Jump to content

Personajes Secundarios de Eileen Moody


 Compartir

Publicaciones recomendadas

JgPugCj.png

NOMBRE: Madeleine Moody.

EDAD: Veinticinco años. Nació el 6 de junio de 1994.

NACIONALIDAD: Escocesa.

 

RAZA: Humana.

PERSONAJE PRINCIPAL AL QUE ESTÁ ASOCIADO: Eileen Moody

RELACIÓN CON EL PERSONAJE PRINCIPAL: Prima lejana.

APARIENCIA FÍSICA: Con su baja estatura (un metro y cincuenta centímetros, exactamente) y una silueta poco sugestiva, tiene la apariencia de una mujer poco desarrollada. Es de contextura mediana, con kilos extras que se acumulan principalmente en su barriga, sus caderas y sus muslos.


Tiene el rostro redondeado, de facciones poco afiladas. Su nariz es delgada pero ligeramente jorobada, salpicada de pecas y manchas de acné que se prolongan hasta sus mejillas. Sus ojos son de un tono avellana, redondeados, por perpeturas ojeras bajo ellos y están enmarcados por gruesas cejas castañas. A juego, su cabello es igualmente castaño y es ondulado, sin llegar a sus hombros; casi siempre está despeinado y enmarañado, debido al poco cuidado que tiene. Tiene la tez de un tono canela; casi toda su piel está llena de cicatrices tanto de quemaduras, como de cortes y heridas de bestias, imposibles de borrar debido a la magia oscura que las provocó.


Últimamente suele vestir a la usanza muggle, con prendas casuales, desgastadas por el uso y de tonos apagados. Opta principalmente por vaqueros, camisetas, suéteres y tenis.


CUALIDADES PSICOLÓGICAS: Madeleine se caracteriza por ser apasionada, obstinada y rebelde, con un mal genio que sale a relucir cuando la provocan. Su rústica manera de ser, en conjunto la cara de pocos amigos que suele tener, hace que la mayoría la considere, simplemente, una amargada. Y no es mentira. Pocos chistes le dan risa, no suele asistir a eventos sociales y detesta los modales exagerados y mojigatos de los ingleses. Es perfectamente consciente de la imagen que tienen la mayoría de las personas que la conocen y no le importa en lo absoluto; de hecho, prefiere que no la tengan en muy buena estima, pues así no tiene que molestarse en moderarse. Sin embargo, no es capaz de pisotear a los demás y se repudia a sí misma cuando llega a hacerlo.


No siente apego por las leyes ni las normas, ni profesa respeto por la autoridad. Detesta a las personas presuntuosas, que se creen mejor que los demás por tener títulos, cargos o cierto status de sangre.

En las misiones que debe cumplir, es decidida y no teme ser violenta (por supuesto, sin disfrutarlo), aunque no es muy buena estratega. Sin embargo, hace lo que puede y se esfuerza para mejorar, pues siente la necesidad de proteger a quien esté en peligro, aunque se trate de una persona que no tenga en buena estima. Irónicamente, odia que la protejan y muy pocas veces pide ayuda. Se considera humillada cuando no es capaz de resolver las cosas por su cuenta. Con el tiempo, sin embargo, ha aprendido que en el entorno en el que se desenvuelve, la unión hace la fuerza.

 

HISTORIA

Antes de que Madeleine naciera, la fugaz relación entre Kris Gryffindor y Pandora Stark se había roto irremediablemente. Sin embargo, habían resuelto qué hacer con la criatura que habían engendrado; hasta que tuviera edad para estudiar en Hogwarts, la harían criar en el extranjero. Ya que entonces ambos eran miembros de la Orden del Fénix, se dijeron el uno al otro que así mantendrían a su hijo a salvo de la guerra que se había plantado en Ottery St. Catchpole y Londres desde hacía ya un par de años. Aunque eso era cierto, había más, pero nunca lo compartieron entre ellos. Madeleine lo descubrió muchos años después, al tratar de armar su historia. Pandora, con su experiencia con Aylin, estaba segura de que no sería capaz de criar a cualquier criatura que engendrara; Kris, por otro lado, no se sentía capaz de asumir la responsabilidad de padre.

La familia de acogida que se hizo cargo de ella, era una pareja de mediana edad. Tenían una casa grande y vieja al pie de Arthurs Seat, en Edimburgo, Escocia. Madeleine, como se dieron la libertad de bautizarla, no era la primera (ni sería la última) huérfana de la que se hacían cargo; los Brewster estaban acostumbrados a recibir en su hogar a hijos de prostitutas, adolescentes, muertos, arrepentidos, y cualquiera que no pudiera (o no quisiera) hacerse cargo de las crías que engendrara. La pareja no era mala, y se preocupaba por brindarles a absolutamente todos los niños un plato medianamente decente de comida, ropa que todavía pudiera cumplir su función, y una sábana y almohada y un lugar para dormir; sin embargo, al tener tantos infantes, ni siquiera con la ayuda de los más grandes de la casa podían darles a todos su respectiva cuota de cariño y atención. Una vez que Madeleine aprendió a comer y a vestirse por su cuenta, y al no requerir atenciones especiales ni ser una niña muy llamativa o interesante, fue delegada al plano donde se movían la mayoría de los niños de su edad, y allí permaneció el resto de su infancia.

La mayoría de sus compañeros de situación, aprovechaban que ninguno de los tutores les prestaba mucha atención, y hacían las travesuras típicas e inocentes de los niños, como jugar o leer historietas en lugar de hacer la tarea, robar galletas del tarrón de la cocina, faltar a la escuela y ese tipo de tonterías que, en la infancia, parecen crímenes. Madeleine, en un principio, intentaba llamar la atención del alguno de los Brewster. Los seguía a todos lados por la casa, fingía enfermedades y, cuando estaba desesperaba, lloraba y berreaba para que la miraran y le preguntaran si estaba bien. Quería que la quisieran. Sin embargo, con el tiempo, comprendió que ellos no podían ser como los padres de sus compañeros de escuela o los que leía en sus libros de cuentos, pues, simplemente ninguno allí era, verdaderamente, hijo de ellos. De modo que abandonó sus penosos intentos, y aceptó y disfrutó el desamparo, en donde podía robar galletas y dulces, faltar a la escuela, leer historietas, subirse al techo de la casa y hacer cualquier travesura que se le ocurriera, sin que a nadie le importara si se hacía una raspadura o si se golpeaba. Durante toda su infancia, no hubo nunca una señal que le indicara que era diferente a sus compañeros.

