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Reena Vladimir

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Todo lo publicado por Reena Vladimir

  1. Tenía una boda que supervisar, concretamente la de mi compañero de trabajo, pero el muy despistado no me concretó donde era, salvo dar la dirección de su casa, por lo que decidí ir por si habían optado por hacerla allí mismo. Me había arreglado un poco para no desentonar demasiado con la fiesta, tenía que certificar que se llevaba a cabo la unión, no que me reconocieran todos los invitados como la chupatintas del ministerio que se cuela en todas las fiestas. Aunque por el tiempo que llevaba en el puesto, se me reconocía bien... Me bajé de la escoba al llegar a lo que me pareció el inicio de los jardines Gaunt. Con un movimiento de varita me deshice del medio de transporte y me aseguré de estar presentable, antes de avanzar definitivamente hacia la casa. Alcanzarla me llevó un buen rato, los jardines eran impresionantes. @Darius
  2. http://i983.photobucket.com/albums/ae313/Epolar/SAW/saw.png Desde la oficina del Ministro y los Servicios Administrativos del Wizengamot pasamos a dejar constancia de la legalidad de: El matrimonio contraído por Pik Malfoy Macnair con Alyssa Black Triviani como cónyuge. El día 10/10/2016 en La Mansión Riddle. Para ello aportamos este diploma acreditativo. Ruego por favor que se incluyan estos datos en el apartado de "Licencias, Tasas y Registros" a la mayor brevedad posible, de la siguiente manera: Registro de estado civil: Casado con Alyssa Black Triviani Muchas Gracias. Reena Vladimir Jefa de los SAW, oficina del ministro
  3. http://i983.photobucket.com/albums/ae313/Epolar/SAW/saw.png Desde la oficina del Ministro y los Servicios Administrativos del Wizengamot pasamos a dejar constancia de la legalidad de: El matrimonio contraído por Alyssa Black Triviani con Pik Malfoy Macnair como cónyuge. El día 10/10/2016 en La Mansión Riddle. Para ello aportamos este diploma acreditativo. Ruego por favor que se incluyan estos datos en el apartado de "Licencias, Tasas y Registros" a la mayor brevedad posible, de la siguiente manera: Registro de estado civil: Casada con Pik Malfoy Macnair Muchas Gracias. Reena Vladimir Jefa de los SAW, oficina del ministro
  4. Bajé los pies del brazo del sillón, aquella voz no era la que solía inventar mi cabeza desesperada, me había parecido mas real; pero no era la primera que me lo parecía y por ello volví a subir los pies al sofá, mientras acariciaba el pelo azul de Akira que se había puesto en pie, ignorando las construcciones de madera que estaba usando hacía unos instantes. - No pasa nada cielo, perdona por asustarte. Sus ojos se volvieron hacia mi y su sonrisa, de placida, pasó a ser alegre, solía sonreír así los sábados cuando se juntaba con Ithilion pero hoy no era sábado... -Mami, llegó Xell. -No creo... -iba a decirle que no creía que fuera cierto que se lo estaba imaginando, pero estaba segura de que no compartía unión mental con mi hijo, por lo que si él también lo había escuchado... Akira salió corriendo del salón, había crecido mucho desde un tiempo para acá y la velocidad de movimiento era por tanto mayor. Le escuché gritar de felicidad y entonces reaccioné, saltando del sofá y corriendo hacia el hall en el que me encontré con una rubia conocida, abrazada a un manojo de flores lo mas amarillas posible. Sentí calor en el pecho. Era agradable volver a ver a aquella muchachita a la que tanto quería. -El árbol te bendiga Xell, bienvenida a casa! Dije antes de abrazarla con fuerza y terminar de espachurrarle las flores que había empezado a deshojar Akira sobre su cabeza.
