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Apolo Granger

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Todo lo publicado por Apolo Granger

  1. Y ahí estaba, la oportunidad que estaba esperando para un ataque directo. Al protegerse de su distracción la había dejado a merced de cualquier ataque, justo para intercalarlo. Pero le sonaba antideportivo intentarlo; primero porque le estaba costando toda su concentración mantener el efecto del espejo de la niebla, y por qué aún tenía encima el efecto del encantamiento silenciador. Mas aun, le sonaba bastante antideportivo atacar si no había recibido un ataque. Pero tenia que hacer algo antes de que fuera demasiado tarde, así que justo antes de que las hiciera desaparecer intercalo un Aguamentí. Lo pronuncio en voz alta, o al menos lo intento, y aunque nada salió de los labios de Apolo sabía que su acción haría desaparecer el silencius que lo mantenía sin poder hablar. El encantamiento de agua salió disparado de su varita; y aunque se había imaginado un poderoso chorro de agua solo consiguió liberar un poco que no alcanzo a tocar a Xell. Su intención había sido mojarla, al menos para lograr una victoria moral, pero estaba demasiado lejos. El agua no produjo ningún efecto real sobre ella, o sobre el escenario, no importa cuanto la intento impulsar con la mente. Sabia que pasaría, y aun así quiso intentarlo nuevamente. Sus ataques acuáticos eran de las mas poderosos que conocía, modestia aparte. Podía usar el poder de las olas para combatir todo tipo de problemas, una habilidad única que había ido desarrollando con el paso del tiempo. Pero había algo en los duelos, en cualquier tipo de duelo que hubiese realizado. Como si hubiera reglas detrás de ellas, que impedían ciertos tipos de magia o los inhibían totalmente. Era un tipo extraño de magia, que solo tenia una explicación. Si uno quería vivir entre magos, debía hacerlo de esa forma o no hacerlo. Y podía entenderlo. Su siguiente ataque debía ser mas poderoso, al menos para dar la ilusión a Dennis de que de verdad querían combatir. Parecía que tanto Xell como el habían llegado a un acuerdo tácito de no dañarse, pero ¿qué pensaría su profesora si no luchaban en el duelo para ganar e imponerse sobre el otro? Tal vez podía lanzar algo moderadamente dañino, pero para el esos ataques solo eran una rueda de hechizos sin sentido que se lanzaban al oponente. Y el hubiese preferido romper esa rueda. Y justo cuando tuvo ese pensamiento, su anillo Detector de enemigos se encendió. Pudo sentir el llamado de alerta en su propia mente, ¿pero el enemigo estaba frente a él? No se había activado con su compañera de clases, pero eso solo significaba que había otro peligro. Agito la varita para ver de donde venia su inminente ataque. Pero no tuvo tiempo para poder pensar en su siguiente ataque, por que un temblor en el suelo casi lo hace trasbillar. Fuera lo que fuera que estaba pasando, por un momento pensó que lo estaba haciendo su oponente. Pero ella se veía igual de confundida que él, y cuando se dio cuenta el suelo se estaba resquebrajando bajo tierra dejando vislumbrar un montón de escamas. Era la única explicación que había porque no había estado creciendo nada en ese claro mas que arena y pasto; porque bajo ellos había una horrible criatura que parecía haber despertado de su sueño. Apolo no la reconoció, pero era tan grande como un basilisco de seguro. Tenia escamas y colmillos y tenia la forma de una serpiente gigante. ¿Podía ser que lo fuera? Y no solo era uno, estaba claro que eran una pareja, aunque parecía que solo uno había captado su atención. Apolo salto justo a tiempo para esquivar el latigazo de su cola, y hecho a correr esperando que la criatura o siguiera. Si Dennis y Xell podían lograr detener a la otra criatura el podía detener al otro basilisco, pero no se le ocurría nada en el calor del momento. Estaba asustado, lo suficiente para empezar a correr con más fuerza al único lugar que se le ocurrió seguro para él: la playa estaba a solo unos cuantos metros, y cuando sintió la arena bajo sus zapatillas supo cómo podía detener a la criatura. Pero sabia que para lograrlo debía alejarse lo suficiente de Xell para que ya no se considerara dentro del duelo. Solo esperaba que funcionara. Agito la varita al mismo tiempo que el basilisco se abalanzaba sobre él, disparando al aire un cañonazo de agua del mar. Jamás hubiese tenido tiempo para poder tanta agua de la nada, pero tenia el mar como su aliado. Su estampida de agua (¡Aquos Cixsternos!) salió como un encantamiento no verbal que disparo toda el agua que salto directo al basilisco, protegiendo a Apolo sumergiéndolo en la corriente. Abriendo los ojos dentro del agua pudo ver que el basilisco había sido atrapado en la corriente deteniendo su ataque, y ahora era arrastrado mar adentro mientras él se mantenía en la arena. La razón era que había guardado su segundo hechizo duelistico para luchar contra el basilisco. El agua no lo arrastraba por que usaba todo su poder mental en mantenerse lejos gracias a la Salvaguarda Magica que había utilizado solo unos segundos antes que el agua lo tocara, para reconectarlo al duelo, y que hacía que el agua lo traspasara como si fuera un fantasma. Logro evitar otro latigazo del Basilisco que lo hubiese lanzado volando por la arena mientras la criatura desaparecía bajo el agua. No lo lastimo, pero la experiencia fue suficiente para atontarlo por varios segundos. El basilisco no regresaría por lo pronto bajo el peso de toda esa agua hasta que se calmara, donde su encantamiento automáticamente se detendría. Ya lo había probado antes en otro momento, en otro lugar, pero, aun así, le agradecería a Dennis mentalmente por la locación que había elegido. Si es que no averiguaba que los Basiliscos eran cosa suya. Pero tenia un duelo al que regresar. Así que se apresuro en volver al claro.
  2. No esperaba demasiado, pero le sorprendió que Xell fuera capaz de ver su estrategia. Después de todo, no había demasiados hechizos en el libro de la fortaleza que pudiesen funcionar en una batalla. Entonces, ¿qué hacer? Había tenido duelos antes, pero ninguno tan limitado como ese: por un momento hasta se le había ocurrido lanzarle el libro. Pero no estaba seguro de que fuera legal hacer algo así; una cosa era dañar a alguien con magia dentro de los limites y luego empezaba la ejecución de propuestas más… creativas. Pero no era su plan tampoco, Xell no le había hecho nada aún. Solo había cancelado su primer golpe defendiéndose. Necesitaba deshacerse de esos pájaros antes de que se volvieran problemas, ¿pero ¿cómo? De momento no se preocuparía de ellos, al menos mientras supiera que hacer. Se le había ocurrido una solución al mirar de reojo por un momento su libro. Y es que no era el único que tenia en su poder; su libro del aprendiz también contenía magia bastante poderosa, lo suficiente para dar vuelta las tornas del duelo. Pero nunca lo había probado antes, ¿serviría en un primer intento? Solo había una forma de descubrirlo. Agito la varita rápidamente, y sintió una corriente de aire que lo rodeo ligeramente. Era como si el libro supiese que iba a ser utilizado, por que salió de su mochila apoyada en un tronco del claro y movió las paginas rápidamente hasta el que pensaba utilizar. — Espejo de la niebla — exclamo con voz clara, sintiendo un tirón de su varita cuando brillo en un tono azulado. El viento se hizo mas potente aun, soltando una corriente que revolvió su cabello azul e hizo que sus ojos empezaran a brillar con fuerza. Fue como si el claro se hubiese convertido en el ojo de un huracán: aunque nada pasaba junto a ellos los arboles se habían empezado a revolver. Fue como si una explosión de magia hubiese salido de su cuerpo, y luego otra más. De pronto se sintió poderoso, como si pudiese utilizar cualquier ataque que se le ocurriese. Podía sentir la magia recorrer su cuerpo, y fuera lo que fuera que veían Dennis y Xell ya no era el mismo Apolo que había comenzado el duelo. Iba a detener aquellos pájaros, antes de que pudiese utilizarlos. — Orbis Bestiarum — musito sintiendo como su hechizo salía disparado con mas potencia que de costumbre. El anillo dorado se envolvió alrededor de uno de los pájaros, que empezó a picotear a Xell. El resto no podía ser controlados con su ataque, pero uno era todo lo que necesitaba para distraerla. Se sentía invencible, lo suficiente para recibir el ataque de Xell para silenciarlo mientras avanzaba y comenzaba a acercarse a su oponente lentamente. Cuando estuvo a 5 metros se preparo para lanzar su siguiente ataque, que esperaba pudiese evitar que el duelo escalara a otro nivel. Tal vez tenia mas poder, pero aún no había perdido su esencia. En su mente pensó "curación" solo para protegerse de cualquier daño residual que hubiese quedado desde ante de comenzar el duelo.
  3. Apolo estaba aprendiendo bastante del libro, empezando por todas las amenazas que parecían salir de la nada. Casi podía apostar que las estaba realizando Dennis, pero no podía culparla. El mismo en sus clases generaba amenazas para probar a sus estudiantes, pero siempre lo había hecho en ambientes controlados y con instrucciones claras sobre que debían hacer. El sentido auto exploratorio de la clase le hizo pensar que quizá no le estaba dando demasiado crédito a sus alumnos, ya que parecía que la clase estaba resultando bastante bien. Llevaba el libro de la fortaleza en su mano libre, mientras la otra empuñaba la varita con la que intentaba repeler cualquier próxima amenaza. Siguiendo a Dennis, escucho sus instrucciones. Aunque no lo hizo explcito, sabia que debia realizar un duelo. Conocía por los Grangers las habilidades de duelos de la Delacour, así que agradecía que su oponente fuera otra persona. El no era muy bueno en duelos, prefería zafarse de las confrontaciones, pero estaba seguro que podría batirse por propósitos académicos. Podía usar la magia del libro para defenderse si era necesario, pero no buscaba hacerle daño a su oponente. Podía ver el escenario del duelo como un claro tranquilo en medio de un bosque playero, con suficiente espacio para maniobrar ya que no había nada más que pasto llano y arena. Se encontraba al menos a 8 metros de su oponente, lo que debía ser suficiente para mantenerse a salvo, por lo que procuraría mantener esa distancia cada vez que pudiese. Apolo se apresuro a lanzar el primer ataque, o mas bien dicho una buena defensa a cualquier primera acción que pudiese lanzar Xell. Movió la varita sutilmente, casi como si se estuviese acomodando, mientras en su mente pensaba “salvaguarda mágica’”. Debería ser suficiente para protegerlo de cualquier ataque que le lanzaran, ya que atravesaría limpiamente su cuerpo. La única pregunta que le quedaba era saber cuanto tenia que durar el duelo para considerar que había aprendido algo de esa clase.
