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Valeskya Granger

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Mensajes publicados por Valeskya Granger

  1. - ¿Magia sin varita? – Valeskya salió de su ensimismamiento y observó de reojo a su hermano, quien se había situado a un lado de ella. – ¿Quién eres tú y qué has hecho con mi hermano? – En su rostro se dibujó una sonrisa, sabía que había una prohibición y particularmente nunca había estado interesada en romper dicha regla, sin contar lo peligroso que podía salir si se hacía algo mal.


    Escuchó un sonido originado por platos y vasos provenientes de la cocina. Supuso que se trataría de alguno de los elfos que se había percatado de su presencia y se preparaban para brindarles algo de té o algo más refrescante. La bahía sin duda tenía una vista bellísima, pero algo que pudo notar, es que el lugar parecía que no había sido visitado por más personas aparte de los Granger. ¿En qué parte del mundo estarían? Supuso que la única persona que sabría exactamente la ubicación sería su prima Sophie.


    - A decir verdad, querido Joaco, mi vida ha sido muy aburrida y predecible. ¿No te lo imaginas? – Caminó y se acercó a la mesita que estaba más próxima a ellos. Tomó una revista y empezó a abanicarse. – Una vista preciosa si me preguntas, pero odio el calor y más cuando no estoy adecuadamente vestida para ello. –


    La elfina de la Granger apareció inmediatamente con un par de bebidas que parecían tener mucho hielo y un color azul que parecía degradarse a medida que llegaba al fondo del vaso. 


    - Gracias Breena.- Dijo a la vez que bebía un trago y se preguntaba en qué momento su elfina había adoptado esa habilidad para la coctelería. – Brindemos, porque este encuentro sea más agradable y duradero de lo que ya es.- Y chocó el vaso con el de su hermano de una manera muy delicada.


    - He estado alejada de todo lo que es la magia y he estado deambulando entre los excesos del mundo muggle y quizás una que otra vez, dando rienda suelta a lo que somos…- No estaba dispuesta a dar detalles acerca del tema, pocas veces le gustaba conversar acerca de la condición que tenían ella, su hermano y su prima Sophie. Contrario a ellos, la ojivioleta no aceptaba del todo su condición, era algo de lo que siempre renegaba, sobretodo con el hecho dejar que el monstruo se apoderara de su mente y hacer al final algo de lo que se arrepintiera, sin embargo, era inevitable ocultar lo que era y de vez en cuando había usado a un par de personas para cacería, lo cual no podía negar que era muy divertido.


    - Y… es todo.- Valeskya había sido demasiado precisa en su respuesta. – Ha sido demasiado aburrido todo, tanto que ni siquiera he tenido el ánimo de ver la bola de cristal o leer las cartas para saber el futuro… sería deprimente saber que las cosas continuarán igual. Pero al menos a ti te veo muy interesado en el tema. ¿Te desborda la ansiedad por saber qué es lo que el destino te depara hermanito? Estoy dispuesta a salir de la rutina si al menos me dices qué es lo que te tiene tan interesado por saber. ¿Cuál es ese mal presentimiento que dices? Claramente ese sentimiento aparece cuando piensas específicamente en alguna persona. ¿Acaso hay algún protagonista de tus pensamientos actualmente? – Preguntó la joven con sumo interés.
     

    @ Joaquín Granger

  2. Apareció en los terrenos de aquella antigua edificación, ya bastante conocida y no tanto porque hubiera estado incontables veces allí, sino que era algo que claramente representaba para ella y para la decisión que había tomado hace varios años. Era el camino que ella había elegido y las cosas iban a cambiar a partir de ese instante, ella lo sabía, aunque no estaba segura de lo que iba a ocurrir, lo cierto es que ciertamente aquel llamado no podía augurar nada bueno. Era de noche y el clima parecía ser el anuncio de que algo iba a ocurrir esa noche.

     

    Iba vestida completamente de negro, en su rostro llevaba una máscara que cuidaba lo más preciado para ella en esos instantes: su identidad, aquella que cuidaría de todos los que se encontraría en su camino a partir de ese momento. No quería que ni nada ni nadie supiera de quién era ella. No le interesaba hacer amigos, no dentro de ese lugar. Sabía perfectamente que al igual que ella, habría otras personas cuidándose unas de otras, no tanto porque fueran a hacerse daño entre ellas, sino era más bien una cuestión de seguridad para todos.

     

    La pálida piel de la bruja contrastaba con el color de su atuendo, sus pasos parecían guiarla hasta el origen de aquel sonido que parecía hacerse más intenso a medida que se acercaba. Eran voces, no podía distinguir si se trataba de algunas risas o era una conversación; de lo único que estaba cien por ciento segura, es que de entre todo aquel murmullo, alguien parecía estar pasándola mal.

     

    - ¿Ha dicho algo? – Dijo a manera de saludo para los que estaban presentes.

     

    Se contuvo de decir que quizás podría haber otro método más práctico para acelerar las cosas, le aburría de pensar en lo mucho que se podría prolongar todo eso. Algo dentro de ella le decía que eso no solo era por el solo hecho de que pudiera dar algún tipo de información; todo se centraba en el placer de tener todo bajo control, ella conocía perfectamente ese comportamiento, lo había visto en su hogar y de cierto modo estaba acostumbrada: el cazador y la presa.

     

    Ella era más práctica, le aburría ese tipo de juegos que solo la hacían perder el tiempo. Sin embargo, sabía que si quería obtener el favor deseado, tenía que estar allí y hacer lo que le dijeran.

    @ Ada Camille Dumbledore  @ Rose Black Lestrange

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  3. Lejos de sentir que esa fuera una reunión de hermanos entrañable, parecía que ambos lucían cautelosos con ese reencuentro que acababa de ocurrir. No era tanto que se odiaran, o que se desconocieran, sino más bien había un extenso antecedente de sus conversaciones en el pasado, muchas de las cuales habían terminado en discusiones y donde ambos terminaban echándose en cara los errores del pasado. Al menos para ese momento, Valeskya solo se había limitado a asentir en respuesta a su hermano a una pregunta tan simple sobre cómo estaba.

     

    Sabía que ese tipo de conversaciones ameritaba algo más que un jardín acompañado de una mansión abandonada. Tanto tiempo sin verse y ahora todo se resumía a estar ahí, rumbo al sótano, lugar en donde la familia había sufrido varios incidentes, el último era el que había ocasionado que aquella edificación permaneciera en ruinas durante los últimos años. La ojivioleta dirigió una triste mirada a su alrededor, mientras su hermano soltaba en voz alta justo lo que ella estaba pensando en ese momento.

     

    Al final del camino, aparentemente sin ningún tipo de resguardo, estaba aquel portal luminoso, con esas ondas hipnóticas que invitaban a pasar. Contrario a lo que la Granger esperaba, su hermano quien al inicio parecía dudoso de descender hasta aquel lugar, tomaba el valor de entrar primero. Sin que él pudiera verla, ella no pudo evitar dibujar una sonrisa en su rostro: “así que has cambiado un poco”, dijo para sus adentros mientras ella lo seguía.

     

    Lo primero que sintió la bruja, fue una desagradable molestia en los ojos: la luz del día que la deslumbraba en ese momento. A pesar de que creía estar preparada para cualquier momento, sin duda lo último que esperaba era aquella especie de bahía de fondo y esa ¿cabaña? Que a pesar de que estaba muchísimo menos espaciosa que la mansión, parecía tener una inusitada calidez.

