Jump to content

Libro de los Druidas


Badru
 Compartir

Publicaciones recomendadas

Crazy escuchó atentamente las palabras del Uzza, sorprendido de que no empleara los circunloquios y acertijos habituales en su pueblo. Los guerreros siempre habían sido una clase rebelde que forzaba los límites de las tradiciones, pero Badru parecía tanto en su carácter como en su comportamiento bastante integrado en la sociedad occidental. Se alegró de ello, puesto que siempre le había parecido que el aislamiento y elitismo de las sociedades mágicas eran su principal talón de Aquiles.

 

Badru se acercó para atender a Jock, aplicando una magia curativa que Crazy desconocía pero que comenzó a entender en cuanto el maestro la pronunciaba. Acto seguido el guerrero empuñó un extraño aro dorado y abandonó la cúpula que los aprisionaba. Sorprendido, Crazy descubrió que él llevaba un aro idéntico colgado al cuello. ¿Cuándo se lo había colocado? No lo recordaba. Y sin embargo algo en su mente, quizás el instinto, le decía qué hacer. Lo rodeó con el puño y, tormando aire, atravesó el muro invisible que hasta entonces lo había mantenido confinado. De forma sorprendente, ese último paso requirió del acopio de toda la fuerza de voluntad y energía que fue capaz de reunir.

 

- Diablos, qué magia más extraña es la que estamos manipulando aquí - susurró con un suspiro -

 

Mientras tanto el adolescente que los acompañaba se había puesto a parlotear incansablemente, presa del ardor juvenil y aparentemente enamorado de su aflautada voz, sentando cátedra acerca de la Nigromancia y - nada más y nada menos - del alcance ilimitado de esa extraña habilidad mágica.

 

Crazy llevaba tres décadas siendo nigromante y el haber conquistado la Piedra de la Resurrección lo había convertido en el Nigromante vivo más poderoso. También él había llegado a juzgar su poder como ilimitado, pero había cruzado el portal de la muerte las suficientes veces para entender que era una presunción arrogante. No existía el poder ilimitado en la magia, y en el caso de la magia de la muerte era especialmente imposible obtener nada de forma gratuita, pues la terrible señora estaba siempre vigilante, anotando cada una de las deudas que los ilusos mortales adquirían con ella. Durante unos instantes valoró la posibilidad de explicárselo a su joven compañero, pero hay lecciones que uno debe aprender por sí mismo.

 

Badru les había indicado claramente que debían utilizar aquel endiablado portal. Crazy sabía cómo, de alguna forma el conocimiento se había dibujado en su mente, pero se resistía a hacerlo. No le gustaba un tipo de magia que era capaz de forjar ventanas al pasado o al futuro, o al propio reino de los muertos. Había poderes que estaban, y con razón, vedados a los mortales y cuyas consecuencias había sentido en carne propia. Un Fulgura Nox mal ejecutado casí había terminado en el exterminio de toda su familia, y llevaba los suficientes años hablando con la muerte para saber que la dama de negro ansiaba un portal de este tipo que le permitiera salir de los confines de su exilio.

 

- Y sin embargo... ¿Para qué he llegado hasta aquí? ¿No sabía que este momento llegaría?

 

Suspirando, realizó el complejo gesto de los dedos que requería la invocación e invocó un Fulgura Nox. Cruzarlo fue lo más cercano que nunca se había sentido de acercarse al patíbulo, y sin embargo al atravesarlo le sorprendió encontrarse en la cima del volcán, rodeado de un maravilloso jardín de lírios de fuego que teñían el horizonte de un suave color anaranjado.

 

- Al menos estoy vivo... - titubeó - Creo

Sapere Aude - Mansión Malfoy - Sic Parvis Magna

e9fce1927d8e31c2469fa7dab945ea54o.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

El Malfoy se había marchado por un portal que su poder mágico le permitió crear, deseaba la respuesta del Guerrero Uzza antes de intentarlo. En este momento tenía algo claro y era que este tipo de magia consumía mucha energía y no estaba dispuesto a desperdiciarla, a no ser que no fuera mía y la pudiera tomar, al menos por un momento. Admitía, que en el pasado familiar varios de mis ancestros usaron la nigromancia para quitar energía vital y así usar hechizos con más potencia.

