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Darla G Dumbledore

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Todo lo publicado por Darla G Dumbledore

  1. Saldo anterior 35435 G Ingresos N° de posts en Diciembre 2018: 4 Ganancia por posteos: 200 G (4 * 50 G) Rating Diciembre 2018: 4 Ganancia por rating: 2000 G (calificación 4 * 500 G) Total Ingresos ---> 2200 G Egresos Impuesto mensual Diciembre 2018: -500 G Impuesto por Inactividad, menos de 5 posteos mensuales Diciembre 2018: -500 G Total Egresos: -1000 GIngresos Totales Diciembre 2018: 1200 G TOTAL en Bóveda: 36635 G
  2. Saldo anterior 6250 G Ingresos N° de posts en Diciembre 2018: 2 Ganancia por posteos: 100 G (2 * 50 G) Rating Diciembre 2018: 4 Ganancia por rating: 2000 G (calificación 4 * 500 G) Total Ingresos ---> 2100 G Egresos Impuesto mensual Diciembre 2018: -500 G Impuesto por Inactividad, menos de 5 posteos mensuales Diciembre 2018: -500 G Total Egresos: -1000 GIngresos Totales Diciembre 2018: 1100 G TOTAL en Bóveda: 7350 G
  3. Saldo anterior 26600 G Ingresos N° de posts en Diciembre 2018: 5 Ganancia por posteos: 250 G (5 * 50 G) Rating Diciembre 2018: 3 Ganancia por rating: 1500 G (calificación 3 * 500 G) Total Ingresos ---> 1750 G Egresos Impuesto mensual Diciembre 2018: -500 G Impuesto por Inactividad, menos de 5 posteos mensuales Diciembre 2018: 0 G Total Egresos: -500 GIngresos Totales Diciembre 2018: 1250 G TOTAL en Bóveda: 27850 G
  4. Yo creo que las soluciones drásticas, no siempre son la mejor solución. No sé hasta donde personas que vuelven o hace rato no están tienen la visión clara como para opinar al respecto. Estoy de acuerdo con Fernando que todo sean tópics cerrados visibles, como las viejas instalaciones. Y cuando digo todo, es Bandos y Oficinas de Líderes de Bando, creo que eso ayudara a los que quieran hacer su intento de proyecto de juego tengan una idea de qué puede y que no puede funcionar. No sé, los extremos me matan, los cambios me gustan, el cansancio lo entiendo, en fin, es un día mugglemente complicado. Yo tengo una duda, aparte de con la publicidad, cómo se sustenta este foro actualmente? alcanza la publicidad o quién pone efectivo para mantenerlo y cuánto? @@Mackenzie Malfoy @@Crazy Malfoy
  5. La pelirroja observó a la Directora de Gringotts, nunca se había planteado cómo era Mía en su vida diaria, y ahora parecía descubrirlo cuando la bruja contaba sus razones para poseer criaturas y para tomar la clase. Distraída y cariñosamente seguía acariciando la mano de Seba sentada junto a ella, cuando la puerta se abrió y entraron dos jóvenes a la clase, le sorprendió el suspiro de alivio que escapara de los labios de la profesora, pero la vampiresa optó por fingir no haberlo notado. No la culpaba, aunque no pudiera saber en realidad el porqué. Darla había tomado nota mental de los intereses de sus compañeros, los seis presentes parecían coincidir en el control y cría de las criaturas mágicas, sus compañeros de Gringotts se interesaban en el ocultamiento, al igual que la joven que había dicho llamarse Hannity, mientras que el tal Hebbert tenía un único interés. Se sorprendió de que fueran solo Seba y ella quienes querían darles un buen hábitat a sus criaturas, pero ¿por qué no?, si todo el mundo gustara de lo mismo sería aburrido y probablemente habría aún más conflictos. No tuvo más tiempo de pensar en ello cuando la profesora les estaba agradeciendo y preguntándoles si ya estaban listos para salir del aula, así que sería como muchas de las otras clases que habían tomado con Seba. Manos a la acción. Tomó la pequeña figura de un snidget dorado que les había tendido, mientras Seba guardaba la del quintaped. Además les entregó un pergamino que les abriría las puertas a Seba y a ella a dos de las reservas mágicas más importantes de Gran Bretaña. La pelirroja había leído especialmente sobre la Reserva de Snidgets, ya que en su juventud había devorado todo lo relacionado con el Quidditch. Sabía de ellas también por el libro de Newt Scamander sobre Animales Fantásticos y dónde encontrarlos. No podía negar que si le sorprendió que nos los acompañaran y en dos días tuvieran que dar exponer sus conocimientos ante sus compañeros, pero le gustó la idea, sería como que ella y Seba pasaran dos días de vacaciones y Mía no podría retarlos por no ir al banco, estaban estudiando. Aunque por lo visto no debía tomarlo tan así, por lo siguiente que comentaba Bel al resto de la casa, Darla vio a su novio con amor y le hizo un guiño tierno y le tiró un besito con los labios, para luego sonreír a Bel, en señal de reconocimiento por su guiño, Seba ya le respondía por ambos y ella sonrió una vez más. —Así es —dijo mientras Seba tomaba notas, ella tenía el vuelaplumas y una libreta con pergaminos en su mochila aún —no lo pensaríamos —se puso de pie con Seba —vamos a ´ponernos en marcha —confirmó, de verdad le encantaba la idea de poder estar junto a Seba en la experiencia en las reservas, especialmente la de las aves —nos vemos en dos días —agregó despidiéndose del resto de la clase y la profesora. Siguió a Seba y éste le cedió el paso para salir del aula, el pergamino, mientras se preguntaban cuál sería el primer traslador en activarse, grande fue su alegría cuando el snidget dorado fue el primero en comenzar a brillar en un tono azul. —¿Sabías que en los inicios del Quiddith iban tras las aves snidgets? Luego crearon la snitch dorada, para reemplazarlos. Esas avecillas casi se extinguen por mi juego favorito —se lamentó la pelirroja mientras se tomaba de la mano de su prometido. —Cuando tú quieras partimos —comentó y tendió hacia Seba la figura, cuándo él tomó el lado contrario al que ella sostenía, el brillo azul se hizo más intenso indicándoles que se había activado y ambos fueron arrastrados desde la cintura hacia Somerset. Al llegar a la locación de la reserva la pareja dio unos pasos en el aire antes de aterrizar, ahora tomados de la mano. Darla guardó el traslador en su bolsillo mientras Seba sacaba el pergamino que había guardado para no perderle en el viaje. —Modesty fue una bruja muy valiente en el siglo catorce, enfrentarse al presidente del consejo de magos y defender a la snidget dorada —los ojos de la Potter Black brillaban como lo habían hecho la primera vez que leyó el libro Quidditch a través de los tiempos, de verdad había amado a dicho deporte y no solo por sí mismo sino también por su historia. —¿El pergamino dice con quién debemos contactarnos en la Reserva amor? —preguntó mientras se dirigían al ingreso de la misma.
