(¯\_¤~-Dumbledore's Night-~¤_/¯) (MM B: 100837)

[Melrose Moody]

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-Bien, Annick. Él es Richard, yo soy Pandora y este será el final de tus días sin cerveza.

 

Mi hermano sirvió la pinta faltante para ella y yo me coloqué mejor en la silla alta. No podía haber estado de mejor ánimo ni siquiera luego de haber salido de caza. La sensación exultante se debía principalmente a que hacía mucho que no me daba el lujo de compartir momentos así con mi hermano. Pero también, se debía al hecho de que aquellas salidas tenían una particularidad que no tenían las que hacía con otras personas.

 

-Como decía Annick -empecé, esperando que no se asustara ya que aunque lucía bastante inteligente, lo hacía casi en el mismo grado que su timidez-, en esta ocasión no tendrás que jugar con la apuesta final, pero un poco de "caos" no te iría mal. Así que te enseñaremos como beben los Stark.

 

Alcé la copa, vacié el contenido en una carrerilla corta con mi hermano y luego le indiqué a él que dijera lo que se vendría a continuación. Nuestros ojos se centraron en una joven que, bastante ebria, bailaba en la pista... pero en la zona destinada a las compañías profesionales. Richard ahogo una risa mientras yo la observaba con toda mi atención. Se me había ocurrido una idea. Alcé la varita, envié un galeón en dirección hacia la rockola, flotando por el aire. Al instante,

que empezó a sonar hizo que mi hermano perdiera el control, soltando sonoras carcajadas que salidas de su boca sonaban irresistiblemente musicales.

 

-De acuerdo -alcé el vaso que ya estaba lleno de nuevo gracias a Richard-. El que tarde más en acabarse esta -miré significativamente a Annick, pero en realidad podría ser cualquiera-, cogerá una de las sillas y bailará con ella haciéndonos un show digno de club nudista ¡Antes de que se nos termine la canción! ¿Listos? -exclamé lanzando un grito de emoción antes de que ninguno de los dos pudiera agregar algo más, quitándoles así la oportunidad de rehusarse- ¡Va!

 

Y empecé a beber el contenido a grandes tragos...

[Annick McKinnon]

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Annick observó un poco sorprendida la manera en que ambos hermanos bebían la cerveza, y recordó una fiesta en la que Effie y una de sus primas Poulain habían terminado completamente ebrias por beber de aquella manera. Sonrió luego de que los dos vaciaran sus respectivas copas, y al notar que fijaban la mirada en la misma dirección volteó y visualizó la escena. Parecía que la chica que bailaba tan desinhibida era la primera víctima del efecto del alcohol.

 

Cuando apartó la mirada de aquella joven se percató de que Pandora apuntaba la varita hacia la rockola, y en un par de segundos una peculiar canción comenzó a sonar. La pelirroja rió un poco pero al escuchar la contagiosa carcajada de Richard no pudo evitar reír de manera más abierta.

 

―¿Qué? –aunque repentinamente la ojiverde había parado de reír el fantasma de una sonrisa se negaba a desaparecer de su rostro. La Stark la estaba tomando tan desprevenida que apenas tuvo tiempo de reaccionar, pero tomó el vaso justo a tiempo para comenzar a beber.

 

Tantas fiestas familiares (y la influencia de sus hermanas Regina y Effie) la habían hecho una experta consumidora de tequila. Aquella bebida le parecía muchísimo más fuerte que la cerveza, así que aunque no tenía demasiada experiencia tomando esta última muy probablemente podría beberse la pinta sin muchos problemas; sin embargo era claro que se encontraba frente a dos excelentes competidores.

 

El líquido resbalaba por su garganta tan rápidamente que sabía que si perdía el ritmo seguramente se atragantaría y comenzaría a toser, así que trató de concentrarse sólo en eso. Cuando terminó bajó el vaso tan rápidamente que le fue imposible calcular la distancia y éste golpeó contra la mesa. Pero parecía que los tres habían terminado casi al mismo tiempo.

 

―¿Entonces…? –dijo tratando de recuperar el aliento y preguntándose si en verdad quien había perdido tendría que bailar.

