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Luke Abbott

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Acerca de Luke Abbott

  • Cumpleaños 18/06/1992

Ficha de Personaje

  • Nivel Mágico
    1
  • Rango Social
    Aprendiz
  • Galeones
    24100
  • Ficha de Personaje
  • Bóveda
  • Bóveda Trastero
  • Bando
    Neutral
  • Escalafón laboral
    Sin información
  • Raza
    Sin información
  • Graduación
    No graduado
  • Puntos de Poder en Objetos
    20
  • Rango de Objetos
    10 a 200
  • Rango de Criaturas
    Sin información

Profile Information

  • Equipo de        Tutshill Tornados
    Quidditch
  • Casa de Hogwarts
    Ravenclaw
  • Género
    Masculino

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27

Reputación

  1. ¡Último día para el T.I.M.O.! :3

  2. Aquella bella carcajada le encantaba. Verla sonreí lo llenaba de felicidad y estaba seguro de que así quería permanecer. Volvió a besarla una y otra vez, mientras sus lenguas no dejaban de jugar juntas incansablemente. Un calor aumentaba velozmente por su cuerpo y sólo lo incitaba a dejarse llevar. Oír la inseguridad en sus palabras hizo que deseara abrazarla para que pudiese olvidar aquellas dudas, pero antes de que pudiese decir algo, ella tiró de su mano hacia el interior. Nuevamente el baño comenzó a llenarse de vapor luego de que la bruja abriera el grifo del agua caliente. Un mar de espuma se acrecentaba a cada segundo en la bañera a partir del jabón que había introducido. Luke se distrajo unos segundos observando como el espejo volvía a empañarse rápidamente, y tras volver la mirada vio a Mónica comenzar a desabrochar los botones de su blusa con mano temblorosa. Su blanca piel provocó que se le entrecorte aún mas la respiración y casi logra aflojarle el toallón de la cintura. Se acercó a ella y con un dedo le despejó la frente de un mechón de cabello que se le había posado. –Completamente– respondió perdiéndose en sus ojos comenzando a besarla lentamente. Sin separarse lo más mínimo, terminó por soltarle el último botón y pasó su mano por dentro, hacia su espalda, abrazando por fin aquella suave piel. El calor del lugar se incrementaba a cada segundo que transcurría, aunque el vapor no era el único factor que lo producía. Lentamente y mientras seguía besándola perdidamente, tiró de sus mangas para que ambos quedasen con el torso al descubierto. El roce de sus cuerpos lo embriagaba más a cada instante que pasaba, al punto tal de no sentirse dueño de sus actos. Detuvo los besos un segundo y dejó escapar una sutil sonrisa, mientras tomaba con la mano el toallón que aún cubría su cintura y tiraba de él, librando su cuerpo finalmente. –Ups, se me cayó...– bromeó sin dejar de mirarla y se introdujo en la bañera que ya se encontraba llena en su totalidad. Se recostó en el agua caliente mientras recorría lentamente con su mirada el bello cuerpo de su compañera. –Sabía que eras hermosa, pero no imaginaba que tanto– comentó con una voz un poco mas grave de lo normal.
  3. A cada segundo que pasaba, se dejaba llevar mas y mas por aquellos labios. El roce de su lengua lo transportó a un mundo donde ya nada importaba, dejando toda preocupación atrás. Envolvió con sus brazos el suave cuerpo de la bruja y su corazón se aceleraba cada vez mas al sentir su respiración tan de cerca. –¿Cómo podría no estar bien, si estoy contigo?– dijo sonriendo sin querer despejarse lo mas mínimo de aquel beso. –Parece que descansar te ha venido bien. Me preocupé m...