     

    - ¿Dónde estaremos? – Dijo Valeskya a modo de respuesta, mientras veía a su hermano acomodarse. – Si me preguntas de las cartas, debes saber que es mucho más divertido ver las tragedias y las predicciones oscuras o catastróficas, como quieras llamarlo.-  Su joven y pálido rostro se volvió serio. – Lo cierto eso último es lo que me hizo volver. Por un instante pensé que alguien de la familia está en peligro, pero todo luce extrañamente tranquilo.-

     

    Estaba de espaldas a su hermano, mientras veía la bahía a través de la ventana. Sintió curiosidad de explorar a su alrededor, esperando encontrar a alguien más, pero algo en su interior decía que todo eso era una pérdida de tiempo. ¿Acaso había fallado a la hora de observar en la bola de cristal? Quizás estar de ermitaña durante tanto tiempo ya estaba ocasionando que la locura se hiciera presente.

     

    - Principalmente tú, te ves extrañamente tranquilo y en paz.- Soltó a su hermano de repente, como si no hubiera hecho ninguna extraña pausa. - ¿Has usado alguna vez los hechizos desde que te fuiste de Londres? ¿O acaso ya te olvidaste de cómo utilizar tu varita? – Volteó a verlo y soltó una risa burlona, pero no cargada de malicia como otras veces. – Probablemente yo necesite una seria ayuda sobre cómo realizar hechizos de nuevo… una vuelta a los restos de la biblioteca y un poco de ayuda por parte de mi hermano no va a estar de más.- Finalizó.

     

    @ Joaquín Granger

  4. Un susurro proveniente del viento la sacó de sus pensamientos y a trajo de vuelta a la realidad. “¿Abandonadora?” Dijo la Granger para sus adentros, entrecerrando los ojos un tanto molesta, más cuando comenzaba a interpretar la voz más como un reclamo que otra cosa. Y antes que pudiera voltear a ver de dónde provenía aquella voz, que dentro de todo le resultaba extrañamente conocida, rápidamente se vio envuelta en los brazos del Granger en el que había estado pensando momentos atrás. Lejos de sentirse atacada, sabía que era un gesto de amabilidad o cariño por parte de alguien conocido, alguien a quien no había visto desde hacía tiempo.

     

    - Joaquín Granger – Exclamó la ojivioleta, tratando de sonar indiferente, pero a la vez permitiendo que ese abrazo fuera suficiente para expresar lo mucho que echaba de menos tener una conversación con su hermano.

     

    Las pálidas y heladas manos de Valeskya sujetaron con gentileza los brazos de su hermano por unos instantes más y poco después los bajó para separarse de él mientras lo veía. Así como ella, su hermano parecía tener el mismo aspecto habitual: altivo, un tanto caprichoso, siempre vistiendo bien y con ese porte que lo caracterizaba. Sin embargo, en su mirada parecía tener algo de dureza, como si hubiera perdido algo, aquella amabilidad que solo demostraba con la gente que quería parecía haberse ido, lo que hizo que ella se preguntara si había pasado algo de gravedad en ese tiempo que no se habían visto.

     

    - ¿Cómo has estado, querido? – Preguntó, al mismo tiempo que su mirada violácea buscaba un lugar en el que pudieran charlar. - ¿Tienes el tiempo suficiente para dedicarle a tu querida hermana? Quizás podríamos ir a un lugar más cómodo… - Añadió, recordando que había un portal dentro de la mansión que los llevaba a una cabaña en donde algunos Granger podían descansar cómodamente. 

     

    No pudo evitar suspirar al tener un pensamiento fugaz en donde todo volvía a ser como antes, pero sabía que era mucho pedir. Las cosas habían cambiado tanto con el paso de los años, que era casi normal que la nostalgia se pudiera apoderar de ella en ciertos momentos, en donde había sido feliz de muchas formas: con su familia, con sus amigos, con otras personas. Había aprendido a que el pasado era mejor que se quedara ahí donde estaba, con sus buenos y sus malos recuerdos y que por más que ella extrañara a esas personas que habían sido importantes en su vida, aunque volvieran, las cosas no serían igual.

     

    - Hay tantas cosas que quisiera preguntarte, pero creo que la cantidad de preguntas te podría resultar agobiante, pero si de algo estoy segura, es que tu vida seguramente ha sido mucho más divertida que la mía durante este tiempo que no nos hemos visto. – Dijo de forma despreocupada. – Lo que si me intriga un poco, es el hecho de que se te haya ocurrido aparecer justamente hoy, es como si le hubieras avisado a mis cartas que justamente hoy tenía que venir acá… - Se cruzó de brazos y echó un vistazo a lo que quedaba de la mansión. - ¿Crees que alguna vez vuelva a la vida? -

     

    Comenzó a avanzar hacia la parte del sótano, sorteando algunos escombros, el polvo y las telarañas. Trataba cuidadosamente de que su ropa se mantuviera pulcra, incluso le molestaba el estado de abandono en el que se encontraba eso. Aunque a la vez podía encontrar la ventaja de que nadie se atrevería a andar husmeando por ahí sin que ninguno de ellos se atreviera a cruzar más allá del jardín.  La luz proveniente del sótano les indicaba a los hermanos Granger que justo ahí se encontraba el portal que los llevaría a la verdadera guarida (? seguramente bien resguardada y cuidada por Sophie. Era la primera vez que ella se aventuraba a ese lugar, así que no sabía qué esperar de ahí. 

     

    @ Joaquín Granger
     

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  5. Caminando por el amplio jardín de lo que ahora eran los restos de la mansión Granger, la bruja ojivioleta tenía una expresión de aburrimiento en el rostro, que ya comenzaba a hacerse habitual en ella. No recordaba cuándo había sido la última vez que había estado allí, pero esa sensación de vacío al comprobar una vez más que no había nadie más cerca de ahí ya parecía ser el factor común; por lo que veía a su alrededor, ya tenía mucho tiempo que alguien no llegaba a pararse por ahí. Todo lucía abandonado y eso hizo que la joven se preguntara si alguna vez la mansión y la familia volverían a ser igual.

     

    - Basta de sentimentalismos…- Dijo la joven en voz alta.

     

    Tal vez en otra época hubiera sido diferente, pero ahora la embargaba un sentimiento de resignación, ya no tanto por extrañar a los demás, sino más bien la mayoría andaban en sus cosas, con sus hijos, con sus trabajos, haciendo sus vidas en otros lados fuera de lo que era Londres, así como ella. Aunque los últimos meses (¿o años?) se había dedicado a lo que era viajar, divertirse y gastar dinero que obtenía a través de métodos que seguramente serían cuestionables para más de una persona [?]. Claro que había momentos en los que extrañaba volver a Ottery, el clima, el trabajo, el negocio y la rutina en general

     

    La noche apenas había caído sobre Londres, el clima continuaba casi igual que en navidad: el aire gélido que tocaba la piel de Valeskya, así como aquellos días que parecían ser sombríos y tristes para algunas personas. El clima invernal no tenía efecto alguno sobre ella, sino que se trataba de poder vestirse como lo hacía el resto solo por parecer uno más. Iba vestida con su pantalón, botas de color negro y un suéter rojo. Avanzaba con lentitud, como si estuviera examinando cada parte del jardín, esperando encontrar alguna señal de vida por parte de alguien.

     

    Su elfina, Breena, le había informado que de vez en cuando se encontraba con los otros elfos domésticos: el de su prima Sophie y el de su hermano. “Mi hermano” repitió Valeskya para sus adentros: ¿Qué había sido de él? A pesar de que solían tener fuertes peleas, en el fondo lo quería mucho, pero aún así jamás daría el primer paso para buscarlo, porque seguramente en algún momento en el que discutieran, sería una de las cosas que cualquiera de los dos se echarían en cara a la primera oportunidad.

