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Andromedario

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Todo lo publicado por Andromedario

  1. Hola! Perdón la demora al contestar, no me llegó la notificación y estuve viajando por vacaciones momentáneamente No tengo drama en que se edite el formato de ficha/fuentes/viñetas/etcetc. para que se pueda leer, así que adelante, hagan lo que sea necesario. Gracias por el tiempo. Un saludo! @
  2. Buenas tardes. Vengo a pedir edición de ficha en los siguientes campos: En Datos del Personaje: Nombre del Personaje Dice: Deodoro Greenwood Debe decir: Deodoro Bones Sexo Dice Femenino Debe decir: masculino Edad Dice 27 años (adulta) Debe decir: 27 años (adulto) En Perfil del Personaje: Raza: Dice: Sacerdotiza Debe decir: Licantropo Aspecto Físico: Dice: - Debe decir: Deodoro Bones es un adulto cuyo aspecto no es el más agraciado. Su rostro (y gran parte de su cuerpo) está cubierto de cicatrices, producto de un experimento torturador que le provocaron en uno de sus tantos viajes. Desde entonces luce algo demacrado, con pómulos marcados, labios finos y ojos negros que lucen apagados como producto de las ojeras que los adornan. Tiene el cabello largo, desprolijo y de color negro azabache. En contraste, su piel es lo suficientemente blanca como para saber que no ha pasado mucho tiempo al sol en los últimos años. Tiene una estatura promedio (1,78) y su forma de vestir no la selecciona él. Como está tan poco conectado con las vivencias mundanas, deja que los elfos de la familia Evans decidan por él que usar, ya que la mayoría de sus pertenencias son cosas prestadas por diferentes miembros de la familia. Su andar es algo torpe, no se molesta en lucir o aparentar un poco de modales ante el resto de la gente, por lo que más de una vez ha dado un manotazo sin intención por un movimiento mal calculado. Cualidades Psicológicas: Dice: - Debe decir: Deodoro solía ser un joven agradable y sociable. Tenía varios amigos por su gran carisma durante sus estudios en Hogwarts, pero esto se vio modificado por su reciente experiencia como víctima de cautiverio. En la actualidad le cuesta demasiado mejorar sus relaciones, apenas puede hablar con un par de personas pertenecientes a la familia que lo acogió. Más que nada esto se debe a que está muy pendiente del que dirán, y dado que su apariencia no es la mejor, desea mantenerse alejado para no dar a las malas bocas de qué hablar. Por lo general, esto desaparece cuando algo más aparece en su cabeza, algún objetivo, algo que perseguir. Como se enfoca en una cosa a la vez, al estar ocupado se olvida de su problema para hablar con el resto y se enfoca de lleno a encontrar una solución, sin importarle demasiado si estarán pensando en su aspecto físico. Eso por el momento! Por cierto, en la parte de "Trabajo" no se puede leer nada, sólo aparecen un montón de símbolos extraños.
  3. El repentino silencio cesó, y una mujer de unos treinta años tomó la voz. El joven detectó de inmediato que se trataba de una de las personas que llevaba la directiva en aquel esplendoroso lugar, por lo que prestó suma atención a su postura y aspecto físico. Hablaba con una seguridad que no parecía propia de una persona tan bajita, no obstante, este detalle contrastaba con un par de cicatrices que podían observarse si estabas atento. Deodoro no supo muy bien que pensar al respecto. ¿Acaso compartirían, de alguna manera, algo en común? Es decir, su aspecto tampoco era tan delicado: las cicatrices que marcaban su rostro se replicaban en varias partes de su cuerpo, e incluso, algunas heridas aún no cerraban del todo, teniendo unas vendas precarias sobre las mismas para contener el sangrado constante aunque leve. Al parecer nadie más se les uniría, por lo que siguió a quien se presentó como Bel Evans McGonagall por los pasillos del castillo, hasta llegar a una de las múltiples y tranquilas salas. De pronto Deodoro se percató de que no corría más un rumor suave como lo había por el camino, y se preguntó cuantas personas (y criaturas) rondaban por aquel sitio para que nunca pareciera estar en silencio. -De acuerdo. Por... por dónde empiezo - susurró el mago una vez tomo asiento y comenzó a hilvanar pensamientos. Eran muchas cosas por contar, muchas de ellas inconexas debido a que su memoria estaba algo trastocada (por no decir algo trastornada) producto de la magia, y por qué no, del trauma. "Andrómeda y yo fuimos compañeros en Hogwarts. Fuimos buenos amigos, y tuvimos una buena relación durante la escuela. Luego crecimos... y el típico destino nos llegó: no volvimos a contactarnos una vez terminamos los estudios. No sé que fue de ella hasta hace unos meses atrás, cuando me encontró" Paró brevemente para tomar aire, y mientras se estrujaba nervioso las manos miró en rededor, temiendo que los magos que lo tuvieron cautivo todo ese tiempo apareciesen de la nada listos para torturarlo una vez más. "En cuanto a mí, apenas terminé la escuela estuve viajando por Europa. Recorrí varias comunidades mágicas, en el afán de interiorizarme un poco en sus culturas y conocer sus historias. Hasta que un día caí en el lugar equivocado. Precisamente, el pueblo de Andrómeda. Las cosas allí son muy duras. Los muggles casi se mantienen aislados del resto de la comunidad, y los pocos magos que hay niegan sus poderes. Es decir, conocen su magia, saben como usarla, pero no la muestran. Y con justa razón." La historia estaba llegando a tal punto de intensidad, que el joven moreno tuvo que levantarse y pasear un poco. Respiraba agitado, como si hubiese estado corriendo maratones. "Allí me atraparon. Un grupo.... no sé bien. Me vieron con la varita en mano, no sé en que momento, y en la entrada de mi hospedaje me raptaron. No sé cuantos meses pasaron." Su voz tembló en la última oración, y sintió que el llanto llegaba hacia su garganta y ojos. Había pasado tanto terror en todo ese tiempo, y jamás mostró ni un segundo de debilidad, salvo tal vez por los temblores, la voz quebrada... pero llorar, era la primera vez que lo hacía en meses. Lentamente y con el rostro húmedo por las lágrimas, se quitó la capa y la sudadera vieja que apenas lo abrigaba. Todo su torso y espalda estaba lleno de marcas con símbolos extraños que no podía reconocer. -Ahora tengo esto como recordatorio de lo que pasó. Y lo más paradójico es que no recuerdo como ocurrió. @
