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Annick McKinnon

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Annick McKinnon ganó por última vez el día 24 Junio 2021

¡Annick McKinnon tenía el contenido más querido!

Acerca de Annick McKinnon

  • Cumpleaños 17 Julio

Ficha de Personaje

  • Nivel Mágico
    5
  • Rango Social
    Unicornios de Oro
  • Galeones
    59340
  • Ficha de Personaje
  • Bóveda
  • Bóveda Trastero
  • Bando
    Neutral
  • Familia
    Gryffindor
  • Trabajo
    0
  • Escalafón laboral
    Sin información
  • Raza
    Humana
  • Graduación
    Graduado
  • Puntos de Poder en Objetos
    220
  • Puntos de Poder en Criaturas
    40
  • Puntos de Fabricación
    0
  • Rango de Objetos
    210 a 1100
  • Rango de Criaturas
    10 a 200
  • Conocimientos
    Defensa Contra las Artes Oscuras
    Encantamientos.
  • Medallas
    0

Profile Information

  • Casa de Hogwarts
    Gryffindor
  • Género
    Femenino
  • Location
    México

Contact Methods

  • Website URL
    http://semejantealanoche.tumblr.com/

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Collaborator

Collaborator (7/17)

  • Well Followed
  • Reacting Well
  • Dedicated
  • First Post
  • Collaborator

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1,5k

Reputación

  1. ¡¡Querido Elvis!! ❤️ Meses sin pasarme por aquí. ¿Recuerdas a Regina Poulain? Me pidió un rol para reincorporarse al foro, así que por eso vine xD Te dejo muchos besos y abrazos :3

    1. Mael Blackfyre

      Mael Blackfyre

      Gabosita hermosa ♥ La vi pululando por ahi, espero que las dos puedan reincorporarse pronto. Si necesitan ayuda, chiflen!

  2. Hola! paso a notificarte que tienes cromos mortifagos pendientes por solicitar, puedes ver la lista en el segundo posteo del tópic "Sobre de cromos Mortífagos" puedes pasar a pedirlos, hasta pronto!