     

    Sin decir una palabra más, se quedó de pie, esa mañana había consultado las cartas y éstas le habían dicho que sería un día en el que se reencontraría con su pasado. ¿Acaso ese era el pasado? ¿Volver a buscar lo que había sido su antiguo hogar? A lo mejor eso era lo que había visto en las cartas: un indicio, pero no de encontrarse a alguien, sino más bien que ella no se olvidara de lo que alguna vez había sido su familia.

    @ Joaquín Granger

  6. Hola:

    Creo que algo que añadir sería que, si el foro vuelve a la actividad, es que le den la oportunidad a más gente de desempeñar cargos, no solo en moderación, sino que en otro tipo de actividades. Gente que siempre pidió oportunidad de dar clases de conocimientos, o lo que sea, que nunca tuvo chance por porque lo general siempre fueron situaciones en las que había mucha sobrecarga de actividades y puestos que recaían sobre las mismas personas.

    Y soy partidaria de que vuelvan las cosas de forma más simplificada.

    Cita

     En caso de recuperar la actividad:

    ¿Te gustaría pertenecer a un bando?

    ¿A cual? Por ahora, La Marca.

    ¿Estás interesado en formar parte del equipo del foro?  Sí.

    ¿Qué disponibilidad de tiempo tendrías? En las noches.

     

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  7. Los pasos de Valeskya era lo único que sonaba en los alrededores de aquella colina solitaria; el destino era la mansión Riddle, un lugar al que ella jamás hubiera pensado ir. Quizás en el pasado hubiera podido sentir alguna emoción al llegar a aquel lugar, sin embargo ahora lo único en que pensaba era en llegar y ver si había alguna clase de movimiento en aquel lugar. Recordó con amargura lo que era su casa y ver que las últimas veces en que se había aparecido por allí, el lugar era reinado por el silencio.

     

    De lo único que podía asegurarse la joven en ese momento, era que mientras más se acercaba a la mansión, podía sentir la magia oscura, aquel escalofrío que podía recorrer su cuerpo y que no le molestaba en lo absoluto. “Joaquín moriría por estar acá, sin dudas”, fue el primer pensamiento que llegó a la mente de la joven; en sus labios se dibujó una leve y amarga sonrisa; tenía tanto tiempo sin ver a su familia, que en más de una ocasión llegó a pensar en que algo les había sucedido. “No, ellos siguen andando por ahí”, afirmaba enérgicamente.

     

    No quería aceptarlo, pero en el fondo, la ojivioleta pensaba en que quizás encontraría a alguien que pudiera darle algún tipo de información sobre su familia. Con ese pensamiento, sus pasos fueron avanzando cada vez más rápido hasta llegar a la entrada de aquel lugar. Sin más, se adentró en la mansión y pudo ver una alfombra roja, lo cual le aportaba una sobria elegancia a ese pasillo y acto seguido comenzó a agudizar sus oídos, en busca de alguna señal… o alguna trampa. Con sus manos acomodó rápidamente su cabello, el cual había sido levemente alborotado por el viento.

     

    Pudo escuchar el sonido de una botella siendo destapada, fue la señal que la Granger necesitaba para poder acercarse al salón más cercano. Temía llegar de improviso a un lugar donde probablemente había alguna reunión a la cual no había sido invitada. Se asomó y pudo ver un rostro ya conocido, el de una Dumbledore. Se quedó de pie en la entrada, mirándola durante unos breves instantes:

     

    - ¿Interrumpo algo? – Exclamó al tiempo que se acercaba y se sentaba en el mueble que estaba frente a su amiga y ahora compañera de bando.  ¿Olvidando las penas con un buen vino y sin invitar?  -

     

     

    @ Ada Camille Dumbledore

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  8. Valeskya con máscara.

     

    Era una extraña sensación que recorría su cuerpo, desde que le habían dicho a dónde tenía que acudir, aunque no sabía con exactitud qué era lo que tenía que hacer o qué era lo que tenía que esperar de aquella misión encomendada. Esta vez era algo diferente para ella, podía sentir aquel tatuaje que ahora formaría parte de ella de ahora en adelante. Había tomado aquella decisión y ahora quería demostrar que no solo pronunciar palabras y que éstas quedaran en el aire; para ella era un nuevo un nuevo giro que tomaría su vida de ahora en adelante.

     

    La ojivioleta apareció fuera de la reserva, un lugar que solía agradarle visitar habitualmente; tenía entendido que algunos de los animales que solían habitar ahí, tenían dueño y que por el espacio tan amplio del que disponían, muchos habían decidido que era el mejor lugar para aquellas criaturas, algunas dóciles y otras no tanto, pudieran andar con mucha mayor libertad. Sin duda le resultaba un lugar sumamente inusual para llevar a cabo una reunión; “reunión”... y no pudo evitar reírse en voz alta de lo que acababa de pensar.

     

    En esa ocasión iba vestida completamente de negro, y por más extraño que pareciera para la Granger, una máscara como tipo velo, cubría su identidad. “Mortífagos” dijo una voz para sus adentros, le resultaba tan irreal y ahora ahí estaba, formando parte de ellos, teniendo una razón por la cual permanecer en Londres, la oportunidad perfecta para tomar partido en algo en lo que había decidido mantenerse al margen durante mucho tiempo. A medida que avanzaba, continuaba riendo, por todo lo que ese momento comenzaba a representar para ella. Casi podía ignorar todo el alboroto que parecía haber a su alrededor: gente corriendo para todos lados, algunos intentando rescatar a los animales y otros más impidiendo eso.

     

    Valeskya podía escucharlo, el sonido de las hojas de los árboles siendo agitadas por el viento, el graznido de las aves al huir y las voces de unas personas lanzando hechizos, a cierta distancia de donde ella se encontraba. Bajo una de las mangas de su oscura túnica, llevaba su varita, lista para lanzar hechizos de los que hace mucho no había ocupado; esa inusual emoción de que había algo listo aguardando por ella y pronto averiguaría qué era.

     

    A lo lejos pudo distinguir varias siluetas, de personas que portaban diferentes tipos de máscaras; sabía que no podría distinguir ni las voces, ni mucho menos los rostros, así que solo esperó a ver cómo comenzaba a incendiarse algo que antes tenía pinta de ser alguna construcción o algo que no llegó a ver. 

     

    - Espero no haber llegado muy tarde... - Dijo casi indiferente ante la situación que estaban presentando sus violáceos ojos. - Y no haberme perdido de la mejor parte. ¿Quién es Galia? - Continuó hablando sin dirigirse a nadie en particular.

    @Todos (?

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  9. Era uno de los días en los que caminaba sin dirigirse a ningún sitio, sin ninguna otra idea más que dejar que sus pasos la guiaran por aquel lugar donde la vida comenzaba a hacerse monótona, donde todo parecía repetirse una y otra vez: la calle, la gente iba y venía, donde ya creía reconocer a todos, al menos de vista; Valeskya no sabía si eso último se debía al exceso de tiempo libre o en realidad la cantidad de magos y brujas que solían andar por ahí era mínima.

    Suspiró, deteniéndose de vez en cuando para observar mejor la estantería de algún local, mientras se preguntaba si valdría la pena comprar algo que probablemente pudiera resultar innecesario. Había pasado gran parte del día tratando de ver qué era lo que quería mostrarle el interior de aquella esfera de cristal, solo recordaba la niebla en su interior, que parecía disiparse a ratos, mostrando un par de siluetas, sin rostro, sombras que iban y venían; seguramente sabría de quiénes se trataba tarde o temprano, sin embargo, lo único que rondaba en su mente era saber su identidad y qué tenía que ver ella con esa cuestión.