– se interrumpió volviendo a perderse en sus ojos. –Lo importante es que estas bien– agrego finalmente aliviado. La abrazó pegándose a ella nuevamente y el aroma de su cabello lo dejó extasiado. No entendía cómo podía ser que en tan poco tiempo haya logrado provocarle tantas emociones. Por un instante recordó la imagen de la bruja recolectando unas flores en el parque. Estaba claro que se le daba bien la botánica pero, ¿sería igual con la elaboración de pociones? ¿Estaría bajo el embrujo de un filtro de amor? Nunca había experimentado nada así, por lo que no podría asegurarlo. Volvió la vista hacia aquellos ojos que parecían poder observar su alma y se confirmó a sí mismo. –No. Esa mirada nunca podría cargar con algo así– pensó determinado. –Perfecto. Si te parece bien luego me tomarás una entrevista de trabajo. Admito que siempre quise tener una jefa sexy– bromeó comiéndola con la mirada, para luego volver a llenarla de besos. Cada vez que sus labios se rozaban un calor abrasador recorría cada parte de su cuerpo reconfortándolo como nunca había sentido. Sin notarlo bajó levemente la vista hacia su escote manchado de sangre y sonrió volviendo a levantarla. –Mira como estas... No podemos dejar que una bella dama como tú ande así. ¿Te apetece un baño? Yo ya me di uno pero... Tampoco me molestaría...– bromeó con una sonrisa pícara y le mordió suavemente el labio inferior. Recorrió su espalda con las manos bajando lentamente, acariciando cada rincón con caricias, deteniéndose en su cintura. @ Monica Malfoy Haughton
  4. La reconfortante agua caliente purificaba su cuerpo a medida que caía sobre él. El denso vapor producido inundaba todo el cuarto de baño, nublando ligeramente la vista. Sus brazos, aún tensos levemente por el esfuerzo, recuperaban sus fuerzas a medida que la relajante lluvia los recorría. Luego de varios minutos, Luke cerró el grifo del agua y tomó el toallón que había dejado preparado. Comenzó a secarse y se detuvo un instante al pasar por su cuello, al sentir un ligero ardor que aún se hacía presente. –Gajes del oficio, supongo– murmuró instantes antes de continuar secándose. Una vez listo, se colocó el toallón en la cintura para cubrirse y salió de la bañera. El espejo se encontraba totalmente empañado, por lo que le pasó una mano para poder ver su reflejo. El contacto con el frío cristal acarició su palma mientras dibujaba un círculo con ella. Su reflejo apareció y pudo notar dos puntos rojizos en su cuello. Restándole importancia suspiró levemente y se dirigió a la puerta. Tendría que hacer el mejor ruido posible para evitar despertar a Monica, pues sabía que necesitaba descansar lo máximo posible. Al abrir la puerta se encontró repentinamente con la bruja, por lo que le dio un vuelco el corazón. No se esperaba encontrarla en esa situación, y menos con aquella lúgubre expresión al contemplar su herida. La cálida caricia recibida no le produjo ninguna molestia pese al contacto directo con las marcas dejadas, sin embargo sí sintió angustia al verla de aquel modo. Él sabía que no era su culpa. Estaba claro que no había sido consciente de sus actos, por lo cual no debía sentirse responsable. Inclinó ligeramente la cabeza hacia el lado de la caricia, y un segundo después se acercó a ella para abrazarla. –Tranquila. No pasa nada. Ya pasó– murmuró tranquilizadoramente mientras recorría su espalda con las manos y besaba su frente con suavidad. –Lo que pasó... No quiero que te sientas culpable. A decir verdad, me lo habías advertido. Es sólo que nunca podría apuntar mi varita contra ti– le dijo apretando ligeramente el abrazo. Alejó unos centímetros la cabeza para poder verla a los ojos y sonrió. –Lo único que me importa es que tú estés bien, ¿si? Sólo espero que aquella oferta laboral siga en pie y no haya sido tan sólo una trampa para poder tener estas deliciosas venas cerca– bromeó riendo para luego acariciar una mejilla de la bruja. –Se que ya lo dije, y probablemente ya comience a cansarte, pero no puedo contenerlo... De verdad que me gustas– agregó perdiéndose en aquellos ojos verdes que tanto disfrutaba. Se acercó lentamente a ella y tras cerrar los ojos, sus labios se encontraron con los suyos. @ Monica Malfoy Haughton