  3. Dejando amor amoroso 👻

  4. Solo venía a dejar amor tenebroso ♥💀

  5. Aedus Lestrange Han pasado varios días desde la llegada de Aedus a Inglaterra. En ese tiempo ha dedicado varias horas a la búsqueda de un lugar donde hospedarse, y ha localizado un par de hoteles que parece que cuentan con poca afluencia de huéspedes. Justo la discreción que le agrada. Durante el resto del tiempo ha intentado averiguar cómo funcionan las cosas entre los ingleses, y ha descubierto que los bribones se encuentran en todo el mundo; sólo hay que saber en qué escondrijo buscarlos y cómo volverlos aliados, y para eso Aedus tiene bastante habilidad. Como no ha visto a Mael en los últimos días, Lestrange decide permanecer en el negocio hasta que el chico regrese. No es que le importe mucho agradecerle; pero si algo ha ayudado a Aedus a obtener lo que desea es el hecho de mantener buenas relaciones. Por eso, para pasar el tiempo, decide entretenerse mirando los objetos que hay en el local. En una de esas quizá encuentre algo interesante que sirva a su colección. Sin embargo un inesperado sonido anunca la llegada de Blackfyre, y Aedus se ve obligado a dejar de husmear. Cuando el joven le tiende un par de pergaminos, Lestrange los examina con curiosidad mientras escucha la información que Mael le da. Enterarse de que la mansión de los Lestrange está casi vacía, le produce una agradable sensación de tranquilidad. Sin Lestranges de la rama inglesa, hay menos probabilidades de que su secreto se descubra. ―El bando tenebroso, eh ―eleva ambas cejas mientras sus delgados labios se curvan en una discreta sonrisa―. Interesante... Aunque intuye que el muchacho no es precisamente una blanca paloma, aún no está seguro de que sea prudente preguntarle directamente por los magos tenebrosos del país. ―Muy bien, Mael, supongo que es momento de liquidar este pequeño trabajo ―dijo sacando unas cuantas monedas de oro del bolsillo contrario a aquel donde ocultaba la varita―. ¿Y cómo va la otra investigación? @ Mael Blackfyre
  6. La pelirroja estaba a punto de hacer un nuevo intento por evitar que el silencio se apoderara del recinto, sin embargo no logró articular palabra debido a que se sorprendió con la llegada de @ Arya Macnair ; aunque más sorprendente fue el hecho de que @ Mael Blackfyre se levantara a recibirla. ¿De dónde se conocían? Casi al mismo tiempo, @ Luna Gryffindor Delacour anunció que iría a recibir a @ Arcanus . Fue entonces cuando Annick notó un doloroso pinchazo en el corazón. Aquello le recordó momentos pasados en los que muchos familiares y amigos arribaban a la mansión, y no pudo evitar evocar la imagen de Elvis recibiéndolos con entusiasmo y cariño. El labio inferior le tembló ligeramente y la vista comenzó a empañársele como sucedía cada vez que pensaba en su difunto esposo; pero se aclaró la garganta y logró controlar el sentimiento mientras Mael le susurraba algo a Arya. ―Hola, Arya ―intentó esbozar una sonrisa, aunque desde la muerte de Elvis le parecía que el gesto ya no le salía con naturalidad―, tanto tiempo… Iba a preguntarle cómo estaba pero, por su apariencia, Annick dedujo que no estaba del todo bien. De inmediato pensó en su propio aspecto: un rostro pálido con marcadas ojeras que evidenciaban las noches de desvelo que habían transcurrido desde la muerte de su esposo. Y entonces se percató de que la joven Macnair se sumaba a la lista de dolientes por la muerte de Elvis. Una vez más se sintió culpable por no haber avisado a todos los familiares y amigos del Gran Auror acerca de su defunción. En principio, el dolor por su pérdida le había impedido pensar en contactar a todos quienes habían conocido a Elvis; y, después, su obsesión por encararse con Aaron Black la habían hecho olvidarse de que otros también sentían el mismo dolor que ella. ―Eres bienvenida el tiempo que desees, Arya. Cualquier cosa que necesites, puedes contar con el apoyo de todos nosotros ―y no puedo evitar formular la pregunta que le daba vueltas en la cabeza desde hacía un momento―: ¿Te encuentras bien? No sabía si era prudente traer a colación el asunto de la muerte de Elvis. En su interior creía que aquel tema estaría siempre presente dentro de los terrenos de la mansión; pero, a pesar de eso, muchos seguían sin estar preparados para hablar del asunto como si se tratara de cualquier otro tema casual. ―Coincido con Mael. ¿Desean comer algo en especial? ―volvió a reparar en Arya. Le daba la impresión de que la joven se encontraba débil, pero no quiso comenzar a acribillarla a preguntas. Hacía mucho tiempo que no la veía y no deseaba incomodarla.
  7. Estoy de vacaciones, qué dices? Un rolcito?? 😏

    1. Mostrar comentarios anteriores  3 más
    2. Annick McKinnon

      Annick McKinnon

      Quieres rol dramoso? O las tonterías que roleábamos para reírnos?? XD
      Ya sabes que ahora el único lugar enteramente nuestro es el negocio... nadie pasa por ahí!! jajajajaja ;0;

