Ethan Lenteric

Tiempo de cambios, así lo había predicho su oráculo desde la víspera pasada y en aquel momento no había sentido que así fuese hasta que todo comenzó a tomar rumbo. El ahora estar con Emilia parecía un sueño del que no quería despertar, les había tomado demasiado esfuerzo el encontrarse como para perderse sin más de un momento a otro. Anteriormente ya la había perdido y se había jurado no volver a hacerlo. Su vida ahora se limitaba al estudio de la alquimia y se dedicaba a realizar tutorías de pociones a los alumnos que iban mal en esa materia de Hogwarts, eso lo llenaba de vida ya que siempre habían sido su pasión los brebajes poderosos; tan poderosos como la muerte misma y a la vez tan gloriosos como la suerte más enorme del mundo. Astaroth se encontraba en armonía con él, había comprendido que el final había llegado a su propia historia de amor y ahora dejaba que Ethan tomara las riendas dentro de ese plano. Muchas veces en las noches mientras Emilia dormía a su lado se preguntaba si no había tardado demasiado y la respuesta era a veces mala y otras veces buena, no podía evitar el culparse por ciertos momentos que lo habían alejado de ella sin embargo sus hijos eran lo único rescatable de ese inmenso amor pasado. Demian ahora se había enfrascado en una aventura de conocimiento en las ruinas del antiguo Egipto, se comunicaba casi diario con él para explicarle sus hallazgos y no dejaba de recalcarle a su hijo lo orgulloso que estaba de él en cada oportunidad. Las niñas más pequeñas eran su fuente de alegría, pasaban el día jugando y aprendiendo de las costumbres francesas con Emi e incluso Emma ahora hablaba francés con una soltura impecable. No podía pedir más, vivían bien y en paz también con Anne quién se había mudado con ellos recientemente pero a quien todavía dominaban los celos de hija ya que se le hacía un poco incómodo que su tía Emilia ahora fuese su madrastra. Poco a poco, Anne dejaba atrás esa incomodidad y eso lo agradecía Ethan en silencio. Ahora ella se encontraba de viaje con la hija de Emilia, Annabeth y no tenían fecha de regreso aún. Esa tarde de nevada se encontraba en su estudio como siempre a esas horas, el té de hierbas aún emitía vapor y solo el tic tac del reloj se escuchaba junto con el movimiento de las páginas al cambiarlas. Cuando escuchó a Emilia entrar alzó la vista dejando su libro a un lado y sonrió ampliamente a ella. —¿Molestarme? Para nada, me alegra que ya hayan vuelto. ¿Llegaran a instalarse al castillo o aún no lo deciden?— Preguntó Ethan antes de ponerse de pie y caminar con esa elegancia nata hacia su amada a quién tomó de la mano fijando su mirada en la de ella. @@Emilia Malraux