 

“¿Acaso será posible desviar la fuente de la energia para estos poderes de este libro?” Pensaba y me al pasar los segundos, sentía cierta presión para realizar el portal, ya antes lo había intentado en el mundo de los muertos y no lo había logrado, algo en mi técnica fallaba y eso lo admitía, incluso me parecía desgarrar el espacio y tiempo, no obstante algo había traído. “De seguro no es concentración todo lo que se necesita para abrir portales con tanta maetría, debe haber un secreto.”

 

-Debo admitir.- Trague saliva estando a solas con @Badru .-Que no estoy del todo seguro de crear portales, ya antes lo intente y creo que no resulto como lo desee, además este poder tiene costo en mi ser, por ello deseo usarlo con este poder sobre la muerte que pudiera poseer, para así alimentarme de las almas, de la vida misma y ello sea el tributo para este consumo de energía, sobre el alma, ello no me importa, pues soy un demonio.- Le confese, igual el Uzza seguro antes ya se había dado cuenta. -¿Acaso existe algo más que la concentración? En aparición, debo conocer antes el lugar.- Agregue. –Pero a la cima de ese volvan nunca he ido, como tampoco conozco este territorio.- Baje la mirada, este analice quizás eran efectos de la poción que me habia tomado y con ello había incrementado mi intelecto.

7VZGWBY.jpg

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Lo supo en el momento en el que el Luxure miró al patriarca de los Black Lestrange, mal herido. Él quería el camino fácil, a costa de la vida de los demás. Poco honor había en ello, pero¿Acaso él no era diferente?, ¿acaso a su pueblo le había importado algo que no fuera sí mismo? La historia estaba condenada a repetirse para aquellos que no sabían, o no querían, aprender.

Curiosa es la habilidad de la Nigromancia, ¿no es así? se dirigió al pupilo, no sin antes echarle una mirada al ministro de Magia. La mayoría cree que evita a la muerte al estudiarla, pero sólo te familiarizas con un entorno en el que morarás cuando tu entidad física perezca. Tiene sus limitaciones, desde luego.

Hizo girar la delicada varita oscura entre las yemas de sus dedos, antes de responder a su duda.

No, me temo que la única aplicación real que tiene la habilidad que mencionas, es la de abrir el portal hacia el averno. Lugar, que conociste al inicio de esta clase.

Crazy pareció no interesarse por el tema de la Nigromancia, y no lo culpaba. Estaba haciendo exactamente lo que Badru esperaba: Concentrarse. Instantes después, les abandonó al cruzar un portal creado con el hechizo Fulgura Nox. El Uzza resopló, impresionado por la capacidad de formular el portal en su primer intento, y satisfecho con el resultado.

Un Guerrero siempre debe mantener su concentración en plena batalla. Así esté machacando al enemigo o defendiendo a sus camaradas comenzó a rodear al Luxure, cual serpiente, poco importándole las veces que ya lo había hecho. Dices que no conoces este territorio, ¿pero acaso no tuviste la oportunidad de explorar el limbo entre portales? Conoces el trayecto, sólo te falta el final.

Badru sostuvo su varita para crear un portal más, que usaría para cruzar y unirse al ministro de Magia en la cima del volcán. Con un pie dentro de éste, se giró para dirigirse al Luxure.

Recuerda la brújula interna, sólo así podrás desgarrar el espacio-tiempo. Aunque tu propuesta de usar la energía de otros es buena, no te servirá de mucho. puntualizó, con medio cuerpo dentro del portal. No puedes evitar ese sacrificio.

Dicho esto, el Haz de la Noche se desvaneció una vez que el Uzza cruzó.

Ah, por fin. El jardín de los lirios de fuego.

Se inclinó para poder tomar un par, por el mero hecho de poder hacerlo. Crazy parecía haber menguado al conjurar el portal, por lo que Badru lo dejó ser. Estaban esperando a Demian, así que, una vez que éste decidió acompañarles, se situó frente a sus dos alumnos.

