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Orión Yaxley

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Orión Yaxley ganó por última vez el día 2 Octubre 2019

¡Orión Yaxley tenía el contenido más querido!

Acerca de Orión Yaxley

  • Cumpleaños 11/08/1993

Ficha de Personaje

  • Nivel Mágico
    31
  • Rango Social
    Orden del Caduceo
  • Rango en el Bando
    Mago Oscuro
  • Galeones
    227516
  • Ficha de Personaje
  • Bóveda
  • Bóveda Trastero
  • Bando
    Marca Tenebrosa
  • Libros de Hechizos
    Libro del Caos (N.20)
  • Familia
    Yaxley
  • Trabajo
    Inefable
  • Escalafón laboral
    T1
  • Raza
    Humano
  • Graduación
    Graduado
  • Puntos de Poder en Objetos
    3120
  • Puntos de Poder en Criaturas
    590
  • Puntos en Mazmorras
    12
  • Puntos de Fabricación
    0
  • Rango de Objetos
    2010 a 3000
  • Rango de Criaturas
    210 a 1100
  • Conocimientos
    Adivinación
    Artes Oscuras
    Astronomía
    Aritmancia
    Runas Antiguas
    Historia de la Magia
    Encantamientos
    Idiomas
    Leyes Mágicas
    Estudios Muggles
    Conocimiento de Maldiciones
    Maestría con Escobas
  • Habilidades Mágicas
    Animagia
    Videncia
  • Medallas
    30000
  • Tickets
    0

Profile Information

  • Location
    La Torre de Adivinación

Campos para Gringotts

  • Escalafón último mes cerrado
    T1
  • Posteos acumulados último mes cerrado CMI
    7
  • Posteos último mes cerrado CMI
    0

Contact Methods

  • Website URL
    http://

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Logros de Orión Yaxley

Apprentice

Apprentice (3/17)

  • Dedicated
  • Very Popular
  • Reacting Well
  • Conversation Starter
  • First Post

