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akiles

Magos
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akiles ganó por última vez el día 28 Diciembre 2011

¡akiles tenía el contenido más querido!

Acerca de akiles

  • Cumpleaños 02/11/1986

Ficha de Personaje

  • Nivel Mágico
    0
  • Rango Social
    Aprendiz
  • Galeones
    14560
  • Ficha de Personaje
  • Bóveda
  • Bóveda Trastero
  • Familia
    Lestrange Lupin
  • Trabajo
    0
  • Raza
    Licántropo
  • Puntos de Poder en Objetos
    20
  • Puntos de Poder en Criaturas
    0
  • Puntos de Fabricación
    0
  • Rango de Objetos
    10 a 200
  • Medallas
    0

Profile Information

  • Género
    Male
  • Location
    Ciudad de la Habana, Cuba
  • Interests
    Me gusta escuchar musica, me gusta practicar karate, leer, la computadora, tomar, fietar y se.....

Contact Methods

  • Website URL
    http://

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Reputación

  1. La muchacha lo llevo por el pintoresco camino hasta donde se encontrarían con la pelirroja, y precisamente justo a orillas del lago se encontraba una joven muchacha de aspecto alocado. El mago la saludo caballerosamente y fue justo cuando se dio cuenta que lo alocado no era solo el aspecto, también su comportamiento y comentarios acerca del canibalismo, pero era de cierta forma divertida, o hacia reír a cada comentario que hacía. Aquella chica de aspecto alocado era muy divertida y parecía llenar de vida el alma de Sol. Poco después una chica más se unió al picnic, pero ella parecía tomar por sorpresa a todos, incluso a las matriarcas. Esta chica también se encontraba en el cuadro familiar, era la muchacha de aspecto tierno aunque de su ternura no quedaba mucho rastro. La saludo amablemente y se inmiscuyo en la conversación con estas, bastante trivial pero entretenida, como si los problemas del mundo no llegaran a ese lugar –Pues Poly yo sé a qué te refieres, yo también vivo en todos lados y en ninguna parte- le comento el muchacho, se extrañaba de hablar ese tipo de cosas con personas que estaba conociendo, pero de alguna forma se sentía cómodo con ellas. Un grito llamo la atención de todos los presentes, la pequeña Sam lucia muy asustada en frente del lago, señalando algo, el mago junto a Sol se acercaron corriendo a ver lo que pasaba, no fue hasta que sintió el empujón que se dio cuenta que todo había sido una broma, el mago reía a carcajadas al ver a las chicas divirtiéndose aunque sol parecía algo apenada –no te preocupes, me gustan mucho las personas naturales, y ustedes por mucho son los más naturales que he conocido- continuaba mirando a las chicas jugar. De una zambullida desapareció debajo del agua para nadar justo hasta donde estaban las chicas y halarlas por los tobillos hasta lo profundo. Los tres se encontraban debajo del agua, el mago con sus ojos abiertos podía ver a las otras tres en lo profundo, dándoles un aire de sirenas.
  2. Aquel extraño cuadro había llamado su atención, se encontraba de pie frente al cuadro, observándolo, de alguna forma se sentía identificado con aquello, aunque no estaba seguro de por qué. Tal vez aquello era para el una familia ideal, la soledad había sido su única compañera muchos años de su vida por lo que aquel tipo de imágenes lo llenaban completamente. Un pequeño suspiro advirtió al mago que Sol estaba ahí, por lo que se giro a verla de frente, pero esta parecía absorta en aquel cuadro de la misma forma que había estado él, segundos atrás. -Sorpresa? Mas bien diría visita inesperada, perdón por eso- le contesto el muchacho un poco avergonzado por haber llegado de aquella forma, pero la bruja no parecía prestarle atención, estaba ensimismada en aquel cuadro –eran mi familia- comento la muchacha mientras una lagrima rodaba por su mejilla, el mago prefirió no decir nada, al parecer algo terrible había pasado con ellos, pero simplemente se limito a fijar su mirada otra vez en el cuadro aunque ahora lo hacía para buscar las palabras precisas para romper ese incomodo momento. Pero como si destinado a salvar la situación estuviese, un pergamino en forma de ave llego volando entre ambos posándose con gracia sobre la mano de sol, y de pronto, como si una buena noticia trajese, el rostro de sol se llenó de felicidad. La nota era de su hija, la pelirroja del cuadro, según le había indicado la muchacha. –Pues me encantaría conocerla- accedió el lobo ante la invitación y de un momento a otro estaban de camino al patio, atravesando parte de la sala de espera y la cocina.
