♦..Cacao Café..♦ (MM B: 103979)

[Hayame Snape Potter Black]

Hayame comenzó a reir de muy buen humor y a secarse las lagrimas, sin poder creer lo que veía y sintiendo como su corazón palpitaba con toda la fuerza y el cariño que tenía por dentro; en verdad que la joven que tenía delante continuaba tan hermosa como la llevaba en su memoria!!

 

Su aura era triste y no la culpaba

 

Honestamente con tantas cosas ocurridas y las personas que se iban, era de lo mas normal, pero...

 

Estaba ahi!! Cye se encontraba ahi!!

 

No quería soltarla en absoluto. Volteó un poco al sentir a la elfina que se encontraba detrás de ella y parpadeó con curiosidad antes de que esta se fuera, brotandole una pequeña gota de sudor preguntandose que era lo que haría la pequeña; pero rapidamente sacudió la cabeza y se volvió hacia la chica tomandole las manos y abriendoselas con gusto

 

-Te ves esplendida, de eso no hay duda alguna...

 

Sonrió con verdaderas ganas antes de reir por como le pasaba la mano por el rostro para asegurarse de que se trataba de alguien real

 

-Soy yo en carne, hueso, colmillos y supuestamente sangre y energia vital

 

Dijo en tono cantarin levantando la mirada con fingida inocencia antes de verla con sus enormes ojos rojos

 

-Si!! Ya he llegado a casa y suerte he tenido de que no me lapidaran, una de mis sobrinas no se detuvo de hacerlo pero afortunadamente pude reconocerme ante ella antes de que todo pasara a mayores y nos terminasemos convirtiendo en sapos...

 

Bromeó con aquel leve sentido del humor antes de verla nuevamente al rostro como si no se cansara de admirarla

 

-Mirate nada mas en verdad... no sabes la alegría que me dió al saber que seguías aqui...

 

Su mirada se volvió levemente triste antes de suspirar

 

-He tratado de encontrarles... pero...- la vió con preocupación creciente- tu estas bien, preciosa?

[Adryanie]

Adryanie

 

— ¿Y bueno? Vaya que de rápido acaban los ataques últimamente— Dijo decepcionada cuando los mortífagos salieron huyendo del lugar con la entrada de unos cuentos pocos miembros de la orden — Ya no hacen a los mortífagos como antes — Siguió replicando Adry mientras iba atrás de su alto rango Biny y acataba lo que esta decía de arreglar un poco el local que habían destrozado los mortífagos.

 

Comenzaron a trabajar haciendo aguamentis por el local tratando de calmaran poco las llamas. Una vez terminado observaron que los daños no eran muchos gracias a Dios así que Cye no iba a tener mayor problema en recuperar las cosas perdidas en el incendio. A los pocos minutos llegaron los elfos y terminaron de acomodar todo, reemplazar lo que se había quemado y barrer toda la madera quemada hecha cenizas ahora el local. Era increíble la manera tan rápida en la que trabajaban al poco tiempo ya tenían casi todo listo, ella por su parte decidió seguir tomando café.

 

Se sentó en la misma mesa en la que estaba antes un bufido detrás de ella le indicó que no estaba sola. Al volverse observó al toro su Corpus patronus que había invocado hace unos minutos atrás para la redada, el pobre aún no le tocaba desaparecer; le puso la mano en la cabeza acariciándolo.

 

— Bueno vamos acompáñame a tomar café — Le dijo con una sonrisa al toro que la siguió hasta la mesa y se acostó a la par de ella, mientras ella se daba cuenta que sería un sueño esperar que su café estuviera en la mesa luego de todo el escándalo de hace unos minutos.

 

Esperó a que llegara de nuevo un elfo cuando un sonido muy agudo llegó hasta sus oídos al volverse vio un par de mujeres no muy lejos de ella discutiendo por algo que no tenía idea, si ponía un poco de atención quizá se enterara ya que el tono de voz de al menos una de ella era bastante alto. Reconoció a una de ella la rubia era Fee antes era parte del bando ya no la había vuelto a ver en él. Lisa quien estaba antes hablando con la otra mujer se fue a sentar a otra mesa pasando muy cerca de ella. Por un momento pensó en irse a sentar con ella o llamarla para que se fuera a sentar con ella pero sabía como era Lisa no quería terminar ella también con un plato quebrado en la cabeza así que mejor se abstuvo.