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Reputación

  1. Orión Yaxley

    Nigromancia

    Una sola gota de sangre recorrió la punta de tintes rojizos de Baélyr. Orión a su vez tragó saliva, con total conocimiento que se había sobrepasado. Sentía el filo de la punta de lanza del báculo de cristal del ya mencionado. Sentía como cada su dermis se abría ante la presión ejercida. La espalda del Yaxley se encontraba pegada a la biblioteca. Sus ojos, mirando fijamente al del Arcano. Aún al borde de la muerte, respiraba tranquilo. Su mano no soltaba un libro gris, previamente tomado de las estanterías. La ventana mostraba una tormenta impetuosa fuera. La única iluminación era la chimenea. Una situación particularmente común, la de Orión. Físicamente, Baélyr era más alto, mientras que el mortífago, más ancho de hombros. En edades, nuestro pequeño intento de ladrón le llevaba la mitad. En habilidades mágicas, bueno, claramente sin comparación. - Bueno, supongo que debo una explicación. Baélyr levantó la ceja de su único ojo funcional. El objetivo era simple: entrar, robar lo que parecía ser el único grimorio sobre voces del más allá y salir sin ningún tipo de rasguño. Pero, era prácticamente imposible ganarle en astucia a un Arcano. ¡Por Merlín! ¡Eran Arcanos! Y bueno, Orión no llegaba a ser tan tonto como par no saberlo, claro. Porque ese era el objetivo principal. El secundario, llamar la atención al famoso instructor de Nigromancia. Resultaba que hacía más de un año y vaya uno a saber qué tantos días que nadie recorría los pasillos de su morada y alrededores. De alguna manera había que avivar la llama de alguien dormido. - Orión Yaxley, supongo que su nuevo pupilo -dijo, entrando un poquito nervioso al ver que la vara no se quitaba. Carraspeó. - No me interesa revivir muertos, ni manipular órganos. Tampoco conocer las propiedades de la sangre o entrar en detalles… escabrosos. Resulta que tengo un pequeño problema que no me estaría dejando dormir. Verá, me están usando de lechuza. Con un suspiro pesado, Orión se encontró a sí mismo en un dilema tan absurdo como inquietante. ¿Por qué él, de entre todos los mortales, estaba siendo acosado por las voces del más allá? La ironía de la situación le golpeaba como un hechizo mal lanzado. El ruido de la lluvia era lo único que rompía la monotonía del silencio. El comentario de la lechuza lo terminó con una sonrisa forzada, mientras una voz fantasmal le respondía con una carcajada ahogada. La situación era tan retorcida que podría haber sido una broma de mal gusto de la misma muerte. Pero en medio de las risas nerviosas y los escalofríos, una certeza se afianzaba en su mente: encontraría respuestas, incluso si eso significaba adentrarse aún más en los rincones más oscuros y desconcertantes del universo de Baélyr.
  2. - Orión Yaxley, inefable para su servicios -dijo con una seriedad simpática. Era, históricamente el encargado de la astronomía y la adivinación en la facción mortífago desde que tenía uso de razón. Y la desaparición de una constelación entera, era, en pocas palabras, algo que le llamaba demasiado la atención. Y como siempre, estaba ahí buscando información para uso profesional. Aún así, atento a toda la explicación de Nasha, entendió que su rol era estar con los estudiantes enfermos. Vaya clavo. Pero no tenía que pasar desapercibido. No le guardó tanto cuidado al resto de los presentes. Simplemente sabia distancia. Al parecer todos estaban dispuestos a ayudar y el bosque era el siguiente desafío. Una caminata de cinco horas de ida y cinco horas devuelta guiados por un demiguise y una criatura que nunca había visto en su vida, un caipora. Hechos los preparativos partieron a hacia la lupuna. Caminó un poco alejado del resto, sobre todo cuidando la retaguardia por si alguna criatura tomaba demasiado coraje como para acercarse. La varita llevaba una luz que lo guiaba. Sintió el olor al bosque y utilizando su videncia podía ir percibiendo posibles peligros en el camino. Y con posibles peligros se refería a plantas carnívoras con todas las chances de arrancarle un pie si no se cuidaba. Y de a poco fue sintiendo el peso mágico que emanaba el árbol milenario. Había muchas cosas que ignoraba, sobre todo sobre la magia blanca y el poder que podía acarrear. El mecanismo o protocolo mágico de la lupuna era una de ellas. Sintió que se le cerró el corazón de amante libre. A todo esto, había llegado primero con Nasha, quien se había acostado en una pila de hojas. Él, por su parte, descansó pegado a un árbol muerto que le daba el espacio respetuoso al protagonista de esa escena. Buscó el contacto visual con Nasha, pero no lo logró. Vio al resto de los presentes y luego se concentró en el mismo. Orión era un asesino en el mundo mágico. Una persona que se había encargado de batallar y de ganar, en esas batallas. No estaba exento a la muerte. Pero ahí escuchaba las voces de personas que no había conocido jamás, pero que sonaban como si fueron parte de su misma vida. Movió su varita para elevar una especie de capa gaseosa como si fuera un viejo detritus, necesitaba descansar. Su conocimiento en magia oscura vino como anillo al dedo. - ¿Debemos esperar una invitación?