  5. El susto fue tal que los cuatro libros que tenía apoyados en la cadera se me cayeron al suelo y uno de ellos me dio en un pie. El grito fue de los buenos pero finalmente fue apagado por el bajar la escalera de mi tía, que parecía enfadada. Retrocedí de ella sin caer en la cuenta de que me alejaba de mi hija recién llegada. Hasta que topé contra una estantería y no pude retroceder mas. -Vale, vale, tranquila fiera, que mis búsquedas de tu sobrina al final han dado resultado y de tanto perseguirla, ha venido ella solita. Le sonreí a mi tía como si intentara darle credibilidad a las palabras que acababa de inventar y luego le guiñé un ojo a la rubia para que no hiciera caso de mis palabras, aunque pudiera darse el caso de que fueran ciertas. Al final cedí y me metí entre los brazos de la pelivioleta junto con Xell, a la que estaba mas que encantada de abrazar. -Nos vas a contar muchas cosas a que sí, hija? tantas que tu tía solo podrá abrir la boca de sorpresa, a que sí. Estaba emocionada y quería dar saltitos y palmaditas como si tuviera 6 años, pero de eso hacía siglos y yo era mas adulta que eso.
  6. Entré de puntillas por la puerta del local, no sabía por qué tenía la sensación de que Sagitas estaría por allí merodeando y no sabía si me apetecía topar con ella. Hacía mucho que no la abrazaba y que la echaba de menos, pero seguro que me tiraba algo a la cabeza por desaparecer de esa forma y ni siquiera decirle a mi elfina por donde andaba. Tenía toda la razón de este mundo y por ello es que al final dejé de andar con cuidado y me puse a recoger algunos de los volúmenes que había repartidos por las mesitas de la sala, para ponerlos en su sitio y darle tiempo a mi tía de aparecer o desaparecer, según su gusto y a mi misma para que se me quitase algo del miedo que sentía interiormente, por haber regresado... @ Roleamos un rato??
  7. Aparecí en la entrada y todo me pareció muy raro, extrañamente tranquilo para ser el día que era... @ @ Sabía que mi prima quería hacer la boda en la mansión sin ser realmente en la mansión y aun así estaba todo demasiado tranquilo... -¿Hola? El eco me devolvió el saludo y me asusté, hacía años que eso no ocurría y no presagiaba nada bueno. Tras unos instantes apareció un elfo, que al verme puso cara de espanto y volvió a desaparecer. ¿Qué leches estaba pasando allí? -¿Taga? -¿Ama? -Ella no pareció sorprendida de verme en la mansión -¿Qué está ocurriendo? -¿A qué se refiere? No entendía nada y estaba empezando a marearme, sin saber muy bien si de impotencia, desconcierto, rabia o curiosidad. Pero estaba segura de que me estaban intentando dar por tonta. -Hace un rato debería haber empezado la ceremonia de Heliké y Matt, pero esto está extrañamente tranquilo... Si ahora mi elfina me decía que estaban todos en la capilla, caería redonda por mi es.tupi.dez, aunque lo único que estaría haciendo es retrasarme aun mas. En fin, así era yo.
  8. Lo poco que decía mi tía era bastante esclarecedor, estaba en peligro y sabía lo que era eso... -No te voy a decir que no duele, porque no lo sé, pero lo que si sé es que merece la pena. Le besé la frente y pensé en lo que ocurría y que no podía contarme. Sobre la energía si que podía hacer algo al respecto y por ello junté mis manos haciendo un cuenco, cerré mis ojos y realicé un pequeño ritual. En mis manos empezó a formarse una llama, primero fue humo, luego una lucecita amarilla, hasta que un pequeño fuego se formó sobre mis manos previamente chamuscadas. Abrí los ojos y les dediqué una sonrisa a ambas mujeres. -Esto es una inyección de energía, te ayudará a que se retire el cansancio, aunque creo que es demasiado poca como para que te mantenga en pie. Podemos empezar por esto y si quieres puedo hacerte un encantamiento avisador para cuando te ocurra algo o nos necesites. También podía ser que ella quisiera y su niño no, pero tal vez si le explicamos las cosas, lo acepte mejor y no nos haga polvo en el intento. Pero era cuestión de esperar. Comencé por ofrecerle la llama de energía, para que la decisión quedase en sus manos.