Hola, vengo a dejar actualización de ficha esperando todo este en orden de antemano gracias Cambia a : http://i.imgur.com/MhC2NFO.png Nombre: Ethan Amílcar Lenteric Di Médici Sexo: Masculino Edad: Aparenta menos de treinta Nacionalidad: Checoslovaco Familia(s): Familia 1: Lenteric - Patriarca Familia 2: Di Médici Padres sanguíneos: Amílcar Lenteric** Isabel Di Médici** Padre(s) Adoptivos: Karel Petrova** Cambia a: Historia Isabel Di Médici, nacimiento e infancia Nació en lo que ahora se conoce como República Checa el 12 de Abril del año de 1572 bajo el nombre de Amílcar Lenteric en el seno de una de las familias mágicas más importantes de Europa en la región de Ústí nad Labem. Su padre de procedencia gitana y Otomana contrajo matrimonio con una heredera de Rusia con la cual se había comprometido desde antes de su nacimiento, la familia Petrov había llegado a un acuerdo con los Lenteric más que nada para unir su poderío en el imperio Turco Otomano. El matrimonio a pesar de ser un arreglo entre familias resulto ser un éxito inmediato, la personalidad tranquila de Karel en contraste con el carácter explosivo de Amílcar parecía ser la combinación perfecta que muchos esperaban. La pareja anhelaba un heredero varón más que nada en el mundo pero su sueño se veía frustrado una y otra vez, los mejores especialistas del mundo en medicina mágica no encontraban explicación a la aparente infertilidad del matrimonio y cuando estuvieron convencidos de renunciar a su sueño la noticia que tanto deseaban había llegado, Karel se encontraba embarazada de su primogénita. Con el pasar de los años la primer hija de los Lenteric, Minerva, se formó como una niña fuerte y (ante los ojos de todos) invencible, hasta que una mañana lluviosa del mes de Abril la joven heredera murió por causa de una grave enfermedad de la que hasta el momento se desconoce la cura a la corta edad de cinco años. El golpe fue devastador para su madre quien no se creía capaz de dar a luz a un segundo hijo; Amílcar comprensivo con el dolor de su mujer decidió que no tendrían más descendencia a pesar del reclamo de su propio padre, Alistad Lenteric ** y su suegro Pietro Petrov**. Amílcar debido al estrés dentro de su matrimonio decidió fugarse un par de meses del seno familiar, se encontró con una joven heredera Italiana de nombre Isabel con la que vivió un tórrido romance a pesar de ella estar casada también. No se trataba de amor, se trataba de lujuria hasta los huesos lo que ellos vivían y que duró tan solo unos meses. Para Isabel el vampiro era solo un juego y un secreto que se llevaría a la tumba, sin embargo, de él quedaría embarazada y ocultaría su estado refugiándose en un convento debido a las habladurías en contra de su buena reputación. Isabel después del nacimiento del hijo en cuestión entregaría este a su padre pidiéndole que jamás la buscara y Amílcar aceptó el pacto jurando callar la identidad de la madre legítima de su hijo Amílcar II. El pequeño a lo largo de sus años fue criado con total amor y respeto por parte de su amada madre Karel quien lo acogió como a su hijo legítimo y a su vez contaba con los mejores tutores que le enseñaron a sacar provecho de la magia que en él vivía a lo largo de sus años. Karel, era especialmente protectora con él desde niño y su padre por el contrario solía ser estricto con todo lo referente a su educación, algunas veces utilizaba una gran vara de sauce para corregir la postura de su hijo, aunque este tan solo fuera un niño y eso marcaría de por vida los recuerdos de este haciéndolo sonreír. Era amado por sus padres, de eso no había duda, pero siempre se le había ocultado la existencia de su fallecida medio hermana, la verdad sobre Lucrecia y la familia Di Médici y nunca comprendió del todo el por qué sus padres ocultaban ciertas cosas de su pasado como el hecho de que Amílcar se quedara a residir, con su esposa e hijo, en República Checa a pesar de ser heredero del castillo familiar de su esposa en Rusia. Fue un niño alegre y sin preocupaciones mayúsculas hasta su adolescencia en donde los mismos cambios físicos y mentales lo harían convertirse en un muchacho caprichoso, egocéntrico y rebelde hasta la muerte de sus padres a manos de un grupo enviado por sus enemigos. Se desconoce más sobre aquel incidente. Cambia a: Emilia Malraux Corría el año de 1847 cuando conocería a Emilia Malraux, una joven heredera francesa imagen perfecta de la aristocracia de esa época Victoriana. La conoció en un viaje de placer que realizo lejos de su país natal a las costas francesas y de inmediato creó con ella un vínculo, al ser hijo único la adopto espiritualmente como hermana siendo hasta la fecha muy allegado a ella en aspecto familiar. Emilia sería apenas una niña cuando lo conoció sin embargo años después volverían a encontrarse en Francia, él siendo un joven heredero en la sociedad francesa a la que solo le importaba la opulencia, ganó una serie de adeptos importantes gracias a su fortuna. Al demonio le gustaba vivir bien, despilfarrando dinero por doquier y aceptando la compañía de cortesanas que le juraban amor eterno por una buena cantidad de Francos. Era anfitrión de las mejores fiestas de Lyon y uno de los favoritos dentro de la corte siendo así presa de miles de señoras de sociedad que ofrecían a sus hijas en matrimonio, algo que el joven rechazaba al instante. Fue precisamente en una de las fiestas organizada por una Condesa de alta alcurnia en donde se encontró de nueva cuenta con la señorita Malraux. Ella al principio creyó que se trataba de una broma. ¿Como podía ser que Amílcar luciera exactamente igual a cuando ella era solo una pequeña? Poco duró la sorpresa de la pelirroja que siendo cautivada por los encantos de Amílcar se pasaría toda la velada a su lado y así los días restantes del heredero en Francia. Sin embargo, la relación entre ambos era fuerte, incluso mucho más compleja que solo una amistad. Amílcar tenía sentimientos por Emilia y estaba seguro de que a ella no le era indiferente. Por el bien de ambos él decidió callar sus sentimientos por ella y quedar simplemente como su más fiel protector, su cómplice, su hermano y amigo. Era lógico que al llegar a Londres y saber que ella se encontraba ahí fuera a la primera persona a la que buscaría. El vínculo solo se haría más fuerte entre ambos hasta que el demonio dentro de Emilia decidiera quitarle la vida para renacer como parte de ella, desde ese instante Ethan se daría cuenta del amor que siente por Emilia para después pasar una noche con ella en donde se entregarían mutuamente. Actualmente ambos han decidido iniciar una relación oficial. Cambia a: Europa, llegada a Londres y Bel Después de su viaje a Francia partió por toda Europa en busca de más conocimientos mágicos e información sobre el demonio que su padre le había contado que él era debido al pacto realizado de su antepasado con Astaroth. Al llegar a Italia, conducido por un extraño sentimiento que le decía que las respuestas a gran parte de los misterios en su vida se encontraban en ese país, decidió comprar una enorme mansión en donde habitaba solo estudiando día y noche sobre sus antepasados. Llegaría así a los anales de una familia poderosa de Florencia la cual lo dejaría dudando de su propio pasado, Ethan sentía un extraño vínculo con la familia en cuestión de apellido Di Médici así que decidió investigarlos más a fondo. Daría con la existencia de Isabel Di Médici, hija de hija del II Duque de Florencia Cosme I de Médici y su esposa Leonor Álvarez de Toledo. Isabel había fallecido tan solo cuatro años después de su nacimiento, pero al seguir leyendo sobre ella una espina se clavaba más en su curiosidad. Después de investigarla a fondo se enteraría sobre su hijo secreto por escritos en un diario de una de las monjas dentro del convento en donde Isabel se refugiara, el libro de responsivas por el nacimiento del hijo de Isabel estaba firmado por su propio padre Amílcar. Poco después de aquel impactante descubrimiento, se enteraría que el fundador de su familia había hecho un pacto con El Gran Duque del Infierno pidiendo gran poder dentro de su estirpe, el demonio a su vez no pidió el alma del suplicante si no que en cambio pidió reencarnar en un miembro de su familia al cual se sintiera ligado. Durante esa nueva etapa de su vida en Londres adoptaría el nombre de Ethan oficialmente ya que usaba ese nombre desde el año 1983 al escucharlo gracias a la modernización del mundo, creía que era realmente fastidioso el que todos lo miraran con asombro al saber que su nombre real era Amílcar. Desde entonces porta ambos nombres. Cambia a: Ethan estima a Bel como a una hermana a la cual quiere proteger aunque su antigua profesora es demasiado independiente como para dejar que el demonio tome ese papel. Considera que es la persona de la que mas ha aprendido y tal es su grado de lealtad a ella que decidió ser parte de su familia tomándola como adoptiva y teniendo siempre en cuenta sus ideales. Cambia a: Después de años de buscar inconscientemente a Kutsy por fin da con su paradero en su estancia con la familia Rambaldi ya en Londres y sin saber que era ella su amor de tantos años atrás comienza a cortejarla. La conexión con Kutsy era tal que comenzó a dudar sobre su pasado, ¿Acaso la conocía desde antes? Esas dudas siguieron llenando a la nueva pareja en su día a día hasta que una noche, Kutsy indirectamente había despertado al propio Astaroth que se encontraba parcialmente dormido dentro de Ethan primero causando gran terror a la joven que por sí sola tuvo que descubrir (o recordar) quien era él lo cual logro al mirar las pupilas escarlata del demonio en su forma natural. A partir de ese suceso la pareja recordaría poco a poco lo que había sido de sus vidas pasadas y atravesarían la aventura del rescate de Annelisse, la llegada de Demian a su vida, el nacimiento de Emma, su tercer hija en cronología y Dalí, la más joven de su herencia. Actualmente Ethan vive en el castillo Karltejn junto a su primer hija Annelisse, su primer hija en el mundo mágico llamada Emma, su segunda hija Dalí. Demian por lo general se encuentra en la torre que anteriormente pertenecía a su padre en el infierno aunque los visita con frecuencia en el castillo familiar. Por lo general el Lenteric se encuentra en soledad, lo cual le ha servido mucho a sus estudios más recientes. Cambia a: http://i.imgur.com/MnY3kx4.png - Posee el tatuaje de su tótem familiar en el omóplato derecho de su espalda, un mantra budista en el pectoral izquierdo y una daga celta en alusión al demonio de Emilia en la pantorrilla izquierda. - Tiene una cicatriz en su pierna derecha de treinta centímetros de largo la cual no le gusta mostrar ni decir cómo es que se la hizo. Siempre inventa una historia diferente al respecto. - Tiene una fijación con su nariz y piensa que es perfecta. - Su patronus es un lobo y el recuerdo que usa es el baile de máscaras en donde se reencontró con Emilia. - No lloro la muerte de sus padres a pesar de amarlos tanto. - No sabe que tuvo una media hermana que falleció, ni que su padre sigue vivo. - Varita: Álamo, 32 cm de largo, semiflexible. Núcleo de cabello gris perteneciente a Astaroth trenzado con pelo de cola de Thestral.