  3. - Quedo a la espera de mi nuevo hermano, Yaxley, depende de ti. Asintió en silencio. Unos segundos después y la Arcana lo había dejado frente al nuevo acertijo: entrar a la pirámide. El mago conocía el procedimiento de cualquier habilidad. Una estandarización necesaria por parte de los arcanos. Ahora se encontraba en la antesala de la experiencia que pondría a prueba su habilidad mágica, lisa y llanamente. Se acercó a las tres puertas con la llave que había recuperado del lago. Sintió esencias emanar de cada una de ellas, un aroma particular. Eran tres y no se mezclaban en absoluto, cada una tenía lo suyo. La de la izquierda era clarísima, agua salada, mar. La de la derecha, bosque profundo, ligero aroma a lluvia. La del centro, no lo supo distinguir. Orión llegó a Oclumancia porque le quitaron un recuerdo. Un ladrón entró, hurgó sus pertenencias y se fue sin dejar rastro. No estaba enojado ¿por qué lo estaría? Si lo hizo perfecto. No supo cuándo sucedió, ni qué se robaron, ni un remoto motivo aparente, lejos está el saber quién. Claramente, le llamó más la atención. La curiosidad mató al gato, dicen. - El que tiene miedo de morir que no nazca -soltó para sí mismo. Introdujo la llave y entró. Se encontró con un vacío oscuro como esas noches de luna nueva bien cerradas, que ni siquiera te puedes ver la nariz. Esa oscuridad, tan pero tan oscura, que de pronto no sabes cuál es arriba o abajo o cualquier dirección aparente. No supo si caía, o flotaba porque la gravedad era un concepto completamente abstracto en ese minuto de existencia corpórea. Solamente sintió que la puerta se cerró detrás de él. El aroma, que no era indescriptible, si no que al mago le faltaban palabras para enmarcarlo, se intensificó y cuando menos lo esperó, el portal a la prueba se abrió de par en par. Y como si fuera un relámpago, voló sobre la sala de ouroboros y entró sin tener poder de decisión. Bah, la decisión ya la había tomado. Cerró los ojos con fuerza para abrirlos lentamente. Sintió al principio que estaba en el suelo y palpó la superficie. Después sintió la presión en sus talones, no, estaba parado y pegado a una pared como si se hubiera chocado con ella recientemente. - ¿Mucha droga señor? -una mujer de rizos castaños, fumando un le cigarette. Le dio la última pitada, lo apagó contra la pared, lo tiró a un costado y caminó hacia él-. ¿No irás a la fiesta de OR-IO? - Ehlá, bella, sí. Certísimo, ¿cómo no ir? ¿Tienes lo nuestro, vero? - Raffaela sacó la bolsita con un contenido poco ético de describir en un horario apto para todo público. - Perfetto. Un auto negro llegó, todo polarizado, todo negro, todo top. La mujer, quien fuera una muy amiga de Orión lo invitó a subirse. Se sentó sin problema, eran unos asientos de cuero amarronado muy vintage sin apoya cabeza. De pronto él, instintivamente le puso la mano encima al muslo de Raffaela y se dio cuenta que tenía las uñas pintadas. Se disoció un segundo. Uñas pintadas de negro. Se quedó mirando la mano libre, admirando la manicura. - ¿Pasa algo cariño? ¿Seguro que estás en el mood? - Sí reina, faltaba más. - Sabes que esta noche es sumamente importante. - ¿Con quién crees que estás hablando? - Y sí, pero sabes… estoy un poco nerviosa. - Tranquila… -apretó su muslo, qué pícaro el muchacho- No soy un amateur. - Ah, pero para desaparecerte con uno de esos, eres facilísimo. - Vamos, ¿tanto problema por un poco de diversión? Por favor -la mano empezó a subir y Raffaela le cortó el mambo de un golpe. El auto dio un último giro y frenó llegando al destino. Era el famoso club DockShi de Milán. Obviamente los dos conocían gente, por favor. Pasaron saltándose toda la fila, llevándose mirada de varias escotadas y enojadas mujeres. Todos tenían lentes de sol, oscuros verdes, con amarillos opacos y algunos tipo carey, marcos grandes, finos, de moda. Las vestimentas eran casi todas con poca ropa o completamente oversize. Cueros, latex, redes o algodón finísimo, cortado a tijera. Se dio cuenta que él mismo llevaba unos baggy shorts hasta por encima de las rodillas. Unos borcegos negros tipo marca famosa inglesa. Se frenó detrás de Raffaela, que llevaba un vestido negro, ajustadísimo al cuerpo. Era alta, casi de su estatura, con un spetum, los ojos delineadísimos. Divina, despampanante. Icónica. Sintió, por primera vez, un astivo del amora que se había presentado aquella vez frente a la puerta y recordó ese momento. Entendió que se trataba de su perfume, o de su olor corporal, pero era suave, dulce, una vainilla mezclada con cigarro viejo y licor. Cuando dio dos pasos sintió que la música le dio una cachetada que lo devolvió a esa realidad. Era fuerte, un DJ de moda estaba tocando. El famoso OR-IO. Or Io, volvía loco a Italia porque era la representación del despojo del yo. Era el or, del inglés, sumado al Io, primera persona del italiano. Por otro segundo volvió a reconocer el segundo olor, nitrito de amilo. Ay, qué locura. En dónde se había metido. Y entendió que era mago y entendió que estaba ahí por algo. Pero un tipo lo chocó mientras bailaban y volvió a esa realidad. Raffaela lo estaba guiando, buscaba encontrar un espacio dónde bailar y lo encontró: casi que en el medio de la pista, cerca de la isla gay. Empezaron a moverse al ritmo de la música electrónica. Se miraban a los ojos. El muchacho encontró en Raffaela las pupilas de a poco demasiado dilatadas y sintió que el estaba igual. La muchacha sonrió y le extendió las manos sobre los hombros. Se acercaron más. Se besaron. Luego ella se acercó levemente y le dijo casi con soltura - La presa está en la cabina -dijo, mientras lo movía para que el muchacho estuviera en frente de dónde se encontraba el DJ. Su instinto lo llevó a besarle le cuello, de a poco, a lo que ella se arqueó la espalda. Eran amigos. Se estaban demostrando afecto. De a poco fue levantando los ojos, pasó por entre los cuerpos, se elevó por encima de las luces del escenario y vio de quién se trataba. OR-IO frente a todo pronóstico era Orión. O sea, Orión no era Orión y estaba viendo a Orión. Diría que al lector le llevó una sorpresa, pero era casi un secreto a voces. Se quedó duro. Se estaba viendo tocar música electrónica en una ciudad italiana lleno de gente completamente desbocada. Era él, claramente. Las canas, la barba, los ojos azules, la maldita marca tenebrosa en su bíceps izquierdo. - Estamos listos entonces -siseó a su compañera-. A tu señal.
  4. @ Sagitas E. Potter Blue sorry la tardanza Sagis, ¿querés agregarme a primeros auxilios? no tengo el conocimiento y no me molesta compartir la clase. Si no dejame con Defensa
  5. ID: 46902 Libro de Hechizos: Libro de los Ancestros Justificante de compra del Libro (Link al post del Concilio de la bóveda trastero): link :) Link a la Bóveda: #78333 Link a la Ficha: Orión Yaxley Tenkius!
  6. claro, te mando algo por ig y me ignorás