[Melrose Moody]

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Observé atónita como Richard bajaba el vaso apenas una milésima de segundo luego de que lo hiciéramos Annick y yo. El muy tonto se había confiado de que la perdedora sería Annick y había caído su propia trampa.

 

-Quiero verte bailando ya... hermanito -fue toda la respuesta que di ante el comentario de Annick, para luego dedicarle una sonrisa socarrona a Richard y guiñarle un ojo a la chica.

 

Richard, más que devastado, estaba estupefacto, pero se recuperó rápidamente. Caminó hasta la pista, tomó la silla y rápidamente se unió al baile provocador/frenético de la joven ebria que no había perdido tiempo y en esos instantes daba sus mejores pasos. De no ser porque estabamos a semiluz, hubiera resultado escandaloso, pero a pesar de todo no podía dejar de negar los encantos de mi hermano. Para cuando terminó de bailar, girando el cuerpo y realizando movimientos ondulantes que hubieran ruborizado a un buen número de damiselas, ya un par de las bailarinas se le habían unido a media marcha.

 

-¡Bien hecho! -le celebré soltando la carcajada de rigor mientras el volvía a las sillas acomodándose el cabello para lucir despreocupado aunque sus mejillas estuvieran coloreadas de un rojo encendido.

 

La música había terminado; había sido el campanazo salvador de mi hermano. Sin embargo, estaba segura que para la siguiente sería totalmente implacable, por lo que no pude evitar la sensación urgente de mentalizarme en ganar.

 

-La siguiente apuesta será... -anunció mi hermano mirándonos de manera desafiante; yo ya imaginaba que en aquella oportunidad la prueba la decidiría él-. ¡Hacer un ocho en la pared! Y ya saben con qué parte me refiero que lo harán señoritas -agregó en un tono supuestamente serio; yo no pude evitar soltar la enésima carcajada de la noche recordando aquel est.úpido juego de niños-. Sí, Pandora lo sabe. Mi querida Annick, tendrá que usar las posaderas para dibujar ese número en la pared.

 

La declaración soltada con total desparpajo hizo que me diera un acceso de hilaridad incontrolable. Tuvieron que aguardar su buen par de minutos a que me detuviera, con lagrimillas desbordándose de mis ojos, antes de poder continuar. Sirvió nuevamente las pintas y acto seguido aquella sonrisa suya, ladeada e irresistible, afloró a sus labios con una buena dosis de sadismo.

 

-¡Ahora!

 

Por segunda vez, bebí a tragos largos, intentando acaparar lo más posible. Mi hermano terminó apenas un segundo antes que yo lo hiciera. Bajamos el vaso con satisfacción y nos volvimos hacia Annick con una expresión traviesa en el rostro...

[Adryanie]

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Adryanie

Más que de visita la morena caminaba solitaria por las calles repletas de personas ocupadas, y ella Adryanie totalmente aburrida quería algo diferente de su vida quería salir y conocer nuevas personas, y por sobre todo tomar algo. Conocía ya que en el calles del Leicester Square en Londres había muchos lugares donde ir y como tal había una gran variedad para todos los gustos del mundo mágico, pero la morena no quería caminar demasiado y no los conocía todos quería uno más nuevo y un poco más fenixiano ya que los locales con aspecto extraño hacía que sintiera un enorme escalofrío.

 

Seguía inmersa en sus pensamientos totalmente absorta de cualquier otra cosa, cuando un letrero le iluminó el rostro haciendo que este llamara la atención de la delgada mujer al voltear su rostro hacía el lugar de procedencia de la luz leyó "(¯\_¤~-Dumbledore's Night-~¤_/¯)" No lo conocía del todo, creía haber escuchado alguna vez que era un local en el que la propietaria era auror, lo pensó un par de segundos hasta dirigir con delicadeza sus pies hasta la entrada del local.

 

Lo primero que la recibió fueron unas bolas que al dar vuelta daban luces a todo el lugar aparte de una pista de bailes amplia donde en ese momento al parecer se esta llevando un baile, entre los que se encontraban allí reconoció a Pandora y a otro hombre que no tenía la menor idea de quien era, parecían muy entretenidos por lo que decidió no molestarlos y se dirigió directo a los alrededores donde había unos sillones. Tomó asiento y esperó que la atendiera uno de los elfos.