Sentir sus manos sobre su rostro era siempre un gesto que le helaba la sangre, se sentía como un niño pequeño lleno de emoción por un regalo que acaba de recibir y mirarla era ese regalo. Los ojos de Emilia guardaban millones de secretos, como aquel de haber sido su más grande amor por siglos, esos ojos contaban mejor que nadie su historia y como fue que habían llegado hasta ese punto; a veces pensaba que era mejor el tratar de descifrar su mirada que intentar sacarle palabra a ella. Cuando sus labios se vieron inmersos en un beso sus ojos se cerraron al instante, era tan clara su respuesta que al escucharla en su cabeza no pudo evitar el reír levemente sin despegarse de ella. Al momento de finalizar el beso la miró fijamente y supo que era el momento indicado para ambos, ambos estaban seguros de lo que sentían y de lo que buscaban, estaban seguros de enfrentar la peor de las tormentas estando juntos y eso valía mucho más que todas las riquezas del mundo. Ethan en esos momentos estaba dispuesto a entregar su vida a ella, sus hijos iban a comprenderlo a pesar de verla como una tía, de hecho creía que la más emocionada por ello seguramente sería Anne. -Je t'aime mon amour... tu es la raison de ma vie.- Dijo en perfecto francés a ella ya que aquella era su lengua madre. Recordaba las veces que hablaban solo en francés y aquellos recuerdos lo hacían sonreír como en aquel momento, parecían unos niños y en realidad no le incomodaba el parecer emocionado por su amor sin embargo no creía conveniente el tener su primer cita romántica en un bar. -¿Que te parece si salimos de aquí y vamos a un lugar más romántico?-Preguntó a ella corriendo un mechón de su cabello detrás de su oreja para despejar su rostro, tenía ganas de pasar tiempo solo con su mujer alejado de cualquier mal innecesario. @@Emilia Malraux

El ajenjo llegó a sus manos, la mezcla de aquel licor con el terrón de azúcar era una combinación que saciaba su sed y lo hacia recordar épocas pasadas en donde era el gran anfitrión de eventos en Francia. Justamente esas épocas le recordaban a Emilia pero nunca se lo había dicho, el sabor a ajenjo le recordaba a sus labios, a su risa en la mañana, a su aroma cuando bailaban por horas en los salones de fiesta; todo en esa bebida llevaba el nombre de ella y por siglos lo había callado. Soltó un suspiro después del primer sorbo a su bebida, escuchar sobre aquella carta le heló la sangre ya que tenía entendido que nadie se interponía entre sus deseos y más si estos implicaban a una mujer. Quién era tan osado como para interferir en ellos? Estaba seguro de que era alguno de los comandantes supremos, un general de su ejército o algún ente malévolo que esperaba la quiebra mental de Astaroth para tomar su lugar. Quería investigar más a fondo aquel suceso, quería leer la carta que su amada había recibido pero en eso una voz en su cabeza hizo que se olvidara por completo de todo lo demás. En su mente podía escuchar a Emilia pidiendo una oportunidad, una oportunidad que tenían planeada darse desde hace años, una oportunidad para por fin cerrar ese ciclo y ese capítulo en su vida nada más y nada menos que con la unión de sus almas. Podía escuchar en esas palabras lo atormentada que estaba ella de siempre estar esperando por él, el propio Ethan se sentía culpable de dejar a la deriva tantas veces en las que tuvieron oportunidad de estar juntos y ahora su corazón se comprimía al saber que ella sufría, al final él la estaba haciendo sufrir y juró jamás hacerle daño. -Emi... yo... creo que es momento de no callar más. Creo que eres la mujer que quiero para mi, eres mi vida y sin ti no quiero vivir. Sonará trillado pero es la verdad, eres la mujer con la que quiero estar y me tomó años el darme cuenta de que así es. Eres la única que comprende realmente como soy, has soportado muchos tormentos por mi pero ahora soy yo el que te pide y te ruega que ya no sufras. Quiero que formalicemos nuestra relación, no he podido olvidar aquella noche en la que casi te pierdo y se que si te dejo ir te perderé en serio así que... Por favor Emilia, acepta ser mi mujer, acepta ser mi compañera en esta vida y más allá de ella.-Dijo fijando su mirada en la de ella, aún no comprendía porque se perdía de esa manera en sus ojos, simplemente era hipnotizante. Las palabras estaban en juego, ambos habían expresado a su manera los pensamientos más profundos de su alma y ahora quedaba en Emilia el aceptar el corazón del demonio si es que eso era lo que ella deseaba. En un rincón de la mente del Lenteric existía el miedo a que ella lo rechazara y se esfumara para siempre de su vida. @@Emilia Malraux

Emilia se veía exactamente igual que la última vez que la vio, una belleza increíble que solo se podía describir como fuera de este mundo, sus ojos reflejaban amargura ya que siempre habían sido expresivos y para Ethan con solo mirarla podía adivinarla. El demonio dejó de lado su enojo ante el tiempo en el que ella se alejó, no le parecía correcto estar haciendo desplantes de drama en un lugar como ese y de por si unos magos ya los miraban con rareza ante el abrazo que se daban. El olor de su cabello era tal como lo recordaba, pero también podía percibir un dejo de nostalgia y abandono en él. En donde había estado ella todo ese tiempo? Aún recordaría lo de aquella noche? -Me alegra saber que estás viva... no hay nada que perdonar.-Comentó él antes de dar un beso a la frente de la pelirroja, tomó asiento junto a ella y soltó un suspiro entrecortado. Porque se sentía así? Anteriormente habían hablado superficialmente sobre lo que significaba su relación, ambos lo sabían pero jamás lo habían expresado. Ambos sabían que sin el otro no podían vivir, entonces porque nadie decía nada? Nadie se aventuraba a tomar la rienda de ese potro que se resistía a calmarse. -En donde estuviste? No pude comunicarme contigo mentalmente, es más... estando aquí tan cerca de ti no puedo todavía.-Dijo sintiendo como un nudo se comenzaba a formar en su garganta, lo mejor era pedir una copa de ajenjo antes de que se notara.

Hola! me paso a dejar mi ficha después de platicar algunas cosas por mp así que nada... aquí me tienen ♣ (Nombre de personaje: Ethan Lenteric Ficha N°106515 - Bóveda N°106537 ♣ Vinculo familiar: Hijo sanguíneo de Isabel Di Médici - Lazo lejano con Lucrezia Di Médici ♣ Otros Datos: Needles, elfo personal.