En su décimo primer cumpleaños, a comienzos de junio, no fue una lechuza la que le entregó su carta, sino que fue llevada por una delegada de Hogwarts. En ese entonces le pareció una señora tan peculiar, tanto en vestimenta como en modales, que temió estar encerrada, en la sala de visitas de la humilde casa, con una loca. La plática duró más de una hora. Madeleine no sólo exigió ver esos dichosos trucos de magia, que la mujer le aseguraba que aprendería a hacer, sino que también la forzó a mostrarle libros con ilustraciones móviles y a hacer uso de los artefactos mágicos que cargaba en el bolsillo. No paraba de maravillarse con cada demostración, cada descubrimiento, por más banal que pudiera ser para cualquier mago o bruja. Lo que dudaba no era que aquello fuera real, sino que ella fuera capaz de hacer esas cosas. Incluso la profesora, que ya había hecho varias ese mismo día y había visto en los niños y niñas magia inconsciente, pensaba que quizás era una equivocación, o que la supuesta hija de dos estirpes puras había terminado siendo una squib sin embargo, no podía cuestionar a los directores de Hogwarts. De modo que Madeleine comenzó sus estudios la reconocida Academia de Magia y Hechicería en ese mismo año, ignorando sus orígenes.

Lo que al comienzo era una perfecta redención de parte de la vida para la infancia poco feliz que tuvo, se retorció hasta convertirse en una pesadilla. Muy rápidamente aprendió, tanto por las noticias que recibían sus compañeros de sus familias como por las noticias de El Profeta, que ni los hijos de muggles, ni los mestizos, ni siquiera los sangre pura que simpatizaran con esa chusma tendrían una vida pacífica en ningún lugar de Inglaterra. Veía a sus compañeros llorar por sus familias masacradas, escuchaba en los pasillos las atrocidades que los mortífagos cometían e, incluso, no volvió a ver a algunos luego de las vacaciones de verano o de Navidad. Sabiendo muy bien que ella sería considerada por ellos una sangre sucia inmunda, no pudo dormir en paz por mucho tiempo, atormentada por las pesadillas y por esa Marca Tenebrosa que se le aparecía en sueños.

Durante los primeros años, convivió día a día con el miedo y, por lo tanto, no logró hacer que su torpe y débil magia funcionara correctamente a través de su varita, y además de sentir miedo de que su origen la condenara, le aterraba no poder defenderse si era asaltada por los mortífagos. Fue en quinto año, por pura casualidad, que escuchó acerca de la Orden del Fénix. Un alumno mayor, probablemente de sexto año, relataba cómo en la cena de Nochebuena, su hogar fue marcado con el símbolo de los seguidores de Lord Voldemort y de repente se vieron rodeados de magos con túnicas negras y máscaras plateadas. Estaban atrapados, pero entonces, llegaron. No eran Aurores, ni siquiera funcionarios ministeriales, y no dejaban que sus rostros se vieran. Derrotaron a los mortífagos, no sin llevarse una buena parte de lo que le habría esperado a la familia, y desaparecieron con ellos. El muchacho aseguraba estar agradecido con ellos, por salvarlos.

Le costó mucho volver a escuchar a alguien que hablara de aquella organización, y todavía más hacer que le dieran información, pero no fue imposible. Ella no lo sabía, claro, pero en Hogwarts habían personas que pertenecían a la Orden del Fénix: profesores, estudiantes, incluso directores Lo que logró averiguar es que reclutaban personas, más no niños como ella, sino magos y brujas diestros la magia, cualquiera de sus ramas, que estuvieran dispuestos a colaborar con una causa que era mayor que ellos. Entonces, se dio cuenta de que si seguía permitiendo que el miedo la dominara, sólo le dejaría las cosas más fáciles a los mortífagos. Comenzó a practicar con la varita con una determinación enfermiza, atormentaba a los profesores de Encantamientos, Transformaciones y Defensa Contra las Artes Oscuras para que le dieran consejos y pasó muchas noches en vela estudiando sus libros e intentando imitar los hechizos que veía en ellos. Casi de la noche a la mañana, era una alumna nueva, dedicada de corazón. Sin embargo, si se esforzaba no era porque quisiera tener buenas notas, sino porque ya había decidido que se uniría a la Orden del Fénix.

Durante su último año, mintiendo con respecto a su edad, logró enlistarse. Y al poco tiempo de hacerlo, se dio cuenta de que las cosas no eran tan sencillas como se las había imaginado. En las batallas en las que no sólo se vio envuelta, sino que tuvo la iniciativa de participar para defender a cualquiera que fuera acosado por los mortífagos, vio a muchos compañeros sufrir y, finalmente, caer. Ella estuvo a punto de morir en más de una ocasión, de no ser porque casi siempre alguien le cubría la espalda o ella misma lograba escapar y refugiarse. También fue una prisionera. Pasó muchas semanas, incluso meses, en la prisión donde el grupo de magos oscuros encerraba a sus enemigos o a cualquiera que no les agradara. Lo que temía durante el encierro oscuro y frío no era la soledad, sino las torturas físicas y psicológicas del guardián de turno.

De forma muy rápida, la guerra la curtió. Su piel se llenó de cicatrices, su temperamento se volvió amargo y taciturno, y poco a poco se volvía más paranoica. Se alejó de los pocos amigos que encontró entre sus compañeros, dándose cuenta de que podría perderlos en cualquier momento, de la peor manera, y se cerró a muchas cosas que no alcanzó a disfrutar en su adolescencia, como los romances, las travesuras o las fiestas.