  4. Apolo, distraído por el paisaje, no se dio cuenta de lo que ocurrió a continuación. Había estado esperando algún tipo de amenaza, pero las aguas permanecieron tranquilas. Quizá lo que fuera que merodeara en el agua no sentía que valía la pena hacer un ataque ya estando los tres magos en tierra. Dennis había llegado apareciéndose, y aunque el día era bastante agradable la sensación de amenaza aun podía sentirse. ¿O eran paranoias suyas? Al parecer no, porque al momento siguiente y mientras giraba sobre si mismo ante un horrible ruido, sintió un golpe en el costado que lo hizo salir impulsado. Un golem de arena y rocas se había alzado de la nada en la playa, pero el Granger se había percatado demasiado tarde. El impulso lo hizo terminar siendo arrastrado por la arena, sintiendo el roce de la arena con mucha fuerza en su espalda. Sabía que había un peligro, pero fue lo bastante ingenuo para pensar que podría preverlo. Cuando pudo recobrar el aliento jadeo “curación”, tosiendo un poco de arena en el proceso. El efecto fue inmediato, y dolor agudo que sentía por todo el cuerpo disminuyo lo suficiente para que se pudiera poner de pie. El golem se abalanzó sobre él, justo a tiempo mientras disparaba una salvaguarda mágica contra el mismo de su varita. El efecto fue inmediato, aunque en un auto reflejo se cubrió la cara con ambos brazos al ver la embestida que se le venia encima. El golem lo atravesó limpiante cayendo al agua, y Apolo volvió a sentir como su anillo detector de enemigos brillaba. Fuera lo que fuera que estaba en el agua despertó con el golem, y lo arrastro a las profundidades rápidamente deshaciéndolo en el proceso. Apolo se alejó arrastrándose por la arena antes de caer rendido lejos de la orilla del agua, viendo lo que quedaba del golem chapotear y luego sumergirse. Era una forma de derrotarlo, o al menos la única que se le ocurría usando los hechizos del libro. Había tenido que reaccionar hacia lo que le habían lanzado usando solo la magia del libro suponía, ya que por eso estaba allí. Pero lo había hecho tarde. Y la curación que se había realizado la había hecho después de sentir una hecatombe sobre su cuerpo. Tuvo que buscar en su bolsillo por la segunda pieza defensiva, el amuleto de curación, y solo cuando se lo puso encima sintió que su cuerpo recuperaba la energía al colgárselo en el cuello. Se puso de pie con dificultad, se había alejado de Dennis y de Xell así que se apresuro a volver hasta donde estaban.
  5. Parecía que ambos Apolos estaban en sincronía por primera vez, ya que ambos -el que dictaba la clase en el bosque y el que se encontraba detrás de los arbustos- se encontraban atentos a lo que harían sus alumnas. Dorothy fue la primera en intentarlo, aunque el Apolo en los arbustos no logro ver lo que había hecho hasta su segundo intento. Al parecer había ido por lo seguro con un encantamiento levitatorio, pero el Granger supo apreciar el detalle de lo que estaba haciendo. Tal parecía que usaba su magia con cautela; no la dejaba salir con fuerza, pero si con precisión. Aunque había casos raros, le alegraba que aun existieran alumnos interesantes, aunque se encontraran en una situación tan extraña. Y entonces sucedió la segunda cosa que lo preocupo: cuando fue el turno de Gatiux utilizo una variante del encantamiento calcinador, estaba claro que ella si sabía lo que hacía, y un dominio de la magia elemental que se dejaba ver desde cualquier posición. Lo que le preocupo de la situación fue como frunció el ceño ligeramente cuando vio que la mariposa quemaba las flores de Dorothy, mientras que el Apolo del claro parecía bastante contento por su desplante. ¿Por qué había pasado? Fue solo un lapso momentáneo, antes de que él otro Apolo siguiera hablando para responderle a Dorothy como si nada hubiera pasado. Y ya de por si la situación seguía siendo extraña como para agregar otra pregunta más al problema. — Las transformaciones son mas complejas que los encantamientos por esa misma razón. Convertir cosas no es cosa de apuntar y decir palabras, también trata sobre un dominio de la mente que… — ¿Así que fue un giratiempo? — preguntó Apolo mirando el reloj que sostenía Dorothy. — Que extraño, ¿me permites? — …por lo que debemos detenernos a pensar: que tipo de forma queremos crear, de que material. Los encantamientos responden a una parte de nosotros más interna aun, compartimos nuestra magia con algo externo. Hay una teoría sobre la magia que dice que… Apolo examino el giratiempo de Dorothy por encima. Nunca había visto uno realmente, hasta donde sabia eran extremadamente raros. No vio rasguños ni nada que pudiese decirle que estaba roto, pero él no era ningún experto en objetos mágicos. Se lo devolvió mientras una Gatiux harta de escuchar a su otro yo proponía la idea de que quizá había sido su culpa. Y Apolo ya no sabía que pensar. Solo que la idea del giratiempo roto no le terminaba de calzar, y no sabia por que. — Por favor, que no nos vean — exclamó preocupado empezando a sentir la lluvia en su cara. Se puso de pie de un salto apenas había escuchado los gritos, y fue una suerte que sus dobles voltearan al escucharlos también o pudieron haberlo visto. No se había percatado del clima, al menos no lo suficiente hasta que el trueno impulso la cortina de agua que amenazaba con mojarlos. Se apresuraron a seguir a sus otros yo y protegerse de la lluvia en el bosque, con Apolo igual de preocupado que al principio. Por fin iba a saber que había ocurrido. Aunque no estaban muy seguros de por donde iban, el grito mas o menos se había escuchado al interior del bosque, así que sin seguir una ruta especifica empezaron a moverse entre las raíces. Pero un fogonazo de luz los detuvo en seco, enceguecidos por un momento. Casi se hubiese imaginado que podría ser otro rayo, pero el color era bastante cálido para serlo. Retomaron la marcha con mucha más rapidez, apresurándose a lo que parecía ser otro claro. Pero cuando salieron de la espesura del bosque, se encontraron con el mismo claro del que se habían ido, y ya no había lluvia. Ahora estaba… ¿soleado? Estaba seguro de ambas cosas, solo al ver las quemaduras pequeñas que habían quedado del hechizo de Gatiux. Pero no tenía sentido, estaba seguro de que se habían movido a otra parte del bosque. ¿Se habían perdido de alguna forma? Era difícil de suponer si habían avanzado en línea recta en todo momento. — ¿Qué clase de magia es esta? — preguntó Apolo sacando su varita, solo para recibir un enorme siseo con forma de rugido como respuesta. Lo que parecía ser una serpiente de musgo y plantas se alzó no muy lejos de donde se encontraban, y una enorme llamarada irrumpió de la nada solo unos segundos después. Ya no tenia dudas, esa era la magia de Gatiux, pero no de la Gatiux junto a él igual de confundida, por lo que solo podía ser la otra Gatiux. Y una ráfaga de hielo le hizo confirmar lo que pensaba. Era el tipo de magia que usaría él. — Somos nosotros, estamos luchando contra esa cosa. ¡Y en la lluvia! Lo ultimo no tenia sentido, pero nada de la situación lo tenía. Aunque en el claro parecía que el sol había empezado a salir en el bosque seguía lloviendo. Eso no era tan raro realmente, muchos encantamientos meteorológicos podían dividir el clima en dos, aunque eran muy complicados. Tomaban tiempo, y no era que ni a su grupo ni al otro le sobrara. O tal vez sí… — No viajamos en el tiempo, estamos en él. — soltó Apolo moviéndose un poco en dirección a la criatura, sin salir del claro. La criatura se había vuelto a sumergir en la espesura del bosque mientras el resplandor de distintos hechizos podía observarse desde donde estaban. Sus otros yo estaban luchando con todo lo que tenían, por la cantidad de poder mágico que parecía emanar de entre los árboles. — No fue el giratiempo, es el bosque — mustió dando otro paso. — Cuando luchábamos contra esa cosa estaba lloviendo, pero cuando nos desmayemos y pase el tiempo saldrá el sol. Levanto el dedo al aire, mientras intentaba ayudarse a hilar las ideas. Entonces algo extraño ocurrió, la misma llamarada parecía venir de dos lugares distintos. Y toda la magia era distinta, pero el fuego que lanzaron contra la criatura parecía provenir de dos lugares distintos, a pesar de ser idéntico. Era lo que necesitaba para confirmar lo que había venido pensando. — Las personas que gritaron, fuimos nosotros mismos. Nosotros mismos pedimos ayuda y nos estamos ayudando en este momento. Era difícil mantener la calma, pero estaba seguro que el grito que había escuchado había sido su propia voz. No había querido decirlo en voz alta pero ahora estaba claro que no se lo había imaginado. No sabia donde estaba o por que estaban ocurriendo esas cosas, pero la pregunta salto de sus labios sin siquiera pensarlo. — ¿Nos ayudamos? Miro alternativamente a Gatiux y a Dorothy. En solo una clase (o dos… o tres) podía ver claramente que pasaba por sus mentes. Si de Gatiux dependiera saltaría a la acción para combatir a la bestia y Dorothy, gracias a los Dioses, elegiría ser más prudente y racional con la situación. La forma de ser de Apolo iba más con la de Dorothy, tomarse el tiempo de analizar las cosas. Pero le preocupaba que apoyar a la persona equivocada condujera a algún error, y escucharse a sí mismo y a otras personas en peligro activaba otra parte de él. Una que le pedía hacer algo para solucionar el problema. Algo malo estaba ocurriendo en ese bosque, y necesitaban resolverlo… pero ¿cómo? @Gatiux Tal vez la forma de ver de Gatiux diera con la respuesta. Si entraba en batalla y Apolo la ayudaba también lo haría Dorothy. Y ya no habría seis personas luchando contra la bestia, si no nueve. Podrían ganar, pero ¿sería la cantidad de gente que se necesitaba? ¿Y si ya habían tomado esta decisión, y perder les había costado todo ese problema? Tal vez la criatura los había vencido cuando solo eran tres, así que ahora había seis de ellos luchando contra ella. Si se sumaban ellos tres y perdían, habría nueve versiones en distintas etapas temporales deambulando por el bosque. Lo que significaba que quedarían atrapados… para siempre. Cuando lo pensaba así, la única alternativa era esperar, ¿pero sería capaz Gatiux de simplemente observar y no resolver la situación ella misma? @@Dorothy Anne Tal vez la forma de ver de Dorothy diera con la respuesta. Si entre los dos persuadían a Gatiux de mantenerse en el claro lejos de la batalla podrían mantener el hilo temporal que parecía estarse tejiendo, y al encontrar una salida de la situación sus otras versiones también lo harían a su debido tiempo. Porque estaba claro que lanzarse a pelear no parecía haber funcionado las primeras dos veces. Tenían que enfocar sus energías en resolver la situación, pero quizá la mejor forma era derrotando a la criatura que parecía estar controlando el tiempo. Si no se les ocurría otra respuesta a lo que estaba pasando no les quedaría otra que enfrentar a la bestia y ver como les iba desde ahí, pero, ¿sería capaz Dorothy de encontrar una mejor alternativa a lo que estaba ocurriendo?