Editado 29 de Mayo del 2013 por Adr.

[Annick McKinnon]

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Mientras Richard se encaminaba hacia la chica ebria que se contoneaba al ritmo de la música, la pelirroja se preguntó si éste había perdido apropósito o si el resultado era genuino. No importaba. El momento que siguió logró arrancarle una estruendosa risa que no podía controlar, sin embargo eso no le impidió reconocer que el Stark era bastante atractivo.

 

La Poulain aplaudió cuando el chico regresó a la mesa. En su rostro aún permanecía la evidencia de la risa emitida, algo que no pudo desaparecer luego de que comprendiera en qué consistía la segunda apuesta. No imaginó que la siguiente carrera diera comienzo tan pronto y eso le costó un par de valiosos segundos.

 

Se levantó sonriendo y mirando a ambos hermanos. Sacudió la cabeza, dando a entender que no sabía de dónde se les ocurrían tantas cosas graciosas. Caminó hasta la pared más cercana y le dio la espalda. Era consciente de que llevaba un vestido corto así que tuvo que ingeniárselas para que el movimiento no dejara al descubierto más de lo debido. (?) Comenzó a dibujar el ocho con menos problemas de los que imaginaba pero antes de terminar torció los ojos y sacó la lengua de manera cómica, dejando de lado una escena que podría haberse entendido un poco provocativa.

 

Aún riéndose regresó hacia la mesa y en el camino aprovechó para enjugarse los ojos pues el efecto de la risa había logrado humedecerlos. Tomó asiento pero repentinamente notó un violento movimiento que iba de su estómago hacia su pecho y que desembocó en un hipido bastante audible.

 

―¡Disculpen! –dijo tapándose la boca con ambas manos, como si hubiera dicho algo que no debía, pero casi al instante comenzó a carcajearse.

 

Usualmente la ojiverde mostraba la educación que sus padres adoptivos le habían dado, y sabía que el sonido que estaba emitiendo se consideraba poco elegante; pero no podía controlarlo. El frío de la pared había provocado ese efecto. Si sus mejillas aún conservaban rastros del anterior momento, éstas nuevamente se encendieron.

 

Extrañamente la pelirroja se sentía tan cómoda que ni siquiera era consciente de que estaba comportándose exactamente igual a como lo hubiera hecho con sus hermanos, es decir, dejándose llevar por la risa y la situación, sin preocuparse por lo que los demás pudieran pensar de ella.

 

Por fortuna, los momentos casi asfixiantes que la risa le provocaba hicieron efecto sobre el hipo y éste desapareció. Trató de controlarse y se aclaró la garganta, fracasando estrepitosamente en su intento por parecer seria mientras pensaba en otro reto.

 

―¡Esperen! –dijo enfocando la mirada hacia una mesa cercana a la de ellos– Conozco a esa chica –hacía tanto tiempo que no decía esas palabras que el tono de su voz expresaba cierto grado de emoción–. ¡Pero qué digo, seguro ustedes también la conocen…! ¡Adryanie!

 

Movió la mano en el aire para llamar la atención de la morena y le hizo una seña para que se les uniera si le apetecía la compañía, las risas… y por supuesto la bebida. Si decidía acercarse estaba segura de que Richard le serviría una pinta de cerveza.

 

―Bien, propongo que por un momento dejemos el momento sensual de lado (?) y que el que pierda baile esto –imitando a Pandora envió una moneda hacia la rockola y de pronto comenzó a sonar una absurda

–; y tendrá que hacerlo

. ¿Listos? ¡Ahora!

 

La ojiverde comenzó a beber rápidamente, como lo había hecho en la primera ronda. Como la risa había resecado su garganta el líquido bajaba sin problemas.

Editado 29 de Mayo del 2013 por Annick Poulain

[Sally Sigel]

La propuesta del mago la hizo sonreír. De alguna manera lo había sospechado desde el principio, pero ahora ver materializada la idea en palabras le parecía divertido. Pero en realidad la propuesta en sí no era precisamente divertida, acceder a aquello significaba ponerse en peligro ella misma, a su hijo y probablemente a sus familiares y demás lazos con miembros de la Orden del Fénix. El tipico caso en el que el remedio puede ser peor que la enfermedad.