    - ¡Ay! -Venía tan absorta en sus pensamientos, que no se percató de que había un mago parado a la mitad de la calle donde ella caminaba y había chocado con él accidentalmente. - ¿No puedes pararte en un lugar donde no estorbes? - Dijo, bastante malhumorada, aunque el mago parecía no haberse inmutado con lo ocurrido. - Oye, te estoy hab...- La Granger dejó las palabras en el aire al ver que no era el único que parecía obstruir la calle a propósito y se percató que era un grupo de magos y brujas que estaban muy atentos a una televisor, prestando atención a lo que estaban transmitiendo en ese momento.


    Un tal Vincent, dando una entrevista mucho más que peculiar y hablando de algo que a ella le molestaba en particular; "Una conversión masiva…. O una forma bastante descarada de conseguir alimento sin gran esfuerzo" Pensó desdeñosamente mientras prestaba particular atención a los rostros que recorrían aquel grupo de personas; algunos parecía expectantes, otros asustados y otros más parecían pensar de verdad que todo eso se trataba de un show barato; pero la ojivioleta sabía perfectamente que no era un truco, aunque le causaba una curiosidad bastante inusual sobre el motivo por el cual había llevado a ese vampiro hacer semejante anuncio, aunque estaba segura de sus intenciones reales estaban muy lejos de ser las mejores.

     

    "'Al menos sabe cómo atraer la atención de la gente" dijo la joven para sus adentros, mientras observaba la pantalla y notando la manera en la que se expresaba: usando el tono, en el momento y las palabras... todo en las dosis adecuadas, logrando cautivar a propios y extraños. "No cabe duda de que esto no es algo improvisado, sin duda dará de qué hablar"; la pelinegra se cruzó de brazos, mientras trataba de ignorar los murmullos que parecían taladrar sus oídos, sabía que esa situación sin duda pondría a todos los vampiros existentes en la mira y no dudaba en que las consecuencias a nivel diplomático, se daría a notar muy pronto. ¿Qué era lo que ganaba con todo ese espectáculo que estaba dando?


    Una voz a sus espaldas la tomó por sorpresa, más que reconocerla tan prontamente, se sintió terriblemente incómoda, casi pudo sentir que la señalaba directamente al mencionar que andaba buscando un vampiro. Vio que Bel no se encontraba sola, venía en compañía de otro mago, alguien a quien no recordaba haber visto alguien. Pudo notar rápidamente que aquel pequeño grupo se había dispersado, casi rodeándola. Logró escabullirse, aunque no tan discretamente como le hubiera gustado, mientras se acercaba a la bruja.


    - Hola - Levantó la mano a manera de saludo para ambos, mientras podía sentir que  la paranoia comenzaba a apoderarse de ella, pensando que en cualquier momento aquella multitud se podría abalanzar sobre ellos. - Quizás encontrarme no haya sido la mejor opción para ti, si es que en realidad buscas un vampiro en toda regla. - Esbozó una breve sonrisa, aunque lo que había dicho estaba muy lejos de tratarse de una broma.


    - ¿Podemos irnos? Preferiría un lugar más... discreto – Susurró al tiempo que comenzaba a avanzar en dirección contraria a aquella multitud, notaba que Bel parecía entusiasmada y poco preocupada por seguir ventilando lo que ella era en realidad. – Aunque puedo decirles que de lo único de lo que puedo estar segura, es que aquella gente entusiasmada por abrazar la inmortalidad de manera voluntaria, no tienen idea de nada…. O quizás… - Se quedó pensativa. – Bueno, en este mundo hay gente muy loca.-  Se inclinó de hombros. – En otros temas, me da gusto encontrar un rostro conocido desde que volví a Inglaterra… aunque veo que no soy la única que está ansiosa de hablar con ustedes. – Inclinó la cabeza, señalando a Melrose.
     

    @ Rory Despard  @ Melrose Moody  @ Syrius McGonagall

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  10. Yo estoy intentando retomar de a poco el hábito de la lectura, aunque a veces se me hace difícil por la vida muggle y eso, pero no desisto. Lo que sí concuerdo contigo, es que el autor es increíblemente detallista con todo, te da el por qué de cada cosa y efectivamente, veo que promete bastante, al ver la cantidad de libros que son. Me alegra y hasta cierto punto, me alivia saber que la historia mejora un montón, porque de verdad hay partes en donde parece más tedioso y da la sensación de que podría prescindirse de ellas sin ningún problema xD.


    [Algo de spoiler…]
     

    Todo esto desde mi opinión de un libro que llevo leído hasta la mitad y haber visto la serie completa: lo cierto es que también vi los clips extras que venían en la serie y vi donde hacían pequeñas entrevistas y en algunas dejaron ver el por qué de las decisiones que habían tomado al respecto de algunos personajes. Al menos lo más impactante para mí, fue ver que la relación Egwene – Rand en el libro es mucho menos cercana de lo que se muestra en la serie, tal y como lo has dicho, es más como algo platónico, pero no sé, me parece un poco raro (dicho sea de paso, hasta ahora Egwene no es de mis personajes favoritos xD).

    La tragedia de la mujer de Perrin: vi que intentaban justificar parte de su personalidad haciendo que apareciera una esposa y la perdiera, para mostrar el nivel de madurez del personaje.

    Lo de Moraine perdiendo sus poderes: en la serie fue un wtf, me dejó preguntándome ¿Por qué sin poderes? ¿Por qué todo queda inconcluso? ¿Por qué tengo que esperar hasta la siguiente temporada? 

    Y básicamente eso, no puedo aportar mucho , ya que todavía no termino el libro; vendré más adelante con mi reporte (?).
     

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  11. Estando de pie en la entrada a las mazmorras que habían sido habituadas como sótano de la familia Granger, Valeskya se quedó de pie, a medida que en su mente comenzaban a formarse cada vez más preguntas sin que hubiera alguien que pudiera darle una respuesta concreta. Todo se trataba de suposiciones, o eso quería creer ella, a pesar de que de Garry intentaba dar algo de consuelo a lo que estaba pasando. Pero ¿qué clase de consuelo podría encontrar ante la posibilidad de que lo que parecía una planta cualquiera, pudiera ser la causa por la cual la mansión se encontrara en esas condiciones durante mucho tiempo?

     

    - ¿Crees que se trate de algún objeto maldito? – Dijo en un susurro, pensando que algo como eso no podría tener su origen en su hogar; los Granger no eran magos oscuros, al menos no los antepasados de ellos, pero no podía cerciorarse de la familia actual, SU familia. Si bien era cierto que todos vivían en relativa armonía, cada quién andaba por su lado y todos tenían su privacidad; sus actividades, legales o no, no eran juzgadas por el resto, así que no podía asegurar que alguno de ellos tuviera algún pasado o presente oscuro.

     

    Intentó decir algo más, pero que algo la sujetó de su pierna y sintió un fuerte dolor en la cabeza, al punto de dejarla aturdida. Tardó un par de segundos en darse cuenta de que la raíz la arrastraba al interior del lugar nuevamente. Se obligó a salir de su aturdimiento para intentar defenderse, pero le resultaba demasiado complicado, intentó pedirle ayuda al mago, pero sentía que si hacía algo más aparte de luchar, se desvanecería en ese mismo momento.

     

    Le pareció escuchar a lo lejos la voz de Garry, intentando ayudarla, pero cuando quiso estirar la mano, solo podía ver más y más ramas o raíces, saliendo de quién sabe donde y se enredaban alrededor de ella, con fuerza. Sentía que mientras más intentaba de defenderse, más complicado resultaba liberarse; comenzó a maldecir con fuerza y entró en pánico al darse cuenta de que no tenía su varita a la mano. -¡MI VARI….! – Alcanzó a decir, al tiempo que veía cómo se alejaba del mago cada vez más, hasta que comenzó a ver todo borroso, hasta desvanecerse por completo.