  6. Apolo escucho la respuesta y asintió. Tal parecer no había tecnicismos con la magia Uzza, que al ser antigua no se prestaba para interpretaciones como la magia moderna actual. Le pareció interesante la idea del amuleto, y como tenia que llevarse en el cuello para que funcionara, aunque quizá lo que se esperaba realmente era que la punta estuviese sobre el pecho. Quizá la nominidad de las cosas era que el mago les daba el poder a esos objetos y no al revés, por lo que se apresuro a tomar nota de lo que había dicho Dennis. Quizá era más fácil verlo en acción en realidad, como habría hecho el mismo en contadas ocasiones. La diferencia principal, sin embargo; era que con la magia Uzza prefiria mucho el estudio de la teoría, mientras que cualquier otra rama mágica lo habría hecho mas participe de la práctica. Apolo no entendió a que se refería Dennis cuando extendió sus manos y les pidió que se acercaran a ella, pero hizo lo que le pidió. Si Apolo se había sorprendido intento no demostrarlo, pero no tenía ningún sentido que fuera capaz de aparecerse dentro de la Universidad. Cuando sintió el tirón y desaparecieron para reaparecer en una playa paradisiaca, se pregunto si no se habría perdido de algo en relación a la Universidad. Claro que la explicación más lógica para todo eso era que Candela había levantado muchos de los hechizos que protegían la Universidad en su actual puesto como directora, o lo había descuidado lo suficiente para que alguien más lo hiciera. Se la imagino en su oficina durmiendo tranquilamente mientras su elfo firmaba papeles importantes por ella, y ofuscado volvió la vista a ambas jóvenes junto a él. Al menos Dennis no estaba usando esos horribles trasladores ilegales del que todo mundo era tan fanático, que desestabilizaban cualquier zona mágica cada vez que se usaban. Como seguía cavilando le costo entender las instrucciones de Dennis, que eran tan simples como llegar a la Isla a algunos metros. Estaba seguro de que si la marea hubiese estado lo suficientemente baja estarían mirando una península y no una isla, pero no parecía ser el caso en esa oportunidad al menos. Y ninguno de los hechizos del libro podía hacer aparecer un camino mágico… Apolo se pregunto que esperaba Dennis que realizaran, y por alguna razón lo primero que se le vino a la mente era que había que defenderse de algo… ¿pero de qué? Como su compañera se había adelantado volando, Apolo pensó un momento en imitarla, ya que, aunque él no era animago supuso que de alguna forma podría volar por encima del agua, pero no era mucho su estilo alejarse del mar, así que se lanzo nadando solo unos momentos después de lanzarse a sí mismo un encantamiento impervizador. Solo eran unos metros así que no tardo en llegar a la otra orilla. Pero estaba seguro de que, si no fuese tan buen nadador, le habría asustado enormemente la grieta que pudo ver en el fondo del agua y que parecía bastante amenazante. Se sacudió para eliminar las gotas de agua que se negaban a pegarse a su cuerpo, y en solo unos momentos quedo listo y a salvo en la isla, sintiendo la briza marina. Tal vez Dennis esperaba que usáramos la magia de los libros de alguna forma, pero Apolo estaba bastante contento con tener esa cosa alejada lo mas posible de él, dentro de su mochila. Sin embargo, había sacado el anillo de escucha y se lo había puesto en el dedo. Lo había usado en la grieta de forma inconsciente al pasar sobre ella, lo que finalmente fue lo que le produjo tanto miedo. Dentro había una criatura, y aunque no sabia cual había podido escuchar perfectamente el susurreo que venia de ella. Estaba seguro que si no lo hubiese tenido encima, el anillo no lo habría alertado de la criatura y hubiese estado a su merced. Tal vez la magia Uzza no era tan mala, si podía encontrarle su uso en defenderse y no usarla de forma bélica. Era una estrategia complicada, pero era la única que tenia. Y tendría que ver que tenia Dennis planeado para ellos primero.
  7. Apolo observo el salón, buscando cualquier detalle que pudiese indicar que allí se enseñaba duelo. Pero era un salón común y corriente, de los muchos que se podían observar en la Universidad. Lo único interesante y digno de mención era la ventana que daba a uno de los muchos jardines, que observo ligeramente antes de volver a poner su atención en el salón de clases mientas rebuscaba por el libro de la fortaleza y los anillos que contenía de dentro de su mochila. Recordaba haberlo comprado en la venta que había ofrecido el Magic Mall y haberlo tenido guardado durante bastante tiempo. Pestañeo sorprendido viendo como como ya había empezado la clase, y saco su libro cuando al fin lo agarro para observarlo mejor y darle una nueva ojeada. A simple vista parecía un libro común, pero guardaba suficiente magia para poder considerarse un instrumento bélico de combate. No tenia muchas dudas realmente, al menos no dentro de lo que podía haber aprendido por su cuenta. Realmente las explicaciones eran muy claras, pero los hechizos tenían cierto riesgo en lo que podían causar. Los anillos eran lo que mas curiosidad le daban, pero mientras reunía mas valor para hablarle a Dennis se le adelantaron con otra pregunta. Se le hacía extraña la idea de que pudiesen escuchar sus conversaciones, pero con magia todo era posible. — ¿Se puede contrarrestar su efecto? — preguntó Apolo sumándose a la pregunta ya hecha. — A mí me gustaría saber si es necesario llevar puestos los anillos para poder usar su magia, o con aprender de ellos debería bastar. ?Y si alguien llegase a quitártelos en un duelo de alguna forma?
  8. Dorothy y Gatiux parecían estar al mismo nivel de conocimiento que él en la situación. Si algo había ocurrido, estaba ocurriendo, o iba a ocurrir (y le empezaba a doler la cabeza de solo pensarlo) no estaba siguiendo el hilo del problema en que se encontraba, o si había uno realmente. Pero que hubiese un doble de ellos no era normal. La idea de Dorothy de que un agente externo había causado toda esa situación tenían sentido, aunque no les ayudaba mucho a esclarecer la situación. — Si, yo doy Encantamientos, ya lo escuchaste — aclaró sintiendo la presión que ejerció Dorothy cuando lo toco. — O a mí, o a lo que sea que sea esto... Le hecho un vistazo al claro, mientras Gatiux (la otra) se presentaba a la clase. — ...pero no recuerdo haber dado esta clase, y puedo recordar perfectamente la ultima que dí. O porque había elegido un bosque para una clase, cuando normalmente las solía dar en la playa. Era la única diferencia que había logrado encontrar con su doble, ¿pero era tan difícil imaginarse un cambio de escenario? No reconocía donde estaban, y las preguntas de una de sus alumnas (al menos, así asumía por la situación) no parecían tener respuesta. Fue la intervención de Gatiux, que parecía extremadamente divertida con la situación, lo que realmente alarmo al Granger. La Gatiux junto a él hubiese hecho su aparición triunfal en el claro de no ser por que Apolo agarro su brazo asustado intentando impedírselo. No parecía tan contrariada con la idea de un viaje en el tiempo, que hizo que el poco color en la cara de Apolo desapareciera. Si habían tocado la delgada fibra espacio temporal tenia que haber sido con magia muy poderosa, y una gira tiempo tenía bastante sentido. — Si fue eso, entonces con mayor razón no deberíamos dejar que nos vieran. — soltó Apolo en un susurro molesto mientras tanteaba sus bolsillos, no tenía nada más que su varita. — Tal vez a todos nos sorprenda un poco y luego tendríamos seis personas confundidas en vez de tres, O PODRÍAMOS TERMINAR MATÁNDONOS. Se agarro la boca justo a tiempo al ver que lo ultimo lo había soltado elevando la voz, lo suficiente para que las voces del claro se acallaran un momento. Se molesto consigo mismo mientras una Dorothy preocupada y Gatiux divertida le devolvían la mirada esperando, al mismo tiempo que el otro Apolo estornudaba levemente. — ...que me alegra tenerlas a ambas, y es un gusto. Gracias por sus presentaciones y vamos a lo que nos convoca. Apolo escucho a su otro yo y se acomodo mejor para verlo (o verse dar clases). Si habían viajado en el tiempo, como había dicho Gatiux, entonces en algún momento ocurriría algo que lo desencadenaría. Y para restablecer el orden natural, cuando eso ocurriera la línea temporal se repararía cuando sus dos acompañantes y el tomaran el lugar de la gente del claro. — Encantamientos es una de las ramas de la magia más útiles con la que cuentan los magos. Esta fuertemente ligado al uso de las varitas mágicas, que como saben canalizan nuestro poder de mucho mejor que cualquier otro instrumento mágico. ¿Siempre era tan pomposo para hablar? Mientras Apolo dos comenzaba su clase, el Apolo original compartió sus deducciones con Gatiux y Dorothy con la