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Kya D. Black Yaxley

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Kya D. Black Yaxley ganó por última vez el día 2 Agosto 2012

¡Kya D. Black Yaxley tenía el contenido más querido!

Acerca de Kya D. Black Yaxley

  • Cumpleaños 02/01/1995

Ficha de Personaje

  • Nivel Mágico
    6
  • Rango Social
    Unicornios de Oro
  • Galeones
    67329
  • Ficha de Personaje
  • Bóveda
  • Bóveda Trastero
  • Bando
    Neutral
  • Familia
    Black
  • Trabajo
    0
  • Raza
    Humana
  • Graduación
    Graduado
  • Puntos de Poder en Objetos
    220
  • Puntos de Poder en Criaturas
    10
  • Puntos de Fabricación
    0
  • Rango de Objetos
    210 a 1100
  • Rango de Criaturas
    10 a 200
  • Conocimientos
    - Artes oscuras
    - Conocimiento de maldiciones
  • Medallas
    8000

Profile Information

  • Equipo de        0
    Quidditch
  • Casa de Hogwarts
    Slytherin
  • Location
    We all live in a yellow submarine, yellow submarine, yellow submarine ♪ //Osorno, Chile.
  • Interests
    ~Café
    ~Música
    ~Escritura
    ~Lectura
    ~Anime

Contact Methods

  • Website URL
    http://potterfics.com/perfil/17858
  • Skype
    Bianka.Black

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  1. owo' de alguna forma terminé dentro de HL y vi nuestros roles viejos, que de hecho fueron mis últimos aquí :#