  6. La pelirroja sonrió ante la pregunta de su novio y asintió, un apagado si escapó de sus labios mientras cerraba la puerta tras Seba, estar allí era tan extraño y novedoso a la vez, era el mismo lugar, la magia lo había conservado, pero a la vez tenía la fuerza de todo lo que había ocurrido a su alrededor, no era posible cien por ciento ajeno a ello. Suspiró al sentir la caricia que la mantenía en equilibrio, el único ser que era capaz de transmitirle la paz y la cordura que siempre necesitaba y lo mejor de todo es que se amaban. --A mí también me encantaría, no creo que a Matt o a Sagitas le molesten que alguna vez nos tomemos nuestras vacaciones en este lugar --murmuró mientras él caminaba hacia el ventanal junto al cual estaba su escritorio, dos de las hojas se abrían en la otra estaba su escritorio y del otro lado una mesilla que en otra época tenía un jarrón con flores o la jaula abierta de Wizzy, su lechuza. Recordaba el pasado mientras se acercaba a su cama y pasó la mano por sobre la mesa de noche, en la cómoda debía estar la caja con los los cuadernos y registros que guardaba tiempo atrás. No pudo evitar una sonrisa al recordar el diario, no era de ella, no, ¿de quién era? O.O decía en su tapa, lo podía ver en su mente pero no recordar con certeza qué era o de quién, si que una vez estaba entre los calzones de ¿Antara? No, no, no era de ella, era de... un estremecimiento recorrió todo su cuerpo, otro ramalazo del pasado e iban... de verdad la gente había querido y respetado a Adriano, a nadie le podía resultar indiferente. --Son unos cuadernos, deberían estar en una caja, seguramente en los cajones de la cómoda --respondió un poco automática mientras se acercaba a él junto a la ventana. Se detuvo, buscando en la oscuridad de la noche, la podía sentir, infernal, oscura, pura a la vez que loca alquimista del más allá. ¿Era posible que Saya estuviera allí? No lo creía, lo dudaba y sin embargo... --Creo que más gente de la que esperaba viene a rendir homenaje a Adriano Wallace --la voz que por un momento había surgido era la de Scarlet, ella no había conocido a Saya, pero si por las memorias de Darla podía saber quién era y la amistad que las había unido ¿había sido amistad? La pelirroja nunca lo supo, ahora lo dudaba, respiró profundo y miró a Seba --Saya está abajo también ¿ella era de la Orden Oscura verdad? --preguntó a Seba esta vez con su voz normal. Los ojos de Darla seguían aún enrojecidos, su mente tenía destellos de memoria pero cuando pensaba en Saya recordaba una charla en las puertas de la Peverell, pero no con ella, ella se había ido mucho antes, con Instinto. Se negó a fruncir el ceño con el recuerdo del demonio irreverente. @@Seba Granger
  7. Darla observó al basilisco, por primera vez con menos temor, quizás debería estudiar más sobre ellos. Hablaría con Seba para al fin tomar esa clase de Cuidado de Criaturas Mágicas y así aprender, ya que de pronto había sabido, ya fuera por los siseos de la serpiente o porque de alguna manera Lawan se los había plantado en la cabeza, que siendo tan joven no podía hacerles daño. La criatura se desplazó y ella hizo un gesto hacia Anne para seguirla, tras recorrer el camino que las separaba, sobre la pared del laberinto se había hecho visible la puerta, abierta, sí, pero al llegar el sol al cénit comenzaba a cerrarse. --¡Vamos! —gritó Darla casi jalando de una mano a su madrina, no tendría su varita y no podría abrir portales, pero aún conservaba su velocidad vampírica y con ella se ayudó para apresurarse a cruzar al otro lado y llegar a la pirámide, por tercera vez en cuatro años. Definitivamente debería re ver sus prioridades educativas. La carrera hacia la pirámide y de allí a la sala de ouroboros interior fue corta y a la vez larga, con todo lo que habían vivido la pelirroja sentía que aquello nunca acababa y de pronto la idea de que aún faltaba la prueba final la hizo entrar en pánico. ¿Cuánto más necesitaba pasar para demostrar que sí era digna de portar el anillo de Hablante de Pársel y que a pesar de la irracionalidad con el joven basilisco sí se sabía comunicar con las serpientes a quienes respetaba? Agradeció de todo corazón cuando estuvo frente a Lawan que éste no pudiera penetrar sus pensamientos, ocultos tras oclumancia, pues cuando les volvió a hacer la pregunta sobre la prueba final, tuvo ganas de sacudirlo y decirle que ya estaba lista hacía rato y que ya de una vez reconociera que ellas podían hablar con las serpientes y hacer de ellas sus pares en la charla. Sonrió, asintió con la cabeza y luego dijo en voz alta con convicción y casi en forma automática. —Sssí essstamosss lissstasss y preparadasss para la prueba final —en Pársel había respondido y las había mencionado a ambas, juntas habían llegado hasta acá, colaborando una con otra y compartiendo sus experiencias de una forma muy particular, ahijada y madrina. Darla esperó y tras la respuesta de Anne junto al arcano atravesaron el portal hacia la sala circular de las siete puertas, no necesitó entregarles el anillo porque el mismo se materializó en los dedos de cada una de las aspirantes. Una puerta cubierta por serpientes entrecruzadas cobró brillo y las brujas se acercaron a ella. —Graciasss —dijo ante las palabras del vietnamita y se giró una vez más hacia la puerta. A la pelirroja le recordó el ingreso a la cámara secreta aunque ésta era vertical y las serpientes que parecieron cobrar vida se deslizaron una sobre otras para luego dar lugar al ingreso a la cámara de la prueba. Sin dudarlo la bruja atravesó la misma, había llegado la hora de la prueba final, difícil de creer, una vez más, tras menos tiempo se enfrentaba a la prueba final. —Un traslador… —jadeó al sentir el tirón desde el ombligo hasta que al llegar finalmente a lo que parecía su destino observó asombrada —mira Anne —comenzó a decir cuando descubrió que estaban nuevamente en una selva, pero aunque la Gaunt había atravesado junto a ella la puerta debía de haberla llevado a un distinto lugar. En su dedo el cristal comenzaba a vibrar en una tonalidad verde y marrón formando pequeñas líneas que aún no se definían. Se acercó a un árbol, de una rama colgaba una tanza, de la cual pendía un anzuelo en donde una nota estaba clavada. Dio un tirón y lo arrancó, leyendo su contenido, entre asombrada y perpleja. ¿De verdad debía atravesar por ese camino la selva para llegar hasta un antiguo templo cubierto de vegetación? Suspiró. ¿Y por qué no? Seguir buscando era su destino. Envolvió el anzuelo en el improvisado mapa que le dejaran, recordándole de memoria, como si las líneas allí escritas y dibujadas fueran tan complicadas.