  5. Turno 31 La ensordecedora multitud aclamaba con cada tanto convertido, pero el partido aún no terminaba. El equipo rival tenía posesión de la quaffle pero dependía de él cambiar eso. Observando que el cazador en cuestión estaba defendiéndose con los codos, notó que había descuidado su flanco inferior al no tener compañeros que lo protegiesen. Comenzó a perseguirlo por detrás, intentando alcanzarlo sin que éste se percatase. Ambos se desplazaban por la banda izquierda del campo a gran velocidad, hasta que por una décima de segundo la vio. Una ondulada cabellera rojiza lo alentaba desde las gradas, lo que provocó un intenso calor en su pecho. No podía ser otra persona. Ágilmente abordó al rival desde debajo sin cometer falta y la pelota se elevó varios metros en el aire. Rápidamente subió con su escoba hasta ella y, sin necesidad de tomarla, la pateó violentamente con todas sus fuerzas saltando y girando con su cuerpo hacia atrás, dirigiéndola directamente hacia donde estaba su compañera Darla. Habían entrenado tanto que sabían exactamente dónde estaba cada uno sin necesidad de mirarse. Volviendo a montar tras descender un poco, la visualizó a lo lejos, avanzando velozmente hacia los aros rivales.
  6. Aquel tono de voz lo tomó por sorpresa, pues no parecía ser la misma persona con la cual había estado disfrutando el día. De pronto, una ráfaga de adrenalina invadió su sistema al ver el haz de luz roja e intentó cubrir el ataque con su propio cuerpo, pero fue demasiado rápido para él. Inmediatamente el peso del cuerpo inconsciente de la bruja cayó sobre sus brazos, por lo que la sostuvo evitando que cayese. Una inadvertida figura se manifestó desde la oscuridad. –¿Quién er...?– comenzó a preguntarse, hasta que se vio interrumpido por la voz del extraño. Algo en aquella persona no le agradaba. Si bien no podía negar que su ayuda posiblemente le haya salvado la vida, sus palabras no fueron bien recibidas a los oídos del mago. Aún algo débil por la falta de sangre, inspiró profundo y reunió fuerzas para alzar a la bruja en brazos. –Hace falta algo mas que una pequeña perdida de sangre para derribarme– respondió orgullosamente al desconocido inflando su pecho levemente. Pasados unos segundos observó un grupo de personas circulando por el lugar y aprovecho para consultarles por la posada mas cercana. Estos le indicaron el camino, y quedando a pocas cuadras de allí, optó por ir caminando llevándola en brazos. Desconocía el efecto que podría producir la aparición en alguien en su condición. Al cabo de unos minutos logró visualizar la entrada de ladrillos donde se observaba un gran número 763. Antes de entrar al recinto, extendió el cuello de su camisa para ocultar todo rastro que pudiese haber quedado de la mordida. Así mismo, tomó su pañuelo del bolsillo y limpió los suaves labios de la bruja de todo resto sanguíneo que pudiese haber quedado. Una vez listo, aguardó en la entrada a que el guardia de seguridad les permitiese el paso. Un viejo mago de cabello rubio cenizo entrecano, ojos café con grandes ojeras, mandíbula cuadrada y la nariz torcida los observó unos segundos a través del cristal de la puerta, evaluando si permitirles la entrada. No era algo común que alguien fuese con una persona inconsciente en brazos. –Ha bebido de más y se ha quedado dormida– mintió Luke a través del transparente y pulcro vidrio. Tras unos instantes meditando, el guardia abrió la puerta para que pudiesen ingresar. El cálido ambiente los acogió enseguida dándoles la bienvenida. –Buenas noches. Quisiera una habitación, por favor. Sólo por esta noche. Ella necesita descansar, y yo creo que un trago– le comentó sonriendo levemente mientras este volvía a su escritorio. El semblante del guardia no se inmutó al escuchar la broma, y se limitó a observar la lista de habitaciones disponibles. –La suite del noveno A está disponible. Aquí tiene la llave– indicó entregándole una pequeña y resplandeciente llave dorada con un indicador que mostraba a qué habitación pertenecía. –No