    3. Elizabeth Tonks

      Elizabeth Tonks

      Yo pasé ya por ahí 😎

  8. Cuando Luk explicó que alguien le había enviado una nota anónima invitándolo a hospedarse en la mansión, Annick pensó que tal vez había sido Luna quien lo había hecho, y estaba a punto de decirle eso; pero se sorprendió cuando escuchó la voz de Mael atribuyéndose la acción. Como el joven Blackfyre a veces parecía ser distante y poco social, esa muestra de altruismo llamó la atención de la pelirroja. ―Tal como dice Mael, no es necesario un trueque ni ningún otro tipo de pago ―confirmó intentando esbozar una sonrisa, un gesto que le dolía desde la muerte de su esposo―. Esta familia siempre brinda ayuda a quien lo necesita, así que no te sientas obligado a retribuir nada. A pesar de que Mael había dado muestras de apoyo a Annick, la bruja aún lo lograba establecer con él el mismo grado de cercanía y familiaridad que con el resto de los Gryffindor; y no sabía si se debía al carácter poco social del chico o a que ella inconscientemente tenía ciertas reservas debido a quién era la madre del joven. Como no deseaba que eso último influyera, aprovechó que al parecer Blackfyre estaba haciendo un esfuerzo por socializar un poco y los invitó a acompañarlo a comer. ―Sí sí, vamos. Es buena idea ―le hizo una seña a Luk para indicarle dónde se encontraba el área del comedor―. Luk, más tarde te mostraremos la casa para que la conozcas; mientras tanto, seguro tienes hambre o deseas descansar. Entonces apareció Luna quien, como cualquier otro Gryffindor, se presentó con Luk y continuó actuando de manera natural, como si recibir a desconocidos fuera algo normal. Y de hecho lo era. ―Claro, acompáñanos, Luna. También te extraño ―no quiso decir “te extrañamos” porque no deseaba estirar demasiado el ánimo de Mael, pues Annick sospechaba que el chico no estaba acostumbrado a ese tipo de muestras de afecto―. ¿Acabas de llegar al pueblo, Luk? ¿Se puede saber de dónde vienes? ―luego miró a Mael y quiso incluirlo en la conversación deseando no abrumarlo―. Mael también llegó al pueblo no hace mucho tiempo, ¿verdad Mael? Seguro ambos podrán identificarse en varios aspectos. @ Mael Blackfyre @ Luk Vaak @ Luna Gryffindor Delacour
  9. Annick apareció al pie de la colina. Dentro del puño izquierdo se encontraba, ligeramente arrugada, la enigmática y escueta nota que había recibido hacía un rato. Mientras guardaba el trozo de pergamino en un lugar seguro, sus ojos verdes lograron identificar las ruinas de una mansión en lo alto del terreno. Estaba tan concentrada en ese punto, que no se percató de que a sus espaldas se encontraba alguien, hasta que escuchó su voz y le provocó un ligero sobresalto. La pelirroja apenas tuvo tiempo de reconocer a Mael cuando el muchacho prácticamente la obligó a salir del camino para refugiarse entre los árboles. ―¿Por qué dices que nos matarán? Fue tu madre quien me envió una nota y… ―¿y si había malinterpretado el significado de la firma en la misiva? Le había tomado sólo unos segundos convencerse de que Shelle había escrito aquel mensaje, pero no se había tomado el tiempo necesario para considerar otras posibilidades. ¿A caso su latente necesidad de sentir que hacía algo ante la muerte de Elvis la había orillado a actuar con imprudencia? Mientras pensaba en eso, una máscara se materializó en sus manos. Mael tenía la varita en ristre, lo que indicaba que él la había hecho aparecer. Annick miró aquel objeto y luego al muchacho. Estaba confundida, pero el joven volvió a hablar antes de que ella fuese capaz de comprender lo que estaba ocurriendo. ¿Salir vivos de eso? ¿Quién los podría estar esperando? ¿Por qué debían ocultar sus rostros? Eran demasiadas las preguntas que la pelirroja quería formular, pero Blackfyre no le dio la oportunidad. Annick tuvo que tomar la rápida decisión de confiar en él, una vez más; así que lo imitó, se colocó la máscara que le había dado, y apresuró el paso para no quedarse atrás. Por las premuras, ella no se había detenido a observar