  2. Vaya... hacía meses, o tal vez años, que no ingresaba al hogar de sus padres. Como siempre, su única excusa eran los viajes, largos y entretenidos viajes que le hacían perder la cuenta del tiempo que llevaba fuera. No era de escribir cartas tampoco, para nada, más bien simplemente desaparecía y si por casualidad en sus viajes se encontraba con algún conocido, pues lo saludaba. Kya era así desde niña y no había cambiado nada en su adultez, tal vez estaba un poco más madura pero seguía siendo, en esencia, la misma persona. Apareció justo frente a los límites de la propiedad, el invierno había llegado y estaba oculta tras una capucha que la protegía del frío y la nieve. Sus blanquecinas facciones estaban levemente enrojecidas, sobretodo la punta de su nariz y, por alguna razón, la cicatriz de su rostro. Junto a ella aparecieron unas maletas y, por supuesto, su gato, aquel gato que parecía no envejecer más y cuyo rostro parecía mostrar un enojo poco inusitado en él al estar de nuevo en una jaula. —Pues bien —murmuró ante el Manor Yaxley. Caminó con ligereza hacia el lugar, intentando recordar cómo habían estado las cosas la última vez que allí estuvo. La limpieza, vaya que escapó de eso, yéndose a otros continentes incluso. Abrió las puertas y notó oscuridad. Sus oídos se agudizaron un poco para saber si había gente o si acaso todos habrían ido a la gala de San Valentín, al no avisar su regreso, tampoco podía saber las situaciones de cada persona en la familia. Pero estaba seguro de algo, sus padres no se perderían ningún momento para mostrarse ante la gente. Suspiró lánguidamente y se lanzó a un sillón, quitándose finalmente la capucha de la cabeza, pudiendo verse sus largos cabellos negros y sus ojos verdosos, los cuales cerró de inmediato para poder echarse una siesta en cuanto liberó a su gato. Llevó su brazo hasta el costado de su cabeza y se acomodó mejor, sintiendo cómo su mascota subía también en el sillón, para luego simplemente dormirse con la varita sujeta en su otra mano. Nunca se sabía. Mejor prevenir.
  3. Abrió los ojos de golpe, como si de un momento a otro hubiese perdido el sueño. La habitación estaba a oscuras, escuchaba gotear agua y se percató de que estaba sentada contra una pared. El olor a humedad le incomodó el olfato mientras intentaba recordar cómo había llegado a ese lugar, o tan siquiera por qué estaba ahí. Lo único que recordaba era haber recibido a su amigo Apolo en la casa, haber hablado con su padre presentándolo como un primo lejano y luego... y luego todo iba a negro. Suspiró mientras se levantaba con cuidado afirmándose aún de la pared, preguntándose si acaso estaba todavía en la Manor. Escuchó un maullido a la lejanía, por debajo de la madera a sus pies. De una forma u otra, Shadow la seguía incluso estando dormida. Caminó un poco desequilibrada buscando la varita entre sus tejanos, para luego encender la punta de ella y alumbrar el lugar. Fuera lo que fuese, estaba plagado de libros uno sobre el otro, textos antiguos pudo reconocer gracias a muchas runas que se hallaban en ellos. Aspiró un poco sorprendida, arrepintiéndose al instante cuando el polvo entró por su boca y la hizo toser. Caminó aún tosiendo buscando una salida, con la madera crujiendo bajo sus pies. No había puertas. ¿Dónde carajos estaba? Pero otro maullido le indicó el camino hasta una trampilla. Debía estar en algo así como el entretecho, por lo que abrió y justamente una escalera dio contra el suelo de la planta inferior. Bajó rápidamente por ella y se movió por los estrechos pasillos con Shadow caminando en círculos a su alrededor y haciéndola tropezar varias veces, pero esa conducta no era algo que pudiera reprocharle. Había estado preocupado o hambriento, en ambos casos supuso que ver a su dueña le alegraba. Se encerró en su pieza dispuesta a bañarse, y mientras el agua caía por su cuerpo desnudo, las preguntas inundaban su mente sin darle tiempo alguno para relajarse. ¿Qué había pasado? Escuchó algunos gritos en el piso de abajo y pegó un brinco fuera de la ducha, mojando todo a su paso mientras intentaba meterse dentro de la ropa un poco asustada. Una vez logrado, con el pelo goteando por donde pasaba, se apresuró a buscar el sitio desde el cual provenían los gritos de hechizos. ¿Qué rayos pasaba? Off: holi xD