esperanza de que se adecuaran a su plan. El único problema de la situación realmente era que no conocía a ninguna de las dos, no al menos para esperar que siguieran su idea a costa de tener una mejor ellas. Aunque si incluía lanzarse al claro y anunciar que habían viajado en el tiempo… — Lo importante que debemos saber sobre los encantamientos es que a diferencia de otro tipo de hechizos, lo que nosotros realizamos en imbuir con nuestra propia magia a objetos y seres por igual, agregando propiedades o cambiándolas, pero sin modificar su esencia como ocurre con las Transformaciones. Podemos cambiar de color un objeto, pero lo que hacemos realmente es cambiar como percibimos la luz sobre él. Podemos hacer que una silla baile y mueva las piernas, pero segui… —… y por eso recomiendo que nos acomodemos y esperemos a que la clase acabe, y veamos que causo todo esto— finalizo Apolo, sin estar seguro de si lo estaban escuchado mas a él o al Apolo en el claro, que seguía dando su clase. A pesar de la locación, su estructura de la clase no parecía haber cambiado, y sabia perfectamente que luego de su explicación realizaría una muestra de su propio poder mágico. Con algo de vergüenza se vio a si mismo creando una corriente de aire que levanto todas las hojas secas del suelo haciéndolas bailar, y agitando los arbustos en los que se encontraban. Le gustaba mucho lucir su magia, y muchos de sus hechizos tenían esa cualidad. Casi como que hablase de él sin tener que expresarlo. — ¿Ninguna recuerda nada de esto cierto? — musitó el Apolo original viendo como el Apolo de la clase les pedía realizar un encantamiento al azar de su propio arsenal de hechizos. Apolo solía pedir eso a sus alumnos por que sabia que realmente una presentación no servia de mucho. Donde realmente podía ver como era alguien era por el tipo de magia que realizaban. A pesar de sus interacciones con Gatiux la conocía tanto como a Dorothy, que era casi nada. Por lo que aprovecharía la instancia para ver a sus dobles hacer la presentación real por ellas. Y es que no había dejado de pensar, desde que vio la situación en la que se encontraban, que una de ellas tenia la culpa. @@Dorothy Anne @Gatiux
  9. Apolo ya estaba harto. Parecía que cada interacción que tenia con los Uzza venia cargado de mala suerte y problemas. Incluso la primera de las clases, que tenia como eje central uno de los libros más sencillos creados por ellos, había sido tan complicada para el que había tenido que fingir un imprevisto antes de salir huyendo. Realmente no sentía que estaba cortado para esa clase de magia. Y mientras caminaba por el Ateneo de magias guerreras mirando los números en las puertas se preguntó si era buena idea hacer un ultimo intento o era mejor rendirse desde ya. Habían hablado bastante bien de las habilidades de Dennis para enseñar, que como profesor de la Universidad podía dar credibilidad de ellas al menos por lo que sabía, aunque fuera una materia como magia Uzza de nivel básico. Su cabello azul corto se podía ver desde la distancia, aunque era bastante extraño por que el casi nunca pasaba por esa parte de la Universidad. De todas maneras, prefería un salón de clases a cualquiera de los terrenos inhóspitos que se solían usar en los duelos comúnmente. Pero, con miedo a no estar preparado a un cambio de escenario, llevaba ropa ligera y su porta varitas amarrado a la pierna. Y a diferencia de la primera vez, no llevaba ningún elemento extra que pudiese dar la impresión de que iba a asistir a clases, de no ser por la mochila negra donde llevaba su copia del libro de la Fortaleza. Lo había ojeado muchas veces con aprensión, y había tomado algunas notas, pero mucha de su magia para él no tenia pies ni cabeza. Quizá era porque no tenía toda la información de una clase para prepararse, aunque para eso estaba ahí. Cuando llego al salón indicado por la lechuza, toco tan suavemente que pensó que quizá no se había escuchado, pero entro con paso más seguro de lo que se sentía realmente. De hecho, no tenia muchos ánimos para estar ahí, pero era lo que había. Y no era el único en el salón, otra joven también se encontraba allí. —Buenos días— soltó con voz neutra, acercándose a una de las mesas mas al frente y sentándose luego de dudar un momento.
  10. Apolo Granger

    Encantamientos

    Lo primero que sintió Apolo cuando abrió los ojos, fue un dolor horrible en el costado de la cara. Por alguna extraña razón, había terminado desmayado en el suelo de un bosque. Y solo cuando había intentado acomodarse, se había dado cuenta de que le dolía todo el cuerpo: Como si le hubieran dado un montón de golpes por todos lados. A su lado podía escuchar algunos quejidos, y aunque su primera reacción hubiera sido ver de quien se trataba, un movimiento brusco de su parte le hizo darse cuenta que no era buena idea apresurarse. Alarmado, intento recordar lo último que había pasado. Le costaba visualizar su camino hasta allí, y se dio cuenta que lo mas cercano que tenia en mente fue el ultimo vistazo que dio en el espejo en la Mansión Granger. Su pelo azul, bastante corto, era lo mas destacable de Apolo, ya que solía llevar ropa nomag bastante sobria cuando iba a algún lado. Su polera negra estaba llena de tierra, y el frió del ambiente invernal le hizo preguntarse por que no llevaba algo más cómodo para la estación en la que se encontraba. Lo peor de todo era que no podía recordar que es lo que estaba haciendo ahí, o por qué se encontraba desmayado. Había salido esa mañana por alguna razón, pero no tenía ninguna pista más que sus dos acompañantes, a quienes logro ver en el momento que se puso de pie. A una de las jóvenes no la reconoció de nada, alarmado por no saber quien era. Pero el color morado del cabello de la segunda chica era indiscutiblemente de Gatiux, la esposa de Orión. Si ella estaba aquí Orión no podía estar lejos, y se pregunto de forma dudosa si acaso el hubiese tenido algo que ver. —¿Están bien? — pregunto Apolo preocupado, acercándose a la primera chica para ayudarla a ponerse de pie. — Perdonen, estoy muy desorientado. ¿Qué…? Ellas no se veían mejor que él, pensó Apolo tanteando en busca de su varita. La encontró en el suelo un poco alejado de él, y se apresuro a recogerla mientras ambas chicas compartían impresiones de la situación. No parecía que iban a sacar nada en claro, pero le asustaba la idea de haber perdido el conocimiento durante tanto tiempo. ¿O había sido poco? El sol apenas si estaba comenzando a ponerse en el horizonte, y por un segundo Apolo se preguntó si no habría dormido ahí. Se sentía como si lo hubiese hecho, claramente. — Mi nombre es Apolo — le mención a la joven desconocida temblando ligeramente por el frió, antes de desesperarse y perder la calma—¿Alguna recuerda algo antes de despertar? ¿Lo que sea? Lo poco que le quedaba claro era que lo mejor era irse de allí. Lo primero que pensó en hacer fue dirigirse a casa y asegurarse de que estaba todo bien con él, pero antes de que pudiese lanzar la idea a sus compañeras un sonido bastante peculiar lo detuvo a media palabra. Alguien mas se encontraba en el bosque, y aunque su voz era familiar no lograba ubicar donde la había escuchado antes. Afirmándose a su varita, miro preocupado a Gatiux y a Dorothy y se movió con cautela entre los árboles, para descubrir de donde venia la voz. Trato de hacer el menor ruido posible, pero era bastante difícil pisando ramas y hojas secas, por mucho cuidado que tuviese. Al parecer no eran la única persona que se encontraban en el bosque, pero era difícil distinguir lo que decían. Eso hasta que se acerco a un arbusto lo suficientemente alto para taparlos a los tres, y que les permitía ver que tanto ocurría. Si la vista no le fallaba (y estaba claro por qué podía asumir eso) efectivamente había tres personas en el claro del bosque. Y una de ellas era el mismo. — Espero que no tuvieran problemas para encontrar el lugar. Mi nombre es Apolo Granger. Bienvenidas ambas a su clase de Encantamientos. Se que deberíamos comenzar cuanto antes, pero me gustaría que se presentaran primero. Lo que puedan decir de ustedes esta bien. Apolo desde la distancia escucho a su otro yo hablar alegremente a sus dos alumnas, que luego de cerciorarse con otro vistazo a sus acompañantes le dejo claro que eran las mismas que también se encontraban en el claro, mucho mas arregladas claro. Escucho a las otras Gatiux y Dorothy presentarse mientras las originales se reunían junto a él tras el arbusto igual de sorprendidas y asustadas como lo podía estar él mismo. No podía recordarlo, pero estaba claro que estaba impartiendo una clase de Encantamientos. Y de alguna forma extraña, estaban en dos lugares al mismo tiempo, eso si las tres personas del claro eran impostores. Porque él era él mismo… ¿cierto?