la pierda. Es la única forma de abrir la puerta– lo previno finalmente. Luke la tomó con algo de dificultad e ingresó en el elevador, aún con la joven en brazos. Al cabo de unos segundos en ascenso, las puertas metálicas se abrieron dándoles paso. Una mullida alfombra roja acolchonó sus pasos guiándolo hasta su habitación. Se agachó ligeramente para poder insertar la llave en la cerradura sin descuidar a la bruja. Tras escuchar el sonido de apertura, empujó la puerta con el pie e ingresaron. Lo primero que buscó fue la cama y se acercó para dejarla recostada cuidadosamente. La temperatura del cuarto era perfecta por lo que no necesitó taparla. –Descansa, corazón– murmuró observando su bello rostro. Una vez esta quedó descansando, se dirigió al cuarto de baño para revisar las posibles marcas que quedaron en su cuello. Notó dos leves incisiones ya cicatrizadas, pero que no le provocaron dolor al tacto. Restándole importancia cerró la puerta, abrió el grifo de la ducha y se desvistió para relajarse con un poco de agua caliente. @ Monica Malfoy Haughton
  7. En contra de lo que podría llegar a esperarse, Luke abrazó con fuerza a la bruja para que no se separe de él mientras lo mordía. –Te tardaste bastante, ¿eh?– dijo sonriendo al cerrar los ojos, intentando ignorar el inmenso ardor que sentía en su cuello. –Admito que no estaba seguro, pero tenía mis sospechas. De pequeño no entendía porqué a veces mi tío huía repentinamente de la casa. No fue hasta que fui mayor que me lo explicaron. Sólo intentaba protegernos– comentó en voz baja recordando. Sus piernas comenzaron a debilitarse por lo que trabó sus rodillas apoyándose contra la pared, evitando así caer al suelo. Con algo de dificultad besó su rojizo cabello, al sentir un suave hilo de sangre deslizarse por su cuello. Comenzó a bajar la mano lentamente por aquella esbelta figura deteniéndose justo en su cintura. –Tranquila, corazón. Hay otras formas en las que puedes dejarme seco, si eso es lo que buscas– dijo apretándola aún más contra su cuerpo. Podía sentir su pecho rozando contra el suyo mientras se agitaba la respiración. Al ver que la bruja se estaba emocionando con su cuello y no parecía mostrar el mas leve atisbo de querer soltarlo, le jaló del cabello suavemente aunque con firmeza para apartarle la boca del cuello. –Ahora me toca a mí– sonrió levemente viendo las dilatadas pupilas de la bruja. Acercó un poco más su cuerpo para estar completamente pegados y sus labios se encontraron dejando escapar todo control de sí mismos que podían aún llegar a manejar. El dulce sabor de su propia sangre le supo extraño aunque no lo detuvo ni por un instante. Aquella excitante lengua danzando con la suya le devolvió las fuerzas perdidas y aceleró aún más su corazón. –No quisiera.. que la noche.. terminase así– dijo entrecortadamente despegando levemente los labios de los de ella y mirándola pícaramente. Luego bajó hasta su cuello y lo besó lentamente. –Relájate, no te morderé.. demasiado– bromeó, para luego darle una suave mordida sintiendo su suave piel. Siguió recorriéndola con besos hasta llegar a besar el lóbulo de su oreja. –De verdad que me gustas... Y para nada me preocupa lo que seas– finalizó, volviéndose para observar sus ojos.
  8. Toda aquella escena lo tenía completamente hechizado y no podía apartar la mirada de la seductora figura de su acompañante. Sintiéndose cada vez mas desinhibido a causa del alcohol en su sistema, decidió arriesgarse dando el primer paso. –No me preguntes cómo, pero creo que me gust...– comenzó a decir pero se vio interrumpido por la repentina partida de la bruja. Suspiró profundamente al verla retirarse e inconscientemente su mirada se posó en su espalda baja. Rápidamente sacudió su cabeza para salir del ensimismamiento. –La cagué...