     

    -.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

     

    Despertó. O eso creyó la ojivioleta, pero todo a su alrededor había una oscuridad casi total, se quedó quieta, tratando de recordar qué era lo último que había vivido. Y lo último que recordaba, era haber visto raíces alrededor de sus brazos y piernas y un intenso dolor. Instintivamente se llevó una mano a la cabeza y pudo sentir que tenía una herida, definitivamente ese golpe no había sido cualquier cosa.

     

    - ¡Maldición! ¿En dónde estaré? -  Y escuchó el eco de su voz retumbando a su alrededor, al tiempo de que se daba cuenta que estaba sola. - ¿Garry? – Preguntó en voz baja y arrepintiéndose casi instantáneamente de haber dicho eso.

     

    Se quedó quieta, al tiempo que podía escuchar con claridad unos pasos que se escuchaban no muy lejos de donde ella se encontraba. Recordó en ese momento que había perdido su varita en su forcejeo anterior, así que no tuvo opción más que quedarse quieta y rogar que esa persona, o cosa que andaba cerca de ahí, no resultara algo peligroso.

     

    @ Hessenordwood Crouch

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  12. Yo no le tenía mucha fe a esta serie, porque... en realidad no soy mucho de ver series xD. 

     

    Pero me encantó! Yo soy de las que prefiere que la temporada esté terminada para poder mirar, me puede estar en incertidumbre de lo que pasa entre un capítulo y otro 🤭, así pude terminar de ver en un par de días. Es muy buena, al menos mi deducción acerca del dragón renacido fue acertada; el único pero que le puse a la serie, fue el final de temporada, esperaba algo más... espectacular por decirlo de alguna forma. 

     

    A raíz de eso comencé a leer el libro, a mi punto de vista y hasta donde llevo leído, hicieron una adaptación brutal para tratar de que todo se entendiera en solo ocho capítulos. Lo que si, es que han cambiado varias cosas, que hasta ahora no se si decir con exactitud si fueron para bien o para mal, pero sí hay algunas cosas a las cuales no les había encontrado sentido en la serie y que vienen explicadas en el libro de una forma muuucho más larga. Mi impresión del libro hasta ahora, es que siento que trae más relleno del realmente necesario, pero bueno, espero cambiar de opinión al terminar de leerlo 🤭

  13. “No cabe duda que la elección de varita es una experiencia única”, pensó la joven mientras continuaba observando al mago en lo que parecía ser una difícil elección. Había escuchado muchos rumores acerca de que era la varita quien elegía al mago y no al revés como muchos, incluso ella, lo pensaban. Joaquín en alguna vez le había explicado algo sobre el tema, justamente la última vez que habían estado allí, aunque por alguna razón que no recordaba en ese momento, la conversación se había desviado en algún punto y habían terminado peleando, como era lo habitual.

     

    La intervención del caballero, detuvo las intenciones de Valeskya de irse a algún lado a hacerse tonta; sugerir enviar a un elfo le resultaba algo bastante lógico, pero a lo mejor había entendido mal o el mago había dejado la intención de usar a su propio elfo doméstico para que se uniera a la búsqueda, algo que le resultaba algo atípico viniendo de alguien a quien no conocía. Dedujo que quizás era amigo de Selene, pero no quiso verse mal educada preguntándole directamente a ella, así que trató de disimular lo mucho que le sorprendía su comentario.

     

    - Ciertamente, los elfos pueden ser bastante hábiles para buscar personas. – Le sonrió amablemente al mago. – Sin embargo, nuestros elfos están… indispuestos, por decirlo de alguna manera. – Evitó dar detalles acerca de que la mayoría de los elfos que habitaban en la mansión, seguramente estaban con sus amos, de los cuales ella no tenía ni la más remota idea de dónde se encontraban, así como también algunos que seguramente estaban apoyando con los negocios familiares, incluyendo a Breena, su elfina doméstica.

     

    - Quizás he entendido mal, pero ¿estaría dispuesto a ordenarle a su elfo que vaya con una desconocida a realizar una búsqueda? – Dijo con cautela. – Claro que conmigo no tendría nada que temer ¿No es así, querida? – Se dirigió a Selene. – Lo cierto es que quizás ni el mejor buscador del mundo podría encontrar a Joaquín, la verdad es que mi hermano puede ser bastante escurridizo cuando se lo propone. Es probable que sería una búsqueda bastante tediosa y que ocasionaría que se quedara sin elfo durante un largo tiempo, lo cual ocasionaría que me sintiera culpable por ello. –

     

    - No he escuchado su nombre. – Dijo sutilmente. – Yo soy Valeskya Granger, un gusto. – Le extendió la mano, se consideraba realmente mala para las presentaciones. – Elegir una varita puede llevar más tiempo del que uno espera, pero valdrá la pena sin duda. Está en el mejor local del callejón, lleno de historia y por supuesto, de varitas con gran potencial para grandes magos. –

     

    No quería verse muy imprudente al respecto, ni tampoco quería que el mago pensara que se metería en su elección.

     

    - Yo no se qué haría sin mi varita, a pesar de que ya no la utilizo tanto como antes, siento que es parte de mi pasado, presente y futuro, claramente. – Finalizó.

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  14. Valeskya hacía lo que podía para quitarse las raíces y rastros de ramas, tanto de los pies, como de las manos y el cabello; se tomó su tiempo para hacerlo, mientras trataba de no asesinar con la mirada a Garry, fácilmente había podido echarle la culpa de que ella hubiera tropezado y todo por preguntar por los elfos de la casa. “¡Pero si es obvio!” pensó exasperada, aunque se guardó de decirle, porque claramente solo ella podía entender la situación: en ese momento y durante varios días, nadie más que ella se encontraba en la mansión, aunque claramente no era algo que pudiera andar diciendo por allí, nunca se sabía quiénes podrían aprovecharse de la situación para entrar a husmear a la mansión.


    - Supongo que no tengo opción más que contarte. – Dice la ojivioleta, más calmada, mientras veía el camino de raíces y el lugar de donde provenían. – Aunque te parezca increíble, la mansión lleva varios días deshabitada. – Se inclinó de hombros. – Sophie se ha ido con sus hijos para algún lado que yo desconozco y bueno… en mi caso me he ido a vivir a otro lado, no muy lejos de acá. – 


    Decidió omitir detalles con respecto a su actual vivienda, no creía que fuera algo que al mago le llegara a causar curiosidad. Lo cierto es que la ojivioleta en ese momento desconocía el paradero del resto de los Granger; fue entonces que se le ocurrió pensar en una escalofriante teoría, que hasta ese momento se le había ocurrido. Lo pensó mucho antes de externar su preocupación, no quería verse tan paranoica al respecto, pero si no era el Ollivander ¿en quién más podría confiar en ese momento?


    - Los elfos probablemente están distribuidos en Ottery Fitness o haciéndole compañía a los demás… donde quiera que estén claro. – Se mordió el labio y cruzó los brazos. – Y no, desgraciadamente no he visto a ningún Granger en semanas. – Se quedó callada unos instantes. - ¿Crees que… haya alguien atrapado ahí? – Señaló el origen de aquellas raíces y aquel clima gélido.


    Se asomó, desde una prudente distancia y recordó inevitablemente que de una forma muy similar había comenzado todo lo que ocasionó que la mansión quedara en ruinas. En ese momento se preguntó si Garry también pensaba lo mismo, aunque su propuesta de irse, solo le confirmaba a la bruja que al menos tenía el vago recuerdo de lo que había pasado. Lo cierto es que había una enorme diferencia entre el antes y el ahora: ahora el número de personas era mucho menor, lo cual significaba una enorme desventaja.