  3. Caminaba por lo que parecía una tarde común en aquella pequeña localidad llamada Ottery, el sol rojizo caía a la derecha escondiéndose entre la cúpula de los árboles que hacían parte de ese inmenso bosque que separaba al mundo mágico del muggle. Las hojas secas volaban empujadas por el fuerte viento invernal de aquella tarde, era todo como lo recordaba, todo de la misma forma que lo vivió aquella tarde cuando se marchó de Ottery para no regresar jamás. Mientras pensaba esto se sonreía por las ironías de la vida, una vez juro no regresar jamás y allí estaba, llenándose de nostalgia con cada vieja mansión que le recordaba su niñez. Finalmente había llegado, aquel gran castillo apartado del que su amiga le había hablado en el bar en el que trabajaba, no había duda, era ese, incluso se sorprendió por la exactitud con que la bruja lo había descrito. Empujo la verja y con paso seguro camino por la grama delantera que separaba la calle de la puerta principal de la casa. Una vez encontrándose frente a las majestuosas puertas principales, toco 3 veces, ahí comenzaron sus dudas al respecto, -he llegado de improviso, nos hicimos amigos pero esto era abuso de confianza- todos esos pensamientos se amedrantaban en su mente cuando de pronto fueron interrumpidos por una pequeña elfina la cual saludo al mago con una pequeña reverencia –Pase usted, mi ama lo atenderá enseguida- dijo la elfina dejando pasar al lobo, al cual le parecía que aquella bruja recibía visitas a menudo por la naturalidad con que la elfina lo dejo pasar. Una vez adentro tomo asiento en donde le dijeron, en las paredes se encontraban algunos cuadros de lo que supuso eran familia de Sol, la chica del bar. En uno de ellos se encontraban dos magos de aproximadamente la misma edad, uno con expresión más fría que el otro, una joven de cabello rojo de aspecto alocado y otra de pelo largo y cara tierna, en la pared del fondo se encontraba lo que parecía una foto familiar, la cual le causó mucha intriga. El chico se levantó y se acercó al cuadro más grande de lo normal, se encontraban los dos magos de antes, uno de ellos parecía que peleaba juguetonamente con la del rojo por una manzana, en el sofá se veía a la bruja del bar con el otro mago de piel más quemada por el sol, ambos se encontraban acostados en direcciones opuestas del sofá, este le leía algo y ella parecía absorta en lo que escuchaba, la otra chica de pelo más largo también prestaba atención a la lectura, aunque se encontraba tendida al pie del mueble. –parecen una familia muy feliz. No, no lo parecen, se ve que son una familia feliz- se corrigió el mago a sus pensamientos.
  4. El mago se sorprendió un poco al escuchar el tono insolente de aquella criatura que se encontraba en su puesto de trabajo, pero aquel no era el lugar para darle su merecido. Se limitó a enviarle una mirada desafiante y a decirle –Haz lo que te digo sin replicar- enfocando nuevamente su atención en la hermosa dama que tenía frente a él. La chica estiro su mano y el mago la tomo, posando un suave beso sobre esta. –Un verdadero placer señorita Lestrange- clavo sus ojos en los de la muchacha incorporándose a su posición anterior mientras que comenzaba a presentarse. –Mi nombre es Akiles …- antes de terminarla frase un fuerte ruido sonó a sus espaldas, captando la atención del mago, estaba encargado del lugar y no podía permitir ningún destrozo, hizo un movimiento de cabeza indicando a Sors que se hiciese cargo de aquello. Nuevamente la puerta se abrió y un raro mago con ropas japonesas apareció por la puerta, ya no le parecía raro nada, a aquel bar iban personas de todas clases y nacionalidades. Una vez más observo directamente a la muchacha. –Si estoy seguro que también te conozco, pero tampoco puedo recordar de donde- el lobo mentía, sabía bien que la había conocido en aquella gala del ministerio, pero prefirió dejarlo todo en aquel aire sombrío.
