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Neos Triviani Malfoy

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Todo lo publicado por Neos Triviani Malfoy

  1. Reconozco que a veces espío con nostalgia y compruebo que mis origines siguen aquí y vivos...

  2. @ el honor será todo mio, por supuesto que te acepto como ahijado hijo adoptivo xD (perdón la confusión) (aparte sino cande me mata) okno jaja Aunque te advierto que me gusta tener roles con quien tengo algún tipo de relación ajja, así que sería genial si puedes pasarte por el castillo o enviarme un mp (o pm, como le digan acá xd) para que coordinemos los detalles y pues tengamos algún rol de hijo a padre (?) @@Eobard Thawne ya se pasará Candela a actualizar tu registro y a sumar también a Jeremy
  3. Un elfo lo atendió, entregándole el whisky de fuego.—Esto será todo por ahora—le dijo, los elfos domésticos no eran de su gusto, aunque al no ser suyo le parecía maleducado mostrar descortesía. Por supuesto, lo primero que hizo al recibirlo fue darle un ligero trago, lo suficiente para que su cuerpo reaccionara y la quemazón inundara su garganta. Delicioso elixir, y el que servían allí además era de muy buena calidad. Creía que se tomaría esa primera copa solo, cuando alguien tocó su hombro.—Maida, que gusto verte aquí—le dijo, aunque le gustaba beber solo siempre era mejor en compañía.—Ninguna de las dos, solo he venido a disfrutar unos tragos con quien desee acompañarme—respondió.—¿La limonada es un nuevo trago que no conozco?—le preguntó medio en broma, dado que estaban en un bar después de todo, la idea era pedir alcohol. Y entonces reconoció otra voz, la de la Triviani a la que había instado a acompañarle por las copas.—Vamos vamos Candela, ¿qué de mal te hará socializar de vez en cuando?—respondió con una sonrisa, pues no recordaba cuantas veces había visto a la bruja fuera del castillo, aunque eso también debía poder explicarse con el hecho de que él tampoco era muy sociable en sus antiguas épocas. Se encogió de hombros ante la pregunta de Candela, bebiendo otro poco de whisky antes de responder.—La verdad no lo sé, me llegó el dato de que era un buen lugar para... gente como nosotros—sonrió con cierta malicia, pues aunque el lugar estuviera lleno de solo mortífagos Neos siempre era muy cauto a la hora de pronunciar eso en voz alta. Quizás era una vieja manía, dado que la amenaza fenixiana parecía neutralizada, pero algunas cosas no iban a cambiar nunca. Fue la chica de la barra la que le respondió finalmente a la bruja, a lo que el Triviani solo hizo un gesto de "ahí lo tienes", volviendo a beber. @ @@Candela Triviani
  4. Desde que regresara Neos no había pasado una noche de tragos apropiada, por lo que no tardó en decidirse cuando le comentaron sobre un local en el callejón Diagon. Extendió la invitación a algunas personas, pensando que sería bueno no beber solo para variar. Entre ellas Candela, que le había recibido cuando volvió al castillo Triviani y por ende le pareció apropiado invitarla a unos tragos. Llegó cuando la noche ya había caído hacia un par de horas, por lo que el ambiente nocturno ya era el característico de fiesta. No prestó mucha atención a quienes veía, fijando su objetivo el bar recomendado. Una vez dentro se dio unos segundos para admirar la ambientación, sin duda muy propia de gustos mortífagos, por lo que no creía que fuera a encontrar odefos allí esa noche, aunque al parecer ya no se podía encontrar de esos en ninguna parte del mundo mágico. Se acercó a la barra para esperar a Candela, saludando de un gesto con la cabeza a Ishaya, que parecía estar allí por otros temas. Pidió un whisky de fuego, el trago preferido de Neos y con el que de seguro podría aguantar un poco más, dada la costumbre que tenía su cuerpo al mismo. Aunque claro, si la Triviani se demoraba mucho en llegar, seguramente no lo encontraría en perfecto estado. @@Candela Triviani
  5. Asintió. No iba a insistir en su ofrecimiento si Candela no lo deseaba, era una mujer muy independiente aunque algo le decía que tampoco abusaría de su orgullo.―Si, y yo necesito encontrar a uno―dijo como comentario casual, pues aún no sabía nada de Aang. Volvió a asentir.―Si, descuida, ya puedo manejarme a partir de aquí―igual la Triviani había tenido bastante paciencia, se preguntaba si la tendría con todos o de verdad le habría alegrado en algo el regreso de Neos al castillo.―Gracias nuevamente―alcanzó a decir antes de que saltara hacia los jardines, desapareciendo de su vista. Soltó un suspiro de cansancio, sentía que habían pasado años desde que regresara, pero no... aún le quedaba mucho que hacer. *** Las semanas desde su regreso habían pasado, y Neos ya podía decir que se había acostumbrado en algo al castillo una vez más. Ya había hecho varias cosas para la Marca, e incluso se había arreglado su situación con aquella Malfoy tan especial que le reveló nada menos de que habían tenido un hijo antes de que el Triviani iniciara su viaje. Al bajar al vestíbulo uno de los elfos le dijo que tenían una visita especial, aunque Neos no entendió muy bien a que se refería. Sin embargo, al ver a Ishaya entrar comprendió en parte a que se había referido Chuck.―Bienvenido―le saludó, acercándose a él, aunque no sabía si estaría allí para ver a alguien en específico le pareció cortés saludar, no hacía mucho se habían visto en la mansión Riddle después de todo. @ Zamolódchikova