los detalles de la máscara. Si lo hubiese hecho, se habría dado cuenta de que el leve resplandor en las rendijas de los ojos simulaba lágrimas de sangre, fiel reflejo de lo que sentía desde la muerte de su amado esposo. Decir que estaba ofuscada era lo menos. Observó cómo Mael usaba la varita para hacer un limpio corte en la palma de la mano, de donde comenzó a brotar el conocido líquido rojo. Luego, mientras el muchacho curaba la herida, traspasaron lo que Annick supuso que era un hechizo protector. Entonces la ojiverde comenzó a distinguir otras figuras enmascaradas e intuyó cuál era la naturaleza del entorno en el que se estaban adentrando. ―No lo entiendo... ¿por qué estamos aquí? ¿Acaso…? ―su voz era un murmullo que sólo Mael podría escuchar, pero no concluyó la idea. Ni siquiera esperaba una respuesta... Continuó avanzando al lado de su enmascarado acompañante mientras intentaba poner orden al torbellino de ideas que se había formado en su cabeza. ¿Estaba preparada para lo que sospechaba que se avecinaba? ¿No era eso lo que había estado buscando desde que había visto en el pensadero la manera en que Elvis había muerto? De pronto se dio cuenta de que se estaban acercando a un nutrido grupo de personas, y su corazón dio un doloroso vuelco al reconocer la máscara de uno de los presentes. El asesino de su esposo… @ Mael Blackfyre @ Dana Gryffindor
  10. Meg Moreau ¡Maldita… maldita la hora en que hice ese trato con el imb.écil de Aedus! ¡Y maldita la hora en que Aedus vino a Inglaterra y se topó con Mael! Si no fuera por Mael, Aedus jamás se hubiese interesado en unirse a los mortífagos, y si no fuera por el maldito trato que hice con él, no estaría obligada a hacer todo lo que se le ocurre como si yo fuera un títere que puede mover a su antojo. «Ve. Es necesario comenzar a conocer y relacionarse con los camaradas». ¡Bah! Hubiera venido él… aunque, según dijo, era una reunión de chicas… De pronto me doy cuenta de que por ir maldiciendo a Aedus, caminé con demasiada rapidez y he llegado a la puerta. Antes de tocar con los nudillos, acomodo bien mi chamarra de cuero y paso las manos sobre mi oscuro cabello para acomodarlo un poco. Casi de inmediato una elfina doméstica abre y me mira fijamente. ―Ehm… hola… ―¿qué tenía que decir? Ni siquiera sé quién rayos me convocó. Solo sé que debía presentarme ahí―. Me convocaron para una reunión… ritual… algo… ¿Estaría bien llegar así o tendría que actuar de otra manera? ¿Debería haberme vestido diferente? ¿Qué tipo de ritual será? No sé en qué rayos me he metido. Sé algo sobre los mortífagos y no me desagrada lo que hacen y piensan, pero una cosa es que apoye sus opiniones y otra es que me meta en la boca del lobo, como decía mi abuela. En fin. Ya no hay marcha atrás. La elfina doméstica me conduce hacia el interior de la elegante casa, y mis jeans deslavados comienzan a parecerme inapropiados hasta que entro en la sala y veo a tres personas… ¿una de ellas con un turbante de toalla y envuelta en otra como recién salida del baño? ―Ehm… soy Meg. Fui convocada… ehm… soy nueva ―miré a las tres damas, aunque no pude evitar volver a fijarme nuevamente en la mujer que estaba envuelta en una toalla. Su rostro me resultaba familiar, pero no sabía de dónde.
  11. Habían pasado unos cuantos minutos luego del regreso de Annick a la mansión. Se había ausentado algunas horas yendo a verificar su solitario negocio y aprovechando para llevar de paseo a su pequeño hijo, y a su regreso se había topado con una escena que hacía bastante tiempo no había visto: los estragos de un enfrentamiento entre fenixianos y mortífagos. Lo supo por los mensajes que habían dejado. Como la Orden del Fénix formaba parte de un pasado que le dolía, pidió a los elfos domésticos que reunieran los carteles y los llevaran a la habitación de Luna, ya que uno de ellos tenía dedicatoria para la chica. La pelirroja había decidido no involucrarse ni emitir opiniones sobre la Orden por respeto a las decisiones de la matriarca. De pronto escuchó que