  5. Una hermosa bruja de figura esbelta con piernas largas y delgadas se acercó caminando hacia donde se encontraba el mago, conocía a esta bruja pero dudaba que ella se acordase de él. La chica le pidió un trago al lobo acompañado de un saludo y una cordial sonrisa, sus facciones perfectas le daban un aire de belleza única a esta muchacha y su sonrisa también era hermosa, el mago estaba seguro de que con aquella sonrisa conseguía que muchos de los jóvenes apuestos de Ottery cayeran a sus pies. Akiles le sirvió el tequila devolviéndole la sonrisa –aquí tiene señorita- ella tomo el trago y permaneció ahí sentada, justo delante de él. Su elfo Sors ya había puesto al mago al tanto de que aquello era una fiesta de cumpleaños y se sintió un tanto idioota luego de darse cuenta que encima de una de las mesas había un cake de cumpleaños. –O sea que si no cantan el feliz cumpleaños no te das cuenta- pensó para sí mismo el mago. La bruja continuaba ahí frente al muchacho de cabellos oscuros, no parecía estar disfrutando mucho de la celebración por lo que decidió comenzar a charlar con ella, no sin antes darle algunas instrucciones a Sors y a Herpink, el elfo que los estaba ayudando, para que mantuvieran satisfechos a los invitados. –Y tú conoces al cumpleañeros- pregunto el mago mirando a la muchacha que parecía aburrirse delante de sus ojos.
  6. Aquel lugar estaba más movido de lo acostumbrado, su día había sido bastante agitado desde que llego al Arabic, no se explicaba por qué habían tantas personas ni el motivo de que el lugar estuviese tan movido, lo único que sabía es que había recibido una carta un tanto agresiva de aquella bruja obligándolo a trabajar y a llegar más temprano de lo acostumbrado. Al lobo nunca le habían gustado el tipo de fiestas donde no conociese a los participantes, pero aquel era su trabajo y tenía que hacerlo o no recibiría su paga mensual, -frescos, sin modales- refunfuñaba palabras inentendibles mientras lavaba los vasos y atendía a los clientes, incluso había peleado con una bruja pequeña y regordeta que había intentado decirle como hacer su trabajo. El cargado ambiente hacia que a pesar del frio exterior, dentro del lugar hiciese un calor horrible, por lo que el mago se remango las mangas de su sweater permitiéndole desempeñarse con mas habilidad dentro de aquel caos de trabajo.
  7. La tarde caía rápidamente en el callejón Diagon, el sol ya parcialmente imperceptible en el horizonte avisaba de que en solo minutos la noche llenaría el vasto cielo en nuestras cabezas. Las malas noticias que habían acontecido al mundo mágico últimamente traían como consecuencia que el callejón Diagon se encontrara completamente vacío, solo el tiritar de una túnica con el viento se escuchaba a lo lejos. El mago caminaba tranquilamente, siempre había disfrutado la soledad pero aquella tan espesa resultaba un poco inquietante por lo que decidió trasladarse con las manos en los bolsillos apretando fuertemente su varita, dudaba de que algo sucediera pero en los últimos tiempos andar solo por lugares desiertos resultaba peligroso. Finalmente la vista del negocio al que se dirigía se divisó delante de él, con el cartel en la puerta que decía “Arabic Place”. Con un suave empujón de mano abrió la puerta y casi al instante se encontraba ya dentro del local. El calor invadió su cuerpo casi al instante, obligándolo a deshacerse de su túnica con un ágil movimiento de brazos y con un pequeño chasquido de dedos la desapareció de su vista. Ya más cómodo se encontraba con unos jeans oscuros y una sudadera de cuello alto, se dirigió hasta la barra donde su trabajo lo esperaba, rápidamente agarro los utensilios y comenzó a limpiar la barra y algunas de las mesas que habían quedado del día anterior, el lobo parecía sumiso en sus pensamientos, a pesar de haber sido solo un par de días, parecía como si no hubiese estado ahí en siglos, lo que le proporcionaba una extraña sensación.