  6. Mantuvo su mirada firme en la bruja, que parecía decepcionarse cada vez al darse cuenta de quien era verdaderamente el nuevo Neos que tenía frente a ella. Los cambios no siempre eran para bien de quien los observara, aunque no se había equivocado en encontrar ciertas esperanzas en los que el Triviani había sufrido. Sonrió.―No volveré al escuadrón nunca―le dijo.―Pero como bien sabes si me conociste bien, haré lo que deba hacer allá donde tenga una responsabilidad―y si Bel, si ella quería saber si Neos sería capaz de capturarla o matarla, si tenía una máscara en el rostro no dudaría en hacerlo. Por sobre todo, era un mortífago, por sobre todo, la marca era el poder absoluto. Pero si podía evitarlo, de alguna forma que no comprometiera sus ideales, por ser ella, probablemente lo haría. ―Y yo te lo agradezco―le dijo, comprendiendo que la conversación había llegado a su final, curiosamente no a causa de él. Había sido más sincero de lo prudente, pero creía que ambos se tenían un mínimo de respeto como para honrar su pasado y no llevar las confesiones a un nivel más violento. Comenzó a caminar hacia la salida, creyendo que lo mejor era volver otro día, cuando la bruja volvió a dirigirse a él.―Nada es imposible vieja amiga, solo debemos ser capaces de diferenciar una amistad de lo... laboral―respondió, luego se encogió de hombros.―Quien sabe, quizás necesito a alguien que quiera compartir mi castigo y mis ansías, y no quien me critique por la forma de caminar la distancia que me separa de la muerte―dijo volviendo el rostro para mirarla por última vez.―Adiós Bel, espero sinceramente que nos volvamos a ver―finalizó, antes de girarse para abrir la puerta y perderse entre la gente que visitaba el callejón. @
  7. Escuchar de sus labios que le amaba después de todo lo que había pasado, era el más dulce de los placeres, solo pudiendo ser superados por los que la misma rubia era capaz de brindar en la intimidad. Era todo lo que Neos necesitaba saber, todo lo demás pasaba a un segundo plano, todo parecía fácil de superar si sabía que al final del camino le estaría esperando ella junto a su hijo. ¿Qué más necesitaba para tomar la decisión definitiva de quedarse? Nada, no tenía otro lugar en la tierra donde deseara estar. Su caricia le reconfortaba, le daba la seguridad de que al final todo estaría bien, de que no necesitaba nada más para estar juntos. Antes de llegar esa tarde a la mansión Malfoy creía que jamás volvería a tener a Juv, ahora sabía que solo era cosa de tiempo. ¿Qué eran días, meses o años comparados con la eternidad? ―Yo decido vivir mi vida contigo―le dijo con completa decisión, como si fuera un juramento inquebrantable que le llevaría a la muerte de romperlo, pues vivir sin ella era peor que perder la vida. Lo había sentido durante esos diez años, el sentir que no pertenecía a ninguna parte, que no podía afirmarse de nada para seguir respirando. Pero si, siempre había tenido a alguien, a ella, y ahora también tenía a su hijo. ―No, puedo esperar lo que sea necesario con tal de tenerte siempre en mis brazos―confesó, aunque cada segundo dolía en lo más profundo, sabía que todo sería recompensado.―Entiendo que las cosas no sean fáciles de resolver después de tanto tiempo―pero le apoyaría en eso, esperaba que la rubia confiara en él, aunque sabía que dada la historia entre ambos retomar una plena confianza no sería fácil, aún así sabía que era algo que debían trabajar. ―Tampoco deseo pensar en nada más, pues pensar demasiado fue lo que me alejó de tus brazos―la miró fijamente, mientras acariciaba su rostro al igual que ella el de él. Sus profundos ojos le llamaba, sus dulces labios le gritaban que se acercara.―Y no pienso estar nunca más lejos de ti―y entonces acercó su rostro al de ella, para depositar en sus labios un cálido beso, uno prohibido, uno que sellaba diez años de ausencia y les devolvía a donde cada uno correspondía. @
  8. Yo vengo a pasarme por acá para dejar constancia oficial de que acepto recibir ahijados en la familia, cualquier duda me pueden contactar por mp para pensar en algo, prometo darles tramas y muchos roles para desarrollar a su lado Triviani Y venga que sería bueno volver a hacer una de esas legendarias fiestas de almohadas (?) okno, pero si algo bien familiar y masivo para mover las cosas en el castillo Saludos!
