Reena Vladimir

Estaba pensando en que a ella no la beneficiaria demasiado lo de la hoguera, aunque consiguiéramos traer el infierno a la tierra, seguiría sin entrar en calor. No me esperaba que respondiera a mis increpaciones y me quedé atónita. Es que no sabe nada de vampiros y sacerdotisas? Mi mente daba vueltas y solo frenó y prestó atención cuando me agarraron por la cintura. No esperaba aquella sensacion tan conocida como anhelada. No esperaba encontrarla allí, con aquella persona en particular. No me moví, para retener la sensación todo lo posible, luego abrí los ojos lentamente y miré a los de Annabelle... -Si esperas calentar mi sangre con pasión para que te sepa mas dulce repitelo y mátame de una vez. Hasta yo misma me estaba sintiendo temblar, era muy consciente que ella olería mi miedo pero no podía controlarlo. Y por mi cabeza pasó la idea de que tal vez prefiriera ese sabor en mi sangre y suspiré para tranquilizarme. Si moría allí se lo iba a tener que trabajar algo mas. -Los vampiros me han enseñado que todo vale para conseguir lo que quieren... Viviréis mucho, pero lo que se dice paciencia, teneis poca. Me separé de ti, por miedo. Vosotros no convertís a sacerdotisas, morimos porque nuestros espíritus son incompatibles. Había pasado demasiado tiempo huyendo de los vampiros, conocía bastantes de sus trucos, algunos habían querido matarme y otros beberme por mis poderes. Y allí estaba yo, todavia colgada del brazo de Annabelle, practicamente contándole mi vida y sintiendo el calor a mi espalda. -Qué esperas de mi? @ Off: @@Eobard Thawne gracias por pasarte, pero lo que tenemos ya está registrado. Hay que volver a registrarlos?

Se encendió una bombillita en mi escritorio y supe que había visita, esperaba que fuera Antoni y así terminaba con la agonía del secreto. Pero Matt seguía por allí y no sabía que querría hacer. - Matt ¿Quieres guardar el secreto sobre lo que ocurra y se diga aquí o prefieres vivir en la ignorancia? No quería volver a ponerme violenta con él, no se merecía eso, era mi familia y mas que amor, comprensión y ayuda, no debía darles a ninguno. De esta forma me aseguraba de no comprometerlo en mis acciones, salvo que desease hacerlo por propia voluntad. -Tu decides, ya has leído una parte. Lo dejé decidiendo y salí al pasillo para abrazar a Antoni y a Shena, al pequeño lo saludé de otra forma. Hinqué una rodilla en tierra y una vez a su altura, le saludé con la mano. Muchos de los niños no quieren entrar en contacto con desconocidos y no estaba bien por mi parte invadir su espacio personal. Le dije mi nombre y luego me levanté para que nos adentráramos más en el edificio. Mi despacho le quitaría incomodidad a la conversación que de otro modo sentiríamos al hablar en el pasillo. -Vamos, ¿Todo bien? ¿Habéis tenido problemas para llegar? Se había conectado mi lado paranoico... Todavía recordaba aquel tiempo en el que me aparecía tres veces en diferentes lugares para despistar a los que nos persiguieran a Akira y a mi. En la sala en la que recibía a las familias no estaba mi primo Matt. No sabía si es que había decidido marcharse o si había ido a otro lugar, tal vez a las cocinas, era la hora de merendar. Fuese como fuera, hice que la pareja se sentara en cómodos sillones y al niño le di la opción de sentarse en una silla mas alta, para estar a nuestra altura. -Voy a ir un poco al grano, si quereis que el niño se quede en la guardería, inscrito para este curso, tiene que llevar este colgante. Era una tira de cuero suave, con una piedra blanca en el centro. Para cualquiera sería una tontería. Para la guardería era un seguro. -Minimiza la magia que afecta al niño, la que hace él y la que le hacemos nosotros o cualquier persona, además de que es un eficiente traslador, que va de casa a la guardería y viceversa. Por lo que si le pasa algo, aquí nos enteramos y tanto nosotros como vosotros podeis mandarlo de forma segura al otro lugar. Le tendí el artilugio a Shena, ya que estaba mas cerca del niño y seguramente habría que convencerlo de que se lo pusiera. No era un niño tan pequeño como para que se acostumbrara a llevarlo temporalmente. -Dicho eso, me contáis la historia? @@Matt Blackner @ @@Shena Cindy de Ryvak M.