  8. El rostro del mago se tornó intolerante al escuchar la burla de la muchacha con respecto al barman, o sea a él mismo, la muchacha le había dado una respuesta que no se esperaba y se había quedado sin armas para contrarrestarle aquello. –Que es lo que no es posible- sus ojos esta vez se movieron solos y se enfocaron en la muchacha, se mantenía quieto, esperando una respuesta. -Puedo llevarte a la cocina- calló por un segundo –para que me veas cocinar o para que me veas como quieras- el mago sonrió de medio lado, no pudo evitar darle un tono de malicia a la última frase –aunque realmente creo que te comerías lo que fuese que preparase- el mago se puso de pie y le extendió la mano a la muchacha para ayudarla a levantar y dirigirla hacia la cocina. La muchacha tomo la mano y con un tirón pego a la bruja a su cuerpo, quedando muy cerca los rostros de ambos. Por primera vez en la vida, el lobo se sintió de aquella manera, la respiración se cortó instantáneamente, como si le costara trabajo respirar, como si le costara trabajo mantenerse en pie, el vacío que existía en su pecho se hizo tan grande que lo supo de inmediato, aquella no era una muchacha cualquiera, aquella era la indicada, la que cuidaría aquella cajita de madera que mantenía en secreto. Que gran responsabilidad aquella, cuidar algo tan preciado para alguien, no podía darle tanta carga, pero el destino la había escogido, la escogió desde que vio sus ojos grises y vio el brillo en estos indicándole que era su otra mitad, lo confirmo cuando noto sus auras enlazarse de forma única, y ahora estaba convencido al sentir por primera vez, que la caja ya no le pertenecía mas, sino a esta bruja que ni siquiera sabía su nombre. Pocos segundos después, él se separó de la desconocida y comenzó a caminar hacia una puerta que se encontraba en la esquina de atrás de la barra –sígueme- le dijo el joven –este es el camino hacia la cocina- el muchacho intentaba tapar su rostro de incredulidad, intentando parecer lo más normal posible. Una vez entraron en la cocina el mago giro sobre sus talones encarándola –Akiles- hizo una pausa –ese es mi nombre, creo que es justo que ya lo sepas- concluyo dejándole en su mano el trozo de pergamino que minutos atrás había escrito.
  9. Escuchaba cada una de las palabras de la bruja, concentrado en la sensual forma de la chica de mover la boca, cada movimiento era mágico y le daban más ganas de besar sus labios. El mago tenía mucho autocontrol sobre su cuerpo, no se dejaba llevar por sus emociones, pero aquella desconocida comenzaba a cambiar eso, tuvo que resistirse para no lanzarse a sus labios. Como mecanismo de defensa giro a ver la ventana junto con la chica en donde se veía la fuerte tormenta de nieve que estaba cayendo afuera. –Que me sienta incomodo… no quiere decir que no te quiera aquí- hizo una pausa alzando los ojos para cruzarlos con los de ella –me gusta cómo me siento estando a tu lado- termino sin apartar la vista. -Así es, este no es un mal lugar, es bastante acogedor, además el barman es misterioso y sexy- sonrió de medio lado mientras enarcaba una ceja –es todo lo que una dama pediría- sus ojos seguían reflejándose en los de la muchacha –si necesitas algo de cenar o algo, solo pídelo, soy la persona adecuada- esta vez el lobo aparto la mirada, encajándola en la chimenea de atrás de la barra. A su mente llegaron como olas de mar a la playa una infinidad de pensamientos, en especial, sobre aquella caja de madera que mantenía bajo muchos hechizos de protección, esa caja que guardaba un pedazo de su cuerpo. -Que nombre seria ese que estuviese acorde con mi personalidad?- le preguntó el mago mientras aparecía un tintero y un pequeño trozo de pergamino, escribió algo sobre el con su pluma sobre este, doblo el pergamino y desapareció el tintero y la pluma, con la misma rapidez que las había aparecido segundos antes.
