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http://i273.photobucket.com/albums/jj226/cyntella/escuudoVla.png Historia familiar: En un inicio la mansión perteneció a la última descendiente de la sangre real vampírica, Hayame Vladimir Potter Black. Actualmente la mansión es sede de una Hermandad de Sacerdotisas "El tejo milenario" aunque en su árbol genealógico hay disparidad de razas. Debido a la antigüedad de la mansión y a la pericia del matriarcado, la mansión cuenta con un hechizo que hace que el mobiliario desaparezca si una persona no invitada a entrar, hace acto de presencia en el interior de la mansión. Ante eso no hay contra hechizo. Si no es invitada por la familia mas directa de la matriarca, los muebles desaparecen… ¡Cuidado con las caídas de la cama! Descripción de la Mansión: http://i983.photobucket.com/albums/ae313/Epolar/Vladimir/mansin.jpg Tras las verjas de hierro fundido que cierra los terrenos entramos en una zona de césped a ambos lados de un pasillo adoquinado que nos lleva hasta la puerta de la mansión. A ambos lados y protegidas tras unas arcadas hay en un lado el nido resguardado de la Quimera de la familia y la Tigresa; al otro un cenador con varios sillones para disfrutar de los días sin tener miedo a la lluvia, en ese emplazamiento, hay una puerta que lleva directamente a las cocinas. A los pies de la mansión hay varios caminos adoquinados que pasean entre las flores, arbustos y árboles diseminados por el jardín. En la parte de atrás de la mansión hay un invernadero que es parte de la construcción principal, se puede entrar a él tanto desde la casa como desde los jardines. En él se guardan algunas plantas peligrosas como por ejemplo un par de plantas carnívoras adultas y un lazo del diablo, el resto son un poco más inofensivas, flores de temporada que se replantarían en los jardines. http://i983.photobucket.com/albums/ae313/Epolar/Vladimir/Escalera.jpg Una vez dentro nos encontramos el Hall de la mansión, que presenta un aspecto recogido y a su vez amplio, apropiado para recibir a las visitas. A ambos lados de las escaleras hay camufladas un par de puertas que bajan a los sótanos, donde se guardan muebles viejos en algunas habitaciones; también hay un laboratorio, perfectamente equipado para poder realizar tanto pociones como alquimia y por supuesto hay una habitación en la que solo entran la quimera y la tigresa. En la planta baja, al lado derecho de las escaleras se extiende la biblioteca de la mansión, muchos sillones y sofás asistidos por mesitas y lámparas de aceite o velas, plagaban la parte libre de libros. Los había sobre historia, sobre plantas; medicina, numerología, criaturas; atlas de diferentes épocas… Solo debíamos encontrar la sección adecuada y ahí habría algún libro sobre lo que buscábamos. En el lado izquierdo de las escaleras, estaban, las cocinas, el comedor y el salón. Las cocinas eran un desastre siempre, a las horas de las comidas era imposible entrar y que no te riñera algún elfo que se quejaba de que molestabas, obstaculizabas el camino o simplemente no estabas en la mesa, pero fuera de esas horas era acogedor entrar en aquella estancia pues los elfos te agradecían la visita. El comedor no era gran cosa, de las paredes colgaban antorchas allí donde la luz que se cuela de las ventanas no llega a iluminar. La mesa es amplia y sobra sitio por muchos que seamos y a parte de la mesa y las sillas, no hay mas muebles que una negra alacena en la que se guarda el menaje del comedor. Manteles, servilletas, cuberterías, cristalerías… Todo lo necesario para realizar las comidas en la sala. El salón es amplio y agrupa la mayoría de los sillones en las cercanías de la chimenea que caldea constantemente la estancia. Las cortinas son de terciopelo verde y solo están abiertas en horas de luz diurna, mientras tanto están echadas para evitar que penetre el frío y la humedad. Sobre la pared de la chimenea había anterior mente un retrato del señor tenebroso, pero