Mynerva de Weasley

Planilla de Compras Normales para Personajes: ID: 15225 Nick: Mynerva de Weasley Link a la Bóveda Trastero: --- Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda 82772 Link al Premio obtenido: --- Fecha: 2019-01-28 Objeto: Aguila de la Sabiduría Puntos: 80 Precio: 4000 G Objeto: Pensadero Puntos: 40 Precio: 2000 G Total de puntos: 120 Total de Galeones: 6000 G

Planilla de Compras Normales para Personajes: ID: 15225 Nick: Mynerva de Weasley Link a la Bóveda Trastero: --- Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda 82772 Link al Premio obtenido: --- Fecha: 2019-01-28 Criatura: Cangrejo de Fuego Puntos: 40 Precio: 2000 G Criatura: Plimpy Puntos: 40 Precio: 2000 G Total de puntos: 80 Total de Galeones: 4000 G

Hola chic@s, vengo a comprar algunas pociones que me levanten el ánimo que está un poco decaído. Disculpas si no hago bien la ficha. Es la primera vez que paso y me encanta que no haya que hacer rol. Planilla de Compras Normales para Personajes: ID: 15225 Nick: Mynerva de Weasley Link a la Bóveda Trastero: --- Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda 82772 Link al Premio obtenido: --- Fecha: 2019-01-28 Poción: Pócima Vigorizante Puntos: 40 Precio: 2000 G Poción: Poción Agudizadora de Ingenio Puntos: 40 Precio: 2000 G Total de puntos: 80 Total de Galeones: 4000

@Anne Gaunt Hola Anne, gracias por responder tan rápido y darme el link. También me gustó leerte. Veré que puedo comprar, entonces. El Mall es un sitio que he frecuentado poco en toda mi vida forera, por no decir que no pasé nunca por allí. jaja. Crearé nuevos hábitos; tal vez termine gustándome. No creo que conseguir más galeones sea la solución más rápida ahora. Tal vez más adelante. Nuevamente gracias por tu ayuda.

Hola, tengo una duda y no sé si éste es el lugar para dejarla. Si debo postear en otro lado, me avisan. ¿Puedo tomar algún conocimiento más? En caso negativo, ¿qué debería hacer para conseguirlo? Disculpen la molestia, estoy un poco oxidada. Gracias y saludos.

* La Arcana no creía que su dedicación a Gringotts hubiera sido tan fuerte. Sin embargo, Myne recordaba muchas quejas de sus propias hijas que no conseguían que ella las acompañara a paseos, reuniones, fiestas. Siempre estaba pendiente del Banco. Llegaba a su despacho muy temprano y volvía a su hogar muy entrada la noche. Fue uno de los cargos más importantes que tuvo. Cualquier otra persona lo habría disfrutado. Pero ella lo sufrió. Le costó mucho la falta de ayuda que soportó por varias temporadas. Hubo muchos cambios también en la comunidad y casi todos ellos impactaron en los duendes. - Aunque le cueste creerlo, Rosália, mis años en el banco mágico fueron muy absorbentes para mi. Hoy me sorprende mi comportamiento de entonces, pero fue así. No tuve muchas oportunidades fuera de mi trabajo. O tal vez, no las usé. Por suerte para ella, no sucedió lo mismo en la oficina del ministro. Claro que la responsabilidad allí era mucho menor. Sólo era una empleada más hasta que llegó a fiscal mágica. Y en el ínterin, se aburrió muchísimo. Prefirió no hacer comentarios al respecto y enfocarse en algo distinto. - Mis ideales han cambiado muy poco a lo largo de tantos años vividos. Cuando era joven intervine activamente a favor del Ministerio cuidando a los miembros de la comunidad que sufrían atropellos. Pero hace bastante tiempo que dejé de intervenir en las guerras que siguen atormentándonos. No quiero actuar más. Puede parecer egoísta pero no me atraen esas actividades. Me refiero a practicarlas, aunque las sigo apoyando en los demás. Prestó atención a las explicaciones que le daba la Arcana sobre la defensa psicológica que cada uno tiene para evitar intrusiones no deseadas. También lo que podía lograrse con la Occlumancia. Lo único que se le escapaba un poco era el entrar en trance. Tal vez podría probar con la misma Pereira para contestar su pregunta. Pero sin legilimancia, no sabía cómo entrar a su mente. Recordó que entendía algo de adivinación. Probaría. - Lo que primero encontraría en su mente es paz ya que trasciende a todo su ser. He tenido distintos entrenadores en conocimientos, pero pocas veces sentí una conexión sutil entre ellos y yo como ahora. Tal vez me equivoco pero sus recuerdos deben estar ordenados. No sé cómo explicarlo. Les da la dimensión que tienen pero no permite que la atormenten. Los usa para tomar impulso y no son un estorbo para usted. Tal vez lo dicho era muy básico. Sentía que tenía pocas herramientas para averiguar más.