  4. Kya avanzó observando directamente a su padre, nunca habían hablado más que por problemas, y una vez más se veía envuelta en algo por culpa de él. Sacó al gato de su jaula y, aunque fastidiada, tomó asiento y sostuvo al felino en su regazo. Nunca lo había visto tan tranquilo, el encantamiento producía cierta somnolencia para que no se sintiese el dolor. Bajó sus orbes esmeralda y lo miró examinándolo más calmadamente con ayuda de las velas que estaban alumbrando el lugar. Su pequeña oreja izquierda mantuvo la evidencia con sangre y un trozo faltante, por lo que la mortífaga torció el gesto. Todos los presentes, entendió, estaban en peligro. Tenían que quedarse en ese lugar tan poco acogedor, si de seguro tenía arañas por doquier con las cuales Shadow comenzaría a corretear. Escuchó lo de las habitaciones y nuevamente alzó la ceja, ¿tendría que compartir habitación? Si ella compartía habitación era únicamente con su gato y nadie más, además de alguno que otro chico que se quedaba dormido luego de disfrutar noches placenteras, pero generalmente los echaba. —Entendí todo, creo —musitó alzando la vista y mirando cómo su padre cocinaba—. Pero, ¿por qué este lugar? Digo, podríamos poner encantamientos en una posada del bajo mundo y sería mucho más... ¿lindo?, ¿limpio?, que esta... perdonen la expresión, pero es cierto: pocilga. Observó cómo iban llegando los últimos, al parecer, informados por la pareja, tan sorprendidos como ella misma. No había comparación entre sus hogares y aquel sitio. ¿Y por qué Orión cocinaba? ¿Y los elfos? Su cabeza se iba llenando de preguntas y también de quejas. Definitivamente no se quedaría ahí, pensó una vez su nariz percibió el olor de los fideos que su padre le había hecho llegar hasta su sitio. Supuso que ni su gato podría comer aquello. —No lo entiendo, digo, ¿cómo llegamos a esto? —preguntó con voz cansina. Luego se dirigió a Orión—. ¿Qué hiciste? Dudo que te haya querido matar sólo al verte. Al menos yo necesité escuchar tu voz. Debiste haber hecho algo, ¿y todos nosotros debemos pagar por ello? ¿No es un poco...? ¿Qué tengo que ver yo? No es como si fuésemos uña y mugre. No es como si fuese a intervenir si van por ti, ¿por qué vine igual? No sabía si aquella última frase sería cierta o no, pero aquella noche estaba enojada. Y no dejaría de estarlo hasta haber soltado las suficientes frases hirientes que necesitaba para desahogarse, y todas dirigidas a la misma persona.
  5. Apenas si se notó cómo una figura negra apareció en la noche, cuyas pertenencias cayeron desordenadamente. Kya, asustada aún por todo lo que presentía, vio cómo su miedo aumentó en cuanto vio sangre en el suelo, desde la jaula de Shadow. Dio unos rápidos pasos hacia allá y sacó al gato que soltaba alaridos de dolor al haber sufrido una despartición en su oreja izquierda. —Ay no, Shadow, lo siento. Lo sostuvo un tiempo entre sus brazos para calmarlo, dejándolo luego en el suelo mientras su varita comenzaba a moverse alrededor de la parte afectaba y ella murmuraba ciertas palabras. Poco a poco la herida se fue cerrando, mas la oreja no logró regenerarse por completo. Un trozo de ella simplemente se había ido. Fue culpa suya, con los nervios no pudo concentrarse muy bien para la aparición de ella, mucho menos acompañada. Suspiró mientras acariciaba el enrojecido pelaje del gato, el cual se iba limpiando tras cada caricia bajo la lluvia. Por su parte, aquel animal no parecía sentir más dolor. Levantó al gato y volvió a ponerlo en su jaula, acomodándolo sobre su maleta y comenzando ya a caminar hacia la… antigua vivienda. En su corazón aún sentía un palpitar fuerte, tanto por el peligro como por haberle hecho eso a su gato. Lo único que la tranquilizaba era haber sabido el encantamiento para revertirlo. Su varita alumbró su caminar gracias a un lumus, pudiendo ver otras huellas de personas que ya habían arribado al lugar; pudo suponer que era Gatiux, pues ella le había dado la localización, y tal vez Orión. Al ingresar en aquella hacienda, percibió un fuerte olor a humedad, escuchaba goteras y era imposible pasar desapercibida, pues las tablas crujían a cada paso que daba. Dejó su maleta en lo que parecía ser su recibidor y llevó al gato consigo hasta el punto de luz que se veía y desde donde se oían voces conversando. Escuchó gran parte de la conversación, sobre por qué estaban ahí, sin embargo, no pudo evitar hablar. —¿Y bien? ¿Qué fue todo eso? —inquirió alzando una ceja—. ¿Saben lo que le ha pasado a mi gato por salir arrancando así? Su cara era de auténtico disgusto. Y cómo no, suponía que el peligro era culpa de su padre. No sabía por qué, pero así como percibía que había peligro, lograba percibir a quien perseguía con más ánimos.