  8. La situación se volvía tan extrañamente subreal que Kimberly había quedado obnubilada con ella, la rubia sacudió la cabeza como saliendo de un trance y respondió con voz suave. --Debemos permanecer juntos, es la mejor forma de enfrentar siempre casi todo en la vida, confiar en el de al lado sabiendo que es tu apoyo y tu compañero y que él puede confiar en tí... --La rubia dio un paso adelante sorprendida antes de preguntar --¿le diste una galleta? No sabía que tan ecológico era alimentar a las ardillas con galletas quizás una almendra, una nuez o algún otro fruto seco, nunca había pensado que podían comer galletas ¿y de qué sabor sería ésta? ¿En serio estaba pensando en esas cosas? No tuvo mucho tiempo más para ello, Xell comenzó a seguir a la ardilla gritándonos que la siguiéramos, la acompañamos y pudo notar como la pequeña corría hacia un árbol, donde le pareció notar algo o alguien más. Se acercó a Antoni en el momento en que una voz surgía desde donde el bulto verdoso había recibido a la ardilla, se sorprendió, era un duende y sus ojos giraron hacia donde él indicaba. Acromántulas. Pero parecía que la cosa no iba a ser tan tranquila, Xell y Antoni parecían a esconderse u ocultarse mediante los poderes de los libros, pero la muchacha llamada Tamarindo salió a los gritos. ¿Y la ecología? No que ella no cazara, pero lanzarse así a lo loco, maldijo, ¿protegía a Antoni o...? Si no ayudaba a Tamarindo seguro que se la verían en problemas. --Arania Exumai... --apuntaba a una grande que iba ya por la cabeza de Tamarindo, miró al duende y preguntó --¿le molesta si las espantamos mejor? Tenemos que llegar al árbol de los deseos... desmaius --otra acromántula cayó desmayada cuando recordó que tenía el anillo de amistad con las bestias, pero no, era hasta tres equis y las acromántulas llevaban mucho más que eso. --Manténgamonos a cubierto, el duende debe saber qué podemos hacer --eso esperaba y que no les lanzara con algún hechizo a ellas por atacar a las acromántulas, si estaban molestas tendrían la razón, ¿no se podría haber tratado de negociar con ellas? http://i.imgur.com/pRPNZzd.jpg
  9. Caminó por los pasillos de la Potter Black, tomada de la mano de su prometido, hubiera deseado tanto que fuera en otras circunstancias el poder mostrarle el lugar, aunque no podía negar que apenas reconocía el mismo, sabía a dónde debía ir solo porque Sagitas le había dicho que habían mantenido el orden. Ella había elegido siempre el ala más alejada, hacia el este, donde podía ver nacer el sol, aunque siempre escapaba en las tardes a las torres del oeste para ver cómo se escondía tras los árboles del bosque de la mansión. Se sorprendió de recordar eso, que la mansión tenía un bosque y un lago que los rodeaban, que había jugado con el cancerbero de Alfie, eso cuando no la estaba arrastrando fuera del peligro de un enfrentamiento entre aurores y mortífagos. --Aquí estamos --pronunció, podía sentir que los hechizos estaban, a pesar de todo, intactos, la magia que había utilizado, la de la O.O era más poderosa de lo que recordaba, de hecho poco recordaba, ante los demás. Soltó unos segundos la mano de Seba y su palma se posó sobre la puerta mientras sostenía en la otra su varita, dibujando algunas florituras y pronunciando en voz baja unos antiguos conjuros. El sonido de la puerta al destrabarse fue claro y pocos segundos después volvía a tomar de la mano a Seba tras girar el pomo de la misma para ingresar. --Ven, no te asustes, la magia la mantiene pero no sé si intacta o limpia al cien por cien... lumos... --la luz le alcanzó a iluminar bastante del lugar, la cómoda la cama con las mesitas a ambos lados, una silla frente a un escritorio donde las ventanas estaban cerradas. Giró e hizo el intento para ver si la luz del lugar funcionaba, pestañeó cegada por la luz, a ella siempre le habían gustado blanca, fría, pero blanca. --Auch --susurró mientras sus ojos se habituaban al brusco cambio --nox --el lugar estaba tal cual, celeste y rosa el cobertor, recordó que le había lanzado a todo un hechizo protector contra el polvillo y las arañas. Claro que nunca supo qué tan eficaz era ante las destrucciones y reconstrucciones que había en el lugar, solo el piso mostraba una fina capaz blanca, más de escombros de paredes descascaradas y vueltas a pintar que de tierra y suciedad --por estos detalles amo la magia --murmuró y volviéndose hacia Seba le dijo con voz tierna --bienvenido a la habitación de mi primer hogar... nuestra habitación si alguna vez quieres probar a que solo tomemos chocolatada y nos ataquen furibundos magos del pasado, del presente o algún día seguro anda rondando alguno del futuro. Lo bueno de hacer esas bromas y de poder mostrarle el lugar mientras buscaba un pequeño cofre con algunos recuerdos es que, a pesar de todo, podía distenderse, dejar que las lágrimas se recuperasen y que los ojos no lucieran tan rojos como si estuviera convertida en vampiro a toda hora. Aún podía sentir abajo el sonido de la puerta abriéndose y cerrándose sin parar, ilógico no dejarla permanentemente abierta ya que hoy más que nunca todos eran bienvenidos y acogidos en ese hogar hasta el viaje definitivo del paladín a su eterno hogar. @@Seba Granger