  4. -Nombre de la Bóveda: Bóveda de Andromedario -Link a la Bóveda Personal: 108692 -Trámite a Realizar: añadir familia 3.- Link del tópico de registro de sus familias: Familia N° 1: Evans McGonagall 4.- Link a las bóvedas de sus familias: Bóveda Familia N° 1: 97458
  5. El silencio fue sepulcral de repente. Lo que estaba siendo una fiesta animada, puesto que varios de los invitados tenían las mejillas coloradas y algunos cabellos sueltos por la agitación, se cortó tan fácil como se puede apagar con un soplido una vela. El joven de cabellos morenos no pudo evitar sentirse mal de pronto. Una culpabilidad que no pertenecía al ahora, sino al tiempo oscuro de su vida lo invadió por dentro. Se sentía mal… por ser él. El miedo a ser rechazado de pronto le llenó el pecho, y quería huir. No. Se lo debía. Por ella estaría aún encerrado, siendo torturado. O peor. Cuando P-ko pronunció el nombre de Andrómeda, la tensión en el grupo creció de manera abrupta. Recordó los consejos de la elfina a cerca de mantenerse sereno y firme, pero lo cierto es que la emocionalidad lo traicionaba. Seguro lo único que se podía detectar de él era el pánico y la gran cantidad de heridas. -Andrómeda… ella fue la que me dijo que podría venir aquí. Dijo, que aquí podría estar seguro… un tiempo tal vez. Esto… es algo complicado. Me gustaría hablar con los p…patriarcas en privado. Por favor. Lu...luego si quieren pueden transmitir la información que traigo a... quien les parezca pertinente... P...pero no estoy seguro. O sí. No lo sé realmente - el tartamudeo por los nervios, la ansiedad y el cansancio fue difícil de ocultar. Una vez terminó de hablar, dejó que los presentes cuchichearan entre ellos y se miraran sin comprender muy bien, hasta que tomaran una decisión. No estaba seguro de que su petición fuese a ser bien recibida, pero no se sentía seguro al aire libre, no por el momento al menos. Miró a su alrededor las grandes extensiones del lugar, la cantidad de verde, árboles, plantaciones de las más diversas. De pronto se dio cuenta que no sabía bien a donde había ido a parar, y al girarse se topó con la estructura inminente de un castillo que parecía tener añares, no obstante, la magia y energía que desprendía lo inundaba todo con vitalidad. Deodoro se sintió más cansado que nunca en aquel momento, a pesar de no haber sido recibido del todo, se sentía finalmente alejado de la tortura y la experimentación constante con su cuerpo. @ @@Syrius McGonagall @ @@Scavenger Weatherwax @@Albus Severus Black @@Kutsy Stroud Lenteric
  6. Buenas noches! vengo a pedir edición de ficha. Nombre del personaje: Deodoro Greenwood Familia 1: Evans McGonagall Registro de Familia: http://www.harrylatino.org/topic/89281-familia-evans-mcgonagall-mm/?p=3730044 Bóveda: http://www.harrylatino.org/topic/97458-boveda-familia-evans-mcgonagall/ --- Respecto a Cualidades Psicológicas y Aspecto físico, borren todo lo escrito xDDD estoy construyendo el personaje nuevo. Gracias de antemano o/
  7. Luego de un breve lapso de inconsciencia, que para él fue eterno, volvió en sí. Se encontraba débil y mareado a pesar de los cuidados que le estaban otorgando. No tenía ni un poquito de fuerzas para resistirse a las pociones que una pequeña elfina le daba con esmero y precaución absoluta. Miró a su alrededor, y de pronto sintió su estómago rugir furiosamente: se encontraba en una cocina donde el fuego y el humo impregnaban el espacio, dando cuenta que nunca faltaba alimento a cualquier hora. -Po...podría... ¿darme pan? - susurró temblando. Sólo podía pensar en comida y en lo mucho que el estómago le dolía. Cuando un elfo le acercó una bandeja con varios insumos comestibles, sintió que podría morir allí mismo y no le importaría puesto que moriría saciado. Durante unos minutos se mantuvo en silencio de palabras, dado que los ruidos que hacía al comer era todo lo que llenaba la sala mientras que los elfos se mantenían ocupado o mirándolo inquisitivamente. Con el estómago lleno, y sintiendo repentinamente una modorra que había olvidado sentir, se recostó levemente sobre la silla. Extrañamente, tener el estómago lleno y estar rodeado de aquellas criaturas que se abarrotaban a su alrededor le permitía pensar con cierta claridad y sentirse de cierta forma a salvo, sensación que hacía meses, o tal vez años -no podría asegurar- no sentía. -Pequeña elfina, creo que es algo personal como colectivo. ¿Con quién debo hablar? ¿Quién es jefe de esta familia? Traigo noticias de una situación grave del exterior, pero también noticias de un miembro... o un conocido de esta familia. - observó los grande ojos de la pequeña llenos de sorpresa, y miró hacia el papel que sostenía firmemente en la mano, y de pronto, los recuerdos se amontonaron tan fuertemente en su interior que sintió unas terribles ganas de llorar y largarse de aquel sitio. - Andrómeda - dijo entrecortadamente, tratando de evitar el llanto. Todo había sido tan reciente, que la pesadilla aún se reproducía en su cabeza. ¿Alguna vez podría olvidar? No, se dijo mentalmente. No podría, y no se lo permitiría. Se lo debía. A ella, y a todos los que estuvieron alguna vez en la misma situación. @
  8. Acá vengo a completar mis trámites y rituales de unión familiar (? Y.Y Nombre muggle: Lau Link a la Ficha y Bóveda de personaje: http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=108684 http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=108692 Parentezco con la familia (sanguíneo, adoptivo, visitante): adoptenme Inclinación de bando (Neutral/Orden del Fenix/Marca Tenebrosa): La órden (panele) Mascotas o elfos (indicar para colocarlos en primer post): -- Negocio en el Callejón (indicar para colocarlos en primer post):-- ¿Por qué deseas ser parte de la familia? Porque toy solita y el bardo requiere de apoyo fliar (?