  6. Bufó. Nubes de tormenta le entorpecían la vista de cualquier estrella, por lo que acomodó su telescopio donde correspondía, pero no, no se salió del balcón. Los fuertes soplidos del viento, en parte, le gustaban. Y a lo lejos logró ver el primer relámpago, cuyo sonido resonó tan sólo unos cuantos segundos después. Desde pequeña le había gustado contar los segundos que se demoraba el sonido después de la luz, para así saber si la tormenta se acercaba o se alejaba. Sin embargo, no alcanzó a predecir nada. La tormenta había llegado de improviso en tan sólo un segundo, algo completamente antinatura. Kya retrocedió lentamente percibiendo peligro, su corazón con una aparente arritmia le indicaba que algo andaba mal. Y su gato, el gordo felino que minutos atrás había estado durmiendo, se había hecho una bola de pelos erizados y soltaba grandes maullidos. Tragó saliva mientras intentaba tranquilizarse, el gato y la tormenta no presagiaban nada bueno y tuvo una increíble necesidad de escapar. ¿Por qué? Ella jamás escapaba de algo, pero esa vez era diferente, la actitud de Shadow era de terror puro, ¿desde cuándo ese gato siquiera se asustaba de algo? —Tranquilízate, est****o gato —le reclamó alarmada, percibiendo su propia varita materializarse en su mano izquierda—. Me matarás de los nervios. Respiró unos segundos intentando tranquilizar sus temblorosas manos. No era vidente, pero siempre había percibido el peligro y eso era lo que se acercaba. El viento sopló de nuevo con un silbido aullante, atravesó su habitación nuevamente hacia el balcón para cerrar las puertas, pero la lechuza que estaba parada en la baranda llamó su atención. Se acercó a ella y desató el mensaje, abriéndolo entre temblores y leyendo lo que decía. Sin querer lo dejó caer. Minutos después, una maleta se estaba armando sola con brusquedad. La ropa iba directo a ella, sin doblarse como normalmente Kya lo hacía. Ella, bueno, estaba muy preocupada de su gato como para tomar atención al orden. Lo metió entre arañazos a su caja y lo encerró, escuchando aún sus bufidos y levantándolo a duras penas ante el movimiento nervioso del mismo. Una vez asegurado aquel gato, tomó su maleta y bajó corriendo las escaleras, ante la puerta de salida abrochó como pudo su gabardina y salió. Sabía que Gatiux no le mandaría una carta sólo porque sí, y todos esos presentimientos... no estaba segura en el Castillo Black, no en ese momento. Traspasado el gran jardín y llegado al punto justo de cada día, su figura desapareció.
  7. *Asoma un lado de la cabeza y luego entra* Uff, anduve más que desaparecida y tengo multu que hacer ;O; creo que debo pasarme por aquí para decir que, aunque esté allá arriba, quiero formar parte de la familia e.é Nick: Kya... Kya D. Black Yaxley ¿Qué es lo que más te gusta de tu personaje? Que no me cae bien. ¿Estás preparado para ser un Yaxley? obvio ¿Estás teniendo un lindo día hoy? no, me duele el alma. Y eso o.ó dudo que con eso haya llenado las dos o tres líneas, ¿cuántas son ahora? xD así que dejo escrito que mi padre es Orión y mi madre Gatiux. Y debo agregar que *mira a la cámara* YO NO TENGO HERMANOS (?) xD Bue, eso e.é chau.
  8. Bue, tengo ganas de andar de conejilla, así que obviamente acepto a mi estimado Dominik Malfoy. Ya puedes pasarte por el castillo cuando quieras, por supuesto ahora eres un Black y serás respetado como tal (?) jaja En cuanto a wiley, veremos quién se pasa a adoptarte o si tú quieres que alguien en específico sea tu madre o padre podrías decirlo. Mientras avisaré en el grupo de la familia para que se pasen por aquí. Saludos, chicos :3 espero ver a los nuevos roleando en estos días (aunque yo andaré desaparecida un poco, porque acaba de nacer mi sobrina ) pero no del todo, andaré para resolverle las dudas a mis hijos y a quien lo desee. bye :3
  9. —Pues entonces dejen de seguirme —refunfuñó la mujer rodando los ojos. Miró a Cillian—. ¿Escuchaste lo de Juliene? No estoy en esa ecuación y tampoco andaré rogando por meterme. Entenderás que no soy de esas que andan lloriqueando por un hombre. Y no, no lo era. Generalmente obtenía todo lo que quería. Su adolescencia y su juventud habían sido bastante divertidas, salvo por los momentos en que la demonio que se alojaba en su interior pretendía salir. A su mente vino el recuerdo de una niña, un bebé que sostenía entre sus brazos y un nudo se formó en un garganta. ¿Por qué ese recuerdo había llegado a su mente justo en ese momento? Aspiró lánguidamente mientras flashes de recuerdos venían hacia ella. Había dado esa niña en adopción, por eso nunca pudo querer a nadie como para formar una