* - Me deja más tranquila saber que usted no considera que estuve desaprovechando la legilimancia cuando podía usarla, - las palabras habían brotado de su boca con alivio. No quería sentir remordimientos por la forma que había procedido en el pasado. Lo que había hecho lo hizo con la mejor intención, tal vez en menoscabo propio, pero no se arrepentía. Le llamó la atención que la Arcana quisiera saber cómo era ella en la actualidad. Se preguntó si eso influiría en la forma de recuperar la habilidad. En realidad, no necesitaba de ella como en el pasado. Su vida había vuelto a una normalidad inusitada. - Le hablé de mi experiencia en Gringotts porque sé que entonces podía utilizar la legilimancia. Pero antes de que mi trabajo allí concluyera, perdí lo que tenía como todos nosotros. Fue decisión del Ministerio de Magia, usted debe recordarlo, - frunció el ceño e hizo un mohín de disgusto. - Desde entonces ha sido como caminar a ciegas. Bueno, no tanto. Nos queda la magia. Pero ha sido muy difícil ponerme en contacto con otras mentes. Y le aseguro que eso es bastante necesario en la oficina del Ministro. - Claro que… ya no estoy allí tampoco. Y si me pregunta para qué necesito la legilimancia hoy en día le diría que porque siempre me hizo sentir un poder del que carezco ahora. Y quiero recuperarlo. - Creo que esa puede ser una diferencia entre el ayer y hoy. Antes tenía algo que casi no apreciaba y sólo usaba con fines prácticos para trabajar. Lo poco que hemos hablado me ha servido para darme cuenta que hay mucho más allá en la legilimancia y quiero hacer el esfuerzo de recuperarla. Y más aún: quiero sentirme cómoda con ella y disfrutarla. Esa sí que era una actitud nueva en ella: disfrutar. Es que pasado un tiempo después del golpe que fue para Myne ser despedida de su trabajo, ahora sentía que debía tomar la vida con más ligereza y no tanta preocupación como había sido siempre su costumbre. Se inclinó para tomar nuevamente su taza y sorbió con deleite el té. Volvió a dejarlo sobre la mesa ratona y meditó unos momentos sobre la respuesta que le había dado Rosália. No recordaba haber sido objeto de una intrusión de alguien en su mente. Rió para sus adentros mientras se preguntaba qué tan poco interesante se había vuelto que nadie quería conocer sus pensamientos. O tal vez era demasiado distraída y no prestaba atención a los demás. Y cualquiera se hacía un festín de información sin su consentimiento. Se enderezó y volviéndose hacia la Arcana le comentó. - Me dice que existe una defensa mágica que no se puede controlar y que imagino protege nuestra mente. Eso me parece que es oclumancia, pero tenía la idea que eso también es una habilidad y voluntaria, muy voluntaria. ¿Me equivoco o es parte de cualquier mente? Porque no recuerdo ningún episodio por el estilo. O no fui consciente de ello como usted ha expresado.

* Parada delante del hogar de la Arcana, Mynerva perdió la noción del tiempo. La caminata a través del bosque había mantenido su ánimo bien alto. Pero ahora que estaba por empezar realmente su entrenamiento, un frío le recorrió la espalda y se sintió paralizada por el temor. Trató de reaccionar y aceptó la invitación de la mujer a entrar a su casa. Volver a moverse la hizo sentirse mejor y vio con detenimiento la agradable estancia donde se encontraba, muy acogedora y conectada con la naturaleza exterior por obra de un gran ventanal. La dueña de casa le ofreció una taza de té de hierbas frescas y menta y la Weasley aceptó agradecida. Se sentó en un sillón mientras escuchaba a su anfitriona trajinando en la cocina. Rosália le habló desde allí lamentándose porque hubiera utilizado la Legilimancia sólo de una manera muy superficial. Le explicó que la habilidad era más intensa y complicada. Su éxito consistía en tender un puente entra la mente propia y la del observado. Le sorprendió escuchar que se podría entablar un verdadero diálogo entre ambas mentes. Se preguntó cuál sería el beneficio de comunicarse en silencio. Tal vez sería interesante “conversar” con la mente de otro en soledad cuando estaban rodeados de gente con los que no deseaban compartir la experiencia. - Mientras más busques más tiempo pasas en la otra mente. Se sintió confundida ante esta afirmación y tuvo necesidad de preguntar. - ¿Es consciente de lo que estamos haciendo la persona sobre la que ejercemos la Legilimancia? La Arcana tuvo que ausentarse para terminar de preparar el té y cuando volvió con él lo sirvió y dejó el servicio sobre una mesa baja tomando asiento. Le explicó que tendrían dos sesiones y allí mismo empezaba la parte teórica haciéndole algunas preguntas. Mynerva pensó por un momento mientras sorbía la infusión saboreando su sabor refrescante. - Creo que tiene razón. No he profundizado lo suficiente mi propia habilidad cuando la tenía. Supongo que bucear en un pensadero puede ser más fácil. Pero no fue la dificultad lo que me detuvo sino más bien mi propio pudor por andar husmeando más de lo que me interesaba. Sinceramente, no sé si podría ver toda la vida y conocer los pensamientos de alguien a quien observo. No es lo que he hecho. Sólo traté de averiguar las intenciones de mis observados referidas al dinero y al banco. Pero nada más. Dejó escapar un leve suspiro de arrepentimiento y concluyó. - Tal vez he desaprovechado mi habilidad y no le di la importancia que tiene. No busqué aprender más sobre ella. Pero todo eso es tiempo pasado. Ya estoy lista para profundizar conocimiento y habilidad. Supongo que debe ser difícil no tentarse y andar “leyendo” mentes a diestra y siniestra. Allí entran a jugar los límites morales de cada uno. Donde unos ven una gran oportunidad de ayudar o servir a los demás, otros pueden ver la oportunidad de sacar provecho propio en desmedro del ajeno. Se quedó pensativa reflexionando sobre lo que estaba a punto de recuperar y la manera en que trataría de utilizarla si lo conseguía.