  9. Deodoro. Apenas podía caminar. Realizaba zigzag apoyándose brevemente en las paredes. La noche era profunda, no sabía dónde estaba, pero sabía hacia donde se dirigía: lejos de allí. Su capa iba dejando a su paso un rastro de tierra, dejando huellas que ya no le importaba ocultar: había pasado la peor de las torturas, y no creía que lo estuviesen buscando, puesto que seguramente lo daban por muerto. Sus cabellos usualmente largos y ondulados habían sido cortados de manera desprolija. Su rostro tenía varios cortes, todos llenos de tierra y sangre reseca. Parecía que lo hubiesen arrastrado por barro, o tal vez, que le hubiesen echado toneladas de tierra encima. La luna no brillaba, y apenas podía guiarse por alguna que otra luz proveniente de los edificios que lo rodeaban. Se detuvo frente a una puerta y la miró fijamente por un rato largo, pensando. ¿A dónde podría ir? Entonces, de sopetón lo recordó. Desesperado, temiendo que tal vez podría haberse olvidado de guardarlo la última vez que estuvo en su hogar, se sacó el zapato y la media. A esta ultima, la sacudió un poco, hasta que finalmente un pedazo de pergamino todo abollado y arrugado cayó lentamente. Con un ademán poco grácil lo agarró con sus dos manos, ambas temblorosas por el esfuerzo y la falta de comida. Leyó atentamente y memorizó cada letra, cada trazo. Aquella era su última esperanza de escapar, de encontrar un refugio aunque sea temporal. A continuación palpó el interior de su capa, dando con el bolsillo oculto que tantas veces había salvado sus más valiosos recursos. De allí extrajo una bolsa que al parecer contenía un poco de arena y una varita. La agitó en medio de la noche, rogando por todos los cielos que en aquella casa hubiese una chimenea. Apenas ingresó, una alarma muggle comenzó a sonar. Internamente insultó, moviéndose lo más rápido que podía. Gracias a los cielos encontró lo que buscaba, agitó su varita realizando el hechizo necesario para conectar momentáneamente la chimenea a la red flu. Rogaba a todos los cielos que el destino no le fallara, y lanzando los polvos al fuego, pronunció lo más claro que pudo: -Castillo Evans McGonagall. Giró sobre si mismo, se mareó... y perdió la conciencia. El mago aterrizó en medio de una sala algo abarrotada. Se podía ver su estado totalmente deplorable por la vestimenta y los cortes varios que surcaban sus brazos, cara y cuero cabelludo. Tenía un brazo extendido y la mano del mismo, cerrada en un puño, aún sosteniendo el papel con la dirección del lugar y abajo la firma de quien transmitía la dirección: Andrómeda. @ @
  10. Holis, vengo por unos cambios pertinentes -Nombre de la Bóveda: Bóveda de Andromeda Amelin Lenteric -Link a la Bóveda Personal: http://www.harrylatino.org/topic/108692-boveda-de-andromeda-amelin-lenteric/ -Trámite a Realizar: (si es añadir o cambiar familias, traer el link a la bóveda y tópic de registro) -Cambiar el nombre de la bóveda a : Bóveda de Lina Greenwood -Eliminar ambas familias de la bóveda (Rambaldi y Lenteric) Muchas gracias o/
  11. Hola Lenterics! Vengo a darme de baja de la familia. Por razones personales, cambio de personajes y otras cosas de menor grado, como que ya no estoy tan activa como para mantener muchas cosas dentro del foro y me pone nerviosa este hecho (? básicamente. Les agradezco un montón las puertas que me abrieron y los lindos ratos que pasamos <3 los llevo siempre en el kokoro. Un besito, y quien dice, capaz más adelante me vuelva a unir cuando sea una desempleada amargada de la life (?????