  10. Se había levantado ansiosa en la mañana, Seba aún dormía, y decidió dejarlo aprovechar la hora para descansar un poco más. El agua corría por su cuerpo mientras dejaba que su mente descansara de todas sus preocupaciones. Aunque no podía negar que le venía dando vueltas la carta recibida hacía un par de días sobre el inicio del ciclo lectivo de conocimientos. O quizás pensaba en ella solo para no pensar en otras cosas. Cuando salía envuelta en una toalla del baño se cruzó con su prometido y una sonrisa tierna se dibujó en sus labios mientras le explicaba el por qué no le había esperado antes de besarlo con ternura. —Nos reprobarán si no llegamos nunca a la clase amor —río y emitió un gorjeíto cuando él le dio una palmadita en su trasero. Visto que saldrían al exterior y debían llevar ropa cómoda la Potter Black optó por sus clásicos borcegos, un jean cargo negro elastizado y una remera de mangas largas negras cuyos puños y cintura estaban bordados en plateado y rojo. Hacía años que no utilizaba esa prenda, la cual no se veía desgastada ni nada, pero por algún motivo siempre había evitado usarla, sin embargo ese día sintió que era una de las más cómodas que podía usar. Se miró al espejo antes de ir a desayunar, la trenza con la cual había recogido su cabello estaba bien. Podría haber optado por utilizar metamorfomagia para llevarlo corto, seguro que siempre era más práctico, pero seguía gustándole más cuando estaba largo. Nana había preparado todo para el desayuno, dejándolo en la mesa del comedor de su departamento sobre el local y la Potter Black se encargó de untar con mantequilla y dulce algunos de los panes recién horneados. Dio un nuevo beso a Seba cuando se sentó con ella a desayunar. Ya había dejado su mochila con el bolso de piel de moke y todos los objetos mágicos en él, incluyendo los dos pares de guantes de piel de dragón. —Bien amor, esperando que nos depara esta nueva clase, espero que el mes nos resulte fácil —ambos habían esperado poder cursar en diciembre, como otros años, pero la Universidad había vuelto a dar el receso de Navidad y enero era un mes que les llevaría algo más de tiempo pero no creían les hiciera imposible cursar. Cuando hubieron terminado de desayunar, acompañó a Seba por los abrigos, ella tenía una parka negra con un escudo bordado el cual quedó algo oculto bajo la trenza que echó sobre él hacia un lado. Se dejó guiar por el mago mientras se desaparecían tras despedirse de los elfos, no daban ganas de caminar con el frío matinal, las primeras nevadas ya se hacían sentir en Londres. Al llegar a la Universidad, tras cruzar varios pasillos no fue difícil dar con el salón número doce. En él, ampliamente iluminado, los esperaba Bel Evans McGonagall, la profesora que les impartiría la clase. Su mente seguía barruntando, tratando de recordarla de sus días en aquella mansión, muy atrás habían quedado en realidad. Saludó a la bruja y ocupó el lugar que le había guardado a su lado su prometido. Tras que Bel hablara pidiéndoles que se presentaran, se distrajo observando las palabras que había escrito la profesora en el pizarrón, por eso, tras la presentación de su prometido, el siguiente fue Eobard, quién no sabía cuándo había llegado, aunque sí había sentido su presencia en un instante al entrar, como un viento apagado. Aprovechó el vacío tras su presentación y el sonido de la llegada de la madre del joven para presentarse. —Soy Darla Potter Black y como dijo mi prometido, en nuestro hogar hemos tratado de hacer lo mejor para nuestras mascotas y que su hábitat sea seguro y adecuado. Al igual que a él me interesa el control y cría, siempre he tenido en mente el tema de la reproducción de ellos, tenemos muchas parejas. Y obvio, si bien tenemos el mejor hábitat que hemos podido crear, nunca está de más profundizar en el tema de los hábitats seguros. ¿Supongo que la ocultación es a los muggles verdad? Salvo que salga a volar con algún hipogrifo creo que no nos enfrentamos a esa necesidad —hizo un gesto pensativo —es una pena que el tiempo no dé para dar todo —comentó antes de ceder la palabra al siguiente en presentarse.