alguien tocaba la puerta y decía algo que no pudo comprender en su totalidad. O quizá sí había comprendido, pero le resultaba tan extraño que creyó que no había escuchado bien. Dijo a los elfos que ella atendería y les pidió que se dieran prisa con la limpieza, así que se encaminó hacia la entrada y aprovechó para reparar el perchero y colocarlo en su lugar. ―Hola ―saludó intentando esbozar una sonrisa, ese gesto que tanto le dolía hacer desde la muerte de su esposo―. Soy Annick. Se trataba de un joven pelirrojo y de ojos verdes, rasgos que compartía con Annick. Por un momento se preguntó si serían familiares, pero luego pensó que durante años no había logrado averiguar mucho acerca de la familia de sus padres, así que era poco probable que tuviera algún parentesco con el recién llegado. ―¿Has dicho algo sobre una nota? ¿Buscas a alguien en particular? ―preguntó frunciendo ligeramente el entrecejo en señal de confusión, pero casi al instante se dio cuenta de que estaba siendo poco amable―. Disculpa la descortesía ―se apresuró a añadir y se hizo a un lado para abrir la puerta por completo―. ¿Quieres pasar? @ Luk Vaak @ Mael Blackfyre
  12. A Aedus no le agrada la idea de alojarse en el local. No porque no estuviese acostumbrado a la falta de lujos (de hecho en tiempos pasados dormía incluso en la calle), pero se pregunta si debería cuidar las apariencias y buscar algo más acorde al apellido que lo respalda. De cualquier modo también está consciente de que no conoce nada ni a nadie en Inglaterra, así que en parte eso lo orilla aceptar. ―Supongo que podría tomarte la palabra solo por esta noche ―responde ante la propuesta de Mael―. Mañana buscaré un sitio donde hospedarme. Aedus está casi seguro de que no es buena idea buscar asilo con los Lestrange ingleses, porque su fachada podría estar en riesgo si comienzan a indagar sobre su pasado; y como espera que su viaje no se alargue demasiado, supone que lo mejor será buscar un hotel. ―Ni siquiera notarás que estoy aquí ―murmura a manera de broma―. No te preocupes por la cama. Sólo espero no molestar o sorprender a nadie con mi presencia. Mael le parece muy joven como para manejar un negocio de esa naturaleza él solo, así que Aedus supone que tiene algún socio, pero decide no preguntarlo. @ Mael Blackfyre
  13. «Y no saber mucho sobre el tema también permite moverse con más libertad», piensa Aedus ante el comentario de Mael acerca de la ventaja de desconocer los detalles sobre un país; pero se reserva el comentario. ―Confío en tus habilidades. El costo del servicio lo amerita... ―añade a manera de broma, porque en realidad el oro no es problema para él―. Estaré esperando con impaciencia las noticias sobre la búsqueda del martillo ―dice con su aterciopelada voz; no obstante es una simple fórmula protocolaria que usa en los negocios, porque si algo caracteriza a Aedus es la paciencia. Con paciencia había soportado los maltratos del mago al que su madre lo había vendido, y con mucha más paciencia había logrado obtener el apellido, el oro y el estatus que ahora lo respalda. Así que Mael si resultaba un fraude, ya se las ingeniaría para hacerse con el martillo tarde o temprano. ―En realidad llegué a Inglaterra hace unas horas, así que aún no he buscado hospedaje ―explica tomando un trago de café―. ¿Conoces algún lugar que puedas recomendarme? De preferencia uno donde no haya mucha afluencia de gente… Ya sabes. Un sitio discreto. @ Mael Blackfyre