actualmente nada mas está el retrato de la primera matriarca de la familia. Hayame Vladimir Potter Black. http://i983.photobucket.com/albums/ae313/Epolar/Vladimir/cuadrohaya.jpg La chimenea y los sillones están hacia la mitad de la sala, pero el resto de la sala tiene mas cosas. Nada mas entrar desde el hall encontramos una pared cubierta por el Escudo Vladimir y ante él aun conservamos el trono de Hayame, pero nadie lo usa, excepto la Quimera. Al otro lado de la sala están los ventanales y tras una de las cortinas mas grande está el invernadero, unido a la casa. Es utilizado como semillero para reemplazar las flores diseminadas por el jardín, además de cómo zona de retiro y tranquilidad. Hay que tener cuidado con las plantas que alberga, pues algunas son peligrosas. Hay plantas carnívoras, bajo la mesa central en la que se trabaja normalmente las plantas hay un lazo del diablo. Por donde está no es de extrañar que intente levantarles la falda a las mujeres que se acerquen. Además hay un par de mandrágoras jóvenes, diversas plantas medicinales y algunas propicias para la elaboración de pociones, así como también aptas para cocinar. También tiene una mesita de forja, ideal para tomar el té en verano. En la planta de arriba están las habitaciones de invitados y las de los familiares mas alejados. Esta planta es podo utilizada. En la planta superior están el resto de las habitaciones, junto con las habitaciones de la matriarca y los despachos de ella y de su tía, que es una prospera empresaria local y necesita su espacio. Otros Datos: Todo lo que no encuentres aquí está en… -El Registro de la familia -La Bóveda de la familia Y si no, como Matriarca, espero que me escribas! Hacía tiempo que no veía reaccionar a Sagitas de aquella forma, sin duda traba o había ocurrido algo y al igual que yo intentaba disimular. Esperaba que cuando estuviera lista me hablase y si necesitaba ayuda, que la pidiera. Somos una familia y esperaba que lo recordara... Iba a probar la comida cuando irrumpió Heliké por la cristalera del salón. Suerte que estaba alejada de la mesa o habría arruinado la comida, pero yo no reparé en ello, ya que me puse en pié con la varita en la mano, debido al susto. Ver que se levantaba tan tranquila me alivió bastante y no pude evitar sonreír un poco ante la queja de mi tía por el ataque "intencionadíasimo" de mi prima. Menudo carácter! -¿Quieres sopa Heliké? Si quería pues bien podíamos esperarla para que se nos uniera, tenía muchas ganas de que nos reuniéramos todos juntos de nuevo, porque llevábamos mucho tiempo desperdigados por el país.
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There's such a sad love Deep in your eyes A kind of pale jewel Open and closed Within your eyes I'll place the sky Within your eyes There's such a fooled heart Beatin' so fast In search of new dreams A love that will last David Bowie O, en palabras de una traducción cualquiera: Hay un amor tan triste En lo profundo de tus ojos. Una especie de pálida joya Abierta y cerrada, dentro de tus ojos Colocaré el cielo, dentro de tus ojos Hay un corazón tan engañado latiendo deprisa en busca de nuevos sueños, un amor que será duradero. Reagan y Vincent, conversando en una finca francesa apartada de la ciudad 3:00 a.m. —Yo apuesto que lo hará. Reagan luce una expresión segura en su rostro oscuro y ovalado. Lleva también un abrigo de lana que parece inadecuado para la cabaña oscura y de techos altos en la que se encuentran. Vincent parece estar a punto de decirle algo pero cambia de opinión y cierra la boca sin llegar a expresarlo. Solo que Reagan puede leer en su mente lo que iba a decirle de todas formas. —Temes por mí y por Alda. No puede negarlo, así que alza su botella de Cheval Blanc y da un largo trago de ella, expresando así que su compañero tiene razón. Luego, la sostiene entre sus manos frías balanceando los pies en el aire, mientras observa cómo Reagan pasea de un lado al otro, haciendo girar entre sus