Meses en silencio, meses en donde solo sabía que ella estaba bien porque así lo sentía en el fondo de su alma. Meses en donde quiso viajar a Francia tan solo para asegurarse de que ella no estaba ahí, ella se encontraba cerca, pero ¿porque no lo había buscado? ¿que ocurría? la mente de una mujer siempre le pareció el misterio más grande y no entendía miles de cosas que en cada una de ellas pasaba. Comprender a Emilia era fácil, casi podía adivinar sus pensamientos, le gustaba usar esa conexión entre ambos cuando ella tan solo era una niña para dejarla fascinada y boquiabierta cuando él adivinaba en que color estaba pensando. Ahora pensar en aquellos años le resultaba doloroso, la extrañaba con cada fibra de su ser y peor aún cuando recordaba esa noche en la que casi la pierde para siempre. Plasmaba sus pensamientos en un diario que se le había hecho costumbre escribir los últimos dos meses, siempre se sentaba enfrente de la ventana de una de las habitaciones de invitados que daba a la zona boscosa y en silencio escribía mientras bebía infusiones de jengibre o pociones de amatista que lo hacía sobrellevar el dolor interno que sentía. Últimamente su mano izquierda dolía también, se quedaba trabada como si sus huesos se congelaran y no entendía el porque de aquella dolencia sin embargo se negaba a visitar a un especialista. Justo cuando terminó de escribir el último párrafo de ese día una figura en la ventana lo desconcertó y alegró al mismo tiempo, se trataba de Asshai quien desplegaba sus alas y las acomodaba después de ver que Ethan lo había notado. El demonio se puso de pie y abrió la ventana tomando en su brazo al ave de Emilia quien portaba una carta de ella, con un poco de miedo la abrió y leyó detenidamente las palabras puestas sobre el papel. Paso saliva con dificultad, después de tantos meses ¿solo eso? Observó el reloj, le daba tiempo de arreglarse para no verse tan descuidado así que llevó a Asshai por algo de agua y comida antes de tomar una ducha. Ya estando listo se decidió por un par de jeans ajustados y una camiseta negra de mangas largas que combinaba con el abrigo que había elegido, desapareció del castillo hasta aparecer en Diagón y miró a ambos lados de la larga calle ubicándose para encontrar aquel lugar. Apretaba la nota de Emilia en su mano dentro del bolsillo de su abrigo y caminaba con la vista nublada tan solo pensando en la actitud que tendría al verla. Cuando encontró aquel bar la buscó con la mirada, su melena pelirroja de inmediato le quitó el aliento. Caminó hasta ella y tocó su hombro en una caricia sutil en donde le transmitía toda su preocupación de aquel tiempo alejados. -Emi...-Apenas pudo susurrar su nombre, ¿porque sentía las ganas de soltarse a llorar? ¿desde cuando no lloraba? ¿porque le costaba tanto? @@Emilia Malraux

Se le había notificado una semana antes del evento en puerta, según tenía entendido gracias a su asistente, este evento se trataba de una fiesta de compromiso. De inmediato recordó la suya, había sido en Japón organizada por sus hijos mayores y aún conservaba las fotografías de aquella reunión, sobretodo en las que aparecía Bel. Siempre se ponía nostálgico al recordarla, dolía aquel recuerdo que parecía tan lejano ahora desde su partida pero estaba consiente de que de haber pasado algo catastrófico lo hubiese sentido. Su asistente al notarlo pensativo decidió dejarlo solo en su oficina, los días solo eran días para el demonio quien se la pasaba investigando en la mazmorra de su castillo acerca de un serum que había casi logrado perfeccionar en cuestión de meses. Su barba era larga y desaliñada, su cabello lacio llegaba casi a su barbilla y su piel se notaba más pálida de lo normal, se encontraba como aquella vez en la que su ex esposa se había marchado por un largo tiempo solo que esta vez no iba a regresar. Para fines de buena presentación decidió que aquella noche iba a ponerse presentable, cortó su cabello y removió su barba por completo, al mirarse en el espejo le costó un momento el reconocerse ya que su mirada había cambiado y al parecer se había vuelto más dura. Se colocó un traje azul marino con solapas satinadas y una camisa blanca que hacía contraste con la corbata azul zafiro, peinó su cabello hacia atrás con los dedos y tomó un largo respiro cerrando los ojos. Realmente no quería salir de casa pero su hija Anne le había insistido que fueran juntos a esa fiesta para que se distrajera de toda la pesadez que tenía sobre los hombros. Ella había optado por un vestido corto en tonos lilas y una cinta que rodeaba su cintura del color del traje de su padre, era impresionante como Anne se parecía a su madre y más al verla en esos colores. -Te ves preciosa, cielo mío.-Dijo Ethan siendo el padre amoroso de siempre, Anne por su parte se acercó a él y le dio un beso en la mejilla portando una sonrisa amplia en sus labios. Cuando llegaron a su negocio se puso manos a la obra, tenía que estar perfecto todo el ambiente para los visitantes que eran familiares y amigos de la feliz pareja. Procuró que mediante un hechizo las luces del lugar cambiaran a frases románticas que los novios se decían comúnmente y golondrinas de cerámica revoloteaban dando pequeñas flores aromáticas a las mujeres del lugar a manera de recuerdo, para los caballeros era entregado un cuarzo que reflejaba en su interior una miniatura de la pareja en cuestión. Todo iba perfecto cuando los invitados comenzaron a llegar y saludó amablemente a los novios deseándoles la felicidad que en su matrimonio pareció esfumarse, aunque claro, ese detalle lo había omitido en sus buenos deseos. De pronto viró su cabeza hacia la izquierda y ahí fue en donde pudo verla, se trataba de Sol Lestrange, ¿cuanto tiempo había pasado? Estaba dudoso de acercarse a ella pero hasta ese punto había dado la bienvenida personalmente a todos los presentes, era una falta de educación no hacerlo con ella. Mordió su propio labio inferior con algo de fuerza y volvió a respirar profundamente antes de caminar en su dirección, aclaró su garganta y mostró una sonrisa fresca tratando de parecer tranquilo. -Madame Lestrange, que sorpresa el encontrarla aquí. ¿Como ha estado?-Preguntó a ella sintiendo como una de sus manos temblada por lo que mejor llevó ambas atrás de su cuerpo para ocultarlas. @@Sol Lestrange Black

Nick: Ethan Lenteric Bóveda: No. 106537 Rol del Personaje: Alquimista y tutor privado de pociones. Información: Realiza trabajos de investigación en el área de la Alquimia como su abuelo e instruye a magos en la mejora de sus pociones dando clases a domicilio.