  11. Po miedo al derrumbe, al final todos habían terminado de una u otra forma dentro del sótano con la horrible planta misteriosa. Apolo simplemente había dejado que la arrastraran las raíces deslizándose por el suelo helado, viendo como todos tenían la misma idea. Si el frio de la cocina ya era mucho, parecía ser prácticamente insoportable en la tenue oscuridad bajo ellos. Para cuando aterrizo en el duro suelo del sótano, ya no había Mansión por la que regresar. El estruendo encima suyo dio cuenta de que toda la Mansión había caído sobre ellos, y aun así peligraba que todos los escombros cayeran sobre ellos aplastando el sótano. Apolo se incorporó tan rápido como pudo, viendo que por suerte había salido ileso, pero con algo de pánico aun subiéndole por la garganta. Su hogar ya no existía más, y aunque había sido muy impersonal al respecto con sus pocas cosas (todas reemplazables) se sentía horrible. Sin embargo, encendió su varita haciendo acopio de valor, solo lo suficiente para que el resplandor de la planta al final del sótano no fuera lo único que los iluminaba. Toda su familia, incluyendo a Garry, se encontraba allí. Bueno, todos menos Fiamma, quien esperaba no se encontrara en ese momento en la Mansión. - Espero que Fiamma esté bien – soltó al aire acercándose a su tía Zahil. Aun así, en el mejor de los casos, que pasaría cuando llegara y viera lo que había ocurrido, ¿que pasaría por su mente? Acaso podría suponer que estábamos todos muertos, o al menos eso pensaría Apolo si llegase un día y viese puras ruinas. Eso y que los Mortifagos se habían pasado demasiado, porque ni ser miembro impedía que fueran a amenazar a las familias neutrales como la suya de unirse a a su causa. O a la que era su causa. - Tengo miedo de que si movemos los escombros terminemos más enterrados. Y no conozco ningún hechizo que corte roca sólida. – musitó viendo hacia la pared más próxima. Gracias a su reciente intervención a la playa y el posterior terremoto, se había dado cuenta que la Mansión había sido construida muy cómodamente bajo un cumulo de rocas talladas, del mismo material de seguro el que estaba construido el sotano. Aunque lograran avanzar con magia rompiendo las rocas podrían tardar días en lograrlo, y eso si no provocaban otro derrumbe. - ¡A mí me gustaría saber que paso! – soltó Apolo frustrado de pensar. – Que son esas plantas, porque hubo un terremoto… y por qué esa cosa – señalo con el dedo a la planta, que aún se retorcía mas débilmente- ¡salió de la nada! No se parecía a nada que hubiese visto antes, y claramente había reflejado su ataque como si le hubiese hecho cosquillas. Negó con la cabeza ante la idea de quemarla, pero como no estaba seguro de si lo estaban viendo se apresuró a negar en voz alta, preocupado. Se estaba impulsando para acercarse un poco a la planta, pero salido de la nada el agarre de Garry lo detuvo. Escuchándolo atentamente pensó que quizás el tuviese una idea para salir de esta, pero parecía igual de perdidos que los demás. - ¿Tiene algún sentido detener a la planta? Deberíamos buscar una forma de salir de aquí, si empezamos a experimentar en este espacio cerrado podríamos terminar lastimándonos a nosotros mismos. Apolo recordó como había reflejado su simple encantamiento y había provocado que el soporte del techo se destruyera. Magia más compleja reflejada sobre ellos mismos podía ser capaz de matarlos si es que no lograban hacerle algo a la planta. - ¿Cómo no se me ocurrió?– soltó Apolo rápidamente girando sobre sí mismo. – Solo hay que desaparecer. Cayo de bruces al suelo. El mismo frio que sintió con el aire gélido que desprendía la planta apenas lo había intentado, como si se hubiese vuelto de piedra momentáneamente. Los hechizos anti aparición cancelaban la habilidad, pero fuera lo que fuera que le había hecho la planta ya no les permitía disolverse en la nada y re materializarse. No provoco un segundo intento de desaparecer, solo por miedo a volver a caerse. - ¿Talvez los elfos puedan ayudarnos? - solto mirando alternativamente a sus dos tias.
  12. Apolo se acordó de la historia del Titán Atlas, y la imito extendiendo los brazos para darle consistencia a su hechizo. Sabía que él había sido castigado con sostener el cielo, y él podía empezar a imaginarse gracias a su encantamiento de soporte, como debía de ser la experiencia. El frio que iba saliendo cada tanto no ayudaba en nada, y parecía que estaba usando todo su poder mágico en mantener la Mansión en su forma original, pero daba la impresión de que al momento que flaqueara se le caería encima a él, y a su familia. Sentía que el llamado de ayuda que le había dado a Garry no había sido escuchado, o no se le ocurría como ayudarlo. Y es que Apolo, sin tiempo para pensar en nada mas, había intentado salvar su hogar en un muy precario intento. Sus esperanzas comenzaron a desvanecerse rápidamente, al menos hasta que escuchó a Garry murmurar lo que parecía un hechizo. — ¿Que estas…? Fuera lo que fuera que estaba haciendo, el suelo empezó a temblar con tanta violencia que Apolo cayo de bruces. Cerro los ojos esperando un estruendo de madera y escombros, pero cuando los abrió se dio cuenta que había crecido unas enormes enredaderas por todas partes que hacían de soporte para la estructura. La Mansión seguía crujiendo, y tan rápido como crecieron las enredaderas empezaron a congelarse. No le dio muy buena espina, pero el peso de la capa de Garry sobre su espalda lo hizo enfocarse nuevamente en su acompañante. Fuera lo que había hecho, no había sido magia ordinaria. Al menos, nada que él hubiese visto antes. Sintiendo la oleada de frio se abrazó a sí mismo y sintió las manos calientes de Garry sobre su cara congelada. La mirada que cruzaron ahogo cualquier agradecimiento que quiso soltar Apolo, asintiendo avergonzado y sintiendo un subidos de calor que no tenía nada de mágico. — ¡Sabía que había visto a alguien! — soltó Apolo abrazándose a la capa y siguiendo a Garry al interior de la mansión. No sabía si la joven nueva que habían visto los seguiría, pero no podía culparla si prefería quedarse afuera. El no podía darse el lujo sin saber que estaba ocurriendo y si su familia estaba en peligro, pero parecía que el único propósito de la Mansión actualmente era caer hecha pedazos, y luchaba con todas sus fuerzas contra las enredaderas del mago. — ¡Garry espera! — ahogo el Granger al ver que se movía con velocidad siguiendo una especie de rastro. La capa ondeo rápidamente a cada paso que daba para seguirlo en dirección a la cocina, pero tuvo que soltarla cuando se agarró en una de las enredaderas que el Ollivander había creado. Aun tenia frio, pero la prioridad era sacarlos a todos de la Mansión pensó, una vez que se dio cuenta que era imposible liberarla de un tirón. El grito en la cocina hizo finalmente abandonar su intento, y se abalanzo contra la puerta solo para ver un montón de flores empezar a salir de una abertura que estaba seguro, nunca había visto antes. Parecía que si no hubiese sido por la llegada de Garry, su tia Valeskya hubiese sido arrastrada por las plantas. Zahil y Joaquin luchaban contra lo que fuera esa planta que lo estaba atacando. Apolo los encontró forcejeando y se apresuró a ayudarles entrando con dificultad a la cocina por el suelo congelado. Fueran lo que fueran, eran la que estaban causando el frio horrible y si podía asegurarlo, también de la destrucción de la mansión. — ¡Diffindo! — disparo Apolo soltado una cuchillada en el aire. Había apuntado a la raíz que parecía sujetar la pierna de Valeskya, pensando que podría detener su agarre y que Garry jalara de ella. En vez de eso, sintió un sonido silbante y su hechizo rebotar y salir despedido hacia el techo, cortando el papel tapiz que lo protegía y de paso algunas cuantas vigas. La raíz se había vuelto de hielo solido al momento que había tocado la magia de Apolo, y tal parecía que había reflejado su intento de ataque. No alcanzo a decir mucho, solo ver como el techo empezaba a deshacerse y comenzaban a caer trozos de madera y enredaderas. Apolo le dio un empujón a Garry justo a tiempo para evitar que un trozo de tubería le partiera la cabeza en dos, pero también hizo que soltara el agarre de Valeskya. En su lugar fue él quien tomo su mano y empezar a sentir como se deslizaba siendo arrastrado, justo a tiempo que escuchaba unas voces desconocidas dentro de la Mansión, que se ahogaron con la misma rapidez con las que empezaron bajo un enorme ¡CRACK! que lo aterro hasta los huesos. ¡La Mansión se les estaba derrumbando encima! Si Apolo hubiese tenido un respiro de jalar con todas sus fuerzas, podía apostar que la Mansión y la magia de Garry había llegado a su límite, y se le estaba viniendo encima habitación por habitación desde el segundo piso. Quizá en unos momentos ya no tendrían un lugar al que llamar hogar. Necesitaban ayuda, y rapido.
  13. Apolo sintió el lago resquebrajarse mucho antes de verlo, ahogando cualquier respuesta del Ollivander. Si tenía que ser justo, Garry no había salido de su vista durante toda la mañana, y fuera lo que fuera tenía que ser extremadamente potente para deteriorar los fundamentos mágicos de la Mansión. Más bien era como si su propia propiedad se estuviese retorciendo con ellos en ella. Si hubiese tenido que adivinar hubiese pensado que tenía Dementores cerca, pero mientras avanzaba viendo algunos vidrios romperse, se percató de que no sentía la presión seca en el pecho que venía con ellos. Al aire libre era difícil asustarse por el temblor, así que haciendo acopio de valor siguió moviéndose. Esperaba que fuera que estuviese en la Mansion saliera cuanto antes, antes de que le cayera encima. ― Espero que no ― musitó Apolo más para si mismo, cuando Garry confirmo sus pensamientos acercándose a él. Apolo no se dio cuenta que habían desaparecido hasta que ya había aterrizado en la parte frontal. Se apresuró a mirar en todas direcciones esperando ver la cabellera platinada de Valeskya o el rubio de Zahil asomarse pero en su lugar encontró a una desconocida, mirando la Mansion con la misma aprensión que Apolo la miraba a ella. ¿Era ella la que estaba causando esto? No parecía probable realmente, pero tampoco tenía tiempo para corroborar nada. ― ¡Insiridiarte! ― espetó rápidamente apuntando a la puerta abierta. No se atrevio a entrar, por lo que su breve impulso en dirección a la entrada de la Mansión lo hizo frenar en seco. Motitas de polvo y escombro le cayeron encima mientras agitaba la varita desenfrenadamente, creando una aurora amarilla alrededor de las paredes y el techo. No estaba seguro si habría alguien adentro, pero no podía dejar que la Mansión se derrumbara así como así. El peso combinado de la estructura hizo que terminara arrodillado en el suelo, sintiendo como toda la Mansión parecía vibrar aun. ― Uff… ¡Algo de ayuda! ― espetó, ahogándose en su propia respiración. Fuera lo que fuera que estaba atacando a la Mansión, estaba soltando oleadas de frio polar, que aparecía cada tanto del interior de la mansión. Los brazos se le congelaron cuando la primera lo golpeo, tan visible gracias a los fragmentos de hielo en el aire que se quedaron en su ropa. No sabia cuanto soportaría, asi que intento gritar esperando que alguno de sus familiares lo escuchara, pero ocupaba todo el esfuerzo que le quedaba en mantener en pie la estructura de su hogar. ― Sain... ― dijo Apolo bajando un poco el brazo.