  14. En los últimos días Annick tenía la sensación de que la mansión Gryffindor estaba más silenciosa de lo normal. ¿O acaso siempre había sido así y ella jamás lo había notado? ¿O la muerte de Elvis había afectado tanto a la familia que cada uno se había encerrado en su propio mundo y evitaban a toda costa estar en el sitio que tanto les recordaba al Auror? ¿O tal vez ya nada los unía? En aquellos momentos de soledad, la pelirroja era más consciente de que lo único que la mantenía ahí era Elros, porque en aquel lugar él podría estar más en contacto con el legado de Elvis. Además, ¿a dónde más podrían ir? No había sitio donde tuvieran más familia o amigos. La única opción era ir a Francia, con los ancianos Poulain, pero eso implicaba alejar demasiado a Elros de los Gryffindor. Además, aunque Annick se reprendía cada vez que lo pensaba, la edad había alcanzado a sus padres adoptivos y tarde o temprano Elros y ella volverían a quedarse solos en un país extraño. La bruja tapó sus ojos con las palmas de las manos y colocó los codos sobre la mesita frente a la cual estaba sentada. Se mantuvo así durante un rato. Tantos pensamientos comenzaban a producirle un ligero dolor de cabeza… Cuando abrió los ojos, lo primero que observó fue un recorte de El Profeta. En él se apreciaba la fotografía de un hombre alto, con porte elegante y bien vestido, de cabello oscuro perfectamente peinado. A través de la imagen, sus ojos inexpresivos le devolvían una altiva mirada a Annick. Se trataba de Aaron Black. Debajo de ese recorte había otras notas periodísticas que mencionaban al mago. En las últimas semanas, la pelirroja se había dedicado a reunir información sobre el asesino de su esposo. A veces no sabía con qué finalidad hacía aquello, pero en otras ocasiones se imaginaba orquestando un plan para verse cara a cara con él. ¿Qué ganaría con ello? Quizá paz. Quizá la muerte. O quizá nada. No podría saberlo hasta que ocurriera.
  15. Aedus asiente cuando Mael le pregunta si puede llamarlo por su nombre de pila; y, aunque está acostumbrado a tomar whisky desde temprana hora, decide mantener un bajo perfil y no revelar tan pronto sus propias costumbres, así que acepta tomar café. A pesar de que le agrada la sinceridad del joven acerca de que no sabe nada sobre el martillo, Aedus siente que aquello se sumará a la lista de fracasos en su búsqueda de aquel objeto legendario; sin embargo sabe que nada pierde con darle una oportunidad a Mael, así que acepta la propuesta del chico. ―Quiero conocer el estatus de los Lestrange en Inglaterra. Me refiero no solo al estatus social sino también de sangre; pero sobre todo quiero saber qué tanto conocen ellos acerca de los Lestrange de Francia, es decir, si saben todo de nosotros o si simplemente son conscientes de que existe nuestra rama pero desconocen más detalles ―bebe un sorbo de café antes de continuar, porque el siguiente punto debe abordarlo con cierto tacto―. En Francia corren historias sobre dos grupos de magos que se han enfrentado desde hace años aquí en Inglaterra… ―Aedus hace una pausa para observar la expresión de Mael―. Me gustaría saber con cuál de los dos grupos se identifica la familia Lestrange. El hombre sabe un poco acerca de la historia de Rodolphus Lestrange y su esposa Bellatrix, quienes pasaron gran parte de su vida en la prisión de los magos ingleses; pero desconoce si en la actualidad los Lestrange tienen la misma inclinación. ―Eso me servirá para saber si es prudente visitarlos o no ―explica―. Me refiero a que si no conocen nada acerca de mi familia, seguro seré un completo desconocido al que no les interesará recibir en su hogar. Aquello no se acerca a la realidad. Lo que quiere saber es si los ingleses pueden representar un problema para mantener su fachada. Pero eso no le interesa tanto como el martillo; y aunque él mismo ha estado en Noruega investigando sobre el asunto, considera que quizá el chico podría interpretar la información de otra manera. ―Sobre el martillo… me parece una excelente idea que comiences en Noruega. Estaré esperando una próxima reunión para que me informes los avances ―vuelve a tomar otro sorbo de café antes de mencionar el tema del dinero―. Estoy de acuerdo con el tema del pago. Espero que el adelanto valga y el trabajo se logre al 100%. El dinero no es problema para él, pero eso no lo expresará en voz alta, así que deja la taza de café a un lado para rebuscar entre su ropa uno de saquitos con oro mientras espera a que Mael mencione la cantidad que desea. @ Mael Blackfyre

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