 

- Mmm... - lo pensó unos segundos más, notando la mirada del Gryffindor sobre ella, esperando una respuesta de su parte - Bueno, puede ser peligroso pero... Si podemos mantener nuestra mentira y apoyarnos mutuamente, sin importar qué, puede resultar. Por supuesto, confío en que tu también cuidarás de mi hijo pequeño si algo malo sucediera.

 

Tendrían que discutir todos los detalles, sin dejar ningún cabo suelto y por supuesto, hacerlo creíble. Esa sería la parte divertida del asunto, lo presentía. Hablaron por varias horas más, mientras disfrutaban del vodka que cada vez era menos. Pronto el nuevo día se asomó, la gente empezó a marcharse y supo que era hora de decir adiós, por el momento.

 

- Nos vemos, cuidate - se despidió del mago, mientras lo acompañaba a la puerta. Según los planes, se verían más a menudo, así que no lo echaría de menos después de aquella interesante noche. Poco después de poner todo en orden en el bar, ella también se marchó rumbo a casa.

[That is not my name]

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Cobertura especial

 

Auror, elfo de la Familia Tonks.

 

Era la primera visita que hacía sin mi hermano Mortio y se sentía demasiado extraño, generalmente entre los dos hacíamos de todo para que el trabajo no fuese tan pesado así fuese una cosa sencilla, nos gustaba estar juntos en todo pero en esta ocasión debíamos de separarnos, eran muchos los sitios que nuestro amigo Ishaya nos pedía el favor de visitar.

 

-Dumbledore's Night, si, este es.

 

obviamente elegí el sitio más parecido a mis gustos personales y ese negocio pintaba para mucho. Ingresé al local de inmediato y vi, con asombro, que no me había equivocado con las suposiciones. ¡El lugar era un antro! ¡Increíble! Rápidamente recorrí todo el sitio en un segundo para comprobar que era de verdad y no sólo un negocio pantalla como ya sabía que había otros en ese callejón, tanto de fenixianos como de mortífagos.

 

Era momento de buscar a la amiga de Ishaya, Sally... no, no, Anael, si, ese era su nombre... Anael.

[Boss Elessar]

Dientes inmaculados en la oscuridad. En las desiertas calles de Diagón reinaba un silencio sepulcral, roto únicamente por la incipiente llovizna que caía, regalo de julio, en donde debería reinar el calor, pero eso era una teoría de verano.

 

La tosca figura del mago permanecía quieta. Su mirada seguía fija en el lujoso local frente a él. El mítico Dumbledore's Night lucía apagado, quizás afectado por sucesos recientes, o porque la clientela no era del todo buena. Aquel sujeto sabía exactamente el porqué: los últimos sucesos de batallas entre miembros de la orden del fénix, aurores y mortífagos había dejado a Londres en una especie de estado de sitio.

 

Tras comprobar que no llegaría nadie se puso en marcha. Los pasos avanzaron con rapidez, salpicando el agua sucia que corría libre por las calles. Sus zapatos eventualmente perdieron su aspecto brillante que daba un toque de elegancia al negro, y su capa de viaje también había sufriría con salpicones de barro.

 

Las puertas doble de roble se abrieron de par en par cuando Boss las empujó, ingresando entonces al local y siendo golpeado por un caluroso ambiente. El club estaba en su apogeo, cuestión que dejaba en claro que lo anterior era una falsa alarma: no estaba vacío. Pero su presencia imponía respeto en el lugar, al fin y al cabo era un Dumbledore y tenía privilegios en aquel local.

 

Recorrió con la mirada la barra, sonrío a algunas chicas que le guiñaban los ojos, y se dirigió hacía una de las esquinas. Tomando asiento en un sofá tan grande que podrían caber tres personas; estaba contra la pared, haciendo que la presencia del líder en el local fuese algo discreta, pues era bastante complicado divisar su posición. Un mesero le había divisado y le preguntaba qué deseaba tomar. Él pidió simplemente un whisky de fuego.