[Soamily Evans McGonagall]

Quería creer que era mentira, y que la chica que estaba explicándome aquello no era mi madre. Cuando regresé, pensé que la gente estaba sobre reaccionando, pero era cierto; nadie quería estar con ella. Tenía un poco de desconcierto, no estaba segura de muchas cosas, pero me dolía por ella, más allá de todo era mi progenitora. La vi llorar, hablar y contarme lo de su hija; algo que ya sabía. Se levantó, me besó y terminó con un ¨te quiero, hija¨. Quedé atónita por un segundo, recobrándome poco a poco. Claro que iría a visitarla, cuando estuviera más calmada y hubiera adquirido más información, no porque quisiera seguir sus pasos, claro, sólo porque no podíamos quedar así. Miré a Lisa mientras le correspondía el abrazo.

 

-Estoy bien- afirmé, mientras arremolinaba mi larga cabellera en mi cabeza, despejando mi rostro- hablaré luego con ella, la verdad no logro comprender- si bien los bandos, como todo en el mundo tanto mágico como muggle tenían sus defectos, ambos eran corruptos e interesados por algunas cosas, era fuerzas opuestas; estaban contrarrestados por lo bueno y lo malo. Había un bando en el que por falta de conocimiento propio no podía afirmar, quizá fueran compañeros entre sí, pero los ideales por los que se movilizaban por las calles eran inhumanos y crueles. Sin bien la orden no era perfecta, porque lo sabía, lo había vivido, se mantenía firme por por lo que todos idealizábamos; igualdad, entre magos y magos, entre muggles y magos, y entre sangres ¨pura¨ y sangres ¨impura¨. o quizá Felicity jamás había pensado de esa manera, no podía afirmarlo.

 

-Creo que deberíamos irnos, Lisa- habíamos llamado la atención más de lo usual y aceptable, mezclando bandos y nombres- saqué algunos galeones de mi bolsillo, dejando quizá más de los necesarios, para los elfos y para compensar el daño y el escándalo, además de ayudar para el local que hacía poco había abierto, y felicitar a su dueña por el gusto, y los dejé sobre la mesa- ¿Vamos a alguna mansión?- terminé, esperando una afirmativa. Comenzamos a salir por el local, hombro con hombro, sintiendo la compañía de mi tía. Le agradecí haberse quedado, el hecho de que estuviera a mi lado significaba mucho para mi.

 

-Podemos encontrarnos con Mei, si te parece- unos días atrás había quedado con la Delacour de verla, y aquel día por información de mis elfos estaba disponible. Según lo que sabía ambas tenían una relación magnífica, y las tres estaríamos bien. Me cohibí de hablar más sobre los bandos, las decisiones y mi madre; ya lo haríamos cuando estuviéramos en otro lugar- ¿A qué castillo? quisiera conocer los recién nacidos ¿Vamos?- finalicé, impaciente por llegar a nuestro destino y poder contar con ambas chicas para platicar abiertamente. Salimos del local, con un poco de presura y esperando que nadie nos hubiera escuchado, deseando que no ganáramos problemas- Gracias- finalicé, sonriendo a la Rambaldi para por último desaparecer del lugar.

[Hayame Snape Potter Black]

Hayame mantenía un gesto preocupado y una mano tocando la mejilla de la joven, observandole directamente a los ojos mientras trataba de pensar en que tantas cosas habrían ocurrido durante su ausencia

 

Era obvio por lo que había observado que, aunque había seres queridos todavía en el pueblo a los cuáles podía unirse, de igual forma otros habían partido dejando mucho dolor y sufrimiento para quienes eran parte de sus vidas y sin dejarles algun medio de comunicacion por el cuál pudiesen tranquilizarse

 

Le daba verguenza admitirlo pero ella misma había formado parte de aquel grupo

 

Y no encontraba forma de resarcir su error

 

Suspiró con suavidad y tomó aire antes de volver a hablar, con un tono mas bajo

 

-Me parece que realmente has pasado por un pesimo momento... lamento no haber estado aqui para ayudarte también- se disculpó con sinceridad antes de regalarle con un nuevo abrazo- pero eso va a cambiar ahora...- aseguró

[Ada Camille Dumbledore]

Estaba enfadada, confundida, cansada y sobretodo quería huir, no solía ser buena haciendo confesiones y haberme sincerado de tal manera con alguien tan especial para mi había sido trágico interiormente y necesitaba una buena dosis de endorfinas. las cuales no me las odia brindar otro ser humano con hechos afectuosos, porque no había quien y solo tenia la opción de consumir chocolate.