dedos la daga que tiene en la mano izquierda. Los movimientos son rápidos y gráciles; por momentos, la daga parece tan solo una mancha de color plateado. —Ah, cher. (Aparece Alda) Vincent da un pequeño salto y sus botas hacen un sonido limpio y seco al tocar el suelo. Había estado sentado a más de metro y medio de altura sobre un aparador enorme, así que se acomoda el mechón de pelo que le cae sobre el rostro por ello, antes de acercarse a la muchacha que acaba de aparecer. Segundos después, revolea la mano y enseguida aparece colgando un pañuelo de hilo de ésta, como si fuera magia. Alda parece encontrarlo divertido pero es difícil descifrar su expresión en realidad. Toma el pañuelo y lo ata a su muñeca como un brazalete para luego alzar la mano. Vincent le planta un beso en el reverso de ella sin comentario alguno. Reagan lanza entonces la daga con la que había estado jugando; pasa exactamente por el espacio que se forma en medio de ellos al separarse con un movimiento brusco. Pasa silbando por el aire, antes de clavarse en el blanco con la pintura descascarada que cuelga de la pared opuesta. —Hola, Alda. La muchacha vuelve sus ojos grandes y ahumados hacia él y también extiende la mano. Reagan la toma con suavidad para llevarla a un lado de su rostro como si fuese una pequeña caricia, antes de besar el reverso de ella también. Eso, hace que se gane un siseo por parte de su hermano. Es gracioso como a esa distancia, al dirigirle una mirada rápida y divertida, alcanza a verle los colmillos a la perfección. Entonces dejan de lado la pantomima. Los tres toman asientos alrededor de la chimenea, en la que ahora arde un fuego. La apuesta ha sido cumplida ahora que Alda ha llegado vestida como una muñeca de porcelana. Décadas de ruegos, finalmente dando sus frutos en una única noche: vestido de muselina, medias delgadas, zapatos claros, cabello ondulado recogido con un lazo de seda. Lleva también un collar y un único pendiente. Los destellos del fuego reflejados en su piel, uñas, ojos y cabello solo consiguen destacar aún más que es una bebedora de sangre. Reagan inicia su historia y sus dientes también provocan los mismos destellos que las uñas de Alda cuando su voz rompe el silencio: —Mis queridos utópicos, son ya quinientos años de nuestro aniversario de muerte ¿algún plan? Vincent se encoge de hombros y le da otro trago al Cheval Blanc que vuelve a estar de nuevo milagrosamente en sus manos. Alda por otra parte parece quedarse sumida en sus pensamientos por un buen rato. Así que Reagan continúa. —Me he levantado hoy de la tierra para este encuentro. Desde la última vez, han pasado ciento cincuenta años. Más silencio recibe a éstas palabras, así que extiende la mano para tomar la botella y darle un trago también. Así consigue que Vincent intervenga al fin. —Yo digo que disfrutemos de este mundo actual, no sabemos cuánto habrá de durarnos. Reagan sonrió. —Sé lo que piensas: ¿será cierto que los humanos van a destruirlo en tres décadas más? ¿De qué sangre viviremos entonces? Ah, también opino que seguirás siendo un alcóholico aunque los humanos se extingan o logremos mudarnos con ellos a otro planeta ¿fabricarán Cheval Blanc en Marte? Vincent alzó la botella en señal de acuerdo y dio el enésimo trago de la noche pero la expresión de Reagan había cambiado un poco. —Hay guerra —puntualizó con el mismo tono con que había anunciado el alcoholismo de Vincent— ¿Deberíamos intervenir? Ambos vampiros frente a él negaron con la cabeza. Reagan soltó un suspiro y asintió. Eso le dio ánimos a proseguir. —Lo siguiente es qué hay para la cena ¿muchacho o doncella? Los hermanos se miraron sin decidirse. Cada uno había consumido un humano antes de llegar allí pero la pregunta real era ¿cuánto había cambiado el mundo desde que se fueran a dormir? Sin tener una respuesta para ello, Reagan tomó dos copas para compartir el vino, mientras Vincent mantenía la botella sujeta.
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