  14. El abrazo de Garry lo toma por sorpresa, lo suficiente para dejar de taparse la cara con el brazo y ocultarla en su túnica. Su comentario es tan falso como un billete de tres galeones, y Apolo tuvo que aguantarse el resoplido de indignación juntándose más al cuerpo del Ollivander. Sin embargo esta muy agradecido, agradecido de que al menos intente consolarlo a su manera burda. Aunque sintió que lo soltaba Apolo no se alejó, sino que permaneció pegado junto a su cuerpo. Estaba claro que Garry, con vastos conocimientos en una variedad de temas distintos que lograba demostrar en las clases, no tenía ni idea de lo que pasaba por su mente. Y como podría, si apenas había abierto la boca. No era justo con el Ollivander pedirle tanto; y es que Apolo pensaba que ya que había confesado sus más oscuros secretos no necesitaba seguir diciendo algo. Ya no estaba tan seguro, mas porque si no se comunicaba con él era difícil que pudiesen estar en la misma página. Y era lo que quería realmente, sin mentiras ni manipulaciones ni engaños. No se atrevía a mirarlo a la cara, así que se pegó aún más a su cuerpo para protegerse de sus miradas junto a la arena. — Creo que es todo, toda esta situación. No es así como me imaginaba que tuviésemos esta charla sobre sentimientos, si es que hubiese pensado en que esta situación ocurriría realmente. Dio un largo y hondo suspiro, contando los granitos de arena que se habían pegado a la ropa de Garry. — Supongo que estoy confundido sobre lo que siento, y sobre lo que me estoy permitiendo sentir. Me aterra la idea de… de que decidas que ser Mortifago es la única cualidad mía que importe, y te bases solo en esa decisión para hacer alguna acción. Se separó de él suavemente, como si intentara no hacerlo sentir rechazado. Pero necesitaba respirar a medida que hablaba para que la voz no se le quebraba. — Nunca me imaginé que realmente me gustabas. Siempre imagine que solo me caías bien y me gustaba dar clases contigo, pero porque siempre te veía enfocando tu atención en mi o en los alumnos. Luego te veo en la cámara de los secretos… No quiso mencionar nuevamente el beso con su alumna, pero dejo que Garry completara la frase en su mente. — Y me preocupa que puede salir de esto. Porque lo que quiero puede no ser lo más sensato, y tampoco sé que es lo que tú quieres realmente. Se puso de pie de la arena y se sacudió con toda la tranquilidad que pudo antes de tenderle una mano al Ollivander para que se levantara. — Así que ya sabes que soy Mortifago, que no dejare de serlo por lo pronto, y que me gustas Garry. Que es lo vas a hacer tu con toda esa información. Eso es lo que me interesa saber realmen… Dejo la frase a medias por segunda vez, porque aunque lo había estado mirando fijamente escaneando con la mirada, se dio cuenta de algo no marchaba bien. Tenía mucho frio, pero no soplaba el viento realmente así que no se percató hasta que bajo de golpe, congelando completamente el lago como si de un encantamiento se hubiese tratado. Se afirmó a Garry mientras el suelo se movía, y las rocas bajo la arena artificial que había construido Apolo empezó a desvanecerse como si se la hubiese empezado a llevar un viento invisible. Fuera lo que fuera que había bajo el lago, Apolo lo había tapado hacía muchos años, pero ahora parecía estar luchando contra la tierra por volver a ver la luz del sol. Se apartó lo suficiente tirando de Garry mientras las rocas seguían moviéndose, pero era como si todo el terreno de la mansión estuviese agitado. Fuera lo que fuera que estuviese ocurriendo, tenía que venir de la Mansión, así que Apolo intento moverse a pesar del terremoto que sentía que estaba ocurriendo, agitando los brazos para equilibrarse. — Algo está pasando en la Mansión, esto no es normal. ¿Nos están atacando? — preguntó con voz vibrante. Le echo una mirada enojada a Garry, como si sus sospechas ya se estuviesen haciendo realidad y el tuviese la culpa de lo que ocurría.
  15. Apolo Granger

    Inscripciones

    Nick: Apolo Granger ID: 120710 Libro de Hechizos: Libro de la Fortaleza Justificante de compra del Libro (Link al post del Concilio de la bóveda trastero): http://www.harrylatino.org/topic/111091-boveda-trastero-de-apolo-granger/?p=5236198 Rango Social: Unicornios de Oro Nivel de Magia: V Fecha aproximada de aprobación EXTASIS o de salida de la Academia (versión anterior): Marzo 2017 Link a la Bóveda: http://www.harrylatino.org/topic/109217-boveda-de-apolo-granger/ Link a la Ficha: http://www.harrylatino.org/topic/109200-ficha-de-apolo-granger/ Si alguna fuerza divina superior me quiere hacer el perdonazo de mil galeones ideal, por que tuve que obtener un intento fallido en esto el mes pasado en esta clase para que lo del Concilio estuviera para la gala xDDDDDDD
  16. ID: 120710 Puntos: 11.700 gracias de antemano
  17. ID: 120710 Nick (con link a la ficha): Apolo Granger Link a la Bóveda Trastero: http://www.harrylatino.org/topic/111091-boveda-trastero-de-apolo-granger/ Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: http://www.harrylatino.org/topic/109217-boveda-de-apolo-granger/ Link al Premio obtenido (en caso de gala/concurso): --- Fecha: 2019-03-07 Poción: Zumo de Mandrágora Puntos: 160 Precio: 8000 G Poción: Zumo de Mandrágora Puntos: 160 Precio: 8000 G Total de puntos: 320 Total de Galeones: 16.000 G
  18. Apolo era muy bueno apareciéndose, si no molestaba que el mismo se auto-felicitara. Los casos raros en los que lo usaba eran bastante impecables, y aunque no era muy asiduo se había autoimpuesto su aprendizaje en base a las propias clases que daba en la Universidad; clases en la que recordaba habían sido participes la mitad de sus familiares. No sabía que tan bueno era Garry, sin embargo había confiado en que su habilidad bastara por los dos. Y ya que no se había despartido… podía asumir que todo estaba bien. — No serviría — comentó mirando en dirección al horizonte – Hay mucha gente dentro de los límites de la mansión, y no se quien más esta y quién no. Tendríamos que juntarlos a todos… No se dio cuenta de lo que decía hasta que ya lo había dicho. No quería sonar a que las ideas de Garry eran malas o no servían, así que tosió discretamente y se acercó un poco a él. — Pero es una buena idea, dejémoslo para cuando las cosas lleguen a un punto muerto. Lo de la sonda de rectitud le saca una ligera sonrisa, pero aun siente que hay algo de tensión entre los dos. Quiza siempre iba a existir esa ligera separación entre ambos. Se arrepintió de no llevar una camisa o algo, ya que sus brazos desnudos revelaban claramente que existía la marca tenebrosa. Y aunque el resto de las personas no pudiera verlas, estaba seguro de que él sí. Solo por ser, intento juntar su brazo derecho a su cuerpo mientras escuchaba sobre el hogar de Garry. Mientras oteaba el lago imaginándose una versión más tenebrosa del mismo y cubierto de anguilas. — Fue lo primero que se me ocurrió. Tal vez no lo digamos en voz alta, pero creo que soy el más parecido a Zahil dentro de esa casa. Y así por ser… puede que ella también sepa que soy Mortifago. Lo dijo como si eso fuera la excusa perfecta para Garry de obviar esa parte de él y seguir con sus vidas. Fue algo incómodo decirlo en voz alta y se apresuró a cambiar de tema. — Oh si, esto pasa todo el tiempo. Y si no es Zahil es Valeskya, que puede largarse un año entero y volver como si no hubiera pasad … ¡agáchate! Apolo había vuelto su mirada a la Mansión, justo a tiempo para ver a alguien asomarse a la cocina. Se lanzó al suelo tirando de Garry, y aunque era claramente más grande y más fuerte que él la sorpresa y el auto reflejo lo ayudaron a ocultarse bajo una duna de arena. No era como la arena de Egipto, dura y bastante árida. Esta había sido agregada por el propio Apolo, en un intento por mejorar un poco los jardines de la Mansión. No había podido solventar el jardín delantero, no con todas esas horribles plantas que Valeskya cultivaba, pero un toque de arena en el lago daban la ilusión de una playa artificial. La misma en la que ambos ahora se mantenían atentos. — Estoy seguro de que vi a alguien moverse por la cocina — musitó manteniéndose agachado. — Y la ventana da directo al lago. Se mantuvo agachado y se dio cuenta que Garry lo miraba inquisitivamente. ¿Y que podia decirle? Claramente lo adoraban en la familia, y el viaje en el Barco de las arenas había formado un precedente bastante escandaloso cuando lo vieron comerse al Ollivander a besos y luego bailar juntos. Pero si daba la impresión de que seguían en contacto y luego comenzaban las preguntas indiscretas... Parecia una tarea titanica la mera idea de alejar a Garry de los Granger para que no pudieran comunicarse entre ellos. ¿Que iba a hacer, seguirlo 24/7? Aun no sabía si Garry guardaría su secreto, y le había dado un mal sabor de boca horrible la idea de manipularlo a base de romance cuando claramente tenia todos sus sentimientos a flor de piel. Ya no podía ni mirarlo a la cara, y aunque Garry no era perfecto claramente había llegado un punto en el que ya no se sentía merecedor de él. O estar toda la vida evitando que Garry y el resto de los Granger se pudieran ver, por claramente eso no iba a dejar de pasar. Tal vez… tal vez si le decía a su familia evitaría ese miedo horrible que sentía ante la idea de que fuera el propio Ollivander revelara su secreto a su familia. Y es que la idea de que alguien a quien quería tanto de forma irracional llegase a traicionarlo… ¿Qué camino tenía que seguir? Apolo se recogió abrazándose sobre sí mismo, como si le hubiese dado mucho frio de pronto. Estaba hecho un mar de dudas, y se tapó los ojos con un brazo para intentar evitar ver a Garry.