familia. No quería tener que volverse a despedir de una hija. ¿Llegaría un momento en que vendría a buscar las explicaciones?, esperaba que sí, para poder explicarle que la alejó por miedo a que aquel demonio la dañase. ¿Y Claire? Seguía encerrada. No hubiese sido buena madre de todas formas. —Creo que la conversación deberían seguirla entre ustedes —habló a nadie en específico—. Comprenderán mi posición. No voy a hacer escoger a nadie, su vida es su vida. Y la verdad, esto se tornó un poco... ¿aburrido? No lo sé. Tal vez simplemente no le gustaba perder y por ello quería irse a toda costa del lugar. Si bien había amainado su inmadurez respecto a muchas cosas, el anillo que guardaba a su demonio parecía querer salirse del dedo. ¿Acaso a esa demonio le había gustado algo de Cillian? Llevó su mano derecha y tapó la izquierda con ella, observando cada movimiento de Juliene; era un vivo recuerdo de su juventud. Siempre queriendo escapar, siempre llamando la atención. Y esa terquedad que ella tenía, Kya aún la mantenía. —Así que bueno —comenzó—, quédate tranquilo, Cillian, pues no mataré a ninguna de las personas más importantes en tu vida. Si mataría a alguien, no es a ninguno de ustedes. Tengo problemas muchos más grandes que tres niños intentando ponerse de acuerdo. Niños, sí, le parecían niños. —Y, amm... ¿Podría retirarme? —preguntó alzando una ceja, pero ya estaba cercana a la puerta—, digo, ¿qué más tengo que hacer aquí? La noche está despejada y es un momento perfecto para seguir aprendiendo de astronomía. ¿Puedo? ¿O tienen algo más que decirme? ¿Hay alguna otra persona? Pues sí que son libertinos, si un día hacen algún encuentro íntimo con otras personas, y no está Juliene, claro, no duden en invitarme... o al menos avisarme, no sé si estaré disponible —dijo con una sonrisa irónica marcada en su joven rostro
  10. Sus ojos esmeralda miraron a quien aun consideraba su hija y ya no supo qué hacer. Sabía que ella siempre tomaba todo con humor y todo era sarcasmo en su cabeza, ¿acaso ella misma no había sido igual? Observó al chico a quien Juliene le estaba entregando como si éste fuese alguien a quien matar, y en parte le pareció gracioso. A veces, sólo a veces, solía extrañar a esa rara hija suya, con sus locuras y forma de ser que parecía haber heredado de su madre. Escuchó, a su vez, a Cillian y en ese momento no pudo interpretar lo que pensaba. Con una sonrisa irónica sacó su varita e hizo unas florituras en el aire, pero de ella únicamente salieron unos humos de colores que Shadow empezó a perseguir. —No... ¿quién me creen? —preguntó sin mirarlos—. No es que vaya por la vida asesinando gente, ¿saben? Estaría en prisión... si lo hiciese en un lugar tan público, al menos. Juliene, Cillian y Carlos, qué trío más complicado y ella se había metido entremedio. Invocó una copa y una botella de vino, sirviéndose al instante al sentir que no sabía qué hacer. Todo en ella le indicaba que se fuera, que no tenía nada que hacer allí. Tal vez se había encariñado con Cillian, pero no iba a morir por no estar por él. Tenía veintisiete años y, aunque no le gustase admitirlo, la vida le había enseñado muchas cosas. —Cillian, ya me habías dicho que eran personas importantes para ti —habló y se llevó la copa a la boca, bebiendo un poco primero para luego tomarlo de un solo sorbo; la dejó en una mesilla—.Pero se suponía que estaban desaparecidos y ni siquiera sabía que mi hij... que Juliene estaba en esto. Suspiró. —No me quiero meter en su trío extraño —murmuró sintiendo alguna especie extraña de presión en el pecho—. Si ellos están aquí, Cillian, no te haré escoger.
  11. —Puede ser —respondió un poco sorprendida—, siempre me viste con Shadow y él hasta intentaba seguirte cuando andaba fuera, como un cuidador o algo así. Y si no puedes cuidar un gato, simplemente no los tengas. Necesitan ser queridos —¿ella diciendo eso?