– murmuró por lo bajo. Tras levantarse, dejó algunas brillantes monedas sobre la mesa e hizo un gesto de agradecimiento al elfo que lo miraba desde la barra. La siguió como pudo, intentando esquivar numerosos ebrios alegres riendo y brindando en su camino. Levantó la mirada y se percató de un camino menos congestionado que el que ella tomó, dándole ventaja y permitiéndole llegar antes a la salida. Luego de unos instantes la vio llegar y tomó suavemente su mano sin que notase que estaba allí. –¿Es lo suficientemente pronto?– bromeó disfrutando con la mirada cada milímetro de su rostro. –No te vayas. O de hacerlo, vamos juntos– agregó finalmente. –Mira, sé que quizás no debería haber dicho eso. No quise asustarte– dijo algo avergonzado, bajando levemente la mirada. –Me dejé llevar y creo que la bebida hizo que hable de más– agregó levantando la vista, deteniéndose un segundo en su pecho. Respiraba cada vez mas profundo y el cosquilleo que atacaba su estómago se había extendido a todo su cuerpo. El bullicio festivo que estaba teniendo lugar les dificultaba el dialogo por lo que tuvo que acercarse a su oído para que pudiese escucharlo. Disimuladamente llevó la mano que le había tomado hasta su pecho, pasándola entre los botones de su camisa logrando sentir el roce de su piel. –¿Notas lo acelerado que está? Hace años que no me sentía así, y tú lo lograste en sólo un par de horas– dijo contemplando sus hermosos ojos y posando la mano en su mejilla acariciándola con el pulgar. –Sea lo que sea que te detenga, déjalo ir– finalizó en el momento en el que un ebrio lo empujaba sin querer por la espalda, haciendo que queden casi pegados. Podía sentirle la respiración y sólo pensaba en dejarse llevar por aquella placentera sensación.
  9. Ver aquel movimiento de lengua de la bruja lo transportó a otra realidad. Sus sentidos se desconectaron del mundo físico y sólo podía sentir felicidad... O tal vez alguna otra sensación más. Todo comenzó a ralentizarse y las palabras llegaban difusas a sus oídos sin poder comprender de qué estaba hablando. –...cuidado de las criaturas...–. ¿Cómo era posible que tal belleza perteneciese al mundo real? –...magos y brujas que no están cualificados...–. Su pulso se aceleraba al contemplar aquellos labios danzar al compás de sus palabras. –...han sido arrancados de sus lugares de orígenes...– ¿Lugar de origen? El recuerdo de su querido bosque le parecía ya tan lejano... –A veces debemos ir a realizar recogidas–. Dejó escapar una risa que ahogó en una simulada tos. Sin darse cuenta de qué estaba pasando y ensimismado en sus pensamientos, la copa que le acercaba la bruja lo arrastró nuevamente a la realidad. Dio un pequeño sobresalto al notar la presencia repentina del camarero y este negó con la cabeza sin decir nada, para luego desaparecer. Volvió la vista hacia ella y tardó unos segundos en comprender. –Sal... limón... sólo hay una combinación posible– pensó sin poder evitar una sonrisa tomando el salero. –Salud, bombón– contestó clavando los ojos en los suyos pícaramente. Colocó un poco de sal en el dorso de su mano, entre el pulgar y el índice sin apartarle la mirada, y procedió a lamerla bajando la mirada nuevamente a aquellos labios. Tomó la pequeña copa y bebió el contenido de un golpe, llevándose luego una rodaja de limón a la boca. Un fuego bajaba por su garganta aumentando rápidamente su calor corporal hasta niveles inimaginables. Inconscientemente estaba mordiéndose el labio inferior y acercándose lentamente a la bruja. Sus impulsos lo manejaban completamente y ya no se sentía dueño de sus acciones. Lo único que pensaba era en dejarse llevar. –Demuéstrame que no eres débil– dejó escapar por lo bajo con la boca ligeramente anestesiada para que llegue a sus oídos en forma de susurro. Cada parte de su cuerpo le gritaba que se acerque aún más y acariciase aquellos tiernos labios con los suyos. El ritmo cardíaco se le aceleraba a cada segundo y no sabía cuánto tiempo mas podría contenerse.

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