  9. Escuchó las palabras de la Malfoy, saber que estaba unida a otro hombre siempre le había dolido, pero saberlo en ese momento, que sabía que podrían haber formado una familia juntos, era insoportable. Pero así es como se habían dado las cosas, así es como ambos habían llegado hasta ese punto, separados. Pero ahora tenían algo que los unía de forma irremediable y por siempre, algo que les daba una razón inmejorable para luchar por lo que sentían por el otro. Pero no siempre era fácil, nunca lo había sido para ellos, y probablemente tampoco lo sería en el futuro. ―Richard, ¿podrías darme unos minutos a solas con tu madre? Te prometo que no tardaremos―le pidió al pequeño, al ver como la rubia se alejaba un poco de ellos. Su hijo era inteligente, pues con solo una mirada a ambos entendió que era lo mejor, a pesar de sus deseos de estar con ambos.―Luego podrás mostrarme tu habitación, para que juguemos un rato―le guiñó un ojo, revolviéndole el cabello antes de que este saliera y cerrara la puerta tras él. ―Sé como te sientes, ¿parecen muchas cosas para procesar de una vez no? Imagina como me siento yo―le dijo con una tímida sonrisa, acercándose a ella para tomarle las manos y mirarla a los ojos.―No quiero que esto sea incómodo para él, ni tampoco para ti―confesó.―Te amo Juv, nunca dejé de hacerlo y nunca lo dejaré de hacer, pero esperaré todo el tiempo que sea necesario para volver a estar contigo, no porque tengamos un hijo, sino porque eres con quien quiero pasar el resto de mi vida―le debía completa sinceridad, ya no era tiempo de ocultar nada. @
  10. Cuando escuchó que el pequeño lo llamaba padre algo se produjo dentro de él, algo que no pudo explicar pues no creía haberlo sentido jamás en la vida. Lo más cercano que se le ocurría para describirlo era completitud, se sentía completo. Podía ver en los ojos de su hijo la ilusión de estar con sus dos padres, y entonces supo que todas las decisiones que tomaría en el resto de su vida serían pensando en él. Crearía un mundo mejor para él, un mundo donde los tres pudieran vivir felices y en paz. Y Juv, por merlín como había extrañado a la rubia. Sonrió ante la pregunta de Richard, por siempre era una palabra muy amplia para personas como ellos. Él, un demonio, ella... no estaba seguro de si lo seguiría siendo, pero algo le decía que la mortalidad tampoco era algo de lo que se preocupara. Diez años perdidos parecían nada al lado de la eternidad.―Lo que tienes que saber, es que haremos todo lo posible para ser felices los tres juntos, y que todas las decisiones que tomemos serán pensando en tu felicidad―aunque algo le decía a Neos que lo que hería feliz al pequeño era lo mismo que los haría felices a ellos dos, deseaban estar juntos, se notaba en cada mirada que se daban. Le puso la mano en la cabeza y le revolvió el cabello, el mismo tono que el suyo.―Jamás volverás a sentirte desplazado, ocurra lo que ocurra con nosotros, tú siempre vas a contar con tus padres, yo no pienso volver a irme a ninguna parte―le dijo con una sonrisa, luego se giró para mirar a la rubia, parecía más hermosa que nunca con aquella sonrisa.―A ninguna parte, ambos podrán contar conmigo de aquí en adelante―le guiñó un ojo. @
  11. Se quedó completamente quieto, mirando como el pequeño se acercaba a ellos. ¿De verdad era su hijo? ¿De verdad él había sido capaz de crear algo tan hermoso como aquel niño? Cuando Juv le dijo que él era su padre, pudo ver la ilusión en los ojos del pequeño y como le tiró de su pantalón. Por primera vez en mucho tiempo, Neos sintió deseos de llorar, de abrazar al pequeño y llorar. Era una acción que se había prohibido hacía mucho, convencido de que era una muestra de debilidad y que no había nada en el mundo que lo ameritara. Y aunque no lo hizo, sabía que Richard lo valía, cada maldita gota. Neos tomó su mano, reconociendo en él todo de sí mismo.―No tienes idea las ganas que tenía de conocerte Richard, desde hace mucho tiempo, mucho tiempo―pues aunque le acababa de ver, sentía que lo había esperado desde toda su vida, así que las palabras que su madre le había dicho no eran del todo una mentira.―Te pido perdón por todo este tiempo que no estuve presente, pero quiero que sepas que siempre pensé en ti, y que no volveré a irme nunca más―de todas las promesas que había hecho en su vida, nunca había estado tan seguro de que iba a cumplir una como aquella. Volvió a mirar a Juv cuando le respondió a sus preguntas, casi sin creer que en verdad haría eso por él. ―Saber eso es suficiente para mi―le sonrió.―Aunque te equivocas en algo, yo no soy libre, mi corazón tiene una dueña y un dueño, y son ustedes―le guiñó un ojo de forma cómplice a ella, y luego hizo lo mismo hacia el pequeño Richard, que le devolvió una sonrisa que lleno su pecho de alegría. Asintió.―Está bien, disfrutemos de estar juntos, los temas que no podemos solucionar ahora los dejamos para otro día, tampoco quiero que nada arruine este momento―respondió con una sonrisa.―¿Qué te parece esa idea Richard?―le preguntó alegre. @
