Augurio Itomori´Floyd (MM B: 110920)

[Riuu]

La dureza del suelo termino por incomodarle...se movió ligeramente, sus miembros le dolían, han permanecido mucho tiempo inmovilizado, permanecer tanto así con rigidez, le produjo dolor que no le anima a moverse con rapidez, sus párpados pesan...si pudiera quedarse otro rato...vaho sale su boca, es el aire frío, aunque solo lo siente en su cara, lleva su mano a su mejilla izquierda para frotarla y aliviar ese dolor a causa del frío, está encantada, parece piel...al fin abre los ojos, mira su mano, es un guante oscuro.

 

Siente en su cuerpo un confortable calorcito, está bien abrigado pero lo accidentado del terreno no le hace sentirse cómodo y de pronto piensa algo que le preocupa...<

En dónde está?

 

Gira su cabeza para su derecha, solo alcanza a ver hierba, piedrecillas, una que otra flor silvestre...se preocupa...ahora voltea el rostro al otro lado, además de la flora, su mirada se fija en la pata de una banca... en su mente se alegra, algo de su saber le asegura no encontrarse en un bosque, más parece un parque o algo semejante. Cierra los ojos con alivio, el cielo gris hace juego con el día invernal.

 

Se queda quieto, juntando fuerzas, sin incomodidad en sus piernas, por lo que seguramente no cayó de un tropiezo o caída, lo cual deja la incógnita de que habrá Sido lo que aconteció...

 

Trata de recordar, pero no le viene nada a la mente, no sabe siquiera quien es, si tiene familia o conocidos, de dónde vino, como llego ahí...

 

Se asombra de tener la mente vacía pero aliviado de respirar y estar a salvó. Se mueve para colocarse de costado, jala aquella prenda sobre sus hombros, una capa en la cual se envuelve, será mejor que duerma un rato, bien puede explorar más al rato...

[Shena Cindy de Ryvak M.]

Por el sendero cercano a las ruinas que hay en la reserva, va caminando muy segura de si,Nut. Es una elfina que es muy alegre y se le ve siempre dispuesta a realizar labores nocturnas, sea cual sea, ella es la guardiana, sus ojos son oscuros como la misma noche en la que va recorriendo la propiedad de su amo, Anthony Ryvak Dracony-

 

Algo en ella le hace sentir que debe ir precisamente por ese punto en particular, ella cuida que no pase nada a las criaturas mágicas que el mago peliverde a llevado a vivir en aquel hermoso lugar, ese presentimiento es muy fuerte, como si la atrayeran hacia algo... de pronto ve aquel bulto sobre el suelo que está un poco salpicado de nieve, sus ojos no pueden creer lo que ve, es...¿un jovencito? se acerca cautelosa caminando de puntitas...el chico duerme en calma, como si estuviera en una cama, sus ropas son finas de las que visten las personas con dinero.

 

Lo primero que piensa Nut, es que pueda ser uno de los magos que acampan en la reserva, pero no entiende porque no se encuentra en alguna de las cabañas que se alquilan, no sabe que pensar, echa andar buscando a sus acompañantes, camina varios metros alrededor del chico, pero por más que busca, no halla a nadie cerca. Se rasca la cabeza, entonces una idea viene a su mente-- Llamaré a Iker...si, eso mismo ¡¡Iker!! IKER!

Iker es la Elfina que gracias a su ternura la hace la favorita cuando se trata de cuidar y prodigar ayuda, sus ojos grises parecen sonreír, tanto al hablar coma al mirar, ante el llamado de su compañera y amiga, se aparece en el lugar y saludando a Nut, le pregunta que pasa, Nut le señala al chico -- Mira, está auí solo, no pude allar a sus padres o familiares, creí que era un campista pero no estoy segura, que hacemos Iker?

 

--En serio me preguntas que debemos hacer? ¡Llevarlo cuanto antes a una de las cabañas por supuesto! No podemos dejarlo aquí a su suerte, ya cuando despierte se puede preguntarle sobre quien es y que le paso. Vamos.

 

Las elfinas le llevaron a una de las cabañas desocupadas, lo arroparon y muy previsora, Iker dejo unos panecillos y leche por si el muchacho despertaba antes de que amaneciera, ya ellas pasarían después para hablar con él.