  11. Saldo anterior 46346 G Ingresos N° de posteos en Diciembre 2018: 0 Ganancia por posteos: 0 G (0 * 50 G) Ingresos Totales de Diciembre 2018: 0 G Total en Bóveda: 46346 G
  12. Saldo anterior 71078 G Ingresos N° de posteos en Diciembre 2018: 26 Ganancia por posteos: 1300 G (26 * 50 G) Ingresos Totales de Diciembre 2018: 1300 G Total en Bóveda: 72378 G
  13. Saldo anterior 26750 G Ingresos N° de posteos en Diciembre 2018: 4 Ganancia por posteos: 200 G (4 * 50 G) Ingresos Totales de Diciembre 2018: 200 G Total en Bóveda: 26950 G
  14. Saldo anterior 8262 G Ingresos N° de posteos en Diciembre 2018: 5 Ganancia por posteos: 250 G (5 * 50 G) Ingresos Totales de Diciembre 2018: 250 G Total en Bóveda: 8512 G
  15. Las palabra de Matt la dejaron desorientada, la vampiresa miró a su novio, en ese momento sentía deseos de borrar todo su pasado, dejarlo atrás y que solo existieran ella y Seba, nada más. Mirar hacia el futuro era la única opción. Ella personalmente no le hubiera dicho a nadie que hiciera lo que viniera en ganas, mordió su labio por dentro sin que Seba lo notara, la gente debe hacer lo que le dicte su corazón siempre que es correcto, no lo que se le venga en ganas. Darla suspiró y tomó de la mano a Seba. --Ven, según Sagitas mi cuarto está intacto, debo buscar unas cosas en él --dijo mientras guiaba al mago hacia el piso superior donde se suponía que estaba su dormitorio cerrado con magia. En realidad sentía que el tiempo pasado y las caídas de la mansión debían haber destruído la mayoría de sus recuerdos, no entendía cómo podía ser que hubieran logrado reconstruír el lugar sin perder nada y sin conocer el cuarto cerrado. Su habitación no tenía la magia de las oficinas secretas del Ministerio, no que ella supiese al menos, esperaba que el tiempo transcurrido no hubieran hecho perder los pocos recuerdos que había guardado allí de la Potter Black, la Evans McGonagall y la Karwright. Luego se iría por un tiempo, si debía hacer "lo que le daba la gana" era tener una vida normal y sin muertes ni catástrofes en ella. Una vida compartida junto a su Seba. @@Seba Granger
  16. No había prestado atención al ir y venir de personas a su alrededor, solo los escuchaba sollozar, murmurar, intentar vivir con la ausencia que comenzaría a sentirse próximamente. Darla mantenía un intercambio de recuerdos en su mente con Scarlet, nunca habían terminado de contarse la historia de cómo la Akane se había cruzado en la vida del Dupont. Pero no fue demasiado el tiempo que permaneció en ese trance, un estremecimiento recorrió su cuerpo al sentir la aparición, dos presencias, una cercana y otra más lejana. Se volvió a tiempo para abrazar a Seba y refugiarse en sus brazos, respirando su aroma y buscando el confort junto al hombre que era todo para ella en esta vida. La fragilidad de la humanidad la hacía sentirse tan pequeña. Lo abrazo con ternura y lo vió a los ojos mientras asentía, aunque sus palabras la contradecían. --No lo sé, es tan extraño, él me crió como mi abuelo, hasta Scarlet lo conoció antes que yo --acarició el rostro de su novio con ternura --gracias por venir. Miró a su alrededor, buscando la segunda presencia pero solo pudo notar dos cosas, un coyote blanco que junto a Antara susurraba unas palabras de consuelo, reconoció el tono de voz del ex líder de la Orden, era su patronus sin duda. Y lo otro eran las mariposas negras que buscaban dar consuelo a los familiares que estaban en el salón. Su esencia en sí se había ido, entrecerró los ojos y recurrió a un objeto oculto hacía años en su monedero de piel de moke, buscándolo en el fondo, apenas lo rozó pensando en él la pulsera le indicó que él había estado en los jardines y se había marchado, supo dónde, pero le dejó en paz. Miró a su Seba y sonrió. --No sé qué hacer --sus palabras reflejaban la perturbación de lo inesperado de los hechos. @@Seba Granger
  17. Pensó unos segundos, consciente que había abrazado a Antara pero al arrodillarse no le había dicho nada a Sagitas que estaba echada a sus pies. Por un momento se sorprendió, ¿sería tan Potter Black el gesto? Ella había pensado hacer lo mismo y se había contenido. Sintió el viento que ingresaba en la casa cuando se abrió una puerta lateral y los ligeros pasos que se movían de aquí para allá acomodando cosas sobre las mesas cercanas. No se trataba solo de elfos, podía sentirlo. Darla seguía en silencio aunque podía sentir el acompasado pensamiento de Scarlet recordando al Dupont. El último tiempo ella ya no había sabido cuál de los espíritus habitaba en el cuerpo del Wallace. Quizás por eso cuando la mano de Heliké se posó sobre su hombro aunque no saltó si tuvo un muy leve sobresalto que llevó a su prima política a decirle que no se asustara. Darla suspiró, sin saber realmente qué contestar a semejante pregunta. --Muchos lo han sentido, pero no sé si se animen a presentarse aquí o no, las circunstancias son más que especiales... esperemos... --murmuró a modo de respuesta antes de agregar --jamás podría molestarme, estoy segura que tienes razón y él querría --pensó que hasta un unicornio corriendo en un arcoiris querría, que las sonrisas no aflojaran aunque les doliera el alma, por eso, aunque no sentía frío aceptó la invitación y cuando Heliké se disculpó para acercarse a Antara y su grupo ella miró unos segundos al cuadro que sonreía y se alejó hacia la mesa para tomar una taza de chocolate, eso levantaba el ánimo, o eso decían del chocolate en trozos, esperaba que el bebido causara el mismo efecto.