 

Hacia unos días habían hecho la inauguración de un nuevo local en el Callejón y era precisamente su nombre "Cacao" el que me llevo a pensar que era el lugar perfecto para buscar chocolate. Aunque sorpresa me lleve al ver que era un café, solo esperaba que hubiera chocolate y torta de chocolate para poder subir mis amadas endorfinas.

 

El local se veía agradable y busque una mesa libre, me acomode el largo vestido rojo, que de hecho tenia ganas de dejar de usar porque parecía haberme dado mala suerte y espere a ser atendida para calmar mis antojos

[Hayame Snape Potter Black]

La Vladimir se hizo el largo cabello pelirrojo hacia la espalda y suspiró con suavidad antes de quedarse pensativa y asentir

 

-Realmente has hecho de este lugar un sitio totalmente maravilloso

 

Susurró la vampiro deteniendose especialmente en el precioso jardín que era parte de aquel cafe y que le daba un ambiente totalmente relajado; y ello sumado al delicioso aroma del cafe empujaba a una a centrarse mucho mas en lo positivo o meditar acerca de como solucionar cualquier problema que se tuviese

 

Sonrió suavemente

 

-Sabes? este lugar es tan bonito como tu

 

Halagó de buena manera a su cuñada aun abrazandola de lado antes de verla de reojo esta vez un poco mas seria

 

-Se que atacaron aqui...- musitó muy apenas- y la verdad es que me ha llegado el chivazo de que planean atacar mi Taberna tambien...- se encogió de hombros y rodó los ojos- supongo que han de estar aburridos, pero que sepas que si vuelve a pasar cuentas conmigo para lo que sea y será un placer ayudarte a reconstruir todo

 

Ofreció sonriendole con calidez

[Ela Karoline]

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La visita inesperada de Hayame la confortaba más de lo que podía demostrar con palabras, sus emociones se mezclaban en su interior, no sabía si reír ante la gracia natural de la vampiro y las cosas que decía le habían ocurrido llorar por su regreso. Por el rabillo del ojo miró en cierto momento a la elfina y tampoco comprendió lo que hacía, pero como pronto se retiro no le dio mayor importancia.

—¿Segura de que va a cambiar?— le miró directo a los ojos levanto una ceja y prometió un tanto en serio otro tanto en broma —Como te vuelvas a desaparecer la que te va a lapidar soy yo aunque tenga que ir a buscarte al más allá— esa última frase le hizo recordar a Rumania y algo de la Orden de la Rosa o algo parecido ¿y por qué? Porque Ishaya había desaparecido con Sagitas para arreglar un asunto misterioso tiempo atrás que tenía que ver con ella y con el pequeño, pero en otro momento le preguntaría.

—Si sigues alagándome me lo creeré y no habrá quien me baje de esa nube, jajaja pero concuerdo con que el lugar es precioso— bromeo y entonces se le ocurrió una pequeña travesura. —Ven hagamos lo que luego no haremos— la tomo de la mano y la llevo por el jardín hasta los confines de la Casa del Árbol, miró la colorida casa, que tenía un área como de terraza con mesitas en todo su alrededor, mientras que el interior estaba provisto solo con mesitas bajas, sin sillas pero con muchos cojines de bellos colores.

—No me digas que se te ha olvidado trepar, como estuviera Amya aquí ya nos estaría sacando la lengua por alguna de las ventanas— rio con el ánimo por las nubes y entonces tomo ventaja trepándose cual mono por los peldaños que tenía el árbol, hasta aparecer en el interior de la casa que era de tamaño natural aunque un poco chica de altura pues era para los enanos (niños). Una vez arriba asomo la cabeza por la ventana.

—No me digas que le tienes miedo a las Alturas, sube mujer y nos tomamos algo— mientras Hayame decidía que hacer Cye contemplo el área de las mesas y diviso una figura que conocía bien, aún desde lejos, esa era Ariane si o si. Llamo a Corrolo que de inmediato apareció junto a ella asomando la cabeza por la ventana y apretujándola, le di instrucciones sobre la Dumbledore y le hizo desaparecer ¿Dónde estaba Hayame?