     

    - ¿Qué crees que haya en el otro lado? – Comenzó a alejarse, en dirección hacia la salida. – Si las raíces dices que también están en tu casa ¿Consideras que haya una especie de conexión? – Caminaba prestando especial atención a las raíces que había en el suelo. – ¿Y por qué tengo el presentimiento de que traes algo más en mente de lo cual evidentemente no tengo ni idea? – Con un poco más de confianza, avanzó más rápido. 

     

    - Bueno, creo que a partir de acá tendrás que ir al frente, ya que no se qué es lo que tramas. – Dijo impaciente, al tiempo que se detenía en la entrada de las mazmorras. 
     

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  15. Tenía tanto tiempo que no veía a alguien pasar por el proceso de elección de varita, que Valeskya olvidó por unos instantes el verdadero motivo por el cual había estado ahí y se dedicó a observar al mago con mucho interés. No pudo evitar sentir algo de nostalgia por el simple hecho de que ella no recordaba nada de lo que había pasado al elegir su varita, solo sabía que la había tenido desde que su memoria se lo permitía. Así que ver a alguien pasar por ese proceso, por más simple que pareciera para muchos, era algo que no podía pasar desapercibido. Apenas y se percató cuando Selene se había acercado a saludarla.


    - Siempre es un gusto saludarte – Sonrió la bruja a manera de respuesta, apartando la mirada del mago. – Creo que he sido demasiado descortés, espero no le haya incomodado. - Susurró a medida que acercaba su rostro, claramente se refería al caballero que estaba a unos metros de ellas, ya que tenía claro que había sido bastante indiscreta – Y me encanta la idea del embellecimiento, nunca he hecho algo así. – Miró y se dio cuenta de lo descuidada que traía su varita. – Confío en ti, aparte tengo todo el tiempo del mundo, así que puedo esperar a que lo atiendas. – 

     

    - Solo algo más… - Respondió de repente, mientras su mirada violácea recorría rápidamente el lugar, en busca de un lugar para esperar. Y enseguida se dio cuenta: había sido la peor idea del mundo haber llegado ahí y más para preguntar por alguien a quien probablemente sería todo un tema complicado de abarcar para la bruja que atendía el negocio. - ¿Has visto a Joaquín? – Preguntó con cautela.

     

    - Disculpa por la imprudencia. – Dijo rápidamente. –Pero sé que has permanecido acá mucho más tiempo que yo, ya que me marché por unos meses y casi siempre que he vuelto, Joaquín suele estar merodeando, ya sea en la mansión o en algún negocio del callejón, incluyendo este… Y bueno, ese es el motivo principal por el cual estoy acá. – Suspiró. – Aunque bueno, tampoco es que vaya a desaprovechar la visita del todo. – 

     

    Cuando terminó de hablar y una vez más observó su varita, podría jurar que tenía hasta rastros de polvo de tan pocas veces que últimamente la había utilizado; algunos rayones que había sufrido hacía ya bastantes años, lo cual la hacía lucir más descuidada de lo que realmente era. Recordó de la última vez que había estado allí, y que por algún motivo, no había podido darle un mantenimiento a su varita. 

     

    - ¿Te parece si te espero por… allá? – Le dijo a Selene, mientras señalaba un lugar cualquiera del negocio. 
     

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  16. Valeskya llevaba días ansiosa y sabía perfectamente el motivo que la tenía así. Tenía un par de meses que había regresado a Londres y no sabía nada de su hermano, Joaquín. Estaba más que claro que no estaba en la mansión, lo que quedaba de ella, ni en ninguno de los negocios familiares; supuso que había emprendido alguna clase de viaje y obviamente no había avisado a nadie, tal como ella lo hacía. Ambos tenían la costumbre de ir y venir por doquier y de una manera u otra siempre terminaban coincidiendo en algún lugar, en algún punto del mundo y de sus vidas.

     

    Lo cierto es que lo extrañaba un poco, solo un poco, lo suficiente como para estar fastidiándolo y de paso tener a alguien con quien conversar. Siempre había un punto dentro de sus conversaciones, donde las cosas se desviaban al punto de acabar peleados por una u otra tontería. Esa dinámica familiar siempre les había funcionado, porque ahora ella estaba ahí, tratando de averiguar qué había sido de él.

     

    - No está en la mansión, ni en Ottery Fitnes, ni en el karaoke… - Se encontraba divagando mientras sus pasos la guiaban por la calle empedrada de Diagon. La ojivioleta iba hablando sola, provocando que algunos magos y brujas voltearan a verla mientras que seguramente por su mente todos pensaban que estaba loca. – Qué fastidio ¿ahora a quién voy a molestar? Es aburrido si está él, pero más aburrido si no está. –

     

    Pasó cerca de un puesto de varitas y fue como si algo hiciera clic dentro de la mente de la joven bruja. Ollivander’s era uno de sus sitios favoritos para comprar y dar mantenimiento a varitas mágicas; seguido de una gran tradición, también recordaba que su hermano había formado parte del negocio, pues un par de veces había estado atendiendo ahí, aunque suponía que era más un ayudante. Pero ese tema de conversación había sido tan delicado como cualquier otro que implicaba la vida personal del Granger; sabía que Valeskya aprovecharía algún rasgo de debilidad, por mínimo que fuera para molestar.

     

    Sin más, guio sus pasos hacía aquel negocio de varitas, mientras el aire gélido golpeaba con suavidad su pálido rostro. Afortunadamente el aire no era tan fuerte como para agitar su cabellera negra, lo cual agradecía, así no la despeinaba. Ese día había elegido una blusa de color rojo y un pantalón de mezclilla. No transcurrió mucho tiempo en lo que llegó al local y sin más, abrió la puerta; tal como se hubiera esperado, el sonido de lo que creyó que era una campanilla de viento, sonó al tiempo que entraba, lo cual anunciaba una entrada de lo menos discreta que lo que ella hubiera querido.

     

    - Hola – Exclamó a manera de saludo, mientras se dirigía a las dos personas que se encontraban allí , una de ellas era un rostro conocido para ella. – Selene, un gusto verte nuevamente.  Vengo por… por un par de cosas, una de ellas es que quería darle mantenimiento a mi varita, está bastante desgastada y pues… eso. – Terminó de murmurar,  mientras daba un vistazo rápido al lugar y comprobaba que su hermano no se encontraba allí.

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  17. - Supongo que no tendré más opción que ayudarte a encontrar el camino a tu casa, finalizando todo este drama, claro. -  En el rostro de Valeskya se dibujó una breve sonrisa, al tiempo que le daba unas palmaditas en el hombro a Garry. El mago siempre había tenido una personalidad bastante peculiar, en comparación a otras personas que había conocido y quizás esa era la extraña razón por la cual le simpatizaba. – Un trato es un trato ¿no es así? –

     

    A pesar de que el mago le había comentado que ya no se consideraba capaz de resolver un misterio, la bruja no pensaba igual. En primer lugar, no es que contara con mucha ayuda para resolver algo así y en segundo lugar, dudaba mucho de que las capacidades detectivescas del Ollivander hubieran disminuido, más bien consideraba que había perdido algo de práctica quizás y el motivo ella lo desconocía y la verdad es que tampoco era algo de su incumbencia. Dicho de otra manera, ella iba a depositar toda su fe en él y ya vería qué pasaría más adelante.