Iba a darle las gracias, juro que se las iba a dar, pero si esperaba oirlas, se iba a quedar con las ganas. Había recogido algo de leña, los suficiente como para hacer el encendido inicial, cuando la miré, abrí la boca y entonces, con toda su jeta, va y se sienta. ¡Se sienta! Si hubiera tenido un personajito en la cabeza que gesticulase mis pensamientos, estaría paseando, de un lado a otro, tirandose del pelo y con humo saliendole de las orejas. Por suerte controlé el mal genio y seguí recogiendo leña. Pero ya cuando me soltó que pidiera ayuda si la necesitaba, exploté. Solté los gruesos palos que había recogido por alrededor y con los brazos en jarras me encaré con ella. -¿Es que no haces nunca nada altruista? ¿Siempre hay que pedirte el favor? No logro entender cómo vas a presentir algo, si ni siquiera eres capad de hilar las palabras que me oiste pronunicar, con que estamos en un bosque practicamente a oscuras, empieza a hacer frio y yo estoy cogiendo leña. Necesitamos una hoguera y nos beneficia a ambas! No está de más que ayudes a coger combustible sin que se te pida! No tenía intención de deberle un favor a un vampiro y menos aun a uno que no conocía demasiado. Me quedé tan ancha con lo que había dicho y allí donde solté la leña, me agaché para poder organizarla y de esa forma conseguir un buen fuego, en poco tiempo y duradero. Luego cuando la llama fuera buena, me haría una antorcha y buscaría algo para comer, ya que no había traído nada conmigo y la magia estaba descartada si quería mantener la tan necesaria energía corporal que tenía.

Un escalofrío me subió por la espalda al sentir su boca tan cerca de mi oreja. El instinto más básico, el del pánico, hacía acto de presencia en mi cuerpo. Si me ocurría algo en presencia de esa vampiro, no sería la primera sacerdotisa, ni la última, devorada por sus poderes. Pero mantuve la compostura como pude, puesto que con su contacto había recibido cierta energía. Ignoraba por completo que los vampiros pudieran hacer eso. Las sacerdotisas al ser mordidas, parecían sin poder evitarlo y los vampiros, son un conjunto de glamures destinados a ser el mejor cazador de sangre caliente. No tenían dones como los que podía tener yo. Incluso se me hacía extraño que pudieran hacer uso de varitas, como el resto de magos. Pero como Annabelle no se iba a sentar a explicarmelo ni pregunté. Me separé de ella y empecé a recoger palitos del suelo que parecieran secos. Necesitaba una hoguera para poder hablar con mi primo y mantenerme alejada de la castaña hasta que pudiera controlar mi voz y mis gestos formales, para darle las gracias por su ayuda, sin temblar como las hojas mecidas por el viento, que nos rodeaban

Agradecí con una sonrisa que apareciera mi primo y rápidamente le lancé una bayeta humedecida en desinfectante. Limpiar con magia estaba bien pero con los niños había que hacerlo a conciencia. Estaba repasando el cuenco de caramelos al que siempre se tiraban a vaciar los niños cuando Matt abrió la ventaba. Debía estar muy distraída ya que ni me había enterado de su llegada. Le hice ojos pequeñitos a mi primo, como que estuviera enfadada, por haber leido mi carta y se la cogí cuando me la tendió. Mi cara pasó de divertida a seria y de ahí a color papel. Miré a mi primo y me debatí entre el deber y la familia. Que hubiera visto lo escrito por Antoni suponía un peligro, tanto para el redactor como para mi y era un tema de lo más delicado. Había un niño de por medio. -Matt, Matt, Matt... Tu no has visto nada ¿Verdad? Es una carta simple, en la que se relata lo bien que le va, casado, a Antoni ¿verdad? Y a menos de que yo te autorice o te de otra versión versión de esa historia, tu no vas a reproducir lo leido de ninguna forma ¿verdad? Mi voz era tranquila y estaba a apenas dos pasos del pelirrojo, pero mi mirada era feroz, no había lugar para las bromas. Tenía las manos agarrotadas, una sobre la arrugada carta y la otra sobre la varita, que apuntaba hacia el suelo y en cuya punta brillaba una pequeña lucecita. No era consciente de estar usando magia. Pero mi cuerpo y mi mente me decían que debía proteger a ese niño a como diera lugar. Esperé a que mi compañero de guardería estuviera de acuerdo con lo que le había dicho y entonces me moví para responder a la carta de Antoni, no había tiempo que perder. Cuantos más supieran de ese niño, más complicado sería reinsertarlo con otra historia. Más escueta no podía ser, pero ya habría tiempo para contemplaciones y agasajos familiares cuando estuviéramos reunidos