* Mynerva sintió interrumpida su contemplación del lago por las voces que daba una mujer pelirroja que se acercaba con rapidez hacia donde se encontraba. Se preguntó si sería la Arcana Pereira y sintió una mezcla de ansiedad y confusión. Tal vez ése no era el lugar al que debía haber acudido. - Sí, - comenzó con un dejo de timidez. – Soy Mynerva y no sabía que debía presentarme en su cabaña. La seguiré con gusto hasta allí. Vive usted en un bosque muy hermoso. Ambas mujeres comenzaron a caminar y hablar. Como lo había esperado la alumna, Rosália parecía saber que en algún tiempo había sido legilimante. Los ojos azules de la Weasley brillaron con el solo recuerdo de aquella época. - Un presentimiento muy acertado el suyo – sonrió a la Arcana. – No sé cómo adquirí esa habilidad. Sé que fui consciente de poder dominarla mientras trabaja hace años con los duendes de Gringotts. Me sentí asombrada al notar que podía saber lo que pensaban algunos magos que por alguna razón encontraba sospechosos en su trato. Lo que me sorprendió era que podía saber lo que pensaban sin que ellos me lo dijeran en palabras. No pasaba con todos. Había algunos impenetrables. Por mucho que los mirara y tratara de profundizar mi conocimiento, era imposible lograrlo. Tal vez sabían oclumancia, algo que nunca supe. Caminaban por los frondosos caminos del bosque alejándose del lago hasta que llegaron frente a una morada en la que Rosália parecía vivir. - No he usado mucho mi habilidad cuando la tenía. Siempre me sentí respetuosa de la intimidad de los que me rodeaban. Más bien la he usado con fines prácticos para defender los intereses del Banco de Magos. No he sentido curiosidad por indagar en los pensamientos o recuerdos de los que me rodeaban. Ahora que estoy en la oficina del Ministro, a veces siento que sería bueno utilizar esa habilidad ante algunos personajes. Tal vez esa es la principal razón para acudir a usted y pedirle que me ayude. Dejó escapar una pequeña carcajada y se detuvo a la espera de que la invitaran a entrar.

* La pelirroja había estado esperando la aceptación para aprender legilimancia. Era la habilidad que más deseaba recuperar. Su cerebro recordaba los antiguos días cuando trabajaba como duende en Gringotts. Por entonces, se había visto tentada muchas veces a entrar en contacto con las mentes de algunos clientes que, como directora del banco de magos, le parecían sospechosos. ¿Eran dignos de que les abrieran cuentas especiales con prerrogativas importantes? La bruja recordaba que esa habilidad le había sido muy útil en reiteradas ocasiones para tomar la decisión correcta. Lamentablemente, hacia dos años y medio el Ministerio había lanzado Oblibiates a diestra y siniestra y toda la comunidad había perdido sus habilidades. Al igual que Mynerva. Y su trabajo se volvió mucho más difícil de lo que ya era. Se había lamentado mucho por esas pérdidas, pero terminó aceptando que debería volver a la Universidad si quería recuperarlas. Le llegó el rumor que la Arcana Pereira poseía un profundo conocimiento sobre legilimancia por lo que acudió a su encuentro deseosa de aprender todo lo que pudiera enseñarle. Sabía que el aprendizaje sería muy distinto al de cualquier conocimiento que hubiera estudiado hasta entonces, pero eso en vez de quitarle ánimo, la impulsaba y entusiasmaba mucho más. El día había amanecido bastante cálido y luminoso. Se levantó con rapidez sin perder ni un minuto en remolonear entre las sábanas. Se duchó y procedió a vestirse con cuidado. Una larga túnica de un azul muy claro, casi blanco, fue su elección junto con un par de sandalias de taco bajo y un color un poco más oscuro aunque también azul. Sus cabellos rojizos parecían resaltar más en contraste con su ropa. Eran cortos y ondulados y los peinó hacia la izquierda dejando descubierta su oreja derecha. No usaría maquillaje ni joyas. Sólo un poco de lápiz labial incoloro porque le gustaba sentir sus labios húmedos. La mansión Weasley estaba en silencio cuando ella bajó hacia la cocina. Allí bebió un jugo de frutas y tomó una tostada con un poco de queso blando. Su gato Blacky la miró sorprendido por su falta de apetito y ella sonrió. - Quiero estar ligera hoy, mi pequeño, - murmuró mientras hundía sus dedos suavemente en el pelo de su cuello. – No sé a lo que me enfrentaré. Dame suerte. La criatura pareció entenderla y maulló suavemente mientras tocaba con su patita la mano que lo acariciaba. Se despidió del gato y se dirigió al elfo. - Toño, voy a la Universidad; más precisamente en busca de la Arcana Pereira que me instruirá en la primera habilidad que deseo recuperar. Ni idea de cuánto tiempo tardaré. Pero ya sabes dónde encontrarme si algo pasa. El sirviente hizo una reverencia y ella desapareció hacia los jardines de la universidad. Debía ir cerca del lago, hacia una amplia terraza de piedra a la que se accedía después de atravesar un bosque muy tupido de árboles y plantas con flores cruzados por caminos sinuosos. Mynerva sintió la paz que había en ese lugar como si la abrazara y la meciera dulcemente. La naturaleza la atraía y la ponía feliz. Con los años había aprendido a hallar un refugio en ella y se sintió totalmente a gusto allí. Eligió un banco de piedra y se sentó a observar el lago cuyas aguas brillaban a la luz de la mañana con pálidos reflejos multicolores. - ¿Sabrá la Arcana Pereira que la espero aquí? – se preguntó. Suponía que sí. Aquella mujer probablemente sabría todo lo que sucedía en sus dominios.