Hola, paso a dejar mi voto y la verdad es que me basé en lo personal ya que esta persona me ayudó en algunas ocasiones antes y creo que como ministro haría buen trabajo. Sin más por el momento, mi voto va para Sagitas E. Potter Blue

Inscripción a los Mortífagos Nick: Ethan Lenteric Número de ID: 119465 Link a la Ficha: http://www.harrylatino.org/topic/106515-ficha-de-ethan-amilcar-lenteric/

Se quedó pensativo mirando las llamas en la chimenea, le resultaba muy fácil el activar las conexiones de red flu pero siempre había inconvenientes en los primeros viajes. Por lo general los usuarios presentaban mareos y ollin en exceso en sus ropas cuando las conexiones eran nuevas, era algo que debía de advertir pero en realidad nunca lo hacía ya que sus encomiendas como funcionario se limitaban a realizar las activaciones sin embargo aquella mujer era agradable y esta vez no iba a estar de más el avisar aquellos inconvenientes. Cuando las llamas se extinguieron echó en las cenizas un líquido repelente de extraños para que la conexión no se viera manipulada por ajenos, el olor de ese líquido era tan fuerte que su nariz se frunció en un gesto de desagrado y cuando se separó de aquel lugar no pudo evitar el estornudar estruendosamente. Salió del local para revisar los terrenos y conforme los revisaba en su mente repasaba las ordenes de la propietaria en cuanto a la aparición de extraños en su negocio. Una vez lista la inspección alzó su varita en lo alto apuntando el techo del negocio y conjuró los hechizos pertinentes que parecían más bien una especie de canción. Una especie de niebla cubrió el negocio desde el techo hasta el suelo y así cuando esta se disipó supo que el conjuro se había llevado a cabo con éxito, volvió a revisar el terreno por si en algún lugar quedaba una grieta pero se sintió conforme de que todo estuviera en orden. Cuando volvió a entrar al local buscó a la dueña y sonrió levemente a ella acortando distancias. -Me complace comunicarle que los hechizos y la red flu han sido activados, en cuanto a los primeros viajes con polvos flu le comento que estos podrían generarle algunos mareos y que el ollín será algo excesivo en sus ropas sin embargo no corren otro tipo de riesgos. Esto se debe a que la conexión es nueva y el viaje es más rápido, en cuanto se normalice no tendrá esos problemas. Mi trabajo aquí ha terminado, ¿le puedo ayudar en algo más, o tendrá alguna otra duda?- Preguntó a ella volviendo a acomodar las mangas de su camisa. @ //Lamento mucho la tardanza, no tenía pc y apenas puedo contestar pendientes T_T no me pegues

http://i.imgur.com/pBxy5cT.png Por medio del presente se hace constar que el dueño del negocio Agencia de Viajes El Fénix Aventurero ha solicitado el servicio de Hechizo Anti Aparición y Conexión de Red Flu dejando la siguiente orden. Dicho servicio se encuentra activo desde el mes de Marzo del 2019. Hechizo Anti aparición. -Excepto la dueña, todos se aparecerán en la entrada, al lado del arco de entrada al negocio. La dueña podrá aparecerse en el interior, junto al vestíbulo o en la trastienda, según su deseo. Conexión de Red Flu. -- Conexión a Mansión "Ojo Loco" Potter Blue -- Conexión al Mansión Potter Black De antemano gracias, un saludo. Ethan A. Lenteric. Jefe de Oficina, Departamento de Transportes y Deportes Mágicos. Ministerio de Magia

Hola Ashura, quería pedirte unos banners para ficha de personaje ya que he visto que te quedan bastante bonitos. Se que es un trabajazo pero soy paciente.... creo(?) jajaj ok no, si esperaré lo que sea necesario. De antemano gracias y espero no dar tanta lata. Texto: Datos Personales Perfil del Personaje Licencias, tasas y registros Otros Datos Cronología de Cargos Links de Interés Imagen - Imágenes: No tengo idea, te doy libertad total para la imagen. Con que se vea darks estaré contento xDD Observaciones: Las medidas que consideres las indicadas, el color sería este #084B8A pero no se si con el fondo del foro quede bien... si vez que se pierde mucho entonces sería algo como este #6E6E6E, en tipografía lo dejo a tu consideración solo que no sean cursivas y también si quieres ponerle un fondo a las letras como las que te pidió Mia. En cuanto al estilo de la imagen me gusta alargada como la que pusiste en el ejemplo de banner de ficha sin tanto rollo y que solo diga Ficha de Personaje Ethan Lenteric

Escuchó atento las palabras de la propietaria, era bastante animada en su manera de hablar lo cual le resultó extraño debido a la tardanza de su trámite. Quizá y solo quizá la bruja comprendía lo que el ministerio estaba pasando recientemente con todas las bajas dentro de cada departamento, era difícil hasta para él realizar trabajo de campo ya que si bien recordaba perfectamente como realizarlo siempre estaban ahí sus ganas por enseñar a los demás a como llevarlo a cabo y no ser el principal acreedor de la instalación de hechizos y conjuros antiaparición. A Ethan le gustaba ser mentón de nuevos talentos de su departamento sin embargo ahora se encontraba prácticamente solo por la salida de muchos y el descuido de sus reponsabilidades de otros. Con una sonrisa asintió a la pregunta de la señorita a la que atendía y tomó un formulario limpio de su carpeta como los que se encontraban en ventanilla para mostrárselo. -En absoluto señorita, el costo de todos los trámites ministeriales en cuanto a Red Flu y Hechizos Antiaparición siguen teniendo el mismo costo aunque usted quiera extenderlos horizontal o verticalmente. Le comento que tiene que realizar el trámite en ventanilla y en breve estaría recibiendo una notificación por parte del departamento, en cuanto el trámite sea aceptado en Gringotts usted estará recibiendo de nueva cuenta a nuestro equipo. Debo de comentarle que los trámites y activaciones tienen una validez de un año entero así que si quiere realizar ese cambio tendría que esperar hasta Febrero del 2020.- Comentó tratando de dar todos los dato posibles para que a ella no le quedasen dudas al respecto. -Si no quedan dudas me pongo a realizar sus peticiones, muy amable por su recibimiento.- Con una leve venía dió un par de pasos hacia atrás y se encaminó hacia las ventanas del negocio que comenzó a repasar con la punta de su varita. Resanar los pequeños espacios por donde pasaba el aire era una tarea minuciosa y requería de destreza además de un pulso impecable, así hubiesen quinientas ventanas en el negocio tenía que "taparlas" todas para hacer que el hechizo se completara debidamente. Le era mucho más fácil comenzar con esa activación ya que la Red Flu era algo que podía hacer hasta con los ojos cerrados, quizá después de todo si iba a necesitar beber algo al término de su asignación, el lugar era agradable y acogedor para relajarse después del trabajo. Se quitó el abrigo colgando este en un perchero y arremangó sus mangas de la camisa para estar más cómodo, cuando por fin terminó con todas las ventanas revisó la chimenea. Esperaba que esta no tuviera ninguna fuga o tendría que esperar hasta el siguiente día para activar la Red Flu; afortunadamente corroboró que el estado de la chimenea era idóneo y así se dispuso a tomar de un saco de arena pequeño una cantidad de polvos menor a lo que cabía en su palma, esparció estos en el hollín de la chimenea y de inmediato esta comenzó a arder en un verde esmeralda tenue. -Dile a tu ama que nadie puede acercarse a la chimenea mientras las llamas estén encendidas.- Dijo a uno de los elfos que lo espiaba curioso detrás de una silla. @