  9. Estaba nerviosa pero hice mi mayor esfuerzo por no pasear por delante de la puerta en modo histérico. Me apoyé en la pared de en frente y esperé hasta que la voz de mi tío me llegó asegurando de que todo estaba bien. Respiré mas tranquila, pero hasta que no abrió y pude lanzarme sobre él para abrazarlo, no me sentí mucho mas relajada. -Tío, me alegro mucho de que estés aquí. Estuve unos segundos abrazandolo y luego abrí los ojos mirando al interior de la habitación, ahora que sabía que todo estaba bien y ya que sabía como se ponían los bebés ante el peligro, no sabía atreverme a acercarme. Miré al hombre que me acompañaba, en busca de una indicación, quería abrazarla y seguía sin atreverme. -Cye, ¿estás bien? Según su respuesta tal vez terminara de sacarme el miedo a estar cerca. Aunque la sensación de que algo no iba bien, seguía rondándome y no sabía como comportarme.
  10. Una persona salió a mi paso y sólo escuché mi nombre, "está en su habitación" y un extraño "Jovencita" Eso me hizo frenar y mirar al chico que me había abierto la puerta. Le eché uno ojo de arriba a abajo y caí en la cuenta de lo que era. -Vampiro eh? gracias. Seguía sin saber por qué tenía un radar con los de su especie, pero fue lo suficientemente amable como para no tomarlo como una amenaza. Además tenía otras prioridades. Cye estaba primero. -Vamos, elfo, llévame con tu ama, es urgente. No podía pararme ni en educación, ni en ir con tranquilidad. Le insté a que corriera por los pasillos por delante de mi. Eso de no estar en mi propia mansión era un poco desagradable, pero comprendía que no procedía que naciera el primogénito en casa ajena. Al menos no habían insistido en que naciera en una clínica, con lo frío que era eso, no había mejor cosa que el hogar. -Tía Cye ¿Estás bien? Necesito verte! Le hablé a una puerta cuando el elfo se paró frente a una, ni siquiera me atrevía a tocarla, por miedo a lo que me encontrase al otro lado. El miedo siempre era mas fuerte. @ @@Alexander Fox
  11. Había recibido una lechuza la mar de interesante y por ello cogí el sonajero de plata que deseaba regalar y lo metí en uno de mis bolsillos. Ahora solo tenía que echar a andar por el pueblo hasta alcanzar el castillo de mis tíos. Fui hasta la puerta teniendo una sensación rara en el cuerpo, ya no era la euforia lo que me arrastraba hasta allí, los últimos metros hasta la entrada casi los había corrido. La ultima vez que había hablado con Cye me había dejado preocupada, pero al saber que la fecha había llegado hizo que la angustia cayera sobre sobre mi. Toqué con insistencia a la puerta y al que me abrió, sin mirar si era persona o elfo, le solté: -Soy Reena y quiero ver a mi tía, algo no va bien. Avancé hacia el interior, casi arroyando al que me había abierto, en aquel momento me daba lo mismo la educación y las buenas impresiones y el no estar en mi propia casa, pero tenía la certeza de que algo malo ocurría y necesitaba estar a su lado para asegurarme de que sólo eran nervios y paranoia.
  12. Le hice caso a mi tía y sólo porque su aura reflejaba esa tristeza, es que dejé correr el tema sin una puntilla final, extra. Luego me centré en Cye, comprendía muy bien sus preocupaciones... Al nacimiento de "mi nube" yo no tenía la presión de la gestación por lo que podía comprender los nervios de Ishaya. Aunque yo tenía la preocupación viva de proteger la mansión de un ataque vampiro que quisiera acabar tanto con mi pareja como con mi niño. -Cielo, a ti te pasa algo mas... Tu aura se está comiendo tu alma, se mueve muy brusco. ¿qué es lo que realmente te preocupa? Tanto el registro, la guardería y puede que incluso la cuna, alguna ropita, iría a parar a ella, seguro, pero a ella le preocupaba algo mas que no nos estaba diciendo, era como si le estuvieran rondando un clan de vampiros, como a nosotras... Me senté mas cerda y le cogí las manos para que se tranquilizase un poco mas al sabernos cerca y luego accedí al abrazo que proponía Sagitas.