  19. Salvado por la campana, pensó Apolo apartándose ligeramente. No había encontrado las palabras que quería decirle a Garry, y cualquier intento quedo ahogado ante la sorpresiva aparición de Brenna. Si hubiese supuesto mejor, se hubiese imaginado que el universo le jugaba una mala broma, pero en realidad lo tomaba con un cese al fuego, un fuego que parecía emerger y volverse loco ante la aparición de Garry. Apolo no le respondió a la elfina, pero tuvo el suficiente criterio para asentir y dar cuenta de la información, negando cualquier información que hubiese al respecto. Que Zahil estuviese desaparecida no parecía realmente una novedad, más bien era curioso como a pesar de que no notaron su ausencia en su regreso de Egipto, que a estas alturas no hubiese aparecido ya rozaba lo alarmante. Curiosamente si la situación hubiese volteado un poco a los protagonistas, y fuera Valeskya la desaparecida, nadie armaría un alboroto. Solo rodarían los ojos (?) y seguirían con sus vidas. Pero que Zahil estuviese desaparecida solo significaba lo que todos temían, que el viaje a Egipto había tenido más de alguna consecuencia para la gente que había decidido quedarse en Ottery. — ¿Me ayudarías a buscar? — pregunto Apolo, volviendo a la actitud amigable que solia tener con el Ollivander en clases. – Estoy seguro que tiene que estar fuera en el lago, suele merodear por ahí cuando está demasiado atribulada de pensamientos. Recordaba una interesante experiencia un día caluroso en el que estaba nadando en el lago adjunto a la mansión Granger, que había incluido escuchar sin querer una conversación de Zahil con una de sus hijas adoptivas. No le había prestado demasiada atención, después de todo cada Granger tenía sus propios problemas, y no necesitaban de terceros para ayudarlos. Pero si realmente estaba extraviada tampoco era bueno hacer oídos sordos mas tiempo. — Espera — musito deteniéndose en el umbral de la puerta. – Aun puedo oír la voz de Valeskya… Le hecho dos miradas a Garry, que había vuelto a acercarse una vez más al Granger y esperaba para salir. Que fuera tan alto jamás había sido un problema para Apolo, y sonrió lascivamente cuando lo vio. Lo complicado venia de que intentara pasar desapercibido. Tal vez Brenna no era de las elfinas que entregaba información demás a sus amos, y si Valeskya no sabía que Garry estaba dentro de la Mansión quizá tampoco era necesario que lo supiera. Que hacer… — Lo que te voy a pedir es una estupidez — espetó sin pedirle nada realmente, agarrando su mano y desapareciendo en el acto. Se remateralizaron directamente en la orilla del lago, mientras se podía ver la Mansión alzarse a escasa distancia. La sorpresa con la que seguramente había agarrado a Garry tenía su propia explicación, y mientras oteaba el horizonte por la cabellera rubia de su tía murmuro alegremente. — A veces pienso que es una bendición poder aparecerse y desaparecer a voluntad en la mansión. Mis tías jamás renovaron los permisos, creo que ya ni creen en el Ministerio. De todas formas nadie nos visita, y los que lo hacen tienen la decencia de hacerlo en el jardín. Era bastante agradable poder hablar con normalidad con Garry, como si estuviesen en medio de una clase y charlaran mientras los alumnos trabajaran. Necesitaba relajarse un poco con él, y con algo de suerte recordarle que seguía siendo el mismo Apolo, secretos incluido. — Pues no parece que este aquí… ¿se te ocurra alguna forma de averiguar la localización de alguien? — pensó examinando la mansión, repasando algunos de los encantamientos que conocía mentalmente.
  20. Mantener el orden en su habitación jamás había sido un problema para Apolo. Al ejercito de elfos que se preocupaban de la limpieza había que sumarle la habilidad de Apolo para los encantamientos y su gusto natural por el orden. Por eso invitar a Garry a su habitación no había supuesto un problema, ya que era muy impersonal con ella. Era una estancia amplia y agradable, con una cama amplia de colcha azul. Su ropa se encontraba colgada en una pequeña habitación en su interior, que hacía las veces de armario. Lo único que se le podía reprochar era que estuviese tan vacía: aunque antaño tenía una enorme pecera regalo de Valeskya y Zahil y muchos libros repartidos por todos lados, hoy el cuarto estaba bastante vacío. Solo un escritorio donde solía apoyar su mochila seguía en el mismo lugar, pero el resto de su habitación estaba vacía, incluyendo las paredes. Las pocas cosas de valor que tenía las llevaba consigo o se encontraban debidamente acomodadas en algún lugar de la Mansión, incluyendo algunos de sus propios libros que descansaban en la biblioteca de abajo. Como casi todos sus esfuerzos por convivir más con su familia, incluía poder salir un poco de su habitación cuando estuviese en ella. Y todo sumaba a que ahora quizás podría sumar a Garry a la ínfima cantidad de cosas que tenía en su habitación. Era curioso pensar en el como algo más que tenía que acomodar en su vida para que todo tuviese un orden. Con su familia no tenía ese problema, a pesar de lo alejados que los sentía eran su respaldo de la misma forma en que él las respaldaba en todo. Pero Garry no era un Granger más al cual saludar sutilmente cuando se los encontraba. Y a Apolo le ponía tan nervioso su mera presencia que difícilmente podía encontrarle un lugar dentro de su vida que no estuviese plagado de sentimientos encontrados, en él y aquellos que sentía por Garry. Y es que cuando se dirigía a él solo podía pensar en los besos que se habían dado, y la oportunidad de recibir un tercero. Y un cuarto, y muchos más. ¿Por qué su mente seguía buscando maneras de alejarlo cuando su cuerpo solo le pedía acercarse a él? Una pregunta para el millón de galeones. — Puedes dejarlo en la silla —comentó Apolo distraído, tendiéndole la única silla que había en la habitación antes de sentarse en la orilla de la cama. – Y si, lo sé, contigo siempre hay algo que queda en el tintero. Claramente se refería al beso que había recibido a solo metros de su ex esposa que lo esperaba, pero esperaba que el tono con el que lo dijo no sonara tan recriminatorio como pensaba. No le miraba directamente, pero con la puerta cerrada su habitación nunca le había parecido tan pequeña. Se le quedo viendo ante su pregunta: ¿Si Apolo, que es lo que Garry tenía que hacer ahora? —¿Y si yo te pido que guardes mi secreto, lo harías? Apolo no lo miro, pero sintió su cercanía y avanzo algunos pasos, lo suficiente para susurrarle esas palabras al oído y tomar una de sus muñecas. Se preguntó si hubiese actuado diferente si Garry no se hubiese enterado. De haber juntado suficiente valor para declarársele su actitud habría sido mucho más provocadora, apelando a los instintos del Ollivander y tomando la iniciativa de manera mucho más directa. Pero era Garry quien tenía todas las cartas. Tenía el mayor de los secretos guardados por Apolo, la confesión de sus sentimientos y el conocimiento de que Apolo quería más de él de lo que quizá estaba dispuesto a dar. A Apolo no le gustaba ser controlado, ni aun por altos rangos o por su propia familia, por lo que la idea de darle tanto poder a Garry lo aterraba, y lo fascinaba un poco. Era terreno desconocido, pero se preguntó si… — No necesitas tener en cuenta esa parte de mi… — volvió a susurrar en su oído, siguiendo la línea de una de sus cicatrices con el dedo. —Sigo siendo el mismo Apolo. Se imaginó una larga cadena que parecía querer unirlo a Garry, ¿pero quien era preso de quien realmente? Era una extraña mezcla entre sentirse apresado y querer permanecer así. Se atrevió a acercarse aún más a Garry para pegar sus cuerpos al igual que sus mejillas, como si estuvieran en un abrazo en el que ninguno participaba realmente. Necesitaba ser cuidadoso en lo que decía, como nunca antes. En cualquier otra oportunidad le hubiese dado risa lo vulnerable que intentaba hacerse sentir a Garry a través de su propio cuerpo. —Lo que quiero decir es que… No termino la frase. Y entendió por qué Garry tenía esa cara, fue la misma que puso él cuando empezó a escuchar pasos que se acercaban. Estaba claro que Garry habia estado atento, pero su oido solo podia captar cuando ya estaban lo suficientemente cerca. Agudizo el oido, en caso de que se pusieran a llamar. Tendría que inventarse un muy buen motivo para haber subido a Garry... @
  21. —¿Una persona en la puerta? La que le hablaba era -si no se equivocaba- Brenna, quien había escuchado la puerta ser llamada a diferencia de la gente en la Mansión. Apolo se había refugiado en la pequeña biblioteca que tenían los Granger, para guardar algunos libros que habían traído de su viaje a Egipto, incluyendo su propio libro de la Fortaleza (que se quedaría ahí un buen tiempo). No había escuchado nada, pero él no solía prestar mucha atención a lo que pasaba en la Mansión realmente, incluyendo a los propios elfos. Y como el hacía casi todo por su cuenta no es que necesitara conocerlos tampoco. Suponía que ya tenían bastante con el resto de los familiares, y era una regla que ya llevaba bastante tiempo autoimpuesta. Sin embargo por primera vez se fijó en la elfina que le transmitió el mensaje, como si ella tuviese la respuesta a la pregunta que se hizo casi en el momento en que menciono “cuartel de inquisidores”. Hasta donde sabia en el cuartel solo trabajaban Mortifagos, y él no hablaba casi con ninguno. Tampoco había sabido nada desde que los bandos misteriosamente habían desaparecido, y la entrada a la Fortaleza Oscura había sido bloqueada para absolutamente todos sus miembros. Con los pocos que hablaba todos tenían puestos en la Universidad o ya llegaban a tener altos cargos, así que era bastante curioso suponer que tenía que ser un desconocido para él mismo quien lo requería. —¿Cómo es esta persona? —consultó Apolo encaminándose hacia la puerta —Alto, más que usted amo. Y tiene unas cicatrices en el rostro. Apolo dio un sobresalto cuando escucho eso. Sabía exactamente de quien estaba hablando Brenna, y solo atino a lanzarse detrás del sillón (?) al ver la puerta medio entreabierta para evitar que supiera que estaba ahí. Solo había tenido que escuchar una ligera descripción para saber quién había ido a buscarlo a la comodidad de su hogar: Garry Ollivander. No había pasado tanto desde el viaje a Egipto, pero Apolo no había querido molestarlo. Que él hubiese ido a buscarlo allí solo significaba problemas. Solo esperaba que nadie de su familia estuviese en casa (?). Durante el viaje le había confirmado a Garry su asociación con Mortifago, y hasta había sido capaz de romper el encantamiento de invisibilidad que mantenía