No llevaba mas que unos minutos en presencia de Annabelle y ya me arrepentía del pacto de no agresión que yo misma le había ofrecido. Pero es que tenía la sensación de que me trataba y por tanto me sonreía como si yo estuviera loca. Dudaba que estuviera sonriendo porque quisiera ligar conmigo, eso no acabaría bien para ella... -La madre naturaleza nunca especifíca!!! -Le puntualicé dando una patada al suelo -No sé a quién le has estado rezando, pero en la naturaleza todo es relativo, por lo que nos ha dicho que busquemos algo y hasta que no lo encontremos no sabremos qué es lo que es. Me separé de ella unos metros y pensé en lo que había dicho el viento. Si no me había dicho su nombre es que le conocía y si podía ayudar es que tal vez tuvieramos confianza con él. -Matt, claro, es mas que comprensible... Me senté allí mismo, ignorando la presencia de mi compañera, mas por que ahora tenía una misión, contactar con mi primo, que porque verdaderamente la estuviera ignorando a proposito. Junté mis manos y me concentré para crear la llama de la llamada. Me estaba costando crearla y cuando la tuve delante me sentí mas cansada de lo habitual. Aquel bosque tenía algo extraño, tal vez es que absorviese magia, en tal caso mi fuego no llegaría muy lejos y Matt, finalmente no sería avisado. Pero debía intentarlo igualmente. "Primo, El tejo me ha llevado, y creo que tu puedes ayudarnos, estoy con Annabelle, a que esto no acabe en catástrofe. Acércate a un fuego de leña y haré lo posible por que podamos hablar. Reena" El fuego como siempre salió hacia el cielo, sin carbonizar nada a su paso. Eso era de agradecer ya que lo que menos me apetecía era agredir a la naturaleza, cuando tanto me había dado. Esperaba con fervor que el mensaje llegara a destino, porque sin duda sería un gran avance ya que de alguna forma él podría mediar entre la vampira y yo, aunque sospechaba que tampoco se llevaba demasiado bien con ella.

Nombre del Negocio: Librería La hermana quisquillosa Link a la Bóveda del Negocio: http://www.harrylatino.org/topic/98425-boveda-negocio-libreria-la-hermana-quisquillosa Trámite a Realizar: Cambio de iniciador (?) Se me dejó aviso en la bóveda de que tenía que solicitar un cambio de iniciador del topic, pero creo que tienen que tener el topic abierto para que pueda postear... porque ya no se hace lo de abrir una nueva verdad? En fin, quedo a la espera de lo que me digais! ^^

Desde La Oficina del Ministro y los Servicios Administrativos del Wizengamot pasamos a dejar constancia de la disolución del matrimonio contraído por Sherlock Holmes con Amya_An, como cónyuge. El día 13/10/2015 en Ministerio de magia. Ruego por favor que se incluyan estos datos en el apartado correspondiente a la mayor brevedad posible, de la siguiente manera: -Estado civil: Divorciado de Amya_An Reena Vladimir Jefa de Oficina del ministro y los saw

Desde La Oficina del Ministro y los Servicios Administrativos del Wizengamot pasamos a dejar constancia de la disolución del matrimonio contraído por Amya_An con Sherlock Holmes, como cónyuge. El día 13/10/2015 en Ministerio de magia. Ruego por favor que se incluyan estos datos en el apartado correspondiente a la mayor brevedad posible, de la siguiente manera: -Estado civil: Divorciada de Sherlock Holmes Reena Vladimir Jefa de Oficina del ministro y los saw

Había llegado la hora de limpiar todo el local, a fondo, para que los niños lo tengan todo desinfectado y listo para cuando regresen en septiembre. Acercarme hasta el local fue tedioso, ya que tuve que hacer un puzle de tareas para poder buscar el momento adecuado y tener tiempo para desarrollarlo adecuadamente. Estaba segura de que tendría que pedirles ayuda a alguno de la familia para que no se me hiciera interminable la tarea, pero prefería esperar un poco y empezar por mi cuenta o al menos hacerme a la idea de todo lo que había que hacer para formular una estrategia. Lo importante para no agobiarse era eso y cumplir con lo marcado. Suspiré al abrir la puerta y me quité la chaqueta, colgándola en las perchas infantiles de la entrada, me fui remangando e internándome por el pasillo, poco a poco llegué hasta donde debía empezar. Mi despacho.