Fue durante esta mutación, que descubrió sus raíces y conoció a Kris y a Pandora. El primero era muy distante, seguramente todavía reacio a actuar como un padre, de modo que Madeleine se volvió más cercana a su madre. Sin pensarlo dos veces, decidió instalarse en Winterfall, el asentamiento de la familia materna, y adoptó el apellido Stark. No es que ella fuera más cercana que Kris, pero por lo menos demostraba que le importaba mínimamente y la trataba como a una hija, y estaba segura de que la quería (o, por lo menos, eso pesaba Madeleine). Para una, en el fondo, niña huérfana que mendigó cariño desde la infancia, aquello fue más que suficiente. La aceptó y la amó casi de inmediato, sin darse cuenta de que Pandora, al no ser humana desde hacía mucho tiempo, simplemente no podía entenderla, y la lastimaba emocionalmente de muchas formas.

Entre muchas desventuras, una la marcó con más intensidad que otra. Cierta ocasión, en el cuartel de la Orden del Fénix, encontró un viejo libro. Contrariando las indicaciones descritas en éste, lo leyó en voz alta, liberando un ser oscuro que causó un gran caos en el lugar. Pandora no lo derrotó, como Madeleine pensó durante mucho tiempo, sino que lo dejó instalarse en su interior. Así, poco a poco, este ser, Mordred, se alimentó de la energía vital de ella, debilitándola física y emocionalmente. Los se veían a simple vista, pues casi de un momento a otro Pandora tenía la apariencia de una niña enfermiza, pero no le daba mucha importancia y por lo tanto Madeleine tampoco. Fue en su lecho de muerte cuando descubrió que durante todo ese tiempo había estado deteriorándose y que, de cierta forma, era su culpa. Aunque pudo haber elegido otra cosa, Pandora, cansada, decidió dejarse ir.

Madeleine sentía que tenía las manos manchadas con la sangre de su madre, y ella nunca le dijo lo contrario, de modo que lo aceptó como un hecho. Entonces, a los veintiún años, abandonó sin previo aviso la Orden del Fénix y Ottery St. Catchpole. Para ella, Pandora era su hogar y ahora que había muerto, no había nada que la uniera a los Stark; además, estando sucia, sentía que deshonraba todo por lo que había luchado. Se impuso a sí misma un exilio, y vagó durante meses en Edimburgo y en su consciencia.

Terminó regresando. Si antes tenía muy pocos amigos, ahora era una desconocida en el pueblo e incluso en la Orden del Fénix. Sabía que los pocos compañeros que la recordaban, la consideraban una desertora, pero ya estaba cansada de sentir lástima por sí misma. Se comprometió nuevamente con el bando, y luchó nuevamente con todas sus fuerzas. Así se acercó a Catherine, a quien ya había conocido en el funeral de Pandora. En un principio, por su descara insensibilidad, le desagradaba. No obstante, descubrió que eran muy parecidas. Aunque sabía que su madre le había pedido que se hiciera cargo de su hija, no lo permitió (o, mejor dicho, no lo aceptó) hasta que regresó. Juntas, decidieron abandonar Winterfall y asentarse en el castillo que heredó Catherine, el hogar de los Moody, en Escocia, la tierra donde ambas crecieron y todavía estaban encariñadas.

Aunque tiempo atrás había superado la muerte de Pandora, gracias a ella se permitió dejar de sentirse culpable, pues lo cierto es que no la había asesinado, sino que ella eligió dejar de existir. Catherine le dio el perdón y la paz que su madre sanguínea no. Y gracias a ella se dio cuenta de que, aunque era su progenitora, nunca le había hecho bien y por lo tanto no podía dejar que, aún sin estar allí, siguiera atormentándola. No pasó de la noche a la mañana, pero finalmente, fue un hecho: Madeleine dejó atrás a Pandora. La señal de que era definitivo, fue cuando descubrió que su patronus no era la bandada de quetzales de su madre, sino un desenfadado cruce de kneazle.

Actualmente, Madeleine se mantiene alejada de la vida pública. Luego de la Revelación, un acto en el que la Orden del Fénix dejó que toda la población mágica viera sus rostros para demostrar que no eran criminales, comenzó a ser acosada por el Ministerio de Magia, acusándola de ser una asesina, una terrorista y un sinfín de cosas más. Aunque sabe que, por lo menos en esas acusaciones, es inocente, prefiere la tranquilidad de los lugares ocultos de la Orden del Fénix. La reciente partida de Catherine le afectó bastante, pero nuevamente, se siente en paz y no le guarda rencor a ella, a quien considera su verdadera madre. Además, dejó de lado la vigilancia nocturna y el estilo de vida paranoico, para concentrarse en superar el alcoholismo e intentar llevar una vida normal.

 

OTROS DATOS:

 

Su varita mágica es de madera de tejo, con núcleo de cuerno de serpiente cornuda. Mide once pulgadas y es razonablemente flexible

Su patronus tiene la apariencia de un cruce de Kneazle.

Suele llevar consigo un sencillo relicario de plata que le obsequió Catherine.

En ocasiones visita a Richard, Melrose y Eileen en Luss, pero no tiene deseos de vivir con los Moody, de momento.

Actualmente reside en un apartamento en Londres.

Forma parte de la Orden Oscura.

 

CONDICIONES DE USO: Sólo puede ser usado por Ellie Moody.

Editado por Ellie Moody

NHCeJlw.png
iB5wHYG.gif
T7t3MEE.png
sins don't end with tears, you have to carry the pain forever

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

  • 2 semanas más tarde...

PBnM4tr.png

NOMBRE: Maevë Sayre.

EDAD: Diecisiete años. Nació el 1° de abril de 2003.

NACIONALIDAD: Irlandesa.

 

RAZA: Humana.

PERSONAJE PRINCIPAL AL QUE ESTÁ ASOCIADO: Eileen Moody

RELACIÓN CON EL PERSONAJE PRINCIPAL: Sobrina.