* Intento recuperar una habilidad. Espero no equivocarme y dejar todo bien. Saludos. ^^ Nick: Mynerva de Weasley ID: http://www.harrylatino.org/user/15225-mynerva-de-weasley/ Habilidad: Legilimancia Rango Social: Dragones de Oro Nivel de Magia: 18 Fecha aproximada de aprobación EXTASIS o de salida de la Academia (versión anterior): principios de marzo 2010. Nº de conocimientos que se poseen: 7 Link a la Bóveda: http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=84302 Link a la Ficha: http://www.harrylatino.org/topic/82743-ficha-de-mynerva-de-weasley/

* Con alivio, Myne vio que su compañera se activaba y comenzaba a intervenir en la clase. Nunca le habían gustado las clases individuales. Pero ya estaba decidida a recuperar este conocimiento por lo que se había lanzado a proceder sola. Sin embargo el actuar de Sally la había animado más. Vio como la joven hacía levitar la pluma de aquí para allá aunque notó que estaba algo disgustada. Ella misma lo había estado pero se fue calmando en la medida que empuñaba su varita. La piña también aumentó de tamaño al aplicarle el Engorgio y luego la Dumbledore pareció dudar igual que ella sobre qué otro hechizo realizar para hacerla bailar. Mynerva sonrió a Sally y se volvió hacia Aries para ver qué decía.

* Después de esperar un tiempo prudencial a Sally, el Black Lestrange se dirigió a Mynerva aceptando que había realizado bien el hechizo de levitación. Hizo aparecer varias piñas y antes de dar la razón por la que lo había hecho, comenzó a explicar lo era un encantamiento. La bruja escuchó con atención tratando de retener algunos conceptos: hechizo invocador, propiedades de las cosas, color, tamaño, etc. No estaba segura de recordar haber estudiado eso pero los nombres de algunos encantamientos básicos les trajeron algo a la memoria. Orchideous, Avis, Wingardium Leviosa. Se quedó perpleja al darse cuenta que no sabía de dónde había sacado las florituras necesarias para hacer mover esa pluma. No estaba muy segura de ser capaz de movilizar la piña que tenía delante. El instructor comentó que los encantamientos elementales se hacían para invocar los elementos básicos fuego, aire, agua y tierra. Le preguntó si podía mencionar alguno. Vinieron a su mente dos de ellos. Los que invocaban el fuego y el agua por lo que respondió. - Incendio! – no había puesto mucha intención por lo que una llama pequeña apareció sobre el suelo delante de ella. Miró a Aries como disculpándose de su pobre muestra y la hizo desaparecer con un más potente Aguamenti que derramó un chorro de agua sobre ella. La siguiente explicación fue para informarle que se podían aplicar varios encantamientos sobre las cosas para que sufrieran cambios sucesivos a fin de conseguir lo que se quería. Podía hacer bailar la piña que él había hecho aparecer, pero antes había que aumentar su tamaño. Le mostró cómo. Mynerva empezaba a entusiasmarse. Su mal humor desapareció y apuntando con su varita a la piña que le correspondía dijo sin titubear la palabra necesaria. - Engorgio. No sabía qué más debería hacer para que bailara. Si tuviera piernas podría hacerlas mover auque no recordaba el nombre del hechizo con el que lo conseguiría. De todas maneras, las piñas no tenían piernas por lo que esperó la siguiente instrucción.

* El Black Lestrange permaneció callado un largo rato. Myne lo observó con atención pero el joven parecía sumido en sus pensamientos. La bruja se sintió algo incómoda con ese proceder y miró a su compañera por si ella reaccionaba. Pero Sally también parecía aguardar las palabras del instructor. Ambas esperaron un poco más y cuando al fin el hombre habló, no respondió a sus inquietudes sino que quiso saber lo que ellas pensaban sobre lo más básico de la asignatura. Sin embargo, antes de que ellas pudieran contestar, las tomó de los hombros e hizo una aparición conjunta en un aula de la universidad. Un poco ahogada y mareada por la experiencia, Mynerva tomó unos minutos en contestar. Bueno, después de todo, las respuestas eran fáciles. Ante el requerimiento del educador, la bruja trató de poner en palabras lo poco que recordaba. - Un encantamiento es algo de magia que realizamos para mejorar nuestra vida. Por ejemplo lo que hicimos sobre el Tower Bridge para aislarnos de los muggles. Fueron encantamientos poderosos y muy difíciles de quitar si no hacemos la magia necesaria para deshacerlos. - Los hechizos son más simples y pueden desaparecer solos sin necesidad de un contra hechizo. - Las maldiciones son muy poderosas también. Para hacerlas se usa magia negra y los magos que las realizan deben tener una gran intención de hacer daño. Algunas están prohibidas por el Ministerio de Magia que las llama imperdonables. Aries había hecho aparecer una pluma blanca y les preguntó se podían hacerla levitar. La Weasley tomó su varita, hizo una floritura que ascendía y luego descendía mientras ella pronunciaba con claridad: - Wingardium Leviosa. Había puesto toda su intención en hacer que la pluma se elevara y sonrió al ver que lo conseguía. Se volvió hacia Sally como invitándola a hablar.