Últimamente era fanático de la filosofía tibetana en donde la relajación y meditación eran la base para un encuentro emocional y espiritual con uno mismo, Meraki Moon había sido edificado con esa intención al encontrarse a orillas del mar Griego y es que Ethan sabía que pocos lugares eran tan hermosos y místicos como las tierras de grandes pensantes a los que había cobijado con el don del conocimiento. Grecia para él significaba un templo, una especie de refugio en donde podía explotar sus habilidades en cuanto a teoría se refería y ahora con todo el tiempo que pasaba en esas tierras podía considerarse un hombre nuevo. Su matrimonio con Kutsy había encontrado el camino de vuelta, sabía que a pesar de todo el amor siempre iba a unirlos tan solo tenía que ser más maduro en como quería llevar su vida a partir de ese momento. Quería a su esposa de vuelta en su vida por completo, habían vuelto a vivir juntos dentro de los muros de su castillo en República Checa pero era consiente de que cada relación no solo perduraba por el amor entre los implicados. Llevaba días enteros pensando en la cita que tendrían esa mañana, sus nervios crecían conforme pasaban los minutos y a pesar de que conocía a esa mujer mejor que a nadie en el mundo cierta ansiedad se hacia presente sofocándolo. El local iba a ser solo para ellos ese día, podían disfrutarlo por completo sin preocuparse por los ojos ajenos. Decidió usar una camisa blanca de gasa vaporosa debido al agradable calor que la playa ofrecía, unos pantalones en color arena y mocasines color tierra que le daban un aire playero muy relajado aunque a pesar de eso su elegancia era innata. Uno de sus ayudantes le anunció que ella había llegado y se encontraba en la puerta observando el marco que él mismo había tallado a mano, el demonio sonrió ampliamente y se dirigió a abrir las puertas azules para poder verla al fin. Kutsy era un sueño, el azul definitivamente iba bien con ella pero era su sonrisa la que lo hacía suspirar. -Hola extraña...- Saludó a su esposa como comúnmente lo hacía y no pudo evitar el sonreír amplio, se acercó a ella tomándola en sus brazos y así dio un beso a sus labios a manera de bienvenida. La invitó a pasar al restaurant y observó atentamente su reacción ante aquel lugar, esperaba el sorprenderla lo suficiente para que su velada fuera inolvidable. @@Kutsy Stroud Lenteric

Trabajo de campo, recordaba vividamente que era de sus cosas favoritas en Transportes sin embargo tenía años que no lo hacía y creía estar algo oxidado en cuanto a los hechizos necesarios en activación de Servicios Ministeriales, solo esperaba que los dueños del negocio al que se dirigía no le exigieran rapidez. Leyó las acotaciones mientras caminaba por Diagón, su insignia en el pecho lo acreditaba como empleado ministerial y era demasiado raro el volver a portarla sin embargo le gustaba sentir esa sensación de importancia dentro de la comunidad mágica. No recordaba el haber estado en ese negocio, cuando entró por la puerta principal echó un vistazo y la decoración del lugar lo hizo sentir cómodo al instante. Confiado se acercó a un elfo que parecía ser el mesero principal del establecimiento y le tendió sus credenciales para identificarse. -Buenas tardes, busco a la señorita Helike Rambaldi Vladimir.- Una vez que el elfo asintió a su comando, Ethan se acercó a una de las ventanas del lugar para examinarla. Sabía que si había alguna especie de plaga no podría activar la red flu tan fácilmente. Cuando escuchó al elfo llamarlo se acercó a una mujer que supuso era la persona que buscaba. -Buenas tardes señorita, mi nombre es Ethan Lenteric y vengo por parte del Departamento de Transportes y Deportes a realizar la activación de los Servicios Ministeriales que solicitó anteriormente. Estos ya se encuentran registrados en la bóveda del negocio así que solo hace falta la activación correspondiente. Aquí mismo le entrego una copia de sus requerimientos para que la revise y me de luz verde para comenzar.- Dijo en tono serio pero amable a la dueña del local. @

Llevando de la mano a su esposa siguió hasta una habitación en donde Bel fue la guía, por sus palabras quizá era una habitación en donde los recuerdos más importantes de ella se agolpaban y al entrar recibió un aire familiar. Extrañamente sus sentimientos de nostalgia fueron disipados debido a las múltiples fotografías alegres que ahí se encontraban, podía reconocer a distintas personas en aquellas fotos y todo era tan maravilloso ante sus ojos que le costó reconocerse en la foto del día de su boda. Tomó esta observando primero el marco, era el mismo que habían dado como recuerdo a sus invitados y una sonrisa se hizo presente ante tal memoria. -Bueno mira nada más la sonrisa flamante de Kutsy... debo decir que te veías hermosa, cariño.- Comentó a su esposa aunque en realidad cada día de su vida la veía hermosa, era un cuento de nunca acabar. El recordar su boda también le trajo recuerdos de su fiesta de compromiso en donde Bel se había enterado de su condición de demonio, a partir de ese día se volverían inseparables y con un objetivo en común; Kutsy. Ambos por separado había jurado protegerla de las adversidades y a pesar de haberse separado de ella un par de meses la distancia no fue lo suficientemente poderosa para poder dañar su amor. Ahora comprendía que su esposa también lo había unido con quien al final resultaría ser su madre biológica, no podía estar mas que agradecido con ella por eso. Centró su atención en la mesa que Bel había señalado a Kutsy, pudo observar los detalles de las fotos y después al escucharla alzó la vista a ella. Custodiar, ¿que no era eso en lo que él era especialmente bueno? -Si tu deseas que así sea lo haremos con gusto, creo comprender que estas son las últimas memorias y las que van a ser de mayor anhelo para Stolas...- Comentó sintiendo de nuevo el nudo en su garganta, soltó la mano de Kutsy y se apresuró a tomar a Bel en un abrazo. Sentía que en cualquier momento ella se desvanecería en el aire y se quería negar rotundamente a eso, odiaba las despedidas y desde el comienzo de esa noche sabía que esa misión lo era. Se estaba despidiendo de Bel y cada segundo dolía más, a pesar de todo se juró no llorar... quizá estuviera a punto de fallar en su juramento. -No quiero hacerlo peor de lo que ya lo es pero en serio es lo más horrendo que he vivido. El no poder hacer nada por ti me ha destruido por completo, perdóname.- Musitó cerrando fuertemente sus ojos sin separarse del abrazo. @@Kutsy Stroud Lenteric @