 

@Riuu

[Riuu]

El descanso de Riuu se volvió más agradable cuando la superficie bajó su cuerpo era más blanda por alguna razón que el niño mago no se enteró, pero se dió vuelta varias veces, en una de aquellas vueltas, su cara quedó frente al plato colocado en la mesita de noche, servidos sobre el plato los panecillos despiden un suculento aroma que llega hasta la nariz del niño y esto le despierta. No entiende como es que llegó a esa cama tan blanda, pero su apetito le anima a comer los panecillos y beber la leche, es tan sabroso aquel alimento, que se lo termina todo, un algo desconocido lo hace salir de la cama de un salto y por una inspiración venida de su mente, se escondió bajo la cama, ahí aguardó un buen rato.

 

Pasó el tiempo, Riuu no escuchó nada, no vio zapatos de la persona que hizo aquel sonido, su respiración era bastante rápida pues temía de quien pertenecía la cama, o aquella cabaña (aunque le gustaba, se siente caliente, no como al dormir sobre el suelo un poco nevado de dónde despertó y volvió a dormir...).

 

Se mantiene en silencio, atento con todos sus sentidos alerta por si debe salir a toda carrera...

[Shena Cindy de Ryvak M.]

Iker volvió a realizar la limpieza de la cabaña pero se mantuvo invisible, de ese modo supone que no interrumpir el descanso del jovencito, además los elfos suelen actuar de ese modo de sigilo, se piensa que no deben mostrarse.

 

La elfina se apresura con su labor, después de todo, son muchas las cabañas que asear. Apenas concluye, revisa la mesita de noche, esboza una sonrisa y retira el plato y vaso vacío, cambia por otros, ahora coloca un vaso de jugo de naranja, huevos fritos, salchichas, judías y pan, un desayuno inglés propiamente, ve la cama vacía pero al asomarse, ve al niño bajo la cama, le sonríe amable

-- Hola, amaneciste bien? Muy buenos días, si quieres desayunar te he dejado algo que espero te guste, si quieres puedes volver a la cama, ya después puedes pasear, de acuerdo?

 

@@Riuu

[Riuu]

Riuu no puede respirar tranquilo, no ver nada lo pone más nervioso, casi desea saber quien produce aquel ruido...¿ o será solo su imaginación?

 

Tal vez desconocer que sucede, ¿es lo que le produce temor? Se cubre la boca con la palma de su mano, debe evitar que su voz le delate. El tiempo transcurre con lentitud y el niño mago se quiere evaporar en el aire... no recuerda a su familia, amigos... ¡Pobre! ¡Se ha quedado solo!¿Qué tan lejos se encontrarán aquellos que le conocen ? ¿Cómo los hallará ahora?...

 

En ese problema se quedó pensando cuando vió una cara de alguien que sonríe y habla muy amable, Riuu se talla los ojos, es la primera vez que ve una persona con esa cara tan diferente... entonces la persona le dice lo del desayuno... eso le anima a salir, así que gatea un poco, se levanta en cuanto tiene el suficiente espacio y mira alrededor, hay comida sobre aquel mueble de donde tomó la leche y galletas... se relame los labios en señal de que apetece comer todo aquello dispuesto para él. Accede a la propuesta y vuelve a meterse a la cama, aquella sonriente persona le alista una mesita con ese desayuno y Riuu muy contento le da las gracias y comienza a disfrutar de tan deliciosa comida matutina.

Editado 7 de Febrero del 2021 por Riuu

[Shena Cindy de Ryvak M.]

Nut se relaja tras concluir la noche dando paso a un nuevo día, el sol a salido tímido por lo que los pájaros no han salido de sus nidos, tal vez más tarde cuando sea hora de desayunar.

 

La elfina de ojos negros como la misma noche, regresa a la cabaña principal, tiene apetito por la guardia nocturna que realizó, entonces piensa en el muchachito que encontró en la reserva... Habrá despertado ya?

 

Podría acudir a la cabaña donde su compañera Iker y ella, llevaron al chico, pero la necesidad de tomar alimento le hace abandonar aquella intención y gustosa ingresa a la cabaña donde Toffi ya alistó el desayuno, se sienta a la mesa y devora la comida.

