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♦..Cacao Café..♦ (MM B: 103979)


Ela Karoline
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Pronto el negocio empezaba a llenarse de vida, osea de clientes, lo cual desde luego, le entusiasmaba muchísimo a la propietaria, que desde la barra observaba el movimiento. Uno de los elfos hizo movimiento para ir atender la mesa recién ocupada, pero ella decidió atenderla en persona, un poco de ejercicio en aquel frio día no le caeria nada mal.

 

Libretilla y pluma en mano salio de detrás del mostrador, serpenteo las distintas mesas a su paso para dirigirse a la ubicada un poco más distante del pequeño lago, lo cual indicaba que los clientes buscaban un poco de tranquilidad para la degustación o tal vez para la plática, dos asuntos que serian respetados en Cacao Café.

 

--¡Bienvenidos a Cacao Café!-- dijo la bruja de roja cabellera --Soy Ela y tomare sus pedidos el día de hoy-- informo en tono tranquilo y jovial, mientras se presentaba pudo notar la elegante vestimenta del mago, indudablemente de buena calidad, ¿a qué familia pertenecería?

 

Ela Karoline que tenia pocos conocidos en el poblado mágico a pesar de ser la reciente matriarca de la familia Lockhart, siempre se hacía aquella pregunta, intentando hacer nuevos amigos y estrechar lazos que la arraigaran al entorno británico. Mientras esperaba respuesta fue descubriendo una hoja en blanco de la Libretilla para poder apuntar las órdenes.

 

@@Martin N Roses @@Beryl Serenity Hawthorne Sereno y Hawthorne

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  • 6 meses más tarde...

Dos días habían pasado desde que aquel evento había puesto de cabeza sus ideas, aun sin saber qué hacer o que planes perseguir Don se había encaprichado solo con una cosa, o más bien persona. El plan original había cambiado, mediante un intercambio de lechuzas y algo de tecnológica muggle. El peli blanco había concordado encontrarse con la señorita Macnair una vez más.

Completamente informal esta vez, el joven vestía unos tenis blancos, unos jeans, camiseta blanca y sobre esta una chamarra de cuero negro, con tiras rojo oscuro en los brazos, sus cabellos blancos desordenados, apuntaban hacia el cielo, y a pesar de tener el sol sobre su cabeza, esta vez no llevaba gafas.

Se mantenía de pie, apoyado sobre un poste de luz, el cual no cumplía su función por obvias razones. Apenas dos horas habían pasado del medio día, decenas de magos y brujas iban y venían, incluso algunos niños correteaban de aquí par allá. Al platinado poco le importaba, solo ladeaba de tanto en tanto hacia las esquinas de la calle en busca de aquellos cabellos violeta. 

Las noches anteriores no había dejado de repasar el poco tiempo que había podido compartir con Idylla, recordando sus gestos, frases y actitudes. Si bien estaba conforme, no habían podido dedicarse el tiempo que a él le hubiera gustado, les había faltado algo más de tiempo libre y cotidiano para conocerse, y para eso habían acordado encontrarse en las afueras de aquel café.

 

 @ Idylla Macnair T.

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Estaba nerviosa, ansiosa y un tanto emocionada. Solo habían pasado dos días desde aquel evento con Ada y a ella le parecieron una eternidad, más que nada por las ganas que tenía de volver a ver a aquel chico de cabellos blancos que logró cautivarla. Sus besos se marcaron a fuego en sus labios y aun si cerraba los ojos podía sentir sus manos sobre su nuca queriendo aún mas. 

 

Dejo de lado los pensamientos, se iban a ver aquella tarde y continuar en lo que ellos dejaron inconcluso aquella noche. Aunque se sentía nerviosa porque no sabía si el sentía el mismo deseo que ella por verlo, quizá solo había sido el calor de la situación o algo más hormonal en aquella ocasión; así que todo dependería de aquella salida sin tanto protocolo de por medio.