Bien, aquí estamos. Y estoy seguro que más de uno se preguntará, ¿tanto lío por una planta? rió por lo bajo. Existen plantas que han propiciado guerras, así que no debe extrañarles. Más aún, una que les confiere resistencia al fuego. ¡Qué potencial tendría! Pero las guerras a nadie engrandecen.

Carraspeó, entrelazando sus manos tras su espalda. Se mostró erguido a sus alumnos, cuál guerrero orgulloso que era. Había llegado la hora.

Pueden recoger lirios, pero no les sugiero que se pongan cómodos. Ésta sólo es una antesala.

Y ante la posible interrogante de qué significaba eso, prosiguió.

En vista de la mala fortuna de su otro compañero, van a tener que demostrar su valía en campo de batalla, actividad que estoy seguro que vienen esperando desde hace un rato.

Dados los roces entre ambos alumnos durante la etapa final de la clase, el Uzza no vio más que la oportunidad de mantener viva la llama de la discordia. Y, ¿quién sabe? Seguramente darían un espectáculo digno de dioses.

Así pues, repongan energía, y prepárense.

 

@@Crazy Malfoy

@

G87yGNJ.png
Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Escuche con atención al Guerrero Uzza y segui sus instrucciones para crear el portal, en verdad fue curioso como a la vigésimo intento que lo realizaba el Fulgura Nox funcionaba, en verdad este desgarre del tiempo y espacio me pudiera ser útil, y ya sabia con antemano que no necesitaba estar cerca para realizarlo en otra persona, así como este instructor me lo aplico a mí en varias oportunidades, aunque no podía comparar mi nivel con él. Luego de haberlo invocado con cierta destreza y algo de suerte, lo atravieso y al llegar lo cierro.

 

En este nuevo pareje me dio curiosidad, en vedad este territorio Uzza se parecía al verdadero o de cierta forma era el real, no estaba del todo seguro y por ello anhelaba estar en el Departamento de Transporte y Deportes Mágicos, era hora que aprendiera ciertos niveles de seguridad y trafico de objetos, en este sentido me mantuve algo silencioso al llegar y espere a escuchar la siguiente instrucción de @@Badru .

 

El Ministro no parecía estar cansado y ello quizás era la diferencia de nuestras clases sociales, sin duda alguna este mago poseía más poder que yo, además de cierto rumor que era dueño de una de las reliquias de la magia británica, por eso era que me interesaba más que ser su amigo, poder materle y robármela, igual si era la varita del sauco, esta era muy leal a quien matara o desarmara a su dueño original, en cuanto a las otras reliquias que se decían que existían en esta tierra son más vulnerables en cuanto a lealtades.

 

Aunque, en mi cuerpo si sentía el cansancio por haber realizado el encantamiento, no estaba del todo seguro como lo había logrado, pero sin duda alguna era un favor de los dioses y al menos estaba dispuesto a enfrentarme cara a cara con quien fuera o como fuera, si eso bastara para alcanzar nuevo nivel o poder en la magia, ya deseaba adentrarme en el mundo de las artes oscuras y maldiciones en la Universidad, me preguntaba que tanto pudiera experimentar y probar nuevos métodos.

7VZGWBY.jpg

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

  • 2 semanas más tarde...
El momento que esperaba con ansias, había llegado. Eran variados los comentarios que había escuchado del pueblo Uzza, razón por la cual no dudo en anotarse en cuanto le fue posible. Ya había leído el Libro del Druida con anterioridad a la clase, por lo que su uso le resultaría familiar. Con todo, se apareció en el pequeño recinto que la Universidad le había brindado a dichos guerreros para reunirse, habiendo salido de la mansión Black Lestrange en las primeras horas de la mañana.

La Plaza del Árbol de Fuego.

Así que aquí es dónde los Uzza demuestran su poder torció una sonrisa burlona, echando un vistazo a la plazuela, mientras se aproximaba a la misma. Esto va a ser divertido.