  10. Una vez más alguien había entrado al lugar, al parecer se había puesto muy de moda y el como único trabajador de ahí, tenía que encargarse de servir bien a sus clientes. El muchacho era un conocido de Ottery con el que el mago no tenía mucha confianza, pero la suficiente como para ordenarle a su elfo que lo sirviese en lo que necesitara. Con un chasquido de dedos Sors se apareció frente al mago saludándolo en modo de reverencia –Sors, atiende al cliente mejor que si fuese yo mismo- con una reverencia de asentimiento el elfo se dirigió hacia donde estaba el recién llegado y recogió su orden, complaciéndolo en todo lo que este necesitaba. Otra vez sin compromisos laborales el chico continúo hablando con la bruja que tanto lo intrigaba, aquella que había aparecido en el local huyendo de la tormenta de nieve y que ahora estaban hablando de temas tan profundos como el aura. El mago no solía hablar de aquellas cosas con absolutamente nadie, solamente con su hermano, que compartía su habilidad. –Pues ya ves, las apariencias engañan- elevó su copa en forma de brindis –tal vez sepa más del aura de lo que crees- dijo estas últimas palabras con sus ojos fijos en el vaso, mientras se lo llevaba a los labios y daba un pequeño sorbo. El Lobo fijo sus profundos ojos negros en los de la muchacha respondiéndole la mirada, escuchando sus palabras, de cierta forma estaba sumido en sus pensamientos, la tristeza se había convertido en su único sentimiento, desde que este tenía memoria, solo recordaba dolor y sufrimiento. –No es que me quite el sueño, pero sí, me es un poco incómodo sentir que te conozco y no saber de dónde- la verdad es que ya el mago sabia la respuesta, solo que no se abrevia a admitírselo a sí mismo, lo supo desde que vio el brillo en los ojos de la muchacha al mirarla.
  11. Una media sonrisa apareció en el rostro del muchacho al escuchar el argumento de la bruja, esta tenía toda la razón del mundo, si llegaba un árabe con las viejas costumbres se encontraba perdido. –Bueno te lo prepare a ti y te lo bebiste casi completo- le respondió el mago en forma de burla –o soy muy bueno innovando o no….- hizo una pausa –tú no sabes mucho de bebidas árabes- termino la frase ensanchando su sonrisa y elevando una ceja. El contacto de los dedos de ambos jóvenes hizo que algo explotara dentro del mago, un calor invadió su cuerpo y el lobo interior intento salir. Nunca antes le había ocurrido esto, nunca antes había estado tan cerca de perder el control, su expresión cambio, ya no era de burla, ahora era de intriga, miraba intrigado a la chica, quien era ella que con un simple contacto de manos había provocado aquella sensación en él. El calor iba disipándose poco a poco, el lobo había disimulado su reacción física perfectamente, posiblemente la muchacha no se había dado. Camino lentamente hasta donde estaba sentado anteriormente, con un ágil movimiento de pierna tomo asiento y volvió a mirarla. Sus ojos recorrían cada pequeña facción de su rostro, analizándola, perdiéndose en sus ojos, quería descubrir todos los misterios que esta chica de ojos grises escondía. Giro su cuerpo sobre su silla, quedando totalmente de frente con ella, apoyo su codo en la barra y con expresión seria comenzó a hablar –No sé si a ti te pase lo mismo, pero siento que te conozco, siento que esta no es la primera vez que nuestras auras se cruzan- efectivamente el mago sentía como sus auras se enlazaban perfectamente, esta habilidad era poco común, nadie era capaz de sentir su aura, pero el mago la sentía perfectamente y sentirse así con aquella chica, no era normal, lo noto en cuanto vio el brillo reflejado en los ojos de ella.
  12. Ambos se encontraban uno frente al otro, sin apartar contacto visual, la bruja se había colocado su capa por encima intentando cubrirse del frio. A diferencia, cada trago que daba el mago a su bebida, quemaba su interior y la sensación de calor iba aumentando. Coloque el vaso sobre la barra y lo impulse con un dedo hasta el centro de esta, apoyando mi codo sobre la barra para volver a encarar a la muchacha. No pudo evitar sonreír al escuchar las palabras de la chica, era una extraña forma de llamarlo tabernero, no se sentía ofendido por eso, era la verdad y no se la ocultaba a nadie. –Eso lo sé, o sea me doy cuenta que no habitas las tabernas cuando llegas a una barra y pides un té de menta- volvió a mirar de forma desconfiada el envase donde estaba en forma de burla. El mago no era de los fieles seguidores de las reglas de Ottery ni de sus tabues sociales, siempre se habia considerado un alma rebelde y no tenia temor de hacerlo saber a quien fuese. –Si yo lo prepare, pero solo ligue un poco de menta con agua, y tú te lo estás tomando, realmente dudo de la habilidad de esa cosa para calentar- El mago se levantó agarrando el vaso de la chica y vaciando su contenido dentro del fregadero. Con un movimiento de mano apareció una copa y una botella de vino, esto te aseguro que te calentara, giró la botella sobre la copa vertiendo un poco dentro de esta y ofreciéndosela a la muchacha.