  12. Lo que Juv le decía era lo que habría deseado escuchar, pero que jamás espero oír. La vida parecía estarle dando una nueva oportunidad, cuando ya creía que las había agotado todas. Parecía demasiado bueno para ser verdad.―Es lo que me gustaría también, es lo que siempre quise cuando estuvimos juntos, y lo que he deseado desde que nos separamos es volverte a tener en mi vida―ese nivel de sinceridad entre ambos no se había dado casi nunca, aún cuando estaban juntos había muchas cosas que se reservaban, muchos sentimientos que no expresaban, muchas veces porque no era necesario decirlos con palabras. Una caricia, una mirada, un beso, era todo lo que se necesitaba para que Juv y Neos se entendieran a la perfección. ―Yo tampoco deseo negarme ese deseo―sonrió, si, conocer al pequeño esa noche era más de lo que podía pedir, mucho más de lo que esperaba conseguir al haber llegado allí, cuando ni siquiera creía que pudiera llegar a cruzar palabras con la rubia.―¿Y cómo tratarme de otra forma si estás casada? ¿Qué más puedo ser? ¿Qué puedo hacer con tu corazón si no puedo sentir tus brazos?―devolvió las preguntas con una sonrisa, sin apartar la mirada de esos ojos que podía estar horas sin dejar de ver. ―No lo digo por mi, si no por él, no deseo que se sienta incómodo―confesó.―Tampoco tú, sabiendo que estamos durmiendo bajo el mismo techo, ya sabes como suelen terminar las cosas cuando eso pasa―dijo bromeando un poco de forma pícara, la prueba de que podía pasar estaba en esa misma mansión y ya tenía diez años. Cuando sintió los pequeños pasos su corazón se detuvo, y cuando Juv le dijo aquello los ojos se Neos se desviaron hacia el pequeño de pelo castaño en la puerta. Vaya como se parecía a él, y como esos ojos habían salido iguales de hermosos a los de su madre.―Yo, hola Richard...―le saludó, sin saber que decir ni como presentarse, miró casi algo desesperado a Juv para que le ayudara con ese momento tan importante para él. @
  13. Esperaba que fuera así, que lo decía Juv fuera cierto, que Richard en verdad deseara tanto conocerlo que al fin saber quien era no lo rechazara. Si, era lo que más deseaba, y era increíble que variara tanto de sus deseos antes de entrar a la mansión. Entonces temía, de lo que podía significar volver a encontrar a la rubia. Y ahora estaban de frente, más cerca de lo que habían estado en una década, sintiendo su tacto una vez más.―Si es lo que desea no tendré problemas―sonrió. Poder jugar con un hijo, jamás hubiera pensado que era lo que más deseaba en el mundo. Pero entonces la bruja decidió darle una cuota de verdad. Pues de lo poco que sabía Neos del mundo que dejó atrás, era que Juv había encontrado a otro hombre, se había casado y formado una familia.―Lo sé, y me veré contigo como tu quieres que nos veamos, como amigos si eso ha de ser así―o como un amante si era lo que deseaba, cada segundo que pasaba frente a ella le hacía aumentar las ganas de volverla a abrazar, de volver a sentir su aroma, de volver a sentir sus labios. Pero los tiempos en que podía disfrutar de aquellos placer a libertad habían quedado atrás, ahora era otro quien tenía ese honor. La propuesta de que pasara allí la noche le tomó algo por sorpresa, no era algo que se esperara.―¿Estás segura de eso?―preguntó inseguro, aunque sentir su mano en su pecho le causaba tranquilidad, le hacía retroceder en el tiempo y casi poder imaginarse que nada había cambiado, que no había pasado un segundo desde la última vez que estuvieron juntos.―¿Y cómo quieres que forme parte de tu vida?―preguntó con curiosidad, aprovechando esa sincerad que la rubia estaba mostrando con él. @
  14. El contacto con su piel fue algo que le causó una tormenta en el interior, hacia demasiados años que no sentía su suave piel. La miró a los ojos, y entonces supo que por más que hubiera quisiera negarlo jamás la había dejado de amar, que jamás podría dejar de hacerlo. Sonrió débilmente.―Yo creo que sí, pude haber hecho las cosas de otra forma, pude haber luchado más por ti―confesó, estaba arrepentido por eso, por mucho que supiera que los errores había venido de ambas partes, que el dolor había sido causado a partes iguales. Y sus palabras le reconfortaban, pues estaban llenas de razón. Se había perdido muchas cosas, si, pero aún le quedaban muchas más por vivir. No quiso pensar en que hubiera sido de él si hubiese decidido no regresar a Ottery, mantenerse fuera del país o establecerse en otro continente. Ciertamente fueron opciones, pero algo le atrajo de regreso y ahora sabía que era. Había sido Juv, había sido su hijo, ellos le habían traído de vuelta. ―Entonces espero poder hacerlo pronto, aunque por favor, prefiero que sepa primero de mi regreso y que no sea algo precipitado―no quería correr riesgo, y si el pequeño quería o no verlo, era una decisión que debía tomar él, no debían presionarlo en ese sentido. Su pregunta le volvió a generar una tormenta, y mientras miraba la mano que los unía a ambos comenzó a pesar en su respuesta. ¿Qué lo que esperaba? ¿Qué era lo que quería? Parecía imposible tener una respuesta a eso, más aún cuando hacía media hora ni siquiera sabía que era padre hace diez años.―Espero poder formar parte de la vida de mi hijo de aquí en adelante, no volver a perderme un día de su vida―confesó en primer lugar.―Y espero poder volver a formar parte también de la tuya―levantó la otra mano y acarició levemente la mejilla de Juv, recordando las cientos de veces que había hecho lo mismo al despertar por la mañana. @