-Milagro? -me reí por lo bajo- Claro, nunca vienes a verme, rufián, tu tienes toda la eternidad y yo solo un suspiro! Escondí un poco la sonrisa cuando aceptó cenar con nosotras. Miré a uno de los elfos y asentí, les daba permiso para que aceptasen la petición que hiciera Jorah. -Lo único que no hay en el menú, somo nosotras o cualquier criatura o persona que habite en la casa, y sangre humana de cualquier otra. Por lo demás, pide lo que quieras. Agradecí con un gesto de cabeza la invitación a la mansión Macnair, a casa no se invita a cualquiera, aunque la vladimir estaba abierta a cualquier visitante o viajero. Ser sacerdotisas nos obligaba a ser generosas y se nos distinguía por ello. -El castillo es una herencia, que no me pertenece del todo, Akira será el patriarca cuando crezca, mientras, mi niño lo hace, yo cuido la casa y a los que le rodean. La familia es lo mas importante, tenlo en cuenta. En todo aquel tiempo, me había casado y divorciado una vez, me había enamorado varias veces pero la muerte me los había arrebatado. Pero me había dejado una pequeña criatura a la que cuidar y de esa forma le había dado sentido a mi vida. El resto de la familia había cuidado de mi para que yo encontrase el camino adecuado para llegar a ese momento.

Estaba termiando mi plato de sopa cuando apareció un elfo diciéndome que teníamos visita... Si era la que esperaba, esta vendría en son de paz y me alegraba de que no presenciara la escena de mi compañera de trabajo. -Ha llegado señora. -¡Al fin! porque es la una y media de la mañana. Si no fuera que llega en el momento oportuno, hasta me enfadaría. Me levanté de la mesa y tras apretarle el hombro a mi prima, fui hacia la puerta del comedor para recibir al invitado -Jorah!! bienvenido, que gusto verte. Llegas justo a tiempo. Le agradecí el presente que traía y luego le di un breve abrazo, no podía evitar que mi instinto me hiciera mantenerme alejada de los vampiros, por mucho que lo conociera desde hacía años. Guié sus pasos hacia la mesa en la que nos esperaba Heliké y le ofrecí una silla -Ella es Heliké, prima mía, de alguna forma. ¿Llevas mucho en el país Jorha? Le había guiñado un ojo a la mujer ya que no teníamos la misma sangre, ni por asomo, pero era alguien importante para mi y eso era lo que importaba. -Te apetece cenar algo? @@Kira Black

@@Kira Black oooooooooooooooohhhhh Alguien le ha quitado las telas de araña al registro de la familia!!! Bienvenido Kira! Como matriarca me paso a aceptarte y a animarte a que te acerques a la mansión http://www.harrylatino.org/topic/108004-mansion-vladimir-mm-b-96425/?view=getlastpost Ahora mismo estamos cenando dos de nosotras XD salvo a sangre, estás invitado o al menos, no nuestra sangre! Lo dicho, bienvenido, Ahora miro como añadirte a la familia, porque hacía tanto tiempo que ni recuerdo como va XDDDD

Una campanilla me sacó del sueño en el que me encontraba. No me apetecía nada moverme, estaba tan agusto en aquella postura recostaba en el sillón que apenas si podía mantener los ojos abiertos, pero la voz que sonó después me despejó y al bostezar, me moví, poco pero ya no tenía la misma postura que al dormirme. -Arriba! Sagitas iba a hacer que el sueño se me marchase de un plumazo, estaba segura, solo esperaba que no me agobiase, porque hasta que mi cerebro echase a andar, todavía pasarían unos minutos y tal vez necesitase un buen chute de café. Tenía la sensación de haber dormido unos cuantos años y que pronto volvería a dormir. Pero me había surgido la curiosidad de qué andaría buscando mi tía para pasarse por la librería y la curiosidad siempre era mala en mi. -Que te trae por aquí? -le pregunté cuando apareció por las escaleras. Yo seguía en el sillón sin querer moverme.