  13. Yo que tenía la esperanza... Mi gozo en un pozo. MI a la chica marcharse mientras le daba vueltas a lo que había dicho. Si no podían realizar los trámites, simplemente no deberían repartir los formularios como que fuera publicidad de la heladería de la esquina. Suspiré y miré el formulario de los demonios, al final tendría que realizar el dichoso trámite en persona la próxima vez que tuviera un rato libre en la ventanilla. Volví a suspirar y guardé el papel en el bolsillo interior de mi capa, volviendo al interior del edificio, a ver si mis tías seguían vivas o si se habían matado ya unos a otros. -Hola? Necesitáis ayuda? Puedo sumarme a la excursión? Me había acercado al borde del agujero y les hablaba a voces, no estaba segura de que siguieran allí, estaba muy oscuro allí al fondo y no me estaba gustando demasiado estar tan cerca del precipicio. Esperaba que me respondieran pronto o les darían morcilla porque yo me iría a colocar juguetes y borrar pizarras.
  14. Hacía muy poco que había llegado y estaba viendo los trabajos del patio. Mi aparición por aquella parte se había realizado justamente cuando desaparecía tía Amya por el agujero. Corrí hasta el borde al escuchar su grito y quedé sorprendida cuando vi lo que allí había. -Necesitáis que avise a Santos Mangos o a San Mungo? Estáis todos bien? Al escuchar la acusación de la Adler y no un ruido lastimero, sonreí. Mucho daño no se había hecho osea que me dediqué a otras cosas, y así fue que saludé a una chica, que mas parecía una vendedora ambulante que alguien del ministerio. -Yo soy la dueña y fíjate que trabajo en el ministerio, pero me dan pereza los trámites. Cuando acabo mi turno en la ventanilla unica lo que mas deseo es pasar el rato en los niños y no pensar mas en los trámites... Me dio pena aquella joven, que la tenían paseando por Diagón en busca de personas a las que encasquetar un formulario. Sus jefes eran crueles, muy crueles a mi parecer. -Si te lo relleno aquí, me lo gestionas tu? o tendré que ir a dejarlo al ministerio? La pereza era real y eso que solo tenía que buscar un buzón aledaño al de la oficina del ministro, dentro de mi puesto de trabajo... pero lo mas seguro es que mas tarde no me acordase de todas esas cosas y seguiría con la guardería sin proteger. @
  15. Todo aquello que decía mi prima no me gustaba, una mujer que creíamos muerta, ascendiente de Heliké y con poderes de parar el tiempo o deshacerse de la oscuridad de un maleficio de los grandes, no me gustaba nada. -No, no he revisado su varita, no soy el energúmeno del ministerio, ella pidió asilo y eso le he dado. No tenía pensado faltar a mi palabra de sacerdotisa, echándola a la calle ahora y me molestó que dijera lo de la varita, si vamos con esas desconfianzas podía ponerme en peligro. Otra cosa que se me ocurría era que tal vez podríamos revisar sus cosas cuando no estuviera en la celda, eso lo veía mas factible. -Y piensas entrar sin mas y lanzarle el maleficio? Me dijo que no quería que supieras de su estancia aquí. No acababa de ver la eficacia del plan y estaba empezando a ponerme nerviosa, sopesando la idea de que tal vez no debería haberla avisado sin tener mas datos, aunque seguía convencida de que si era de la familia se debía conocer su existencia.