  7. anonadado con el sistema del magic mall KEEEEE

    1. Sagitas E. Potter Blue

      Sagitas E. Potter Blue

      ¿Es una petición de ayuda o es una muestra de asombro?

  8. ID: 46902 Nick : Orión Yaxley Link a la Boveda Trastero: #108859 Link a la Boveda de la cual se descontara: #78333 Fecha: 26/02/2024 Link a la Compra: Ver pedido Producto: Libro de los Ancestros Puntos: 0 P Precio: 25000 G Total de puntos: 0 P Total de galeones: 25000 G
  9. Sauda pensaba en él como un taiji. Movimiento constante y equilibrio. La palabra clave: el equilibrio, componía todo lo que significaba la vida. Casi como una representación libriana. Lo bueno, lo malo, en justa medida. Una contradicción inminente: esas categorías las daban las mismas personas en sus mismas experiencias. Aailyah hablaba del dolor de sus recuerdos, de cerrar con llave y tirar la misma en el fondo de un lago. Lago… Paseaban con cierta parsimonia. A la par. Orión nunca se hubiera imaginado estar casi a la altura de un Arcano. No es que estuvieran mismo poder, simplemente compartían de par en par. Lo que le dijo fue increíble, porque (re)confirmaba que los Arcanos eran, al fin y al cabo, personas como él. Estaban a la mitad del recorrido. Caminar sobre el agua se había convertido en una habilidad nata para el mago. Algo sencillo. Una extensión de su posible oclumancia. Se detuvo un segundo. - Bueno, pero, eso justamente nos hace persona. A veces la propia memoria, los recuerdos, se cambian con el correr de los tiempos. ¿No es que somos nosotros la medida de todas las cosas? En su defecto, aquello que le damos sentido desde nuestro mundo interno. Lo que es dentro es afuera. Lo que es abajo es arriba. Y si somos conscientes al respecto… Soltó la reflexión mientras se ponía en cuclillas. Movió las aguas con precisión quirúrgica, casi como si estuviera realizando un corte limpio. Concentró su energía mágica en el dedo índice derecho y por último, apuntó al fondo del lago. Un brillo plateado apareció tímido. Con el pasar de unos segundos resurgió a la superficie. Una llave, de madera y onyx, sencilla, que podía pasar desapercibida como una simple bisutería. - A veces hay que tirar la llave al fondo del lago. A veces, hay que recuperarla. Continuó la marcha, llegando a la orilla del bosque. Sabía que la Arcana lo dejaría en algún momento para la prueba. Sin embargo, para él, este momento no era como los de Videncia o Animagia. Era especial, porque la conexión con Sauda era especial. - Entiendo el peligro de la Oclumancia. Es el mismo que todos los poderes en su extremo: un solipsismo en su máxima expresión. El riesgo de encerrarnos en nuestros propios pensamientos. Pero la llave -dijo, levantando su reciente adquisición y abriendo el portón de rejas del laberinto- siempre está al alcance de nuestra mano si está bien encaminada. El lago, el bosque, el laberinto, eran representaciones de sus propias limitaciones frente a la habilidad. Siempre lo eran. Y saber como manejarse, implicaba siempre una disposición benévola de sí mismo frente al desafío. La última fase era virtualmente imposible de completar: un laberinto sin salida. Sin embrago, como habían visto en la clase de la habilidad, las cesuras eran la clave para dejar pasar solamente aquello que querían. Orión dio un paso adelante junto con la Arcana y sintió las ramas de los arbustos en sus manos. Las sintió reconocidas. - En este caso, el laberinto es mi Oclumancia, defendiéndome de mi mismo. Una mente con sus anticuerpos, reconociendo un ser extraño: yo mismo. La clave la había dado la Arcana momentos atrás. - Una oclumancia a la inversa -susurró mientras apuntaba con el mismo dedo que había recuperado la llave hacia el centro del laberinto. De un segundo al otro, se abrió el camino hacia la pirámide. Faltaba la última parte de la prueba de habilidad.
  10. No me espies y no saludes(?

