Por primera vez, después de tantos años, aquel joven cruzo la gran puerta el primero en su generación.
con sus vestiduras y un báculo en su mano derecha, aún siendo el mejor en su clase estaba atemorizado. Voltear y ver aquella puerta seguidos por muros le hizo sentirse impotente, insignificante... Pero al fin había salido al mundo, y para esto lo habían entrenado toda su vida.
con cada paso que daba sentía como dejan tras toda su vida y todo aquello que significaba algo para él. Las dudas se hacían presentes y en ellas aparecían preguntas que por si solo no podía responder ¿Que hallare en esta tierra? ¿Estoy lo suficientemente preparado para esto?.
por varios años el joven mago vago por l tierra, siempre manteniendo su identidad oculta del resto del mundo, cartografindo y escribiendo todo lo que veía y aprendía, esperando encontrarse un día, algo que cambiase la persepcion que tenia. Sus andanzas lo llevaron hasta un recóndito lugar, en un país al que todos llamaban "Italia".
–"La trifuerza" ¿que es esto? ¡Se ve algo viejo!– con el pasar de los años en esta tierra el joven mago no pudo evitar una cosa de los humanos, la curiosidad, y es que de alguna manera este rasgo se había pegado en el.
luego de caminar un rato sobre unas ruinas, el pequeño explorador llegó a una conclusión muy obvia –aqui yasia una secta o algo parecido– hablar solo también lo traía en los genes, evitarlo se le hacía meramente imposible, exhausto y reposando sobre un gran pilar, su mente comenzó a divagar mientras su corazón solo anhlaba volver a su hogar.
–supongo que el gran mago no hubiera estado tan perdido, como lo estoy ahora.