* Una inoportuna lechuza había traído, la noche anterior, el mensaje de que su clase de encantamientos ya comenzaba. El ceño de Mynerva se frunció al recordar que ella misma había pedido tomarla. El mal humor se apoderó de ella. Deseó no haberse inscripto pero ya era demasiado tarde. - ¿Sobre el Tower Bridge? – se preguntó asombrada por la elección hecha por aquel Black Lestrange. Recordaba el apellido aunque no haber hablado con el mago en toda su vida. Se encogió de hombros. Sabía lo extravagantes que podían ser los instructores de la Universidad. Sería mejor prepararse. Desapareció de la mansión Weasley rumbo a Londres y apareció en una pequeña calle lateral poco transitada cercana al puente. Desde allí caminó hacia él con su mejor disfraz muggle: un par de pantalones azules desgastados y una camisa blanca. Un par de zapatillas cómodas le permitían alcanzar la rapidez de sus años jóvenes a pesar de los largos años vividos. Tuvo suerte. Al comenzar a andar sobre el puente vio un joven malencarado paseándose sobre los cables que sostenían la hermosa construcción. Miraba a una chica que después de contestar sacó una varita y comenzó a hacer florituras en el aire. Alcanzó a oír las instrucciones del hombre sobre realizar hechizos protectores para estar a salvo de miradas indiscretas que, por supuesto, abundaban allí. Escuchó atenta a su compañera y cuando ella terminó tomó su propia varita y describiendo un gran círculo pronunció con claridad Salvio Hexia, Protego Totalum. Probablemente, estarían invisibles para los numerosos muggles que transitaban por ahí. Pero por las dudas agregó Imperturbate y Muffiato para que nadie oyera lo que ellas hacían. Cuando las brujas terminaron de aislar el lugar, el joven moreno se presentó asegurando ser Aries Black Lestrange y un simple examinador de los conocimientos que ellas tenían. El mal humor de Mynerva no mejoró después de esa afirmación. Con la ceja derecha levantada miró fijamente al hombre y rezongó. - ¿Cómo es eso que no va a enseñarnos nada? Hemos perdido la memoria de los encantamientos que sabíamos gracias al Obliviate que nos arrojaron los del Ministerio de Magia hace más de dos años. Tenemos que volver a la Universidad a aprenderlos. Y ahora nos dice que no va a hacerlo. Señor Black Lestrange, soy Mynerva de Weasley y espero de usted algo nuevo de saber. Antes de que escuchar la respuesta, se volvió hacia la otra alumna y le sonrió con un guiño cómplice. - Hola Sally, encantada de compartir contigo.

* OMG! Lamento muchísimo que el largo mes de febrero ya haya concluido para el gran Niko Uzumaki. Para mí todavía no amaneció el 28... En fin. Dejo mi formulario para cuando puedan aceptarme. Nick: Mynerva de Weasley ID: 15225 Conocimiento: Encantamientos Nivel de Magia: XVII Link a la Bóveda: B: 82772 Link a la Ficha: N° 82743 Saludos.

* Hola duendecillos, trabajadores incansables, Es un gusto pasar por aquí a dejarles esta invitación. Se trata de un rol que tenemos los de la Oficina del Ministro para todo el Ministerio donde participaremos en el encendido de un gran árbol de Navidad. Solicitamos que cada departamento o dependencia ministerial deje un adorno que los represente. El link del topic es Un detalle para recordar y será muy lindo verlos acompañarnos por ahí. Pido disculpas por lo tardío de este comunicado. Estuvimos un poco inactivo este mes. Les agradeceremos mucho su colaboración. Saludos. @Mía Black Lestrange

* Mynerva oyó a Ishaya diciéndoles a las otras alumnas que sus conocimientos eran bastante buenos. No se refería a ella misma aunque todavía quedaban dos criaturas por describir: el Crup y las Ashwinder. Observó al primero. Le recordó al pequeño Terrier Jack Russell de su niñez. Un dulce recuerdo que le trajo a la mente su lejano país. Cuando vio que el instructor le prestaba atención comenzó a hablar sobre lo que había elegido. - El Crup tiene el aspecto de un perro aunque puede pasar por uno si su dueño le quita una parte de su cola bífida con un hechizo seccionador indoloro. Aparentemente fue creado por algún mago del sudeste de Inglaterra ya que es muy fiel a nosotros, gente mágica, pero odia a los muggles. Como podría ser peligroso para éstos, hay que obtener una licencia en el Departamento de Regulación y Control de Criaturas Mágicas donde hay que demostrar que se está preparado para manejar a esta criatura que es clasificada como XXX. Se detuvo un momento para respirar hondo. Había comentado muchos datos de corrido, pero faltaba agregar algo más. - Podemos criar el Crup en nuestros hogares donde no nos resultará caro ya que se alimenta con una gran variedad de cosas. Es bastante carroñero. Supongo que su mordedura debe ser peligrosa. De ahí el cuidado que el Ministerio quiere que tengamos con él para impedirle que entre en contacto con la gente sin magia. Otras tres criaturas hicieron su aparición en los jardines donde se desarrollaba la clase. Un Unicornio, un Fénix y un Runespoor. Myne no pudo evitar quedarse fascinada observándolos. Casi no prestó atención a la pregunta formulada por el Tonks. Pero meditó en ella por unos minutos.