http://i.imgur.com/pBxy5cT.png Por medio del presente se hace constar que la dueña del Negocio "El Dragón verde" ha solicitado el servicio de Hechizo Antiaparición dejando la siguiente orden. Dicho servicio se encuentra activo desde el mes de Febrero del 2019. - Sólo la dueña del negocio y su marido Matt Blackner pueden aparecerse dentro del local o en sus alrededores, además de los elfos. Los demás tendrán que aparecerse detrás de la valla de color blanco que rodea el jardín, y tiene una separación de seis metros desde el inicio hasta la entrada del negocio y en todo a su alrededor. Conexión de Red Flu activa con Mansión Potter Black Pido a moderación la edición en registro. Ethan Lenteric Jefe de Oficina - Departamento de Transportes y Deportes Mágicos. Ministerio de Magia.

Sentir esa punzada en su pecho no era normal, algo andaba mal con su amuleto y quizá se trataba por estar tan sensible. Se sentía débil, abrumado y desesperado por tratar de salvar a alguien que por propia voluntad había intercambiado su alma por un deseo; era doloroso el ver una bruma en su mente referente al deseo pedido, no se atrevía a ver más allá y estaba seguro de que esa visión la guardaría para siempre para él mismo. El amuleto ya no pendía del cuello de Bel, sintió una cubetada de agua helada en la espalda. Había fallado terriblemente al concentrarse en otros pensamientos, ahora sentía terror, un terror que lo inundó y no lo dejó respirar. Sus sentidos se desconectaron por unos segundos, su vista se nubló y tuvo la sensación de estar cayendo por un gran pozo sin fondo hasta que la presencia de su esposa lo sacó de ese cáos. Tomando a Bel con cuidado y ayudándola en su andar volteó la cabeza hasta toparse con Kutsy quien los miraba con sorpresa sin saber lo que pasaba. -Kuts...-Susurró. ¿Así iba a ser? Ellos dos iban a ser los que presenciaran juntos el destino de Bel que ya nadie podía cambiar, ellos dos iban a ser los últimos que ella tuviera en sus memorias y era injusto. Al final de todo, ¿quien era Ethan como para tener dicho honor? La desesperación comenzaba a perjudicarlo de más. Una vez que Kutsy los alcanzó ya se encontraban en la torre, sin dudarlo la tomó de la mano y de inmediato sus sentidos se relajaron. Kutsy era en si su calma y quizá el destino la hubiese llevado hasta ellos para ser un salvavidas, la última luz que quizá les diera esperanza. @ @@Kutsy Stroud Lenteric

Un elfo había aparecido ante ellos con cara de preocupación, no la culpaba, los elfos a veces formaban parte de ellos como ningún otro ser y al final eran ellos quienes tenían más lealtad con los magos que nadie más. Needles era aparte de su protector como un padre para Ethan, era el único que se atrevía a regañarlo y a corregirlo si es que se lo merecía aparte era el único que lo nombraba por su segundo nombre lo cual lo hacía en extremo cercano al demonio. Sabía que de la comida y bebida que llevaran hasta él no iba a tomar nada, tenía el estómago revuelto y la boca seca debido a lo que vendría después. Trató de sonreír mientras ayudaba a Bel a caminar por la propiedad, jamás en su vida había sentido tanto peso sobre los hombros y eso lo inquietaba ya que tenía que ser fuerte. -Bel...-Musitó deteniendo su andar, la miró y soltó un suspiro hondo. -Yo de alguna manera se lo que pasará, lo siento dentro de mi y a pesar de que quiero ayudarte una parte de mi también quiere detener todo y sacrificarme para que seas tu la que continúe. No me mires así, soy egoísta y para mi no se le puede llamar mundo a un lugar en donde tu no estés... maldición tienes tanto por vivir y tanto por hacer que me duele en el alma el saber que después de esta noche tu... ni siquiera me atrevo a ver esa parte de tu futuro. Solo quiero agradecerte por todo lo que has hecho por mi, eres quizá la persona que más respeto en este mundo y aunque después de esto ya no estés presente en mi vida quiero que sepas que haré que cada día te sientas orgullosa de mi.-Sus ojos se nublaron en lágrimas, un demonio de su jerarquía teniendo ese tipo de sentimientos era una rareza que solo ocurría cada mil años. Sin decir más volvió a centrar su vista en el camino, sentía que alguien los observaba pero no tenía tiempo para ponerse a investigar sobre aquel espía. El llegar a la torre de la bruja era lo único que importaba en ese momento. @

Después de tomar el frasco con los recuerdos de Bel soltó un suspiro amargo, era un suspiro melancólico y sabía que ahora era el final de la travesía. Guardó el frasco cerca de su corazón dentro de su abrigo, pensaba que era el lugar indicado en donde podía permanecer algo tan valioso y se aferraba a la idea de que si aquellos recuerdos iban a ser una especie de alivio a la partida de ella, él tenía que conservarlos. ¿Como explicarle a Kutsy todo aquello? A esas horas ella seguramente ya se encontraba dormida plácidamente creyendo la mentira que le había tenido que dar, podía sentir su calma aún estando tan lejos de ella pero algo lo hacía sentir culpable. Esa noche se estaba comportando como protector de Bel, pero también se sentía un tanto egoísta al compartir con ella esa aventura. Pero en serio, ¿quién más podría con la misión? Ethan estaba seguro de que solo su poder era el que lo hacía apto para esa noche. Cuando llegaron al castillo Evans respiró profundamente el aire invernal, era el vestigio de los últimos días de invierno y eso provocaba en él un sentimiento de abandono aún más fuerte. Observó el castillo y sintió una punzada en el pecho, tenía que ser fuerte pero tan solo quería salir corriendo de ahí llorando como un niño pequeño hacia brazos de su madre. El nudo en su garganta apretaba cruelmente dejándolo casi sin aliento, tuvo que aclarar su garganta un par de veces esperando que con eso se aligerara su dolor sin embargo se desesperaba al no poder reponerse. -¿Por donde comenzamos?-Preguntó bajando la mirada mientras la seguía. @

