A medida que ambas nos alejábamos de aquella plaza crecía la incertidumbre dentro de mí, no me sentía cómoda con la idea de ir a aquella casa en la cual jamás había estado antes. Sujetada firmemente de mi compañera di pasos cortos pero firmes. Una vez dentro de la propiedad hice el ademán de avanzar y entrar como lo estaban haciendo muchos otros, pero la resistencia de Sagitas a entrar hizo que me quedase afuera con ella.
Vi cómo se acomodaba en el suelo apoyándose sobre un árbol con la mirada fija al mar, yo sabía que ella estaba agotada y pese a lo que me dijo, algo dentro mío sabía que necesitaría mucho más que sólo descansar o un zumo de naranja.
<<Aún hay algo más que puedo hacer por ella>> pensé mientras la observaba y me alejaba solo un poco para que no pudiera decirme algo o protestar, acto seguido empecé a utilizar Purificación Espiritual en ella.
<< Yo puedo hacerlo bien>> era la primera vez que usaba aquel hechizo, es completamente normal tener un poco de temor, estaba nerviosa de que no lo hiciera bien, pues quería con todas mis fuerzas aliviar a Sagitas. <<Sea lo que fuese que haya pasado con Violeta, estaba afectándola más de lo que admitía>>pensé y continué limpiando sus energías.
Mientras utilizaba aquel hechizo purificador sobre Sagitas, podía observar como su semblante iba cambiando, su respiración se iba normalizando, empezó a cerrar los ojos caída de cansancio y me atrevería a decir, aliviada de la carga que tenía <<Lo estoy haciendo bien>> sonreí continuando mi labor.
El amanecer estaba cada vez más cerca, los rayos dorados se filtraban con más facilidad por entre las nubes que ahora se teñían de un anaranjado hermoso. Los ojos se me cerraban, estaba realmente cansada y en parte me sentía pesada por lo que acababa de hacer, me recosté en el pasto con la mirada puesta en Sagitas, me preocupaba y ciertamente quería que ambas estemos bien, pero al poco rato todo se puso obscuro, sucumbí al cansancio y quedé profundamente dormida.
Una voz familiar se asomaba entre mis sueños, decía mi nombre, pero pensé que solo soñaba, me moví ligeramente y nuevamente la voz, pero esta vez más fuerte. Abrí los ojos lentamente para darme con la cara de Sagitas, <<¿Qué hora era? ¿Estaba todo bien?>>, me senté casi de inmediato, miré alrededor y para mi alivio, todo parecía estar en orden.
Perdona, creo que me dormí un poco profundo—respondí, algo avergonzada e intentando sonar más relajada de lo que estaba.
¿Ya es hora de entrar?—pregunté casi instintivamente, esperando con todo el corazón que la respuesta fuera negativa.
Sabía que Violeta tiene que ser interrogada, sólo que no pensé que se diera todo tan rápido, teniendo en cuenta que ella estaba recuperándose de todo lo ocurrido, me parecía una real imprudencia hacerlo <<órdenes son eso órdenes>>.
Me puse de pie y avancé junto a Sagitas.
Mientras nos acercábamos a la entrada sentí ganas de salir corriendo, el cuerpo se me descompuso casi inmediatamente <<¿pero qué rayos?>>, me puse fuerte y eché una rápida mirada alrededor para comprobar que todo esté en orden, al parecer lo estaba. Algunos de nuestros compañeros se acercaban, otros aún descansaban y otros tantos nos esperaban ya dentro.
¿Soy yo o es que hay algo ahí dentro que no está bien?...yo…n..o..bueno, siento miedo.. e..es un poco raro—musité. –Pero todo parece estar bien—repliqué casi de inmediato sin darle tiempo a que me responda.
Continué el paso y me detuve justo en el limbo de la puerta.
¿Me das la mano @@Sagitas Potter Blue ?—pregunté, me sentía asustada y necesitaba aquella conexión con ella para poder afrontar lo que fuera que hubiese dentro de la casa.