  12. Buenas!, quiero un cambio en la ficha por favor. Aquí dejo los datos a cambiar. Un saludo, y gracias de antemano Nombre del Personaje -Lina Greenwood Sexo -Femenino Edad -27 años (adulta) Nacionalidad -Inglesa Familia(s): - Padre(s) Sanguíneo - Padre(s) Adoptivos - En Perfil del Personaje: Raza: - En Aspecto Físico: Lina Greenwood lleva la carga de la experiencia en sus hombros. Su rostro es ojeroso y algo pálido, redondeado y carnoso. Su ojos son grandes, de color marrón claro, inexpresivos y decorados con cejas poco cuidadas. Lleva el cabello rubio alborotado, si se lo peinara sería liso y largo hasta los hombros, pero por lo general lo lleva atado muy desordenadamente, teniendo parte del cabello recogido y otra parte suelto en mechones varios. Mide 1,70 pero no sabe llevar bien su altura por problemas posturales. De joven sufrió un accidente que le perjudicó una pierna, por lo tanto, necesita de un bastón para caminar. No hace el suficiente ejercicio desde entonces, así que no califica dentro de los estándares de languidez y flaqueza, siendo así una adulta algo rellena. Todo esto lleva a que sea una mujer con pocas habilidades físicas aunque posee reflejos rápidos. Viste muy de vez en cuando con ropas formales. Su atuendo común es ropa anticuada conseguida en reventas muggles, dada su escasa economía y una capa que la cubra. Su perfume más común es el olor a humo de tabaco. En Cualidades Psicológicas: Es muy tosca y abrupta. Los buenos modales jamás fueron su fuertes. Esto provoca que no muchos deseen relacionarse con ella. Se mantiene indiferente a este hecho, no obstante sabe que le teme a la soledad. Por ello, es usual encontrarla en grupos a pesar de que parece no encajar en los mismos. Nunca deseó convencer a nadie acerca de sus motivos para actuar ni tampoco los justifica. Está muy segura de cuales son sus motores para la acción, y no necesita expresarlos en voz alta. Su ideología está claramente definida, y sabe que por defenderla es capaz de perder una pierna. Le cuesta apegarse a las órdenes y convencionalidades, y más de una vez ha sido desvalorada por este hecho. En "Otros Datos" borrar lo que está consignado.
  13. La cosa parecía tener buen curso, pero siempre aparecía un pequeño obstáculo por el cual avanzar se volvía un tedio. La clase de Idiomas se movía hacia buen puerto, aunque Andrómeda sospechaba que el que aún no estuviese realizando ninguna poción se debía a aquella asignatura. Elevó sus cejas curiosa al ver lo que debían hacer para comunicarse con los sirenos (o sirenas?) y se preguntó en qué momentos los ejemplares que necesitaban para Pociones habían terminado en el agua. -Profesor, otra pregunta. ¿Cuántos ingredientes puede llevar una poción? ¿en la actualidad se siguen descubriendo nuevos elementos que se pueden aplicar a diferentes brebajes o sólo continúan con la herencia de los antiguos sin modificar las recetas? - cuestionó la rubia pensativa mientras miraba las algas marinas. Aprender en aquella clases le daban ganas de descubrir nuevas revelaciones, y por qué no experimentar con lo nuevo en base a lo viejo. - ¿Existe alguna forma segura de... averiguar sobre pociones? ¿Quién regula su uso y las creaciones? - La joven sabía que no todo era color de rosas y existía límites para todo, pero, si había algún lugar en el ministerio en el cual se aplicaban a la investigación de pociones, seguramente lo anotaría como espacio predilecto para echarle una ojeada. Andrómeda volvió la vista al lago, justo a tiempo para ver a la profesora Sagitas caer en él mientras que su alumna la ayudaba a salir. Al parecer el Troll no terminaba de desquitarse lo suficiente y se alteraba a cada segundo más. -¿Cómo podemos ayudarlas? ¿Se puede dar pociones a los Troll para relajarlos? Tal vez las medidas deban ser diferentes por su masa corporal - cuestionó una vez más la muchacha al Tonks. Tal vez resultaran algo molestas sus preguntas, pero lo cierto es que quería moverse, quería aprender, y la curiosidad la estaba teniendo atenta e hiperactiva a todo lo que iba ocurriendo a su alrededor. @@Niko Uzumaki
  14. Andrómeda descubrió de inmediato que le había tocado la clase seria en la que demostrar sus conocimientos era la clave para aprobar. Además, su profesor no parecía ser de aquellos que se distendían o daban largas al asunto, sino más bien de los que iban directo al grano para avanzar lo más rápido posible. Se distrajo por los acontecimientos que se daban, al parecer, por causa de la otra profesora que había llamado a un troll y un elfo para tratar el tema de los idiomas. Se sorprendió dado que no esperaba que el espectro de aquella materia fuera tan amplio, y anotó mentalmente que aquella sería la siguiente asignatura que tomaría, por pura curiosidad. Cuando oyó la voz del profesor Tonks, se sintió posar de nuevo en la tierra, y tuvo que procesar por más de un minuto todas las preguntas que le soltaba. No quería parecer tan desconectada de todo lo que allí iba a darse, pero realmente esperaba que su guía supiese entender sus errores en el caso de llegar a cometerlos. -Pues... No quiero sonar ignorante, pero lo más cerca que estuve de las pociones en estos últimos años fue en el Magic Mall. - no le daba mucha vergüenza admitir aquello, puesto que era la verdad. No tenía a quien tomar como referente en sus bases mágicas, y sólo podía decir que se interesaba por el conocimiento dado que era autodidacta y le parecía esencial aprender para sobrevivir. Pensó a continuación su siguiente respuesta para darse cuenta que sólo podía definir más o menos bien una parte de la misma. No obstante, no le pareció que aquello fuera tan malo, estaba allí para aprender y mejorar. -El antídoto es una cura para una poción, maldición o enfermedad. La poción es una infusión con diversos efectos, y ninguna es igual a la otra, varían por su naturaleza y resultados. Y mi poción favorita es la esencia de Díctamo, para curar las heridas. Puede llegar a ser muy útil en casos de emergencia. Aunque el veritaserum también me llama la atención, ya saben, es la verdad líquida, a quien no le fascinaría algo como eso. - dijo pensativa a la vez que fascinada por aquel hecho. Siempre que le daba vueltas a aquello siempre terminaba igual de embelesada, realizar una pócima de la verdad sería una genialidad. -Por cierto, tengo una duda. ¿Las pócimas pueden aplicarse a muggles? Es decir, ellos son diferentes a los magos, algo de distinto debería hacerse, ¿no es cierto?