  15. Mantuvo la sonrisa en su rostro mientras escuchaba las palabras de Juv. ¿10 años ya? Eso quería decir que él aún estaba en Londres cuando el bebé había nacido, pues era casi esa cantidad de años las que él llevaba fuera. El odio intentó aflorar nuevamente, por la cantidad de tiempo que había pasado sin saber aquella tan importante noticia. Una década completa perdida en la vida de su hijo, parecía demasiado. Pero nuevamente se calmó, y es que quería escuchar más, quería saberlo todo. ―Está bien, ya no saco nada con recriminarte la decisión que tomaste, no hay nada que pueda hacerme recuperar esos 10 años―dijo, rindiéndose frente a la rubia y a todo lo que eso significaba. Podría haberla odiado toda la vida, pero tampoco podía negar que la relación entre ellos estaba completamente quebrada hacia esa cantidad de años. Aunque si hubiera sabido las cosas podrían haber sido muy diferentes, ya no había nada que hacer.―A pesar de los años, aún no es tarde para que podamos hacer las cosas bien como padres―confesó, era lo que más deseaba en ese momento. Al menos por lo que la rubia le decía, podía saber que su hijo jamás había pensado que el hombre con quien Juv se había casado era su padre. Eso hubiese sido algo que no habría podido perdonar, que no habría podido soportar, haber sabido que tenía un hijo pero que este llamaba padre a otra persona. Pero no era así, y aún tenía esa oportunidad de ser padre, de disfrutar lo que quedaba de la niñez de Richard. Sonrió ante sus palabras, saber que su hijo si pensaba en él le reconfortaba, y le hacía desear aún más conocerlo.―Quiero hacer las cosas bien Juv, por él, por nosotros―se puso de pie para ponerse frente a la rubia.―Te pido perdón por todos los errores que cometí, pero te prometo que quiero hacer las cosas como corresponde, haré lo que sea necesario―confesó. @
  16. Sonrió cuando escuchó su nombre, sabiendo que no lo olvidaría jamás en la vida. Richard. Por supuesto, no esperó que el Triviani formara parte de su nombre, sobre todo si Juv no le había contado quien era su padre. En su interior se debatían un millón de emociones, la rabia que quería sentir contra Juv por no haberle contado, la felicidad de saber que tenía un hijo, que había alguien en el mundo que tenía su sangre. El odio no era suficiente, y cada vez más iba siendo reprimido por el deseo de conocer a Richard, y es que Neos ya había aprendido a controlar el odio hacia mucho, aunque jamás había experimentado nada ni siquiera similar a lo que la rubia había causado en él con aquella confesión. Todo un hombre...―¿Cuántos años tiene ya?―no recordaba cuanto tiempo había pasado desde la última vez que estuvieran juntos en una habitación, pero eso tampoco significaba que lo hubiera concebido esa última vez. Necesitaba saberlo todo, y eso también ayudaba a reprimir ese deseo de odiar a Juv, pues era la única que podía contarle como habían sido todos esos años en la vida de su hijo, que le podía hacer en parte partícipe de todo lo que se perdió. Una vez más el destino le forzaba a volver a ella, aunque esta vez no veía como algo o alguien más podía encargarse de volver a separarlos, Richard era algo que los iba a unir por la eternidad. ―Yo... No es necesario que se lo digas de inmediato, quiero conocerlo pero... no quiero que sufra―era difícil creer que estaba pensando de esa forma sobre alguien más, en el pasado a la única persona que le había deseado tal nivel de bienestar era precisamente a la rubia que tenía frente a él.―Puedes... puedes prepararlo para la noticia, y así cuando esté listo yo lo veré, cuando tu creas que esté listo...―¿qué era lo que sentía? ¿Miedo? ¿Qué pasaba si Richard lo rechazaba? ¿Si lo llenaba de preguntas de porqué no había estado? Pero entonces sonrió, dejó que la alegría de la noticia le llenara como si Juv le estuviera recién contando que solo estaba embarazada.―Gracias... gracias por contarme―sonrió débilmente. @
  17. Asomó su rostro bajando sus manos. ¿Cómo hubieran cambiado? Era una pregunta que tenía infinitas respuestas. ¿Cómo habría sido el mundo si los dinosaurios no se hubieran extinguido? Uno completamente diferente, radicalmente. Así de distinto hubiera sido el mundo de Neos si hubiera sabido que era padre, si hubiera sabido que cada noche que se sentía la peor escoria del mundo, que estaba solo y nadie le echaría de menos si se clavaba una daga en la garganta, que no lo estaba, que no era así. ¿Qué tan distinto podía ser el mundo sin los humanos en el? ¿Qué tan diferente podría haber sido la vida de Neos con aquel hijo en brazos? ―Podría haberle visto crecer, podría haber luchado por él, podría haber estado presente en cada uno de sus pasos―dijo en voz baja, sintiendo como el dolor se hacía más fuerte en su pecho con cada cosa que se daba cuenta que se había perdido. Sus primeros pasos, sus primeras palabras, alguna que otra perdida de dientes. Se había perdido todo eso.