Se habían citado en un café del callejón, un poco alejado del bullicio de los primeros establecimientos, este estaba más alejado a la entrada y por consecuente había menos gente transitando en los alrededores, pasaba del mediodía por lo que que atuendo era muy ligero. Apesar de que las noches se tornaban  muy frías, las tardes podían ser un poco más calurosas; por lo que se puso un hermoso vestido suelto y ligero de color blanco, poco arriba de la rodilla y unas zapatillas blancas a juego, su cabello estaba suelto con ligeras trenzas haciendo una corona en la parte de arriba.

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Camino un poco dislumbrando poco a poco la entrada del café y antes de llegar a este, miro a un costado y su corazón dejó de latir. Ahí estaba el, vestido casualmente y aunque era imposible que se viera aún más sexy que la noche que lo conoció, pudo lograr verse en aquel momento encantador. Su garganta se seco mirándolo y esperando alguna reacción por su parte,  pero ella estaba congelada, su actitud espontánea había desaparecido y no sabía cómo moverse y saludar al chico de los ojos azules más hermosos que jamás haya visto.

 

@ DonTau

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Se encontraba inmerso en el móvil, a la espera de la peli morada, la cual no tardaría en llegar, una sonrisa se dibujó en el rostro del joven mago. Idylla parecía estática, como si le costara reaccionar. Aquellos dos días se habían vuelto eternos para él al menos, por lo que al verla se abalanzó  sobre ella con calma. La tomo por la cintura y le deposito un corto, pero cálido beso sobre los labios. - Pensé que la cazadora ya no vendría...¿Cómo estás?- confesaría para luego soltar el interrogante.  

Dio varios pasos para poder quedar frente a la puerta de ingreso al café, abrió la puerta para darle paso a su compañera y tras ella se adentró en el desconocido lugar. - Se suponía que ibas a elegir un lugar para enseñarme, en vez de eso termine escogiendo uno yo... - Diría en forma de reproche el peli blanco dándole un suave codazo a la dama. 

Aquel lugar contaba con un mostrador al final, donde una joven esperaba paciente para atenderlos, luego ya ellos podría buscar un lugar a gusto. En cualquiera de las mesas que se encontraban considerablemente alejadas las unas de las otras, ofreciendo algo más de intimidad a sus clientes. Luego de un rápido recorrido visual Don acortaría la distancia con el mostrador principal. - Bueno primero lo primero, busquemos algo que tomar... - Terminaría sonriendo un tanto impaciente. 

Idylla y Don parecían no solo complementar el uno con el otro, sino también ir a juego, aquel vestido blanco que danzaba con cada paso de la Macnair, combinaba con el color de pelo del muchacho, el cual con su andar despreocupado, se manejaba por la vida como si nada le importase. Aunque había algo, que si le quitaba el sueño, aunque, ya lo tenía junto a él. Aquella dama...

@ Idylla Macnair T.

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Si estaba estática, pero pronto el dio un paso adelante y dándole un beso en los labios, la descongela. Como si una carga eléctrica la hubiera llenado,  sonrio y correspondio el beso -No me perdería nunca una cita como esta... - comento la chica con otra sonrisa -estoy bien, ahora que te miro-

 

-Bueno la próxima vez que nos veamos, talvez escoja yo el lugar- comento la chica mientras se adentraba en el local junto a su peliblanco. Rápido revisaron el lugar y se fueron a una de las mesas que estaban más alejadas para poder tener más privacidad, y así poder pedir algo de tomar. 

 

-Pues yo tengo antojo de una malteada de chocolate...- la chica que nos atendía desde el principio tomo nota de mi pedido y de el de Don. Cuando la chica se fue ella se dirigió ahora al chico con una sonrisa - se que hace poco que nos conocemos, pero estoy contenta por haberme animado a hablarte aquella noche. Sabes que Ada no deja de hablarme de que nos veíamos muy bien juntos en el salón- comento la chica distraidamente, quería comenzar una conversación y se sacó de la manga aquella información, solo para poder romper el hilo entre los dos. 

 

@ DonTau

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Don siguió a Idylla hasta una mesa de su elección, por algún motivo, ambos siempre buscaban estar lo más alejados posible de cualquier ser vivo,  era la segunda vez que estaban juntos, pero era la primera vez, que no debían seguir las reglas protocolares que tuvieron que sortear dos días atrás, podrían quedarse el tiempo que quisiesen, hablar sin medidas de tiempo y era eso lo que despertaba cierta ansiedad en el joven. Los miedos por su parte siempre estaban latentes en él, esperaba dar la talla y decepcionar a la dama, aunque en el fondo, le sobraba confianza. 