 

Nut se sirve más leche tibia, ideal para antes de su siesta, cuando su amiga y compañera Iker, llega también para desayunar. Está animada y les comunica a los demás, que el niño ha despertado. La elfina les narra como el niño se escondió bajo la cama, lo que inspira ternura por parte de Nut y expresa que le alegra saber que el pequeño está bien, así que les dice que dormirá tranquila al estar bien el pequeño huésped y se retira al dormitorio para recuperar energías.

[Riuu]

Muy a gusto y calientito se halla bajo las mantas disfrutando del desayuno, Riuu se terminó todo, retiro aquella mesita y salió de la cama y calzó sus botas para salir a pasear. Con el estómago lleno, sentía que podía hacer de todo.

 

Al encontrar se fuera de la cabaña, da un rodeo para ver la con más detalle, le gusta mucho y piensa que sería lindo que fuese “su cabaña” metió en sus bolsillos algo de fruta que ve al pie de los árboles cercanos al lugar y después toma uno de los senderos. Todo se ve muy distinto a la noche anterior por lo que desea echar un vistazo hasta donde su vista alcanza.

 

Escucha cantar a algunas aves y pequeñas criaturas salen en veloz carrera alejándose del niño, le gusta una pequeña ardilla y la persigue por un buen rato, hasta que la astuta se trepa a un alto árbol donde Riuu no puede alcanzarla ni seguirla, entonces sigue el sonido de agua que parece fluir con calma.

 

Hay un arroyo del que sale algo de vapor y este se mantiene sobre la superficie, es algo que quiere explorar, así que se acerca y con la mano agita el agua que tiene una agradable temperatura, la siente caliente. Piensa que será agradable tomar un baño y se alista quitando sus ropas, las acomoda cerca de la orilla y se mete al arroyo que no es profundo, le gusta tanto que juega y se moja con el agua un buen rato.

[Rory Despard]

Bel Evans Ollivander

 

Lo esperé, junto al arco de piedra ígnea de la entrada. Esa mañana, cuando la lechuza se había posado sobre mi cama, superado el estupor y el susto de que me despertase de forma tan abrupta, había terminado pegando brincos de felicidad sobre la cama, como una niña pequeña, al reconocer, aquella cuidada caligrafía que ponía mi nombre.

 

Estaba de vuelta. No sabía por cuánto tiempo, quizá solo una visita esporádica de un día, pero vendría. Mi amado rubio, Cillian, vendría a Ottery.

 

Me levanté de la cama y en un par de horas había dispuesto ya de todos los pendientes y solo quedaba alistarme para poder encontrarme con él. En la lechuza de vuelta, había escrito la dirección del local en donde nos encontraríamos, propiedad de Shena y Anthony Ryvak, ambos personas en extremo cariñosas y que además, compartían también aquel gusto por la naturaleza y las criaturas mágicas.

 

Porque pensar en Cillian irremediablemente era recordar el tiempo que habíamos compartido como compañeros de trabajo, y como el ímpetu de su ser por entero, había terminado dándome en ese entonces, todas las razones para trabajar en un ministerio, una institución, en la que había dejado de creer hace bastante tiempo. Y no solo eso, sino que siempre, sin importar el tiempo transcurrido, él siempre podía enseñarme a tomarme un poco menos en serio y disfrutar de la vida.

 

Empezaba a despedirse el invierno, pero en las calles el viento seguía siendo frío así que salí con un súeter amarillo, sobre el polo de algodón y unos jeans, además de las botas de cuero y los guantes. Y ligeramente apoyada a un lado de la entrada, me quedé a esperar por él.

 

@Cillian

[Cillian Haughton]

— Calla.

Cillian estaba a punto de explotar, había alcanzado un punto de su vida en el que se sentía bastante harto de su propia existencia. Llevaba ya más de cinco años que se había alejado de su pueblo natal. ¿Eran cinco? No, bueno... ¿Quien los cuenta? Lo importante en realidad era lo que había sucedido en ese lapso de tiempo y bueno, la cosa era que el falso rubio no había hecho más que caer en una espiral de problemas, cada uno más j*dido que el otro.

Sí, lo normal. ¿Cuando había hecho otro cosa que no fuera meterse en problemas?