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EL Elfo doméstico luego del llamado de su ama, materializo su cuerpecito en el área de la barra y de allí fue hasta la mesa donde se encontraba una bruja de vestido rojo y de nombre @, le hizo una reverencia y se acercó, en vez de mostrarle la carta que reposaba al centro de la mesa que había escogido, le tomo una de las manos en un rápido movimiento y tiro de ella

—Venga Damita Ariane, mi amita Cye la quiere saludar, dice que es la hora de los enanos— eso ultimo lo repitió como loro porque no sabía a qué se refería, lo que si sabía es que debía llevar a la bruja hasta la casa del árbol para que se reuniera con la Vladimir y la Lockhart, aunque si alguien le hubiera pedido su opinión les hubiera dicho que ya estaban creciditas como para jugar a la casita y al té.

—Vamos, se va a divertir— dijo volviendo a tirar de ella para que le siguiera.

Editado 23 de Mayo del 2014 por Cye Lockhart

[Hayame Snape Potter Black]

La vampiro ahora reía ante las ocurrencias de su cuñada considerada hermana con genes de monito, observandola trepar por aquella preciosisima casa del arbol

 

De primer instancia la mujer había dejado salir una exclamación de asombro y de emoción al observar aquello, ya que su lado infantil siempre estaba alerta y dispuesto a salir en el momento en que este fuera llamado; lo que se presentaba delante suyo era magnifico en todos los sentidos y llenaba lo que sentía por dentro como si fuera una taza de chocolate caliente

 

Hayame dejó salir nuevamente su risa cantarina antes de sacudir su larga melena rojiza y reseguir el camino que la otra indicaba hasta la cima

 

-Ni se me ha olvidado ni me extrañaría que Amya comenzara a atacar desde la copa del arbol

 

Colocó sus manos en la cadera unos momentos antes de correr hacia el arbol para comenzar a treparlo... pero sin pasar por las escaleras

 

A decir verdad la sensación de comenzar a estar en lo alto, el mecer de las ramas y las hojas del arbol, su sombra y el aroma de aquello que ha pasado y se grabo en las memorias...

 

Estaba feliz

 

Se asomó por una de las ventanas de la casita y estiró una mano para tratar de picar por detrás a la Lockhart

-Yo también soy enana!!- se quejó en tono cantarin como si fuese muchisimo mas joven

Editado 22 de Mayo del 2014 por Hayame Vladimir Potter Black

[Roxanne Rambaldi]

La nota sobre que tenía en sus manos la leyó al menos un centenar de veces, su elfo se la había llevado a la Mansión Rambaldi, a sabiendas que no pasaría por el Castillo Lockhart en un buen tiempo. Así había llegado hasta el Cacao Café, propiedad de su abuela, una de las tantas que mantenía. Sonrió un segundo mientras alzaba la vista ante el local, de estructura simple, y un aroma delicioso, todo indicaba que sería una perfecta tarde junto a su familia adoptiva, los Lockhart.

 

Se subió al columpio de la derecha, y en un segundo subió a la terraza. Dentro podía escuchar las voces de algunas mujeres, y de Corroló, uno de los elfos que su abuela tenía en el castillo al servicio de la familia. Avanzo hasta posicionarse detrás de la matriarca Lockhart, haciendo señas a las demás mujeres que guardaran silencio. Cubrió los ojos de la rubia con sus manos, y esbozando una sonrisa traviesa, hablo.

 

- Adivina quien soy.

 

Una suave risa de campanillas siguió a sus palabras, era nada más que un capricho que su abuela la descubriera. ¡Cuanto la había extrañado desde la última vez que se vieron! Sus palabras amables siempre eran un buen consuelo, acompañado de una bebida caliente y el cariñoso afecto que demostraban sus ojos al verla.

[Hayame Snape Potter Black]

La vampiro que había estado haciendo pucheros queriendo ser una cria mas antes de parpadear un poco al ver a una nueva llegada

 

Sin embargo, haciendo caso a las expresiones de la otra, la pelirroja siguió actuando como si no hubiese nadie en aquel sitio, estirando los brazos y dejando salir un ruidito de satisfacción

 

-Yo también soy una niña, la edad no la dictan los numeros... ni las canas sobre la cabeza

 

Decía con un dejo que pretendía ser animado

 

Sin embargo un segundo después rió cubriendose la boca con las manos y se apartó un poco dejando a las otras dos continuar con aquello, esperando que su adorada Cye se sintiese feliz al estar rodeada de tantas chicas que la adoraban y que solo la querían ver sonreir y con mas animos

 

Después de todo, ella era especial para ellas