  15. Buenos días o/ quisiera solicitar un cambio en mi ficha por favor. Es sencillo xD, solo quiero que en el sector que dice Historia, borren todo y escriban "Reestructurando". Por otra parte, en el sector de Aspecto Físico agregar "Actualmente lleva el cabello rubio y ligeramente más corto. Se encuentra más delgada y toda su apariencia indica que ha llevado una vida un poco salvaje y alejada de las comodidades cotidianas". Muchas gracias de antemano por los cambios y ya nos estaremos leyendo cuando vuelva con la historia como yo quiero (? Saludos
  16. Andrómeda escuchaba divertida a una pequeña ardilla que no paraba de quejarse y desesperadamente se rascaba continuamente su cabeza para agregar dramatismo a su comunicación. Su último pasatiempo -dado que no tenía trabajo- consistía en pasear por los bosques y deleitarse con lo que los animales tenían para compartir brevemente con ella. Su conexión con los mismos se debía a varias cosas, pero el hecho de que ahora pudiera entenderlos era gracias a una de sus últimas adquisiciones, un anillo que venía con el libro que compró. -Entonces, deberías buscar un nuevo escondite para tu alimento. -respondió divertida la joven a su pequeña compañía. El animal olisqueó el aire y posteriormente se giró con rapidez para desaparecer entre los árboles. Supuso que aquella reacción era una ofensa, pero a veces también aquellas criaturas desaparecían cuando algo los asustaba o no andaba bien. De pronto, una carta chocó contra su cabeza. La joven la tomó antes de que volviera a ejecutar la misma acción, y la abrió de inmediato. Una pequeña sonrisa se extendió por sus mejillas al descubrir que sus días de ocio estaban acabando para comenzar otra vez la Universidad, esta vez para aprender sobre Pociones. Leyó varias veces las indicaciones y se puso en marcha para llegar a la orilla del lago. Lo que le llamó más la atención es que la clase sería compartida con otra asignatura, no obstante no sabía en que se podía relacionar Idiomas con lo que ella tendría que ver. ¿Tal vez alguna receta se encontrara en otro idioma y necesitarían traductores? Luego de un viaje corto y un pequeño paseo por los terrenos, Lenteric pudo orientarse y caminar al sector en el que debían estar sus compañeros y profesores. De hecho, sorteó un par de ramas y arbustos secos por el frío y divisó de inmediato un pequeño grupo de personas. Era un día helado, y lentamente las temperaturas bajas comenzaban a introducirse en su cuerpo a pesar que llevaba una capa gruesa que rosaba el suelo y varias pieles de ropa. Llegó finalmente al grupo y sonrió ante las caras conocidas que veía. Algunas le sonaban de algún lado, otras ya eran parte de su registro usual. El lago tenía las costas escarchadas, pero aún sus aguas ondeaban tranquilamente dado que el frío no era tal para llegar a congelar toda la superficie. -Disculpen la demora, espero no ser la última. Lenteric, vengo por pociones. - habló suavemente mientras se ubicaba al lado de Eobard, a quién le clavó suave y disimuladamente el codo en su brazo a modo de saludo. No sabía que iban a tomar juntos aquella clase, pero le alivió saber que no estaría sola con desconocidos. Brincó un poco en su sitio para entrar en calor, y de repente se le ocurrió una idea - ¿Qué tal una pequeña fogata para pasar el día? - preguntó dudosa de si su petición sería bien recibida por los profesores allí presentes, o si quedaría completamente fuera de lugar puesto que aquel era solo un punto de reunión y debían moverse a otro sitio.