    1. Mostrar comentarios anteriores  1 más
    2. Monica Malfoy Haughton

      Monica Malfoy Haughton

      Ha sito tu subconsciente? xD

    3. Orión Yaxley

      Orión Yaxley

      O mi dedazo de oso :(

    4. Orión Yaxley

      Orión Yaxley

      háganme la cuenta en el mall así me gasto mi fortunaaaaaaaaaaaaaa

  11. ID: 46902 Conocimiento: Defensa contra las Artes Oscuras / Cuidado de Criaturas Mágicas. Nº de conocimientos que se poseen: 12 Link a la Bóveda: Bóveda Link a la Ficha: Ficha Si me agobio con tanto rol, es mi culpa jaaaaaaa
  12. Abrió la puerta de una patada. Una crocs azul marino dio su entrada triunfal. Calcetines blancos de caña alta, su par ideal. Orión entró a la Manor como si fuera ayer y no como alguien que se fue de vacaciones con su pareja en un crucero a todo lujo all-inclusive por los puertos más finos, caros y extravagantes del mundo. Llevaba una montaña de equipaje por dos personas en sus manos el cual dejó con delicadeza al lado del porta paraguas. Al enderezarse, se quitó las gafas tipo aviador, luciendo un bellísimo bronceado caribeño. Parecía mapache. – Hay sahumar todo esto –Gatiux estaba completa y absolutamente acostumbrada a las locuras de su marido: ¡eran magos después de todo! Y eso implicaba a veces soluciones complicadas para problemas… relativamente fáciles. En este caso: el olor a encierro bestial que tenía la Manor. Una mezcla entre humedad, tierra y olor a sexo entre Maida y Carlomagno. Un horror. Pero, el mobiliario estaba cuidado, con sábanas blancas protegiendo la poca decoración de la familia Yaxley. Y bueno, las malas vibras eran demenciales. Vaya uno a saber la cantidad de personas que se pasearon por su hogar o por todo Inglaterra en esos últimos años. El crucero fue una de las excusas. Una sorpresa de San Valentín de hace unos años de Orión para su amada. Una de las tantas aventuras que habían tenido en esos años. Sólo que, bueno, la camisa floreada con barquitos y tigres agazapados lo vendía completamente como un buen retornado de las vacaciones. – Romero, laurel, lavanda, canela para la buena suerte. Sangre de dragón, un símbolo rúnico de protección y las lágrimas de una persona millonaria, justo lo necesario –fue mencionando cada uno de los ingredientes que sacó de su monedero expandible. Prendió el quemadero de hierbas con su varita y empezó a sahumar la sala mientras abría las ventanas. Habían robado un objeto importantísimo del barco y buscaban salvaguardarlo en su humilde hogar: una casa que todavía no terminaba de recomponerse del todo. – Menos mal que tenemos hijos que nos quieren y nos extrañan. Ni una nota, ni un aviso. Ni siquiera tiraron la casa por la ventana con una fiesta degenerada. Qué habremos hecho mal –¿aparte de estar ausentes en la crianza? Bueno, muchas cosas.
  13. *barre un poco el polvo* ay este tópic estaba desactualizado..- ¡Listo los cambios! (después de tres años). Cualquier rolerx que quiera sumarse a la familia, bien venida estarás! SALVO QUE SEAS POLLO. *tira confetti sobre el confetti de hace 3 años*
  14. Orión Yaxley

    Inscripciones

    ID: 46902 Habilidad (en caso de que se trate de la habilidad de Animagia, especificar preferencia de animal): Nigromancia Nº de conocimientos que se poseen: 12 Link a la Bóveda: Bóveda Link a la Ficha: Ficha
  15. HALA, quiero ser un esclavo del capitalismo, me dan mi cuenta? Graciassssss
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