* Mynerva no se extrañó ante las palabras del profesor sobre los Horklump cuando mencionó que el Ministerio se había tomado un tiempo para considerarlos criaturas ya que por su forma, más parecían plantas. La bruja había permanecido en silencio mucho tiempo; tal vez demasiado si quería aprobar aquel curso. Es que las criaturas no eran su fuerte y cada vez se ponía peor. Luego que el Tonks les mostrara las primeras tres especies y cada alumna hubiera expresado lo que sabía de una de ellas, Ishaya hizo que éstas volvieran a su Hacienda y nuevas aparecieran pero en doble número. Esta vez, les dio la opción de elegir sobre cuál hablar. Tanto Gabrielle como Cye eligieron las suyas por lo que Myne tuvo que vérselas con un Clabbert, especie de rana con cara de mono y un Diricawl que por suerte para ella parecía haber caído en un sueño reparador. Con un poco de aprensión a causa de su aspecto, la bruja se acercó al Clabbert. Sin embargo, viéndolo de cerca le llamó la atención su piel verdusca desprovista de pelo que se veía suave y no rugosa como se podría esperar de una rana. Como ella tenía una gran boca que parecía sonriente y había un par de cuernos pequeños en su cabeza. - Éste es un Clabbert, - comenzó dirigiéndose al profesor que le prestaba atención contento de oír al fin su voz. - Se trata de una criatura oriunda de Sudamérica que hoy en día se puede encontrar en todo el mundo. Vive en los árboles sobre los que es muy ágil y donde puede encontrar su alimento, pájaros pequeños a los que atrapa y devora con sus afilados dientes. También le gustan los lagartos. Tiene esa prominencia roja en su frente que aparte de afearlo más, se vuelve luminosa cuando la criatura detecta algún peligro. Razón por la cual es necesario tener cuidado de que no llame la atención a los muggles o la gente del Ministerio de Magia se enfurece si es usado por su dueño como alarma antimuggle. Ellos le dan una clasificación XX Miró al profesor y continuó con la otra criatura que había quedado a su vista. - Éste otro es un Diricawl, pájaro originario de la Isla Mauricio que con su cuerpo rechoncho y pelaje esponjoso no es capaz de volar. No obstante tiene una cualidad maravillosa que comparte con el fénix: es capaz de desaparecer con un estallido de plumas y aparecer en otro lugar. Esta habilidad le ha servido para salvar su vida ya que a los muggles les encanta cazarlos. Por esa razón el Ministerio no les ha dejado saber de la característica de estos pájaros para evitar su extinción. La clasificación que le dan es también XX. Recordó la pregunta del Tonks sobre la clasificación y no sabiendo la razón principal de la misma, contestó según le parecía lo más probable. - Creo que el Ministerio se basa en la menor o mayor agresividad de cada especie y del peligro que represente su tenencia para un mago poco experimentado. Por eso impone ciertas condiciones de magia en los magos antes de permitirles la tenencia de algunas criaturas. - Supongo que si una especie aumenta su agresividad debido a determinadas circunstancias, el Ministerio podrá aumentar su clasificación y requerir mayor conocimiento en los magos que las frecuenten. – Meditó un momento y luego continuó. – Sostengo que los muggles, que son curiosos por naturaleza, deben ser mantenidos muy apartados de las criaturas con mayor cantidad de X ya que son capaces de armar gran bullicio si las ven y volver locos a los magos que tendrían que desmemorizarlos inmediatamente para evitar males mayores. Esperó la respuesta del docente mientras veía con horror que nuevas criaturas, un poco más peligrosas, hacían su aparición para ser estudiadas.

* Gabrielle y el profesor contestaron al saludo de la bruja y retomaron la clase. Ishaya después de oírlas, les respondió que sus conocimientos no eran tan básicos. Acto seguido abrió con sus dedos un portal a vaya uno saber dónde, mediante un hechizo que Myne no había visto nunca. Fulgura nox. No entendía cómo lo hizo y esperaba que no les pidiera que lo practicaran; parecía bastante difícil. La cuestión fue que por ese pequeño portal se empezaron a deslizar hacia los jardines unas pequeñas criaturas que el profesor comenzó a distribuir entre sus alumnas. Mynerva recibió una especie de gran hongo rosado con largos pelos negros parados que al principio confundió con espinas. Lo tomó con sumo cuidado y lo observó con detenimiento. ¿De verdad era una criatura? Más bien parecía un vegetal. No podía encontrar sus extremidades y no entendía cómo se movilizaba. Tampoco encontró su rostro, en especial su boca, por lo que no estuvo segura de cómo y con qué lo alimentaría. Lo posó suavemente en el pasto siguiendo su primera impresión de que era una planta. Y para su sorpresa la criatura se movió y alargó unos tentáculos que le aparecieron cerca del suelo a los que enterró en él extrayendo una lombriz que hizo desaparecer rápidamente. ¡Como si la hubiera comido! Eso no fue todo. Pasados unos minutos algo raro sucedió. En lo que parecía ser una reprodución, comenzaron a aparecer a su alrededor pequeños honguitos o setas carnosas rosadas que amenazaban con cubrir el piso si los dejaban. Tal vez habría que recurrir a los gnomos para que detuvieran su expansión. Mynerva se volvió hacia Ishaya para comentarle. - Creo que esta criatura no tiene mucha agresividad. El Ministerio lo debe calificar con una X por lo que no es necesaria mucha magia para tener alguna a cargo, aunque no estoy segura de quererla en los jardines de la mansión Weasley, - remató con un pequeño mohín en su boca. Miró al profesor como diciéndole que no sabía mucho más sobre la curiosa criatura.

