La lechuza recuperaba el aliento en un extremo de aquella rustica oficina, en el corazón de Italia. El rubio recorría aquella invitación con la mirada, para luego girarla revisando el reverso. Sus piernas descansaban entre cruzadas sobre el escritorio. Vestía una fino pantalón negro, unos zapatos del mismo color, brillaban tanto que el trabajo de Senuv merecía un premio al esmero, una camisa blanca con las mangas recogidas cubría su torso, y desde el pantalón a los hombros unas tiras elásticas color marrón, de cuero brillante.
Se incorporo devolviendo los pies al suelo, se puso de pie y tras acomodas las mangas de su camisa se coloco el saco a juego con el pantalón. Recogió sus dorados y gastados cabellos en una coleta y abandono su oficina. El departamento de Seguridad Mágica Italiano parecía tranquilo, todos los escritorios salvo el de Peralta estaba ocupados. El silencio reinaba en el recinto.
Bajó las escaleras mientras encendía un cigarrillo. salió a la calle y observó aquellas nubes grises unos instantes. Busco dentro de su saco la varita y tras darle una calada a aquel particular cigarro, se desvaneció en un remolino de colores. Segundos después sus pies se posaban frente a la Majestuosa Mansión Malfoy. Llevaba tiempo sin recorrer aquellas calles, salvo por el ministerio no ponía pie alguno en aquel pías desde hacia mucho.
Pensó brevemente en su castillo, pero el pensamiento se desvaneció segundos después. Emprendió la marcha lamentando la falta de gala, pero no tenia intención alguna de ponerse unas mejores vestiduras. Cruzo el largo sendero del jardín y se adentro en la mansión, directo a el, una joven lo abordó con una charola, repleta de cosas de aquella famosa bebida burbujeante, junto con esta le entrego un pequeño papel con su ubicación asignada a la mesa. Avanzo un poco mas y cuando nadie lo veía dejo a un costado aquella copa sin beber un sorbo. Se encamino directo a la barra, el movimiento era nulo, parecía que se había adelantado.
Su cansado mirar recorrió el salón, localizando la barra, no tan lejos de ella pudo percibir la presencia de tres individuos. Los reconoció enseguida, al menos a dos de ellos. Lanzo el cigarro al suelo tras calarlo por ultima vez, y de un prolijo pisotón acabo con su vida. Se encamino hacia el grupo, mientras se percataba de una presencia mas, una mujer. En el sector pudo reconocer a miembros de la Macusa. Como director de Seguridad, tenia cierta información que lo obligaba recordar ciertos rostros rostros.
Carraspeó llegando al encuentro de Lud, un viejo amigo y muy querido. - Lamento interrumpirlos, señor ministro.... - Apago sus palabras para asentir la cabeza en un prolijo saludo. Sonrió con confianza y estiro los brazos para abrazar a su viejo amigo. Lo libero casi instantáneamente, para girar su verde mirar hacia Ada. - Hermosa como siempre... - Le dijo para repetir el acto anterior, y así abrazar a su amiga. Se giro hacia la tercera en cuestión, se le hacia familiar, pero su memoria le falló. - Señorita, buenas noches... - Se aventuro a decir.
@ Ludwig Malfoy @ Ada Camille Dumbledore @ Noeline Malfoy McFarlan