— Este no es lugar para ti, Miguel. Te deje bastante claro que lo nuestro había terminado. ¿Para qué me has seguido? ¿Acaso has conseguido más dinero de la noche a la mañana? Sabes que es lo único que me interesa de ti.

Arrugó la nariz, estaba cansado de Miguel. Si bien era gracias a él que Cillian seguía con vida, la verdad es que éste no sentía nada por él y él no sabía realmente quien era la persona de la que se había enamorado. Una lástima, Miguel era un buen chico y estaba dispuesto a dejarse la vida con tal de que ese extraño chico que había encontrado medio muerto en un oscuro callejón de Barcelona fuera feliz.

— Hasta aquí has llegado.

Cillian no había querido llegar a aquel extremo, pero en aquel momento no parecía tener más opción. Se acercó a Miguel, sacó su varita lentamente de uno de sus bolsillos y antes de que el chico frente a él pudiera hacer nada, utilizó un hechizo desmemorizante sobre él, borrando así todo recuerdo que lo involucrara en la vida del chico.

 

Un par de minutos después, el joven (ya no tan joven) mago había llegado a su destino y Miguel, Miguel se encontraba dando vueltas sin rumbo fijo por alguna lejana delegación de la Ciudad de México sin saber exactamente como es que había llegado hasta ahí.

 

— Bel —murmuró, a cada paso que daba podía observar mejor a su vieja amiga.

 

Hasta ese momento no tenía ni idea de cuanto era que lo extrañaba. Sonrió, estaba solo a un par de pasos de ella y no podía contener las ganas de abrazarla pero lo hizo, al llegar junto a ella se limitó solo a pararse de frente a su amiga, alizar uno de los bigotes falsos de su antifaz y saludar con un simple y sencillo: — Miau.

 

@@Rory Despard

[Rory Despard]

Bel Evans Ollivander

 

De él justamente tocaba esperar lo inesperado. Correspondí a su gatuno saludo con una sonrisa, y luego lo abracé fuerte, con la sensación inequívoca de que necesitaba ese abrazo más por mí misma que por él. Cruzando el portón, aquel santuario se mostraba verde y lleno de vida, y una agradable viento frío nos despeinó camino a la cabaña donde podían alquilarse transportes para recorrer el lugar.

 

— Se siente como si fuera el inicio de una aventura ¿no? Aunque ya estamos algo viejos para eso.

 

A pesar del tiempo transcurrido y que fisícamente también se evidenciaban cambios, era una emoción agradable ir de su lado. Cillian era de las pocas personas que conseguía de alguna manera, hacerme sentir segura y en confianza. Estar a solas con él, lejos de ser incómodo resultaba disfrutable, y aun cuando realmente no habíamos planificado nada para ese encuentro, no tenía motivos para creer que pudiera resultar mal.

 

Sin embargo, una vez que conseguí quitarle el antifaz, reconocí al instante en su semblante, un vacío enorme, que se notaba más en sus ojos, normalmente luminosos y chispeantes, ahora desprovistos de emoción. ¿Qué era lo que le había ocurrido? ¿Tendría ese desánimo algo que ver con que, tras tantos años transcurridos, se hubiese animado a volver a Ottery?

 

En el pasado, antes los más difíciles dilemas, Cillian había acudido a mi llamado para darme sus consejos, que aunque no siempre había terminado aceptando, sabía de sobra que eran totalmente honestos. Si él estaba pasando por una situación difícil, si realmente eso lo tenía en Inglaterra, más allá de la nostalgia, no cabía en mí otra opción que no fuera apoyarlo, para que sacase ese malestar, a cuenta de correr el riesgo de que se enojara conmigo.

 

— Necesitas contarme en qué estuviste ocupado este tiempo ¿eh? No me gusta nada ese rastro de tristeza en tu cara.

 

Afuera de la cabaña un elfo esperaba diligente y rápidamente luego de conducirnos con modales amables hacia el interior, explicó las ofertas que el santuario ofrecía. Tras agradecer la hospitalidad a la criatura volví a centrar mi atención el rubio.

 

— ¿Damos el paseo en transporte o nos vamos para una de las cabañas?— alcé y bajé las cejas retándolo— No te vas a escapar de mi interrogatorio de todas formas, que lo sepas.

 

@Cillian