* - ¿Jardines de la Universidad con todas las cosas necesarias para la clase de este mes? – la pelirroja dio un respingo escuchando un vociferador. No tenía ni idea. Claro que conocía los jardines, pero su vida había estado totalmente alejada de las criaturas, salvo su consentido gato Blackie. No es que no le gustaran pero había trabajado tanto los últimos años que no encontraba razón para comprarlas si no podía cuidarlas o al menos estar con ellas algo de tiempo cada día. No creía que el trato con el minino la ayudara mucho. Por lo que observó a su alrededor maldiciendo que el profesor no hubiera sido un poquito más explícito. Decidió no preocuparse tanto y bajar la ansiedad. Tal vez cargaría su vuelapluma y algunos pergaminos para tomar nota. Si necesitaba algo más, ya vería. Pensó que sería mejor ponerse ropa cómoda. Si tenía que tratar con criaturas algo peligrosas unos pantalones y una camisa serían más prácticos que faldas y túnicas. Incluso un par de guantes vendrían bien. Cuando estuvo lista y antes de salir hacia la Universidad, llamó a Toño que se presentó al instante. - Tal vez tengas que auxiliarme, - le dijo rápidamente. - Lo que necesite, ama, - respondió el elfo con la solicitud de siempre. - Asistiré a una clase de cuidado de criaturas mágicas. Y no sé qué hay que llevar. Sabes que odio cargar con muchas cosas por si son necesarias. Prefiero pedírtelas y que me las alcances cuando sepa qué necesito. Toño aceptó sus palabras y Myne dejó su hogar. Al aparecer en los amplios jardines de la ex Academia, pudo apreciar el hermoso día. Miró alrededor y llamó su atención una pareja que se besaba y una joven delgada junto a ellos. Al separarse, pudo reconocer a su ex profesor de meteorología y a su esposa Cye. Golpeó su frente con los dedos de la mano derecha porque no recordaba haberlos visto juntos nunca, por lo que el detalle de su matrimonio se le escapaba. Se acercó sonriente a ellos y saludó a Cye e Ishaya con amabilidad. - Buenos días Cye, Ishaya, qué bueno es verlos, - y luego extendió su mano hacia la joven presentándose. - Hola, soy Mynerva de Weasley. Mis disculpas a todos por la demora. Había escuchado la pregunta del profesor mientras se acercaba y tuvo que responder un poco incómoda. - Sé muy poco sobre criaturas. Sólo tengo un gato que no tiene magia. Supongo que a todas hay que alimentarlas, darles refugio y atender a su salud. No sé si todas necesitan que les demostremos cariño. A mi Blacky le encanta, - reflexionó un momento. - Lo que no sé a quién recurrir si se enferman, - tuvo que admitir con preocupación.

* Dejo mi conocimiento para octubre. Nick: Mynerva de Weasley ID: 15225 Conocimiento: Cuidado de Criaturas Mágicas (si no se abriera, tomaré Encantamientos) Nivel de Magia: XVII Link a la Bóveda: B: 82772 Link a la Ficha: N° 82743 Saludos.