—, o te odiarán. Gatos. Así son. Observó fijamente a su hija, que parecía no haber cambiado nada en absoluto. Al contrario, Kya había ganado alguna que otra cana en su cabello, a pesar de su corta edad; dicen que éstas salen cuando te enojas mucho, y Kya también lo creía. Sin embargo, era muy poco notorio y no le molestaba en absoluto. Suspiró, no quería tener ni un tipo de problema con nadie, últimamente había aprendido a ser paciente y a preferir la tranquilidad en ese tipo de situaciones. Dio un paso como queriendo irse, pero Juliene quería seguir hablando. —Eran tiempos más tranquilos, tal vez para ti —sonrió de medio lado—, pero mi tranquilidad está en la actualidad. Supongo que cuando decidí darte mi protección como madre, me faltaba madurar mucho más; y no, no me causas problemas, ya que no haré nada. No tengo ánimos de meterme en este tipo de cosas. Y era cierto. Sentía que Juliene le estaba dando una pista de lo que ocurría en aquella habitación, y sólo soltó un suspiro. Sabía que Cillian tenía una vida algo complicada y parecía haberlo aceptado, pero aquel día notó que no lo aceptaba. Se suponía que ellos estaban desaparecidos, comenzaron "algo", ¿y aparecen? Llevó su mano a la cabeza unos momentos, mirando hacia abajo y notando los zapatos de Juliene, todo aquello le estaba provocando un dolor de cabeza innecesario. —No estoy para... Ahí estaba. Había sido interrumpida por Cillian y las ganas de irse de aquel lugar aumentaron. Giró los ojos percibiendo que tendría que hablar, y no de cosas banales. Entonces retomó su andar, sin importarle si aquellos le seguirían o si se quedarían en dicho lugar. Se dirigió hacia la sala de estar, sabiendo de antemano que ésta se encontraría vacía. Vio a su gato sentado en uno de los sillones esperando su premio por haber llevado la nota, pero Kya lo ignoró por completo sentándose junto a él sin mirarlo demasiado. —Más tarde, Shadow —habló sin despegar la mirada de sus manos—. Sería un buen momento para largarme a El Cairo, ¿no? A ti te gustaba ese lugar, todos adoran a los gatos. Y aún debo buscar ciertas respuestas. Si bien el gato le entendía, se rió por dentro al encontrarse conversando con aquella bola de pelos.
  12. Recién hoy me dijeron que gané algo, y yo que me olvidé de concursar y quería cambio de nick, así que la sorpresa me vino muy bien <3 En serio que no me lo esperaba, porque ni siquiera sabía que existía un concurso de rol o algo por el estilo. Bueno, aquí dejo los datos solicitados para que puedan hacer los cambios ID de usuario: 89215 Nick Actual: Kya Black D'Lecroix Nick Nuevo: Kya D. Black Yaxley Premio obtenido: Mejor pareja Subtitulo deseado: •Hiken no Kya• Premio obtenido: Mejor pareja Me pido la llave de Slytherin :3
  13. Sus descalzos pies estaban tocando el agua ligeramente, aquel lago siempre había sido un sitio para relajarse. Estaba abrazando sus rodillas y percibía cómo de vez en cuando el agua llegaba a mojarle todo el pantalón con las brisas heladas del viento. Ella era capaz de ver nuevamente su marca en el tobillo, tan viva como antes había estado y eso la ponía completamente feliz. Sabía también que otros no podían verla, así que podía estar tranquilamente con sus pantalones remangados hasta casi la rodillas. Era pleno invierno, el agua estaba helada, pero aprovechó el día que no nevaba para estar ahí. Escribía cosas en la arena con su varita y a veces observaba aquel bosque que la gente ajena tanto temía, pues cuya oscuridad y frondosidad ocultaba una variedad de bestias. Kya solía ir allí a caminar como si del jardín se tratase. Casi se levantó para ir cuando percibió la suave caricia de su gato en su espalda. Estiró sus piernas mojándose hasta las rodillas y dejó que su gato se subiera a su regazo. —Shadow —sonrió acariciándole desde su gran cabeza hasta su peluda cola, viendo cómo alzaba un poco las piernas traseras—. ¿Qué tal si te consigo un hermano? Kya sabía bien qué significaba el bufido que soltó, por lo que negó con la cabeza. —A veces tienes que compartir tu espacio y encontrarás cosas... ricas, supongo —le dijo alzando una ceja—. Un rico ratón, un pajarito... Capaz tenga otro gato y tú te portarás bien. Dado que el gato se alejó del lugar indignado, aprovechó de levantarse y arreglarse el pantalón rápidamente, para luego colocarse los zapatos y empezar a caminar hacia el castillo. Atrapó al gato pasado unos minutos y sonrió de medio lado, hablándole en voz baja mientras le ponía una nota en el collar. Si bien Shadow estaba enojado, no le desobedecería. Iría a entregar el mensaje a su receptor. "Cillian No creas que no sé de las presencias en tu habitación. Mi gato suele ser curioso, como puedes ver. Saluda a Jul de mi parte; Kya" En cuanto el gato comenzó a correr hacia el castillo, ella le siguió tranquilamente desde lejos. Ya iba a anochecer y quería aprovechar los cielos despejados para observar las estrellas o tal vez seguir aprendiendo. A veces le daba ganas de ir y aprender sobre Astronomía y adivinación, pero no estaba segura de aceptar a cualquier persona como profesor, habiendo sido ella una muy importante. Limpió sus zapatos a las afueras del castillo y entonces ingresó.

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