APARIENCIA FÍSICA: Se trata de una muchacha regordeta y de baja estatura, rasgos que comparte con su tía. Su tez es tostada y sonrosada, llena de pecas y del acné de la pubertad; esto último es algo que le acompleja un poco, de modo que siempre está aplicando pócimas, elixires y engrudos sobre su piel para corregir esto. Su rostro es redondeado y de rasgos suaves, un poco infantiles, lo que la hacen parecer algunos años menor de lo que en verdad es; no es raro que sea confundida por una estudiante del cuarto o quinto año de Hogwarts, aunque ya esté graduada. Sus ojos tienen un peculiar color violeta, son grandes y expresivos, y están enmarcados por cejas ligeramente escasas. Originalmente su cabello es de un tono castaño claro, pero ahora tiene un tono azulado que comienza desde las puntas y se acerca cada vez más a las raíces.

 

Algunas cosas que hacen destacar a Maevë, son las múltiples perforaciones que tiene en las orejas y el piercing septum en la nariz. Posee varios tatuajes pequeños, aunque su favorito es uno que representa el Símbolo Desconocido, que en el alfabeto rúnico representa al mágico y misterioso número siete; está ubicado en la parte interna de su muñeca derecha. Además, usa unas grandes gafas correctivas de marco metálico y redondo, de un cristal considerablemente grueso.


CUALIDADES PSICOLÓGICAS: Posee un marcado carácter extrovertido, posee mucha seguridad al expresarse y facilidad para entablar conversaciones incluso con desconocidos. Le fascina conocer personas nuevas, lugares nuevos y, especialmente, culturas nuevas; uno de sus sueños, es el de recorrer el mundo y vivir en diferentes comunidades mágicas a lo largo de su vida. No le gusta comprometerse, odia la rutina y se aburre con mucha facilidad. No teme improvisar. Cualquiera diría que Maevë no sabe qué hacer con su vida, pero ella está segura de qué quiere: desea llevar una vida despreocupada, sin ataduras y llena de emoción.

 

HISTORIA

Maevë es la hija única de Elaine Moody, la media-hermana de Eileen —producto de una breve relación de su padre, previa al matrimonio—, y un squib con un gran prestigio a pesar de su "condición", por tratarse de un descendiente de Isolt Sayre. Nació y se crió en Derry, Irlanda del Norte. A los once años comenzó sus estudios en Hogwarts. En sus tres últimos años escolares participó en un programa de intercambio estudiantil, de modo que terminó sus estudios en el Colegio Ilvermorny de Magia y Hechicería, donde descubrió su pasión por la magizoología. Fue también durante esta experiencia que se conectó más con su historia familiar. Todavía mantiene contacto con varios de sus compañeros de clases de los Estados Unidos de América.

 

Preocupada por la aparente falta de interés en su futuro, Elaine le pidió a Eileen que ayudara y orientara a su hija en esta nueva etapa; Ellie aceptó, ya que no se trataría de su primera protegida, pero no imaginó que "ayudar" significaba que Maevë iría a vivir con ella y el resto de los Moody durante el tiempo que fuese necesario.

 

OTROS DATOS:

 

Su varita mágica es de madera de cornejo, con núcleo de pluma de cola de ave del trueno. Mide ocho pulgadas y media, y es razonablemente flexible.

Su patronus tiene la apariencia de un unicornio.

Es miope, por lo que necesita el uso de gafas correctivas.

El jarvey que la suele acompañar, llamado Wyatt, es una mascota obsequiada por su tía Eileen.

CONDICIONES DE USO: Sólo puede ser usado por Ellie Moody.

Editado por Ellie Moody

NHCeJlw.png
iB5wHYG.gif
T7t3MEE.png
sins don't end with tears, you have to carry the pain forever

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

rzSJh9b.png

 

NOMBRE: Joan Armstrong.


EDAD: Treinta y siete años. Nació el 13 de enero de 1983.

NACIONALIDAD: Estadounidense.

RAZA: Humana.

PERSONAJE PRINCIPAL AL QUE ESTÁ ASOCIADO: Eileen Moody

RELACIÓN CON EL PERSONAJE PRINCIPAL: Compañera de bando.

APARIENCIA FÍSICA: Es una mujer joven, con una presencia notable. Tiene una altura de un metro con sesenta y seis centímetros y es de contextura mediana, un poco corpulenta. Posee espalda y hombros anchos, aunque un pecho poco prominente en comparación; en cuanto a su silueta, es escasa de curvas.

Su rostro es ovalado, con rasgos angulosos; destacaban bastante su mandíbula y sus pómulos, así como su nariz alargada y algo jorobada. Sus ojos son de un llamativo tono avellana, aunque generalmente están tras los gruesos cristales de sus gafas correctivas de marco negro; éstos están enmarcados por pestañas largas y cejas gruesas, que le otorgan una mirada dura y penetrante. Casi toda su piel morena está salpicada de pecas y lunares; sin embargo, donde se concentran con mayor fuerza es en su rostro y sobre sus hombros.
Su cabello es negro y ondulado, muy espeso y rebelde, suele llevarlo suelto y no permite que crezca más allá de la mitad de su espalda. Sólo cuando es estrictamente necesario, intenta domarlo.
Ya que vive en un barrio de Nueva York con muy poca población mágica, suele usar ropa no-maj. Tiene preferencia por los conjuntos casuales y despreocupados, conformados principalmente por jeans, camisetas, sudaderas y tenis. Sin embargo, no tiene problemas en usar túnicas, aunque últimamente sólo lo hace cuando lo la ocasión lo amerita. Además, tiene numerosas perforaciones en la oreja derecha; generalmente, está llena de aretes.


