Leland Gaunt
Observó con lujo de cuidado a aquella chica, si bien no la conocía y no podía saber si era de fiar, intuía que su curiosidad y sus deseo de ayudar la motivarían para acudir al lugar de los hechos. Sonrió mostrando sus amarillos dientes y colocándose los dedos de ambas manos uno frente al otro. Aquella mujer era lo que el mago necesitaba, ambos podrían inmiscuirse en la niebla y descubrir aquella magia. Si Leland necesitaba sacrificarla, lo haría y además podría utilizarla para sus experimentos con aquel fenómeno natural. Por ello mismo decidió aceptar su oferta y acudir con la chica hacia el ministerio de magia. - El gusto es mío, señorita Lockhart - continuó sonriendo como si lo que estuviera pasando en Hogsmeade no le importara en lo absoluto – será un placer para mi acompañarla hacia el ministerio, es posible que usted con sus conocimientos en primeros auxilios y yo con los míos de artes oscuras, podamos ser de ayuda para la policía ministerial.
Ambos caminaron hacia el recinto ministerial, durante el trayecto el mago se encargaba de analizar su lenguaje corporal, gesticulaciones y en medida de lo posible observar todo lo que le diera pista sobre con que clase de persona estaba tratando. El trayecto no fue muy largo pues tan solo estaban a unas calles del ministerio y fue para su sorpresa ver un tren justo en la calle principal en el cual estaban abordando varios magos, aurores y policías ministeriales. - Creo que estamos de suerte, parece ser que el ministro Malfoy ha donado su tren para todos los que deseen acudir, deberíamos de tomarlo – comentó acercándose a la locomotora la cual ya estaba lista para salir hacia Hogsmeade.
@ Bodrik Ludwig Malfoy
Llegaron en tiempo récord, y en ese instante la piel se le puso de gallina. Nunca había presenciado semejante fenómeno “natural” la capa de niebla se extendía por todo lo que veía e incluso en el cielo no se alcanzaba a vislumbrar un límite de la misma. Estaban justo en el límite que limitaba a la espesa capa pero por lo que habían escuchado debían ser cuidadosos ya que en cualquier momento aquella niebla se podía extender atacando a todos. La distracción fue inmediatamente opacada por un mago quien comenzó a interrogar al ministro sobre la línea de acción a seguir. Lamentablemente el Malfoy no tenía idea sobre como hacer frente a lo desconocido así que se limitó a responder. - En este momento el primer objetivo es evacuar a todos los habitantes de Hogsmeade y al rededores así como a los estudiantes de Hogwarts – mencionó – las líneas de comunicación se encuentran totalmente inservibles así que los policías ministeriales entrarán protegidos con encantamientos para ayudar con el rescate, mientras tanto los inefables y aurores deberán buscar el origen de esta magia y neutralizarla lo antes posible – finalizó.
Las palabras eran muy lindas pero el verdadero reto era cumplir con aquella misión y rescatar a cuantos estudiantes pudieran. Confiaba en que aquella niebla se disiparía pero no estaba seguro de en cuanto tiempo podría ocurrir aquel milagro. Yuriko Oyama y Barry Abbott – dentro de la niebla
Corrieron lo más rápido que pudieron, aquellos perros crup no solo parecían rabiosos, si no que eran más fuertes de lo normal. Los hechizos que los magos les habían enviado apenas alcanzaron a retrasarlos pero era una manada muy grande y no podían defenderse contra todos ellos. En su mano portaba su varita pero la visibilidad era casi nula. A medida que corrían parecía que se alejaban más y más hasta que un zumbido bastante fuerte les retumbó en los oídos y un enorme aguijón azul casi los atraviesa de no ser por estar protegidos por el detritus.
Se trataba de un enjambre de billywig los cuales se mostraban también muy feroces. Yuriko comenzó a lanzar un par de incendios hacia ellos para asustarlos pero por más que lanzaba no eran suficientes. Era como si fueran inmunes o más resistentes de lo normal. -Tenemos que encontrar un refugio – dijo Yuriko – son demasiados y solo están logrando debilitar nuestra magia – Abbott no dijo nada pero la siguió en cuanto comenzaron a correr. Estaban ya muy cerca de la zona residencial y de las tres escobas así que corrieron hacia allá. La puerta estaba cerrada pero en cuanto se acercaron los magos que se encontraban ahí abrieron para dejarles entrar. - Rápido, cierren la puerta – comentó uno de ellos después de que Yuriko y Barry entraron. Vieron a los clientes de las tres escobas y todos tenían la misma cara de pánico y desesperación. El local estaba repleto, eran al menos ochenta magos y brujas de todas las edades, era muy probable que todos fueran a morir.
@ Noeline Malfoy McFarlan @ Mica Gryffindor @ Ada Camille Dumbledore @ Syrius McGonagall @ Anthony R. Dracony M.