  16. No sabía que responderle a mi tía Cye, lo cierto era que no sabía el motivo por el que se había ido mi hija, si no llega a ser por la aparición de tía Sagitas, no sé que lo hubiera contado... Creí a la pelivioleta cuando dijo que probaba nueva magia, pero fruncí el ceño cuando rectificó diciendo que buscaba un libro oscuro. La miré fijamente sintiendome herida. Yo no le guardaba secretos y ella me mentía a la cara. Si ella me lo hubiera pedido ni siquiera hubiera llegado ese libro a la tienda, se lo hubiera entregado directamente y nadie sabría nada, pero prefería esconderme las cosas. -Si, cenamos todos los días, todavía me da el dinero para hacerlo. Ya no tenía ganas de seguir hablando, por lo que dejé que mis dos tías se pusieran a hablar de ese libro, al parecer también Cye escondía cosas, ya que, a pesar de ser todo luz, se estaba interesando demasiado por un libro oscuro... Y si no me iba de allí era porque preguntarían y se armaría drama con las explicaciones, no me apetecía. @ @
  17. Me sorprendí al escuchar a Heliké a mi espalda y girándome fui hacia ella, la cogí por la muñeca y la saqué del confesionario. No porque pudiera producirse el reencuentro, sino para protegerme yo y que no pensase la anciana que era como había sido, que la había avisado yo misma. -Heli, no me fío, estamos prevenidas por Flavius y me da la sensación de que te conoce de mas. Miré hacia el interior con nerviosismo, todo aquello no me gustaba demasiado y suspirando centré la atención en mi prima, ya que me parecía de suma importancia y no sabiendo bien por donde empezar. -Es una anciana, de como unos sesentaicinco, aunque supongo que sean mucho mas, baja, como de mi estatura, un poco mas rellena que yo, pelo y ojos grises, le cuesta andar y es sacerdotisa. No sabía cómo describirsela mejor y entonces recordé algo que ella misma había dicho. -Dijo que ya de pequeña hacías lo que te daba la gana... y que la mala leche te venía de familia... Eyra Weasley... ¿Te suena de algo? Sabía que si la anciana estaba en lo cierto, su nombre, le traería recuerdos, lo que no tenía claro es que realmente fuera ella y estando en alerta contra posibles ataques externos, aquello parecía el primer intento. -Por favor no entres, hablemos y analicemos esto, por si acaso.
  18. Aquella mujer no me gustaba, tanto secreto, tantos rodeos. Me encogí de hombros y la observé mientras se calentaba. No me pasó desapercibido el echo de que había parado el fuego que no se extinguía y aunque ella no le dio importancia, yo si. -Tal vez si me cuenta lo que ha hecho, igual yo puedo ayudarla con el control. Si tenía el poder de parar un fuego, que yo había tenido que ir a buscar a la isla (?) de olimpia y el cual no podía controlar, a pesar de que el resto de los fuegos si. Aquello me intrigaba... -Venga Eyra, la acompaño a su celda, luego le buscaré algo para que se alimente. La guié hacia una de las esquinas del confesionarios, para recorrer un pasillo por el que apenas cabíamos las dos y la hice entrar en una pequeña sala en la que había una silla, un pequeño escritorio, un baúl y una cama. -En el cajón hay mantas , no pase usted frío. Vengo ahora. La dejé a solas y salí de nuevo a la nave central del confesionario, me acerqué a Sagitas a ver si había averiguado sobre la sopa. Junto cuando salí de la vista de la puerta que daba a las celdas, creé una llama en la palma de mi mano y le hablé. -Heliké, hay en el confesionario una anciana que dice conocerte, pero que no debes verla, te aviso porque no me gusta, no me parece de fiar. Se tu la que decida al respecto, si vas a venir, hazlo con cuidado... La llama se elevó en el aire y luego salió a buscar a la persona que era destinataria del mensaje. Y yo me quedé con una Sagitas que de saber algo de la sopa, se estaría comiendo un buen plato, o intentando terminarse la olla, para no dejarnos nada al resto, porque estaba demasiado buena como para compartirla.