  13. Luego de que todos se fueran del lugar, solo quedaban en el establecimiento la desconocida que aun bebía su te de menta y el lobo, que regresaba hacia el lugar donde minutos antes se encontraba sentado bebiendo su trago. Se sentó frente a la chica y con una actitud altanera continuó la charla –Eres de Ottery? No te había visto antes- el mago volvió a clavar sus ojos en la chica, la temperatura bajaba progresivamente, y como era de esperar afuera arreciaba una fuerte tormenta de nieve, por lo que mantenía a la chica temporalmente prisionera en aquel lugar. Observaba cada movimiento de la chica, cada expresión en su lenguaje corporal, estudiándola, era una costumbre suya analizar a las personas, pero esta chica parecía ser todo un misterio, le respondía de formas que no esperaba y estaba convirtiéndose en todo un desafío. -Ya quieres beber algo que realmente te caliente o seguirás con esa cosa extraña que bebes- miro con cierta desconfianza el recipiente que mantenía la bebida de la chica dentro.
  14. El lugar se estaba llenando de personas, reconocio a dos de ellos como sus jefes y al otro lo conocia de vista pero nada mas, era justamente el tipo de persona que desagradaban al mago, defensores de la Oreden del Fenix, siempre escondiendose tras una falsa moral, pretendiendo luchar por la luz cuando realmente eran tan bajo y tan podridos como los mortifagos, otros que simplemente no valian nada. Dejo su bebida sobre el mostrador, y se dirigio con la sonrisa mas falsa que pudo hasta donde se encontraban los recien llegados, miro a cada uno de ellos. -Desean algo de beber?- les pregunto sin perder la falsa sonrissa de los labios. No sabiasi aquello le costaria el trabajo, aunque no creia que se hubiesen dado cuenta, los Odefos eran tan creidos y tan corruptos que en serio creian que todoslos veneraban, cuando a los ojos de todos no eran mas que una pandilla de abusivos capaces de hacer cualquier cosa con tal de lograr sus objetivos, incluso de traicionar a un amigo.
  15. Continuaba en aquella posicion recostado sobre el estante de las bebidas, cada una de las respuesta de la chica lo habian tomado por sorpresa, no esperaba encontrar a alguien que se le encarara de aquella forma, acaso no sabia la chica con quien estaba hablando. Sonrio con el comentario de la mirada, al parecer tenia frente a el una chica diferente, quien era esta forastera que jugaba tan bien a la par del mago. -Acaso te pone nerviosa mi mirada?- le pregunto el joven sin separar la vista de ella. El lugar se encontraba vacio a exepcion de aquellos dos magos que se acababan de conocer y del elfo Sors, que caminaba sin destino por algun lado del negocio. Caminó hasta la barra agarrando una botella de wisky a mitad, vertiendo el liquido en un pequeño vaso con hielo, el cual quedo flotando entre la bebida. -Te molesta que me siente junto a ti? o tienes miedo de ser morida?- una media sonrisa se apodero de los labios, el desafio habia sido lanzado y sin esperar respuesta se encamino a la silla mas cercana de la muchacha, sentandose en ella y colocando el vaso sobre la barra, para volver a observarla de frente. La bruja le daba sensacion de calidez, pero dos trenes no pueden ir en direcciones contrarias por el mismo carril, por lo que algo le decia que esa noche traeria problemas para el,lo que lo hacia querer llegar cada vez mas lejos, siempre habia sido un iman para los problemas y le encantaba salir victorioso de estos. -Asi que no me diras tu nombre hasta que te diga el mio eh?- movia el vaso con su mano haciendo girar el liquido de su interior muy cerca del borde del vaso, casi a punto de derramarse. -Cuando sea el momento lo sabras- sonrio el lobo elevando su recipiente en señal de brindis y llenadoselo a los labios para dar un pequeño sorbo.
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