámide. - Tu última tarea ha realizar antes de la prueba final es lograr llegar hasta la pirámide en tu forma animal. Como puedes ver, no existe ningún camino establecido para lograr cruzar el lago así que tendrás que crearlo por tu propia cuenta, yo estaré esperando a la entrada de la pirámide y una vez que llegues ahí es que tu prueba final podrá comenzar. @ Martin N Roses

- Estoy bastante segura de que lo estás… Suluk no desconfiaba de las elecciones de sus aprendices, pero le gustaba que ellos estuvieran completamente seguros de las mismas. La Arcana comenzó a caminar lentamente hacia la ubicación en la que podía sentir se encontraba una pequeña manada de lobos árticos, sabía bien que en otras circunstancias acercarse a ellos podría ser peligroso, pero… La Anciana acarició su anillo y poco a poco pudo sentir como su cuerpo comenzaba a transformarse, no sin antes indicarle a su aprendiz que debía intentar transformarse. - No sé si has logrado transformarte con anterioridad, pero deberás hacerlo ahora -en parte aquello era una orden-. Te estaré esperando junto a la manada. La transformación de Suluk duro solo un par de segundos. De un momento a otro se había convertido en un gran lobo ártico de pelaje blanco y se sentía completamente en libertad, era la primera vez en meses que se permitía transformarse así que había olvidado un poco la sensación que aquella acción podía causarle. Justo antes de llegar junto a la manada se dio media vuelta y observó a su aprendiz. ¿Sería Hannity capaz de transformarse? @ Hannity Ollivander Evans