 

Mientras le aguardaba, el mago trató de poner un poco de orden en el caos de sus pensamientos. Y, para colmo, los efectos de la resaca sobre sus nervios y digestión agravaban aún más el panorama, enmarañándolo hasta la locura.

 

Encendió un cigarrillo y recostó la cabeza sobre el filo del espaldar.

 

Pronto, quizás muy pronto algunos acontecimientos acapararían su atención.

 

-- No lo quería con tanto hielo... -- comentó al ver el vaso que colocaba el mesero frente a él. El sujeto servicial intentó tomarlo de inmediato, ofreciendo una disculpa, pero Elessar le apartó con la mano -- descuida, ya me lo beberé -- dijo intentando mantener la paciencia. Últimamente no tenía demasiada.

[^Animaga Black^]

Minutos antes de decidir que esa noche bebería un trago había cerrado la puerta de Sortilegios Weasley. Los micropuff siempre le hacían una pequeña escenita de reproche cada vez que abandonaba el negocio, pero por más que llorasen y rebotaran contra los barrales de la jaula, no inmutarían la decisión de ella por irse.

 

- Tranquilos…- fue lo último que les dijo.

 

Afuera, los faroles que iluminaban las esquinas del Callejón cada tanto creaban la falsa imagen de una arcoíris circular. Cada gota era diafragmada por los candelabros y parecían decorar el ambiente. La suela de sus botas, humedecidas a causa de la lluvia, amenazaban con mojarle las medias. Aún se preguntaba cuántos años más resistirían sin romperse. Demasiadas batallas, a veces victoriosas, a veces perdidas. Pero aún resistían, como su espíritu.

 

Doblando en un recodo llegó hasta la puerta de un bar que, a simple vista, le dio la leve sensación de estar muy lejos del lado oscuro. Sin embargo la sensación de poder montar una aventura que luego le serviría de anécdota la entusiasmó. La sonrisa más pícara de los últimos meses se dibujó en su rostro al tiempo que atravesaba el umbral.

 

- Más viciado de lo que esperaba - pensó observando con claridad la nube de humo que suspendía desde el techo.

 

Caminando hasta la barra fue alisando su vestido carmesí con la palma de las manos. Y antes de apoyar los codos sobre la madera se aseguró que el cabello estuviese en su lugar. Ese día lo llevaba recogido, dejando al descubierto el albo cuello. En su bolso llevaba los elementos básicos: billetera, cigarrera, petaca de whisky y la varita. Era una mujer precavida.

 

- Un ron, por favor, el más fuerte que tenga en su bodega.

 

Le guiñó un ojo al cantinero y giró sobre sus talones. El salón estaba medio lleno lo cual le posibilitó ver a un hombre sentado en un sofá justo en diagonal a ella. Su rostro le sonó familiar, demasiado. La cacería comenzaría allí, en ese momento.

 

- Disculpe, ¿tendría fuego? – dijo a modo de presentación extrayendo un tabaco de su bolso.

 

Recorrió con la mirada el cuerpo entero del mago.

[Felicity]

Un borracho cualquiera

 

-¡La vida pirata es la vida mejor, sin academia, sin ministerio, coooooooon – desafinó – la botella de ron! ¡jajaja!

 

El viejo y gordo borracho se tambaleó sobre la silla. Casi se cae, pero al último momento logró apoyar los pies de manera firme y menguar el tambaleo que había provocado con la canción.

 

-¡Eh! Vamos, otra ronda – pidió a pleno pulmón haciendo escuchar su grave voz por todo el establecimiento - ¡Otra, otra! Pero…pero…

 

Empezó a balbucear, viendo a la pelirroja señorita que hacia entrada. Y no faltaron los “fiu, fiu” seguido por comentarios bastante groseros de parte de sus camaradas.

 

-Jajaja menudas joyas pasean por Londres – comentó rascándose la barba gris y entrecerrando los ojos admirando la figura de la joven – uno se plantea el salir más de este antro…¡Coooooooon la botella de ron!

 

OFF: solo quería dar ambiente... xD