  18. House of Books Se detuvo, sorprendida, solo ella y Seba sabían que la vida de Darla había sido marcada por personas que graciosamente habían pasado en sus otras vidas por la vida de Scarlet Akane. La vampiresa no tenía poderes especiales que la llevaran a sentir como su Seba sentía cuando algo la afectaba, pero en ese momento un escalofrío recorría su espalda y sin saber por qué buscó una imagen en su mente. Se vió en un torreón hablando con el mago francés que había sido convertido en vampiro por Scarlet, su historia incompleta. --Mirshka... --el tono quebrado, tembloroso, era de Scarlet, era apenas una tercia más bajo que el de Darla y la pelirroja había dejado surgir a su alter ego. --Ishaya... --esta vez era la voz de la Potter Black, los ojos de la bruja vertían lágrimas, un ojo de un tono verde esmeralda y el otro rojo como la sangre. ¿Cómo sabes cuando algo malo pasa? ¿Cuándo tienes un presentimiento y lo dejas pasar porque no todos tienen la videncia? Cerró los ojos, no sabía, pero era como una certeza. Buscó en un cajón de la cómoda y sacó un álbum de fotos, observó la del mago, no sabía por qué tenía justo esa y junto a ella un retrato infantil de la adolescente Darla del hombre al que había llamado abuelo. Cerró de golpe el álbum, aún temblando y con sus ojos de dos colores llenos de lágrimas. Con un movimiento de su varita cambió sus ropas por un pantalón negro, botas altas, una camisa negra y una chaqueta con las mangas y los bordes bordados en negro y plata. Una voz ahogada se elevó juntando fuerzas desde su garganta. --Tommy, avísale a Seba, yo, yo voy a ir, lo espero allá, en la Potter Black, creo que hoy nada... nada extraño sucederá... pero debemos estar allá... --respiró profundo, sabía que al primer grito su elfo había aparecido a sus espaldas y no necesito verlo para saber que asentía justo en el momento en que ella se desaparecía al que había sido su hogar. Mansión Potter Black Crack... era difícil definir si el sonido era de una aparición o el de un corazón roto. Habían tenido enfrentamiento, discrepancias, le había dicho en la cara "tú no me quieres" y le había confiado secretos que él no había sabido respetar, pero era él y siempre, a pesar de todo, lo había perdonado y como siempre lo había querido. Sus ojos se elevaron y vieron la Marca Tenebrosa ciñéndose sobre la Mansión, estaba en el medio del jardín, observándola, la tentación de llamar al resto tocándose el brazo con la varita le duró menos de una milésima de segundo, al demonio todos, la voz había corrido, lo sabía, si no estaban allí... allá ellos... sus ojos tomaron un expresión llena de furia y luego se calmaron. Alter ego y bruja se habían mantenido en un silencio mental tan frío donde solo había una imagen recorriéndolo, un mago, un rostro. No supo cómo llegó hasta la puerta de la Mansión pero su mano se posó sobre el pomo de la misma antes que ningún elfo pudiera abrirla e ingresó, como un fantasma que recorre el lugar, o como quien en trance se mueve sin poder decir nada ni sentir. Oh, no, pero sentir sentía muchísimo, una mezcla extraña y contradictoria, un amor, un odio, un dolor inmenso y a la vez una paz de que más allá del arco iris él había encontrado su paz. La imagen en el gran salón era de una tristeza que quebraba las almas, su tía, un féretro blanco desde donde un Adriano Wallace sonreía y por momentos sacaba la lengua como burlándose de los que quedaban en casa, único detalle capaz de quebrar esa solemnidad y ese dolor que parecía embargar el dolor y tirada en un sillón su abuela, o bisabuela, nunca recordaba hasta dónde llegaba su línea familiar, Antara, a su lado una mujer a la que no reconocía pero que se veía familiar. Miró al mago de la foto y éste le guiñó un ojo con un cabeceo hacia su madre, por lo cual la bruja se acercó a ella y se agachó a sus pies, abrazándola, para luego dejar lugar a los demás. En silencio dudo entre acercarse al féretro que había en el lugar o permanecer en el rincón más oscuro del salón, en silencio, orando.
  19. Descuentos efectuados: Post #649 • Descuento por Inscripción a Conocimientos - Enero Heberth Portillo Eobard A. Black Lestrange Mía Black Lestrange Bel Evans Ethan Lenteric Jock Sol Lestrange Black R. Paula Malfoy Dennis Delacour Alessandra G. Delacour djvash Asturias Kutsy Stroud Lenteric Valkyria Karkarov B.L Hannity Jane Anne Gaunt Bodrik Hobbamock Graves Darla Potter Black Seba Granger Keaton Ravenclaw Candela Triviani Héctor weasley D. Melrose Moody
  20. La rubia sonrió aliviada y con un gesto de pena en su expresión, siempre le había salido el espíritu protector con los neófitos de su escuadrón y curiosamente el joven mago peliverde le recordaba a ellos, con fuego en la sangre pero jóvenes aún. Cosas que pasan por la mente de un vampiro de más de cien años en realidad. --Perdón Antoni, con el grito temí que hubieras sufrido una departición, sabía que a mi no me dolía nada así que no podía ser yo, me alegro que no fuera nada y solo la emoción. --Bueno, no creo que batallar cortando lianas y rompiendo telarañas se le pueda realmente llamar batalla, es más bien un enfrentamiento contra la naturaleza empacada en no dejarnos entrar, además, si el árbol tan bello que dices ha sido atrapado, en cierta forma hay que irle a rescatar. No sé por qué siento que la magia tiembla y necesita de la ayuda de los demás. El peliverde había sacado su varita, pero su expresión melancólica le preocupaba, notaba que algo le afectaba pero la rubia no se atrevía a preguntarle qué podía ser, ya que ella no tenía la confianza que tenía con él Darla. Pero para su desgracia un nuevo grito la sacó de balance y elevó su varita, dispuesta a defender a la dama, aunque pronto descubriría no hacía falta, el bosque estaba abierto al paso nuevamente, y era eso el motivo del grito. --No tienes visiones mujer --dudó un momento antes de responder, ya que con tantos gritos no estaba segura de si no estaba un poquito afectada --y no creo que sea el hambre, yo aún no tengo y veo lo mismo que tú e incluso --señaló hacia donde una ardilla surgía del bosque e iba hacia ellas, parecía que buscaba algo y se detuvo delante de una de las jóvenes del trío. --¿Nueces? --susurrando había respondido con una pregunta y se sintió casi una niña tonta, siempre había adorado a las ardillas y ver una la dejaba con expresión de niña asombrada, claro que ahora que lo pensaba debía sonar ridícula su respuesta, aunque no menos extraña que el hecho de que el bosque se limpiara, que estaba segura que más allá había visto un duende levantando un báculo y que una ardilla las viniera a buscar. Todo se trata de magia, pensó sobándose el cuello con la zurda, algo desorientada.