* La otra bruja le dio su nombre secamente. Mynerva la miró con atención. Buscó sus ojos para hacer contacto. Era una costumbre que había adquirido cuando tenía la habilidad de legilimancia. Pero la había perdido y por más que lo intentó no consiguió averiguar nada. Sólo le quedaba fijarse en la postura física de la mujer y allí leyó tal rechazo y desinterés que decidió no seguir intentando ser amable y civilizada con alguien tan hosca. Sus razones tendrían para no querer intimar con los demás en una simple clase. En fin, la matriarca tenía suficiente con sus propios problemas para empezar a ocuparse de los de los demás. Miró al profesor y se mantuvo alerta a sus siguientes indicaciones. Se sorprendió un poco ante el comentario del mago sobre dejar de socializar y abocarse a la clase. Era incongruente con lo que les había escrito. Pero tal vez, esa no sería la única sorpresa en aquella clase. Tomó la piedra que le ofreció y que le serviría como traslador hacia un bosque en Alemania. ¿Sería la Selva Negra? Recordaba sus árboles altísimos que a veces no dejaban ver el cielo. Había tenido la dicha de conocerla cuando la familia vivía en Alemania. Años felices, rememoró. Pero Nathan había hablado de arbustos muy tupidos y de verdad así eran cuando los vio luego de sentir el característico tirón que la zambulló en un mundo de colores cambiantes a gran velocidad y que la depositó en el destino fijado un poco mareada y tambaleante. Caminó por el sendero que había tomado el profesor y al que se unieron las demás alumnas. Sintió en sus huesos una intranquilidad mientras avanzaban que la hizo tomar urgente su varita y mantenerla pronta a realizar cualquier hechizo necesario para defenderse. Había leído superficialmente el pergamino que les entregara el instructor, pero ahora le pareció que debía darle más importancia. Se detuvo unos momentos para releer cada hechizo con cuidado. Le resultaron conocidos algunos y todos bastante importantes para ser usados en una ocasión como la que tenían por delante. Levantó luego la vista ante la bi, mejor dicho, trifurcación del camino y eligió seguir adelante por el desvío del medio. El profesor había desaparecido y cada alumna estaba sola en esta aventura. Avanzó con paso ligero por el camino seleccionado. No sentía la alegría y el interés que recordaba le produzco visitar la Selva Negra. Pero no había opción, tenía que recorrer aquellos pasadizos si quería aprobar su clase. Miró con aprensión la multitud de arbustos que la rodeaban. Un ligero estremecimiento le recorrió la espalda. Llevaba la varita a mano para usarla de ser necesario. Esperaba no encontrar ningún ejemplar del lazo del diablo. Probablemente crecería con facilidad en un laberinto tan oscuro. Por las dudas, conjuró un ¡Lumos Solem! mientras avanzaba para que ninguna de sus raíces hiciera presa de sus piernas. Trataba de mantenerse en el centro del sendero, alejada de las tupidas paredes. De repente vio una planta cuyas bellas flores blancas llamó su atención. No pudo evitarlo y sintiéndose atraída por su delicada belleza, se acercó a tocar sus frágiles pétalos. Se estremeció al notar en ramas inferiores que ya habían perdido sus caducas florcitas siendo remplazadas por bayas oscuras de un azul casi morado. ¿Belladona? No era ducha en pociones pero sabía lo importante que era esa planta. Y lo venenosa, si no era manejada con cuidado. Retiró su mano con rapidez y caminó hacia atrás alejándose de ella y acercándose peligrosamente a la pared contraria. Ya era tarde cuando se dio cuenta de lo cerca que estaba. Sintió un fuerte escozor en la espalda como si mil agujas se hubieran clavado en ella. Giró sobre sus talones y enfrentó a la atacante. Un raro ejemplar como un cactus de tallo rugoso y múltiples espinas adheridas a su superficie parecía mirarla desafiante. Pensó mentalmente hacer un ¡Diffindo! disgustada por las heridas que le hizo, pero en vez de eso profirió un ¡Episkey! sobre sí misma que la curara sin necesidad de seccionar la planta. Sin molestias continuó su camino hacia no sabía dónde. No podía decir que se estaba divirtiendo. Pero se rió de sí misma recordando su clase anterior. Las tormentas, vendavales y nevadas producidas entonces le resultaron atractivas ahora como no le habían parecido entonces. Sintió un fuerte golpe en la cabeza. Miró hacia arriba asombrada al contemplar unas largas ramas muy flexibles que se agitaban con fuertes movimientos imprecisos pero tratando de alcanzarla. - ¿Trajeron también un sauce boxeador aquí? Gimió con sus dilatados ojos azules mirando sin comprender. ¿Cuál de los hechizos podría usar? Meneó su cabeza, no quería herir al árbol. Al fin y al cabo se había alejado lo suficiente para que no la tocara de nuevo. Y allí recordó a Crookshanks y se quedó a la expectativa. Apenas vio alejarse un poco las ramas corrió agachada hacia el tronco y buscó desesperada un nudo rugoso. Lo apretó con violencia y la planta se quedó quieta. Sonrió aliviada. Lo miró con un poco de nostalgia y decidió hacer una travesura. No duraría mucho, pero tal vez le gustaría. Imaginó al árbol cubierto de flores y hojas lozanas y con mucha determinación y concentración conjuró. - ¡Herbivicus! Tal vez esas flores estaban condenadas a morir tan pronto el árbol se pusiera en movimiento otra vez. No importaba, Mynerva se sintió satisfecha de haber sido una de las pocas que lo viera florecer. - ¿Dónde está la salida? - se preguntó y siguió caminando deseando que Nathan viniera en su ayuda si no la encontraba.

* Casi inmediatamente obtuvo una respuesta de la pelirroja cuyo pálido rostro había adquirido un color a juego con su cabello. Myne se dio cuenta y se sintió culpable. Estrechó con efusividad la mano de la chica Macnair y respondió con dulzura. - Disculpa, Arya. A mi edad, la memoria me juega malas pasadas y no recordaba tu nombre, aunque sí tu bello rostro. Se quedó callada esperando. Tenía razón sobre sus recuerdos. Pero había conocido tanta gente en sus largos años en los pasillos de Gringotts, que todos los rostros se mezclaban con los miles de nombres escuchados y leídos. Ahora su cerebro parecía haber dicho adiós a todos ellos. Tendría que cargarse de paciencia para volver a adquirirlos.

* Mynerva frunció la nariz. Algo no le gustaba. Había leído las instrucciones sobre la clase que trajera la lechuza y estaba segura que su nieto había dicho algo sobre interactuar entre los alumnos. Pero por lo que veía en las dos brujas que habían entrado detrás de ella, no parecían haber visto esa parte del mensaje. Tal vez estaba de moda no saludar ni presentarse pero ella no se sentía cómoda así. Recordaba que la primera joven hasta había estado en su mansión, aunque nunca Nathan se la había presentado ni intercambiado palabra. No le parecíó necesario seguir así. Por lo tanto, resolvió cambiarlo. No conocía a quién fue la última en llegar, pero admiró su sinceridad al contestar la pregunta sobre la materia que estudiarían. Carraspeó una vez y tomó la palabra. - Parece que todas estamos tan interesadas en la herbología que nos lanzamos a contestar la consigna del profesor sin siquiera presentarnos. Lamento mi falta de modales. Soy Mynerva de Weasley. No creo que hayamos hablado nunca, pero estoy encantada de compartir esta aventura con ustedes. Sonrió a ambas jóvenes y esperó que alguna le contestara, así podía saber quién era quién.