―Podría haber luchado por ti―le confesó también, aunque claro, eso hubiera sido mucho más difícil. Pero a pesar de la relación entre ellos, de que se odiaran o se desearan la muerte, jamás habría dejado que eso lo alejara también de su hijo. Cuando escuchó que Juv decía que debían conocerse, sus ojos se llenaron de una ilusión que lo hizo sentir como un niño. Había ido a aquella mansión a cerrar el pasado, a buscar ser alguien nuevo y dejar atrás el sentimentalismo, pero Juv una vez más, como siempre, se había encargado de desarmar por completo su mundo. ¿Qué tenía la bruja que siempre era capaz de generar ese efecto en él? ―Yo, me gustaría mucho poder conocerlo―no se le ocurría otra cosa que poder verlo.―No tiene porque saber los detalles, tampoco tenemos que contarle que no quisiste decírmelo―no quería causarle un dolor al niño por los errores de ellos dos, podía decirle que estuvo de viaje por motivos laborales o alguna otra cosa, cualquier cosa mientras pudiera conocerlo.―Como...¿cómo se llama?―le preguntó entonces, levantando la mirada hasta volver a encontrarse con sus ojos azules. @
  18. Su cara solo cambio a la de sorpresa al escuchar la respuesta de Juv.―¿Haber sabido cinco años antes de que era padre no habría cambiado las cosas?―preguntó como respuesta.―Pues no sé, quizás de partida, no habría pasado cinco años sin saber que era padre―respondió como si fuera lo más obvio del mundo. No iba a permitir que Juv se pusiera a la defensiva en eso, negarle su derecho a saber algo tan importante era algo que no merecía, se había ido de Londres porque creía que nada le ataba a ese lugar, que ya no había nadie que le necesitara en su vida. Sabía bien que Juv no lo necesitaba, de otra forma no se habría comprometido con otro hombre, pero ¿su hijo? ¿Qué tenía que ver un niño en la rencilla de ellos? ―Y yo ni siquiera sabía cual era el precio que estaba pagando―completó por ella. Comenzaba a sentir un dolor muy profundo un pecho, en un vacío que hasta el momento no sabía que estaba allí, un vacío que le había acompañado durante todos esos años sin que él lo supiera, uno donde debería haber estado el amor por un hijo.―Me fui con el dolor de haberte perdido, pero no tenías derecho a negarme el dolor de que también dejaba a un hijo, por Merlín, las cosas hubiesen sido muy diferentes de haberlo sabido―¿qué habría hecho? De partido, no haberse ido. La había seguido hasta el hall de entrada de la mansión sin siquiera darse cuenta, sintiendo como su corazón estaba acelerado y su mente estaba por estallar. Se fue hacia un lado y tomó asiento en la primera silla que encontró, llevando sus manos a su cara, tapándola.―Cinco años, cinco años creyendo que no había nada que me atara a este mundo, pude haber muerto sin saber jamás la verdad―su mente comenzaba a trabajar como siempre, esta vez para mal de él, imaginándose el infinito mundo de posibilidades que aquello podía haber significativo. Si, llegó a pensar en terminar con su vida muchas veces, sintió que el mundo ya no significaba nada para él.―Pero un hijo...―si, un hijo lo cambiaba todo. @
  19. Parecía irónico que ella lo dijera, o quizás era su subconsciente reconociendo lo que no era capaz de decir en voz alta. Si, una enorme puerta no le dejaba ver lo que deseaba, una de la cual ella poseía la llave, pero que parecía haber encerrado también en lo más profundo de su corazón. No sabía como sentirse frente a eso, pues por más que se intentaba convencer de que era un nuevo Neos el que estaba parado frente a ella, Juv le devolvía una y otra vez a esos momentos en que no podía hacer nada más que sonreír al mirarla. Guardó silencio cuando notó que le iba a confesar algo, aunque ya al comenzar sentía que había algo ahí que no estaba bien. Neos había pensado en arrepentimientos, pero la bruja se refería a algo más, a algo físico y real, presente. ¿Más grande que el amor que se tuvieron? En el pasado habría pensado que algo así era imposible que existiera, pero ya no podía estar tan seguro, pues si tan grande había sido ese amor entonces no entendía como había llegado a terminarse de la forma en que lo hizo. Y entonces, cuando su mirada azul estaba clavada en la suya, le dijo algo que jamás en la vida se hubiera esperado escuchar, lo último en una larga lista de imposibles que pensaría oír de parte de Juv. Si su rostro reflejó o no su sorpresa no lo sabía, pues su mente se perdió en un vació eterno, uno en el que sintió que estuvo años, décadas, milenios, eras. Cuanto tiempo estuvo en silencio solo mirando a la rubia no lo supo, pudieron ser bien varios minutos. Era como si Juv le hubiera tomado y arrancado de la realidad, llevándole a ese vacío donde el tiempo no existía, donde la lógica no existía, donde nada existía. ―Yo... ¿tengo un hijo?―fue lo que dijo, sin saber cuanto tiempo había pasado en silencio. ¿Un hijo? ¿Tenía un hijo? Pero... hacía años y años que no veía a Juv, ¿cuántos años tendría? ¿Sabría de él? ¿Qué le habría dicho Juv? Miles de pregunta comenzaron a amontonarse en su cabeza, sin poder ordenarse ni materializarse a través de la boca del castaño. Al final, la que pudo salir primero, quizás con cierto resentimiento fue.―¿Porqué no me lo habías dicho antes? Juv por Merlín, no nos vemos hace más de cinco años...―. @