Con la suela de las botas de caza, pateaba cada tanto la áspera arena bajo sus pies. Su vestimenta, consistía en un traje de cuerpo completo, que le cubría hasta el cuello. Tonalidad oscura, como su alma, de un material más fresco que la seda oriental, como tela de araña. Una vez allí, decidió colocarse a un costado del árbol, cuyas hojas parecían estar en llamas. Era una experiencia tan bizarra. Para estar en el Oasis que le habían otorgado a dichos seres para establecerse y dictar sus clases, se sentía en un país completamente diferente.

Oh, Badru, Badru...Guerrero Uzza del Libro del Druida. Ha venido ante ti, otro miembro de la comunidad mágica con ansias de poder.

Aquello era una jugada arriesgada. Su susurro iba cargado con el sarcasmo que tanto caracterizaba al Black Lestrange, aún consciente de que estaría en compañía de un ser cuyo poder superaba el de muchos de sus conocidos. ¿Sería el comentario, suficiente para ofender a un personaje así? No lo sabría hasta tener frente a sus ojos. Así pues, le quedaba esperar.

Y esperar, y esperar. Hasta que el susodicho hizo acto de presencia. Deslizó los dedos de la mano derecha sobre aquella falange en la que reposaba su anillo en forma de rayo, aquel que contenía todos los amuletos y demás baratijas de los Libros anteriores.
Arania.gif
ObiFirma.png
Gringotts.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

¿Acaso un Uzza tenía permitido descansar? El Contrato lo obligaba, aunque fuera de mala gana, a enseñar a aquellos estudiantes que se presentaran ante él. Así le diera muchas vueltas, finalmente no podia evitar compartir los secretos del Libro de los Druidas con otros.

Regresaba de una productiva caminata desde el volcán al que solía llevar a sus alumnos como parte de las pruebas finales, dejando en la arena una huella bastante característica, pues era imborrable. Fue cuando su agudo sentido del oído captó a un mago, cuyo arrastre de palabras denotaba un exceso de confianza en sí mismo.

Trepó al montículo desde donde solía observar a sus futuras víctimas, para ver de quién se trataba.

Otro Black Lestrange. bufó a manera de decepción. Tuvo a Jocker el mes pasado, aunque no completó la clase. Debía ser de las generaciones más recientes, pues Badru ya había tenido a varios de ellos antes, como la directora del Banco Gringotts, con quién el joven parecía compartir un extraño parecido. ¿Será posible... ?

Su cuerpo comenzó a mutar sin que el Uzza moviera dedo algo. La metamorfomagia, al igual que su afinidad con el Haz de la Noche, eran dotes de nacimiento, que no dudaría en aprovechar aún sabiendo el costo. Adoptó la apariencia de una mujer joven, cuya figura estilizada denotaba una vida más allá de lo humano. Los ojos verdes y el rizado cabello rubio, así recordaba a quien fuera una de sus primeras alumnas.

Por otro lado, el peto, las grebas, así como el velo que ocultaba su rostro, desaparecieron. Dieron paso a un elegante vestido de algodón, oscuro como la noche, y con unas zapatillas a juego. Con la apariencia de la matriarca Black Lestrange, pudiendo despistar al más cauto, se materializó frente a él.

Hola, cariño. saludó con una amplia sonrisa a su alumno, antes de dejar ir una risita. Disimulaba lo más que podía, aunque tarde o temprano sería descubierto. ¿Acaso te extraña verme aquí? Seguro te he dado una sorpresa.

Se acercó para acariciarle la mejilla derecha con el dorso de la mano, de la manera más maternal posible, antes de caminar alrededor de él, cual depredador acechando a su presa. Rodeó el Árbol de Fuego, y finalmente volvió a su encuentro.

Entrelazó las manos tras la espalda, para poder ocultar su varita mágica, que no había sufrido cambio alguno. Si su alumno la viera, sería su fin. Aprovechando el desconcierto de éste, conjuró mentalmente el Fulgura Nox bajo sus pies, llevándose al chico al mundo de oscuridad en el que había crecido. Badru le siguió poco tiempo después, pero no sé mostró directamente ante él. Quería deleitarse con su reacción.
G87yGNJ.png
Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

¿M-Mamá...En verdad, eres tú? cuestionó en voz alta, observando a quién acababa de llegar.