CUALIDADES PSICOLÓGICAS: Joan es una mujer terca y rebelde, probablemente las características por las que fue seleccionada por una varita de fresno. No se atreve a confiar demasiado en las personas que conoce poco y suele mostrarse reacia a seguir planes ajenos; por el contrario, prefiere hacer las cosas por su cuenta, especialmente cuando se trata de asuntos que considera que son de su competencia. Detesta que intenten entrometerse en sus asuntos, incluso si se trata de personas cercanas a ella; sus reacciones bruscas suelen ser el remedio perfecto para cualquiera que en alguna situación se ofrezca a ayudarla. Odia pedir ayuda y, cuando se atreve a hacerlo, suele ser muy tarde.

Su carácter es, en general, introvertido; prefiere los ambientes tranquilos y la compañía de su círculo íntimo, por no mencionar que le cuesta expresar sus sentimientos. Por otro lado, no es nada tímida a la hora de expresar su opinión, pues la mayoría de las veces considera tener la razón —y aun cuando no es así, no lo admite en voz alta—. Sin embargo, no le gusta hablar de más; evita las pláticas casuales y superficiales sin disimulo alguno. Suele ser de muy pocas palabras, tan sólo las necesarias, y a su vez éstas suelen ser muy honestas.

HISTORIA

Nació en Bangor, Maine, el 13 de enero de 1983. Joan fue la primera hija de Frederic Armstrong y Rosemarie López, un no-maj estudiante de literatura y una bruja con un empleo de enfermera en el Ala de Asuntos Mágicos del Hospital Presbiteriano. Tuvo una infancia cómoda; durante muchos años fue hija única, de modo que sus padres la cuidaban y atendían muy bien y quizás, incluso, la consintieron más de lo necesario. A los ocho años de edad su magia se manifestó por primera vez, cuando todos los globos de su fiesta estallaron por la aparición de un terrorífico —por lo menos así lo recuerda— payaso poco antes de picar el pastel; fue entonces, cuando se reveló que su propia madre era una bruja y aparentemente ella también.
A los once años de edad, tras acabar la primaria no-maj, comenzó sus estudios en el colegio Ilvermorny de Magia. Durante la ceremonia de selección la estatua de Pukwudgie —la casa a la que perteneció su madre— lanzó una flecha y a la vez el Thunderbird agitó sus alas, de modo que cayó sobre ella la decisión de a cuál casa quería ir; a pesar de que pensaba que a su madre le gustaría que fuera a Pudwudgie, optó por ir Thunderbird. Durante todos los años de estudio, su mejor amigo y usual compañero de aventuras fue Roshamandes Bouligny. Joan se destacaba en las asignaturas de Encantamientos y Transformaciones, aunque con lo deficiente que era en otras como Aritmancia o Herbología, nunca se destacó como una excelente estudiante.
En 1996, durante su tercer año de estudios, nació John, su hermano menor. Debido a las evidentes exigencias de Ilvermorny, no estuvo muy presente en sus primeros año de vida, sólo lo veía durante la época vacacional. Sus padres, aunque confiaban en que tarde o temprano él mostraría señales de poseer magia, decidieron guardar el secreto mágico; para John, su hermana mayor simplemente estudiaba fuera. Sin embargo, cuando cumplió los once años, aceptaron que se trataba de un squib y le pidieron a Joan que no revelara el secreto, pues temían que pudiera sentirse marginado; con el pasar del tiempo, aceptó que era algo muy probable, pero también desarrolló mucha culpa por "haberse quedado con toda la magia".
Sin dudas, la persona más presente en su vida ha sido su mejor amigo Roshamandes; casi todos los pasos importantes, los han dado juntos. A los dieciséis se mudaron a Nueva York y a los veinte comenzaron a trabajar en el MACUSA. Ella comenzó como becaria en la Agencia Federal de Vigilancia Encubierta y Obliviación de No-Majs, aunque con el pasar del tiempo logró escalar en el trabajo y actualmente es una agente oficial.
Desde que el presidente del Magicongreso se pronunció a la Orden del Fénix, Joan decidió que apoyaría a la organización desde su país.

OTROS DATOS:

Su varita mágica es de madera de fresno, con núcleo de pluma de cola de ave del trueno. Mide quince pulgadas y es elástica.

Su patronus tiene la forma de un ave del trueno.

Utiliza anteojos para corregir la miopía que padece desde temprana edad. Son de estilo clubmaster, de marco negro.

Vive en Nueva York, en el vecindario Washington Heights.

CONDICIONES DE USO: Sólo puede ser usado por Eileen Moody.

Editado por Ellie Moody

NHCeJlw.png
iB5wHYG.gif
T7t3MEE.png
sins don't end with tears, you have to carry the pain forever

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

uDWPgtz.png

NOMBRE: Rhiannon Kincade.

EDAD: Dieciocho años. Nació el 26 de septiembre de 2001.

NACIONALIDAD: Galesa.

 

RAZA: Humana.

PERSONAJE PRINCIPAL AL QUE ESTÁ ASOCIADO: Eileen Moody

RELACIÓN CON EL PERSONAJE PRINCIPAL: Protegida.

APARIENCIA FÍSICA: Es una joven bruja de apariencia frágil, debido a su contextura delgada, sus rasgos delicados y su tez pálida. Tiene una estatura mediana, de un metro con sesenta centímetros. Su andar es sigiloso y sus movimientos delicados; es más ágil de lo que aparenta, aunque no es muy fuerte. Su piel es limpia y fresca, no tiene marcas fuera de lo común en ella. En su rostro, destacan sus brillantes ojos verdes, enmarcados por largas pestañas y contorneadas cejas; éste está enmarcado por su cabello de tono castaño, ondulado y brillante. Suele vestir, como la gran parte de los magos jóvenes, a la usanza muggle; prefiere los conjuntos de faldas y blusas, y los vestidos, de diversos colores en un tono muy profundo.


CUALIDADES PSICOLÓGICAS: Por su crianza, se trata de una muchacha cortés y educada, muy respetuosa de sus mayores y de las personas con un estatus superior. Puede mantener sin problemas una conversación, y socializa cuando debe hacerlo, lo necesario. Sin embargo, lo cierto es que Rhiannon tiene una personalidad bastante cerrada. Evita hablar de sí misma y casi nunca revela las intenciones de sus actos. Por esto, prácticamente no tiene amigos y ni siquiera era muy cercana con sus parientes. La única persona a la que se sentía cercana, la única persona con la que era capaz de abrirse, era su madre, pero hace ya un par de años que ella los dejó.