  20. Y allí estaba de nuevo, intentando herirlo sin razón aparente. Oh bueno, seguramente las tendría, y muchas de ella, pero todas en el pasado. Neos sonrió con cierto cansancio, no dispuesto a caer en las provocaciones de la bruja, en su búsqueda de encontrar a un hombre que él ya no era. Y sus propias palabras lo decían, el Triviani que ella había amado si estaba varios metros bajo tierra, kilómetros de hecho, y ella misma lo había enterrado. No respondió, al menos no con palabras, sino con la mirada que seguían fija en los profundos ojos de Juv mientras esta continuaba su paseo. Sentía que había algo, algo que no podía leer. Parecía casi imposible que en el pasado hubiera llegado a tal punto de entenderse sin palabras, de conocerse tanto que bastaba una mirada para saber que pensaba el otro, de haber llevado su vínculo de sangre a tal extremo de sentirse a kilómetros de distancia. ¿Dónde había quedado todo eso? ¿Quién tenía frente a él que le costaba tanto leer? Pero entonces sintió que la actitud de la Malfoy cambió un poco, al menos a una menos agresiva. No le sorprendió, no era algo que iba a destacar, pero que si llegaba a agradecer internamente, nadie deseaba que una guerra volviera a desatarse entre ellos tan pronto.―La verdad no pensé en hacerlo, creí que sencillamente me ignorarías como la última vez, cuando tu vida era mucho más feliz sin mi en ella―dijo con seriedad, aunque su voz reflejaba ciertamente parte del dolor que había sentido en ese entonces, ver a la que sabía era la mujer de su vida en otros brazos era una imagen que no podría olvidar, una sensación que siempre le acompañaría. ―No vine para hablar de culpas, tampoco para hablar de recuerdos, he dejado todo eso atrás y soy una nueva persona―respondió, los últimos meses que había pasado en Ottery habían sido una tortura mayor a cualquier que hubiera visto o soportado en el pasado, llegó a ser insoportable siquiera respirar el aire de Londres, todo le hacía sentir que la única solución era cortarse el cuello y acabar con el problema para siempre. ―Si tenemos un asunto pendiente entonces es bueno que nos hayamos encontrado tan pronto, yo al menos hay cosas que me gustaría decir, cosas que creo cerraran y terminar por completar mi viaje, y solo entonces podré sentirme realmente de regreso―al menos el sentía que los había, aunque no creía que Juv también los tuviera, de otra forma no le habría sido tan sencillo sacarle de su vida. @
  21. @ Las palabras de Bel sonaban muy profundas y significativas, por lo que era casi irónico que fuera Neos quien las estuviera escuchando. "Tan distintos", decía ella, pero él eran mucho más que eso. Totalmente opuestos, radicalmente diferentes, sin intersecciones. Neos mostraba una careta, exteriorizaba algo que no era, eso era lo que la chica estaba viendo, y de lo que parecía aferrarse para comprobar que algo había cambiado en su antiguo jefe. No tenía deseo alguno de enfrentar a la muerte, había muchas formas de evitarla, y él tenía mucho por vivir, tenía que soportar el castigo de ello. No tomaba siempre las decisiones que quería, sino las que debía tomar, la felicidad no era algo que se pudiera permitir. Pero para Bel era distinto, su forma de ver y defender la vida le permitían enfocarse en ese tipo de sentimientos, en la búsqueda de si mismo para algo superior. ―Es más de la sinceridad que debería haber tenido―respondió, estaban en una conversación muy peligrosa, pues las indirectas no existían en una situación, en un momento que era tan obvio en que lado de la línea estaba parado cada uno.―No me preocupo de donde estaré mañana, solo puedo controlar donde estoy hoy―dijo como toda respuesta. Lo cierto es que si se daba el caso de encontrarse en el campo de batalla, ninguno de los dos lo sabría, ella estaría cubierta por una luz y Neos por una máscara, podría uno matar al otro y no saberlo jamás. Neos podría pensar que eso le molestaría, pero no lo hacía, pues nuevamente, hacía lo que debía hacer. Como un movimiento instintivo, sacó su propia varita cuando vio a Bel darse vuelta desde el espejo sacando la suya. Pero le hechizo que conjuró no iba dirigido a él, era un Patronus. Se quedó mirándola sin entender mucho lo que decía, mientras veía a la criatura que había creado. ¿Se había revelado ante las cámaras? Eso era otra cosa que no sabía, aunque eso no le hacía diferencia respecto a todo lo que ya había dicho.―Ustedes fueron admirados, nosotros no―respondió, volviendo a guardar su varita.―No me corresponde a mi capturarte, no soy miembro del ministerio y hoy estoy aquí a rostro descubierto―señaló con seriedad.―Nunca es tarde para tomar precauciones respecto al camino que quieras tomar Bel, si la vida es preciada para ti, entonces deberías cuidarla―se encogió de hombros.―Y si crees que mi concepto de ti depende de donde están tus lealtades, entonces no llegaste a conocerme muy bien―confesó finalmente.