No era la persona que esperaba ver. Definitivamente, no se trataba de Badru. Estaba desconcertado, porque no entendía qué podría hacer su propia madre, la directora del Banco, a tantos miles de kilómetros. La perspectiva de haber asistido para darle ánimos a su hijo, parecía poco probable, por lo que el castaño se mantuvo alerta.

Estaba más allá de preguntar el cómo o el por qué. Se estaba comportando de forma muy extraña, por no decir que el caminar en círculos, le daba algo de escalofrío. Ya no digamos, la caricia en su mejilla. Algo andaba mal; incluso su vestimenta, parecía poco común para la zona en la que estaban.

No tuvo tiempo para conjeturas de ese estilo, puesto que la arena bajo sus pies, dejó de ser sólida. Giró los orbes grisáceos hacía el suelo, alarmado. Un agujero al que no se le veía fin, como las fauces de una criatura. Conocía el hechizo, pues había visto a la matriarca conjurarlo incontables veces. Hizo poco o nada para evitar ser engullido.

Un momento. Este lugar, ya había estado aquí antes.

Se incorporó, ya sosteniendo la varita de álamo temblón como precaución. Durante la expedición al Sáhara, Aries los había sacado de ahí, particularmente a él, herido, a través del Haz de la Noche. Eobard se quedó un tiempo varado en el limbo, en estado vegetativo, hasta que un portal por fin lo escupió en la mansión Black Lestrange. Ahí, el vacío parecía tan puro, como el firmamento en una noche libre de luces citadinaa.

Intentó encender la punta de su varita con un susurro. El Lumos le iluminó parcialmente, pero a los pocos segundos, fue apagándose hasta convertirse en un recuerdo. Era una oscuridad distinta, parecía alimentarse de la luz misma. Si se silenciaba, alcanzaba a escuchar los latidos de su corazón. Y unos susurros a la redonda, como si hubiese alguien ahí, entre las sombras.

Tuvo la grandiosa idea de siquiera conjurar mentalmente el Fulgura Nox, pero resultó en un vano intento. Se decía que Badru era un experto en ése, y ni el castaño, con todo su conocimiento en la materia en general, podría aprenderlo de la nada.

¿Por qué traerme a este lugar de sombras? Admito que es mi estilo, pero... el eco que producían sus palabras, hizo que se estremeciera por un instante. Tal vez, podamos llegar a un entendimiento.

La situación parecía haber sido orquestada como una prueba de fe para el castaño. Sabía que Mía era perfectamente capaz de cuidarse sola, pero aún así le generaba intriga la razón de su visita. Todo bien podría ser un juego mental, diseñado por el Uzza, y él ni enterado.

Arania.gif
ObiFirma.png
Gringotts.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

¿Acaso le temes a la oscuridad, muchacho?

Badru se materializó frente a su pupilo, aún conservando la apariencia de la rubia. Ahí, en el limbo, dónde nadie podía interferir, tenía al Black Lestrange justo dónde lo quería. Notaba su desesperación, así como su estado de confusión al haberse encontrado con un rostro aparentemente conocido. Todo estaba saliendo de acuerdo al plan.

En el vacío nadie puede escucharte gritar. extendió ambas manos, como si quisiera abarcar aquel paraje de tinieblas en el que estaban. De morir aquí, nadie te recordaría.

Con otra floritura de varita, abrió un portal más, del costado izquierdo del castaño. Podía verse el otro lado con bastante claridad, como una fotografía que había sido captada con la mejor tecnología. Era como una sala de espera, de amplios ventanales, y se veía bastante concurrida. Le pidió al joven que lo cruzara, con aquella voz que le sería tan familiar a él.

Bienvenido al Aeropuerto Internacional de Washington-Dulles. Ahora, creo que no vas a necesitar esto. ¿O sí?

El anillo que llevaba puesto, podía detectar el poder que emitía. Le concedía creatividad por haber agrupado todos los poderes de los libros en tan pequeño objetivo, y además discreto, pero en esa clase, se limitaría a los que correspondían al Libro del Druida. Con un susurro de su varita, hizo añicos el aro de metal del Black Lestrange.