 

- Café con crema para mí... - Diría, para luego observar a la mesera alejarse. Sus ojos azules volvían a centrarse en Macnair, escuchaba en silencio, mientras trazaba con su vista líneas invisibles entre los ojos de la chica, su cabello, sus labios y pómulos. Aquel vestido blanco le queda precioso, parecía un ángel, y al mismo tiempo un sexy demonio amenazando con saltar sobre él. - Aún no veo a mi prima desde el evento... - Confesaría con una sonrisa, pues al parecer las damas no habían perdido el tiempo hablando de lo que aconteció aquella noche. - Si te soy sincero, no esperaba tener interacciones de este tipo esa noche, pero llegaste y boom... - Ahora la sonrisa picará del peli blanco volvía al ataque. 

 

Antes de que pudiera continuar, la mesara volvía con el pedido del par, sin mediar palabra, pero regalándoles una sonrisa los dejaría solos. - Lo que sigo sin entender es que viste en mí, habiendo tantas personas allí... - Mentiría, buscando excavar algo más de información sobre los intereses de Macnair.  Tomaría un pequeño sobre blanco de una pequeña caja en la mesa, y tras agitarlo apenas y romper un extremo, volcaría el azúcar en su taza, para revolverlo lentamente. - Lo si quería decirte, es que no te quito de mis pensamientos desde aquella noche... - Otra vez la sonrisa, y la mirada fija en los ojos de ella. 

 

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Sin duda las cosas estaban saliendo muy bien, los dos solos en aquella mesa significaba que podría llegar a suceder algo. Aunque se habían conocido brevemente en la fiesta, pero su beso hizo que se encendiera todo su cuerpo y pensamientos, hacia tanto tiempo que nadie la besaba de aquella manera, que se sentía tan agusto y a la vez demasiado nerviosa.  Sentía Sentía si ahora la conocía aún mejor, el vería que era una mujer sencilla y ya no querría estar con ella, pero ahí estaban dándose una oportunidad mutuamente.

 

-Bueno eras el chico con lentes dentro de una fiesta,  que se veía algo solitario y sin conocer a nadie, solo quise ser amable y talvez tener una charla interesante con alguien- comento la chica tomando un poco de la malteada que había pedido -bueno eh de confesarte que me sucede lo mismo, fue muy peligroso de tu parte el besarme aquella noche sin siquiera conocerte, ¿que hubieras hecho si reaccionaba mal? - comento la chica poniendo una cara seria, era bueno saber que pensaba y talvez el riesgo no estaba en el, eso haría que fuera aun más irresistible.

 

-Bueno y no nos conocemos de nada, solo se tu nombre y que no haces nada, cuéntame algo más de ti. ¿ De que familia provienes? ¿Cuál es tu historia para llegar en este preciso momento a Londres y sin saber que rumbo tomar? - había escogido la peor época para aparecer, desde las desapariciones de gente, el estatuto de la magia, el cambio de ministro y nosotros los mortifagos causando estragos, era algo complicado pensar en estar simplemente en el corazón de toda la catástrofe; aunque hay gente que le gusta seguir el peligro, la acción y la diversión porque no.

 

@ DonTau

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Idy respondía a los interrogantes del oji azul, y este fascinado la escuchaba, casi disfrutando de la situación que ella se encontraba. Sabiendo que tarde o temprano terminaría él en ese lugar, siendo interrogado por la bella dama frente a él. Sorbió la taza de café, apreciando el punto justo de azúcar, cuando la dama lanzaba un posible mal final, justo en el momento en que Don la había besado. - Pues... - Levanto la mirada unos instantes un tanto pensativos. - No lo considere, pero de haber salido mal, hubiese tenía un motivo para irme, sin que Ada se enojara conmigo claro... - Explicaría el joven.