 

HISTORIA

Proviene de una familia de sangre pura de Gales. A pesar de que su linaje había conocido días mucho mejores, su padre, orgulloso de su apellido, actuaba como si los Kincade fueran parte de la élite mágica y por eso, además de la presión de sus abuelos, ella y su hermano fueron educados en casa. Desde que tiene memoria es consciente de la maldición que corre por sus venas, pero no fue consciente de lo grave de la situación hasta que su madre se fue. El día que cumplió la mayoría de edad, empacó sus pocas pertenencias y se trasladó a Londres, convencida de que en la comunidad mágica más grande de Gran Bretaña encontraría ayuda para su problema.

Conoció a Eileen Moody en el Callejón Diagón y, al descubrir que se trataba de una profesora de la Universidad Mágica y una estudiosa en general de la magia, decidió confiar en ella.

 

OTROS DATOS:

 

Su varita mágica es de avellano, con núcleo de pelo de gato wampus. Mide siete pulgadas, y es bastante dura. .

Es una maledictus. Así como la sangre de su madre, la de Rhiannon está maldita. Su mayor miedo es sufrir el mismo destino, convertirse en una bestia permanentemente.

Además de su padre, la única persona que conoce su condición es Eileen.

CONDICIONES DE USO: Sólo puede ser usado por Eileen Moody.

Editado por Ellie Moody

NHCeJlw.png
iB5wHYG.gif
T7t3MEE.png
sins don't end with tears, you have to carry the pain forever

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Se aprueba la ficha del personaje secundario de Madelaine Stark y se reservan los posteos necesarios para el registro de personajes posteriores, que serán visibilizados según sean requeridos (5, en su totalidad). Las actualizaciones de las fichas se admitirán con una periodicidad mensual, dentro del mismo topic y siguiendo las normas de actualización conocidas.

Se procede a añadir enlace de personaje secundario, dentro de la ficha principal.

Atentamente:


 

Valkyria Karkarov B.L

Moderadora Global de HarryLatino.org

trFd9O9.gif       |E1K6rE7.gif |             6ulee7D.gif

https://i.imgur.com/IALDOC3.png

OtrJr1c.gif |1WWGxI5.gif|BeQGYFc.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

  • 2 meses más tarde...

Bueno, here I go again (?

 

Ahm, a la final no me gustó mucho el personaje que hice, por lo que vengo a cambiarlo completamente por uno que una vez creé y olvidé (lo recordé literalmente, hace como media hora), pero no logré desarrollar. Y bueno, aquí está algo modificado xD

 

Es una especie de esbozo (? para comenzar a rolearla, ya luego la puliré más.

 

 

Nombre: Clementine.

 

Edad: Quince años.

 

Nacionalidad: Inglesa.

 

Raza: Licántropa.

 

Personaje principal al que está asociado: Madeleine.

 

Relación con el personaje principal: Conocidas.

 

Apariencia Física: Es alta y delgada, con el cuerpo poco desarrollado de una adolescente; es de andar encorvado y desenfadado. Su corta melena, que no llega a sus hombros, es de un castaño oscuro con reflejos claros; es una maraña de rizos alborotados y quebradizos. Su tez es oscura aunque pálida por el escaso contacto con el sol, y su rostro tiene algunos rasguños que aunque no son nada atractivos, no llaman la atención; la gente suele fijarse, en cambio, en sus brillantes y cálidos ojos verdes. En el resto de su cuerpo, bajo las viejas túnicas y capas en las que se suele ocultar, las cicatrices son más grandes y notables; hay pocos lugares que no estén marcados. Las que más se empeña en ocultar son las de sus muñecas y tobillos, y su cuello, que tienen quemaduras de cuerdas y marcas de grilletes.

 

Cualidades Psicológicas: Es bastante introvertida e inhibida. Si bien tiene un espíritu bondadoso, suele comportarse de forma maleducada cuando alguien intenta acercarse a ella. Está aprendiendo a ser independiente (y libre), y está segura de que si quiere sobrevivir en este nuevo lugar tiene que mantenerse solitaria.

 

Historia ~

 

Es la única hija de una familia pobre, asentada en una granja a las afueras de Ottery Su padre es un hombre trabajados, pero también machista y de creencias anticuadas; durante su crianza, éste no paraba de profesar el orgullo que sentía por ser de una estirpe completamente pura y apegada a la tradición. Su madre, aunque vivía con ellos, siempre estuvo ausente; pasaba casi todo el tiempo delirando en casa, bajo el efecto de todo tipo de pociones y plantas mágicas. Fue gracias al consumo de esas sustancias, que la magia de Clementine se corrompió.

 

Nunca fue a Hogwarts. Aprendió a leer y escribir en casa, y poco más, pues su padre la hizo trabajar desde muy temprana edad. Gracias a ello es muy buena en herbología y pociones, pero también algo amargada por no haberse divertido durante su infancia.

 

Fue mordida por un hombre lobo cuando recién entraba en la pubertad, e incapaz de mantenerlo en secreto, su padre decidió tomar cartas en el asunto. Cada Luna llena ataba y encadenada a su hija en el granero, y la hacía tomar a la fuerza la poción matalobos. Siempre le dijo a ella, y a sí mismo, que era para protegerla. Clementine quería creerlo, así que lo soportó lo mejor que pudo durante varios años. Posiblemente, hubiera podido soportarlo durante varios años más, de no haber sido por algo que vio.

 

Escapó a Ottery, y no fue difícil esconderse entre la multitud. Para sobrevivir, busca trabajo en cualquier lugar del Diagón en donde la acepten, generalmente limpiando. Fue así como conoció a Madeleine.

 

Otros datos ~

  • No posee varita mágica.

 

Condiciones de uso: Sólo puede ser usado por Madeleine.