Luces como un completo payaso entre estos seres no mágicos. se mofó en voz baja, deleitándose con la extraña vestimenta del humano, quién parecía salido de una expedición al desierto. Vas a tener que buscar algo de ropa más discreta, y quizá alguna identificación. Sin usar varita.

Dejando al aprendiz con aquella problemática, él se dedicó a vagar por la sala de espera, claramente aburrido por la insipidez de aquel medio de transporte no mágico. Volvió a su forma original, la apariencia de un guerrero con el cabello trenzado, que lo hacía parecer hawaiano. En el caso de sus ropas, gracias a su conocimiento con las transformaciones, lucían como las de un turista oriental.

Quedaba ver si el otro había triunfado en su misión de mezclarse entre el gentío. Por un altavoz, se anunciaba a los pasajeros, que el próximo vuelo al archipiélago norteamericano, saldría pronto.
G87yGNJ.png
Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

La experiencia en el limbo, si lo desquició un poco. O mucho. El eco que resonaba, sin existir paredes, era como un fantasma que susurraba al oído.

Cruzó el portal, sintiéndose desorientado temporalmente: el sonido de la gente conversando, los equipajes arrastrándose,inclusive los aviones despegando, eran un razonable contraste con el lugar de que acababan de salir.

---¿Qué ha sido todo eso? Primero planteas matarme en el vacío, y ahora nos vam... --ahogó un grito al sentir que el anillo se resquebraja.

No se molestó en recoger lo que quedaba, pues lo había reducido a polvo. Con ello, Black Lestrange casi podría comprobar que no era su madre. Ella conocía al anillo, así como su función. Teniendo tantas oportunidades, ¿por qué ahora? Se alejó de ahí, extrañado con la instrucción.

---¡Ahora sí, no me arrepiento de la clase de Estudios Muggles!

Era cierto que su vestimenta atraía miradas innecesarias, por lo que tenía que darse prisa. Se encontró con una tienda de ropa, que exhibía playeras conmemorativas de la independencia estadounidense, en el marco de dicha celebración. ¿Cómo se lo iba a llevar, si no tenía efectivo?

---Mal momento para no poder usar varita. ¿Qué poder me permitirá pasar desapercibido?

Se dio una palmada en la frente. ¡Lo había leído! Peor aún, en libro que estaba cursando. Invocó el anillo salvaguarda contra miradas indiscretas, y se robó el conjunto de uno de los maniquíes, con todo y zapatos deportivos.

Ingresó al cubículo de unos sanitarios para poder cambiarse. Pronto dejó atrás la vestimenta de desierto, para lucir una playera de "I Love America", que le pareció graciosa, y el dúo deportivo de pantalones cortos y tenis para caminata; parecía un viajero deportista y patriotico. Hizo lo que pudo para deshacerse del atuendo mágico.

---Tiene que ser una broma. --se contempló en el espejo de los lavabos, no del todo convencido. ---Al maniquí se le veía bien.

---Debió comprar el diseño de la bandera, es el más popular.

Miró al sujeto en el otro lavabo, delgado y con una barba de tres días. Lo poco que le quedaba del quebradizo cabello negro denotaba descuido. Pero lo interesante, era que había dejado su billetera y pasaporte a un lado.

Eobard respondió al comentario con un gruñido de conformidad, para después tomar el contenedor de piel. Se llevó los dos boletos para viajar a Honolulu, además del pasaporte, emitido en Massachusetts, antes de dejar la cartera por ahí. Ahora, era el señor Quentin Lance.

Regresó al lugar dónde el portal los había dejado, sólo para confirmar que, efectivamente, había sido timado, pues Mía no se veía por ahí. Viendo que la gente comenzaba a abordar para el vuelo al que correspondían sus boletos, pensó en irse de vacaciones.

Hasta que vio una figura curiosa, que parecía disfrutar de lo lindo. No era norteamericano, parecía más del tipo egipcio, aunque la playera de flores hawaianas intentara ocultarlo. Lo que delató a Badru, era que en las cuencas de sus ojos, sólo veía oscuridad, la misma nada que en el lugar existente entre portales. ¿Sólo lo veía él, o la gente no mágica también?