  22. Sus primeras palabras no le causaron sorpresa, pues reflejaban la misma actitud que Juv había tenido la última vez que se habían cruzado. Esa puerta completamente cerrada hacia su interior, ese porte que le indicaba que estaba fuera de su vida, que no había vínculo que los uniera. Pero Neos sabía que por mucho que quisiera que eso fuera cierto, jamás lo sería, ni tampoco por mucho que ella lo quisiera, por mucho que vivieran toda su vida en negación. —Nada que puedas ayudarme a encontrar, lamentablemente—respondió con la misma sequedad, sin deseos de caer en sus provocaciones desde iniciada la conversación. Neos había cambiado mucho, como bien lo comprobaría Juv seguramente, pues era quien más le había llegado a conocer en el pasado. Irritarse por nada era algo que ya no le pasaba, dejar que su pasajero oscuro se saliera de control sin deseos tampoco, era capaz de hacer frente a esa situación, ahora que estaba frente a ella estaba aún más seguro de ello. —Tienes razón eso, mi sangre es Triviani, no Malfoy, aunque hay muchas cosas que me mantendrán atado a este lugar de por vida... lo quiera o no—reconoció encogiéndose de hombros, pero en completa calma. Sus ojos no reflejaban odio ni despecho, sino con nostalgia. Los tiempos que habían vivido juntos habían sido los mejores de su vida, y parte de que deseara cambiar se lo debía en gran parte a ella.—Y no, la verdad es que no es sorpresa lo que sentí al verte, vine sabiendo que encontrarte era una posibilidad—aclaró, aunque cierto era que en un comienzo no creyó que fuera a verla de forma tan inmediata. Negó con la cabeza ante sus palabras.—Si fuera eso lo que deseara, no habría venido aquí, ¿no crees?—preguntó siguiendo el curso de su caminar sin perderla de vista ni un segundo, no por precaución, sino porque su mente se seguía debatiendo sobre si era real que volvieran a estar tan cerca uno del otro.—Venía sencillamente a reencontrarme con un lugar que fue especial en el pasado, sin esperar nada de nadie—reconoció.—Quizás es bueno que nos hayamos encontrado, quizás hay una razón para ello—sabía que sería necesario tarde o temprano, y aunque no pensó que sería mucho más temprano que tarde, quizás había una razón. @
  23. Se distrajo, avanzando por el recibidor de la mansión Malfoy dejó de escuchar todo a su alrededor, mientras sus ojos recorrían cada rincón, mientras su memoria comenzaba a refrescarse con todo lo acontecido entre esos muros. No escuchó los pequeños pasos que se aproximaron hasta su lado, no se dio cuenta de que el elfo le reconoció, tampoco de que le preguntaba si deseaba ver a alguien. Ante su silencio, el elfo insistió. "¿Desea ver a la señorita Juv?", tampoco le escuchó. Para cuando se dio vuelta hacia el sitio que el ser mágica había ocupado, este ya había desaparecido. Neos sintió una extraña sensación, como si algo estuviera a punto de pasar. Era como esa calma antes de una tormenta, ese cosquilleo en la nuca cuando algo importante se aproximaba. No le gustó, no le hizo sentir cómodo. Toda esa mansión le causaba esa impresión, no le gustaba, pero se había decidido a enfrentarse a su pasado aún cuando este pudiera volver a destruirle. Porque Neos había estado en el suelo, y pasó mucho antes de que su viaje comenzara a curarlo, a formarlo como quien era en el presente. Y aún así, con toda esa decisión, no lograba vencer a la inseguridad que le generaba volver a enfrentarla. La idea de que no iba a encontrarla desapareció de un segundo para otro, pues la sintió, reconoció su presencia en el aire, aún lejos de donde él estaba, pero presente. Avanzó hasta el vestíbulo sabiendo que ella estaba en camino, sin saber como, ¿le habría sentido también? ¿Aún sería tan fuerte la conexión que los había unido en el pasado? Ella le había convertido en demonio, le había hecho como ella. Aunque no era lo único que les había unido, había mucho más, un sentimiento que había cavado tan profundo en su pecho que era imposible volver a sacarlo, y que por tanto había decidido tapar por completo, o al menos eso era lo que había intentado. Y entonces la sintió más fuerte, casi de forma insoportable. Se dio la vuelta, y allí estaba ella, tan hermosa e imponente como siempre. Los recuerdos le volvieron de golpe a la cabeza, y a su vez le reforzaron la mirada frente a lo que sabía que no podía mostrar frente a ella, debilidad.–Juv–fue todo lo que fue capaz de decir, para luego caer en un silencio. El aire podía cortarse con una cuchilla, y la mirada entre ambos no hizo más que confirmar lo que jamás podrían negar.–Ha pasado mucho tiempo–mucho parecía una palabra que se quedaba corta, se sentía como si hubieran pasado veinte vidas desde la última vez que la vio. @
  24. La mansión Malfoy... si no fuera porque el Castillo Triviani había sido su hogar por muchos años, aquel sería sin duda el lugar donde más recuerdos habría tenido, sin duda era donde estaban los más poderosos. Había pasado casi un mes desde que regresara a Londres, pero no había vuelto a pisar ese sitio aún. ¿Porqué le había tomado tanto? Quizás la respuesta era rápida y fácil, pero era la que Neos nunca sería capaz de reconocer. Aquel lugar tenía tanto de si que le causaba temor, el de reencontrarse con el mismo pasado del que intentó huir, de volver a convertirse en la misma persona de la que creyó cambiar. Pero sabía que la mejor forma de terminar de convertirse en un nuevo hombre, era enfrentándose a su pasado. Había dejado muchas cosas atrás, mucha gente, una que ya le había dejado atrás a él aún antes de que se fuera. No sabía que haría si se encontraba con ella, aunque imaginaba que no sería una conversación demasiado larga. Cuando se fue ella tenía una nueva vida, una en la que él no tenía cabida. Pero aún así, había sido siempre el vínculo que le había atado a Londres, uno que jamás podría cortar, uno que tampoco estaba seguro de querer olvidar. Esta vez no hizo lo mismo que al regresar al castillo Triviani, dado que nunca había abandonado la familia Malfoy. Aunque de todas formas ingresó al lugar sintiéndose un extraño, un intruso. Y nada más entrar los recuerdos le volvieron de golpe, mezclado con esa confusión de emociones que solo ella había sido posible de causar en él. Por unos segundos estuvo tentado de dar la vuelta e irse, seguro de que ese era un obstáculo que jamás podría superar, que el Neos de antaño siempre le estaría esperando entre esos muros, dispuesto a devolverle todo lo que había intentado dejar atrás. Pero no, si esa era la prueba final que debería enfrentar para ser un nuevo Neos, se forzaría a superarla. Las inseguridades formaban parte de alguien que ya no era, y no podía ser que una mansión diera vuelta todo eso, ni una persona... Además, las posibilidades de que se la cruzara eran ínfimas, debía de estar viviendo en otro lugar con su esposo y toda una gran familia. ¿no? @

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