 

 

Espero que esté todo bien :uhm:

NHCeJlw.png
iB5wHYG.gif
T7t3MEE.png
sins don't end with tears, you have to carry the pain forever

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

  • 8 meses más tarde...

De nuevo vengo a cambiar el personaje xD Espero que este sea el bueno.

 

Aprovecho de pedir que cambien el título a "Personajes Secundarios de Madeleine".

 

 

 

http://i.imgur.com/BgghUvD.png

 

Nombre: John Dewitt

Edad: Treinta y ocho años.

Nacionalidad: Inglés.

Raza: Humano.

Personaje principal al que está asociado: Madeleine.

Relación con el personaje principal: Compañero.

Apariencia Física: Es un hombre alto y de contextura mediana, con abundante vello facial y corporal. Al igual que la mayoría de los londinenses, es de tez pálida, y tiene facciones angulosas. En su rubio cenizo y ligeramente ondulado, que suele peinar hacia atrás, se confunden las canas plateadas, al igual que en la barba que suele cubrir sus mejillas hundidas y mentón cuadrado. Sus ojos son grises, y en ellos suele haber una mirada taciturna, remarcada por sus gruesas cejas y las ojeras, que no lo han abandonado en ya casi diez años.

 

Suele vestirse con túnicas y capas oscuras, y usar un único par de botas de charol, ya bastante desgastadas. Sobre su pecho suele verse un sencillo relicario plateado, en cuyo interior hay una pequeña fotografía móvil de Artemisa y Amaranta.


Cualidades Psicológicas: Desde el asesinato de su familia, se volvió callado y taciturno. Si bien todavía está enojado consigo mismo por no haber podido hacer nada, tiene la insana determinación de luchar contra los mortífagos, acabar con ellos y evitar que le desgracien la vida a todavía más personas. A pesar de que parece ser muy poco empático, es bastante consciente de las demás personas; comprende muchos sentimientos y actitudes, y por eso mismo es un luchador solidario. Muchas personas lo tachan de machista, por ser tan protector con mujeres y niñas. Lo cierto es que no tiene tanto que ver con su género, sino que no puede evitar ver en la mayoría a su esposa o a su hija, de la forma en que eran o pudieron haber sido.

 

A pesar de que socializa poco, cuando lo hace es educado y puntual. Lo poco que suele decir es más que suficiente para entenderlo. En general es bastante paciente. Cuando se enoja, no lo deja ver, que más le vale a la persona que lo altera cuidarse la espalda.


Historia ~

 

Hijo de muggles, nació en Londres y se crió en un tranquilo suburbio. Durante su infancia no dejó ver señales obvias de que había algo especial en él. Era un niño bastante tranquilo, aparentemente sin ningún talento más que el de ser extremadamente corriente, de modo que fue muy complicado que él y sus padres asimilaran todo el mundo mágico que se les presentó en el décimo primer cumpleaños del niño. Sin embargo, finalmente, lograron aceptar que su único hijo era un mago y se iría a estudiar en un internado con más niños magos, y lo apoyaron lo más que pudieron, incluso después de que se graduara de Hogwarts.

 

Era un estudiante moderadamente aplicado. Quizás su rendimiento hubiera sido mejor si no hubiera conocido al Quidditch y a Artemisa. Durante su adolescencia, aquellos eran sus grandes amores. Luego, al comienzo de la vida adulta, cuando tuvo que ponerse un traje e ir a trabajar (pues no era tan buen jugador como para dedicarse a ello), sólo quedó su novia del colegio, pero entonces era todo lo que necesitaba. Incluso luego de su muerte, la siguió amando.

 

Cuando terminaron sus estudios, él, con la increíble habilidad en Encantamientos que pasó años perfeccionando, comenzó a trabajar en el Departamento de Misterios y ella, debido a su amor por los animales y criaturas mágicas, en el Departamento de Control y Regulación de Criaturas Mágicas. Vivían juntos en una pequeña cabaña en una de las muchas zonas residenciales de Ottery St. Catchpole, cuando todavía no comenzó la invasión de mansiones y castillos pretenciosos. Sin embargo, sólo se casaron cuando Artemisa quedó embarazada, tan sólo un par de años de que se hubieran asentado allí, teniendo ambos veinticinco años.

 

Afortunadamente, a ambos les iba bien en sus respectivos empleos, y las familias de ambos (la muggle de él, y la sangre limpia pero tolerante de ella) los ayudaron a acomodar la pequeña casita para recibir al primer nieto. Aunque él quería a un pequeño al que enseñarle a jugar Quidditch, recibió con amor desbordante a la niña que habían concebido. La bautizaron con el nombre de Amaranta, sin ningún motivo en específico más que a Artemisa le gustaba cómo sonaba.

 

La vida no podía ser más perfecta. Pero, por supuesto, aquello no podía durar para siempre… Cuando Artemisa cumplía cinco años de edad, estalló la guerra. Los mortífagos, que se habían creído acabados con la caída de Lord Voldemort, comenzaron a atacar Ottery St Catchpole, el callejón Diagón e incluso el Ministerio de Magia. El Cuartel de Aurores no podía con tantos magos tenebrosos causando estragos, de modo que se presenció el nuevo ascenso de la Orden del Fénix.

 

Una noche, atacaron la cabaña. Ni él ni Artemisa tenían enemigos. En todo ese tiempo, se habían esforzado por mantener un bajo perfil, manteniéndose al margen de la guerra. Tiempo después, él seguía preguntando por qué los atacaron justamente años, si tenía que ver con el hecho de haber “ensuciado” la sangre limpia de su esposa o lo buscaban a él por ser sangre sucia. No logró sacar ninguna conclusión, pero tampoco le dio mucha importancia. Al regresar de su trabajo, encontró la casa reducida a escombros, y bajo ellos a su mujer e hija.