Heliké parecia recordar demasiado bien lo del dragón y yo lo tenía entre neblinas. Desde aquella ultima vez no había vuelto a ocurrir y no estaba segura de por qué. De hecho había dejado de preguntarme el motivo. Parecía irme bien... Internamente y cada vez que podía, les agradecía por permanecer a mi lado, por ayudarme, aunque nunca me parecía suficiente. Sacudí la cabeza para salir de esos pensamientos y escuchar algo sobre Matt contactando con elfos. -Es que no tenemos suficientes elfos en la casa, que anda buscando mas por ahí? Luego me vino a la cabeza algo de las sacerdotisas y como supuse por donde iban los tiros sonreí antes de comentarle nada al respecto, pero como ella ya lo sabía, pues no me lo callé. -Sagitas, seguro que tiene bastante o siendo la madrina o boicoteando la boda, ya sabes como es. Y para la ceremonia, pues o bien yo, Cye, tu hermana incluso, sirven. Xell no sé si estará y tu abuela, con mis respetos, no está para tanto tiempo de pie. Pero vamos que sitio teneis aquí seguro. Lo que no me acababa de gustar era que trajeran mas elfos domésticos para atender la ceremonia y el resto de labores. Bien pudiera ser que ni Heliké ni Matt supieran de mi antipatía por ellos ya que siempre me ven en casa, donde ya todos me tienen cogido el punto. @

Asentí ante la petición de comida de mi prima, faltaría mal que no le diera permiso... Salvo que pidiera sangre en mi presencia podía tolerar cualquier cosa, pero por suerte no tenía que preocuparme por ello. -Gracias Heliké, sin tu ayuda no hubiera hecho que esa loca se marchase. Le hice una pequeña inclinación de cabeza a modo de agradecimiento, como si le estuviera haciendo una reverencia y luego me centré en mirar mi comida y en pensar cómo mantener a mi hija lejos de esa criatura. No me gustaba ese tipo de obsesión violenta que tenía la Rambaldi. -Gracias Taga, la sopa está muy rica. Lo cierto es que apenas la había saboreado, pero no quería dar la impresión de estar ensimismada en pensamientos oscuros, no quería preocupar a mi elfina, que sobre otras cosas era muy protectora conmigo. Pero no podía evitarle a mi prima el saber, ya que no estaba segura de que ignorase la magia de las auras, que tan bien conocía su hermana. No sabía si era conveniente cambiar de tema, además para algo tan personal como una boda pero necesitaba alejar mi mente de esta noche y total esa preguntas llegarían tarde o temprano... -Oye, con tu permiso, si no quieres que toquemos el tema lo dejamos, pero tu no te tenías que haber casado ya con Matt? Recordaba que habían pasado por el saw para el registro, pero viviendo yo como vivía en la mansión donde se celebraría el enlace, no tenía constancia de que se hubiera celebrado y si es que había ocurrido, tendría que revisar los registros porque no era consciente de haber certificado la unión. Y con el trabajo no se juega...

No tardó mucho en cambiar el olor del bosque, se volvió cálido, costaba respirarlo y a los pocos segundos una forma humana apareció, devolviéndole al bosque su olor y frescor. Ella no parecía muy convencida de que quisiera su ayuda y lo entendía. De cualquier otro modo, ni siquiera me hubiera planteado pedírsela, pero no cuestionar lo que la naturaleza te dice, era uno de mis principios desde antes de sentir la llamada, por lo que me levanté para quedar frente a ella y le tendí la mano. -El viento dice que debemos encontrar algo juntas. Te tiendo la mano en gesto de unidad y de no agresión. La confianza vendría con el tiempo, porque no la conozco lo suficiente y porque el trato había sido mínimo. Había terminado de pronunciar las palabras cuando el viento volvió a hablarme, fue enigmático y no tenía yo claro que Annabelle lo hubiera escuchado, por lo que la miré y levanté un dedo para que escuchara... -Él puede ayudar... -¿Él? ¿Quién es él? Te acompañaba alguien en el confesionario Annabelle?