  19. @ ohhhhhhhhhhhh Me gusta mucho! solo una pega, no tengo idea de inglés, la frase pierde mucho si se pone en español? sería pedirte mucho? Sólo eso, lo prometo, porque me gusta mucho y ahora no sé como diablos rellenar las lineas para no hacer un spam descarado, tampoco sé si aquí está regulado XD En fin ignora toda esta parte ^^
  20. -Si Heliké, pero nos ha prevenido contra otros... Miré a Sagitas y luego le retiré el encantamiento a su hijo. Tenía que averiguar por qué estaban allí siendo tan tarde y puede que el niño me lo contase. -Akira está durmiendo, es tarde, cielo. Le pasé la mano por el pelo y se escurrió como si no quiesiera que lo tocara. No supe si por enfado o por que estaba llegando a ese tramo de edad en los que los gestos afectuosos eran como echarles corrosivo. Pero no le di mas importancia y me centré en interrogar a mi tía. -¿A ocurrido algo? ¿Estáis bien? Empezaba a ponerme nerviosa y mi mente había comenzado a funcionar a mucha velocidad, pensando en cómo protegernos, qué cosas comprar para proteger la mansión. Y tras unos instantes, los que tardó Sagitas en responderme, apareció una sonrisa en mis labios, porque ya tenía la idea de lo que podía adquirir en el Mall. Mas tarde les propondría una excursión a la tienda, tenía galeones que gastar para proteger a mi familia.
  21. No sabes lo agradecida que estoy por que hayas pasado por mi status y que en tu firmería tengas el formulario de emergencias, casi lloro de felicidad. Normalmente me las hago yo, me tiro a lo sencillo ya que de PS se bien poco, pero llevo unos días en los que no tengo claro lo que quiero, todas las imágenes que miro me parecen buenas y luego no sé que hacer con ellas... Espero que puedas salvarme! Últimamente he estado usando a Ariel, la sirenita, para las firmas, solo tenía que cambiarle los ojos y poco mas, osea que si quieres mirarte sirenas, por mi perfecto. En fin, te dejo crear. ^^ Solo una duda ¿haces Avatares? ¿O eso se considera banner? Muchísimas gracias!
  22. -Espera, me estás diciendo que Deiwan a desaparecido? Comprendía todos los estudios que se estaba preparando y sentí que yo también debería formarme en ese campo. Suspiré y lo anoté mentalmente para a finales de mes buscarme una clase a la que acudir. -Lazo tenemos, pero no creo que sacarlo del invernadero sea seguro, lo único, que podemos cerrar todas las puertas con magia y nosotros entrar por allí pero a menos de que le hagamos un hechizo de resistencia al sol, lo cual es peligroso, no nos serviría de gran cosa... Iba a preguntar por lo de los inferis cuando un grito infantil llegó desde la puerta principal y varita en mano salimos a ver quién era. -Silencius! Ithilion no son horas de dar esos gritos, por el tejo! Miré a mi tía que estaba entre sorprendida y enojada por haber hecho callar a su niño de esas formas. -Si me prometes que no vas a gritar mas, te quito el hechizo... Tía es mas de media noche, que hace este terremoto despierto? Has visto a alguien por fuera merodeando? Miré fuera de la mansión y me aseguré de no ver nada por allí. Cerré la puerta y guié a la familia al salón donde se reavivó el fuego, que poco a poco había bajado de intensidad a medida que hablábamos Heliké y yo. Al poco apareció Mohitié bostezando y estirandose, se quedó cerca de nosotros como vigilando por si volvíamos a hacer ruido.
  23. Miré fijamente un trozo de pan flotando en la sopa mientras procesaba el que echara de menos el ser humana, nunca le había escuchado eso a un vampiro y me pareció curioso, pero solo sonreí, ya iríamos sobre ese tema en otro momento. Su voz cambió cuando empezó a hablar del tipo que nos asaltó, se le notaba cierto cariño al pasado. -Osea que te ayudó a integrarte entre los magos. La sopa estaba de muerte, pero se había acabado y casi lo agradecí, porque si comía mas, me dolería la barriga y podría ser contraproducente. -Y si usas esas energías para talarme un árbol del jardín y así hacemos leña? La miré, toda seria para ver lo que me decía al respecto y al ver su preocupación, le respondí a lo que ella proponía. -Tranquila, es broma, no necesitamos leña estando yo. Matt es un buen tipo, pero no es cosa suya, es cosa de la familia. Tal vez, tengo que hablar con Deiwan para que uniendo a la Vladimir y a la Rambaldi, algo podamos hacer. ¿Qué te parece? Era lo único que se me ocurría para que mi primo no entrase en modo cazador y terminase la pareja rota de una forma u otra. No quería perder a nadie mas, ya llevaba a mi espalda demasiadas pérdidas... Con esas ideas en la mente, me recosté en el sillón y miré con detenimiento a Heliké, mientras ella bebía el flamigeo licor. -Vale, voy a tirarme a la piscina. ¿Y si escribo al tipo ese Flavius, y nos enteramos de lo que él cree que te van a hacer y aprovechamos y montamos un plan de contingencia ante incidencias y que nos mantenga a todos a salvo? Hice un esto con la cara, como si me estuviera doliendo algo, lo que quería era que no me tirara el vaso a la cabeza, porque siendo cristal macizo y con su fuerza, seguro que me dejaba lela del todo. Esperé a ver lo que me decía. -No hace falta que nos fiemos, solo estar prevenidos, por si acaso...