 

Durante un par de años, vivió en un pequeño apartamento en Londres, consumiéndose en una ira igual de viva que en el primer momento. Si lloraba, no era por tristeza, sino por la rabia y la impotencia de ni siquiera haber estado en su hogar para defenderlo… o morir junto a sus amores. En varias oportunidades consideró terminar con su vida, pero se convencía de seguir viviendo así, en aquel agujero oscuro y con el corazón roto, era su castigo por no haber podido hacer nada.

 

Si volvió a la vida pública, no fue porque lo hubiera superado, sino porque sabía que estaba siendo igual de inútil que en la oportunidad en que Artemisa y Amaranta lo necesitaron. Cuando conoce a Madeleine, se alía a ella, para, por primera vez, hacer algo.


Otros datos ~

  • Su varita mágica es de aliso, con núcleo de pelo de unicornio. Mide treinta y dos centímetros y medio. Es bastante dura.
  • Su patronus es un diricawl. Artemisa tenía una tremenda fascinación por esas criaturas.

Condiciones de uso: Sólo puede ser usado por Madeleine

 

Gracias de antemano!

Editado por Madeleine.

NHCeJlw.png
iB5wHYG.gif
T7t3MEE.png
sins don't end with tears, you have to carry the pain forever

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

  • 9 meses más tarde...

Ajá, vengo yo xD Bueno, nuevamente pediré que me remoleden el pj secundario que nunca uso, sólo que ahora sí lo usaré porque tengo que hacerlo (?

 

Aprovecho de pedir que se cambie el nombre del topic a "Personajes Secundarios de Eileen Moody"

http://i.imgur.com/Z1wTGmq.png


Nombre: Madeleine Moody.

Edad: Veintisiete años.

Nacionalidad: Escocesa

Raza: Humano.

Personaje principal al que está asociado: Eileen Moody

Relación con el personaje principal: Prima lejana.

Apariencia Física: Con su baja estatura (un metro y cincuenta centímetros, exactamente) y una silueta poco sugestiva, tiene la apariencia de una mujer poco desarrollada. Es de contextura mediana, con kilos extras que se acumulan principalmente en su barriga, sus caderas y sus muslos.

 

Tiene el rostro redondeado, de facciones poco afiladas. Su nariz es delgada pero ligeramente jorobada, salpicada de pecas y manchas de acné que se prolongan hasta sus mejillas. Sus ojos son de un tono avellana, redondeados, por perpeturas ojeras bajo ellos y están enmarcados por gruesas cejas castañas. A juego, su cabello es igualmente castaño y es ondulado, sin llegar a sus hombros; casi siempre está despeinado y enmarañado, debido al poco cuidado que tiene. Su tez es pálida y casi toda su piel está llena de cicatrices tanto de quemaduras, como de cortes y heridas de bestias, imposibles de borrar debido a la magia oscura que las provocó.

 

Suele usar túnicas oscuras y sencillas y botas de charol negras, siempre acompañadas de su vieja capa de viaje, negra, llena de partes de otros tonos opacos y remendada a más no poder.


Cualidades Psicológicas: Madeleine se caracteriza por ser apasionada, obstinada y rebelde, con un mal genio que sale a relucir cuando la provocan. Su rústica manera de ser, en conjunto la cara de pocos amigos que suele tener, hace que la mayoría la considere, simplemente, una amargada. Y no es mentira. Pocos chistes le dan risa, no suele asistir a eventos sociales y detesta los modales exagerados y mojigatos de los ingleses. Es perfectamente consciente de la imagen que tienen la mayoría de las personas que la conocen, y no le importa en lo absoluto; de hecho, prefiere que no la tengan en muy buena estima, pues así no tiene que molestarse en moderarse. Sin embargo, no pisotea a los demás y se repudia a sí misma cuando llega a hacerlo.

 

No siente apego por las leyes ni las normas, ni profesa respeto por la autoridad. Detesta a las personas presuntuosas, que se creen mejor que los demás por tener títulos, cargos o cierto status de sangre.

En las misiones que debe cumplir, es decidida y no teme ser violenta (por supuesto, sin disfrutarlo), aunque no es muy buena estratega. Sin embargo, hace lo que puede y se esfuerza para mejorar, pues siente la necesidad de proteger a quien esté en peligro, aunque se trate de una persona que no tenga en buena estima. Irónicamente, odia que la protejan y muy pocas veces pide ayuda. Se considera humillada cuando no es capaz de resolver las cosas por su cuenta. Con el tiempo, sin embargo, ha aprendido que en el entorno en el que se desenvuelve, la unión hace la fuerza.


Historia ~

Madeleine dedicó la mayor parte a la Orden del Fénix, luchando contra los mortífagos poco después de haber concluido sus estudios en Hogwarts. Sin embargo, considerándose una bruja dañada y llena de resentimientos y estigmas, decidió que lo mejor era alejarse y tener fe en las nuevas generaciones. Desapareció de la vida pública y de su bando, sin dar explicaciones. Sólo los miembros de la Orden Oscura saben que reside en la Fortaleza Errante, dedicándose por completo a las misiones del clan.

Otros datos ~

  • Su varita mágica es de madera de ébano, con núcleo de cabello de unicornio. Mide diez pulgadas y media, y es razonablemente flexible.
  • Su patronus tiene la apariencia de un medio-Kneazle.
  • Suele llevar consigo el relicario de plata que le obsequió Catherine.

Condiciones de uso: Sólo puede ser usado por Eileen Moody.

Editado por Eileen Moody

NHCeJlw.png
iB5wHYG.gif
T7t3MEE.png
sins don't end with tears, you have to carry the pain forever

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Unirse a la conversación

Puedes publicar ahora y registrarte más tarde. Si tienes una cuenta, conecta ahora para publicar con tu cuenta.

Guest
Responder a esta discusión...

×   Pegar como texto enriquecido.   Pegar como texto sin formato

  Sólo se permiten 75 emoji.

×   Tu enlace se ha incrustado automáticamente..   Mostrar como un enlace en su lugar

×   Se ha restaurado el contenido anterior.   Limpiar editor

×   No se pueden pegar imágenes directamente. Carga o inserta imágenes desde la URL.

Cargando...
 Compartir

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.