  17. Hai o/ ID de usuario:120467 Nick Actual: Andromeda Amelin Lenteric Nick Nuevo: Andromedario Premio obtenido: cambio de nick- ranking de juegos
  18. Hola! Acá dejo mi ficha para conocimientos :3 Nick: Andromeda Amelin Lenteric ID: 120467 Conocimiento: Pociones Nivel de Magia: 4 Link a la Bóveda: link Link a la Ficha: link
  19. Una fuerte carcajada invade el aire cuando la bruja acelera sobre su escoba. El viento le alborota los cabellos, y la altura sumada a la velocidad generan una sensación de adrenalina constante. La noche se vuelve oscura, pero a su alrededor, diferentes luces naturales iluminan para hacer de la silueta de los magos imágenes definibles. Varios de los causantes de este hecho, son pequeños animalitos luminosos que volaban en diferentes direcciones a lo largo de todo el campus. Luego de un par de vueltas, Andrómeda baja la velocidad y flota suavemente, mirando a Eobard realizar lo propio. La bruja se sostenía sólo con una mano, mientras que la otra descansaba suavemente sobre una de sus piernas. —Séptimo… bueno fue bastante interesante a decir verdad. Viajamos en el tiempo — dijo como si nada. Recordó lo poco que había vivido en aquella clase y se sintió un poco decepcionada. —tuvimos que ocultarnos la mayoría del tiempo. Había adrenalina, no lo niego. Pero esperaba más… algo más no lo sé. Pero basta de mí. ¿Qué me puedes decir de tus experiencias? Pronto el simple vuelo que habían decidido realizar se tornó en un partido por obra del Black Lestrange. La Lenteric sonrió de costado, sintiendo que volvía a su salsa después de mucho tiempo. —Espero …— comenzó a decir, pero tuvo que moverse con rapidez dado que una Bludger se disparó en su contra de repente. Se tiró en picada unos segundos para luego tirar bruscamente hacia arriba su escoba, perdiendo de vista así a la endemoniada pelota que iba a parar contra el suelo del campo. No obstante, aquello le valió un par de raspones en las rodillas. —…que estés listo para perder — concluyó mientras que, sacando su varita de una de sus medias, realizó un pequeño movimiento materializaba un bat, con el cual golpeó a la Bludger que volvía acercarse peligrosamente hacia ella y la dirigía en dirección de Eobard. Volvió a reír suavemente, y salió disparada en búsqueda de la Snitch dorada. @@Eobard Thawne
  20. La castaña sonrió, recordando sus años de estudio en Hogwarts. En el tiempo que había pasado allí, vivió una aventura en cada una de sus clases. —Creo que fue en quinto año. La actividad había sido organizada en las afueras del castillo… no recuerdo muy bien. Fue hace poco, pero siento que pasó una eternidad desde aquella vez… — dijo. Su memoria era un caos de recuerdos, en la cual imágenes de rostros se mezclaban, y nombres revoloteaban sin poder ubicarse en alguna cara. >>No éramos muchos, pero fuimos los suficientes como para molestar a algo que dormitaba en las profundidades del lago. Debíamos encontrar rubíes y terminamos peleando por nuestras vidas. Nos enfrentamos a una criatura mítica, no puedo decirte con exactitud cuál, lo he olvidado. La cuestión fue, que casi terminamos todos ahogados. Se encogió de hombros mientras colocaba un par de mechones que caían por su rostro, molestando su visión. Al mirar al cielo, se topó con algunas estrellas que tímidamente se asomaban, indicando que no faltaba mucho para que oscureciera y que la universidad terminara con sus clases diurnas. La voz del joven Black la sacó de su observación, al realizar este un comentario sobre la naturaleza. Asintió levemente, de acuerdo con lo que decía y no pudo hacer otra cosa que no fuese sonreír. Le sorprendía lo mucho que podían tener en común en la forma de pensar, incluso a pesar de que claramente eran dos personas completamente distintas. Además, le llamaba la atención con la facilidad con la que podía charlar de tantas cosas, que iban de lo más trivial a lo más profundo. —Completamente de acuerdo. Es todo un misterio. Por más que creamos que en algún punto llegamos a controlarla y conocer las especies y su funcionamiento interno, la misma muta y de pronto ¡Plaf! Debemos comenzar de nuevo. Es por eso que respeto a la misma. Unos minutos de silencio prosiguió a sus últimas palabras, y una suave brisa nocturna alborotó levemente sus cabellos. Lo que Eobard dijo a continuación la sacó de balance, pero se repuso de inmediato para responder. —¿Volar?¿Bromeas? — respondió totalmente seria. Compuso el mejor rostro que pudo demostrando que las palabras que acababa de decir la incomodaban, y cuando vio al muchacho titubear, no pudo más que reír con fuerza. —¡Tendrías que haberte visto! ¡Claro que quiero volar! Por favor, ¡Si casi que nací con una escoba entre las piernas!... Oh.. uhm, eso sonaba mejor en mi cabeza — respondió, tornándose su rostro de un color rojo furioso al tiempo que reía torpemente. Tomó la mano de Eobard y bajaron juntos hasta el campo, donde el estadio se veía con mayor inmensidad que desde las gradas. —Sabes, las charlas en el aire son las mejores que he tenido. — comentó mientras dejaba su capa en el suelo y elegía una bonita Saeta de Fuego. La movió de mano a mano, evaluándola, y finalmente se montó sobre la misma. Su vestido subió levemente unos centímetros sobre su pierna, revelando un poco más de su muslo. Pegando una patada en el suelo, se elevó por los aires. —¡Pero me han tenido que alcanzar para tenerla! — dijo riéndose, al tiempo que disparaba por los aires en dirección al pulmón verde del campus. @@Eobard Thawne