Ahora era ella quien quería saber más de él, cosas puntuales, y a Don solo le quedaba clara una cosa, llegados a ese punto, ella estaba tan interesada en él, como él en ella. - Viví en Dinamarca casi toda mi vida.... - Explicaba ahondando en sus recuerdos. - Estudie junto a los muggles, hasta que recibí mi carta, y en paralelo cursaba tanto la academia de magia como los estudios muggles... - Seguí con su explicación sin quitar la mirada de los ojos de la chica, esperando no aburrirla. - Cuando acabé la academia volví a Dinamarca, y simplemente viví como un muggle, hasta hace unos días, que retorne en busca de acoplarme a lo que está pasando en el ministerio. - Dejo pasar unos segundos y aprovecho para volver a beber un poco de café, la crema ya se había fundido con el líquido, dándole un exquisito sabor. 

- y bueno, el resto ya lo sabes... Ahora mismo tengo tres objetivos a corto plazo... uno es abrir un comercio en esta zona, el segundo es trabajar con Ada en la Embajada y el tercero es robarme tu corazón... - Soltaría a la brevedad esperando la reacción de la muchacha. 

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-Qué bueno que nada salio mal entonces, aunque aun me hace falta probar un poco más para poder decidir si fue malo o no el encuentro- comento la chica, completamente tirando una muy directa hacia el peliblanco. Ella movía sus manos nerviosamente por arriba de la mesa y solo esperaba que esta fuera la primera cita de muchas que tendrían, sin duda el chico sabía lo que hacía. 

 

-Ah bueno, entonces ya no eres el chico que no hace nada. Bueno esperemos que los dos primeros planes salgan...- comento la Macnair un tanto pensativa, ella también había querido abrir un negocio en alguna parte y no había conocido con quien hacerlo y dividirse las tareas -Pues yo tengo tiempo pensando abrir un negocio, si quieres puedes platicarme tus ideas y ya vemos si nos ayudamos mutuamente-

 

Sus ojos se desviaron ahora de los de el, sin dudas ella quería que lo último pasara, solo que si dejaba ver sus sentimientos a la primera, talvez el chico saldría corriendo, así que mejor opto por decir lo primero que le llegaba a la cabeza  -por la última parte, pues es muy difícil robar el corazón de alguien, primero lo tendrás que sacar del cuerpo y será algo sangriento...- hizo una mueca divertida, e imitando como si le sacaran el corazón, lo puso en su mano y simuló que moría en su silla - Bueno sería algo como eso, solo que mil veces más sangre, no se si lo puedas soportar...- sonrió, esperando su reacción.

 

@ DonTau

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Charlar con la peli morada era casi parecido a un juego de estrategia, donde cada palabra podría cambiar o no todo el contexto de la situación, adoraba eso, era impredecible, simpática y graciosa. - Sabes...no tienes que pedir permiso para seguir probando... - Contestaría a su interlocutora. Mientras tanto, en lo que su mejor de la razón le permitía, recorría las facciones de la dama, imaginándose en otros posibles encuentros, y deseando por sobre manera, saltar aquella mesa y terminar sobre ella. 

Fue despojado de sus fantasías cuando Marcnair volvía a utilizar su dulce voz, ahora la charla variaba, ¿podrían ser socios?, Don lo medito apenas unos momentos, sin dejar de prestar atención a sus palabras. - Tengo una vaga idea... - Comenzaría un tanto ansioso. - Buscando un lugar para vernos, no encuentre ninguno llamativo, me gustaría un bar de día y noche, cómodo y no tan alborotado como una disco, pero si con buena música... - Se podría ver un brillo especial en los ojos del peli blanco. 

Lo laboral quedaría en suspenso unos momentos, ahora su cita, con una hábil y graciosa interpretación, esquivaba el tercer objetivo de Don, aunque el muchacho no puedo evitar reír, olvidando en el instante que ella no le había dado una respuesta. - No te lo robaría si eso implicara dejarte así... - Aclararía sin poder borrar aquella tonta sonrisa de su rostro, claramente no queria perderla, mucho menos de ese modo. 

Don intentaba no ser tan directo, pero cuando alguien le gustaba en serio, se volvía algo complicado, estar limitándose todo el tiempo, buscando claro, no meter la pata. Pero había ciertas químicas en las personas, que obligaban al tiempo no ser una medida en cuanto a las relaciones. 

@ Idylla Macnair T.

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