  24. Respiré tranquila al saber que dentro de un rato el cansancio físico y mental volvería a ser todo mio, y Heliké se sentiría mejor. -Tranquila, el derrumbe es por mi culpa, te absorbiste parte de mis emociones. En ese momento apareció un elfo en silencio y como mi prima estaba hablando yo le gesticulé que quería una comida completa y para mi compañera le pedí algo mas fuerte. -Pues algo habrás de resumir, pequeña, ya que yo no tengo toda la vida para quedarme sentada... Empieza por algo fácil... ¿Fue él, el que te transformó? Si la había llamado aprendiz no se me ocurría de que otra cosa podría estar aprendiendo ella de un vampiro extraño, ya que si fuesen enseñanzas legitimas, habría escuchado hablar de él o los hubiera visto juntos en algún momento. Cuando llegó el elfo con una bandeja, me quité la capa y la arrojé a una silla mientras me acercaba a aquel fuego que prendía en cualquier medio posible, siempre en mi presencia. Su calor se sentía bien y me daban ganas de quedarme delante de el durante el resto de la noche, pero recordé a la afligida Heliké y me volví hacia el sillón que ella había ocupado y en el que aún cogía yo. -Con tu permiso y mientras me cuentas, voy a cenar algo, que llevo días sin probar bocado. El plato de sopa con en mendrugo de pan que lo acompañaba, tenía un aspecto suculento, pero antes de lanzarme sobre ello, le pasé el vaso de whisky de fuego y luego troceé todo el pan, subí los pies al sillón y esperé a que empezara a hablar para meter la primera cucharada de sopa con pan en la boca.
  25. Si como sacerdotisa había llegado a conocer a las personas, me di cuenta de que aquel hombre estaba realmente preocupado. Yo no sabía quién era, ni qué unía a aquellos dos o por qué extraño motivo la había apuñalado y todavía estaba en libertad. Pero estaba preocupado. No supe muy bien qué tipo de magia estaba realizando con aquella daga, pero me di cuenta de que de repente me sentía algo mejor. Luego caí en lo que había hecho, sus palabras eran inequívocas y no debió haberlo hecho, ahora tenía que estar tremendamente cansada y todo por protegerme, esperaba que no se estuviera poniendo en peligro por mi estado. -Ten cuidado loca- le dije mientras seguía apuntando con la varita al extraño. Yo sabía de esa vigilancia, creo que nadie se libraba de ella en esta casa, mas aún sabía de la vigilancia de los vampiros, pero hacía tiempo que no se acercaban tanto a nosotros... Eso no solo ponía en peligro a Heliké. Acabé por los suelos en cuanto me descuidé y la sombra desapareció. Me levanté lo más rápido posible y lo busqué con la mirada, pero no estaba, no había rastro de auras negro-rojizas, mas allá de la de mi prima, a la cual abracé porque estaba llorando. -A ver alma de cantaro, dime que puedes romper el vinculo que has creado entre nosotras... Y creo que necesitamos hablar. Sin soltarla demasiado, la levanté no sin esfuerzo y aún mirando alrededor nos dirigimos a la casa, dentro estaríamos mejor, no creía que aquel visitante fuera a volver por aquella noche.

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