  21. La charla se hizo placentera, y el tiempo comenzó a correr sin que los muchachos lo detectara realmente. Cada palabra que intercambiaban incrementaba la curiosidad por seguir conociéndose, especialmente en Andrómeda, dado que aquel muchacho le llamaba la atención. —Las criaturas no son mi fuerte, debo decir. En mis primeras clases en Hogwarts, fue un total desastre mi relación con las mismas. — respondió a su amigo, recordando aquel encontronazo con una criatura en las aguas revueltas del lago. —Desde entonces, trato de evitarlas. Claro que me llaman la atención, pero prefiero verlas de lejos — agrega divertida. Trata de obviar unos segundos más la primera pregunta que realizó el mago, pero luego de unos segundos ya no puede ocultar más lo que piensa. —Me siento… extraña. No lo sé. Siempre fui de enredarme con mis emociones, ¿Sabes? Y ahora… ahora están más alborotadas que nunca. Pocas veces conseguí domarlas. Pocas veces… me sentí en paz. El sol comenzaba a caer lentamente por el horizonte, y sus rayos ya no pegaban con tanta fuerza como en las primeras horas que pasaron juntos. El cielo se tornaba lentamente de un color naranja que contrastaba con los colores verdes de la vegetación. —Es… sorprendente. A veces, siento que la naturaleza me susurra… como si me llamara — explica al Black Lestrange. Hacía poco que se había enterado de algo que la sacaba de balance (como para no hacerlo) y era de su afinidad con determinados elementos naturales. Lo que, bajo su perspectiva, explicaba tantas cosas. — Es como si percibiera una música que nadie más se atreve oír…. Andrómeda se calló justo a tiempo, temiendo decir algo más y que su acompañante comenzara a mirarla raro, temiendo por su salud mental. Cruzándose de brazos, inclinándose sobre la barandilla del estadio, miraba hacia el horizonte, viendo como la noche comenzaba a competir con los últimos vestigios de luz para ganar su espacio. No obstante, sabía que aún le quedaban una hora de día, por lo menos. Eobard habló, y sus palabras causaron sorpresa en la joven bruja. —¿Loco? — repitió divertida mirándolo directo a los ojos, mientras una sonrisa se esparcía por el sector derecho de su mejilla —No creo que exista alguien cuerdo en esta tierra. De hecho, quienes tildan de locos a los demás, lo hacen porque le temen a la diversidad. Gracias a Dios no soy de las que creo que haya que clasificar a la gente. Pero dime, ¿Por qué estarías loco? @@Eobard Thawne
  22. Andrómeda dibujo una sonrisa divertida en su rostro al observar lo despistado y nervioso que se encontraba su amigo. Su rostro se ruborizó levemente al darse cuenta como la examinaba con la vista, y rascó levemente su cabeza para quitar la incomodidad producida por el silencioso escaneo. Quiso poner sus ojos en blanco al oír con la pomposidad que hablaba, pero se contuvo. —Finalmente. Las descripciones que me diste, no hacen justicia a la realidad. — comentó divertida observando el aspecto de su acompañante. El que usara lentes, lo hacía verse un poco mayor y serio. Aquello le causaba gracia, teniendo en cuenta las charlas que habían mantenido por correspondencia, que eran de los más inmaduras y graciosas posibles. No sabía exactamente qué harían a continuación. No había pensando en nada para hacer aquel día, simplemente, en su cabeza sólo estaba pasar una amena tarde con Eobard, pero no había pensado en los pequeños planes para pasar el rato. Por ello, cuando le tendió la mano, lo miró confundida. ¿Debía tomarle la mano? <<Qué está queriendo decir con ese gesto>> pensó alarmada mirándolo. Tal vez, simplemente, se estaba confundiendo, pues no todos eran como ella, que expresaban sus emociones por medio de gestos. Tal vez, simplemente, él sólo lo hacía por cortesía. Su mente iba a una velocidad que no podía controlar. Seguramente en su rostro se reflejaba la lucha interna que estaba llevando adelante. Desesperada, miró al Black Lestrange, en búsqueda de una solución. Finalmente, al ver que su expresión era calmada, se decidió y agarró su mano, apretando brevemente. Dejó que un primer instante la guiara hasta que, al ubicarse a su lado, se desprendió con suavidad del agarre y siguieron caminando a la par. Varias aves iban y venían por los árboles, una brisa suave hacía mover sus cabellos levemente, y el ruido de su capa susurrante se mezclaba con sus respiraciones y pasos. Se movían con calma, sabiendo que tenían toda la tarde por delante y que, en todo caso, debían aprovechar cada segundo para divertirse al máximo. —Entonces, ¿Cómo te encuentras? — preguntó luego de unos momentos de silencio en el que descubrió que se dirigían hacia el estadio. — Sabes… nunca me dediqué a pasear por el campus. Solamente estuve en la Universidad para estudiar. Muy nerd. — comentó burlándose un poco de sí misma. —Estar libre me descoloca. Principalmente porque pienso demasiado. A veces me gustaría hundirme en un pensadero en el que sólo se vea oscuridad. Así no pensaría en nada… — un suspiró se escapó de su boca cuando llegaron finalmente a su objetivo. No pudo evitar recordar la época en la que trabajó allí tomando exámenes de vuelo, cuando se encaminaron por los pasillos del estadio y posteriormente, por las gradas. Se dirigieron hacia el sector más alto, donde se tenía una vista privilegiada tanto del campo de juego como de la universidad. El día estaba tan calmo que provocaba inquietud en la Lenteric, erizando su piel con el pensamiento de que en cualquier momento algo podría pasar. Se apoyó con cuidado sobre el borde, produciéndole la altura un poco de vértigo. —Nunca me había percatado de la buena vista — comentó sorprendida. Los edificios se erigían majestuosos y la vegetación estaba en su expresión máxima, dado las buenas temperaturas y el meticuloso cuidado que se le otorgaban. — ¿Has trabajado en algo? — preguntó aún pensando en el pasado. @@Eobard Thawne