http://i983.photobucket.com/albums/ae313/Epolar/SAW/saw.png Desde La Oficina de El Primer Ministro y los Servicios Administrativos del Wizengamot pasamos a dejar constancia de la legalidad de: El matrimonio contraído por Demian Malfoy con Emmet haughton Gaunt como cónyuge. El día 09/05/2017 en Atelier de Hestia, Callejón Diagón, Londres. Para ello aportamos este diploma acreditativo. Ruego por favor que se incluyan estos datos en el apartado de "Licencias, Tasas y Registros" a la mayor brevedad posible, de la siguiente manera: ♦Registro de estado civil: Casado con Emmet Haunghton Gaunt Muchas Gracias. Reena Vladimir Jefa de los SAW

http://i983.photobucket.com/albums/ae313/Epolar/SAW/saw.png Desde La Oficina de El Primer Ministro y los Servicios Administrativos del Wizengamot pasamos a dejar constancia de la legalidad de: El matrimonio contraído por Emmet haughton Gaunt con Demian Malfoy como cónyuge. El día 09/05/2017 en Atelier de Hestia, Callejón Diagón, Londres. Para ello aportamos este diploma acreditativo. Ruego por favor que se incluyan estos datos en el apartado de "Licencias, Tasas y Registros" a la mayor brevedad posible, de la siguiente manera: Registro de estado civil: Casado con Demian Malfoy Muchas Gracias. Reena Vladimir Jefa de los SAW

Me encantaba (ironia) que mis palabras no calasen demasiado en Demian, estaba por darle una colleja. Para él era mas importante su drama que mi papel y me fastidiaba bastante. Lo peor de todo es que aquella conversación olía a divorcio y de no estar yo presente seguramente que sería una discusión de voltaje bastante alto. -Gracias por la firma. Lamentaba escuchar que se marchaba de la oficina en la que trabajábamos, aunque si iba a hacer un viaje era comprensible. Siempre era triste perder a un compañero, aunque vengan nuevos, les acabas cogiendo cariño. -Lamento su marcha de esta forma Emmet, si en algún momento necesitas hablar o simplemente quieres revocar lo firmado ahora, estoy siempre en la ventanilla del ministerio. En unos días os llegará el aviso de registro con una copia. Le toqué el hombro como despedida y apoyo moral ante lo que tendría que aguantar durante la vida de Demian, fuese larga o funestamente corta. Salí del local sin decir mas y desaparecí entre la gente que abarrotaba la calle. Normal, la mayoría había terminado ya su jornada laboral, y yo aun tenía que pasarme por la oficina. Otro día que no llegaba a darle la merienda a Akira... OFF: El lunes o el martes os hago el registro de la boda en ficha, que hoy salgo de viaje y ya no me da tiempo. Si queréis que os mande On rol el aviso de registro, dejadme un link en la oficina, aquí o por pm, lo veré el lunes @ @@Emmet Haughton Gaunt

- Mi señora... en el confesionario ....entaciones...ando a nuestra...Diosa, ¿dónde...usted, realmente? (periodo de silencio) Hermana Heliké... La voz parecía entrecortarse, aunque las palabras se escuchaban claras y seguía viniendo de detrás de mi. A su vez el viento movía las hojas y susurraba que la ayudase. Pero no tenía claro que necesitase realmente mi ayuda, sino al contrario, que no sabía como había ido a parar a allí en medio, ni el por qué. Aunque el viento parecía tenerlo claro, debía ayudar a la hermana de Heliké. -Estoy en medio de un bosque, ahora te escucho mejor. Pero no soy yo quien necesita ayuda, sino tu! Aquella mujer extraña nunca iba a aceptar que me necesitaba, prácticamente no lo aceptaba ni su hermana y eso que no era tan esquiva, pero tal vez, se me estaba ocurriendo algo... -Viento! Ella ha de venir aquí? -Si... -Viento, ella está en peligro? -No.., debéis encontrar algo juntas... -Annabelle, tienes que venir al bosque conmigo! Pronto! No sabía si me estaba escuchando, por lo pronto retiré el sello del suelo y busqué donde sentarme, ya que sin ella al parecer, poco podía avanzar.