---Hice lo que me pediste...Madre. -- el deje de ironía en su última palabra, le haría saber que ya lo había deducido. O casi. ---Tienes cerca de diez horas de vuelo para explicarlo...O al menos, decirme que eres quién creo que eres.
Arania.gif
ObiFirma.png
Gringotts.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Badru se burló abiertamente de las quejas del muchacho, a la par que comenzaba a rodearle como una serpiente acechando a su presa. A juzgar por la vestimenta que había elegido, sabía de las costumbres de los no mágicos y cómo pasar desapercibido. Con un ágil y grácil movimiento de mano, le arrancó de las falanges la identificación y los pases de abordar.

Me dejó sorprendido, señor... se fijó en el apellido que tenía el pasaporte. Lance, eso es. Lo que me causa gracia, es que en serio piense que vamos a viajar en esos toscos artefactos. Porque, es justo lo que vamos a hacer.

Comparó el rostro de Eobard con el propietario de la identificación una vez más, conteniendo la risa con el dorso de la mano, antes de lanzarlo de vuelta a su alumno. Apremió a su alumno a seguirle, a través de cualquier método, y reunirse con él en el túnel que daba acceso al avión.

O podríamos evitarnos la tediosa escala, ¿no lo cree? ¡Fulgura Nox!

Empleando el mismo anillo que su pupilo anteriormente, abrió un portal a espaldas de éste, y lo empujó a través de Magia no-verbal, aprovechando el posible desconcierto ante el cambio de planes. Salió del otro lado con la gracia que lo caracterizaba, ya luciendo sus ropas de guerrero y reluciendo la oscuridad en sus ojos.

Tampoco estaba preparado para eso, ¿no es así? De estar en el campo de batalla, probablemente ya habría muerto. ¡Atento, señor Black Lestrange! Eso nos lleva a la primera lección. caminó unos pasos adelante de dónde habían cruzado el agujero espacio-temporal. La guerra, la guerra nunca cambia. Es un lenguaje universal, principal eje de razas como los humanos.

Su suspiro fue enmudecido por el velo que cubría gran parte de su rostro. El tono de su voz, era serio, con cierta nota de amargura. Guerras en las que había estado, guerras en las que estaría, era todo igual. Dirigió su atención de vuelta al joven, esperando que ya estuviera listo para partir, dado que la puesta de sol les indicaba que no tenían mucho tiempo antes de tener que detenerse forzosamente.

Lugares como estos, paraísos de la naturaleza, son cuna de una flor. Una preciosa flor. El lirio de fuego. No espero que lo sepa, pero crece sólo en los volcanes. Y seguro que le dieron un frasquito al adquirir el libro, ojalá no se le haya caído. De ser así, bueno, habremos venido en vano.

Se arrancó el pendiente que llevaba al cuello, un recipiente de cristal apenas perceptible, pero que contrastaba con los últimos rayos del sol. Su reserva estaba en números rojos, por utilizarlo de forma poco ortodoxa en clases anteriores. No podía permitir que se vaciara.

Pero también, aquí moran las criaturas más recelosas de su hábitat. advirtió a su alumno, dándole la espalda para ponerse en marcha. Quedan atrás los días en que estabas a salvo con profesores de la Universidad. ¡Estás a merced de Badru!

Golpeó su pecho, haciendo resonar el impacto en el peto que traía. Disfrutaba sentir la roca volcánica bajo sus pies, era casi como la fina arena del Oasis Uzza. Comenzó dando zancadas, sin esperar que el otro le siguiera a paso cercano. Pronto, dejó atrás el letrero que daba la bienvenida al Parque Nacional de los Volcanes Hawaianos.

Conforme se adentrarán a dicho lugar, siguiendo el sendero del tour propuesto, se encontrarían con formaciones minerales inusuales en el terreno. Rubíes, esmeraldas, zafiros, todas piedras preciosas que los más codiciosos deseaban. <<La codicia vive en el corazón humano, sólo necesita el incentivo correcto>>, pensó mientras continuaba con su trote.
G87yGNJ.png
Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Guest
Esta discusión está cerrada a nuevas respuestas.
 Compartir

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.