su marca oculta a los ojos de cualquiera, incluyendo sus propias tías. Era el único recordatorio de que seguía siendo Mortifago pese a las atenuantes actuales. Y si Garry llegaba a contarle algo a alguno de sus familiares. Pero, ¿lo haría realmente? Apolo se arregló el cabello azul oscuro lo más rápido que pudo frente al reflejo brillante de un espejo, y alisó los pliegues de su polera negra. Llevaba un look bastante casual con jeans como para un día en casa, y de seguro iba a acarrear más de algún comentario su vestimenta muggle. Ya Garry la había visto antes mientras daban clases, pero con esta nueva información… se sorprendía un poco que no hubiese estallado en carcajadas cuando se lo conto. —Garry, hola… —soltó intentando empoderarse de la situación, apoyándose en la entrada. —No pensé que te vería tan pronto. Igual hubiese venido si hubieses dicho tu nombre. Se quería acercar y abrazarlo, pero en vez de eso lo invito a entrar. Dudo unos segundos en el salón principal, y luego se incorporó rápidamente continuando su avance hasta la escalera que daba al siguiente piso. —Si quieres hablar conmigo, espero que no te moleste que tome mis precauciones. En esta casa se escucha todo. Presiono la mandíbula un poco ante la idea de subirlo a su habitación, donde al menos tendría su propia privacidad, pero sonrió divertido ante la idea de que quizás tenía otras intenciones en mente. No, primero tenía que saber que hacia ahí, y luego empezaría a tantear terreno desde ese punto. Era una suerte que la Mansión fuera lo suficientemente grande para que todas las habitaciones estuviesen lejos entre sí. Si no se entretenían en el pasillo no deberían tener problema en encontrarse con alguien. Y era mejor mantener a Garry alejado de su familia, al menos mientras descubría cuál era su postura en relación a la situación Apolo-Mortifago. —Adelante —soltó con una sonrisa mientras abría la puerta de su habitación. @
  22. No me reia asi desde ayer xDD Con todo el respeto a Sol y Gatiux (que acabo de leer aca arriba mio) yo quisiera ser la siguiente persona que te hace puente a la proxima edicion hahaha Aun queda mucho San Valentín pero no te quedes con los eventos importantes, no puede ser esto algo mas permanente? Hahahaha yo me voy a empezar a cuidar xD como dice Solecito pronto medio foro tendra miedo de aparecer en este topic. De momento solo te agradesco las palabras, y arriba las cornudas (?) Aunque tengo a casi todos mis amigos en el foro participando por distintos equipos, asi que tengo que ser imparcial hasta el final. Espero leerte a la proxima Maida
  23. Hola! Lamento lo del ranking por que era dinero facil, pero la propuesta suena excelente. Tenia una consulta en relacion a los numeros que se manejan, que son multiplos de 5, y es que tenia la impresion de que siempre se habian tirado por numeros mas redondos. No puedo confirmar o negar esto pero tuve la impresion durante mucho tiempo ya que habia que arreglar tarjetas para que pasaran de numeros como 1725 galeones a 1800 o 1700 galeones. Pense que era una forma de facilitar el trabajo del Concilio y de los Duendes (que no es que no sepan sumar xD pero numeros tan especificos tiende a que sea mas probable que surja algun error cuando se realizan tan masivamente como en el foro) Por eso los numeros terminados en 5 me causaron curiosidad. Es solo una sugerencia en relacion a como se manejarian finalmente, que los dejen en multiplos de 10. Siento que ayudaria.
  24. —Por fin —musitó Apolo al leer la carta. Con toda la aprensión que tenía, y frente a todos sus principios, había accedido a participar de una de las clases de la Universidad más peligrosas a su parecer. Los libros arcanos de los guerreros Uzza eran, a su parecer, herramientas antiguas de magia barbárica. No había ningún beneficio de aprender de ellos, y sin embargo su sed de conocimiento lo obligo a comprar uno. Iba a hacer el intento de aprender, y si descubría que no eran para él al menos ya no gastaría tanto dinero en comprarlos, lo cual era un alivio estos días. Lo había ojeado lo suficiente para saber que no sería tan fácil como esperaba, y por recomendación de sus familiares y amigos, llevaba el libro a todas partes con él, oculto dentro de su mochila negra. El llamado de su profesor sería muy inmediato, por lo que cuando vio la lechuza aparecer frente a él esa mañana, y darle dos vistazos a la carta, sabía que por fin había llegado el momento. Lo cual no lo dejaba más tranquilo. El tirón que sintió del traslador lo impulso por sí solo, y cualquiera que se hubiese fijado en su llegada vería un alto joven de pelo azul oscuro aterrizando precariamente. Llevaba unos jeans bastante cómodos (gracias a los dioses) y una chaqueta oscura, y solo por precaución, antes de acercarse al variopinto grupo que se estaba formando, se colocó el cinturón para varitas en la pierna derecha. Lo que menos necesitaba era sentirse poco preparado contra quien sabe qué cosa. Y es que solo cuando empezó a avanzar se percató de donde se encontraba. Evitando pisar el barro que se formaba en el pantano, lamento estar usando unas zapatillas cualquiera. Pero nada que un encantamiento sellador no pudiera solucionar, mientras avanzaba hasta la joven rubia, que daba toda la impresión de dirigir la clase. Lo acompañaban dos hombres y dos mujeres de distintas edades, por lo que él se volvía el… ¿quinto estudiante? Intento saludarlos a todos educadamente, pero no estaba seguro de que lo hubieran escuchado. Tampoco estaba seguro de conocer a nadie, y tampoco quería fisgonear demás. Desde donde estaba difícil era poder verle la cara a los demás. Intento meditar porque es que estaba ahí en primer lugar. Y es que, valga decirlo, no es que fuera el mayor fan de los Guerros Uzza. Si, eran un grupo importante dentro de la Universidad, y jamás se le habría ocurrido cruzar palabra con uno de mala manera, pero todo lo que había leído sobre ellos lo hacía tener sus dudas, de qué tan legítimo era este tipo de magia. Se quedó atento a cualquier instrucción que pudieran darle, repasando mentalmente como había accedido a meterse dentro de toda esa locura. @@Dennis Delacour
  25. Apolo agito la varita directo hacia Sol y Ethan, refrenándose al último segundo y lanzando la cortina de agua con mucha más lentitud de la que pretendía. Ambos desaparecieron de su visión al traspasar el agua limpiamente y para cuando se estaba preparando para la segunda logro ver como ambos habían resistido su primera ola sin ningún problema. Frunció ligeramente el ceño, sus escudos proyectados tenían mucha más forma de la que él hubiese sospechado. Pensando que si los tomaba por sorpresa no tendrían tanta suerte la segunda vez, respiro hondo y completo un amplio movimiento del brazo, como si estuviese realizando un latigazo. La arena ondulo como si de agua se tratara y la arena se recogió unos segundos antes de avanzar como una avalancha de granitos. Era una variante del encantamiento repulsor que cumplía el objetivo que se había propuesto. Tal como la primera, la segunda ola no logro tocar a ambos magos. Más aun de proyectar nuevamente su magia, podían modificar su forma… ¿Qué estaba pasando? Nada de eso estaba teniendo sentido; para la capacidad de experiencia en proyección mágica que ambos tenían ninguno debía de ser capaz de haber mantenido su proyección al primer intento. Apretó los dientes; su última ola no iba a ser ningún juego de niños. — Poder de los mares, bríndenme su poder — espetó para sí mismo dando una sacudida al mar. — ¡Aqua Volatis! La porción de mar que tenía más cerca se elevó por el aire despedida como si fuera una serpiente de mar. No tenía forma, pero dio varios giros descontrolados antes de lanzarse directamente contra ambos magos. Los tirones que dio su varita le dejaron claro que su encantamiento se había salido de control, y lo mejor que había logrado era impulsarlo en la dirección deseada antes de que se rompiera. Ethan fue más listo, en vez de intentar combatir su hechizo lo había desviado para que no lograra empujarlo. Parte de la ola salió despedida hacia el cielo y se separó transformándose en lluvia, que Apolo alcanzo a sufrir pese a estar a una buena distancia. No logro ver a Sol hasta que el caos se detuvo, muchos metros más lejos de lo que debería y cubierta de arena lodosa en todas partes del cuerpo. Su triptiodomedro se había vuelto una vez más un muñeco de madera y se había roto desparramado en todas direcciones. Apolo se intentó mover, y por el apuro termino de rodillas en la arena, avanzando precariamente en dirección a Sol por el cansancio. Estaba asustado, pero Sol respiraba de manera tan agitada en su somnolencia que cualquier impresión preliminar desapareció de su mente. Solo había sido agua después de todo, pero no había tenido en consideración la cantidad de energía que habían tenido que usar para resistir sus primeros ataques. Sacudió la arena lodosa de una sacudida casi al mismo tiempo que Ethan se acercaba. Su muñeco descansaba dentro del círculo, una vez más en su forma original. — Lo-lo siento tanto — soltó Apolo cuando vio a Sol parpadear y toser, recuperándose. — No debí haber sido tan intenso. Lo estaban haciendo tan bien y pensé… No supo cómo terminar la frase, porque fue Ethan quien se preocupó primordialmente de la recuperación de su antigua profesora. No estaba muy seguro de que lo escucharan realmente, y entonces algo hizo click. Había una razón por la que Sol y Ethan, a diferencia de Koseh, habían logrado proyectar su magia de tan buena forma: La razón era que habían participado de la clase juntos, y de alguna forma estaban conectados. Apolo los miro ambos mientras se recobraban poniéndose de pie. ¿Se había perdido de algo? — Yo… — musitó aun algo confundido, pensando en muchas distintas posibilidades al mismo tiempo. — … creo que ambos lo hicieron excelente. Aprobados, ambos, fue un desplante impresionante. Quzo disculparse con Sol nuevamente, pero parecía bastante satisfecha consigo mismo por lo que había logrado como para inferirle nada mas; o al menos eso era lo que podido asumir. — No se sientan tristes por sus muñecos. Solo es madera realmente, las proyecciones se manifiestan físicamente gracias a ellos pero siempre están con ustedes, independiente de la forma que tomen. Siempre que realicen magia recuerden que parte de ella es ustedes, es la mejor lección que pueden recibir de mi parte, y un poco puede llevar a mucho. Preocupado de que si lanzaban un hechizo mas se desmayarían, Apolo con la suya propia los seco lo mas amablemente que pudo. @ @@Ethan Lenteric

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