  23. Andrómeda paseaba con calma por los pasillos del campus mientras leía un libro con suma atención. Sus cabellos castaños cobrizos caían rebeldes por su espalda y ocultaban parte de su rostro, el cual poseía una fina arruga entre medio de sus cejas delatando su concentración. Era cierto que hacía poco había tomado una de sus clases allí, no obstante, su conocimiento no seguiría creciendo por aquellos terrenos. Con pereza, al terminar la oración levantó la vista, como si despertara de una larga siesta. Miró a su alrededor, intentando ubicarse entre el barullo de las clases, los alumnos que se movían de un lado a otro y quienes se encontraban disfrutando del cálido sol de aquella tarde. Suspiró con calma, abarcando cada detalle y formación de aquel lugar. La nostalgia se había instalado en ella durante los últimos días, y casi sentía que no conocía otro estado de ánimo desde hacía semanas. <<Pero es la decisión correcta.>> Se repetía incansablemente. Debía regresar a donde todo había comenzado. Ahí, en aquel primer pueblo en el que su memoria se había activado, donde recordaba haber dado sus primeros pasos. Entre tantos pensamientos, casi se olvidaba para qué estaba allí. Recordándolo de golpe, miró su reloj de muñeca y se dio cuenta que, a pesar de haber llegado con una hora de anticipación, ahora estaba tarde. Intranquila, movilizó sus pies para meterse de lleno en los jardines. La vegetación, variada y exótica en algunos lugares era el centro de atención de todo visitante, pero Andrómeda no les prestaba atención. Rodeó el lago con apremio pero a la vez tranquila. No deseaba llegar alborotada, y menos sabiendo que aquella sería la primera impresión. <<Y la última.>> pensó poniéndose triste momentáneamente. La montaña rusa de sus sentimientos era una constante que, desagradablemente, no cambiaría nunca. Luego de girar un poco sobre sí misma, mirando extrañada a su alrededor, identificó a quien buscaba por sus ropas. Se encontraba mirando en dirección contraria, y aquello la alivió. Al menos no se sentiría tan nerviosa bajo la presión de su mirada. Fue acercándose lentamente mientras su capa ondeaba con suavidad, dejando ver el vestido color negro, largo hasta sus rodillas y de mangas largas, que había elegido usar para la ocasión. Pensó que podría decir, sonando en su cabeza las palabras est****as y extrañas. Se repetía mentalmente que quedaría como una boba. A veces, aquello le ocurría a menudo: por escrito podía explayarse y escribir a su antojo, pero en persona era demasiado brusca e incluso, patosa. —¿Eobard? — preguntó suavemente cuando estuvo cerca del muchacho. Nerviosa, apretaba con fuerza el libro que llevaba entre las manos para que la tensión quedara allí acumulada. Una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro a modo de saludo. —Soy yo… de las cartas. Andrómeda. — se quedó expectante mirando la reacción de su interlocutor. @@Eobard Thawne
  24. Estaba decidida a irse ya con sus compras listas, pero un extraño ruido llamó su atención. Y no era el bullicio de la gente, o alguna banda que tocaba cerca de las mesas para sentarse a descansar y comer algo, no. Sonaba como a gruñidos y algún que otro chillido. Sin poder evitarlo, se dirigió hacia una de las puertas que se encontraban detras de las escaleras, y al pasar por ella quedó enteramente sorprendida. Era uno de los lugares más lindos que haya visto hasta ahora, adecuado y creado perfectamente para la estancia de todo tipo de criaturas. Su corazón se aceleró levemente al tiempo que una sonrisa se extendía por su rostro. ¡Amaría trabajar en un lugar así! Cada planta era una nueva sorpresa y ninguna se parecía en absoluto a la otra, adecuandose a los productos que se vendían. Se quedó mirando embelesada un rato más la diversidad de criauras que allí habían. Como en las plantas superiores, el lugar se veía abarrotado y no se dió cuenta el momento en que alguien pasó a su lado y le dejó un pergamino para completar junto con un inventario de lo que podría adquirir. No sabía exactamente si de verdad quería aquello, pero cuando giró su cabeza y vio las pequeñas criaturitas de tonos diversos que se movían tiernamente, no lo dudo más. -Oh dios, quisiera veinte de esas cosas. - Planilla de compras para PERSONAJES ID: 120467 Nick Andromeda Amelin Lenteric Link a la Bóveda Trastero: Bóveda Trastero Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda Nivel Mágico: 2 Fecha: 2017-03-21 Criatura: Micropuff Puntos: 10P Precio: 500G Total de puntos: 10P Total de Galeones: 500G
  25. Hacía rato que tenía planeada una visita por aquel lugar. Hacía poco había adquirido lo que le parecía más urgente tener, sin embargo se daba cuenta que aún no lo tenía todo. A medida que iba avanzando en sus conocimientos y entrenamientos, más se daba cuenta de lo útil que eran algunos objetos que antes veía con poco valor y de forma aburrida. Pero ahora entendía que en situaciones difíciles, contradictorias y poco claras un mero objeto de bolsillo muchas veces era la mejor salida. Como otras veces, tomó el inventario y se dispuso a recorrer el lugar mientras rellenaba los datos con calma, tratando de no olvidar ningún espacio o rechazarian su compra. Al instante dos objetos llamaron su atención y no tardó en anotarlos. Revisó no una, sino más de tres veces el pergamino donde había depositado todos sus datos, para finalmente, acercarse a un empleado para obtener sus compras. -Buenos días. Aquí tiene. Espero que esté todo en orden así no le hago perder el tiempo. - Lo cierto era que el lugar se veía muy abarrotado, y si por ella fuese, miraría con mala cara a todo aquel que se equivocara minimamente. Debía trabajar un poco más su paciencia, o en un futuro aquello le jugaría en contra. - Planilla de Compra​s Normales para Personajes: ID: 120467 Nick Andromeda Amelin Lenteric Link a la Bóveda Trastero: Bóveda Trastero Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda Fecha: 2017-03-21 Objeto:Falsoscopio Puntos: 10P Precio: 500G Objeto: Monedero de piel de Moke Puntos:10P Precio:500G Total de puntos: 20P Total de Galeones: 1000G
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