Miles de pensamientos se agolpaban en su mente con respecto a la relación que Bel guardaba con recelo, parecía que hasta cierto punto se nagara a aceptar dicho amor pero ¿porqué? Desde su punto de vista no era malo el enamorarse, personalmente él amaba ese sentimiento que por siglos lo unió a Kutsy y entendía lo que era el ser amado también. Un amor de verdad se sentía hasta la médula, no como un capricho obsesivo únicamente para saciar el presente o al menos así lo sentía con su mujer a quien idolatraba por su manera tan única de amarlo. -Bueno si, entre más significativo será más poderoso.-Comentó antes de volver a tomar su té. Pensó en ese instante en los amuletos que había dado a sus hijas más pequeñas, esas esferas de nieve con el castillo familiar dentro que conservaban gran poder y que protegían a las niñas de los peligros inminentes que iban a vivir por el simple hecho de ser hijas de un demonio de jerarquía. Su poder recaía en la manera en la que estaban hechas, el propio Needles había sido el artesano a cargo de su creación y una parte de él también había sido incluida. No era extraño, el elfo las veía como a sus propias nietas. Saliendo de sus pensamientos tomó la argolla de matrimonio entre sus dedos, la observó con detenimiento y asintió antes de ponerse de pie. Se colocó con la mirada hacia el norte y levantó la argolla por encima de su cabeza sujetándola con su pulgar e índice. -Reyes del Norte, Antiguos Sumerios, Deidades Paganas os invoco en pos de la protección terrenal hacia una de sus ciervas. Si a cambio de esta requieren un sacrificio, pagaré con mi sangre... que así sea.-Recitó el ritual de protección ofreciendose al final como de costumbre, sabía que los protectores no cobraban su deuda al instante y eso era un alivio para no preocupar a Bel de más en ese instante. Cuando sintió el metal vibrar se dio la vuelta y le entregó el amuleto a ella mostrando una sonrisa melancólica en su rostro de finas líneas. -Hecho esta... puedes usarlo y tendría que servir contra los males de esta noche.-Trató de mostrar seguridad, sin embargo sabía que esa era una noche que trataría de olvidar toda su vida. @

El ambiente era totalmente raro, se sentía como un fantasma merodeando esa edificación y mientras escuchaba el relato de Bel en su cabeza cada una de las escenas se iba proyectando como si fuesen recuerdos propios. Bebió de su té tratando de controlar ese sabor amargo que provocaba la nostalgia, muchas veces se había sentido de esa manera y sabía que era uno de los momentos más vulnerables que uno podía tener. Cuando ella nombró a la mujer embarazada pudo verla tan claramente que casi emite un quejido de sorpresa y tuvo que desviar la mirada para no extraer la esencia de aquel recuerdo. Contempló delante de él el frasco con el hilo de memoria que había extraído de su mente y cuando el beso fue nombrado su rostro tomó un color rojizo mientras sus ojos miraban diferentes lugares en el suelo, en realidad no comprendía porque sentía celos en una situación como esa pero quizá solo se tratara de su personalidad mostrándose. -Así que te enamoraste de Garry y por eso es que lo estás protegiendo...-Comentó antes de beber de nueva cuenta su té, después dejó este sobre la mesa en donde descansaba el de Bel. -El amor es complejo, extrae lo mejor de nosotros y puede exhaltar nuestras cualidades. Si tu no te consideras protectora puedo decirte que lo eres y esa persona a la que tanto amas se ha vuelto un totem de protección para ti... al protegerlo, tu misma te proteges. Es como mi relación con Kutsy, la mejor parte de Astaroth ha decidido protegerla por toda la eternidad y por ese motivo es que mm... hemos decidido intentarlo nuevamente.-Confesó aquello último a ella a pesar de que había decidido guardarlo como un secreto hasta que tanto él como Kutsy estuvieran seguros. -Puedo ayudarte a hacer un amuleto que te proteja lo suficiente durante esta noche en base a eso que acabamos de descubrir, solo necesitamos algo que le pertenezca a Garry. Puede ser algo pequeño o incluso una prenda, ¿crees que aquí lo podamos encontrar?-Preguntó mirando a su alrededor pensando que no sería difícil el encontrar algo que les sirviera. @

Levemente aturdido por lo que las visiones le habían revelado se puso de pie, observó el lugar y dio un respiro. Sea lo que fuese ese lugar, servía de protección para ella y en el fondo sabía que se debía a ese hombre. Con el ceño ligeramente fruncido observó el techo, no había rastro de ruiseñores que fungían como "espias" de Stolas y eso era una buena señal dentro de toda la desgracia. Apartando su gesto serio agradeció internamente el que Bel le quisiera servir un poco de té, desde su llegada a Londres era su bebida favorita y algo le decía que ella ya sabía de antemano como le gustaba tomarlo. Subió la escalera que era en extremo estrecha haciéndolos subir separados uno detrás del otro, sus hombros apenas cabían y al llegar al piso fue que un aire de melancolía le zurcó la nariz. Un sentimiento de abandono, un secreto tan profundo como el mar aguardaba por ellos en esa habitación en donde los maderos ardientes eran los protagonistas. Tomó asiento sin dejar de observar el ambiente, todo parecía encajar en su mente y a pesar de no saber a ciencia cierta la verdad de lo que ocultaba Bel con recelo podía darse una idea bastante clara. -Gracias...-Tomó la taza y justo como lo pensó el té contenía los elementos que le agradaban, incluso la temperatura. Había algo místico dentro de su lazo, muchos podrían llamarle destino sin embargo para el demonio se trataba de algo mucho más fuerte que meras suposiciones de la mente. No se atrevía a pensar mucho sobre ese lazo que los unía, incluso para Kutsy todavía era un secreto y quizá era lo suficientemente egoísta como para compartirlo. Personalmente no se culpaba, es decir, ¿quién era tan afortunado de contar con un lazo como el de ellos? No, en sus pensamientos tenía la certeza de que era el único aún cuando sabía a la perfección que no lo era. -Las palabras son poderosas, los recuerdos van ligados a emociones pero las palabras son el desahogo del alma. Creo que necesitas expresar en voz alta lo que recuerdas de este lugar, incluso puedes describir los sabores que tenías en los labios al tener alguna vivencia aquí. Es importante que sepas que la mente también puede alterar los recuerdos e intensificarlos a tal grado de deformarlos.-Dijo antes de tomar un sorbo del té, su pecho de inmediato cobró temperatura y sus mejillas se descongelaron dejándolo con una apariencia mucho más relajada. -Veo a un hombre acompañándote, no logro distinguir su rostro pero eso es porque tu bloqueas el que yo lo vea. Internamente estás luchando contra la maldición y de alguna manera que sinceramente no comprendo, estás protegiendo a ese hombre... Vaya magia tan peculiar la de una "simple humana", ¿no lo crees? Retando a los demonios más ancestrales sin siquiera notarlo.-Comentó antes de sonreír y beber de nueva cuenta antes de que el silencio se hiciera presente dejando de nuevo el crepitar de la madera en la chimenea como único sonido. @