  21. Le sorprendió un poco la desaparición del hombre mientras escuchaba las palabras de Antoni sobre que era uno de los más antiguos del lugar. ¿Cómo es que la música la podía encantar de esa manera? Pero no era extraño, ella conocía de esas magias, solo que creía que solo era posible con humanos, no con vampiros y sin embargo, el anciano había sido capaz de hipnotizarla a ella también. --Sí he oído de ese poder de la música Antoni, de una canción muy suave y melodiosa, cantada por las ninfas y sirenas, la música es un lenguaje universal y antiguo capaz de atravesar barreras incluso las de la mente, y también las del tiempo y el espacio. ¿El árbol de los deseos? ¿Está en peligro? No la dejaba de sorprender lo fuerte que la magia era en Ottery pero aún más en los lugares cercanos al Bosque, el origen de la magia era la tierra, la madre naturaleza, el poder venía de ellos y por ellos fluía, del aire, el agua, la tierra y el fuego. No debería extrañarle después de tantos años vividos. En ello pensaba aún cuando el mago la tomó del brazo que ella le había tendido con confianza y desaparecieron juntos para hacer una aparición conjunta en donde él le señalaba, el Bosque Prohibido con su árbol de la esperanza. Había gente cerca y el grito la hizo pensar que estaban dañados, ella no sentía nada por lo que se volvió preocupada hacia Antoni, si algo le pasaba Darla no se lo perdonaría. --¿Estás bien? --preguntó preocupada, pero en seguida sabía que no había sido nada, habría olor a sangre, y la bruja que había gritado ahora lo aclaraba, la emoción. La charla sobre duendes, gigantes y ninfas, o lo que fuera la joven ligada a la naturaleza la sorprendió. ¿Cómo podía haber tres guardianes? ¿O cuál de ellos sería el guardián real? Estaba convencida que todos los que habían sido vistos tenían de algún modo relación con el bosque pero ¿cuál? --¿Ustedes también oyeron música? --preguntó recordando la experiencia de ella y Antoni con el arpa. Mientras todos comentaban sobre cómo era el guardián del bosque que creían haber visto en el lugar, o mejor dicho en su visión de pronto una de las jóvenes que creía haber visto algún día entre los accidentosos propuso algo, o mejor dicho dió dos opciones. --Para enfrentar una batalla hay que estar bien alimentado --comentó pensativa, claro que ellos no querrían saber con qué se alimentaba ella cuando iba a la guerra en el pasado --quizás podamos recoger un poco de fruta para el camino, Antoni ha mencionado que hay un árbol encantado, un árbol de los deseos, lo vio en su visión --comentó mientras daba un paso hacia el bosque y se daba cuenta que la cobertura de hierbas y telarañas que había visto en su propia visión estaba ahora frente a ella pero ¿por qué habían todos visto algo distinto? --yo quiero comer granada --dijo de pronto, inconexa pero pensativa, masticar algo rojo la ayudaría a pensar. http://i.imgur.com/pRPNZzd.jpg
  22. Las caricias del mago la distraían o mejor dicho, la hacía perder la cabeza, si el cuerpo de él era notorio externamente la reacción a su cercanía en el de ella solo el muslo de él descubriría que la respuesta de su cuerpo era voluntariosa a recibir a su amado. Sus labios rozaron la piel del hombre que tanto amaba e un beso cálido y tímido a la vez. Sonrió divertida ante la idea de modelar desnuda para él con el medallón de curación para luego apoyar sus manos en la espalda del mago sanando sus heridas. Nunca entendería por qué era más fácil en los duelos en donde bastaba pensar el hechizo. --Sí, mi amor, si quieres luego igual te modelo para tí --dijo con picardía mientras sus labios rozaban los de él y con su lengüita evitaba que se siguiera mordiendo, se veía tan sexy. Sus ojos era el reflejo de la figura denuda del otro mientras se veían con amor y la Potter Black sonrió con ternura, escuchando las preguntas sobre la última oferta de sanación que le había hecho al mago. --Pensé sería más cómodo para tí en una copa --susurró la vampiresa, mientras ronroneaba por el beso en su dedo --más que unas gotas, y me temo que algo más que un pinchazo, podría curarse con tu nanaí luego --susurró una vez más, viéndolo con timidez, mordió su labio, temiendo que el no quisiera luego que le explicara. --Podría cortar la palma de mi mano con un puñal y dejar que un chorro de ella llenara el fondo de la copa, la cantidad que entra en un pequeño tubo de ensayo alcanza... o podría morder mi muñeca y que tú bebieras de allí, aunque no sé qué es lo que tú realmente querrías --dijo algo compungida, si la vida de él estuviera en peligro ella no dudaría en hacer eso, más allá de la magia, medallones y demás, no dudaría en morder su propio brazo para hacer que él bebiera de ella y así curar sus heridas, aunque él no quisiera, pero en esas circunstancias, ella quería que él supiera que podía hacer y decidiera si quería o no acceder a esa experiencia. Darla suspiró con la caricia que el mago había depositado en su mejilla y esperó su respuesta viéndolo con timidez y ternura, sin saber bien hasta dónde podía llegar o no su intimidad, y no solo hablando de su sensualidad, sino de la vida de pareja, de los pequeños detalles, aunque en realidad ese no tenía nada de pequeño.