El viento me volvió a traer la voz y fue apenas un susurro. -Ayuda a quien te llama... Miré alrededor y no vi nada que me animase a avanzar en una dirección concreta, por lo que decidí marcar mágicamente el punto en el que estaba y luego me abrí paso por entre los árboles hacia delante. -¿Reena? ¿Reena Vladimir, te encuentras aquí? Esta voz fue clara, aunque venía de mi espalda y volví sobre mis pasos hasta llegar al sello que había puesto. No entendía nada. -Me encuentro aquí ¿Donde estás tu? No me pareció necesario preguntar quién era la persona que me buscaba, esa pregunta difícilmente era respondida cuando tratas con entes espirituales, pero me sentía muy boba hablando en voz alta y no precisamente con alguien o algo en particular.

Miré sorprendida a Sagitas y luego a Cye, no podía creer lo que escuchaba. Pero no sé de que me sorprendía ya que todavía si Akira se sorprendía, desaparecía y volvía a aparecer a cierta distancia o en lo que él consideraba zona segura. -Vaya, pues habrá que tomar algunas precauciones entonces. A ver pasad al despacho y hablemos de esa matricula. Les hice un gesto para que siguieran por el pasillo hacia el despacho mientras cogía en brazos a Akira, le enseñé a su primo y luego lo puse rumbo a su clase. Ya tendría tiempo de conocerle. -Habéis desayunado? Os puedo ofrecer algo? Les abrí la puerta y me senté tras la mesa, ofreciéndoles con la mano las cómodas sillas que tenía al otro lado para que se acomodasen a gusto.

Akira traspuso la cancela de la guardería corriendo y un par de niños le saludaron. Yo sonreía y devolvía el saludo en voz y con el nombre del niño ya que mi nube azul solo agitaba la mano quería llegar el primero a tocar la campana. -Cielo, por el pasillo no se corre. Disculpen madres la tardanza, hasta que no atrapamos al escarabajo de la fuente de casa no paró la pataleta. Disculparme con todos y con nadie en particular era algo que se aprendía con rapidez. Prácticamente ni le daba importancia a esa palabras ya, las tenía interiorizadas y salían sin mas. -Los niños ya pueden pasar a sus aulas. Con un agitar de varita las puertas se empezaron a abrir para que los niños mas mayores se desprendieran de sus madres besuconas, como si la clase fuese un salvavidas, y los niños pequeños empezasen a llorar como si no hubiera un mañana. Akira estaba peleandose con Itilion por tirar de la cuerda de la campana y cuando empezaron a aturullarnos con el sonido, enmudeció y la cuerda desapareció de su alcance. Ambos me miraron ofendidos. -A vuestra clase! Dad ejemplo y sed buenos, Mirad que vamos a asustar a esta mamá rubia, primeriza que nos quiere presentar a su bebé... Incluso de espalda o con los ojos cerrados, podría decir, que reconocería a Cye. La conexión espiritual que nos unía era fuerte. -Me da mucho gusto verte y perdón por marcharme de esa forma de tu casa la ultima vez... Vienes a presentarme a esta belleza o nos lo vas a dejar unas horas para que lo cuidemos? Le guiñé un ojo a mi tía Sagitas, que estaba presente mientras intentaba que Akira no se subiera a las ruedas del carrito de Cye, quería ver al niño a como diera lugar y si no llega a ser que por el otro lado estuviera haciendo lo mismo su primo, el bebé de mi prima hubiera corrido mucho peligro de vuelco. @ @

Al final nos habíamos deshecho de la visita no prevista y cuando apareció Taga le pedí que trajera la cena completa, porque si antes me apetecía una sopa, ahora me apetecía un jabalí para mi sola. -La mala leche da mucha hambre tía. ¿quieres cenar? A Heliké no se lo ofrecí, porque no tenía clara su alimentación, pero supongo que si mi elfina le traía lo mismo que al resto sería porque se lo come... -No sé cuanto tiempo has estado ahí arriba pero aquí abajo casi hay una cataclismo. Me volví hacia Zaphire y le encargué que fuera a buscar a mi Xell y a los niños al templo, luego miré a Sagitas en espera de que dijera algo como: "que si ella no estaba presente no era catástrofe" o "imagina las proporciones de la tragedia si hubiera estado presente" -¿Sabes lo que es que Lisa Rambaldi se haya presentado aquí exigiendo ver a Xell? Como teníamos poco con lo del bebé abandonado, se presenta ella... ¿Oye y tu no te diste cuenta de que desaparecieron los muebles? Si no se había dado cuenta es que entonces no había ido a su habitación y lo de la toalla en el pelo era una escusa para la huida que había emprendido con la llegada de la visita, pero ella debía aclararlo...