     

    - Ahora, buscar información de la familia… - Respondió pensativa a una de las últimas preguntas hechas por Garry. – Supongo que será el punto más complicado, ya que esto – Señaló directo a la mansión y miró al mago, quien estaba sentado a su lado. – Ya estaba construido cuando nosotros llegamos a vivir aquí y por ende, quizás haya muchas cosas que todavía no hemos llegado a descubrir. – La ojivioleta comenzó a presionarse. – Se han hecho varias remodelaciones a todo el lugar, y sin embargo, solo hay un lugar del cual casi nadie ha ido…-

     

    Tenía muchos años que vivían ahí y no solía ir a esa parte de la casa, en primer lugar porque las mazmorras que habían en el subterráneo, eran más que nada el terreno de Sophie, de sus andanzas, cacerías y todo eso. Aparte de que una zona de ahí pertenecían a los dormitorios de los elfos domésticos de la casa, ya que aunque ese tema desde el inicio había provocado gran discusión entre ellas y los elfos que se habían negado ir a un lugar más adecuado. Y sin embargo, al final habían hecho todo lo posible para que tuvieran una vida mucho más acomodada dentro de lo que podía permitirse en un lugar como aquel.

     

    - Sígueme – Valeskya se levantó de golpe al tiempo que daba la orden. A veces se le olvidaba lo mandona que podía llegar a ser. – Vamos hacia las mazmorras… En esa zona había un pasadizo, del cual a nadie le interesó averiguar qué es lo que había más allá de él. Concluimos que llegaba a algún lugar del jardín y que por supuesto, no había salida. – Avanzaba con la mayor rapidez como le era posible, confiando en que Garry seguiría sus pasos. – Digamos que los elfos son los guardianes de esa entrada, ya que su dormitorio está justamente por esa zona, y si me preguntas… - Se mordió el labio. – No se qué tanto han cambiado las cosas desde que me fui . –

     

    A medida que se acercaba el lugar, pudo sentir una ola de aire frío, ya que ella recordaba que no estaba tan lúgubre el lugar. Su pie tropezó con algo y logró sujetarse con algo en la pared; con la poca iluminación que había, pudo percibir lo que la había hecho tropezar, así como también lo que había ayudado a que no se estrellara con el suelo.

     

    - Quién lo diría Garry, acá están las famosas raíces de las que tanto me hablabas… - Dijo distraídamente.

     

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  18. - Garry, siempre es un gusto verte, aunque casi siempre sea en circunstancias muy… particulares.-

     

    La Granger respondió con calma a manera de saludo, como si el invitado que hacía acto de presencia en el jardín, fuera alguien a quien estuviera esperando. Lo cierto era que la presencia del mago la había tomado completamente por sorpresa; se había aparecido tan sigilosamente, que si no hubiera reconocido su voz al instante, era probable que las cosas hubieran terminado con un gran alboroto, por parte de ella obviamente. No le gustaba que desconocidos aparecieran así de la nada, sin ninguna invitación, ya que la por lo general era señal de problemas. Aunque la presencia de Ollivander no era la más casual en ese momento.

     

    - No sabía que sintieras atracción por el cuidado de las plantas.- Murmuró distraídamente. – Tenía un par de plantas en mi habitación… probablemente estén muertas, soy un caos intentando cuidar cosas… y personas también. - 

     

    Estaba más que claro que Valeskya no tenía ni la más remota idea de lo que ocurría con las dichosas raíces de las que tanto hablaba el mago. “¿Qué tan mortal puede ser una raíz?” Pensó de mala gana, aunque trató de que su semblante no mostrara lo que estaba pasando por su mente en ese momento. Lo que sí, es que ahora tenía algo nuevo de lo que tenía que preocuparse; miró a Garry y se preguntó si sería la persona adecuada para decirle  lo de la reliquia y todo lo demás en lo que estaba pensando antes de aparecerse por ahí.

     

    - Así que, vecino…- Por alguna razón, decir esa palabra le resultaba entre extraño y gracioso, ya que nunca habían convivido con otras familias, a menos que existiera un lazo de sangre que los uniera directamente. – Apareces en el acto a decirme que tienes un problema de raíces provenientes de mi casa, que dicho sea de paso, no veo de donde pudiera provenir, ya que no tenemos árboles suficientemente grandes como para abarcar tanto terreno. – Cruzó los brazos. – ¿Pero, sabes? Dicen que entre vecinos hay que ayudarse… así que no vendría mal un poco de ayuda con un problema que me ha surgido recientemente. –

     

    - Verás… - No sabía cómo comenzar a explicar sin que sonara tonto. – Muy probablemente hayas escuchado sobre las reliquias familiares, pero con todo eso que ocurrió en navidad y el caos desatado, me intriga saber sobre ellas, ya que por alguna razón, ni Sophie, ni Fiamma, ni yo, tenemos idea alguna de lo que pueda tratarse, jamás hemos visto un objeto similar en nuestra casa y yo… - Aguardó, mientras trataba de buscar las palabras adecuadas y sobretodo, que pudiera darse a entender. – Bueno, he estado pensando en que quizás alguno de los Granger tiene el objeto en su posesión sin saber la importancia real que tiene… sobretodo saber qué tan poderoso pueda ser y si alguien ajeno pueda estar interesado en él. –

     

    Omitió descaradamente el hecho de que en la mansión estaban ocurriendo cosas extrañas desde navidad. Sabía que probablemente recibiría una negativa rotunda si continuaba explicando el problema en su totalidad, así que le había parecido buena idea ir contando las cosas “sobre la marcha”.

     

    - El punto es… que si me puedes ayudar a buscar la reliquia o algo de información que pueda ser relevante. Sería un trabajo detectivesco, rápido y efectivo.- Valeskya contaba con que el misterio fuera suficiente como para poder despertar la curiosidad en el Ollivander. – ¿Qué te parece? Sería prácticamente un intercambio de favores.– Finalizó, puntualizando lo último como algo casual.

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  19. Jardín de la mansión Granger.

     

    Estaba sentada, con los ojos cerrados, tratando de hacer que ese malestar en la cabeza desapareciera lo más pronto posible. Desde lo ocurrido en navidad, se había quedado con ese mal sabor de boca. Lo que prometía ser una noche agradable en familia, o al menos los que habían alcanzado a llegar, se desató en un caos del cual nunca había llegado a comprender del todo. Los días transcurrían de la misma forma para la joven, solo habían cosas a las que no había podido dejar de dar vueltas: la navidad, la cena, sus primas, un secuestro, algo sobre unas reliquias, GRINCH y MACUSA. 
     

    Valeskya sintió una punzada en la sien en ese momento ¿con qué finalidad habían intentado secuestrar gente? ¿Qué era lo que buscaban? La respuesta a esa última pregunta podría tener relación con las famosas reliquias familiares.


    - ¿Cuáles reliquias? – Murmuró en voz alta, mientras abría sus ojos y éstos miraban hacia el cielo, como si éste pudiera darle alguna respuesta.qalguno de ellos estaría ocultándonos algo? –

     

    Claramente la bruja se refería al resto de los Granger, en todo el tiempo que llevaban habitando la mansión, no recordaba alguna clase de objeto que pudiera representar algo importante o valioso para la familia. A menos que alguien hubiera encontrado algo y lo hubiera guardado para sí, quizás en un ataque de avaricia o simplemente no le había dado la importancia debida y solo lo había tomado como alguna especie de adorno. Valeskya resopló fastidiada, por supuesto que conocía a su familia, todos le agradaban y ninguno había hecho algo que mereciera desconfianza por parte de ella, así que seguramente todo se trataba de un mal entendido. “Sí, de eso se tratará seguramente” pensó, finalmente convencida.

     

    Sin embargo, todo aquel incidente ocurrido en la navidad, no había pasado desapercibido, a pesar de algunos vagos intentos por detenerlo, los periódicos habían pasado varios días tratando de darle difusión y sacando sus propias teorías acerca de lo que podía ser el verdadero motivo: desde un robo, hasta algo mucho más oscuro de lo que muchos no se atrevían a hablar. 