  23. La risa de Seba era deliciosamente contagiosa por lo cual ella lo imitó viéndole con amor mientras el mago buscaba algo en la heladera, segundos después lo vio cerrarla mientras llevaba su carga de frutillas y naranja. Excelente combinación en realidad pensó la bruja mientras se cruzaba de brazos sintiéndose un poquito inútil y esperando no estorbar mientras la elfina se ocupaba de la comida y su prometido de preparar la bebida para los dos. --Desde aquí siento al aroma de las frutillas y la naranja --era verdad que se mezclaba con el de la pizza, el resto de los ingrediente en el lugar, la elfina y su novio, pero ella podía identificar cada uno por separado --y si el sabor le hace justicia a su aroma, estoy segura de que salvo un beso tuyo no necesitaré nada más --sonrió mientras volvía a correrse para abrirle la puerta a la elfina que pasaba con la tabla con los platos con las porciones de pizza, casi se sintió un dibujito animado muggle flotando tras el aroma que la elfina dejó a su paso. --Gracias Christine --respondió la pelirroja saludándola mientras la elfina volvía a la parte trasera de la cocina. --Sí, mi amor, vamos --pasó y mantuvo la puerta abierta para dejar pasar a su novio con los dos vasos largos y le ronroneo a la pasada, ya que él se le adelantó luego que ingresaran al salón, dejando junto a los platos los vasos. Darla se sentó en la silla que le había preparado y ronroneo al sentir el beso que erizó todos los cabellos de su nuca. La verdad que no podía pedir algo mejor, una pizza, una dulce bebida y la mejor de las compañías del universo, el hombre que amaba. Esperó a que él se sentara y elevó su vaso, ,brindando con su novio. --Por más veladas románticas como ésta, en cualquier lugar y circunstancia --era verdad lo que hacía romántica la velada era el estar el uno con el otro. Sus labios rozaron la bebida y al instante sus papilas gustativas se vieron invadidos por la dulzura y la acidez de las frutas, una mezcla mágica, mejor que cualquier elixir que pudiera existir y con el ingrediente extra de que la propia esencia del mago revoloteaba sobre ella. --Está riquísimo amor --comentó la bruja mientras depositaba el vaso junto a su plato, dejando enfriar un poco la recién cocinada porción y veía a su prometido con amor. --¿Cómo ha sido tu día hoy? ¿Necesitan ayuda con algo? Se que tienen a Christine y a Dash pero si quieres que alguno de mis elfos les de una mano no tengo drama, y seguro Dash no resongará si viene a ayudarlo Lualú --río la Potter Black pensando en sus elfos.
  24. La pelirroja avanzaba junto a su novio tomados de la mano y su sonrisa boba continuó varios metros al escuchar que ellos serían los próximos. Claro que lo que tenía en mente la pareja no era algo tan rutilante como ese portal que aparecía frente a ellos. Solo al llegar fue consciente de la dimensión y el poder que emanaba de él. —¿Ese es el castillo de Drácula? —preguntó sorprendida al ver al otro lado la imagen del jardín del enorme castillo en Los Cárpatos —sí que no escatiman —río mientras se pegaba más a su novio antes de que cruzaran el portal mágico. En el momento de atravesar era como sentir la vibración de cada molécula de tiempo y espacio en tu ser, su brazo se aferró más al de Seba mientras ponían un pie y luego todo su cuerpo al otro lado del portal. Un silbido escapó de sus labios, no solo por la magia que los había atravesado sino por la decoración para la boda, en serio no habían escatimado en nada. Las luces blancas iluminaban todo el lugar, dándole un brillo y calidez que no esperaba. Unos metros más adelante un altar de piedra recubierto de flores que esparcían su delicado aroma por todo el lugar. Daba pena avanzar por el centro del lugar donde debía entrar la novia así que la pelirroja había guiado a su prometido por el césped, o más bien él la guiaba a ella, teniendo cuidado que su pie no fuera a tropezar. —¿Te parece nos sentemos ahí a la derecha amor?, en la tercer o cuarta fila, no sé cuánta familia de Jessie y Otto vendrán, los Black y los Black Lestrange solían ser numerosos, aunque ahora estén varios perdidos —comentó mientras señalaba las sillas a las que se refería. En el lugar no había muchos invitados aún, por lo cual la pareja aprovechó a observar el lugar antes de tomar asiento en los lugares que habían escogido. @@Seba Granger
  25. La Potter Black sentía que estaba actuando como una niña, pero el no tener una varita con el cual poner un escudo protector entre ellas y el basilisco la había puesto incómoda. Sus ojos se posaron en la nuca de la bruja que había obligado a girar y se mordió el labio mientras murmuraba. —Lawan dijo que tendríamos un guardián ¿acaso será este basilisco? —el movimiento rápido tras ella hizo que volviera a dar un paso cubriendo a su madrina, pero aquello era ridículo, el arcano había hecho que varias serpientes interactuaran con ellas, algunas parecían más agresivas que otras, pero nunca las había puesto en verdadero peligro o eso creía. Sin dudarlo esta vez dio un paso al costado y se giró, con la vista baja ,dudando, ella tenía conocimientos sobre algunas serpientes, había estudiado sobre ellas, pero, lamentablemente no había hecho tanto hincapié en los basiliscos, no por despreciarlos, sino por considerarlos algo más que una serpiente. —Lawan nosss envía… —comenzó a decir pero el basilisco había realizado un chasquido y Darla se atrevió a elevar la vista, sorprendida un poco por la pregunta y porque en ese momento supo que la serpiente aún no era letal, no sabía bien cómo pero lo supo. —Podríass dañarnosss pero no matarnosss ¿verdad? —preguntó con una mezcla de curiosidad y reverencia a la vez hacia el joven basilisco, cuyo aspecto adolescente notaba ahora. A su lado Anne le dio un codazo en las costillas y le susurró algo, que la hizo asentir y mover su mano pidiendo calma —ssí sssí, por ssupuessto, disssculpa la pregunta —dijo al basilisco —mi compañera me dice, y concuerdo con ella, que quien dijo la frasse ess Salazar Slytherin , uno de loss cuatro fundadoresss de Hogwartss. Aún no podía creer que estuvieran hablando en pársel, levantó unos segundos la vista por sobre la serpiente, el sol llegaba casi a reflejarse en la parte superior de las paredes del laberinto. —Te ssuplicamoss que noss dejesss passar, ssolo busscamoss ssaber máss y podernoss comunicar con usstedess —solicitó la pelirroja haciendo una suave inclinación hacia el basilisco, el tiempo corría y ellas no podían fallar. A su lado Anne volvía a hablar dirigiéndose también a la serpiente y reiterando la respuesta a su pregunta y la solicitud de poder pasar para así poder llegar a la pirámide. Les faltaba tan poco para llega al otro lado y los ojos de la Potter Black se clavaron en los dos únicos anillos que aún llevaba en sus manos, el de lapislázuli que le había entregado su madre y el más importante, que acarició, el anillo de compromiso con Seba, por él debía llegar al otro lado y no estaba dispuesta a quedar en un intento fallido, se lo debía a su amor que la apoyaba en todo incondicional. Darla levantó la vista, esperando lo que el joven basilisco tenía para decir.

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