     

    La pelinegra bajó la mirada y vio el periódico de ese día, el cual permanecía a su lado. Lo agarró y lo arrugó, solo por tener algo por hacer y observó la mansión lo que quedaba de ella: todo parecía estar tal y como la última vez que había ocurrido aquel incidente en el que habían perdido gran parte de la casa. Y fue en ese momento en el que notó algo interesante: ella recordaba que entre varios habían hecho algunos arreglos a la mansión y todo permanecía extrañamente limpio y ordenado, como si una gran burbuja invisible permaneciera cubriendo las pertenencias que estaban a plena vista. 

     

    Había adjudicado aquel orden en la casa al trabajo de los elfos domésticos, pero desde que había ocurrido ese incidente navideño, parecía que tanto esa parte como el resto de la casa parecía comenzar a deteriorarse con inusual rapidez, a pesar de que Breena y los demás se esforzaban en mantener todo limpio, incluso un par de días antes, uno de los muebles se rompió al parecer de la nada, como si hubiera permanecido abandonado durante varios siglos. Aparte de que los elfos mencionaban que comenzaban a escucharse ruidos, como si muchas personas anduvieran en esa casa y que cada vez parecía hacerse más frecuente, junto con otras cosas particularmente extrañas que ocurrían dentro de la mansión.

     

    Sin embargo, la ojivioleta no le había dado tanta importancia, solo se había limitado a adjudicarlo a alguna clase de espíritu que rondaba por ahí y que seguramente se aburriría pronto y se iría, no sería la primera vez que sucediera algo así. A ella no le preocupaba tanto, porque solía estar ocupada con cuestiones que la mantenían fuera de la mansión, sin embargo, había decidido tomar cartas en el asunto. Tenía el plan perfecto en su mente: primero, encontrar a alguien que pudiera encontrarle una explicación con respecto a eso y segundo, y probablemente lo más importante: encontrar la famosa reliquia familiar de los Granger y llevar a que fuera examinada para ver qué era lo que la hacía tan especial.

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  20. De haber podido, el rostro de la Granger se hubiera ruborizado al máximo. Una ola de vergüenza se iba apoderando de ella al tiempo que el mago decía que no la conocía. Su condición vampírica mantenía su piel tan pálida como al inicio de la conversación. ¿En verdad se había equivocado? “No seas ridícula, Valeskya” una voz en su cabeza la reprendió al tiempo que miraba estupefacta a Tazz. “¡Por supuesto que es él! ¿Quién demonios se cree? ¿Ahora va a fingir que no me conoce?” Esas y otras mil preguntas se agolpaban en su mente rápidamente, a medida que la vergüenza estaba alejándose, dando paso al enojo.

     

    A pesar de que en su mente se estaba llevando a cabo un remolino de emociones, se percató de que el Malfoy parecía estar genuinamente desconcertado, lo cual solo lograba que la joven se confundiera aún más. “¿A qué viene todo esto?” Pensaba, mientras su mirada violácea seguía al mago, que parecía tener su propia lucha interna para relajarse. Vio que se sentaba en una de las mesas y pedía un café. Permaneció de pie, sin saber qué hacer: el primer impulso que tuvo, fue dejarlo ahí y largarse a seguir haciendo sus tareas habituales, pero ¿Cómo quedaría ella, siendo la dueña del lugar, mostrando semejante comportamiento?

     

    Valeskya suspiró, resignada, mientras con su varita hacía aparecer en sus manos una charola con diversas muestras de cada chocolate que había en la tienda en ese momento: unas exquisitas trufas, chocolate con relleno de fresa, de menta, de caramelo, entre otra variedad de formas para que Tazz degustara. Respiró profundamente antes de acercarse de nuevo, lo cual requería un esfuerzo extraordinario, ya que en su mente la única idea que tenía muy presente, era aventarle la charola directo a la cabeza.

     

    - Toma, pruébalos y quizás encuentres algo de tu agrado.- Exclamó secamente, mientras dejaba caer la charola casi de golpe y permanecía de pie al lado de la mesa. Se esforzó en mantener su semblante tranquilo, al tiempo que meditaba la respuesta a la pregunta que había formulado. – Antes de responderte, Malfoy. – Puso especial énfasis en la última palabra. – Si resulta que estás viéndome la cara, me voy a cerciorar de que lo pagues y muy caro. - 

     

    - La respuesta es sí, nos conocemos, desde hace algunos años… se supone que somos amigos… ÉRAMOS, no lo sé. – Dijo Valeskya de mala gana.- Nos conocimos en un café y bueno, conversábamos y esas cosas.- Lo miró fijamente. – ¿A qué viene todo este teatro? Es más fácil decir que no te interesa seguir hablándome y ya.- El tono de su voz mostraba claramente lo que sentía en ese momento. – Podríamos ahorrarnos todo esto, en verdad, sería menos vergonzoso...- Quiso añadir que también sería doloroso, pero su orgullo no se lo permitía. 

     

    @ Zenin 💕

  21. El constante movimiento de cristales, la maquinaria, los instrumentos de limpieza y su elfina, mantenían a la Granger distraída. Sus pensamientos comenzaban a divagar acerca de lo que haría esa vez: quedarse en la mansión de forma definitiva y continuar con los negocios, o simplemente marcharse, como todas las veces anteriores. “Al menos tengo donde pasar el rato cómodamente” dijo la ojivioleta para sí, mientras pensaba en la tragedia ocurrida en la mansión hace tiempo y las ruinas que habían quedado.


    La mirada de la bruja se dirigió rápidamente hacia la planta alta del local: ahí seguramente su cuarto permanecía intacto gracias a su elfina, o al menos eso pensaba ella. Solo de pensar en el tiempo que había pasado, le provocaba serias dudas acerca del estado en que el local pudiera permanecer. “Aunque bueno, Breena y la magia ahorran bastante el trabajo” concluyó, satisfecha al ver que poco a poco el local comenzaba a inundarse con aquel olor característico que solía embriagar tanto a magos como a muggles… si es que estos últimos tuvieran la oportunidad de acudir ahí.

     

    Una voz a sus espaldas, hizo que se sobresaltara, había estado tan concentrada en sus pensamientos, que había pasado completamente de estar prestando atención a que llegara alguna persona a comprar, al menos no tan pronto, lo cual hacía toda esa situación mucho más inesperada. Una voz masculina que la había saludado y de cierta forma había halagado el local, cosa que Valeskya hizo que volteara y aunado a su buen humor, una inusual sonrisa se dibujó en su rostro. Aunque al ver al mago que estaba ahí de pie, hizo que se removiera un poco de su local, debatida entre la sorpresa y otra clase de sentimiento que aún no lograba definir, algo que hacía que sus recuerdos llegaran a ella de una forma quizás demasiado brusca.

     

    - Buenas tardes. – Alcanzó a responder Valeskya, un tanto confundida. – Me alegra que encuentres algo de felicidad al entrar acá, así que puedes sentirte libre de observar y preguntar, si buscas alguna recomendación. – Mientras más observaba al mago, las dudas iban disipándose con más rapidez. – O si quieres pasar al área de cafetería, por si gustas pasar un rato tranquilo y agradable o si quieres refugiarte del frío que hace afuera. – Señaló la puerta más cercana.

     

    - Aunque, antes de que tomes una decisión, me gustaría preguntar algo más. – Dijo finalmente la Granger con más seguridad y su rostro se tornaba serio. - ¿En qué momento has decidido venir a este lugar y cometer el pecado de no reconocer a una vieja amiga? – Cruzó los brazos y se mordió el labio. – Ha pasado tantos años, que dudé de que fueras tú en realidad, querido Tazz... y espero que no me vea obligada a hacer que trates de recordarme. - Finalizó
     

    @ Zenin  😝

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